Edward G. Brown Profesor Sir Thomas Adams de Árabe y Estudios Orientales de la Universidad de Cambridge. "Un recordatorio de la llanura manchada de sangre de Karbala, donde el nieto del apóstol de Dios cayó, torturado por la sed y rodeado de los cuerpos de sus compañeros asesinados, ha sido siempre suficiente para evocar, incluso en los más indiferentes y desatentos, las emociones más profundas, el pesar más frenético, y la exhaltación del espíritu ante el cual el dolor, el peligro y la muerte se encogen hasta dimensiones insignificantes." Y no piensen que aquellos que han sido matados en la senda de Dios están muertos. Sino que están vivos y provistos de todo junto a su Señor. (Qur'an 3:169) [A Literary History of Persia, Londres, 1919, p. 227] Qué dicen los no-musulmanes de Ignaz Goldziher (1850-1921) Académico orientalista húngaro. "Desde aquel día negro de Karbala, la historia de esta familia ha sido una serie contínua de sufrimientos y persecusión. Ha sido narrada en poesía y prosa, en una rica literatura de martirologías - una especialidad Shia - y da forma a las reuniones Shias en el primer tercio del mes de Muharram, cuyo décimo día ('ashura) se mantiene como el aniversario de la tragedia en Karbala. Escenas de la tragedia se presentan también en este día de conmemoración y forma teatral (ta'ziya). 'Nuestros días de fiesta son nuestras asambleas de luto.' Así concluye el poema de un príncipe de inclinación Shia, recordando las historias de la familia del Profeta. El llanto y los lamentos sobre los males y persecusiones sufridas por la familia del 'Alid, y el luto por sus mártires: estas son prácticas que no pueden cesar entre los leales partidarios de la causa. 'Más conmovedor que las lágrimas de los Shias' se ha transformado incluso en un proverbio árabe." Hossein TERCER SUCESOR DEL PROFETA MOHAMMAD (La Paz y las Bendiciones de Dios Sean con Ellos) [Introduction to Islamic Theology and Law, Princeton, 1981, p. 179] Edward Gibbon (1737-1794) Considerado como el mejor historiador británico de su tiempo. "En un tiempo y atmósfera distante, la trágica escena de la muerte de Hossein despertará la simpatía del más frío lector." [The Decline and Fall of the Roman Empire, Londres, 1911, volumen 5, pp. 391-2] Para investigar más sobre Emam Hossein y la tragedia de Karbala, visita: http://al-islam.org/faq/ v1.0 El Emam Hossein era el nieto del Profeta Mohammad, la paz sea con ellos, y fue martirizado por las fuerzas del despotismo. Esta es una colección de breves citas sobre su persona, cuyos autores pertenecen a una amplia variedad de destacados nomusulmanes de distintos rincones del mundo. Peter J. Chelkowski Reynold Alleyne Nicholson Profesor de Estudios del Medio Oriente, New York University. (1868-1945) Profesor Sir Thomas Adams de Árabe en la Universidad de Cambridge. "Hossein salió desde La Meca con su familia y un séquito de unos 70 seguidores. Pero en la llanura de Karbala se vieron atrapados por una emboscada planeada por el califa, Yazid. Aunque la derrota era cierta, Hossein se rehusó a rendirle tributo. Rodeados por una gran fuerza enemiga, Hossein y su compañía sobrevivieron sin agua por 10 días en el hostil desierto de Karbala. Finalmente, Hossein, los adultos y algunos de los niños de su familia y de sus acompañantes, fueron cortados en pedazos por las flechas y espadas del ejército de Yazid; las mujeres y niños que sobrevivieron fueron capturados por Yazid y llevados a Damasco. El reconocido historiados Abu Reyhan al-Biruni dice; "luego su campamento fue incendiado y los cuerpos fueron arrollados bajo los cascos de los caballos; nadie en la historia de la humanidad había conocido antes atrocidades así." [A Literary History of the Arabs, Cambridge, 1930, p. 197 ] Robert Durey Osborn (1835-1889) Jefe Heraldo de India [Ta'ziyeh: Ritual and Drama in Iran, New York, 1979, p. 2] Simon Ockley (1678-1720) Profesor de Árabe de la Universidad de Cambridge. "Entonces Hossein montó su caballo, y tomó consigo el Qurán y lo posó frente a él, y se aproximó a la gente, invitándolos a cumplir con su deber, diciendo, 'O Dios, ¡Tú eres mi confianza en cada problema, y mi esperanza en toda adversidad!' Les recordó luego de su excelencia, de la nobleza de su nacimiento, de la grandeza de su poder, y su ascendencia, y les dijo, 'Consideren entre ustedes si un hombre como yo es o no semejante a ustedes; el hijo de la hija de nuestro profeta, sin semejante sobre la faz de la tierra. Ali fue mi padre; Jaafar y Hamza, los jefes de los mártires, fueron ambos mis tíos; y el apóstol de Dios, sobre él sea la paz, dijo de mí y de mi hermano, que éramos los jefes de la juventud del paraíso. Si me creen, lo que digo es cierto, porque por Dios, jamás mentí desde que tuve entendimiento; pues Dios detesta la mentira. Si no me creen, pregunten a los compañeros del apóstol de Dios [aquí los nombró], y ellos les dirán lo mismo. Déjenme volver a lo que debo.' Preguntaron, 'Qué le impidió ser gobernado por el resto de sus relaciones.' Él respondió, 'Prohíba Dios que mi mano acuerde la resignación de mi derecho de manera servil. Yo recurro a Dios ante cada tirano que no cree en el día de la cuenta.'" [The History of the Saracens, Londres, 1894, pp. 404-5] "Hossein cayó, perforado por una flecha, y sus valientes seguidores fueron cortados en pedazos a su lado hasta el último hombre. La tradición de Mohammad, la cual es uniformemente hostil a la dinastía Omeya con contadas excepciones, considera a Hossein un mártir y a Yazid el asesino." "Hossein tenía un hijo llamado Abadallah, de solo un año de edad. Había acompañado a su padre en esta terrible marcha. Conmovido por sus llantes, tomó al niño en sus brazos y lloró. En el mismo momento, una flecha del ejército enemigo perforó el oído del bebé, y expiró este en los brazos de su padre. Hossein posó el pequeño cadaver en el suelo. '¡Venimos de Dios, y a Él retornamos!' exclamó; 'O Dios, dame la fortaleza para soportar estas desgracias.' Débil por la prolongada sed, y exhausto por las heridas, peleó aún con valor, matando a varios de sus antagonistas. Finalmente fue apuñalado por la espalda; al mismo tiempo, una lanza lo perforó por su espalda y lo arrojó al suelo; al tiempo que el último enemigo que lo hirió retiró su arma, el hijo de Ali rodó sobre un cadaver. La cabeza le fue separada del abdomen; el abdomen fue arrollado bajo los cascos de los caballos de los vencedores; y a la mañana siguiente las mujeres y un niño sobreviviente fueron llevados a Kufa. Los cuerpos de Hossein y sus seguidores fueron abandonados sin enterrar donde mismo cayeron. Por tres días permanecieron expuestos al Sol y a la humedad de la noche, a las aves de rapiña y otros animales; fue entonces cuando los habitantes de una aldea cercana se atrevieron a desafiar el enojo de Obaidallah, y enterraron el cuerpo del mártir y de sus heroicos compañeros, tras horrorizarse por el estado en que el cuerpo de un nieto del Profeta había sido abandonado. [Islam Under the Arabs, Delaware, 1976, pp. 126-7] Sir William Muir (1819-1905) Académico y estadista escocés. Secretario de la colonia India. "La tragedia de Karbala decidió no solo el destino del califato, sino de los reinos musulmanes mucho tiempo después del debilitamiento y la desaparición del califato." [Annals of the Early Caliphate, Londres, 1883, pp. 441-2]
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