de los niños degenerados a las psicosis infantiles

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DE LA INFANCIA DEGENERADA A LAS PSICOSIS INFANTILES. SOBRE LOS
ORÍGENES DE LA PAIDOPSIQUIATRÍA EN ESPAÑA*
RAFAEL HUERTAS
Depto. Historia de la Ciencia
Centro de Estudios Históricos
CSIC. Madrid.
*Trabajo realizado en el marco del Proyecto de Investigación
n PB98-0659, subvencionado por la DGES.
---------------------------------------------------------------
En
general,
cuando
se
habla
de
la
preocupación
de
la
psiquiatría y la psicología por la infancia en el cambio de
siglo y en el marco del movimiento regeneracionista, resultan
obligadas las referencias al desarrollo de la psicopedagogía en
sus
distintas
vertientes,
al
importante
papel
que
la
Institución Libre de Enseñanza jugó en este proceso y a la
aparición de la Escuela Obligatoria como espacio de vigilancia
y
diagnóstico
de
la
llamada
"infancia
anormal",
asimilada
durante mucho tiempo a la "infancia degenerada"1. De igual modo,
los origenes de la paidopsiquiatría han sido relacionados por
diversos autores con la respuesta que desde la medicina se dió
al problema de la deficiencia mental2.
1Existe
una amplia bibliografía al respecto. A modo de
ejemplo,
véase
VARELA,
J.
y
ALVAREZ-URIA,
F.
(1991),
Arqueología de la escuela, Madrid, La Piqueta; ESCOLANO, A.
(1987), "Psicología y Pedagogía", En HUERTAS, R., ROMERO, A.I.
y ALVAREZ, R. (Coords.), Perspentivas psiquiátricas, Madrid,
CSIC, pp. 27-40. Véanse, asimismo, las aportaciones sobre el
tema contenidas en este mismo volumen.
2Sobre
el particular, puede verse HUERTAS, R. y DEL CURA, M.
(1996), "La categoría 'infancia anormal' en la construcción de
una taxonomía social en el primer tercio del siglo XX",
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Ahora bien, la verdadera psiquiatrización de esa infancia
anormal
llega
asilimar
a
su
punto
directamente
culminante
con
la
cuando
enfermedad
se
la
mental
consigue
-con
la
alienación propiamente dicha- y no solo con un problema de
retraso mental o de handicap intelectual. De hecho, la locura
en los niños y en los jóvenes se relaciona directamente con la
irrupción,
demencia
en
la
nosografía
precoz
continuación,
de
y
de
qué
psiquiátrica,
demencia
manera
la
del
concepto
de
Véamos,
a
precocísima.
psiquiatría
española
encaró
dicha cuestión y las tensiones que todo cambio de paradigma
conlleva: el paso, en definitiva, de la "infancia degenerada" a
la psicosis infantil.
En
la
producción
décadas
del
amalgama
de
siglo
ideas
psiquiátrica
XX
puede
española
evideciarse
de
con
las
primeras
claridad
esa
propia de cualquier cambio de paradigma.
Mientras algunos autores rechazan de plano el nuevo concepto de
demencia
precoz,
otros
lo
irán
asumiento
con
más
o
menos
reservas, pero, como veremos a continuación, ni siquiera los
más firmes partidarios de la nosografía kraepeliniana, dejaron
de
considerar
y
aplicar
los
viejos
principios
degeneracionistas.
Entre
los
más
señalados
detractores
del
nuevo
paradigma
destacaremos a Vicente Ots y a Tomás Maeste. El primero discute
Asclepio, 48 (2): 115-127;HUERTAS, R. (1997), "Los 'niños
salvajes' y la medicalización de la deficiencia mental",
Revista de Dialectología y tradiciones Populares, 52: 217-234.
Para España, véase ROMERO, A.I. y DE DIEGO, I. (1995), "La
psiquiatría infantil durante el periodo 1886-1936 y las
aportaciones del doctor Lafora en el caso de España", En VV.AA.
Un siglo de psiquiatría en España, Madrid, Extraeditorial, pp.
167-182.
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la propia existencia de la demencia precoz como una entidad
nosológica diferenciada. Demostrando un profundo conocimiento
de la obra de V. Magnan, al que cita con profusión, mantiene
que las demencias en pacientes jóvenes tienen una explicación
fisiopatológica
sin
necesidad
de
salirse
de
los
principios
doctrinales del degeneracionismo. Indica, en este sentido, que
"Magnan nos ha dado a conocer el estigma psíquico degenerativo
de
la
inhibición
cortical,
y
admitida
la
existencia
de
la
supresión de la función de una neurona subcortical, por la
excitación de un axon o soma superior, tendríamos explicada esa
paresia,
que
autómatas,
les
podríamos
convierte
razonar
en
la
ocasiones
producción
en
de
verdaderos
los
estados
catatónicos, estáticos y catalépticos..."3. Mecanismos somáticos
-neurológicos- que tienen como fondo una degeneración cerebral
"precoz", al afectar a niños y jóvenes que acaban por "disociar
el
aparente
equilibrio
(...)
(de)
la
actividad
cerebral,
hundiéndole en la pasiva indolencia o perturbadora actividad de
la psicopatía"4.
La conclusión final de V. Ots es tajante, el cuadro clínico
denominado demencia precoz por Kraepelin tiene una dependencia
estrecha, directa y absoluta con la degeneración cerebral, de
tal forma que "nos atrevemos a afirmar que semejante entidad
morbosa
no puede aceptarse en la nosografía psiquiátrica como
afección aislada e independiente, y que cuantos casos se filian
en
ella,
no
son
otra
cosa
que
psicopatías
de
índole
3OTS y ESQUERDO, V. (1902), "Demencia precoz", Revista de
medicina y cirugía prácticas, 55: 329-337, p. 336.
4Ibidem.
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degenerativa"5.
En parecida línea de pensamiento, podemos situar a Tomás
Maestre.
El
viejo
catedrático
de
Medicina
Legal
de
la
Universidad Central de Madrid, se resiste también a aceptar la
existencia de la demencia precoz en términos que no ofrecen
dudas: "no admito la existencia de la llamada demencia precoz
como una especie nosológica mental individualizada y definida,
pues
este
proceso
dementivo
no
es
otra
cosa
que
la
final
resolución de varias y distintas formas de locura sobrevenidas
en la época de la adolescencia y aún antes en cerebros jóvenes,
tarados por ley de herencia con tara degenerativa"6.
Dos conclusiones pueden sacarse de esta breve cita; por un
lado,
que
el
estado
de
"equilibrio
inestable"
por
el
que
atraviesan los cerebros degenerados en la época de la pubertad,
hace que éste sea el momento de la vida en que pueden hacer su
aparición cuadros muy diversos de locura. No habría, pues, una
entidad específica de locura puberal, juvenil o "precoz", sino
que la adolescencia es considerada como una edad de especial
riesgo, siempre en cerebros predispuestos. Por otro lado, las
diversas "formas" de locura, como la melancolía, la manía, el
delirio
y
la
propiamente
demencia, son entendidas no como enfermedades
dichas
sino
como
"estados
cerebrales
de
orden
trófico, relacionados siempre con la circulación y la nutrición
5Ibid,
p. 330.
6MAESTRE,
T. (1906), "Formas y patogenia de la demencia
precoz", Revista Frenopática Española, 4: 177-186; 210-221;
314-319; 340-349; p. 183.
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del cerebro"7; pudiendo transformarse en un mismo individuo,
unos en otros, sin que el fondo de la alteración mental sufra
ningún cambio.
Tal planteamiento recuerda el concepto de psicosis única,
que tanta fortuna hizo, aun con antecedentes muy notables, en
la psiquiatría europea de la segunda mitad del siglo XIX8. No se
trata
aquí
de
psicuiatría,
analizar
ni
epistemológico,
la
los
sistemas
antinosografía
defendieron
los
clasificatorios
que,
como
partidarios
de
en
principio
la
psicosis
única o unitaria (Einheitphychose), pero sí de destacar cómo la
noción
de
"metamorfosis"
entre
las
distintas
"formas"
de
locura, y su evolución final hacia la demencia, implicaba un
criterio
antinosográfico
opuesto
a
la
consideración
de
enfermedades mentales suficientemente diferenciadas.
Como es bien sabido, la nosografía kraepeliniana9 y su enorme
influencia supuso el arrinconamiento del concepto de psicosis
unitaria y el establecimiento de una precisa sistematización de
numerosas
Alvarez,
enfermedades
"se
presumieron
enfermedades
7Ibid,
que,
médicas
se
como
naturales,
tratara;
ha
indicado
como
a
si
falta
de
José
María
auténticas
de
mayores
p. 347.
8Sobre
dicho concepto, puede verse GRIVOIS, H. (dir.)
(1991), Psychose naisante, psychose unique, París, Masson;
BERRIOS, G.E. y BEER, D. (1994), "The notion of unitary
psychosis: aconceptual history", History of Psychiatry, 5: 1326; HUERTAS, R. (e. p.), "Nosografía y antinosografía en la
psiquiatría del siglo XIX: en torno al concepto de psicosis
única"
9Consúltese
BERRIOS, G. y HAUSER, R. (1988), "The early
development
of
Kraepelin's
ideas
on
classification:
a
conceptual history", Psychological Medicine, 18: 813-821.
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conocimientos
etiológicos,
sintomatológicas,
se
evolutivas
enfatizaron
y
las
formas
las
coincidencias
terminales"10.
La
dementia praecox -con su déficit intrínseco- se convertía en la
enfermedad mental por excelencia, por más que, curiosamente, el
nuevo
sistema
tuviera
dificultades
para
ubicar
cuadros
psiquiátricos como la paranoia11.
No es de extrañar, pues, que Tomás Maestre, en su intento de
oponerse a la susodicha demencia precoz, recurra a nociones que
tienen que ver, tanto en el plano clínico como conceptual, con
la
psicosis
unitaria,
encuadrándola,
eso
sí,
dentro
del
discurso degeneracionista del que, como hemos visto, Maestre
hace profesión de fe.
Es,
precisamente,
la
doctrina de la degeneración la que
permite explicar, según nuestro médico, la rapidísima evolución
hacia la demencia de las locuras contraidas a edades tempranas,
al
asegurar
que
"lo
característico
de
las
locuras
de
la
adolescencia y la juventud es lo rápidamente que estas formas
vesánicas corren su ciclo de excitación y caen en el proceso
dementivo
permanente
final,
y
el
cual
crónico,
forma
simulando
en
tales
verdadera
casos
un
estado
imbecilidad.
Esta
rapidez involutiva se explica fácilmente si tenemos en cuenta
la constitución incompleta, débil y desequilibrada del cerebro
de los niños degenerados"12. Desequilibrio que, en consonancia
10ALVAREZ
MARTINEZ,
J.M.
(1997),
"Qué
fue
de
la
paranoia?", En VV.AA. La Salud Mental en los noventa. Clínica,
prácticas y organización, Valladolid, Asociación Castellanoleonesa de Salud Mental, pp. 43-79.
11Ibid,
pp. 78 y 79.
12MAESTRE
(1906), p. 348.
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con los principios degeneracionistas, daría lugar a un fenómeno
regresivo hacia estadíos menos avanzados de la escala evolutiva
filogenética y, en este caso, ontogenética: "cuando un órgano
se
para
en
su
desarrollo
antes
de
llegar
a
la
categoría
biológica de los de su especie, se verifica inmediatamente en
él un proceso regresivo que tiende a retroceder a su forma
embrionaria"13.
Otros autores, aun conociendo -y reconociendo- la existencia
de la "nueva" entidad, tienden a seguir encuadrándola en los
viejos
paradigmas.
En
íntima
relación
con
la
mencionada
concepción "unitaria" de la enfermedad mental podemos ubicar a
Arturo Giné y Marriera cuando, al presentar un caso clínico,
explica
que
el
paciente
mostró
una
evolución
de
"aspecto
polimorfo (...) primero, como una psicosis maniaco-depresiva,
después como una melancolía ansiosa, más tarde aparentando una
paranoia
persecutoria,
apareciendo,
finalmente,
la
demencia
precoz, que hoy sufre"14.
Finalmente, algunos autores de la misma época sí se mostraron
más abiertos a las nuevas tendencias. A. Rodriguez Morini, en
su "Contribución al estudio de las llamadas psicopatías de la
pubertad
y
considera
especialmente
la
perfectamente
13Ibid,
demencia
definida,
de
precoz
la
demencia
como
sujeta
a
"una
precoz"
entidad
causas
(1903),
nosológica
precisas,
con
p. 349.
14GINÉ
y MARRIERA, A. (1910). "Caso de demencia precoz.Reconocimiento e informe pericial, ordenados por el juzgado,
para decidir la conveniencia de la reclusión definitiva",
Revista Frenopática Española, 8: 65-73, p. 72. Cursiva en el
original.
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sintomatología
y
curso
propio
y
con
episodios
psicopáticos
múltiples", que tienen en común su origen hereditario y la
gravedad del pronóstico que "las hace del todo incurables"15.
Años más tarde, E. Fernández Sanz, al presentar un caso de
demencia
precoz
catatónica,
llega
a
asegurar
que
"La
psiquiatría actual admite, no como artículo de fe, sino como
artículo de convicción, la magistral concepción kraepeliniana
de la demencia precoz"16. Aunque sin alusiones directas, E.
Fernández
Sanz
maneja
conceptos
de
aparente
raigambre
degeneracionista. Así, al relatar los antecedentes familiares
destaca que su paciente era "Hijo de una histérica y de un
desequilibrado, arrebatado y violento, con positiva herencia
neuropática"17,
innatamente
indicando,
anómalo
(...)
asimismo,
que
predispuesto
"su
(...)
cerebro,
en
ya
equilibrio
inestable, declaróse definitivamente en quiebra"18.
El
"desequilibrio"
sabemos,
dos
de
degeneracionista
los
y
la
"predisposición"
elementos
propuesta
por
fundamentales
son,
de
como
la
ya
teoría
V. Magnan y P.M. Legrain en
189519; elementos que, precisamente por su vaguedad, podían ser
15RODRIGUEZ
MORINI, A. (1903), "Contribución al estudio de
las llamadas psicopatías de la pubertad y especialmente de la
demencia precoz", Revista Frenopática Española, 1: 129-137;
161-174.
16FERNANDEZ
SANZ, E. (1908), "Un caso de demencia precoz
catatónica", Revista frenopática Española, 6: 235-242, p. 235.
También FERNANDEZ SANZ, E. (1910), "Demencia precoz y
cerebropatía
infantil",
Revista
de
medicina
y
cirugía
prácticas, 88: 129-138.
17Ibid,
p. 239.
18Ibidem.
19Los
otros
dos
elementos
son
los
"estigmas"
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y
los
aplicados sin dificultad en las explicaciones causales de la
demencia precoz, en la cual, según unos, se encuentra siempre
el rasgo patognomónico de los degenerados de Magnan, esto es,
un desequilibrio entre las facultades morales e intelectuales,
observándose
a
menudo
"estigmas
de
degeneración"20;
mientras
que, para otros, los dementes precoces están "congénitamente
predispuestos"21,
considerándose
el
cuadro
como
una
psicosis
endógena, frecuentemente hereditaria y familiar.
Ahora bien; el manejo de una terminología común no debe
llamarnos a engaño. El propio Kraepelin, fuertemente influido
por la teoría de la degeneración, llega a afirmar, en la 3
edición de su Tratado, que "La predisposición psicopática puede
ser transmitida a los niños (...) en los que se acumulan las
influencias
hereditarias
-como
en
el
caso
de
matrimonios
cosanguíneos entre familiares con predisposición neuropáticadesarrollandose un handicap orgánico. En los descendientes, las
más graves formas de degeneración mental conllevan alteraciones
especialmente intelectuales y morales"22.
No
es,
receptores-
pues,
de
extraño
la
que
nosografía
los
primeros
defensores
kraepeliniana
en
-y
España
"síndromes episódicos". Véase HUERTAS, R. (1985), "Valentin
Magnan y la teoría de la degeneración" Revista Asociación
Española Neuropsiquiatría, 5: 361-367.
GINE y MARRIERA (1910), p. 66. Este autor llega a hablar
de una "predisposición latente" en aquellos sujetos en los que
la tara hereditaria tarda algún tiempo en manifestarse o no es
lo bastante fuerte como para provocar estigmas degenerativos.
20
21Ibidem.FERNANDEZ
SANZ, E. (1908)
22KRAEPELIN,
E. (1889), Psychiatrie. Ein kurzes Lehrbuch für
Studirende und Ärzt, 3 edición, Leipzig, Barth, p. 62.
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recurrieran
a
explicaciones
degeneracionistas
a
la
hora
de
razonar la etiopatogenia de la demencia precoz; lo cual no solo
se debe a la amalgama y confusión de ideas, y a la necesaria
sistematización
revolución
ecléctica
científica,
de
sino
las
que,
mismas,
como
que
conlleva
acabamos
de
toda
ver,
la
propia obra de Kraepelin tenía, al menos en sus comienzos, una
honda
base
degeneracionista.
Pero,
además,
conceptos
como
"predisposición", "desequilibrio" o "herencia morbosa" pudieron
ser utilizados indistintamente por partidarios y detractores de
la dementia praecox. La diferencia residía, fundamentalmente,
en la consideración de la demencia precoz en el viejo sentido
moreliano o en el marco de la nosografía kraepeliniana.
La démence précoce, descrita por Morel en 1852, remitía a
pacientes
jóvenes
de
ambos
sexos
que
evolucionaban
prematuramente hacia la demencia23, pacientes que el padre del
degeneracionismo clasificó dentre de su 4 clase de "locuras
hereditarias", esto es, aquellas que cursaban con "limitación
absoluta de las facultades intelectuales (...) Tercera variedad
de degenerados intelectuales, físicos y morales de la especie
humana"24. Por el contrario, la dementia praecox de Kraepelin
aparecía como una entidad nosológica perfectamente difenciada
de otras enfermedades mentales y, desde luego, de los estados
psicopáticos degenerativos, que siguen siendo considerados por
23MOREL,
B.A. (1852), Études cliniques, t.I. p. 234.
24MOREL,
B.A. (1860), Traité des maladies mentales, París,
pp. 521 y ss.
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el autor alemán en su clasificación de 189925.
Pero, si desde el punto de vista de la etiopatogenia, las
conexiones entre el degeneracionismo y el concepto de demencia
precoz
son
más
que
evidentes,
desde
la
clínica,
tanto
las
llamadas psicosis de los degenerados como el delirio crónico de
evolución sistemática, descrito por V. Magnan y P. Serieux en
189226, venían a confluir en la nueva entidad. Dicho delirio
crónico de evolución sistemática comprendía cuatro estadíos:
incubación (humor delirante), cristalización de los delirios de
persecución, aparición de delirios de grandeza y demencia27.
La presencia el delirio crónico de evolución sistemática en
los diagnósticos psiquiátricos del cambio de siglo tuvo una
importancia difícil de cuestionar. Por citar un ejemplo español
suficientemente significativo, Arturo Galcerán define, en el
año
1900,
las
locuras
degenerativas
con
las
siguientes
características comunes: "1. La existencia de estigmas de
degeneración psíquica y, en la mayoría de los casos, también
física.; 2. La sistematización del delirio, terminando en una
como
cristalización
del
yo, bajo tema intelectual, moral o
potencial; y 3. La involución de la personalidad psíquica en
25Véase
BEER, D. (1996), "The endogenous psychoses:
conceptual history", History of Psychiatry, 7: 1-29, p. 14.
a
26MAGNAN,
V. y SERIEUX, P. (1892), Le délire chronique à
évolution systématique. París, Masson.
27Un
subtipo, incluyendo conducta extravagante y hebefrénica
fue descrito el mismo año por MARIE, A. (1892), Etude sur
quelques symptômes des délires systematisés, et sur leur
valeur, París, Doin. Véase BERRIOS, G. y FUENTENEBRO, F.
(1996), Delirio. Historia, clínica, metateoría, Madrid, Trotta,
p. 97.
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disociación de carácter, hasta llegar no a la demencia, según
se repite a diario con sobrado error sino al infantilismo. Las
más
principales
de
dichas
formas
son
la
alucinatoria,
la
persecutoria y la megalómana, habitualmente sucesivas en un
mismo individuo"28.
Para
algunos
descrito
por
historiadores
Magnan
y
de
Serieux
la
no
Psiquiatría,
era
sino
"un
el
cuadro
constructo
equívoco que definía un trastorno que se encontraba más en la
teoría que en la práctica"29; para otros se trataba de una
categoría diagnóstica que "discurría por lo que actualmente
podría
considerarse
esquizofrenia,
depresión
psicótica
y
trastornos delirantes"30.
Es, precisamente, esta endeblez y ambigüedad del concepto de
delirio crónico de evolución sistemática, junto a la cada vez
más
anacrónica
teoría
de
la
degeneración
-al
menos
en
su
formulación más tradicional- y el innegable empuje de la noción
de dementia praecox lo que hace que a partir de la segunda
década
del
siglo
degeneración/no
XX
se
comience
degeneración
para
a
prescindir
distinguir
del
los
criterio
tipos
de
delirio crónico, describiéndose, entre 1909 y 1913 una serie de
cuadros clínicos que suponen un alejamiento de las ideas de
28GALCERAN,
A.
(1900),
"Consideraciones
sobre
la
clasificación de las enfermedades mentales a propósito de la
adoptada para el servicio clínico del manicomio de Reus",
Gaceta Médica Catalana, 23: 521-525 y 556-561, p. 557.
29PICHOT,
P. (1982), "The Diagnosis and Classification of
Mental Disorders in French Speaking Countries: Background,
Current
Views
and
Comparison
with
other
Countries",
Psychological Medicine, 12: 475-492, p. 478.
30BERRIOS
y FUENTENEBRO (1996), p. 97.
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Magnan e, incluso, como ha apuntado Dominic Beer, una cierta
recuperación de Esquirol a la hora de elaborar una semiología
psiquiátrica que tiene como eje central el delirio crónico31.
En España, los psiquiatras de la llamada generación de los
Archivos de Neurobiología32 son, una vez más, los que introducen
cambios definitivos en la visión de la enfermedad mental. Si,
como
hemos
visto,
durante
los
primeros
años
del
siglo,
el
debate se centraba en la existencia o no de la demencia precoz
como
entidad
nosológica
aislada,
en
la
segunda
década
la
aceptación del concepto kraepeliniano se hace incuestionable,
si
bien
la
manera
de
incorporar
el
mismo
a
los
problemas
mentales de la infancia resulta diferente según el autor que
consideremos.
Así,
la
existencia
de
niños
golfos
diagnosticados
de
demencia precoz, da la posibilidad a Sanchis Banús de explicar
algunos comportamientos anti o extrasociales como verdaderas
manifestaciones clínicas. Así, las fugas "inexplicables" del
seno
familiar
o
de
las
instituciones
(correccionales,
orfanatos,...), o la tendencia al vagabundeo son interpretadas
en el marco de un cuadro bien definido y caracterizado por
algunos prodromos -irritabilidad, inestabilidad, tendencia a la
soledad, terrores inexplicables, etc.-, tras los cuales "la
31Nos
referimos a la descripción del délire chronique
d'interprétation por Capgras y Sérieux en 1909; la psychose
hallucinatoire chronique por Ballet en 1911 y el délire
chronique d'imagination por Dupré y Logre en 1911. Véase BEER
(1996), p. 5.
32Véase
GRACIA, D. (1971), "Medio siglo de psiquiatría
española, 1885-1936", Cuadernos de Historia de la Medicina
Española, 10: 305-339.
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afectividad,
apatía
y
los
la
atimia
Episódicamente,
ambición
y
sentimientos,
de
sin
son
las
completamente:
características
embargo,
persecución,
desaparecen
presentan
abandonan
de
algunas
sin
motivo
su
la
estado.
ideas
de
alguno
el
domicilio de sus padres y vagan a la aventura"33.
Sin embargo, tal como indica Lafora, "La demencia precoz es
una psicosis de la pubertad, aislada por Kraepelin como tal, y
que suele iniciarse entre los diez y seis y los veinticinco
años. Existe, sin embargo, una forma prematura que empieza ya a
los tres o cuatro años y de la que se han escrito solo algunos
casos"34. La referencia a la "demencia precocísima" es evidente
y nos indica que la influencia de Sante de Sanctis en la
incipiente
paidopsiquiatría
española
tiene
otra
dimensión,
además de la ya expuesta, que no podemos dejar de destacar. A
comienzos del presente siglo, S. de Sanctis describió una nueva
entidad
nosológica
al
intentar
establecer
el
diagnóstico
diferencial de la deficiencia mental con un cuadro psíquico en
el que los niños: "escapan al diagnóstico de idiocia o de
imbecilidad y más bien se les debe considerar bajo el concepto
de demencia precoz, en el sentido de que presentan síntomas de
esta psicosis, tales como buena memoria, buena capacidad de
percepción, cosas todas que contrastan con la inestabilidad
extrema de la atención, una debilidad o ausencia de formación
del pensamiento de orden superior, perturbaciones graves de la
33SANCHIS
BANUS (1916),
golfo, Valencia, p. 89-90.
Estudio
médico-social
34LAFORA
del
niño
(1917), Los niños mentalmente anormales, Madrid, La
Lectura, p. 417.
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actividad voluntaria, del carácter y de las actitudes, tales
como
negativismo,
tendencia
a
las
acciones
rítmicas,
impulsividad..."35.
La influencia de la nosografía kraepeliniana se deja sentir
en
esta
nueva
mirada
hacia
el
niño
loco
y
el
término
de
"demencia precocísima", en clara alusión a la dementia preacox
de Kraepelin, es aceptado y asumido por diversos autores36,
hasta
llegar
a
la
definición
de
esquizofrenia
infantil
establecida ya en 193737.
Sanchis Banús no parece conocer o, al menos no cita en
ningún momento, los trabajos de de Sanctis ni el concepto de
"demencia precocísima", lo que sí hace es, como acabamos de
indicar,
Kraepelin,
seguir
en
todo
distinguiendo
momento
formas
de
los
planteamientos
demencia
precoz
como
de
la
hebefreno-catatónica o la paranoide en este tipo de niños.
El trabajo de Lafora es, en nuestra opinión, más fino y
documentado y, en él, podemos destacar dos aspectos relevantes:
la minuciosa descripción clínica de los cuadros y la clara
vocación higienista del autor a la hora de intervenir sobre el
35Existen
varios trabajos de este autor dedicados a esta
nueva entidad y publicados entre 1906 y 1909; la cita textual
ha sido tomada de SANCTIS, S. (1908), "Dementia praecocissima
catatonica oder Katatonie des früheren Kindesalters?", Folia
neurobiologica, 2: 2-12, p. 9.
36Así,
AUBRY, E. (1910), "Psychoses de l'enfance à forme de
démence précoce", L'Encéphale, 10: 272-278.
37Tal
descripción fue presentada en el Primer Congreso
Internacional de Psiquiatría del Niño, celebrado en París en
1937 y publicado con detalle en LUTZ, J. (1937), "Über die
Schizophrenie in Kindersalter", Arch. Neurol. Weurochir.
Psych., 39: 335-372 y 40: 141-161. El esquema que sigue,
aplicado al niño, es muy similar al de Bleuler.
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problema. En lo que se refiere a la primera cuestión, a las
tradicionales formas hebefrénica, catatónica y paranoide, añade
la
heboidofrenia,
descrita
originariamente
por
Kahlbaum,
y
denominada también demencia simple por ser "la menos intensa,
la de desarrollo más lento, y en la que faltan esos síntomas
peculiares de las otras o están muy velados"38. Nos parece
interesante
la
consideración
de
esta
variedad,
ausente
en
Sanchis Banús, por ser precisamente la que se describe como más
frecuente entre los sujetos inadaptados socialmente y la que
más se aproximaría al perfil del "golfo". "A ella pertenecen" explica Lafora- "muchos desertores, criminales, vagabundos y
prostitutas en perpetua inadaptación al medio, y que, más o
menos tarde, con motivo de alguna emoción violenta o profunda,
caen en un estado de mayor perturbación intelectual o en la
demencia simple"39.
En cuanto a la "demencia precocísima", Lafora asegura que
"el cuadro clínico corresponde bastante exactamente con el de
la demencia precoz; pero su evolución es mucho más rápida y
progresiva, produciéndose en poco tiempo, una desintegración
intelectual que da lugar a una verdadera demencia infantil,
tanto,
que
estos
casos
han
sido
confundidos
con
otros
de
precoz
como
la
cerebropatías infantiles adquiridas"40.
En
segundo
precocísima
lugar,
deben
38LAFORA
tanto
ser,
en
la
demencia
opinión
de
Lafora,
(1917), p. 421.
39Ibidem.
40Ibid,
p. 422.
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objetivo
prioritario de la Higiene mental. Nuevamente la escuela juega
un papel preponderante en la observación de estos niños. "No
sólo interesan al educador y psiquiatra los raros casos de
demencia precocísima, sino también aquellos muy frecuentes de
demencia precoz, los cuales, desde la infancia, muestran ya
ligeros
síntomas
precoces
hebefrénicos.
presentan
en
los
estos
años
candidatos
escolares
a
dementes
peculiaridades
intelectuales y modificaciones des caracter de tipo autístico,
que
motivan
el
que
los
camaradas
los
llamen
'chiflados'
o
'raros' y los diferencien y se aparten de ellos"41.
El diagnóstico precoz de determinados "signos de alarma"
facilitará, obviamente, la aplicación de medidas higiénicas que
prevengan
la
instauración
del cuadro clínico, por eso, "en
presencia de un escolar con una personalidad muy marcada, que
se
aisla
de
los
demás,
que
muestra
impulsiones
y
acciones
inesperadas, que presenta depresiones transitorias y épocas de
alguna
indiferencia
sospechar
en
la
o
de
delirio
posibilidad
de
una
persecutorio,
demencia
debemos
precoz
en
incubación y antes de que empiece a marcarse el defecto en toda
su
pujanza,
debe
seguirse
una
higiene
mental
cuidadosa,
evitando toda fatiga mental y toda emoción fuerte al niño,
sobre todo al aproximarse a la adolescencia"42.
41Ibid,
p. 418.
42Ibid,
p. 419. El concepto de "incubación" de la enfermedad
mental es mucho más antiguo. Sobre el particular, véase
MARTINEZ-PEREZ, J. (1993), "La noción de 'incubación' de la
locura y su significado para el desarrollo de la psiquiatría
forense francesa en el primer percio del siglo XIX", En
GONZALEZ DE PABLO, A. (coord.), Enfermedad, clínica y
patología. Estudios sobre el origen y desarrollo de la Medicina
Contemporánea, Madrid, Ed. Complutense, pp. 265-280. Tampoco
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Se
confirma,
de
esta
médico-social
de
proyecto
reforma
de
los
manera,
la
psiquiatras
psiquiátrica
vocación
que
preventiva
prepararon
de
la
II
el
y
gran
República
española43, trascendiendo el interés eminentemente clínico y sin
connotaciones sociales que hacia el degeneracionismo demostró
el
alienismo
español
decimonónico.
Encuadrando
el
discurso
psiquiátrico en el marco de la Medicina Social y de la Salud
Pública, se pretendía abordar la patología mental en general -y
el ya muy devaluado y matizado problema de la degeneración en
particular-,
desde
mediante
presupuestos
la
que
intervención
pretendieron
en
el
espacio
superar
la
social
estricta
asistencia manicomial incorporando los principios de la Higiene
Mental.
puede olvidarse, como ya hemos apuntado, que en el delirio
crónico de evolución sistemática, descrito por Magnan y
Sérieux, se considera una etapa de "incubación", que los
autores franceses denominan "humor delirante".
43ESPINO,
J.E. (1980), "La reforma de la legislación
psiquiátrica
en
la
Segunda
República:
su
influencia
asistencial",
Estudios
de
Historia
Social,
14:
59-106;
COMELLES, J.M. (1988), La razón y la sinrazón. Asistencia
psiquiátrica
y
desarrollo
del
Estado
en
la
España
contemporánea, Barcelona, PPU; HUERTAS, R. (1995), "El papel de
la higiene mental en los primeros intentos de transformación de
la asistencia psiquiátrica en España", Dynamis, 15: 193-210.
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