ÍNDICE Comentario de texto Contra las patrias Contextualización de la obra 1 El libro contra las patrias está escrito por Fernando Savater que nació en San Sebastián en el 1947, es filósofo y escritor, fue profesor de Ética en la Universidad del País Vasco y hoy en día imparte clases en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. Ensayista, periodista, novelista y dramaturgo, ha publicado más de cuarenta y cinco libros, algunos de los cuales han sido traducidos a una docena de lenguas. Sus obras más conocidas son La infancia torpedeada, Ética para Amador, Diccionario filosófico, El valor de educar, Las razones del antimilitarismo y otras razones y Contra las patrias. Savater se ha convertido en uno de los intelectuales de mayor prestigio y algunas de sus creaciones han merecido galardones tan destacados como el Premio Nacional de Literatura, el Premio Anagrama, el Premio Cuco Cerecedo y el González−Ruano de Periodismo entre otros. Contra las patrias fue publicado por primera vez en 1984, aunque este comentario de texto sea sobre el publicado actualmente hay que aclarar que entonces tuvo el aire de un panfleto. Actualmente ampliada y revisado por Fernando Savater, vuelve como una reflexión ininterrumpida, de una impecable coherencia, que estimula nuestra memoria, nos arranca de la indiferencia y nos sacude la indolencia en la que suele sumergirnos el dulce encanto del olvido. Resumen Breve Ahora ya un poco centrados sobre quien es el autor y su contextualización podemos empezar con el denominado comentario de texto. Este libro brevemente trata del problema de las nacionalidades y los nacionalismos en España, empezando por el primero y fundamentacional, que es el nacionalismo español. Al fin y al cabo, lo ocurrido en Europa y en España, desde la aparición de esta diatriba, confirma ampliamente, como dice Savater, «la vigencia de las objeciones antinacionalistas que propuse en su día.» − Victimas del patriotismo. En este apartado del libro Fernando Savater hace referencia la los pensamientos ideológicos de cada de unas de las naciones, de cómo las naciones se burlan de las demás y de cómo todas tienen su razón. Savater habla sobre que el hombre busca permanentemente una razón a nuestro estar unos juntos a otros. Unas de las aspiraciones más importantes de la humanidad ha sido siempre saberse pertenecientes a una unidad superior. Con este fin, las comunidades han aprovechado recursos que brindan el mito y la historia, la razón y el sentimiento, la religión, la política y la profecía revolucionaria. Lo importante es sentirse uno con quienes deferirán de nosotros, aunque en otros se nos parezca. Si no hubiesen existido más que un solo grupo de hombres en toda el planeta tierra, no habría enfrentamientos entre diferentes naciones, solo en los subgrupos que serían las familias. Los hombres sólo identifican como nación a través del enfrentamiento y la exclusión. La palabra Nación se refiere a la pertenencia al mismo linaje, designaba los nacidos en un mismo tronco. El termino no es lo mismo como la utiliza la organización política, podría servir para nombrar a una muchedumbre de personas unidas por un destino común. El concepto de Patria hace referencia al lugar de nacimiento de cada uno. En cuanto al termino Patriota, se 2 aplica a su patria, al que ha hecho algún sacrificio por la misma. El termino de nacionalismo se utiliza para designar un sentimiento de pertenencia étnica o cultural, hasta el punto que una persona puede ser nacionalista germánico y patriota sueco o francés. Nacionalismos y patriotismo son ideologías que se reclaman más deudoras de la biología que del pacto social. Este planteamiento adquirió desde comienzos del siglo pasado sus perfiles definitivamente oscurantistas. La nación no es una esencia platonizante ni una realidad histórica preexistente a la voluntad política de quienes la inventan, organizan e imponen por la fuerza a los remisos. − Lo nacional y lo nacionalista en la cultura española actual. Savater habla sobre el tema de las diversas culturas nacionales que funcionan en España hoy en día. Hace evidencia del modelo que impera en España durante siglos ha tenido un carácter coactivo y uniformizador flexiblemente respetuoso con la diversidad lingüística, legal, etc., de los pueblos de la península ibérica. El modelo triunfante es el centralista castellano, austero, hidalgo, intransigente y militar, que se impuso finalmente por la fuerza a la otra alternativa nacional, el proyecto catalán, mediterráneo, comercial, herético y sensual. Otros grupos étnicos más primitivos, como los vascos y los gallegos, dotados de una peculiar vida popular, quedaron encerrados en si mismos, parcialmente descolgados del proyecto colectivo del Estado. A partir de la instauración de la democracia en España, nadie ha cuestionado seriamente el derecho de las diferentes nacionalidades a ejercitar libremente su lengua, costumbres y forma peculiar de entender la vida. También se acepto mayoritariamente el derecho histórico de algunas comunidades encuadradas en el Estado español a gozar de un relativo grado de autonomía. Savater admite el derecho a la autonomía de los pueblos, pero posee sus reservas en cuanto a lo inequívoco de las palabras derecho, autodeterminación y pueblo. Piensa que no es necesario compartir la pasión nacionalista para apoyar el de derecho en su más libre expresión, lo mismo que no es preciso ser creyente para reivindicar la libertad religiosa. En el terreno educativo la autoinstitucionalización patriótica se hace notar de manera opresiva. El problema de España es el de la vieja Nación−Estado europea. Una nación o cultura experimentan dificultades invencibles tanto como para crear subconjuntos viables como para integrarse en una superestructura coherente. − Las Españas de España. Savater habla sobre la variabilidad en la geografía española. Se trata de las distintas características nacionales que se agrupan bajo el vacilante lema de Estado español. España es varia aunque quienes ven con relativa sospecha tal afluencia de identidades contrapuestas se quedan con una distinción fundamental: la que opone aquellas nacionalidades que ante todo se definen como resistencia contra lo español frente a las que se aceptaban o se resignaban a tan infamante titulo dentro de su peculiaridad regional. Ser vasco o catalán ha sido en este siglo no sentirse español ni resignarse a serlo, lo mismo que ser andaluz, murciano o cántabro. Ser vasco o catalán no puede eternamente no ser español o serlo a regañadientes, pero ante todo ser español no debe tener otro contenido en determinadas zonas de Iberia que el de ser vasco, catalán o gallego con plena y radical libertad democrática. − Breve apología del terrorismo. 3 Algo que funciona en este mundo sin lugar a duda es la mentalidad terrorista, que no es exclusiva de los terroristas de vocación. Casi todo el mundo la practica a ratos y hasta los más misericordiosos razonan de vez en cuando con cabeza de asesinos. En el campo de las relaciones internacionales, el terrorismo ha sentado hace mucho plaza de sentido común. Savater hace referencia sobre que la mentalidad más terrorista que se puede pedir es aquella que considera normal vivir en un equilibrio de terror. − Violencia y conformismo. Hay quien dice que la no violencia, el pacifismo, antimilitarismo, son posturas ineficaces. Se habría de señalar que el criterio de eficacia no es el único que ha de juzgar lo que debe o no hacerse. Existen opciones que no son siervas de la necesidad y la muerte, sino libres. Encierran mas heroísmo que el de los matasiete que no valen más que para verdugos o victimas. La violencia solo es eficaz para perpetuar o reproducir el orden basado en la coacción o la violencia; y como todo combate armado concluye en desigualdad de las fuerzas, por revolucionaria que pretenda ser, no hace mas que perpetuar la desigualdad. Aceptar o rechazar los medios violentos de lucha contra o a favor del orden es cuestión de conformismo. Cuando más conformista se es, más se confía en la violencia. − La fiel autonomía La identidad nacional sirvió para dotar de un mito legitimador a la función centralizadora del Estado. Las reivindicaciones lingüísticas y nacionales pasaron a engrosar, junto a las raciales, sexuales, etc., el protocolo diferencialista de las dos ultimas décadas. Este derecho a la diferencia exige poder ser libremente como uno es con quien uno es, sin imposiciones normalizadoras de la mayoría. − Euskadi como cuestión de Estado El Estado nacional ha llegado a ser demasiado pequeño para los grandes problemas de la vida y demasiado grande para los pequeños. Es preciso distinguir entre conciencia nacional y nacionalismo: la primera es una forma sana y hasta lucida de identidad social, mientras que el segundo tiene un origen traumático y comporta agresividad, narcisismo y delirio persecutorio. Nos hace nacionalistas quien niega nuestra identidad nacional, nos persigue por causa de ella o pretende imponernos la suya. El nacionalismo es a la vez expansionista y aislacionista. Padece una fascinación fetichista por la identidad y un gusto coactivo por lo unánime, por lo popular, heterofobia, a lo que rompe la imagen unitaria y nativista en la que se han depositado todos los valores. El nacionalismo vasco ha brotado de la presión del nacionalismo español y no va a suprimirse por decreto ni a fuerza de Guardia Civil. El independentismo vasco es muy español. El nacionalismo vasco se ha convertido en la ideología de los que no pueden vender otra. La evolución política del nacionalismo vasco en los últimos años es muy ilustrativa. De reivindicaciones 4 concretas y legitimas como la lengua, la bandera, la autonomía, se ha ido pasando a una pura hostilidad contra lo español. La democracia es un principio político único, pero sus normas de aplicación en cada país concreto deben adaptarse de forma máximamente flexible a las peculiaridades nacionales de éste. − No nos entienden En este apartado Savater desea dar a entender que el terrorismo no sirve más que para brutalizar las conciencias y regalar coartadas al autoritarismo estatal, que se puede conservar el fervor y la imaginación de la izquierda sin mancharse cada día las manos de sangre. − Violencia y comunicación La única alternativa activa a la violencia es la comunicación, centrada en torno a ese instrumento privilegiado que es el lenguaje humano. Dos objeciones fundamentales suelen hacerse a la propuesta de sustituir en la medida de lo posible la violencia por la comunicación. Según la primera, el lenguaje también es violencia; la segunda establece que la verdadera comunicación es imposible en las atroces circunstancias históricas en que vivimos. Decir todo es una decisión de esa visión indiferencialista típica de la propia opción por la violencia. El lenguaje necesita mantener al otro en la comprensión y la respuesta hasta cuando miente, hasta cuando asesta una orden inapelable. − Darle gusto a la lengua Savater hace referencia a que ninguna lengua puede ser descalificada por el numero de hablantes de la misma, la cuantía y calidad de las obras literarias en ella escrita, sus aptitudes para vehicular la ciencia moderna, su extensión geográfica, etc. Las invasiones y los mestizajes, el intercambio forzoso y la pluralidad inevitable me parecen siempre muy preferibles a la mongolizadora pureza étnico−cultural. Es mejor tener dos lenguas que una y mejor conocer tres que dos. − Para que caiga la hoja de la parra. En este apartado Savater hace referencia de los peligros externos e internos que amenazan a la cultura en las nacionalidades autonómicas. Dice que vivimos en un país de tradición juntamente salaz y puritana, desbocado en la masturbación mental y represivo en la exteriorización de la licencia. Conclusión Este libro es muy interesante para alguien que pueda entenderlo, y opinar sobre el, y opinar no puedo opinar mucho, porque todos sabemos que este libro es bastante bueno, y yo estoy totalmente de acuerdo con Savater, porque de manera indirecta, haciendo el resumen y leyendo el libro te enteras en que país estas, lo que es una nación, el terrorismo en España, etc. 2 5