ANEXO II. APUNTES PARA UNA VALORACIÓN PERSONAL DEL PENSAMIENTO DE DESCARTES Y DE SU ACTUALIDAD Elaborar una relación completa de los puntos de la filosofía cartesiana para valorarla y determinar su actualidad es una labor extensa, pues la influencia de este autor ha estado y sigue presente en la filosofía y en la ciencia hasta hoy en día. En primer lugar, podemos reflexionar críticamente sobre sus tesis más controvertidas: 1- La evidencia como criterio suficiente para determinar la verdad de una proposición, tal como aparece en la primera regla no lo es, si tenemos en cuenta que en la IV Parte del Discurso del Método, pues sólo tras la demostración de la existencia de Dios como ser veraz y bueno se garantiza que todo lo que la razón percibe como evidente es absolutamente verdadero. ¿La autonomía de la razón perseguida por Descartes queda sofocada por la creencia religiosa? ¿Vuelve la filosofía a estar sometida a la teología? Algunos estudiosos de Descartes consideran que Descartes hace un uso interesado de la figura divina, en el sentido de que no le interesa Dios por sí mismo, sino en tanto que la demostración de su existencia le permite avanzar en sus argumentaciones filosóficas. Otros consideran que realmente, Descartes no duda de todo: deja aparte su fe y sus creencias. 2- Muchos estudiosos han criticado la demostración de la existencia del mundo a partir del pensamiento. Consideran que, realmente Descartes queda encerrado en el solipsismo del pensamiento, pues la demostración de la existencia de Dios a partir de la idea de Dios, y el uso del argumento ontológico de San Anselmo no permite pasar del pensamiento a la realidad. Además, y a pesar de sus críticas a la escolástica, Descartes sigue muy de cerca en estas pruebas el proceder escolástico, al tener en cuenta la teoría de la causalidad aplicada a las ideas y al yo (inspirándose así en Tomás de Aquino, en las vías 2ª, 3ª y 4ª, es decir, de la causalidad eficiente, de la contingencia y de los grados de perfección). Kant, por ejemplo, criticará esas pruebas de la existencia de Dios hechas por Descartes. 3- El dualismo antropológico cartesiano, como todos los dualismos, tiene la dificultad de plantear la relación entre dos sustancias de naturaleza distinta. En el caso de Descartes, además, la profunda unión que existe entre el alma y cuerpo, a pesar de ser sustancias tan distintas, dificulta aún más mantener ese dualismo. La tesis de carácter fisiológico de Descartes para dar cuenta de la relación entre alma y cuerpo ( la glándula pineal como punto de conexión entre alma y cuerpo) es débil. 4- La Física de Descartes también presenta deficiencias. La inexistencia del vacío chocaba con las experiencias físicas del momento (como hizo el físico Torricelli). Parece más bien, a juicio de algunos historiadores, una herencia aristotélica (según Aristóteles, la naturaleza tiene horror al vacío). 5- La defensa de un método puramente sin necesidad de recurrir a la experiencia, no resultó tampoco el método que hizo avanzar realmente la ciencia, y sí lo hizo el método de Galileo (método experimental). No obstante, hay que destacar que, incluso en el método de Galileo, se trata de un método en el que las matemáticas son el lenguaje 1 desde el cual se formulan las hipótesis que luego se intentan confirmar mediante su verificación experimental. También es destacable la contribución del pensamiento de Descartes a nuevos planteamientos: - Con Descartes empieza la filosofía moderna, una filosofía emancipada de la autoridad, eclesiástica o de cualquier otra índole, que reclama la autoridad única de la razón. Es signo del proceso de secularización que se está dando en toda Europa. Toda la filosofía de la Ilustración no será más que una defensa de esta autonomía de la razón en todos los ámbitos de la vida humana. - La necesidad de un método que permita delimitar claramente qué es ciencia y qué no lo es, un método que pueda ser aplicado de forma sistemática a todos los ámbitos del conocimiento, es una conquista del pensamiento moderno que ha llegado hasta nuestros días. Si hoy en día se puede identificar el proceder científico es por su metodología. - En Matemáticas, Descartes ha pasado a la historia de estas ciencias como el creador de la geometría analítica, estudio de ciertos entes geométricos mediante técnicas básicas del análisis matemático y del álgebra en un determinado sistema de coordenadas. Esta geometría permite: Dado el lugar geométrico en un sistema de coordenadas ( determinadas por los dos ejes perpendiculares: eje de abscisas y de ordenadas)obtener su ecuación, la cual permite representar figuras geométricas mediante fórmulas del tipo f(x,y) = 0, donde f representa una función u otro tipo de expresión matemática. Dada la ecuación en un sistema de coordenadas, determinar la gráfica o lugar geométrico de los puntos que verifican dicha ecuación Esta geometría de Descartes se desarrolla a lo largo de la historia con la aparición de la geometría diferencial con Carl Friedrich Gauss y más tarde con el desarrollo de la geometría algebraica. Tan importante fue el desarrollo de esta geometría, que aunque Descartes la llamó geometría analítica, se conoce como geometría cartesiana. En todo caso, la presencia de Descartes en la filosofía y la ciencia de siglos posteriores es innegable, tanto para bien como para mal: 1- Por la influencia en corrientes posteriores. Los principales filósofos estudiaron su filosofía, alineándose de su lado (como el resto de los racionalistas), oponiéndose a él (como los empiristas), intentando una síntesis del Racionalismo y del Empirismo ( Kant). En siglos posteriores (siglos XIX y XX), el hallazgo del yo como conciencia fundamentó la corriente del Idealismo alemán ( Fiche, Schelling, Hegel), de la fenomenología ( Husserl) y del existencialismo ( Heidegger, Sartre). El raciovitalismo de Ortega y Gasset, en el siglo XX, no puede entenderse sin la filosofía de Descartes. 2 2- Por el modelo mecanicista del universo, y su impronta en la evolución de la física y de la filosofía. El mecanicismo, que anula cualquier causa final o propósito en la interpretación de la naturaleza, es creación de Descartes (a pesar de que su negación del vacío sea falsa), el modelo dominante sobre la naturaleza, por lo menos en física. El mecanicismo cartesiano posibilita reducir todas las ciencias que tratan de la materia a la física sentó las bases de la "fisicalización" de las ciencias durante el siglo XIX, y en la filosofía positivista del mismo siglo. A finales del XVIII y principios del XIX, el físico Laplace, convencido del determinismo de las leyes físicas, dijo que cuando conociéramos todas las leyes que actúan en el universo, no se necesitaría de la hipótesis cartesiana de un “Dios relojero” como causa eficiente del universo ( Dios como creador de la maquinaria perfectamente coordinada del universo, como si fuera un reloj).. 3- Por sus planteamientos acerca de la naturaleza humana, la influencia llega hasta nuestros días en distintos puntos, y con una importancia enorme. Todos los debates en torno a la naturaleza humana que se pueden plantear a raíz de Descartes se generan por su radical dualismo antropológico, por el cual cuerpo y mente son sustancias radicalmente distintas: - irreductibles la una a la otra - independientes entre sí - el cuerpo sometido a las leyes físicas, la mente no. - la mente subsiste separada del cuerpo. - la mente es sinónimo de conciencia, de pensamiento consciente. - los seres que carecen de mente (los animales) son puras máquinas. Estos planteamientos dualistas cartesianos, y sus consecuencias, han generado numerosos debates: 3.1- La consideración del cuerpo como una máquina abrió la posibilidad del estudio del cuerpo humano, pero también abrió el problema de la relación entre cerebro y mente (Descartes proponía la glándula pineal como el punto de interacción de las dos sustancias), y la explicación de la conducta humana. En relación con la conducta humana, antes de Descartes, cualquier función vital de los organismos se explicaba por la existencia del alma. Descartes estableció una división de los actos en involuntarios y voluntarios. Los primeros son resultado de acciones automáticas a estímulos externos. Los voluntarios son gobernados por la mente, debido a que las personas eligen actuar así. Según la radical separación cartesiana, la mente no puede operar por principios físicos, no puede ser resultado del funcionamiento de moléculas, y el intento de explicar la conciencia personal en términos biológicos es un “reduccionismo” materialista inadmisible desde un punto de vista cartesiano. De resultas del dualismo, se dividió el campo de estudio de la conducta humana en dos tradiciones psicológicas distintas: la primera se dedicó al estudio de la mente, utilizando la introspección como método. Otros 3 científicos investigaron los reflejos, provocados por estímulos externos que activan los órganos sensoriales, reflejos que eran estudiados mediante observación y experimentación. En relación con el problema mente-cerebro, a partir de Descartes y hasta nuestros días, encontramos distintos planteamientos. En este terreno se plantean preguntas de gran calado desde el punto de vista filosófico y neurocientífico: ¿son las actividades mentales distintas o idénticas a los procesos cerebrales? Para los que piensan que ambos son lo mismo, la pregunta que surge es: ¿a qué se debe en ese caso la ilusión de que nos parezcan diferentes? Por su parte, quienes consideran que la explicación de la mente debe encontrarse en la actividad del cerebro deberían preguntarse, en cambio, cómo los procesos cerebrales producen los procesos mentales. Y, para aquellos para los que la mente tiene una cierta independencia respecto del cerebro, resulta obligado plantearse si se puede o no separarlos nítidamente y cómo se relacionan entre sí. Entre los neurocientíficos se pueden dividir las opiniones o teorías de los en cuatro grandes grupos: a) el conductismo; b) el monismo reduccionista, que incluiría el materialismo eliminativo; c) el dualismo neurofisiológico; y d) el fisicalismo no reduccionista. Los neurocientíficos que defienden el dualismo (como Eccles) son herederos de Descartes, y hoy en día no es la teoría más defendida; y d) el fisicalismo no reduccionista ( a esta corriente pertenecen quienes consideran que la mente es una propiedad emergente del cerebro, aunque no puede reducirse al cerebro).. Hoy en día, Descartes sigue de actualidad porque este dualismo en relación al problema mente-cerebro está siendo cuestionado por la ciencia desde diferentes frentes: o Los avances en el estudio del genoma humano parecen indicar que determinados rasgos del carácter vienen definidos y determinados genéticamente. o La neurofisiología pone en entredicho el dualismo cartesiano, al mostrar mediante técnicas de observación del cerebro (por tomografía por emisión de positrones o TEP, por Scanner de resonancia magnética…) el estrecho vínculo que existe entre la activación de determinadas áreas del cerebro y la aparición de sentimientos, pensamientos y valoraciones. Daños en zonas cerebrales provocan alteraciones en procesos mentales, y activación por parte del experimentador de determinadas zonas del cerebro mediante ondas magnéticas craneales, por ejemplo, o por activación eléctrica de un grupo de neuronas, desencadenan un proceso mental El psicólogo Steven Pinker considera que “A los humanos nos gusta pensar que tenemos un cuerpo (que incluye el cerebro) u una mente o alma. Y nos encanta creer que esa mente, alma o espíritu controla de algún modo nuestro cerebro, del mismo modo que una persona controla un ordenador. Sin embargo, lo cierto es que “todos los fenómenos que siempre hemos pensado que 4 correspondían al alma, las emociones, la moralidad, el razonamiento, la percepción, la experiencia, todos, consisten en actividades fisiológicas en los tejidos cerebrales. La neurociencia demuestra que no se trata de que nosotros tengamos un cerebro, sino de que nosotros somos nuestro cerebro” ( El alma está en el cerebro. Eduardo Punset, página 90-91. Editorial Aguilar, 6ª edición, Madrid 2007). o En esta crítica al dualismo cartesiano resulta paradigmático el análisis del neurofisiólogo Antonio Damasio, quien en su libro “El error de Descartes” ( Editorial Crítica, 2001) considera que bajo el error del dualismo cartesiano se encuentran: toda una serie de ideas sobre el cuerpo, el cerebro y la mente que, de un modo u otro, siguen siendo influyentes en las ciencias y las humanidades de Occidente. la propia práctica médica. Como resultado de esta separación entre cuerpo y mente, las consecuencias psicológicas de las enfermedades del cuerpo se suelen pasar por alto. Más desatendida es aún la situación inversa, los efectos sobre el cuerpo del conflicto psicológico. la negación de la neurociencia durante tiempo a estudiar evolutivamente la conciencia y la mente:”¿Cuál fue el error de Descartes? (…) Se podría empezar con una queja, y reprocharle el haber convencido a los biólogos de que adoptaran, hasta el día de hoy, mecanismos de relojería como modelo para los procesos biológicos. Pero esto quizá no sería muy honesto, de modo que podríamos continuar con “Pienso, luego existo”. (…) Tomada en sentido literal, la afirmación ilustra precisamente todo lo contrario de lo que creo que es cierto acerca de los orígenes de la mente y acerca de la relación entre mente y cuerpo. Sugiere que pensar, y la consciencia de pensar, son los sustratos reales del ser. Y puesto que sabemos que Descartes imaginó que pensar es una actividad muy separada del cuerpo, celebra la separación de la mente, la “cosa pensante”, del cuerpo no pensante. (…) Pero mucho antes del alba de la humanidad, los seres eran seres. En algún punto de la evolución, comenzó una consciencia elemental. Con esta consciencia elemental vino una mente simple. (…) Así pues, para nosotros en el principio fue el ser, y solo más tarde fue el pensar. Y para nosotros ahora, a medida que llegamos al mundo y nos desarrollamos, seguimos empezando con el ser, y sólo más tarde pensamos (… ) puesto que el pensamiento está en realidad causado por las estructuras y las operaciones del ser”. 5 o Respecto a esta consideración de la mente humana como algo separado e independiente del cuerpo, que lleva a no plantearse su origen biológico, sometida a las leyes de la evolución, Steven Pinker considera que la negación moderna del sustrato material del ser humano ha venido acompañada de concepciones erróneas de la naturaleza humana y de prácticas sociales incorrectas, en cuanto a la educación, la justicia y la delincuencia. Si no reconocemos y conocemos el origen evolutivo del cerebro y de la mente, no podemos afrontar los problemas de las sociedades (la violencia, el fanatismo, la aparición de estereotipos y de prejuicios…) 3.2- La consideración de la mente como sinónimo de la conciencia, en la que la voluntad, libre, debe someterse al entendimiento. Una “réplica” a este planteamiento cartesiano se ha dado desde diferentes frentes y en distintas épocas: - El psicoanálisis de Freud en el siglo XIX. Freud considera que lo que llamamos conciencia no es más que la punta de iceberg de una realidad que es anterior a la aparición de la conciencia y a la cual hay que referirse para entender la naturaleza de ésta: el inconsciente, la dimensión del psiquismo de las pulsiones vitales. El yo y su razón dependen de fuerzas irracionales que escapan a la conciencia. - El vitalismo de Nietzsche en el siglo XIX. El vitalismo de Nietzsche es una crítica radical a la hipertrofia de la razón y a esa idea de la conciencia humana como el escenario donde se construye la verdad. - Desde la neurociencia actual, se ha demostrado que no existe un “yo” director de los procesos mentales, y que el inconsciente toma decisiones antes de que la consciencia lo haga, y una persona no sabe siquiera exactamente los motivos por los que toma las decisiones que toma. Las decisiones que llamamos lógicas tienen mucho de proceso inconsciente y emocional. La mente no es sinónimo de consciencia y de racionalidad (si entendemos por tal la capacidad de actuar de manera efectiva de acuerdo a propósitos, con una intencionalidad) no se genera en la consciencia, sino que se “fragua” en el inconsciente. Incluso se ha llegado a decir que la libertad es una “ilusión” creada por el cerebro. En experimentos recientes sobre acciones voluntarias, se ha demostrado que el cerebro “decide” antes de que experimentemos la decisión libre de actuar. En palabras de Libet: “La iniciación del acto voluntario libre parece comenzar en el cerebro de manera inconsciente, mucho antes de que la persona sepa conscientemente que quiere actuar”. En palabras de Francisco J. Rubia, “El libre albedrío o la voluntad libre sería, pues, otro engaño parecido al hecho de tener la impresión falsa de que los colores existen en la naturaleza y no son una asignación que la corteza visual hace a los impulsos que llegan de la retina; o la impresión de la existencia de un ‘yo’ para el que no existe ninguna base neurobiológica en nuestro cerebro(…) La separación tajante que hizo René Descartes de la res cogitans de la res extensa, es decir, del alma del cuerpo, tenía su razón de ser en una época en la que esa separación permitía estudiar el cuerpo sin entrar en conflicto con la Iglesia. Por eso a Descartes se le considera el padre de la anatomía, de la fisiología, e incluso de la medicina moderna, así como también de la filosofía moderna. Pero suele ocurrir que lo que en una época es una 6 ventaja puede ser en otra una desventaja o una rémora, y hemos tardado casi cuatro siglos en poder estudiar los fenómenos mentales con el método científiconatural”(…) Al rechazar el dualismo metafísico cartesiano, la ciencia tiene que reconocer que el mundo material, al que pertenece el cerebro, está sometido a leyes deterministas”. 3.3.- La consideración de la mente como algo exclusivo del ser humano y la consideración de los animales como puras máquinas. Esto no sólo marcó la dificultad para estudiar evolutivamente la mente humana, sino también marcó las relaciones del ser humano con los animales. Si la mente y la conciencia son cuestiones de todo o nada, y a los animales les ha tocado el lote de la “nada”, a los animales les quitamos la posibilidad de tener algunos procesos mentales, o algunos niveles de conciencia semejantes al humano, por ejemplo, la conciencia del dolor. La discusión sobre si los animales sufren o no, y en qué medida, sólo puede ser aclarada si aclaramos qué es la consciencia y la mente. 7