MENTE DE ACERO José Rafael Ferrero 4:30 am: Por fin llegó el día tan esperado, la carrera para la que llevas meses preparándote ha llegado con el sonido del despertador, a la misma hora y como todos los domingos previos a ese día, comienzas con el ritual: ir al baño, tomar agua, desayunar (ASI NO TENGAS HAMBRE) y ponerte la ropa que preparaste el día anterior, chequeando todos los detalles, sin saber que el único error que vas a cometer en la carrera ya sucedió 24 horas antes cuando hiciste una mala elección de tus zapatos y tus medias. 5:30 am: llegas al punto de salida, saludas a los panas, estiras, empiezas a calentar, chequeas que el reproductor de música tenga batería, que el GPS del reloj esté activado, comienza a despuntar el sol y con él, la adrenalina, todo parece indicar que va a ser un día perfecto para tomar revancha de esa ruta que tanto te costó la primera vez y que terminaste casi sin aliento, esta vez tiene que ser diferente, has entrenado mejor que en la anterior y sientes una vibra diferente en el ambiente, pero ya has cometido un error antes de empezar la carrera y no lo sabes. 6:00 am: CORREDORES PREPARADOS 5, 4, 3, 2, 1 PARTIDA, sientes el primer chorro de adrenalina fluir por tu cuerpo y en 4 minutos ya pasaste el Km 1, en ese momento tu mente despierta y le dice a tu ímpetu “EPA SON 21 KM DEJA LA FIEBRE” comienzas a recordar todo lo que has entrenado y la sincronización entre el PLAYLIST que elegiste y la ruta que visualizaste en el mapa, se funden como si fuera el SOUNDTRACK de una película llegando a tu PACE ideal, ese que te hace sentir cómodo pasando gente, relajado pero avanzando firme. Km 5: Pasas la primera alfombra justo en el tiempo que pensabas, el asfalto y los corredores van quedando atrás ya saliste de esa subida traicionera que el año pasado hizo que quedaras sin aliento para resistir el resto de la carrera, esta vez el asfalto no te traicionó, te traicionaron tus medias que sin darte cuenta, producto del sudor se corrieron dejando tus talones descubiertos y apretando mas tus dedos contra la punta del zapato, pero en ese momento la adrenalina de la bajada que te permite acelerar sin cansarte no da cabida al dolor… No te preocupes ya va a llegar. Km 10: ¡Wow! vas al mismo ritmo de tus mejores carreras de 10K y estas enterito hasta que comienzas a subir el elevado y sientes el ardor en tus talones por el contacto con el sudor, volteas y ves tus zapatos ensangrentados y te das cuenta que LA CAGASTE, todo esto te saca de concentración y empieza el GRAN DILEMA “¿Paro a arreglarme las medias? ¡Ni de vaina me paro, llevo un ritmo brutal! ¿Porque no corrí con los zapatos viejos? ¡Coño estas medias no son de mi talla¡ ¿se encogieron?” tu cuerpo se desconecta de tu mente, tus piernas siguen con la zancada pero ya tu cerebro prendió todas las alertas y esa adrenalina que antes te hacia mantener el PACE ahora conspira contra ti, Km 12 decides parar para arreglar el entuerto y te das cuenta de lo peor, se te levanto una uña por estar tan apretada entre la media y el zapato ¡COÑO! ¿Ahora falta que te atropelle un carro? no hace falta ya el mal está hecho. Km 15: Llevas 5 km corriendo con la peor zancada y el peor estilo de tu vida y comienzas a sentir los calambres en los gemelos el dolor por las múltiples ampollas y una segunda uña levantándose… Otra vez el cerebro dice “PARA PEDAZO DE LOCO ¿QUE ESTAS HACIENDO?” en ese momento sucede algo que no estas seguro si fue lo peor o lo mejor… Los tipos que habías dejado atrás en el km 10 comienzan a pasarte incluido el PACER de 1:35 y van relajados, (GOLPE DIRECTO AL EGO Y AL ORGULLO) pasas por la alfombra del km 15 y ves a tus panas que no corrieron pero están animando, no pueden imaginar el infierno que estas viviendo, pero solo con decirte “¡VAMOS!” hace que tu ego y tu orgullo resuciten y esa mente que antes conspiraba tal vez por instinto de conservación o por pura racionalidad te decía ”PARA YA” ahora te dice “¿QUE HACEMOS PARA LLEGAR A LA META?” es allí cuando te das cuenta que para estos momentos no se entrena, que ni el yoga ni los ejercicios de concentración ni tu música favorita funcionan, solo las sensaciones mas primitivas, ORGULLO, TERQUEDAD, PASIÓN Y CORAJE (para no decir frustración y arrechera). Km 18: Asumes tu barranco ya no hay forma de enmendar el error, solo hay que seguir con él, decides volver a parar pero esta vez para quitarte los zapatos y correr otra carrera distinta a la que te habías preparado, al quitártelos ves las cuatro manchas de sangre que han dejado las ampollas, sientes un poco de alivio porque ya no hay presión en los pies, pero ahora te tocan 3 km de asfalto irregular, con charcos piedras y vidrios, ¡NO IMPORTA! duele mas la derrota de retirarse, en ese momento comienzas a escuchar a la gente a tu alrededor asombrarse y burlarse por ver a ese loco corriendo con los zapatos en la mano (Claro no los puedes lanzar porque tienen el chip amarrado, sin el chip es como si no hubieses corrido y tu esfuerzo no valdría nada) decides subirle el volumen a la música y olvidarte de las burlas, incluso tu mismo tratas de hacer un chiste de eso, cuando ves a tu esposa que te está alentando y le dices “NECESITO ZAPATOS NUEVOS ESTOS NO ME SIRVEN” pero ¡que va! nada de eso funciona. Km 19: No escuchas la música, no escuchas la gente, ni te escuchas a ti mismo, solo los latidos de tu corazón tu respiración y los golpes en el asfalto, que descalzo aturden como una migraña, hasta que escuchas a tu pana con el que otras veces has entrenado gritándote “¡MOSTROOOO, ERES UN MOSTRO! NO PARES VAMOS POR EL 19″ y como si fuera otra inyección de adrenalina, tu mente que ya había hecho un pacto con tu cuerpo y le había dicho “DE AQUI EN ADELANTE NO TE ATORMENTO MAS PERO TENEMOS QUE LLEGAR AL 21″ hace link con esas palabras y por arte de magia o de no sé qué, comienza a repetir un MANTRA, que jamás habías usado “TU CUERPO ES HUMANO, SÍ, MIRALO SANGRANDO” “PERO TU MENTE ES DE ACERO, ESTA INTACTA” “TU MENTE ES DE ACERO, TU MENTE ES DE ACERO” “SOY DE ACERO COÑO”. Km 20: Ya no necesitas agua, ya no sientes el dolor, ya la respiración y los latidos del corazón volvieron a su ritmo y otra vez recuperaste la zancada y hasta la música suena duro completamente sincronizada con tu PACE, tu orgullo, tu ego y tu terquedad se han sumado al MANTRA y te afirman “TIENES MENTE DE ACERO” comienzas a divisar la meta y te acuerdas que tienes reloj y ves que aun estas haciendo un buen tiempo, ¡IT´S DONE! Te has bautizado con sangre “LITERALMENTE”. Km 21: En lugar de subir las manos y gritar de la emoción, debes arrodillarte y golpear la alfombra con tu zapato en la mano para que marque el tiempo oficial, la golpeas tan duro que terminas de liberar toda la frustración y arrechera que tienes por dentro, para dar paso a la satisfacción de no haberte retirado ni haberte lesionado “MÁS” de lo que ya estas, en ese momento tu mente te demuestra que el acero es más duro que el asfalto y que la única diferencia entre un Elite y un Amateur es que los primeros “CORREN PARA VIVIR” el asfalto es su oficina y el día de la carrera es un día normal en el trabajo, mientras que los amateur “VIVIMOS PARA CORRER” y dependemos de un día normal en la oficina para poder salir a entrenar, pero ambos tenemos “MENTE DE ACERO”