III FORO NACIONAL DE DOCENTES E INVESTIGADORES UNIVERSITARIOS SOBRE ENVEJECIMIENTO Y VEJEZ II JORNADAS NACIONALES “LA VEJEZ, ABORDAJE INTERDISCIPLINARIO “ 6 y 7 de Agosto de 2004. "LA TRANSMISIÓN TRANSGENERACIONAL EN LAS NUEVAS MODALIDADES FAMILIARES" Autores: Prof. Psic. Norma Delucca - Prof. Psic. Graciela Petriz En trabajos anteriores referidos a la temática familiar, como al lugar de los adultos mayores en las familias, hemos conceptualizado acerca de la importancia de la función de transmisión de una generación a otra. En esta presentación retomaremos el tema, para finalmente introducirnos a lo que vamos hallando en nuestras investigaciones, sobre nuevos posicionamientos de los abuelos frente a las transformaciones que se van produciendo en el funcionamiento familiar en la actualidad y haremos una breve referencia acerca de lo que reflexionamos sobre las posibles intervenciones profesionales en situaciones críticas de las familias. En el prólogo al libro de la Psicóloga Silvia Gomel "Transmisión generacional en la familia" , realizado por el Dr. Isidoro Berenstein, encontramos algunos conceptos sobre "el origen" en los seres humanos, que nos parece importante destacar. Dice el autor: " Uno de los orígenes, se superpone con el nacimiento"... "Luego hay que considerar otros orígenes para la subjetividad". También J.L. Borges señala en "Kafka y sus precursores", que "...su labor modifica nuestra concepción del pasado, como ha de modificar el futuro"..."Los precursores de Kafka, no hubieran existido sin él. Se definen como precursores por su existencia. A su vez, precedió y dio origen a los suyos". A sus sucesores. La familia, también tiene predecesores y a la vez, los origina como tales. En este proceso, hay más de un nacimiento desde el punto de vista de la subjetividad, además del biológico. La subjetividad "nace otra vez" en la relación con el otro y el origen se remonta a los que le precedieron a uno. Los que nos precedieron son nuestros padres y abuelos. Pero como el tiempo no es lineal en relación a la dimensión psíquica y subjetiva, pensamos que se va produciendo un encadenamiento intersubjetivo y transgeneracional, por lo que nuestros orígenes se conjugan en tiempo presente y no sólo en el pasado. Aunque hemos de reconocer que recibimos un "legado", las marcas que dejaron en nosotros los Prof. Titular Psicología Evolutiva II. Carrera de Psicología. UNLP. Directora y Co-directora de Investigación. Prof. Adjunta Psicología Evolutiva II. Carrera de Psicología. UNLP. Directora y Co-directora de Investigación 1 antepasados, esa herencia cambia a partir de determinados momentos privilegiado. Y necesitamos nuevas palabras cada vez, para representar lo nuevo, y lo viejo en lo nuevo. Así, concebimos una transmisión realizada desde los ancestros a los padres y de los padres a los hijos, que teje una urdimbre, una cierta continuidad psíquica de las sucesivas generaciones a partir de la pertenencia a una cadena genealógica. A los sujetos eslabonados en ella, se nos impone un trabajo psíquico, para poder representar e interiorizar esta transmisión y transformarla en algo propio y por lo tanto novedoso. De una generación a otra, se transmiten modos peculiares de procesar las reglas y ordenamientos de una cultura respecto de los vínculos familiares. Cada familia realiza un pasaje de las reglas del conjunto a la singularidad de su tramitación. Se van entramando mandatos superyoico, creencias, mitos, ideologías, valores aceptado y rechazados, como también se transmiten ideales narcisistas y aspiraciones o deseos irrealizados. A su vez, se entrecruzan los modelos culturales de la época y los que construye cada familia. También expresamos en otros trabajos, que los dramas vividos en generaciones anteriores, afectan de diferentes modos a la nueva generación, según como hayan sido enfrentados y elaborados o no por los predecesores. Persistirán- y es importante que así sea- los interrogantes sobre los que cada nuevo ser habrá de plantearse nuevas respuestas, tanto sobre su historia, como sobre los eternos enigmas de todo humano respecto de la existencia. A su vez, pueden surgir en mayor o menor medida, enigmas inquietantes o amenazantes, que bordean lo siniestro, a los que una y otra vez, cada sujeto tratará de encontrar un sentido. Lo no significado o comprendido con anterioridad, ensayará alguna respuesta en la nueva generación- por precaria que sea- en acto, violencias, inhibiciones del pensamiento, enfermedades recurrentes. Todas estas respuestas siempre son una apelación a que otro significativo le aporte una palabra de sentido, a posteriori. En esta búsqueda se pone en juego un mayor o menor grado de creatividad por parte de cada uno y en relación a la nueva gama de vínculos posibles, dentro y fuera de la trama familiar. El conjunto social puede en este proceso: facilitar, obstaculizar o empobrecer estos procesos elaborativos de lo vivenciado. Pensamos entonces, que las posibilidades de dar sentido a la historia vivida, se realiza a dos puntas: las nuevas generaciones y los nuevos vínculos, pueden aportar significaciones novedosas de apertura, de enriquecimiento y complejidad en la interpretación del pasado, en la que también intervienen activamente los ancestros en un diálogo presente diferente del que se tuvo en la infancia. A su vez, es una oportunidad para la generación de los abuelos, de revisar sus certezas e incorporar los interrogantes que ahora les dirigen sus nietos y el ensayo de respuestas que estos aportan. La construcción de subjetividad, es por lo tanto, un proceso inacabable: tanto desde el lugar de la tercera y segunda generación como desde el lugar de los abuelos. Una de las posibilidades de construcción conjunta de nuevos sentidos, se teje en el diálogo intergeneracional. Otra de estas posibilidades para la generación de los adultos mayores, es la que se plantea en el vínculo con los pares y a través de nuevas actividades , como queda planteado en su incorporación al Programa de Educación Permanente de Adultos Mayores (PEPAM), que será objeto de otros trabajos de esta Jornada. Antes de continuar, nos ha parecido importante ilustrar algunas de las nociones transmitidas, con fragmentos de cuentos de Ray Bradbury del libro "El vino del estío". No podríamos hacerlo mejor que él, con su lenguaje inefable y tan sugestivo por las vivencias que evoca. 2 Un fragmento, se refiere a la importancia de "el legado" de una anciana ya bisabuela que se dispone a "partir de esta vida". (...) La bisabuela abrió un ojo. Noventa años miraban en calma a sus médicos como un fantasma de polvo. -¿Tom? El chico fue enviado, solo, a la cama susurrante. -Tom,- dijo la anciana débilmente- En los mares del Sur, los hombres saben un día que es tiempo de estrechar la mano de los amigos y decir adiós y embarcarse. Así lo hacen y es natural, es la hora. Así es hoy. ...Así me voy, mientras soy feliz y no me he aburrido. Douglas, el hermano de Tom, fue citado luego. - Douglas. No dejes que nadie arregle las tejas del techo en mi lugar, si el trabajo no lo divierte. Douglas se echó a llorar. - Vamos, no llores- dijo la bisabuela. ...Si respiro con fuerza, me desharé en copos. Lo importante no es el "yo" que está aquí acostado, sino el "yo" sentado al borde de la cama donde tú estás y que me mira; el yo que está abajo preparando la cena, o en la biblioteca leyendo. Lo que cuenta son las partes nuevas. Yo no muero realmente. Nadie con una familia muere realmente. Se queda alrededor. Durante mil años a partir de hoy, todo un pueblo de mis descendientes morderá manzanas ácidas a la sombra de un gomero. ¡Esa es mi respuesta a las cosas importantes! La semana próxima habrá que hacer trabajos en el jardín y comprar ropa para los niños. Y como la parte mía que se llama bisabuela no estará aquí- por conveniencia- esas otras partes mías llamadas tío Bert y Leo y Tom y Douglas y todos los otros, tendrán que encargarse de eso. - Si abuela. - Yo lo he dicho todo a su hora. He probado todos los platos y bailado todos los bailes. Ahora he aquí una tarta que no he mordido. Pero no tengo miedo. Soy curiosa. La muerte no meterá ningún mendrugo en mi boca que yo no saboree con cuidado. No os preocupéis. Ahora marchaos todos y dejadme dormir. - - Sí abuela. - Una puerta se cerró silenciosamente - Así es mejor. Acostada allí, se sintió pequeña como esas mañanas de ochenta años atrás, cuando al despertarse, acomodaba los huesos tiernos en la cama. Hace muchos años- pensó- tuve un sueño y disfrutaba de él cuando alguien me despertó. Ese día nací. ¿Cómo retomar ahora el hilo de ese sueño perdido? Extendió una manita. Sí, allí....Eso era. Sonrió. Ahora veía cómo el sueño se formaba poco a poco en la mente, con la serenidad de un mar que se mueve a lo largo de una costa interminable y siempre fresca. Dejó que el viejo sueño la rozara y la levantara de la nieve de las sábanas y la hiciese flotar sobre la cama, ya apenas recordada. Abajo, -pensó- están puliendo la plata y revolviendo el sótano y barriendo los pasillos. Podía oírlos vivir en toda la casa. - Está bien- suspiró la bisabuela mientras el sueño la llevaba flotando. Como todo en esta vida, es lo adecuado. Y el mar la llevó otra vez, a lo largo de la costa.... Y saliendo un poco del ensueño que produce el cuento, queremos relatarles lo que fuimos encontrando en las entrevistas con familias que realizamos para la investigación. En décadas anteriores se fue perdiendo esa convivencia de varias generaciones en un mismo habitat, como lo sugiere el cuento. Los ancianos se sintieron 3 marginados y aislados. Y aunque esto persista hoy, al menos un grupo importante de adultos mayores y viejos, está encontrando un lugar más valorizado. Cumplen una función de suplencia en sus propias casas o en los hogares de sus hijos. Por la intensidad de la actividad laboral de ambos cónyuges, en la mayoría de los casos, o por el aumento de las separaciones matrimoniales, se hace necesaria la presencia de los abuelos en el acompañamiento de sus nietos. En éste vínculo abuelos - nietos, la joven generación los sorprende con sus saberes tecnológicos y con toda la información que manejan producto del acceso a los massmedia. De allí que los abuelos se sientan exigidos a poner sus esfuerzos en actualizarse, como lo expresan en los grupos del PEPAM, tanto ellos como sus hijos. Así lo leemos en una carta de una hija enviada hace poco tiempo: "¡Qué rápido anda uno por la vida! Tanto que pensamos que hay una edad para trabajar y otra para descansar, y esto último es no hacer nada, no soñar, sólo esperar que el tiempo haga lo que tenga que hacer y quedarse mirando cómo los teóricamente más jóvenes toman la posta. - Voy a estudiar computación. - dijo mi mamá -. Todos nos quedamos mirando sin saber qué decir. Más tarde pensé, que ante la primera dificultad mamá abandonaría. -¿Para qué vas a estudiar computación? ¿De qué te va a servir? ¿En qué lo vas a aplicar a tu edad? ¿No te parece un poco tarde?... Pero una vez más, me demostró que las lucha por superarse, por aprender y crecer no tiene edad. Que en la curiosidad y el conocimiento está la vida. Los días fueron pasando y no sólo no abandonó sino que tuvo asistencia perfecta. ....Me encontré con que la curiosidad y las preguntas de mi mamá eran de la misma intensidad que las de mi hija de 10 años. ¿No estamos desperdiciando a nuestros viejos? ¿Qué pasaría si nuestros viejos trabajaran junto a nosotros en el procesamiento de textos y si tuvieran la posibilidad- y se la diéramos - de seguir aportando lo que han aprendido en la vida, con el sentido común que sólo dan los años, con la ayuda de las computadoras? Me gustaría verlo de verdad. Parece un exceso de optimismo. Pero Uds. no conocen a "mi vieja", quien ya está preguntando cosas que todavía no aprendió. Gracias por el tiempo y generosidad para con nuestros viejos. Junto a estas hermosas y asombradas reflexiones de una hija, encontramos también, que muchos de los nietos desde lo afectivo, ponen en evidencia una especial preocupación por el bienestar de sus abuelos, tal vez por constituirse en estos tiempos, en las figuras más estables dentro de los vínculos familiares. Este panorama, sin embargo, no es generalizado y siempre queda la posibilidad de ser consultados por situaciones críticas que se suscitan ante la vejez de los padres. La generación intermedia, puede sentir la sobrecarga de enfrentar conflictos con sus hijos y simultáneamente, verse involucrados en un proceso de duelo y depresión en los padres, por ejemplo, que los torna más dependientes. Excedería este espacio, desarrollar la diversidad de situaciones en que se nos puede convocar. En estas circunstancias especiales, será necesario pensar en los modos más eficaces de intervenir. Algunas reflexiones que nos parece importante transmitir: 4 Tener en cuenta en la actualidad, que las personas de edad avanzada han nacido en las primeras décadas del siglo XX y están atravesadas por los ideales y modelos de funcionamiento como hombres, mujeres y como familia, característicos de la modernidad y de la familia tradicional, aunque con diferencias de acuerdo a la pertenencia socioeconómica. Esto implica para nosotros, procurar respetar los mitos y creencias familiares sobre sí y sobre los otros, aunque se apunte a una necesidad de reformular roles. A su vez, como siempre, respetar la singularidad y "escuchar" las diferentes voces, para descubrir lo que con ellos se puede construir. Otro fragmento de Bradbury, nos ilustra poéticamente esta necesidad de cuidado que tendremos que mostrar al intervenir. En este tramo, se trata de una abuela que maravilla a todos con su arte culinario secreto, desplegado en un recinto-cocina caótico, donde ninguno de los nombres que muestran los anaqueles, frascos y envases, guarda relación con el contenido. Llega a la casa la tía Rose, mujer modernizada, que se escandaliza con el caos, e influencia a la abuela para poner orden, en la convicción de que si de allí salen maravillas, qué no saldrá si la abuela cuenta con los avances de la tecnología, con los nombres puestos correctamente, con un par de anteojos nuevos que le permita ver como corresponde y un primoroso libro de recetas. Hecho el cambio, la comida que produce la abuela es un fiasco, silenciosamente nadie come mucho y esto la sume en el llanto, pensando que ha perdido su arte. El nieto, en complicidad con el abuelo, convence a la tía Rose para que se vuelva a su ciudad, y a la medianoche, vuelve a desparramar las cosas de la abuela, como él recordaba que estaban. Culmina así el cuento: A la una de la mañana, un gran estruendo sacudió la negra cocina, y despertó a la casa (si es que estaba dormida). Douglas oyó el sonido arrastrado de las zapatillas de la abuela, que apareció en la puerta de la cocina y miró parpadeando el caos. Douglas se había escondido en la despensa. A la una y media, en la profunda y oscura madrugada de verano, los olores de la cocina subieron por los aireados corredores de la casa. Escaleras abajo, uno a uno, llegaron hombres y mujeres en batas, que se acercaban de puntillas y espiaban la cocina. La abuela flotaba como una aparición, medio ciega otra vez, adelantando instintivamente los dedos en la oscuridad, sacudiendo nubes de especias sobre ollas burbujeantes y marmitas que se cocinaban a fuego lento, con el rostro encendido, mágico y encantado, mientras movía y sacudía y vertía los sublimes alimentos. A las tres y media de la mañana del domingo, con la casa animada por devorados alimentos y reconfortados espíritus, el abuelo trajo de la biblioteca un ejemplar de Shakespeare, lo puso en un plato y se lo presentó a su mujer. -Abuela- dijo-, sólo te pido que mañana a la noche nos prepares como cena este hermoso volumen. Aseguraría que cuando mañana llegue a la mesa, será tan delicado, suculento y tierno, como la pechuga de un faisán otoñal. En síntesis, lo que queremos transmitir, es que entre los repliegues de los caos individuales y de las familias, siempre esperan para resurgir, tesoros escondidos y creatividades inefables. Y deberemos cuidarnos de no ser como la tía Rose, porque nuestras "recetas" pueden aplastar la magia de cada uno. 5 BIBLIOGRAFÍA: Berenstein, I.: (1990) Psicoanalizar una familia. Buenos Aires, Paidós. Berenstein, I. y otros: (2000) Clínica familiar psicoanalítica. Buenos Aires, Paidós. Camdessus, B. y otros: (1995) Crisis familiares y ancianidad. Barcelona, Paidós. Delucca , N. y Petriz,G.: (2002) La transmisión transgeneracional en la familia: su valor y función en la construcción de la subjetividad. Edición de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de La Plata. Gomel, S. : (1997) Transmisión generacional, familia y subjetividad. Buenos Aires, Lugar. Käes, R.: (1996) Transmisión de la vida psíquica entre generaciones. Buenos Aires, Amorrortu. 6