PROGRAMA EDUCATIVO DE PREVENCIÓN ESCOLAR MATERIAL PARA EL MEDIADOR-FACILITADOR FAMILIAR ÁREA TEMÁTICA: EL TIEMPO LIBRE Y LA COHESIÓN FAMILIAR Borrador elaborado por la FAD para la SEP en el marco del programa financiado por BBVA – Bancomer. Noviembre 2004 1 Dirección Técnica Desde la SEP: Desde la FAD: Coordinación: Desde la SEP: Desde la FAD: Textos: Desde la SEP: Desde la FAD: Colaboraciones: Desde la SEP: Desde la FAD: Eusebio Megías Valenzuela Miguel Ángel Rodríguez Felipe Elena Ares Nieto Nieves Pérez Adrados Carlos Alonso, Elena Ares, Fernando Bayón, Agustín Compadre, Carmen Loureiro, Nieves Pérez, Miguel Ángel Rodríguez, Sara Domínguez Lugo 2 ÍNDICE OBJETIVOS DE ESTE ÁREA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 LO QUE DEBE SABER . INFORMACIÓN PARA EL MEDIADOR . . ...... . 3 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 Alternativas de tiempo libre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 Cómo hacer del tiempo libre un espacio para la cohesión familiar . . . . . . . 8 TRABAJO CON LAS FAMILIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..9 Alternativas de tiempo libre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 Cómo aumentar la cohesión familiar en el tiempo libre . . . . . . . . . . .. . . 18 3 OBJETIVOS DE ESTA ÁREA El desarrollo de esta área tiene por objetivo que los familiares... Aprendan a valorar el tiempo libre como un espacio para desarrollar actividades que supongan descanso y diversión. Entiendan el tiempo de descanso como un derecho de todos los miembros de la familia que debe ser ejercido de forma responsable y evitando riesgos. Aprendan nuevas formas de disfrutar del tiempo libre que impliquen a todos los miembros de la familia, estimulando la cohesión familiar. LO QUE DEBE SABER. INFORMACIÓN PARA EL MEDIADOR INTRODUCCIÓN El tiempo libre es esa parte de nuestras vidas que no está sujeta a las obligaciones derivadas del trabajo, estudio o de otros quehaceres. No es, por tanto, un tiempo para no hacer nada, sino para disfrutar haciendo lo que queramos, lo que nos haga sentir bien. Estar con nuestra familia, con nuestros hijos, es —sin lugar a dudas— una de las formas de pasar el tiempo libre que más nos pueden hacer disfrutar. Al mismo tiempo, es una forma de que toda la familia comparta experiencias y actividades, se sienta más unida, se comunique más y mejor y, por todo ello, es un tiempo especialmente adecuado para contribuir a la formación de los hijos. Para mejorar la utilidad del tiempo libre como espacio para educar a los hijos y para aumentar el sentimiento de unión entre los miembros de la familia, a continuación encontrará información acerca de los siguientes puntos: Los conceptos de tiempo libre y tiempo de recreación como espacios de tiempo que facilitan el descanso, la diversión y el entretenimiento. La planeación del tiempo libre de los padres, y la importancia de reservar momentos para uno mismo como adulto con derecho a descansar. Las ideas que tienen los hijos respecto al uso del tiempo libre. Las distintas formas de orientar a los hijos en el disfrute de su tiempo libre y la reducción de los posibles riesgos derivados de su uso inadecuado. ALTERNATIVAS DE TIEMPO LIBRE Los adultos tenemos, por lo general, nuestro tiempo dividido en bloques definidos muy claramente . Si excluimos el tiempo que dedicamos a dormir, tenemos un tiempo para el trabajo (en el taller, en el campo, en la fábrica, en la oficina o en el hogar) y un tiempo para el descanso que, a diario, 4 dedicamos generalmente a la vida en común en el hogar (comidas, cenas, tareas cotidianas de la casa, etc.). Además, existen otros tiempos más prolongados y que nos permiten ocuparnos en algo más que descansar y recuperar nuestro cuerpo para el siguiente día de trabajo. Se trata de los fines de semana, los días festivos y las vacaciones, es decir, el tiempo libre. Aunque la división de los tiempos de trabajo y tiempo libre parece muy precisa, muchos adultos pierden de vista las diferencias entre uno y otro. Durante el tiempo destinado al trabajo, la persona se ocupa mentalmente en desear y anhelar la llegada de los momentos libres. Cuando llegan éstos, se empeña en recordar los problemas del trabajo, esperando con temor la inevitable llegada del regreso al trabajo y, todo ello, mientras se afanan en resolver los muchos problemas del hogar. Para evitar estas confusiones en la organización del tiempo, es importante que todos entendamos que los tiempos de trabajo y de descanso deben ser distintos. El primero, el que se dedica al trabajo, debe estar presidido por la concentración en la tarea que realizamos, mientras que el tiempo libre debe ser un espacio mental de placer, descanso y calma. Para ayudar a los demás a vivir plenamente el tiempo libre es conveniente que tengamos siempre en cuenta algunas consideraciones. En primer lugar, debemos tener claro que eso que llamamos “tiempo libre” no es exactamente un “tiempo desocupado”, sino una sucesión de momentos en los que elegimos dedicarnos a actividades que nos gratifiquen, nos permitan disfrutar de lo que hacemos y hagan posible el descanso físico y mental. Así, pasear puede ser tan relajante como hacer un guiso especial, reparar una silla u ordenar la alacena, siempre y cuando vivamos esas acciones como algo que nos complace, nos entretiene... y, por tanto, nos descansa. En segundo lugar, la ocupación del tiempo libre, como cualquier otra actividad importante de la vida, tiene que estar planeado. Si no hemos previsto qué hacer ni cuándo hacerlo, podemos terminar cayendo en la más pura inactividad y en el aburrimiento. Cuando esto ocurre, el tiempo parece escaparse de nuestras manos, siendo conscientes de no estar gozando de un momento tan ansiado. Cuando ese estéril espacio de tiempo haya concluido, acumularemos sentimientos de insatisfacción, vacío y frustración. Los padres de familia también tienen derecho a destinar parte de su tiempo libre a actividades que les agraden personalmente: aficiones, deportes, momentos de soledad en los que escuchar música o hacer cualquier otra cosa que les divierta. Si no llevan este derecho a la práctica, podrían acabar empleando todos sus momentos de descanso en trabajar aún más para complacer a los demás, agotándose en la injusta y exclusiva misión de hacer más agradable la vida de otros a costa de desperdiciar la suya. 5 Este es el caso de padres que, durante los fines de semana reparan las bicicletas de sus hijos, les preparan la comida para sus excursiones, les llevan al lugar de salida, les recogen, lavan su ropa, les ayudan en sus deberes, y caen agotados en la cama a esperar la llegada de la jornada laboral. Es cierto que tanto el padre como la madre no pueden sustraerse a las continuas demandas que surgen en la vida cotidiana del hogar, ya sea en días laborables o en festivos. Pero ha de quedar claro que ambas realidades, el disfrute individual y la atención a las necesidades de los demás, tienen que ser compatibles. Para ello, es necesario educar a los hijos en el respeto a los momentos de descanso de sus padres. Naturalmente, esto no es fácil. La forma de lograrlo es fijar nuestros espacios, reservar momentos concretos para uno mismo y, por supuesto, dejarlo claro a los demás miembros de la familia. Es necesario hacer saber a los demás cuáles son esos momentos y autoafirmarse en ellos (Por ejemplo: “Cariño, ahora mamá se va a dar un baño largo y tranquilo. Luego jugaremos tú y yo”). ¿CÓMO SELECCIONAR INDIVIDUAL? NUESTROS MOMENTOS DE BIENESTAR Los padres han de reflexionar y descubrir sus propios gustos. Se trata de explorar en el pasado y en el presente, preguntándose por aquello que les ilusiona, entretiene y distrae. Lo importante no es la actividad que se haga. Pintar una reja o tumbarse en una hamaca mirando las estrellas puede ser igualmente gratificante si les hace sentirse relajados y a gusto. Puede elegirse la soledad o la compañía, pero siempre que ello resulte placentero. Al mismo tiempo, debemos hacer compatible nuestro tiempo libre con nuestra inexcusable labor educativa. Los padres de familia no pueden limitarse a planificar y disfrutar de su tiempo libre al margen de sus hijos. Su misión fundamental es educar a los hijos, y una parte importante de esa educación es enseñarles a administrar su tiempo, a llenar su tiempo libre con actividades atractivas y gratificantes. Habitualmente los hijos esperan que los adultos les “sirvan en charola de plata” la diversión y el entretenimiento. “Papá, ¿qué hago?” es la pregunta más escuchada en un día festivo, quizá porque los más pequeños, que dependen de sus padres para la mayor parte de sus actividades (comer, dormir, salir a la calle), prefieren extender esa dependencia a los momentos de diversión y juego. El niño no sabe enfrentarse a unas horas a su disposición, e intenta que sus mayores tomen la iniciativa y busquen para ellos un entretenimiento/una actividad que les haga sentirse bien. En estos casos, la función de los padres no es dar todo resuelto a los hijos ni dejarlos solos en esa búsqueda, sino acompañarlos en ella. Recordemos que la meta de todo padre o madre es estimular la autonomía del niño. No resolver el problema, sino enseñar a los hijos a resolverlo por sí mismos. Organizarles todo su tiempo libre, aunque a veces resulte más cómodo, no hace sino fomentar la dependencia del niño respecto al adulto. 6 ¿CÓMO PUEDEN LOS PADRES EDUCAR A SUS HIJOS EN EL EMPLEO DEL TIEMPO LIBRE? En primer lugar, deben conocer a los hijos y tener en cuenta algunas claves propias de su edad. Así, deben saber que es natural que los más pequeños busquen que sus padres les proporcionen las actividades para llenar su tiempo libre, aún cuando ellos puedan decidir en que divertirse. Sin embargo, satisfacer una demanda similar a otras edades, puede resultar poco educativo. Los padres también han de ser conscientes de que los niños pequeños buscan la cercanía del adulto. Parecen necesitar esa proximidad física para sentirse a salvo y poder concentrarse y disfrutar del juego. A menudo exigen también la participación del adulto en sus actividades, llegando a condicionar su conformidad con el juego a esa implicación de su padre o madre (“Si no juegas conmigo, yo tampoco juego, porque solo me aburro.”). En resumen, los niños más pequeños pretenden la atención completa de sus padres para pasarla bien. A partir de estos elementos, los adultos podemos tomar las siguientes medidas para facilitar el desarrollo de los hijos de corta edad, a propósito del tiempo libre. Podemos ofrecerles, no un listado cerrado, sino abierto, de posibilidades para llenar su tiempo libre. A los más pequeños se le pueden sugerir alternativas concretas a través de preguntas que les obliguen a decidir sobre sus gustos y preferencias (Por ejemplo, “¿Qué prefieres? ¿Subir al triciclo o jugar con los bloques?” “Podrías hacer un dibujo, o quizás te guste más disfrazarte de bruja y darme un susto.”). La clave de este tipo de ofertas está en conseguir que sea el propio niño quien, de forma guiada, elija el contenido de su tiempo, en lugar de limitarse a aceptar cómoda y pasivamente las elecciones del adulto. También es necesario ofrecerles la cercanía que buscan, no sólo porque la necesitan para disfrutar, sino por razones de seguridad. Sin embargo, esta proximidad se puede plantear con ciertas condiciones. Por ejemplo, que el adulto pueda hacer otras cosas, aunque manteniéndose físicamente cerca del pequeño, al alcance de su vista. Cuando los padres acepten participar en sus actividades y juegos, pueden no estar en el desarrollo completo de éstos. Se trataría de dejar claro al niño que se le ayuda en la preparación y organización del juego, pero a partir de ese momento, el adulto se retirará y el hijo deberá encontrar la forma de organizarse por sí solo con su juego. Prestar una atención selectiva, en lugar de continua. El pequeño ha de saber que se le ayudará cuando lo necesite, que se responderá a sus preguntas (“mamá ¿qué dibujo te gusta más?”). Los padres acudirán de cuando en cuando, para animarle a continuar, comentar 7 con él cualquier cuestión relacionada con la actividad, sugerir nuevas y más emocionantes posibilidades, especialmente cuando el niño se estanque y se aburra. Pero también el adulto podrá, en los intervalos, ocuparse de sus asuntos, personales o del hogar. En el caso de los adolescentes y jóvenes, para ayudarles a administrar su tiempo libre y disfrutar de él, debemos tener en cuenta algunas consideraciones: Generalmente suelen ser muy exigentes con su tiempo libre, pero muestran pocas iniciativas a la hora de pensar en actividades que les gratifiquen. No piden listados cerrados de posibilidades, pero sí demandan a sus padres ofertas atractivas (“Papá, dime qué puedo hacer, pero no me propongas cosas aburridas.”). Los padres de hijos adolescentes deben prepararse para escuchar el rechazo inmediato de las primeras ofertas (“¡Eso ni hablar! ¡Qué tontería!”). Ello obedece a sus deseos de experimentar, de probar sensaciones nuevas y excitantes. Cuando los hijos son algo mayores y han encontrado su propio grupo de amigos, suelen actuar de forma contraria a como lo hacían cuando eran más pequeños. Ahora lo que pretenden es “desaparecer” y pasar la mayor parte del tiempo fuera del hogar. Es posible que, además, se nieguen a contar a sus padres qué hacen, con quién van o dónde estarán, aunque ese empeño en ocultar su mundo social no tiene por qué significar que están involucrados en situaciones de riesgo social (consumo de drogas o pertenencia a bandas violentas o antisociales, por ejemplo). Más bien obedece a una característica evolutiva propia de la etapa adolescente que se resume en el deseo de afirmar su propia identidad prescindiendo de los adultos próximos. Los jóvenes aman el riesgo físico, los desafíos y las sensaciones de peligro. Su afán por superarse, demostrar al mundo su valía personal desafiando hasta el límite las leyes de la prudencia, puede conducirles a situaciones que pongan en peligro su salud. Por ejemplo, conducción temeraria de vehículos o pruebas físicas competitivas que entrañan riesgo. Aunque el ansia de independencia lleva a los adolescentes y jóvenes a intentar parecer personas autosuficientes y capaces de resolver sus propios problemas, la realidad es que necesitan apoyo y orientación de sus padres. Por ello los padres, conscientes de su papel ante los hijos, deben ser muy hábiles para brindarles ayuda y consejo, sin que se ponga en duda su autosuficiencia y aún cuando éstos no sean demandados. Teniendo en cuenta estos condicionamientos, los padres de adolescentes y jóvenes pueden ayudar a sus hijos a emplear creativamente su tiempo y a disfrutar de él siguiendo algunas pautas: No ceder a los deseos de sus hijos de recibir una oferta de actividades para llenar su tiempo. Es importante que el joven sepa que se trata de una responsabilidad que recae enteramente en él. Sin 8 embargo, los padres pueden sugerir ideas para facilitar la reflexión de sus hijos: recordarles sus gustos y aficiones (“A ti te encanta el deporte. Podrías organizar con tus amigos algo al respecto.”), señalarles posibilidades nuevas (“Podría interesarte conocer el nuevo centro que han abierto en el barrio...”), etc. Procurar no agobiar a los hijos adolescentes con demasiadas preguntas relativas a sus amigos. Sin duda, ese ámbito pertenece a su propia intimidad. Sin embargo, sí es posible poner límites al hijo que aseguren un mínimo control. Así, es esencial dejar claras las horas de salida y llegada al hogar, el dinero disponible y los lugares y actividades que los padres consideran arriesgados (hacer carreras de velocidad con vehículos, consumir drogas, apostar dinero, etc.). A medida que el joven asuma como propias las normas que sus padres establecen respecto a su tiempo libre, habrá desarrollado unos valores claramente definidos que orientarán su conducta en el futuro. Intentar encontrar momentos para dialogar con los hijos acerca de su vida fuera del hogar. Ello debe hacerse sin que pueda interpretarse como una intromisión en su vida privada, permaneciendo receptivos a sus preguntas, comentando con ellos otras posibilidades de emplear el tiempo, pidiendo su opinión sobre las posibilidades de divertirse en el barrio, etc. Abrir el diálogo sobre los riesgos del entorno, intentando no aparecer ante el hijo como una figura de autoridad dogmática o tiránica; aún cuando la postura de los padres ante las drogas sea clara al no consumo. Para favorecer una buena relación con los hijos deberán respetar las ideas y opiniones de sus hijos adolescentes y jóvenes sobre el alcohol, el tabaco y otras sustancias tóxicas, y promover la reflexión sobre este tema y comentar con ellos las ideas y conocimientos que posean. Cuando un joven ve al adulto como alguien con ganas de dialogar sin imponer sus criterios, normalmente suele responder con la misma actitud, haciendo posible un intercambio de ideas y opiniones desde el cariño y no desde la autoridad. CÓMO HACER DEL TIEMPO LIBRE UN ESPACIO PARA LA COHESIÓN FAMILIAR Las relaciones entre padres e hijos se basan en el cariño y en la convivencia. Por lo general, los miembros de una familia comparten algunos momentos del día y los espacios físicos de la casa que habitan. Sin embargo, este “verse a diario” no basta por sí solo para mantener una relación de intimidad y afecto. Es preciso que unos y otros compartan momentos de diálogo y actividades comunes para afianzar esa relación. Naturalmente, los gustos de las personas casi nunca coinciden. A los hijos más pequeños les agrada el juego y las actividades sencillas y repetitivas. A los hijos en edades intermedias les complacen actividades muy distintas, como el deporte o los juegos más organizados. A los hijos mayores, les 9 gusta especialmente relacionarse y conversar con otros jóvenes de su misma edad. Por su parte, los adultos tienen otras formas de entender el disfrute del tiempo libre: descansar, relajarse, leer, pasear, etc. Pese a las distintas formas de concebir el bienestar en las horas de ocio, sí es posible crear espacios comunes para todos los miembros de la familia, en los que disfrutar de la compañía mutua y experimentar el placer de hacer algo juntos. Ello requiere alcanzar acuerdos, dialogar, persuadirse unos a otros, y ceder en una parte de nuestras pretensiones. A continuación se proporcionan algunas pautas para orientar a los padres en la creación de espacios en los que se comparta el tiempo libre con los hijos: Sugerir a los miembros de la familia planes que necesiten la participación de todos. Pueden ser tan simples o complejos como se desee, pero los adultos deberán mostrar toda su creatividad para imaginar posibilidades atractivas hacia sus hijos: un concurso de comidas en el que cada miembro de la familia confecciona un guiso sorpresa, una salida al campo a una hora poco habitual (por ejemplo, una excursión nocturna), un juego colectivo con normas inventadas, etc. Cualquier posibilidad puede ser divertida si consiguen que todos participen con interés. Pactar con los hijos las condiciones de la actividad común. Para ello, es imprescindible acumular buenas dosis de paciencia, ya que cada cual querrá imponer sus ideas. Lo importante es que finalmente la actividad se lleve a la práctica. Mostrar siempre entusiasmo por lo que se vaya a hacer. El entusiasmo es un sentimiento tan contagioso como la tristeza o la risa. Convertir momentos de aburrimiento en tiempos para la diversión. Así, un viaje largo puede resultar emocionante si se pasa el tiempo jugando (juegos de palabras, actividades competitivas sencillas, etc.). Lo más importante es que los padres sean conscientes de que el tiempo libre es un tiempo ideal para establecer una relación especial con los hijos, para fortalecer la relación familiar haciendo cosas juntos y para fomentar la comunicación y el conocimiento mutuo. TRABAJO CON LAS FAMILIAS El trabajo con las familias en relación con el tiempo libre y la cohesión familiar se organizará en dos bloques de actividades: Alternativas de tiempo libre. 10 Formas de organizar el tiempo libre para estimular la cohesión familiar. ALTERNATIVAS DE TIEMPO LIBRE ¿A DÓNDE QUEREMOS LLEGAR? Al terminar este módulo, los participantes deben tener claro que: El tiempo libre es necesario para la persona, tanto para su salud física como psicológica. Todos tenemos derecho a disfrutar del tiempo libre. Los padres han de procurar destinar algunos momentos para su propio disfrute y descanso. Los adolescentes y jóvenes tienen, en ocasiones, formas de divertirse que implican cierto riesgo. Los padres y madres tienen la responsabilidad educativa de poner límites y de orientar a sus hijos en el empleo del tiempo libre. PLANTEAMIENTO Haga una breve presentación con las siguientes ideas: Ustedes saben que los adultos nos pasamos buena parte de nuestro tiempo ocupados en el trabajo, esforzándonos para mantener a la familia y satisfacer sus necesidades básicas. Durante la jornada laboral, con frecuencia pensamos con ilusión en el tiempo de descanso del que disfrutaremos cuando el trabajo termine. Estos pensamientos, sin duda, hacen más llevadera las tareas de nuestro oficio u ocupación. Pregunte a los participantes cuáles son los días laborables en los que solemos estar de mejor humor. Compruebe que las respuestas coincidirán con los días más próximos al fin de semana. Pregunte por qué. Pida aportaciones a los participantes respecto a qué pensamientos referidos al descanso tienen mientras trabajan. Resalte la tendencia natural a “soñar despiertos” con los momentos de descanso. Ustedes saben que nuestro tiempo libre no siempre resulta ser tan agradable o gratificante como lo soñamos y deseamos a lo largo de la semana. En ocasiones, estar en casa no significa “descansar en casa”, sino continuar trabajando duramente en las tareas del hogar. Además, buena parte de nuestra labor como adultos en los períodos en estos tiempos de “descanso” consistirá en resolver los múltiples conflictos que inevitablemente surgen entre las personas de nuestra familia. Pida a los participantes que comenten alguno de los últimos conflictos que se hayan producido en su hogar, ya sea entre padres e hijos o entre los hermanos. ¿Son más frecuentes estos problemas 11 de relación en vacaciones y fines de semana o en días laborables? ¿Por qué? ¿Qué tipo de problemas son los más frecuentes? Ustedes saben que algunas de las actividades que los adolescentes y jóvenes realizan durante sus tiempos de diversión pueden implicar peligros para su salud. Pregunte a los participantes qué tipo de diversiones de los jóvenes consideran peligrosas y por qué. ¿Qué deportes consideramos de riesgo? ¿Les preocupa el consumo de drogas? ¿Por qué? ¿Qué podemos hacer como padres para que nuestros hijos eviten esos riesgos? ACTIVIDAD: DIVERSIÓN PARA TODA LA FAMILIA DESCRIPCIÓN Hemos visto que el tiempo libre es importante en la vida de las personas, sean adultos, niños o jóvenes. Todos tenemos derecho a disfrutar de esos momentos y, por eso, vamos a dedicar un tiempo a reflexionar y dialogar sobre ello. MATERIAL Pizarrón y gises (o un pliego grande de papel que pueda ser pegado en la pared) y material de escritura. TIEMPO Dos horas. DESARROLLO Secuencia 1 Introduzca la actividad haciendo una breve reflexión sobre el significado de “tiempo libre”. Para ello, pida a los participantes que le digan palabras que los adultos asociamos al tiempo libre, sea éste en fin de semana, días festivos o vacaciones. Para animar la participación puede poner algunos ejemplos: “descanso”, “dormir”, “pasear”. Anote en el pizarrón o en un papel grande las ideas que aparezcan. Secuencia 2 Explique que, a continuación, van a tratar de imaginar con detalle su propio tiempo libre ideal. Pida a los participantes que formen parejas (que no sean de la misma familia) y que comenten su “perfecto día de descanso”: qué harían, a qué hora se despertarían, cómo resolverían la comida y la cena, a dónde irían, 12 con quién, etc. Pídales que sean muy concretos en su descripción y deje claro que no es el momento de hablar de obstáculos que impidan el disfrute de ese tiempo soñado. Secuencia 3 Haga una breve puesta en común de las reflexiones realizadas acerca de cómo sería su “momento ideal”. Permita que hablen los que lo deseen y hágales las preguntas necesarias para aclarar sus intervenciones (Por ejemplo: “¿A qué se refiere con estar relajado?”). Secuencia 4 Pregunte ahora a los participantes cuáles son los obstáculos que nos encontramos los adultos para poder disfrutar de nuestros momentos de descanso como nos gustaría. Anote en el pizarrón o en el papel las aportaciones, poniendo cuidado de separar, por un lado, las que se refieran a los hijos y, por otro, las demás (trabajo en el hogar, tareas fuera de casa, etc.). Explique la importancia de reservar espacios para poder hacer aquello que nos agrada, y llevar a la práctica las ideas que surgieron en la secuencia anterior. Ponga el énfasis en la comunicación como herramienta importante para dejar claro nuestro derecho a descansar y pasarla bien en momentos libres. Pida a los participantes que escriban en una hoja dos frases que puedan utilizar para afirmar ante los demás miembros de la familia su derecho al descanso y a la diversión. Para orientarles, puede poner algunos ejemplos: “He decidido salir sola a dar un paseo esta tarde. Tengan en cuenta que estaré fuera al menos durante dos horas.” “Papá y mamá van a invitar a unos amigos esta noche. Tendrán que pensar en algo para entretenerse solos después de la cena.” Anote en el pizarrón las aportaciones y sugiera a los asistentes que escriban en sus hojas las que les parezcan más interesantes. Secuencia 5 Realice un pequeño diálogo colectivo a propósito de la actividad anterior. Pregunte a los participantes qué fórmulas de comunicación les han parecido más útiles y cuáles son las dificultades que pueden tener para utilizarlas. Pregúnteles también si piensan que merece la pena dialogar con los hijos sobre nuestro tiempo libre. Secuencia 6 13 Invite al grupo a reflexionar acerca del tiempo libre de los hijos y de las distintas formas de entretenerse que tienen los niños, adolescentes y jóvenes. Divida a los participantes en equipos de cuatro personas y pídales que elijan un secretario en cada grupo que se ocupe de anotar las conclusiones. Pida a cada equipo que reflexione durante unos minutos sobre los temas que se señalan a continuación (cada grupo puede ocuparse de un tema): ¿Qué formas sanas de emplear el pequeños? ¿Qué formas inadecuadas o de riesgo los hijos pequeños? ¿Qué formas sanas de emplear el adolescentes y jóvenes? ¿Qué formas inadecuadas o de riesgo los adolescentes y jóvenes? tiempo libre tienen los hijos de utilizar el tiempo tienen libre tiempo libre tienen los hijos de utilizar el tiempo libre tienen Secuencia 7 Pida a los secretarios de los equipos que comenten al grupo sus conclusiones. Copie en el pizarrón o en un papel grande las ideas que surjan, distribuyéndolas en cuatro apartados: 14 Comente con los participantes las distintas ideas aportadas. Pregúnteles si son más frecuentes las actividades sanas o las peligrosas y pídales su opinión acerca de cuáles creen que son los motivos de que les gusten tanto esas actividad que tienen un cierto peligro. Señale la necesidad de orientar a nuestros hijos en el uso de su tiempo libre. Secuencia 8 Mantenga los equipos de cuatro personas formados en la secuencia anterior. Pídales ahora que piensen cómo pueden ayudar a sus hijos a tomar conciencia de los riesgos que pueden correr si practican actividades que consideramos inadecuadas o peligrosas para su salud. Concretamente, cada equipo debe pensar en los mismos niños sobre los que reflexionó en la secuencia 6 (niños pequeños o adolescentes y jóvenes). Después debe escribir tres consejos que puedan dar a los hijos de esa edad acerca de los riesgos que tienen ciertas formas de emplear el tiempo libre. Por ejemplo: Los que trabajen sobre niños pequeños podrían escribir: – “No debes jugar a la pelota cerca de lugares donde pasen autos, porque pueden no verte y atropellarte.” - “No debes recoger ningún objeto del suelo, porque no sabes quién lo ha tenido antes. Podría haberlo chupado un animal.” Los padres que reflexionen acerca de las actividades de hijos adolescentes y jóvenes podrían señalar consejos como los siguientes: – “Si vas a un lugar alejado de casa, procura no volver solo. Busca mejor la compañía de un amigo para ir por lugares deshabitados.” – “Si te ofrecen tomar algo que no conozcas, aunque te aseguren que está muy bueno, diles que no te interesa.” Secuencia 9 Haga una puesta en común de los consejos elaborados por los distintos grupos. Comente la importancia de cada uno de ellos y pídales que cuenten también situaciones en las que hayan dialogado de forma parecida con sus hijos. ENTREGA DE LA FICHA PARA LAS FAMILIAS Hemos visto que… 15 El tiempo libre es importante para todos los miembros de la familia y todos ellos deben encontrar las oportunidades para disfrutar de éste. Algunas formas de emplear el tiempo libre pueden implicar riesgos para la salud de los hijos. Por ello, es importante educarlos para usar su tiempo de forma saludable, animándoles a realizar actividades que no supongan riesgos. Entregue las fichas para llevar a casa y haga una breve explicación de cada uno de sus apartados. Anime a los participantes a opinar sobre su contenido y a debatir la relación de los dibujos que aparecen con las ideas elaboradas a lo largo de esta actividad. 16 ALTERNATIVAS DE TIEMPO LIBRE PARA RECORDAR Los adultos también tenemos derecho a disfrutar del tiempo libre, porque el descanso es importante para nuestra salud. Los niños deben aprender a disfrutar de su tiempo libre en actividades que les diviertan. Los padres tenemos que orientar a nuestros hijos a gozar de su tiempo libre sin correr riesgos para la salud. 17 USTED SABE QUE... ... los adultos nos pasamos buena parte de nuestro tiempo ocupados en el trabajo, esforzándonos para mantener a la familia y satisfacer sus necesidades básicas. Durante la jornada laboral, con frecuencia pensamos con ilusión en el tiempo de descanso del que disfrutaremos cuando el trabajo termine. Estos pensamientos, sin duda, hacen más llevadera las tareas de nuestro oficio u ocupación. ... nuestro tiempo libre no siempre resulta ser tan agradable o gratificante como lo soñamos y deseamos a lo largo de la semana. En ocasiones, estar en casa no significa “descansar en casa”, sino continuar trabajando duramente en las tareas del hogar. Además, buena parte de nuestra labor como adultos en los períodos de “descanso” consistirá en resolver los múltiples conflictos que inevitablemente surgen entre las personas de una familia. ... algunas de las actividades que los adolescentes y jóvenes realizan durante sus tiempos de diversión pueden implicar peligros para su salud. PARA HACER 1.- Pregunte a sus hijos cuál es su diversión favorita y por qué. Cuéntele cuál es la suya. A continuación proponga un plan para el fin de semana que incluya las dos actividades. 2.- Piense en una actividad que desee realizar desde hace tiempo. Busque un día y una hora para hacerla y advierta a su familia de que ese tiempo lo tiene reservado. Después hágalo y no deje que otras cuestiones se lo impidan. PARA REFLEXIONAR El tiempo libre no es un tiempo para no hacer nada, sino para hacer aquellas cosas que nos hacen disfrutar. 18 CÓMO AUMENTAR LA COHESIÓN FAMILIAR EN EL TIEMPO LIBRE ¿A DÓNDE QUEREMOS LLEGAR? Al terminar este módulo, los participantes deben tener claro que: La familia es un conjunto de personas con intereses distintos y con formas diferentes de entender la diversión y el tiempo libre. Para aumentar la cohesión entre los miembros de la familia hay que realizar actividades que agraden a todos sus miembros. Es importante contar con los hijos para diseñar y llevar a la práctica las actividades comunes. PLANTEAMIENTO Haga una breve presentación con las siguientes ideas: Ustedes saben que una de nuestras mayores ilusiones es que todos los miembros de nuestra familia se lleven bien y tengan una buena relación entre sí. Probablemente no haya nada en la vida que pueda complacernos más que disfrutar de su compañía en paz y armonía. Pida a los asistentes que comenten en voz alta las distintas formas de compartir un rato de bienestar con su pareja e hijos. Anímeles a poner algún ejemplo. ACTIVIDAD: DISFRUTANDO DE LA VIDA EN FAMILIA DESCRIPCIÓN Hemos visto que la felicidad de una persona tiene mucho que ver con la de sus seres más queridos. Por otra parte, esa felicidad está muy relacionada con que padres e hijos “estén juntos” y “hagan cosas juntos”. A continuación vamos a realizar una actividad en la que reflexionaremos acerca de las distintas formas de disfrutar de espacios de tiempo para una convivencia gratificante y relajada con la familia. MATERIAL Pizarrón o un papel grande y marcadores o gises. TIEMPO Una hora y media. 19 DESARROLLO Secuencia 1 Explique a los participantes que la infancia y la adolescencia de nuestros hijos es el mejor período de la vida de la familia, porque durante esos años se comparten muchos momentos de vida en común. Cuando nuestros hijos alcanzan la juventud y la madurez, cada hijo busca de su propio destino y es inevitable que la familia se separe. Secuencia 2 Divida el grupo de participantes en equipos de tres personas, en función de las edades de sus hijos. Así, deberán formarse grupos de padres y madres con hijos bebés, con hijos en edad infantil (entre los cinco y los doce años) y, finalmente, grupos de padres con hijos adolescentes. Si no hubiera padres con hijos de alguna de estas edades, puede asignarlos a las edades inferiores y pedirles que traten de recordar sus experiencias de entonces. Entregue una hoja a cada participante y pídales que, individualmente, escriban cuáles son las cosas que pueden hacer junto a sus hijos de esa edad y las satisfacciones que les producen, tanto a ellos como a sus hijos. Para motivarles, puede dar algunas ideas: Para los padres con hijos muy pequeños: despertarlos, alimentarlos, contarles cuentos, darles besos, etc. Para los padres con niños algo mayores: escuchar sus hazañas e historias, verles hacer proezas deportivas, jugar con ellos, practicar juntos una actividad al aire libre (nadar, escalar), etc. Para los padres con hijos adolescentes: ir de compras, ver la televisión, comer juntos su comida favorita, participar de sus bromas, etc. Cuando hayan terminado el trabajo individual, pídales que comenten lo que han escrito con sus compañeros de grupo. Secuencia 3 Plantee un debate con todos los participantes. Pídales que comenten en voz alta las aportaciones y conclusiones que más hayan interesado en cada equipo. Profundice en el tema haciendo algunas preguntas como las siguientes: ¿Es más fácil encontrar momentos felices con hijos de una edad determinada? ¿Por qué? ¿Son muy distintos los momentos de íntima satisfacción con los hijos en las distintas edades? ¿Por qué? 20 Secuencia 4 Explique que, a la vista de las conclusiones, resulta bastante complicado encontrar actividades que complazcan a todos los miembros de la familia. Sin embargo, debemos esforzarnos en ello, ya que es muy importante encontrar las situaciones, los momentos o las actividades que agradan a todos porque ello facilita que logremos una adecuada cohesión familiar. Introduzca la idea de “cohesión familiar” para referirse a ese sentimiento que tienen de pertenecer a la misma familia y a esos lazos de afecto y amistad que se crean entre los familiares cuando hablan a menudo entre ellos, hacen muchas cosas juntos, se divierten de la misma manera, comparten secretos y experiencias, etc. Señale la importancia de tener una familia cohesionada porque eso hace que nos sintamos queridos, comprendidos y apoyados por las personas que la forman. Secuencia 5 Una vez establecida la importancia de realizar actividades de tiempo libre en común para lograr la cohesión familiar, hágales notar que —puesto que no es sencillo encontrar esas actividades que agraden a todos— será necesario planearlas cuidadosamente. Pregunte a los asistentes en qué momentos del día, incluyendo los del fin de semana, suelen coincidir todos los integrantes de la familia. Constate que son bastante escasos los tiempos de comida o cena, los momentos previos a acostarse, etc.. Por ello debemos aprovecharlos al máximo para disfrutar de la comunicación y planificar el posible tiempo en común, procurando evitar los conflictos. Secuencia 6 Pida a los participantes que comenten por parejas (con la persona que tengan al lado) qué ideas se les ocurren para conseguir que los hijos mayores participen en actividades que también sean del agrado de los más pequeños. Para facilitar la tarea, puede poner algún ejemplo: que sean los hijos mayores los que cuenten cuentos a los pequeños, que les enseñen juegos nuevos o la práctica de deportes que desconozcan, realizar juegos cooperativos en familia, organizar juegos competitivos en los que los hijos de distintas edades formen un mismo equipo, etc. Sugiérales que, tras el diálogo, anoten las ideas más atractivas que hayan surgido para realizar en el futuro. 21 Secuencia 7 Organice un debate con todo el grupo. Pídales que comenten las ideas que hayan surgido, resalte los aspectos más positivos de cada una e invite a los asistentes a anotar en sus hojas las propuestas que les parezcan más útiles. Secuencia 8 Distribuya a los asistentes que se agrupen de tres en tres. Pídales que reflexionen, primero individualmente y luego con la ayuda de sus compañeros de grupo, qué habilidades y destrezas tiene cada uno de sus hijos que pudiera mostrar ante toda la familia en una representación. Sugiera algunas posibilidades: cantar, tocar algún instrumento musical, dibujar, representar mediante la mímica algún personaje, bailar, etc. Después, deberán pensar entre todos cómo podrían aprovechar esas habilidades para organizar actividades en las que pueda participar y divertirse toda la familia. Conceda el tiempo suficiente para que puedan expresar las habilidades de sus hijos, ya que este tema tiene un marcado acento emocional. Secuencia 9 Promueva un diálogo colectivo en el que los padres y madres que lo deseen expliquen a los demás sus propuestas para fomentar la cohesión familiar. Por último, invite a los participante a comentar con sus cónyuges (esposos/esposas) lo que han aprendido o las ideas que les han parecido más interesantes. ENTREGA DE LA FICHA PARA LAS FAMILIAS Hemos visto que... No es fácil encontrar actividades que interesen y diviertan por igual a todos los miembros de la familia. Por ello, debemos hacer un esfuerzo para planificar estas actividades comunes, con la ayuda de los hijos mayores y contando con las opiniones de todos. Aunque muchas veces es complicado organizar estas actividades, cuando se consigue, se logra provocar un fuerte sentimiento de unión en la familia. Entregue las fichas para llevar a casa y haga una breve explicación de cada uno de sus apartados. Anime a los participantes a opinar sobre su contenido y a comentar los dibujos que aparecen con las ideas elaboradas a lo largo de esta actividad. 22 CÓMO AUMENTAR LA COHESIÓN FAMILIAR PARA RECORDAR LA COHESIÓN FAMILIAR SE CONSTRUYE... 23 ... organizando actividades en las que todos participen y se diviertan. ... hablando, compartiendo preocupaciones y experiencias. ... dando y recibiendo afecto, expresando los sentimientos. USTED SABE QUE... ... una de nuestras mayores ilusiones es que todos los miembros de nuestra familia se lleven bien y tengan una buena relación entre sí. 24 Probablemente no haya nada en la vida que pueda complacernos más que disfrutar de su compañía en paz y armonía. PARA HACER Piense en los gustos de su familia. Propóngales algo que puedan hacer todos juntos y permita a sus hijos participar en las decisiones. PARA REFLEXIONAR Estar juntos disfrutando de la mutua compañía mejora las relaciones familiares y asegura un futuro de cariño y amistad entre padres, hijos y hermanos. 25