ETIQUETA Y PROTOCOLO EN HOLANDA Una de las cuestiones que más valoran los holandeses, a parte de la educación general, es la puntualidad. Cuando acude a una cita o reunión es importante no llegar tarde. Es muy recomendable que llegue un poco antes a que llegue tarde, lo cual puede ser considerado una descortesía. No dude en ponerse en contacto con ellos, si por cualquier motivo no puede llegar a tiempo a su cita. Acudir tarde a una cita puede ser un mal comienzo, deteriorando la confianza puesta en usted y aportando una valoración muy negativa a cualquier propuesta o negociación que ponga sobre la mesa. Una vez hechas las presentaciones , se pueden intercambiar las tarjetas de visita; aunque hay ocasiones en que las mismas se intercambian con posterioridad a estas presentaciones, en un descanso o durante las conversaciones posteriores. En la medida de lo posible, es un detalle tener su tarjeta de visita impresa, por una de sus caras, en el idioma local. Si no puede, o tiene unas tarjetas impresas para todos sus clientes del mundo, al menos una de sus caras debería estar impresa en idioma inglés. Los holandeses tienen fama de ser personas muy hábiles para los negocios. Sus grandes dotes negociadoras les han dado la fama de ser empresarios de éxito en el mundo entero. La mayor parte de los hombres de negocios holandeses están bastante acostumbrados a tratar con hombres de negocios de otros países del mundo. El carácter reservado de su vida personal, contrasta con la gran capacidad que tienen para tratar con los extranjeros. El importante valor que le dan a su tiempo, hace que los holandeses vayan bastante rápido al asunto que les ocupa, sin detenerse demasiado en detalles supérfluos o personales. Por ello las negociaciones, salvo determinados escollos o complicaciones que puedan surgir, suelen ser bastante ágiles y rápidas. Si tiene que exponer información sobre un determinado producto o servicio, hágalo de forma breve, clara y concisa. Los detalles poco importantes o significativos es mejor ahorrárselos. No rellene o infle sus presentaciones. Si su presentación no les resulta muy práctica, es posible que tenga un futuro poco exitoso. En su exposición hable de forma clara y con términos sencillos. Ellos no ven con buenos ojos aquellas personas que hablan con cierta superioridad o con un tono demasiado agresivo. Los holandeses suelen ser bastante claros y directos, y no tienen incoveniente alguno en dar un "si" o un "no" por respuesta. Si las condiciones no les parecen favorables no dudarán en negociar todos aquellos puntos en los que no estén de acuerdo. Suelen ser bastante conservadores en sus decisiones, y como negociadores suelen ser bastante duros, siempre en miras de encontrar la posición más favorable a su punto de vista. Son muy prácticos, y poco dados a asumir demasiados riesgos. Pesa más las posiciones más conservadoras. Los empresarios miran mucho y bien por su dinero y el de su empresa. Que no asuman riesgos demasiado altos no quiere decir que todos sus negocios los vean en términos de dinero. Es importante para ellos pero no es la parte única y fundamental de un negocio. Los números no son el único punto que tienen en cuenta en las negociaciones. Lo que se acuerda, se cumple. No se olvide de esta premisa fundamental; no ofrezca nada que no pueda cumplir. Ellos confían plenamente en lo acordado y esperan que se cumpla de forma clara. Depende con el estamento que negocie, las conclusiones finales pueden demorarse un poco, si éstas tienen que tomarse por mandos superiores con quienes no estamos negociando. Una vez firmado el acuerdo, todas las gestiones se suelen hacer de forma ágil y rápida, pues son personas muy eficientes en los negocios y grandes profesionales, que saben de la importancia que tiene el trabajo bien hecho. Son personas muy responsables y cumplidoras. Si llegado el caso tiene que modificar algunos de los puntos pactados (para evitar incumplimientos) es muy importante que se lo haga saber con antelación, para que procedan, si se da el caso, a renegociar el acuerdo o alguno de los puntos del mismo. En el ámbito laboral, o mejor dicho, en el mundo de los negocios, los holandeses no son muy dados a hacer regalos. En el caso de tener que hacer algún detalle, debe esperar a que las negociaciones hayan terminado o estén prácticamente finalizadas. No sería un acierto proceder a hacer un regalo en las primeras reuniones o tomas de contacto. Si se ve en el compromiso de hacer un regalo, opte por algo elegante, útil y de un valor moderado. Un regalo de gran valor solamente hará sentirse incómodo a quien lo recibe, e incluso molesto, por la excesiva ostentación que está haciendo ante él. Tal y como comentamos en un capítulo anterior, darse aires de grandeza o de poderío económico generalmente les molesta y desagrada, dada la discreción que ellos mantienen ante estos temas. Los regalos generalmente aceptados son libros de arte o historia, una buena botella de vino o licor; los detalles de su país de origen; algún objeto útil de escritorio y cosas por el estilo. Evite en todo momento los regalos demasiado personales o que tengan un "toque" publicitario de su empresa (regalos con el logotipo de la empresa, por ejemplo). A los anfitriones que le invitan a una comida, fiesta o cualquier otro evento, les gusta recibir algún pequeño obsequio de su parte, y si hay niños, agradecen mucho que tenga un detalle con los pequeños. Es un detalle muy agradecido enviar unas flores después de haber disfrutado de las atenciones de nuestros anfitriones. No se olvide enviar unas flores, en los días siguientes a su partida, a los anfitriones de la casa. Los regalos se suelen dar en mano, cuando se trata de pequeños detalles o quiere darlos de forma personal por algún motivo. En el caso de regalos voluminosos o pesados, las plantas y las flores, o regalos "especiales" es mejor enviarlos al domicilio, no llevarlos en mano. Los holandeses son conocidos por tener una sociedad muy moderna y tolerante, de marcada capacidad para absorber nuevas culturas y costumbres, y es famosa por ser una de las sociedades más igualitarias del mundo entero que lucha por los derechos de los colectivos más diversos. Ello no quiere decir que una sociedad tolerante como la suya sea una sociedad carente de normas, modales y educación, donde todo vale. Los holandeses son muy respetuosos con su historia, con sus costumbres, con su patrimonio y con todo lo que les rodea, amén de con todas las personas con las que se relacionan. Aprecian de forma evidente la educación, el trabajo bien hecho, así como a las personas con ambición y buenas habilidades profesionales. En general, los holandeses tienen un buen nivel de vida, pero no son ostentosos ni les gustan este tipo de comportamientos. Hay una creencia popular en la que aquella persona que gasta mucho dinero es considerada un poco ostentosa, derrochadora, e incluso puede dar lugar a que surjan sospechas de tener asuntos o negocios poco transparentes. Los holandeses son personas educadas, amables y grandes amantes de su país. Son humildes, discretos, trabajadores serios y tienen un cierto toque conservador en cuanto a sus costumbres, que puede contrastar con la libertad que se respira en sus calles. El saludo más utilizado en Holanda, tanto para presentarse los hombres o las mujeres, es el apretón de manos. Tanto en el ámbito social como en el comercial, el saludo más utilizado es darse la mano mutuamente. Este saludo es utilizado tanto para las presentaciones como para las despedidas. El apretón de manos debe ser breve y de cierta intensidad. Si nadie le presenta, no dude en hacerlo usted mismo; no olvide identificarse; para ellos, es de mala educación no identificarse cuando le presentan (o se presenta usted mismo). De la misma manera, debe mirar siempre a la cara de la persona que le presentan. No es correcto ni educado desviar su mirada a otra parte. La forma de identificarse al saludar es por el apellido. Un holandés, seguramente, le dará la mano y le dirá su apellido. Al ser un idioma diferente, no dude en pedir que se lo repita si no lo ha entendido de forma correcta. No sería muy educado dirigirse a él de forma equivocada por no haber entendido bien la pronunciación de su apellido. Los holandeses no suelen decir "hola" en las presentaciones, y tampoco les gusta levantar la voz o girtar, ni para presentarse ni para saludar. A diferencia de otros países, los holandeses no se saludan a distancia, tal y como suelen hacer en muchos países latinos. Cuando contestan al teléfono también se identifican por el apellido. El nombre de pila es poco utilizado, y siempre en ambientes de mucha confianza, o cuando ellos así se lo pidan. Por su educación, los holandeses no son muy dados a mostrar emociones o efusiones en público, por eso los abrazos y los besos quedan reservados a círculos de amistad e intimidad. Aunque muy educados, son bastante reservados para sus cuestiones personales. Hay ciertas expresiones visuales curiosas. Tocar con el dedo índice su frente reiteradamente significa que la persona está algo tocada o ida. Si se toca la oreja con el dedo índice, quiere decir que le llaman por teléfono o bien puede indicarle que tiene una llamada para usted. La buena educación de los holandeses no solamente se deja ver en los negocios sino en el ámbito social. Como seguramente visitará algún restaurante vamos a darle algunas pautas de comportamiento en este tipo de establecimientos. Al llegar al restaurante, el camarero o jefe de sala les indicará y conducirá hasta su mesa. Los señores no deben sentarse hasta que todas las mujeres presentes lo hayan hecho. Y si es pertinente, debemos ayudar a las señoras a que tomen asiento. Una vez sentados, si tiene que llamar al camarero, levante su mano y haga un ligero gesto con ella, junto con el contacto visual con esa persona, para requerir su atención. Puede decir, sin levantar demasiado la voz, "ober" (camarero) o bien "mevrouw" (camarera) para solicitar su atención. Si es invitado, puede solicitar la opinión de su anfitrión acerca de que plato pedir. Una ver servida la comida deben ser los anfitriones los que marquen el comienzo de la misma, salvo que por diversas razones, pueden indicar que comiencen otras personas antes que ellos. Esta norma vale lo mismo para el restaurante que para una casa particular. Tanto en el restaurante, como en las invitaciones a casas particulares, no debe solicitar una gran cantidad de comida, que puede terminar en el plato sin tocar. Es mejor solicitar cantidades pequeñas, y repetir de nuevo, si hay ocasión. Si es una comida de negocios, es habitual hablar durante la misma sobre temas empresariales, e incluso de los pormenores del negocio. Al igual que en otros muchos países del mundo, el almuerzo es la opción más elegida para las comidas de negocios; la cena, suele tener un carácter más social. Los desayunos de trabajo no son una fórmula muy utilizada en Holanda. En el ámbito de los negocios, cuando usted es el invitado, no debe ejercer su intención de pagar la cuenta en ningún momento. Llegado el caso, será el propio anfitrión el que lo haga, o bien en el caso de empresas modestas, puede como mucho requerir el pago de forma individual. Es decir, cada cual paga lo consumido. No es habitual, pero hay encuentros en los que se opta por esta forma de pago. No debe extrañarle mucho si llega al caso esta opción, aunque en su país de origen no se utilice. Cuando a una comida, ya sea almuerzo o cena, son invitadas las parejas, no se suele hablar de negocios, dejando la reunión con un fín más lúdico y social. Si no tiene muy claro si su pareja puede ir a una comida, pregúnteselo a sus anfitriones. No hay mejor manera de evitar situaciones embarazosas. Tal y como dijimos al principio, los holandeses son muy educados, y en la mesa aún mucho más estrictos con las formas. Evite en todo momento cualquier comportamiento inapropiado que puede contrariar a los anfitriones. Para la mayor parte de ellos la comida no es una forma de agradecimiento social sino una prolongación práctica de la reunión en la que se siguen discutiendo temas empresariales. La comida no tiene la consideración que tiene en otras muchas culturas. Los codos siempre fuera de la mesa, debemos apoyar los antebrazos; las manos siempre sobre la mesa y nunca fuera de la vista del resto de los comensales, por ejemplo, dejándolas apoyadas en nuestro regazo. Ya sean comidas de negocio o bien simplemente de amistad, no se deja encima de la mesa ni las llaves, ni el teléfono móvil ni ningún otro objeto, salvo por razones muy importantes. Los cubiertos se utilizan de la misma manera que en cualquier otra parte del mundo. El cuchillo con la mano derecha y el tenedor con la mano izquierda. Si desea hacer una pausa, pero no indicar que ha terminado de comer, debe dejar sus cubiertos cruzados (en forma de X) sobre el plato. Este gesto puede significar que quiere hacer una pausa, o que terminada su comida no le importaría repetir un poco más. Para dar por terminada su comida, sitúe los cubiertos en paralelo sobre la posición de las cinco y veinticinco, haciendo una similitud con las agujas de un reloj. No es correcto levantarse de la mesa sin haber terminado de comer, salvo que sea una urgencia. Cuando le invitan a una casa es considerado llevar un pequeño detalle para los anfitriones; no es considerado quedarse hasta muy tarde de sobremesa en la casa de los anfitriones, ni tampoco es muy correcto solicitar que nos enseñen la casa; si lo desean hacer debe salir de ellos, pero nunca solicitarlo. Tampoco es correcto preguntar por el precio de los muebles o cualquier otro elemento de la casa. Los holandeses como hemos dicho son muy abiertos y tolerantes, lo que no quiere decir que no tengan sus normas en cuanto al vestuario. En determinados ámbitos, y dependiendo del tipo de reunión que tengamos el traje y la corbata pueden resultar imprescindibles. Sobre todo cuando negociamos con sectores muy tradicionales, como puede ser la banca, y con organismos y estamentos oficiales. En estos casos, no está de más que vistamos con una cierta formalidad. A la indumentaria tradicional de negocios le puede acompañar un elegante abrigo, en invierno, o una estupenda gabardina, en primavera-verano, cuando el tiempo lo requiera. En el caso de las mujeres, como en muchos otros países, la libertad de elección, en cuanto al vestuario se refiere, es bastante amplia. Los trajes de chaqueta, o conjuntos de falda-blusa son los más utilizados en el ámbito laboral. La mujer debe ir arreglada pero con una cierta prudencia. Ir demasiado arreglada puede incomodar a sus compañeros de trabajo y desentonar de forma muy marcada con el resto del personal de la oficina. Se acepta el quitarse la chaqueta durante una reunión, y quedarse "en mangas de camisa". Lo que ya no es aceptable, desde el punto de vista de la corrección, es desabotonarse las mangas de la camisa y remangárselas. La camisa debe vestirse sin desabrochar ninguno de sus botones. De la misma manera, si vestimos corbata, ésta no se debe quitar, salvo por alguna necesidad. Cualquier salida de la oficina, por el motivo que sea, una pausa, salir a tomar algo, a por unos papeles, etc. requiere ponerse la chaqueta de nuevo. No se admite salir en mangas de camisa fuera del lugar de la reunión. Los holandeses tienen un sentido del humor bastante sutil y no son amigos del humor fácil, el de la tarta en la cara o el portazo en las narices. Les gusta el humor inteligente. Desde luego, no se le ocurra utilizar su sentido del humor en una reunión de negocios. En este ámbito son muy serios y no son admitidos los toques de humor, salvo en las pausas cuando el ambiente es un poco más distendido. Las alabanzas y los cumplidos son bien admitidos siempre que se hagan con cierta moderación. No debe alabar en exceso a una persona o a un producto pues le pueden considerar un poco "pelota". A ellos les gusta que una persona de su verdadera opinión y siempre están dispuestos a debatir sobre el tema. Salvo que lo haga de malas maneras, ellos no se sienten ofendidos porque tenga una opinión diferente a la suya. Incluso, hay quienes piensan que una persona que nunca disiente de ellos es un poco pusilánime y con falta de opinión. Los holandeses tampoco son muy dados a utilizar los superlativos y las exageraciones. Si habla con un habitante de los Países Bajos (Netherland) no hable de los Países Bajos en su conjunto como Holanda. Holanda solamente es un país más de los que componen los Países Bajos. Cuando hable con una persona debe mirarle a los ojos y mantener este contacto visual. Para ellos es muy importante no solamente hablar con la boca sino "con los ojos". Las personas que esquivan la mirada pueden resultar un poco esquivas y de poca confianza. No debe sentirse molesto cuando un holandés le mire de una forma directa. Cuando le presentan a una mujer, si está sentado, debe levantarse de forma inmediata. Lo mismo si la persona que le presentan es mayor, y en general, debería hacer siempre que le presenten a alguien. Permanecer sentado es una muestra de mala educación. Durante la conversación con otras personas debe evitar los temas que puedan suscitar polémica, aunque ellos no suelen discutir mucho. La política, la religión, los temas de dinero, etc. no son buenos temas de conversación. Y tampoco los temas personales son demasiado adecuados. Cuando esté de pie, no debe tener las manos en los bolsillos, y mucho menos si está con otras personas, o durante una presentación. Sentado debe tener las piernas sin cruzar. Si quiere cruzarlas, puede hacerlo a la altura de los tobillos. Solo este leve cruce de piernas es el correcto. Debe procurar no mascar chicle mientras habla o escucha a otra persona. Es un gesto bastante poco elegante. Lo mismo con gestos tales como rascarse, hurgarse en la nariz, tocarse el pelo, etc. Los holandeses son bastante pragmáticos, tanto social como empresarialmente hablando. Son bastante trabajadores y, por regla general, hablan varios idiomas, que estudian desde pequeños en el colegio, no son muy dados a la etiqueta tradicional, ni en cuanto a modales ni en cuanto a vestuario, lo que no quiere decir que no sean educados. Quiere decir que no son demasiado formalistas, no suelen ser ostentosos ni hacer demostraciones de lo que tienen, y no suelen ser de su agrado las personas con este tipo de comportamientos tan aparentes. Les gustan las personas sencillas, con independencia de lo que tengan. Tampoco son "amigos" de los títulos y tratamientos especiales. Son muy llanos en el trato y les gusta que sus invitados también lo sean. En ámbitos privados y entre amigos, suelen tener un particular sentido del humor, que no debe traspasar las fronteras del buen gusto ni entrar en ámbitos menos íntimos, como puede ser una reunión de negocios. La formalidad en los negocios es fundamental para tener una relación estrecha y duradera con ellos. Cualquier tipo de incumplimiento de lo pactado, puede dar al traste con todo el negocio e incluso poner fin a cualquier tipo de relación comercial posterior. No solo lo firmado es importante, sino lo hablado. La palabra dada es muy importante, porque garantiza la integridad de las personas que se comprometen. A la hora de negociar, aunque revisan todos los puntos con mucha cautela, se suelen fijar mucho en los costos de los productos o servicios. Suelen ser bastante mirados con los precios de adquisición. Hay que tener en cuenta, que los holandeses están entre los mayores exportadores del mundo, con lo que su condición como buenos comerciantes y empresarios está más que avalada. Los horarios comerciales suelen ser de nueve de la mañana a seis de la tarde de lunes a jueves, y también los sábados suelen tener este horario comercial. Los viernes suelen hacer un horario más amplio que va de las nueve de la mañana a las nueve de la noche. Como en muchos otros países, pueden existir comercios con otro tipo de horarios, aunque se han dado los más habituales. En cuanto al horario de trabajo es parecido al de otros países europeos, con jornadas que empiezan sobre las ocho, u ocho y media de la mañana, y que van hasta las cinco o cinco y media de la tarde. Hay un espacio de tiempo para comer en el medio de este horario, de una hora aproximadamente. Su almuerzo puede ser simplemente una bebida y un bocadillo. No es habitual almorzar en restaurantes, tal y como se suele hacer en España o Italia. Aunque las condiciones climatológicas durante gran parte del año no son muy favorables, cuando hace buen tiempo o buena temperatura son muy dados a utilizar sus espacios verdes (parques, jardines, etc.) para disfrutar al aire libre. También son uno de los países donde más personas se mueven en bicicleta, no solo para sus jornadas de ocio sino también para sus jornadas laborales.
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