Política de Acción de FIAN Internacional respecto a la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión y la Asociación Transpacífico (TTIP y TPP respectivamente, por sus siglas en inglés) Estimados y estimadas colegas, La razón de ser de esta carta de acción consiste en intervenir, en base a las leyes internacionales de derechos humanos, en las actuales negociaciones de los acuerdos comerciales entre los EEUU y la UE (TTIP), y entre los EEUU y varios países de la costa pacífica (TPP). Si usted ha estado involucrado/-a en las luchas en torno a estos asuntos, o del mismo modo, si los mismos son nuevos para usted, este documento de antecedentes está concebido para darle apoyo, a su OSC o a su movimiento social, mostrando un análisis de los derechos humanos en los acuerdos TTIP y TPP. La mayoría de estos análisis son igualmente válidos en otros acuerdos de comercio e inversión que entran en conflicto con los derechos humanos fundamentales. Dada la rapidez con la que se producen estas negociaciones comerciales, es necesaria una acción urgente. Es por esto por lo que le pedimos la rápida difusión de esta carta entre las redes OSC y otros ámbitos, y también le animamos a que tome medidas e/o incluyan los argumentos que aquí le presentamos en sus análisis y comunicaciones. Se propone a las personas y organizaciones que envíen la carta modelo propuesta, o una versión modificada, a las autoridades mencionadas al inicio de la misma de la siguiente manera: Cada carta debe ser firmada por una organización o por tres personas, y enviada por correo electrónico, fax o correo ordinario a la persona responsable del gobierno y a la persona presidente del parlamento del país de las personas firmantes de la carta. Si este país no estuviera incluido en la lista que se ofrece a continuación en la carta, la petición debe ser enviada al país más cercano en la lista. En el caso de los Estados miembros de la UE, una carta adicional debe enviarse a las personas presidentes de la Comisión Europea y del Parlamento Europeo. Por favor, no duden en incluir entre las personas destinatarias a otras personas de sus gobiernos y parlamentos y modifiquen libremente la carta modelo propuesta de acuerdo con sus necesidades. Si toma alguna medida, por favor infórmenos en [email protected]. Introducción Las negociaciones entre los EEUU y la UE por la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP) se iniciaron en julio de 2013. Este acuerdo comercial intenta estimular el crecimiento económico y la creación de nuevos puestos de trabajo a eliminar las barreras al comercio y a las inversiones en ambos lados.1 Como las barreras convencionales al comercio en forma de tarifas son ya bastante bajas, el enfoque de las negociaciones se centra en la “armonización"-o disminución- de los estándares de salud y seguridad y su adaptación a las necesidades corporativas. De forma paralela a las negociaciones en la TTIP, los EEUU han estado participando en las negociaciones por otro acuerdo comercial con otros 11 países de la costa del 1 Ver Comisión Europea (http://ec.europa.eu/trade/policy/in-focus/ttip/) y la Oficina del Representante de Comercio de los EEUU (http://www.ustr.gov/countries-regions/europe-middle-east/europe/european-union). pacífico, entre los que se incluyen Japón, Nueva Zelanda y Chile, y que se conoce como la Asociación Transpacífico (TPP).2 La enorme magnitud del comercio que engloban la TTIP y la TPP implica que cualquier medida comercial que sea negociada entre los países participantes tendrá al final una fuerte influencia sobre las normas de comercio global, así como un gran impacto en las vidas de las personas de otros países. Las partes involucradas en la negociación por lo tanto tienen la obligación de evaluar el impacto en los derechos humanos, no solo de los países participantes, sino también en terceros países3. Las negociaciones en torno a la TTIP y la TPP vienen siendo altamente secretas y exclusivas. Los textos de las negociaciones no están a la disposición del público, por lo que no se ha dado una oportunidad a la sociedad civil ni a sus representantes para que estudien y propongan sus propuestas en unas negociaciones que, una vez finalizadas, pueden tener un gran impacto en sus vidas. Ni siquiera los parlamentarios y parlamentarias han tenido acceso completo a los documentos de las negociaciones, despojándoles de su función como vigilantes de los principios democráticos en los asuntos comerciales.4 Además, la administración estadounidense está exigiendo que se le garantice autoridad “por la vía rápida”, lo que reduciría el papel del Congreso de los EEUU a la hora de votar sobre un plan ya negociado, ya que no se le permitiría realizar ninguna modificación.5 Mientras los parlamentarios y parlamentarias y la sociedad civil han sido efectivamente excluidos de las negociaciones, el sector corporativo, que no debería tener peso legal a la hora de establecer las políticas, ha jugado un papel prominente asesorando y proporcionando contribuciones directas en las negociaciones. Los intereses de las corporaciones, basados en el beneficio y en el dominio a largo plazo de los mercados, tienen prioridad ante los asuntos sociales o medioambientales, que ni siquiera se tratan. El Comité de los EEUU de asesores comerciales en el terreno de la agricultura, un mecanismo formal a través del cual las asociaciones industriales y las corporaciones pueden ejercer su influencia en el desarrollo de las políticas de los EEUU, están dominados por grandes negocios agrícolas y corporaciones de la alimentación.6 Además de que obtienen un espacio en las juntas asesoras, las asociaciones industriales y las corporaciones, tanto de los EEUU como de la UE, han sido invitadas a entregar sus propuestas formales ante sus correspondientes representantes comerciales, y de hecho ya han presentado listas con sus deseos.7 Las conclusiones de derechos humanos en torno a la TTIP y la TPP son las siguientes: 2 Los otros países son Brunei, Singapur, Australia, Canadá, Malasia, México, Perú, Vietnam. Corea del Sur ha expresado su interés en participar en las negociaciones. 3 Principios Maastricht sobre Obligaciones Extraterritoriales de los Estados en el área de los derechos económicos, sociales y culturales núm. 14. 4 El poder regulador del Congreso de los EEUU en asuntos comerciales es, por ejemplo, consagrado en artículo 1, sección 8 de la Constitución de los EEUU. 5 Ver por ejemplo, The Guardian 19 noviembre 2013, disponsible en: http://www.theguardian.com/commentisfree/2013/nov/19/trans-pacific-partnership-corporate-usurpcongress 6 Para ver una lista de los miembros, http://www.fas.usda.gov/itp/apac-atacs/advisorycommittees.asp 7 Cartas entregadas a las asociaciones industriales y empresas de la UE relacionadas con la TTIP están disponibles en: http://ec.europa.eu/enterprise/policies/international/cooperatinggovernments/usa/jobs-growth/consultation-on-regulatory-issues_en.htm. Conflicto entre estos acuerdos y las obligaciones de derechos humanos de los Estados bajo la ley internacional de tratados. Todos los Estados miembros de la UE son Estados parte del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Lo mismo ocurre en los casos de Nueva Zelanda, Chile, Australia, Canadá, México, Perú y Vietnam. Al delegar competencias en la UE, los Estados tienen que asegurar que la organización actúe de acuerdo con sus obligaciones internacionales bajo los PIDESC, incluyendo la obligación de respetar, proteger y cumplir con el derecho a una alimentación adecuada, tanto dentro del territorio nacional como extraterritorialmente.8 Este derecho impone en los Estados el deber de crear un contexto adecuado para la realización de los derechos humanos9, y el deber de asegurar que todos los acuerdos comerciales establecidos no interfieran en el disfrute de los derechos humanos en sus territorios o en otros países.10 La degradación de los estándares de seguridad alimentaria y las regulaciones previstas tanto por la TTIP como por la TPP, por ejemplo, son retrógradas y por lo tanto contrarias a las obligaciones de los Estados miembros establecidas por el PIDESC. Además, estos tratados establecen unas restricciones efectivas para la capacidad general de los Estados a la hora de cumplir con sus obligaciones de derechos humanos, entre las que se incluye el asegurar el acceso de las personas a una alimentación segura, nutritiva, y culturalmente adecuada. Aunque Estados Unidos es uno de los países que todavía no han ratificado el PIDESC, sí que ha firmado el acuerdo, y por lo tanto debe abstenerse de cometer cualquier acto que vaya en contra de su propósito y objetivos.11 Conflicto de los acuerdos con la Carta de la ONU. Estos no deben ser aplicados. Como Estados miembros de la ONU, los Estados que toman parte en las negociaciones están obligados a “actuar de manera individual y colectiva” para alcanzar los propósitos de la organización, entre los que se incluye la promoción de los derechos humanos.12 Estos acuerdos comerciales no promueven los derechos humanos, sino que por el contrario penalizan a los Estados que tomen medidas para intentar cumplir con sus obligaciones con la Carta de la ONU. En las situaciones en las que las obligaciones de un Estado bajo un acuerdo internacional entran en conflicto con las obligaciones establecidas por la Carta de la ONU, las últimas prevalecen.13 La norma en conflicto no debe aplicarse debido a su inconsistencia. Conflicto de los acuerdos con las normas imperativas del derecho internacional. Son por lo tanto nulos. Las obligaciones de respetar, proteger y satisfacer los derechos humanos fundamentales, no están a la libre disposición de los Estados. La porción del derecho que de verdad está a la disposición de los Estados, y que es generada por los mismos, se conoce como jus dispositivum. 8 Principio Maastricht núm. 15; Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, 2000, ‘Observación General núm. 14: El Derecho al nivel más alto posible de salud’ 9 Principio Maastricht núm. 29 10 Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observaciones Generales núm 12 y 14. 11 Derecho de los Tratados de Viena, art. 18. 12 Carta de la ONU, art 55, 56. 13 Carta de la ONU, art. 103. La otra parte del derecho, es esencial en la noción de derecho, y establece que todos los Estados están sujetos al mismo, quieran o no. Es este el motivo por el que se conoce como jus cogens (en latín “ley imperativa”). Los términos “jus cogens” y “normas imperativas del derecho”14 son usados sinónimamente. Los derechos humanos fundamentales y las obligaciones relacionadas son jus cogens, normas imperativas del derecho internacional. Ningún Estado puede rechazar estas normas sin pasar a ser considerado como fuera de la ley. Los Estados sólo pueden decidir cómo proteger y satisfacer los derechos humanos fundamentales, y cómo diseñar los mecanismos de monitoreo y resolución de problemas. Los acuerdos a los que nos referimos no solamente representan una amenaza directa a algunos derechos humanos específicos, sino que también generan unos mecanismos (ISDS) que en el futuro sancionarán a los Estados que tomen medidas para cumplir con sus obligaciones generales bajo los derechos humanos. Estos acuerdos son por lo tanto nulos. Esto queda explícito en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, en su artículo 53: “Es nulo todo tratado que, en el momento de su celebración, esté en oposición con una norma imperativa de derecho internacional general”. Según la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, “una norma imperativa de derecho internacional general es una norma aceptada y reconocida por la comunidad internacional de Estados en su conjunto como norma que no admite acuerdo en contrario y que sólo puede ser modificada por una norma ulterior de derecho internacional general que tenga el mismo carácter” (art. 53). La preservación de los derechos humanos básicos se reconoce como una norma jus cogens. 14
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