Sexología

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Sexología
A Partir de los estudios preliminares desarrollados en la década del ’60, fue Masters y Johnson mediante
la observación de más de 10 mil secuencias implicadas en el acto sexual, quien revolucionara el campo
de la sexología marcando un hito en la historia de la sexualidad.
Actualmente, la sexología es una disciplina científico humanista ejercida por un médico o psicólogo,
capacitado especialmente para abarcar el estudio del comportamiento sexual humano que tiene por
finalidad la optimización la función del placer en relación a un enfoque bio-psico-social, sin la cual no
podríamos comprenderla de manera integral.
1-Biológico: Desde este punto de vista la palabra sexo significa dividir, separar o cortar y por lo tanto
hace alusión a la condición orgánica que diferencia al macho de la hembra en las especies.
Desde lo biológico o médico se puede estudiar al sexo en distintos aspectos como el cromosómico, el
gonadal (ovarios, testículos), o sea los caracteres sexuales primarios, óseo, endocrino y los caracteres
sexuales secundarios, tales como: vello, tono de voz, genitales externos, etc.
2-Sociocultural: Este aspecto tiene en cuenta las creencias populares que limitan o potencian la
sexualidad. Los valores, la moral, los mitos, las costumbres, como así también los aspectos legales que
regulan sancionando el comportamiento de las personas.
3-Psicológico: Se refiere a la maduración psíquica, porque sin auto-conocimiento del propio cuerpo, de
la esfera afectivo – emocional y de las habilidades que sirven para la elección y comunicación con la
pareja, no es posible llegar a la expresión plena de la sexualidad.
DELIMITACIÓN DE LOS CAMPOS DE ESTUDIO
SEXO
SEXUALIDAD
Biológico
(se nace macho o hembra )
Psíquico
(es la identidad y orientación sexual)
Puede ser normal o anormal
Puede ser madura o inmadura
Puede ser íntegra o modelada por
Lo social
Le corresponde al médico
Puede ser Adecuada o inadecuada por
Le corresponde al psicólogo
GENERALIDADES:
La orientación “catéctica” significa la inclinación natural e instintiva que todos los seres vivos tienen de
inclinarse a la búsqueda del placer, por eso, desde este punto de vista, circunscribir la sexualidad
solamente al instante del coito ha sido un histórico error que la moderna sexología ha refutado al
enfatizar más el proceso que lleva al orgasmo y no tanto al orgasmo en sí mismo.
Desde entonces, la sexualidad no sólo trata el contacto genital sino que fundamentalmente trata
distintos aspectos de la personalidad que la determinan, como por ejemplo: las emociones, las creencias,
tradiciones, los caracteres sexuales secundarios y hasta la manera de caminar, los gestos, la vestimenta,
etc, dado que todo ello tienen por finalidad la expresión del erotismo, es decir la búsqueda del placer.
Sólo secundariamente podemos considerar a la función de engendrar hijos como un resultado sexual,
dado que, si la sexualidad no fuera esencialmente placentera, los seres humanos difícilmente hubiesen
descubierto la forma de reproducirse.
Uno de los aspectos de importancia que justifican los estudios en sexualidad humana, se deben a que
gran parte del equilibrio psicológico de muchas personas se basan en sus principios de vida e ideales de
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“felicidad”, en la formación de parejas y en la construcción de un futuro de a dos, de las que no obstante
devienen los hijos y las familias.
Hace apenas 20 años, las consideraciones sobre una sexualidad normal o anormal era más fácil de lograr,
y esto se debía a que el concepto de normalidad era un dato más bien estadístico que científico. Por
ejemplo, antes de los años ’70 se consideraba a la homosexualidad como una enfermedad, pero a la luz
de la ciencia moderna ha sido considerada como una variante sexual más, siendo eliminada de los
manuales diagnósticos internacionales.
Sociológicamente, adquiere importancia al considerar “la pareja” como la célula original sobre la cual se
organizan las familias y se articulan las instituciones de una nación. Así pues, los conocimientos ligados
a la sexualidad han venido adquiriendo relevancia, tal como lo demuestran los debates mediáticos sobre
temas de candente actualidad, como la revisión de las leyes en materia de familia, adopción, cambio de
sexo, aborto, etc. donde el ejercicio de la sexualidad se halla siempre implicado en estos temas.
Vivimos en una sociedad compleja, de interrelaciones muy variadas pero igualmente enriquecedoras,
donde aún el concepto de familia ha ido cambiando conforme a la evolución sociocultural de cada
momento histórico. La aparición de una gran cantidad de hogares mono parentales, familias
ensambladas, familias gays, lesbianas, etc, constituyen en la actualidad uno de los tantos estilos de vida
que se organizan siguiendo el orden de las afinidades y gustos sexuales, que coexisten con los modelos
de pareja tradicional.
También la sexualidad adquiere relevancia en el campo de la criminología, dado que con frecuencia
suele ser el núcleo conflictivo de intrincadas tramas pasionales, que impulsa conductas delictivas como
homicidios, pedofília, etc.
Pero volviendo al tema que nos ocupa que es la psicología, sabemos que una gran parte de los conflictos
psicológicos y emocionales de muchas personas, cuyos síntomas de traducen en angustias y neurosis
relacionadas con problemáticas sexuales, suelen estar vinculadas a fracasos de pareja, infidelidades,
separaciones, divorcios, etc, como de otros aspectos concernientes a ésta.
Por otro lado, así como hoy sabemos que el orgasmo puede experimentarse en la infancia, aún sin
eyaculación, hoy se entiende que el proceso de respuesta sexual como una resultante en la mayor o
menor libertad de expresión de los sentidos: tocar, ser tocado, ver, oler, acariciar y besar las partes del
cuerpo que proporcionan placer a uno mismo y a la pareja.
La sexualidad es considerada actualmente una función necesaria para el equilibrio y la salud psicofísica
de las personas, y que se expresa de diferentes maneras conforme al momento evolutivo que atraviesa la
persona. Así pues, existe una sexualidad infantil, una adolescente, una adulta y otra en la vejez, cada una
con sus características y formas de expresión que e son propias.
Cabe destacar que la sexualidad tiene 2 funciones básicas y que para su tratamiento integral deberíamos
estudiar a ambas, sin embargo, de acuerdo al nivel del curso para el que está destinada esta unidad
haremos hincapié en la función de la búsqueda del placer.
Reproductiva
Funciones de la sexualidad humana
Búsqueda de Placer
SISTEMA SEXUAL HUMANO
Dado que todo lo psíquico es pasible de educación y el funcionamiento neuronal puede modificarse
gracias a la psicoterapia, decimos que cuando lo biológico y lo psíquico actúan en conjunto hacia un
mismo fin podemos hablar de sistema sexual humano:
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SEXUALIDAD
(es el rol sexual que
desempeñamos, es decir.
Masculino o femenino)
SEXO
(Es la diferencia de
género, es decir:
hombre o mujer)
IDENTIDAD SEXUAL
(Es la sensación íntima de sentirse como varón o como
mujer. Es el sentimiento de pertenencia a un sexo)
VARON
MUJER
ORIENTACIÓN SEXUAL
(Es la atracción que siente la persona
por alguno de los 2 sexos o ambos)
HETEROSEXUAL
HOMOSEXUAL
Como puede observarse que del esquema precedente acerca de los estudios dedicados a la sexualidad
humana, la “homosexualidad” y “heterosexualidad” se han convertido en dos términos artificiales, más
que nada, definidos por una sociedad obsesionada con el orden.
Antiguamente se calificaban las relaciones homosexuales como anti-natura, sin embargo, cada vez se
descubren más especies animales que la practican de manera absolutamente natural.
En cientos de especies de mamíferos, aves, peces, insectos, reptiles y anfibios se han descripto
comportamientos entre individuos del mismo sexo. La homosexualidad percibida como un fenómeno de
depravación ideado por la mente humana, está siendo rechazada desde el punto de vista científico. En
este sentido, a partir de los años ’70 el término:“homosexualidad” ha dejado de existir como una
desviación o enfermedad sexual, tanto por la O.M.S. (Organización Mundial de la Salud) como por el
DSM IV (Manual de Criterios Diagnósticos) que utilizan los profesionales de la salud.
Si bien las causas de la “heterosexualidad” resultan inequívocas a simple vista, cuya finalidad se
relaciona con el instinto de procreación, resulta un tanto más complejo explicar cuál es la causa de la
“homosexualidad” humana, inclusive, exceden las explicaciones vistas en las resoluciones del
“Complejo de Edipo”, que estudiaron en el capítulo de la Teoría de los Instintos (unidad 4)).
En principio, y como resultado del esquema precedente, la homosexualidad es considerada actualmente
como un segundo tipo de relación interpersonal alternativo. Sin embargo, suele ser un tema que aún
despierta interés científico y en la gente en en general originando, casi a diario, la aparición de nuevos
estudios e investigaciones al respecto.
En este sentido una de las últimas investigaciones de la “Society for the Study of Sexuality”, revelan que
solo menos del 10% de la población es homosexual o heterosexual “pura”, y en general, las mujeres son
más proclives a las relaciones con su mismo sexo que los hombres.
De éstos estudios se desprende que la Orientación Sexual es una variable continua en el estudio del
Sistema Sexual Humano, dado que en un 90% de los casos la mayoría de las personas experimentaran en
el transcurso de sus vidas, algún tipo de atracción por su mismo sexo. Del mismo modo sucede con
homosexuales que se ven atraídos por el sexo opuesto.
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Si bien estos estudios abonan una importante potencialidad bisexual en la mayoría de las personas, los
estudios biologicistas que explican este fenómeno son los que en la actualidad ofrecen mayores
adelantos en este sentido.
GENITALIDAD
La sexualidad comienza por el “cerebro” (pensamientos, fantasías, deseos, etc) y como bien decíamos se
expresa en todo el cuerpo, pero ahora nos detendremos en algunas consideraciones acerca de la
genitalidad, dado que de acuerdo a las etapas del ciclo vital que estudiaremos en este capitulo,
constituye el núcleo principal de interés de la sexualidad adulta.
Tal como hemos estudiado en la Teoría de los Instintos, la sexualidad va cambiando de expresión según
las etapas evolutivas del sujeto, por eso, el cuerpo del adulto llevará consigo las particulares marcas o
improntas de goce que fueron adquiridas durante el desarrollo psicosexual. Por ejemplo, así como el
placer de besar, succionar, y todo lo que prefigure placer en la oralidad del acto sexual tendrá una
relación analítica con la estimulación recibida en la etapa oral (0 a 1 año), de mismo modo sucede con la
etapa anal (1 a 3 años), con la etapa fálica y con las resoluciones edípicas (5 a 7 años), que serán
recicladas periódicamente a partir de la pubertad y por el resto de la vida.
Volviendo al tema, cabe mencionar que solamente el 30% de las mujeres sexualmente saludables pueden
tener orgasmos sólo con la penetración, el resto, requiere de estimulación clitorídea. La parte de la
vagina en la que realmente la mujer siente más placer es el primer tercio y no el resto, lo que implica que
el tamaño del pene no tiene, técnicamente, el poder de satisfacción que el mito popular le ha asignado.
Biológicamente, no existe relación entre el tamaño del pene y la capacidad reproductiva, por eso, se
puede afirmar que la masculinidad dependerá siempre de la calidad personal y no del portador del
pene, Sin embargo, como la sexualidad es primordialmente psicológica, debemos reconocer el rol
importante que juegan las fantasías del sujeto, modelando o mejorando, en ocasiones, el deseo y la
satisfacción sexual. Sólo en este sentido podría considerarse el tamaño del pene como un aspecto
complementario en algunas personas.
Pero las relaciones sexuales satisfactorias son mucho más complejas que una simple comparación de
genitales, para ello se requiere un previo conocimiento autoerótico, tanto del propio cuerpo como del
compañero/a, motivo por el cual las relaciones sexuales implican afecto, comprensión mutua y una
íntima comunicación en la pareja.
Resumiendo, la sexualidad está al servicio de 3 causas principales:
1. Enriquecimiento de la propia personalidad
2. Al intercambio con el otro
3. Al servicio de la trascendencia que puede ser: a) inmediata: a través del orgasmo, b) mediata:
creación de un nuevo ser
CICLOS DE RESPUESTA SEXUAL EN EL HOMBRE Y EN LA MUJER
orgasmos
orgasmo
HOMBRE
meseta
*
*
*
*
*
MUJER
Período
refractario
meseta
resolución
resolución
excitación
excitación
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En el estudio de la sexología hay 5 factores importantes que hay que reconocer:
1. Factores estimuladores: quien estimula, quien toma la iniciativa, cual es el objeto de excitación,
etc.
2. Factores inhibitorios: traumatismos (físicos o psíquicos), violaciones, otros datos de la historia
sexual de la persona que actúen en este sentido.
3. Fantasias: es el material de las imágenes mentales que estimulan la iniciativa. En la mujer por
influencias culturales tiene a limitarse lo que dificulta el acercamiento.
4. Aprendizaje discriminatorio: se trata de la zona del cuerpo por el cual la persona aprendió a
reconocer sus puntos erógenos a través de ejercicios de masturbación.
5. Canales sensoriales: Así como en la actividad sexual
LA MASTURBACIÓN :
Conceptualmente, la masturbación, tanto la masculina como la femenina, es la estimulación de los
órganos genitales con el objeto de obtener placer sexual, pudiendo llegar o no al orgasmo. Su práctica
constituye una instancia crucial para el desarrollo de una buena sexualidad, remarcando que tanto
hombres como mujeres acompañan la masturbación con fantasías eróticas, siendo éste el motor esencial
del orgasmo.
Más allá de todos los mitos, prejuicios históricos y referencias bíblicas que rodean el tema, masturbarse
significa proporcionarse placer sexual a sí mismo y es una práctica inherente a nuestra condición
humana, que ha existido, existe, y existirá en hombres y mujeres en todas las culturas.
Dicho esto, y en relación a los mitos populares, la masturbación no convierte ni en sordo ni en estúpido a
las personas, ni en histérico, ni en estéril, ni produce granos en la cara como tantos otras falacias
largamente promocionadas.
En este sentido, las actitudes sociales frente a la sexualidad han estado históricamente dominadas por una
filosofía religiosa que relegó el sexo a una práctica pecaminosa, culpógena y altamente sospechosa. En
consecuencia, los deseos sexuales debían limitarse para evitar que las personas realizasen diversas formas
de actividad sexual sólo por placer. Aún en la actualidad el precepto religioso refiere a la masturbación
como un acto "no natural" pues su objetivo no es reproductivo.
Intencionalmente o no, el efecto de las tradiciones occidentales sobre la masturbación fue transformarla
en un comportamiento muy censurado y reprobable. Recién a comienzos del siglo XX comenzó a
considerársela como algo normal hasta determinada edad, pasada la cual y ya en adultez era considerada
un signo de inmadurez.
Si bien la “American Medical Association” recién en 1972 la rotuló como una conducta "normal"; en 1953,
Kinsey convulsionó al mundo al revelar que un 60% de las mujeres con instrucción secundaria o superior
se habían masturbado, y en el caso de los hombres la cifra ascendía al 95% de los casos.
La masturbación es una práctica sexual de alta frecuencia entre los varones y mujeres adolescentes, pero
no solamente en esa etapa de la vida sino en todas: Hoy se sabe que es habitual y beneficiosa para la
salud psicofísica en todas las edades. Tal como viéramos en el capítulo de la “Teoría de los instintos”:
desde un bebé hasta un señor casado de ochenta años.
Por otro lado, el hecho que los hombres se masturben es algo sabido, aceptado y obvio. En cambio, entre
las mujeres fue una práctica siempre ocultada e ignorada y de hecho, las estadísticas indican, que las
mujeres se masturban menos que los hombres. Las mujeres son, por cuestiones culturales, más proclives
que los hombres a sentir culpa si se masturban, pudiendo este sentimiento interferir con la satisfacción
sexual fisiológica y/o psicológica derivada de la masturbación.
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Sin embargo, hoy sabemos que la autoestimulación en las mujeres ayuda a reconocer cuál es su manera y
su tiempo propio; les enseña a ser sexualmente activas, por ellas mismas, independientemente de
cualquier otra persona. Aprendiendo qué las excita, logran alcanzar mejores orgasmos y convertirse en
mejores compañeras sexuales, asumiendo su responsabilidad y siendo capaces de guiar y ayudar a su
compañero para que las conozca mejor.
En cuanto a los hombres, estudios recientes reflejan que los varones que se masturbaban con frecuencia
en sus años de juventud, han encontrado facilitado el coito en la edad adulta, en comparación con aquel
que nunca lo había practicado.
Otros estudios revelan que existe una relación directa entre los hombres que sufren de eyaculación precoz
con hombres que en la adolescencia tenían por costumbre masturbarse rápidamente con la única meta
evacuar una tensión sexual. Este frenesí masturbatorio se ha encontrado con frecuencia en muchos casos
de eyaculación precoz adulta. Por eso, hay que remarcar la importancia entre los adolescentes de
aprender a masturbarse con tiempo, evitando centrar todas las caricias en sus genitales como la única
finalidad la de la eyaculación rápida.
Tampoco hay que olvidar que la masturbación es aconsejada para los hombres adultos cuando no tienen
pareja para evitar el riesgo de esclerosis de los vasos cavernosos. Por lo demás, tanto para el hombre
como para la mujer es aconsejable la masturbación para mantener una actividad erótica cerebral que
podría disminuir con el tiempo. Cabe decir que, cuantas más zonas del cuerpo se involucren en la
práctica masturbatoria mejora la sexualidad compartida, evitando centrarse sólo en los genitales ni en el
hecho de eyacular, en el caso de los hombres.
La masturbación también se halla recomendada en mujeres con anorgasmia primaria (significa no haber
conocido nunca el orgasmo) dado que es la mejor manera de descubrir el propio cuerpo y facilita la
obtención del orgasmo, antes que con su compañero. Los estudios al respecto sugieren que las mujeres
que sufren de vaginismo o de anorgasmia utilizan poco la masturbación, o la han utilizado escasamente
durante la adolescencia.
Estadísticamente la masturbación en los hombres adultos promedio, menores de 35 años, es de 70 veces al
año, mientras que en los mayores de 35, se da unas 33 veces, mostrando indicadores decrecientes en la
vejez en relación al estado psicofísico que se posea cada individuo
Hasta aquí hemos visto como por distintos motivos la masturbación ocupa un lugar relevante en el
estudio de la sexología. Finalmente debemos decir la masturbación en la pareja puede ser un elemento
erótico o un placer diferente que no se debe olvidar y que, sólo puede constituirse como un Trastorno
sexual, cuando su práctica sustituye deliberadamente la existencia del compañero/a para evitar el
contacto con el otro. A éste trastorno se lo conoce con el nombre de: onanismo.
MOTIVOS DE CONSULTAS SEXOLÓGICAS MÁS FRECUENTES:
1. Disfunción eréctil
Popularmente llamada "impotencia": es la incapacidad para lograr o mantener la erección. Se estima que
afecta al 20% de los hombres oscilando la edad promedio de los que consultan en los 55 años. No
obstante pueden haber factores orgánicos asociados como: diabetes, hipertensión, colesterol elevado,
sobrepeso, alcoholismo, etc y cuya disfunción eréctil a veces puede ser síntoma de una enfermedad
cardiovascular.
Sin embargo, los especialista de la Federación Sexológica Argentina consideran que en la mayoría de los
casos no hay causas orgánicas y que se trata primordialmente de una conflictiva psicológica. En éste
sentido, los hombres suelen llegar a consulta con el sexólogo tras ser derivados por el urólogo por creer
que se trata de un problema orgánico.
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Puede que nunca hayan conseguido una erección o que la pierdan, tanto antes como durante la
penetración, y en este sentido, la sexología ayuda enseñando técnicas de relajación y ejercicios para
mantener la erección. Por ejemplo, en hombres mayores de 45 años las disfunciones sexuales suelen estar
ligadas a: reflejos más lentos y la rutina, porque tal vez no encuentran el mismo estímulo que si
estuvieran con una pareja novedosa.
Sin embargo, debemos reconocer que la era del “sildenafil” (popularmente conocido como: Viagra), si
bien restaura la erección en hombres con un alto nivel de eficacia, es incapaz de resolver la causa misma
de la disfunción, dado que numerosos trastornos de la libido y de la erección tienen un origen psicógeno.
En la actualidad también existen pruebas experimentales en mujeres que sugieren cierto éxito.
2. Eyaculación precoz
Es la imposibilidad voluntaria para decidir el momento de la eyaculación. Provoca un gran malestar
personal y la edad de consulta oscila entre los 18 y los 40 años.
Las últimas estadísticas indican que afecta del 15% al 20% de la población masculina. Y que la mitad de
los hombres, en algún momento de su vida, sufrió este trastorno más de una vez.
Debido a los cambios culturales que han llevado al reconocimiento de la mujer como sujeto de placer, ésta
ya no ocupa un mero papel reproductivo en la relación de pareja, sino que también exigen satisfacción
sexual equiparándose al hombre y compartiendo sus demandas al respecto.
Así pues, cuando antiguamente el placer en la relaciones sexuales era solo un privilegio del hombre y la
eyaculación precoz pasaba inadvertida, en la actualidad, este problema se ha trasladado a los hombres
volviendo este síntoma más evidente, dando origen a un nuevo Trastorno que los sexólogos llaman
“ansiedad por el desempeño”.
A modo de conclusión, debemos decir que la eyaculación precoz es un trastorno de aprendizaje sexual, lo
que indica que incluso hoy, muchos varones que parecen “sabérselas todas”, no han tenido un buen
aprendizaje.
Estás cuestiones que normalmente pueden resolverse en dos meses, hay hombres que acuden a consulta
profesional después de dos, tres o cinco años de padecimiento y muchas veces porque su pareja les dio el
ultimátum.
Actualmente, las técnicas psicoeducativas más eficaces se basan en ejercicios de presión con los dedos
sobre la zona del perineo, o sobre la cabeza del glande para inhibir el reflejo eyaculatorio.
3. Falta de deseo en varones
En general se da en medio de situaciones de estrés, depresión, trastornos de ansiedad y caída hormonal.
Por ejemplo, las personas que están pasadas de cansancio por el trabajo mal pago y con gran exigencia
profesional, sumado al clima social y la inseguridad, cuando llegan a su casa sólo quieren descansar.
El deseo se puede recuperar, pero hay que trabajar para lograrlo. El primer paso es charlar con la pareja
para ver qué esta pasando. El segundo paso es imponerse un horario “sagrado” para estar a solas y, si
hay chicos procurando que vayan a dormir a otro lado. Así, y de a poco, la pareja puede generar una
buena intimidad emocional, psicológica y sexual".
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4. Falta de deseo en mujeres
Se da en el 30 % de las mujeres y en general de deben a conflictos de relación. Influyen negativamente las
fantasías sobre lo que debería ser el sexo, una imagen corporal pobre, baja autoestima, falta de intimidad
y confianza en la pareja. También puede deberse a alteraciones orgánicas como la disminución de
hormonas, al hipotiroidismo, diabetes, insuficiencia hepática o renal, o psicológicamente, al estrés.
5. Anorgasmia en mujeres
Es una inhibición recurrente y persistente del orgasmo femenino. Puede ser primaria: si nunca pudo
experimentarlo, o situacional: si sólo lo sufre a veces. Rara vez puede estar relacionado con el
funcionamiento de los nervios y arterias que van al clítoris y la pelvis, dado que en la mayoría de los
casos son los problemas emocionales y psicológicos los desencadenantes.
Por una parte, tienen estrecha relación con los vínculos, con las relaciones interpersonales establecidas
durante mucho tiempo con familiares muy cercanos y que se manifiestan una aparente “asexualidad” en
las relaciones cotidianas con los compañeros, los maridos, los hijos.
Una relación deficiente con los padres, una familia que traspasa a sus hijos una actitud negativa ante el
sexo, falta de información, condiciones negativas culturales, una experiencia sexual traumática durante la
infancia o adolescencia, una identidad sexual en conflicto, factores interpersonales, falta de concentración
y angustia, pueden predisponer a la mujer para que, al alcanzar la madurez sexual y ser sexualmente
activa, presente uno o más tipos de trastorno sexual.
Como consecuencia de esto el orgasmo puede ser inhibido por haber adquirido en la mujer un significado
simbólico negativo, o porque su intensidad aterra a la mujer. En otras mujeres suelen tener ambivalencia
afectiva respecto a su compromiso en la relación conyugal, el temor a ser abandonada, el temor a afirmar
su independencia, el sentimiento de culpabilidad sexual y la hostilidad hacia su compañero, pueden
también jugar un papel en la formación del excesivo control involuntario del reflejo orgásmico que, en
última instancia, produce una disfunción orgásmica.
Pese a ello la mayoría de las consultas femeninas respecto de esta disfunción surge porque solo logran el
orgasmo a través de sexo oral o con caricias en sus genitales, pero no con penetración.
6.Tamaño del pene
Casi siempre la consulta es por otro tema y surge la inquietud por el tamaño. Lo normal es que el que
consulta ya se haya medido en su casa. En el 99,9% de los casos es de tamaño normal (entre 10 y 20
centímetros). El problema es que en el imaginario masculino una mayor dimensión da más placer al
poseedor y la pareja la media es 14 centímetros, para ésta región, con una oscilación de 2 cm en más o en
menos para otros países. Un micropene es cuando en erección no llega a 4 centímetros, motivo por el cual
amerita la consulta médica en tal sentido..
7. Falta de información
Hay hombres y mujeres que son casi analfabetos en lo sexual, ya que desconocen lo que necesitan para
excitarse, que los toquen o acaricien. Muchos no saben que la respuesta sexual cambia con el tiempo y
que se necesitan más o distintos estímulos. Un varón de 60 años no debe alarmarse si no logra una
erección fácil. Tampoco debe preocuparse una mujer a esa edad que no logra lubricarse como cuando era
más joven. En este sentido, tal modo y como viéramos el capitulo de la “Teoría de los instintos” la
sexualidad se expresa desde poco después del nacimiento hasta la vejez, en cada etapa con sus
características propias.
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8. Fobias
El rasgo de una fobia sexual es el temor persistente, asociado al deseo compulsivo de evitar sensaciones o
experiencias sexuales, y que el individuo reconoce como irracional. Los fóbicos pueden no soportar los
genitales, las secreciones y olores genitales, penetrar o ser penetrados, el orgasmo, ser vistos desnudos, el
beso, la masturbación, el embarazo, el sexo oral. Hay quienes lo evitan por completo y son vírgenes toda
la vida. El tratamiento suele ser en etapas: puede ser psicoterapéutico, sexológico o inclusive con
psicofármacos.
9. Dispareumia: dolor coital
La dispareumia es el dolor coital. Por lo general, y cuando no se trata de cuestiones orgánicas, se la asocia
con el vaginismo, que es la contracción involuntaria de los músculos que rodean la entrada de la vagina y
que impiden la entrada del pene o incluso de un dedo. El tratamiento suele ser psicoeducativo enseñando
técnicas para la relajación de la musculatura. Otras técnica psicoterapeutica efectiva es la
“desensibilización sistemática” que consiste en la dilatación progresiva por medio de tutores plásticoas
(consoladores) logrando una distensión progresiva de esa zona.
10. Matrimonio no consumado
"Son parejas que no logran tener relaciones coitales. Generalmente, en los hombres es por eyaculación
precoz, disfunción eréctil o fobias. Esto a veces no impide que aunque no haya coito disfruten de una
vida sexual rica.
En las mujeres, la causa más frecuente es el vaginismo (contracción involuntaria de los músculos
vaginales al momento de la penetración) y suele ser por una fobia, una secuela de abuso o conflicto de
identidad.
BASES CONSTITUTIVAS DE LA PAREJA:
Si consideramos que la pareja es cosa de dos, previamente vamos a identificar 3 ejes importantes para que
éste intercambio favorezca su estabilidad y duración, éstos son: a) atracción física, b) afinidad intelectual,
c) afinidad sexual.
Atracción física: Se trata del gusto estético por el compañero/a y si bien es un sentimiento muy subjetivo
respecto del patrón de belleza, el mismo suele estar influido en mayor o menor medida por las pautas
culturales de belleza.
Afinidad intelectual: Consiste en la capacidad de entendimiento y comprensión del compañero/a como
herramienta de superación de los problemas contingentes que afectaren la relación. Los proyectos, la
empatía, los valores, las creencias y hasta la capacidad de divertirse juntos forman parte de este aspecto
que hacen posible una sana convivencia.
Afinidad sexual: Si bien los dos anteriores son aspectos fundamentales para la elección de una pareja, la
afinidad sexual es el núcleo de complementariedad principal y la fuerza de tracción que le confiere
entidad de pareja. Esta afinidad depende de muchos factores, pero principalmente consiste en el
reconocimiento de las distintas zonas erógenas del propio cuerpo que serán fuente de comunicación
íntima entre 2 personas.
Por lo visto, de la intensidad de la combinación de estos 3 aspectos dependerá la naturaleza de la
relación. Por ejemplo, en una relación de “amistad o compañerismo” suele primar la afinidad intelectual,
mientras que el componente sexual permanece ausente o reprimido. En una relación de amantes prima el
componente sexual por sobre los otros dos, pero en una pareja bien constituida éstos 3 aspectos coexisten
entre sí y se retro-alimentan de manera creativa y continua en la relación.
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PARAFILIAS
Conceptualmente, una parafilia es una desviación sexual cuya objeto de deseo desplaza y elimina de la
escena sexual a otra persona acorde al nivel de maduración psicofísica. Si bien este punto exede lo
previsto para este capitulo resulta importante nombrar algunas desviaciones sexuales más frecuentes.
Dado que hasta aquí sólo habíamos hablado de la sexualidad “normal” consideramos importante definir
conceptualmente que es una parafilia y nombrar brevemente a algunas de ellas.
Exhibicionismo: Comportamiento que implica mostrar los genitales a un extraño en un contexto que no
lo espera.
Fetichismo: Comportamiento basado en el uso de objetos no animados que sustituye el vínculo
emocional con la pareja
Masoquismo sexual: Comportamiento que implica el hecho real de ser golpeado, humillado, violentado,
atado, o cualquier otra forma de sufrimiento.
Sadismo sexual: Comportamiento en que implican actos reales en que el sufrimiento físico o psicológico
de la victima es excitante para el sujeto.
Frotteurismo: Comportamiento consistente en el hecho te tocar o rozar a otra persona contra su voluntad.
Pedofilia: Comportamiento de un adulto que implica actividad sexual con niños o prepúberes,
generalmente menor a 13 años.
Necrofilia: Comportamiento que implica actividad sexual con personas muertas.
Zoofilia: Comportamiento sexual que implica la actividad sexual con animales
No obstante, pese a que ciertas conductas hayan sido tipificadas como PARAFILIAS a los fines didácticos,
algunas prácticas sexuales como el travestismo, fetichismo, el uso de aparatología, prácticas sadomasoquistas, etc, no serían consideradas parafilias siempre que respeten el CONTEXTO DE
PRIVACIDAD, CONSENTIMIENTO Y QUE PROPORCIONE PLACER A AMBOS INTEGRANTES DE
LA PAREJA.
Prof. Lic. Marcelo de la Peña
E-mail: [email protected]
Tel/fax: (02246) 42-0996
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