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Entrevista a la doctora Isabel Güell sobre el tema de los NEUROTRANSMISORES para
articulo publicado en la revista CUERPO MENTE Nº 178 febrero 2007-07-01 pagina 52
LA BIOQUÍMICA DEL BIENESTAR
1- ¿ Se puede decir que el cerebro es como un laboratorio farmacéutico donde se
producen medicamentos naturales contra el estrés, ansiedad o la depresión?
Pues sí, en cierta manera, esos somos: un gran laboratorio celular productor
de sustancias químicas. En concreto, nuestro cerebro, de modo muy simplificado,
está organizado por grupos de neuronas que se comunican entre ellas a través de
sustancias químicas llamadas neurotransmisores producidas en el interior de la neurona:
sustancias como la serotonina o la noradrenalina con implicación directa en los síndromes
depresivos y sustancias como las endorfinas relacionadas con la regulación del placer y el
dolor, entre los más de cincuenta neurotransmisores descubiertos hasta la actualidad.
2- El descubrimiento de los neurotransmisores se produce al estudiar los mecanismos
por los que actuaban diferentes medicamentos o sustancias (opio, cannabis.)? Es
decir, primero se descubre un receptor específico en algunas neuronas y después se
constata que el cerebro produce su propia morfina, opio.?
Como ocurre en muchas ocasiones, la ciencia constata el efecto sobre nuestro organismo
de determinadas sustancias y posteriormente se descubre los mecanismos fisiopatológicos
implicados. Hoy sabemos que entre los neurotransmisores producidos por las neuronas se
encuentran los llamados péptidos opiáceos, como las endorfinas o morfina endógena.
Cuando nuestro cerebro segrega endorfinas nos sentimos relajados, contentos. ¿ Cómo se
estimula su producción? Dicen que la risa y la carcajada son la mejor fuente de endorfinas.
3-Se puede decir que sentirnos bien depende un frágil equilibrio? Si las
concentraciones de los distintos neurotransmisores se desequilibran dan lugar a
depresiones, psicosis o simplemente malestar.
Las ideas delirantes y alucinaciones de los brotes psicóticos se controlan con fármacos que
disminuyen la cantidad de dopamina en el cerebro. Por otro lado, tanto los fármacos que
aumentan la noradrenalina como la serotonina son un tratamiento de enorme eficacia en
las depresiones. Ello evidencia una clara relación de nuestro estado de ánimo con el
equilibrio de nuestros neurotransmisores. ¿Frágil equilibrio? Yo afirmaría lo contrario;
asombroso equilibro a pesar de tantos sustos y disgustos propios de nuestras estresantes
vidas.
4- ¿ Qué puede afectar a los neurotransmisores para que no respondan
adecuadamente a los estímulos externos? ¿Cada persona los segrega de forma
distinta, de ahí que ante una situación externa una persona actúa de una manera o de
otra?
En el interior del núcleo de todas las células de nuestro organismo se encuentran los genes.
Cada gen es responsable de la producción de una proteína. En concreto, dentro de cada una
de las más de 100.000 millones de neuronas que componen nuestro cerebro hay miles de
moléculas proteicas fabricadas por ellas mismas. Es realmente increíble que nuestro
organismo funcione correctamente; que cada sustancia química sepa y cumpla a la
perfección su función es asombroso. Pero por increíble que parezca, así sucede. Así sucede
hasta que algo falla. En la enfermedad de Párkinson fallan las neuronas que producen
dopamina. En la enfermedad de Alzheimer, hay un déficit en la producción de acetilcolina.
Respecto a la segunda cuestión, a pesar de que nuestras reacciones son el resultado de
mecanismos de supervivencia y comportamientos heredados de generación en generación,
las diferentes respuestas ante estímulos similares fundamentalmente se deben a que cada
uno de nosotros reaccionamos de acuerdo con nuestra propia experiencia previa. Cada
cerebro es único.
5- ¿Es cierto que el organismo fabrica los neurotransmisores a partir de aminoácidos
y otras sustancias proporcionadas a través de la dieta? ¿O algunas las fabrica el
propio organismo?
Existen diversos tipos de neurotransmisores; mientras unos como las endorfinas no
dependen de la dieta al ser elaborados por la propia neurona bajo el mando de las
instrucciones genéticas contenidas en el ADN de su núcleo, otros se sintetizan en el
interior de las neuronas a partir de componentes procedentes de los alimentos que
ingerimos como ocurre en el caso de la serotonina, la acetilcolina, la dopamina... un hecho
de enorme relevancia pues comporta que a través de fármacos especialmente diseñados
para actuar como neurotransmisores o sus precursores podemos actuar sobre la actividad
del sistema nervioso.
6-Entonces ¿ qué tipo de dieta "los alimenta" mejor?
Mayoritariamente los neurotransmisores son moléculas proteicas. Las proteínas están
constituidas por cadenas de aminoácidos. Existen 22 aminoácidos esenciales entre ellas el
triptofano (precursor de la serotonina) que el propio cuerpo no puede producir y se debe
obtener de la dieta que ingerimos. Entre los principales alimentos que contienen triptofano
se encuentra; el pavo, el pollo, pescado, huevos, leche, quesos, nueces... Asimismo, el
pavo, contiene proteínas de bajo contenido en grasas con tirosina. un aminoácido que eleva
la concentración de dopamina y noradrenalina. Pero, al margen de un amplio listado de
alimentos con componentes específicos necesarios para nuestro organismo, una dieta
equilibrada es la clave para nuestra salud.
7-Se pueden tomar suplementos de alguno de ellos? ¿ En que casos? ¿ Tiene riesgos?
Por ejemplo, la melatonina está prohibida en España pero hay quien la toma para
dormir mejor, estar mejor.
Ya hemos comentado la importancia de la serotonina como neurotransmisor y su efecto
beneficioso contra la depresión. Los fármacos antidepresivos, ya sean por su acción sobre
la noradrenalina o sobre la serotonina, sólo son aconsejables tomarlos bajo estricta
prescripción médica, preferentemente especializada. Una historia clínica detallada y la
exploración psicológica adecuada definirá la necesidad de instaurar un tratamiento
antidepresivo bajo seguimiento médico. Automedicarse dichos fármacos es
contraproducente y puede comportar riesgos para la salud.
Respecto a la melatonina (sustancia elaborada por una pequeña estructura localizada en el
interior del cerebro llamada glándula pineal ) es conocido su relevante papel en la
regulación del sueño pero, teniendo en cuenta, que ya la produce nuestro organismo y que
faltan más estudios científicos sobre su efectividad y sus posibles efectos adversos a largo
plazo, de momento, no se aconseja tomar suplementos externos. De nuevo, insisto, la
automedicación, es una práctica que debería erradicarse.
8- ¿ Qué podemos hacer nosotros para mantenerlos "en buen estado "? ¿ Hasta qué
punto el estilo de vida influye: relajarse, hacer ejercicio, reír?
Nuestro cerebro envejece; inevitablemente envejece aunque, según nos anima la ciencia, es
un proceso potencialmente retrasable. Hoy en día se prefiere hablar de cambios más que de
perdida de neuronas como consecuencia del normal proceso de envejecimiento. Además de
la atrofia neuronal y de una reducción del número
de sinapsis, la edad conlleva
una disminución en la producción de una serie de sustancias químicas, entre otras, de
neurotransmisores. Conseguir cambiar el complejísimo y multifactorial proceso de
envejecimiento con pastillas milagrosas no parece factible. Las únicas intervenciones
posibles que pueden ayudar a nuestro cerebro a envejecer mejor son las promovidas desde
nuestro interior. Alimentación, ejercicio físico e intelectual; los tres pilares de la
longevidad. Mantenerse intelectualmente activo se convierte en un arma imprescindible
para no perder facultades con la edad. La motivación como estimulo esencial para el
aprendizaje; la capacidad de emocionarse como motor de juventud.
9-En el artículo se incluirá un listado con los principales neurotransmisores y sus
funciones. ¿ Me podrías decir cuáles son los principales, o si se pueden agrupar de
algún modo para hacerlo más sencillo al lector?
Cuando hablamos de un neurotransmisor nos estamos refiriendo a una sustancia química
que ejerce de mensajera entre una neurona y otra, pero también estamos hablando de otro
tipo de moléculas como las encargadas de inducir cambios en la estructura de las sinapsis
o esa zona crucial de unión entre neuronas. En el interior
de cada neurona
encontramos miles de sustancias químicas; uno de los grandes
retos de las
neurociencias ha sido y sigue siendo saber cuáles actúan como neurotransmisores.
La acetilcolina (primer neurotransmisor en identificarse) se incluye entre los
neurotransmisores de molécula pequeña con la característica común de que sus principales
componentes proceden de la dieta que ingerimos. Dentro de este tipo de neurotransmisores
además de la acetilcolina se incluyen cuatro aminas (dopamina, noradrenalina, adrenalina y
serotonina) y un grupo de aminoácidos entre los que se encuentran el glutamato y el
GABA.
Otro tipo de neurotransmisores no depende de la dieta puesto que son elaborados por la
propia neurona a partir de las instrucciones de sus genes; en este grupo se incluyen los
péptidos neuroactivos como las endorfinas. Los gases trasmisores completan la
clasificación del apasionante campo de los neurotransmisores; en total más de 50
sustancias químicas descubiertas hasta la actualidad sin que nadie se atreva a poner un tope
al listado.
Cada uno de los distintos tipos de neurotransmisores referidos se va a asociar al receptor de
la neurona que recibe el mensaje; receptores excitadores y receptores inhibidores.
Dependiendo del tipo de neurotransmisor y del tipo de receptor, el resultado final será de
excitación o de inhibición. Las neuronas o bien se excitan
(se encienden ) o bien
se inhiben ( se apagan).
10-El primero en descubrirse fue la acetilcolina. ¿ Cómo fue el experimento de la
rana?
En 1921, Otto Loewi, abrió las puertas a una de las grandes revoluciones científicas del
siglo XX; los neurotransmisores. Cogió dos corazones de rana y los colocó cada uno en su
correspondiente recipiente llenos de solución salina; dos recipientes comunicados entre si
por un canal de trasvase de liquido. Estimuló eléctricamente el nervio vago del corazón
del primer recipiente y la frecuencia del latido cardiaco disminuyó. Algo sorprendente
ocurrió en el corazón de la rana colocado en el segundo recipiente y no estimulado
directamente; su frecuencia cardiaca también disminuyó. Un sencillo experimento que
demostraba que una sustancia química, la acetilcolina, liberada por el nervio vago del
primer corazón reducía la frecuencia cardiaca del segundo corazón. Un sistema de
neurotransmisión química presente en la mayoría de mamíferos incluidos los humanos;
una comunicación algo más lenta que la sencilla comunicación eléctrica de algunos
animales pero mucho más rica, versátil.
11-Muchos de estos neurotransmisores se encuentran también en el intestino, incluso
se habla de cerebro intestinal, ¿ por qué? Es un tema que daría para más pero es
para hacer un apunte en el artículo.
El cerebro y la médula espinal están conectados con los receptores sensoriales de la
superficie del cuerpo y de los músculos a través de una extensa red de terminaciones o
fibras nerviosas que constituyen el sistema nervioso periférico. Asimismo también están
conectados con todos los órganos internos a través del sistema nervioso autónomo; un
sistema que permite al cerebro controlar a distancia desde la frecuencia del latido del
corazón a las contracciones del estómago o intestino. La extensa red nerviosa distribuida
por todo el aparato digestivo, con un sistema periférico entérico propio además de los
sistemas simpático y parasimpático presentes en otros órganos es lo que ha impulsado a
algunos autores a hablar de
“cerebro intestinal” Las sustancias químicas que
actúan como neurotransmisores regulando desde la motilidad a la secreción intestinal son
diversas y no cabe duda que los avances en el campo de la neurograstroenterología
contribuirán al conocimiento del funcionamiento de nuestro sistema nervioso en general.
12- ¿ Y la piel? ¿ Un abrazo o el contacto son capaces de liberar neurotransmisores y
hacer que nos sintamos
mejor? O por el contrario ¿ el estrés libera
neurotransmisores que alteran la producción de hormonas y provocan, por ejemplo,
un empeoramiento del acné o una caída del pelo muy localizada?
Por toda la superficie cutánea se extienden los receptores cutáneos que captan los
diferentes estímulos sensitivos y los transforman en impulsos nerviosos que a través de las
fibras sensitivas llegan a áreas determinadas del cerebro. Estímulos mecánicos, térmicos o
químicos sobre la piel capaces de provocar distintas sensaciones que nuestro cerebro
procesa y en ocasiones eleva a la mágica categoría de bienestar. Un beso, un abrazo, ¡
cuanta química pueden llegar a liberar ¡ O bien, estímulos nocivos como la presión
intensa o la temperatura extrema que activan selectivamente unos receptores sensoriales
especializados en el dolor; el dolor como aviso de que una parte del cuerpo esta dañada.
Por otra parte, el estrés entra de lleno en el campo de las emociones. En las profundidades
de nuestro cerebro encontramos unas pequeñas estructuras comunicadas entre sí formando
un peculiar anillo; el sistema límbico; el cerebro de las emociones. Ante cualquier
situación que identifiquemos como peligrosa, los mecanismos de alarma de nuestro cerebro
frente al miedo entran en acción; el estímulo sensorial desencadenante de la alarma, ya sea
un ruido, una amenaza, o un simple susto, llega al sistema límbico ( concretamente a una
pequeña estructura en forma de almendra llamada amígdala; el centro de las emociones).
Desde aquí, a través de otra estructura clave; el hipotálamo; se ponen en marcha los
mecanismos para la acción; aumenta el latido del corazón, la respiración se acelera, los
músculos se tensan. Todos los órganos del cuerpo puestos en marcha a distancia gracias a
la intervención de numerosas sustancias químicas; hormonas y neurotransmisores; un
perfecto equilibrio que en ocasiones se rompe sin motivo aparente como ocurre en las
crisis de pánico; uno
de los distintos tipos de transtornos de ansiedad; crisis vividas
por el paciente como un auténtico suplicio y un claro ejemplo de lo que nos puede ocurrir
si no somos capaces de controlar las emociones Emociones mediadas, como no, por
neurotransmisores.
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