Guía de intervención educativa en Trastornos de Conducta Guía de intervención en Trastornos de Conducta Índice Página INTRODUCCIÓN Evaluación y diagnóstico X X ESTRATEGIAS Y TÉCNICAS COGNITIVO/CONDUCTUALES Técnicas para enseñar-aprender conductas Modificación del ambiente físico Comunicación positiva Instigación verbal Modelado Desvanecimiento de la estimulación precedente Moldeamiento Encadenamiento Entrenamiento en generalización Técnicas para incrementar conductas positivas Reforzamiento positivo Reforzamiento negativo Principio de Premack Contrato de contingencias Técnicas para mantener y generalizar conductas aprendidas o modificadas Reforzamiento intermitente Reforzamiento intermitente de intervalo fijo Reforzamiento intermitente de intervalo variable Reforzamiento intermitente de razón fija Reforzamiento intermitente de razón variable Técnicas para reducir y extinguir conductas Reforzamiento diferencial de tasa baja Reforzamiento diferencial de otras conductas Reforzamiento de conductas alternativas Costo de respuesta Economía de fichas Tiempo fuera de reforzamiento Sobrecorrección Saciedad y práctica negativa Castigo Técnicas para reducir y eliminar la ansiedad Inhibición recíproca o desensibilización sistemática Relajación muscular Imaginación emotiva X X X X X X Guía de intervención en Trastornos de Conducta ESTRATEGIAS Y TÉCNICAS COGNITIVAS Y METACOGNITIVAS Autocontrol Autorregistro Autoevaluación Autorrefuerzo Autoinstrucciones Resolución de problemas X OTRAS ESTRATEGIAS Y TÉCNICAS Técnica de la tortuga Técnica de control de la ira X REFERENCIAS X Guía de intervención en Trastornos de Conducta Introducción ¿Qué son los trastornos de conducta? Clasificación - Trastornos por déficit de atención y comportamiento perturbador (Trastornos graves de conducta) o Trastorno por déficit de atención con o sin hiperatividad o Trastorno disocial o Trastorno negativista desafiante - Alteraciones conductuales secundarias a otros trastornos mentales. - Patrones conductuales que pueden confundirse con los Trastornos graves de conducta. Etiología de los Trastornos Graves de Conducta ?? Necesidades educativas especiales asociadas a los TGC Necesidad de un ambiente estructurado y predecible. Necesidad de una ubicación especial en el aula clase que facilite su rendimiento y concentración (se recomienda delante, en las primeras mesas). Necesidad de reducir la estimulación ambiental controlar al máximo los estímulos distractores). Necesidad de un reforzamiento social más explícito que le facilite la conexión como contingencia de las conductas deseables que queremos implantar y que genere la motivación y la vinculación al proceso. Necesidades socio-afectivas relacionadas con las limitadas relaciones con sus iguales y las experiencias de fracaso social. … … Guía de intervención en Trastornos de Conducta REELABORAR En la etapa escolar pueden presentarse en los niños algunas alteraciones de la conducta que resultan negativas para aquellos que constituyen su entorno. Suelen manifestarse mediante rabietas y agresividad, a través de la desobediencia y el desafío. Cuando estos síntomas sobrepasan un umbral y la molestia que generan es excesiva y prolongada hablamos de trastorno. Es conveniente incidir en el problema de conducta antes que pueda derivar en un trastorno de conducta y necesitar de un profesional para encauzar el problema. Para ello desde nuestro lugar docente es fundamental mantenerse firme e inflexible ante sus conductas agresivas e antisociales y encauzar estas conductas mediante técnicas de modificación de conducta como la utilización de sistemas de puntos, el tiempo fuera, etc. Decimos que un niño posee Trastornos de Conducta cuando tiene dificultades para cumplir las normas que la mayoría de los niños aceptan. En los casos de trastornos de la conducta, el niño o el adolescente muestra comportamientos hostiles, agresivos o desordenados durante más de 6 meses (de durar menos de 6 meses seguramente se trate de un problema emocional que se manifiesta de esta forma, pero es transitorio). Algunos ejemplos de estos problemas son los siguientes: • No obedecer a sus padres o a otros adultos, como los docentes. La mayoría de los niños desobedece algunas veces, pero los menores con estos problemas desobedecen todo el tiempo y aun en situaciones donde el castigo es serio. • Tener rabietas que son mucho más frecuentes y severas que el promedio de los niños de su edad. • Volverse agresivos y mostrar conductas destructivas. Esto puede involucrar daño a la propiedad privada, pero también puede implicar amenazas o comportamientos peligrosos, como robar. • Replicar siempre, contestar mal, discutir, hacer que pequeñas situaciones parezcan más grandes de lo que son y siempre desear decir la última palabra. • Rehusar a cumplir con sus obligaciones diarias, como las tareas escolares y el aseo personal. • Todos los niños mienten especialmente si temen involucrarse en problemas o si realmente quieren algo desesperadamente. En el caso de los niños con problemas de conducta, mienten constantemente aun cuando no hay necesidad de hacerlo. Guía de intervención en Trastornos de Conducta • Los niños con problemas de conducta también presentan otras conductas antisociales, como el exceso de ira y el uso de palabras vulgares; conductas ofensivas, como por ejemplo, escupir a las personas, o el ser indiferentes a los sentimientos de los demás. Este tipo de conductas interfieren en el aprendizaje, en el ajuste a la escuela y, algunas veces, en las relaciones del niño con los demás. CONSECUENCIAS En este tipo de trastornos hay que temer complicaciones, en forma de problemas con la ley, traumatismos (peleas, etc.). En personas con estos trastornos, si persisten en la edad adulta, abunda también el número de muertes violentas. Las conductas antisociales tienen, a menudo, consecuencias inmediatas serias tanto para el que las lleva a cabo (expulsión de la escuela, clima familiar alterado, hospitalización, etc.) como para aquellos con los que interactúa (padres, maestros, compañeros, etc.). Aparte de estos efectos inmediatos, las consecuencias a largo plazo son también lamentables, ya que los problemas de estos jóvenes suelen continuar en la vida adulta aumentando, con ello, el riesgo de una mala adaptación personal y social. Hay un conjunto de medidas problemáticas tales como pelearse, desobedecer, mentir, robar, que los padres y maestros deben afrontar en el curso del desarrollo normal. De todas formas, lo más significativo de las conductas antisociales en los niños normales, es que tienden a desaparecer durante el desarrollo y/o en respuesta a las actuaciones de los padres, maestros y compañeros. Su persistencia e intensidad extrema es lo que les da carácter de disfunción clínica. Algunas acciones posibles desde la escuela y desde nuestro lugar docente pueden ser las siguientes: - El aula es un espacio socializador muy adecuado donde el maestro, podrá ayudar a los alumnos con este tipo de problemas utilizando las siguientes estrategias: - Entablar una buena comunicación con el alumno. Generalmente, carentes de afecto, estos alumnos necesitan comunicarse y confiar en alguien. Esta relación no debe ser sobreprotectora y menos manipuladora. - Relacionarlo con un grupo de aprendizaje apropiado a sus características, donde se sienta cómodo y útil. - Darle actividades y tareas apropiadas que impliquen desarrollar la paciencia, el orden, la creatividad. Es importante el motivarlo a que termine todas las tareas que inicie. Guía de intervención en Trastornos de Conducta - Acordar y uniformar las normas de comportamiento con el alumno, las que implicarán el reconocimiento de los derechos y obligaciones de su propia persona como los de los demás. - Sensibilizar a los padres de familia para que se involucren de manera positiva en la problemática del estudiante, ya que suelen ser la causa de dichos problemas. En los talleres que organizamos con docentes brindamos una amplicaión de esta información y también actividades concretas para el trabajo en clase con los niños que presentan problemas de conducta. Guía de intervención en Trastornos de Conducta ESTRATEGIAS Y TÉCNICAS COGNITIVO/CONDUCTUALES Técnicas para enseñar-aprender conductas Modificación del ambiente físico Consiste en estructurar, organizar o disponer los espacios de forma que resulten acogedores, relajantes, alegres. Los espacios amplios y abiertos dan seguridad, los reducidos y cerrados aumentan la tensión y pueden provocar ansiedad, irritabilidad y agresividad. No existe una norma válida para todos los casos. Los objetivos que se pretenden alcanzar y las características específicas de las personas y de los grupos indican cómo organizar y disponer los espacios. La técnica puede utilizarse en la familia y en la escuela. Ha demostrado su eficacia en la eliminación de ansiedades y estados de irritabilidad. Facilita el aprendizaje escolar, el trabajo colaborativo y la sociabilidad. Los efectos provocados por la aplicación de la técnica se mantienen durante bastante tiempo. Comunicación positiva El fundamento de esta técnica es el poder del lenguaje en la conducta humana. Todos sabemos que la comunicación positiva facilita el entendimiento y la comprensión de los demás, libera tensiones, ayuda a descubrir causas del comportamiento, facilita la solución de problemas, etc. Por el contrario, la comunicación no positiva crea tensiones, aumenta los problemas y dificulta la solución de los mismos. Esta técnica se desarrolla a través de tres tipos de habilidades: Las expresivas: gestos faciales armónicos, tono y volumen de voz moderados, distancia física adecuada entre los interlocutores, mirar a los ojos con atención, sonreír. Las conversacionales: todas las relacionadas con saber preguntar y escuchar, utilizar adecuadamente los silencios, manejar el humor sin herir. Las de autoafirmación: son todas las relacionadas con saber defender las propias opiniones y ser capaz de decir no, responder a críticas o hacerlas, tomar la palabra y hablar en primera persona. Para que la técnica provoque los efectos deseados es necesario que los mensajes sean claros, que se escuche activamente y que se cree un clima de confianza; bajo estas condiciones la duración de los efectos alcanzados es larga. Es muy eficaz tanto en contextos escolares como familiares. Guía de intervención en Trastornos de Conducta Instigación verbal Pretende facilitar la emisión de conductas positivas que el sujeto o los grupos no emiten aun cuando las condiciones ambientales sean propicias. Esta técnica consta de cuatro fases: 1. Análisis de los componentes de la conducta que ha de ser emitida. 2. Selección de los “instigadores” (palabras, frases) más adecuados para conseguir el objetivo. 3. Instigación propiamente dicha diciendo a la persona lo que tiene que hacer. 4. Reforzamiento de la conducta si ésta se emite según los criterios establecidos. Con su aplicación se consiguen resultados muy positivos y de larga duración si se refuerzan las conductas deseadas, si las instrucciones son precisas, si la persona cuya conducta se quiere modificar entiende el lenguaje y es capaz de controlar su propia conducta. Se han alcanzado muy buenos resultados en el entrenamiento de padres con hijos o personas mayores dependientes; también en casos de minusvalías físicas o psíquicas, con alumnos con necesidades educativas especiales y con problemas de conducta. Modelado En esta técnica se expone a la persona o grupo cuyo comportamiento se quiere modificar a la observación de la conducta del modelo y a las recompensas o reforzadores que recibe cuando emite las respuestas deseadas. La observación del modelo puede ser directa (se observa mientras el modelo ejecuta la conducta) o indirecta (películas, obras de teatro, sesiones de dramatización, role-playing, ensayo de conductas, etc.). Con el modelado se persigue un doble objetivo: facilitar la aparición de nuevas conductas y aumentar la frecuencia de emisión de otras que ya existen en el repertorio comportamental pero que no se emiten con la frecuencia e intensidad deseadas. La eficacia de esta técnica aumenta si se aplica teniendo en cuenta algunas condiciones: Similitud entre el modelo y el observador. Prestigio del modelo. Experiencia por parte del modelo de haber experimentado y superado con éxito el problema. La capacidad para observar, procesar y evocar la información por parte del observador. Guía de intervención en Trastornos de Conducta El tipo de refuerzos que se administran al modelo. La repetición de la conducta hasta que se aprenda y generalice a situaciones distintas de las de aprendizaje. Desvanecimiento de la estimulación precedente Consiste en eliminar de forma suave y progresiva todas las ayudas externas que se le hayan dado al sujeto o al grupo cuya conducta se quiere modificar. Se suele comenzar por la guía física, se continúa por la instigación verbal y se finaliza con la supresión de los reforzadores externos. Se pretende que los aprendizajes se mantengan con los estímulos naturales del ambiente, la motivación intrínseca o el autocontrol y que se generalicen a situaciones diversas y distintas que aquellas en las que se originaron. Es una técnica de aplicación obligatoria en la fase de intervención en los programas de modificación de conducta. Da muy buenos resultados en la mejora de las relaciones interpersonales en la familia, en el trabajo con niños y adolescentes en situación de riesgo y con personas excesivamente dependientes de los estímulos materiales y externos. Moldeamiento El moldeamiento consiste en fraccionar la conducta terminal u objetivo final en secuencias ordenadas secuencialmente llamadas aproximaciones sucesivas. Cada una de dichas aproximaciones se refuerza. La aplicación de la técnica implica un proceso constituido por las siguientes fases: 1. Formulación clara y precisa del objetivo final 2. Análisis del objetivo final y fraccionamiento del mismo 3. Elección de una de las conductas que ya existen en el repertorio comportamental del sujeto. 4. Inicio de la aplicación con la primera de las aproximaciones sucesivas 5. Continuación del proceso con la secuencia o aproximación siguiente. 6. Trabajo en las siguientes aproximaciones. El moldeamiento es muy eficaz en orientación escolar y familiar: formación de padres, profesores y trabajadores sociales; para la creación de hábitos de higiene personal, control de la impulsividad, desarrollo de habilidades sociales básicas; también en problemas relacionados con el tabaco, el consumo moderado de alcohol y drogas. Los aprendizajes adquiridos con el moldeamiento se mantienen durante mucho tiempo. Guía de intervención en Trastornos de Conducta Encadenamiento Se considera una variante del moldeamiento. Se utiliza para obtener y mantener conductas complejas a partir de otras simples que ya existen en el repertorio comportamental del sujeto. Se aplica siguiendo los mismos pasos que en el moldeamiento y empleando los mismos reforzadores y técnicas como ayuda. Existe, no obstante, una diferencia consistente en que puede iniciarse por el primer paso (en este caso se le denomina encadenamiento hacia delante) o por el último, en cuyo caso se le conoce con el nombre de encadenamiento hace atrás. En cualquiera de los casos, el último paso se refuerza siempre. Los efectos de la aplicación de la técnica son de larga duración. Entrenamiento en generalización El objetivo final es extrapolar los efectos del aprendizaje o de la modificación de conductas a ambientes y situaciones diferentes a aquellos en los que se llevó a cabo el entrenamiento. La consecución de dicho objetivo se facilita combinando los estímulos ambientales presentes con otros que sean atractivos, sustituyendo progresivamente los reforzadores artificiales por los naturales, la motivación extrínseca por la intrínseca y el autocontrol; insertando la técnica en programas más amplios o comprensivos, por ejemplo, en el caso de trabajar con escolares debería formar parte de los programas educativos; realizando el entrenamiento en situaciones estimulares y con personas diferentes; administrando estímulos discriminativos que tengan alguna similitud entre sí aunque las situaciones sean diferentes, utilizando el reforzamiento intermitente de razón variable, suspendiendo progresivamente y de forma suave reforzadores. La generalización de la respuesta no es fácil ya que depende de múltiples variables. Además de las denominadas “condiciones de aplicación” de la técnica, han de tenerse en cuenta las características de los sujetos o de los grupos, el lugar en el que se aplica, el tiempo u horario, así como la naturaleza de la propia conducta; unas conductas son más fácilmente generalizables que otras. Guía de intervención en Trastornos de Conducta Técnicas para incrementar conductas positivas Reforzamiento positivo Consiste en la administración de reforzadores o estímulos agradables de forma contingente a la emisión de las respuestas esperadas, positivas o socialmente adaptadas y aceptadas. Es la técnica más utilizada y más eficaz para incrementar el número y calidad de todo tipo de conductas deseadas y aceptadas socialmente. Su capacidad modificadora es intrínseca ya que es inherente a la satisfacción de las necesidades básicas y sociales, al desarrollo normal de la existencia humana; en efecto, comemos cuando tenemos hambre, bebemos cuando tenemos sed, dormimos cuando tenemos sueño, nos sonríen cuando agradamos, nos pagan el trabajo que hacemos, nos alaban, nos animan, nos conceden becas, nos aumentan el sueldo, etc. Un reforzador positivo es cualquier objeto, acontecimiento, situación, acción o actividad con posibilidad de influir en la conducta de las personas y hacer que estas cambien en la dirección deseada. La eficacia de los reforzadores positivos aumenta si se aplican bajo determinadas condiciones como las siguientes: - Aplicarse inmediatamente después de la emisión de la conducta; la inmediatez debe ser mayor cuanto mayor sea la edad de los sujetos. - Informar claramente a los sujetos cuya conducta se requiere modificar de lo que se espera de ellos y de los reforzadores que conseguirán; lo contrario puede provocar inseguridad, ansiedad y desorientación. - El administrador de los reforzadores (padres, profesores, hermanos, compañeros, etc.) ha de ser una persona creíble para el que recibe los reforzadores. - Cambiar periódicamente los reforzadores y aplicarlos de forma intermitente para que se mantenga la motivación. - No retirarlos de forma brusca. - Delimitar con precisión el tipo de respuestas que se van a reforzar y analizar la conexión de las mismas con otro tipo de repuestas no deseadas para no reforzarlas indirectamente. - Administrar los reforzadores positivos de manera que sean percibidos como tales por el receptor de los mismos. - Variar la intensidad del reforzamiento en función del momento de aplicación (más al inicio y menos al final) y de la cantidad y calidad de la respuesta. Guía de intervención en Trastornos de Conducta Reforzamiento negativo Esta técnica persigue aumentar la frecuencia de la conducta deseada mediante la reducción o desaparición de estímulos aversivos o desagradables cuando dicha conducta aparece. Es decir, eliminando algo que resulte molesto a la persona se consigue la respuesta adecuada y el sujeto se siente aliviado, con lo que la probabilidad de que dichas respuestas vuelvan a repetirse aumenta. Ejemplos de reforzadores negativos son: ponernos más ropa cuando hace frío, bajar el volumen de la música si nos molesta, dar la razón a alguien para que deje de molestarnos, etc. En todos estos ejemplos conseguimos suavizar o eliminar la estimulación negativa: frío, molestias provocadas por la música o por el que nos da la lata. Las condiciones para optimizar los resultados son, en líneas generales, las mismas que hemos descrito para el reforzamiento positivo: inmediatez entre refuerzo y conducta, información clara y concisa al sujeto de la conducta esperada y los reforzadores que se aplicarán, relación equilibrada entre conducta y refuerzo, atribución de valor por parte de la persona que va a ser reforzada, reforzamiento intermitente frente al total. Principio de Premack Esta técnica consiste en utilizar las conductas que emitimos habitual y voluntariamente (correr, leer, jugar, ir al cine, ver la televisión, salir con los amigos, etc.) como reforzadores de otras que el sujeto emite aunque con una frecuencia inferior a la deseada. Es una técnica que se utiliza con gran éxito para fomentar comportamientos positivos en la escuela y en el ámbito familiar. Es especialmente eficaz en el tratamiento de niños impulsivos o muy dependientes de las rutinas diarias; por ejemplo, cuando un niño impulsivo respeta el turno de palabra, lo premiamos dejando que realice la actividad habitual que más le gusta. Para optimizar la eficacia hay que definir con claridad y precisión las conductas de baja frecuencia y las actividades que actuarán como reforzadores. Los efectos de la aplicación de la técnica tienen una duración larga en el tiempo cuando se aplica adecuadamente. Contrato de contingencias El contrato de contingencias es un acuerdo escrito que compromete a las partes firmantes a cumplir lo estipulado y a respetar los derechos del otro. Derechos y obligaciones han de repartirse de forma equitativa entre las partes. Guía de intervención en Trastornos de Conducta La técnica es especialmente recomendable en problemas de conducta y deterioro de relaciones interpersonales cuando entre las partes se ha perdido la confianza. Para optimizar la eficacia, conviene tener en cuenta algunas consideraciones: el contrato se basa en la colaboración e interacción entre las partes. Las recompensas tienen que ser proporcionales al esfuerzo realizado y a las responsabilidades asumidas; el contrato ha de ser claro y preciso; las conductas descritas de forma operativa, es decir, de forma que sean fácilmente observables y evaluables. Conviene también que el proyecto se redacte en términos positivos, destacando las recompensas y evitando, en la medida de lo posible, referencias a castigos. Tiene que quedar muy claro que las recompensas sólo se conseguirán si se alcanzan los objetivos en las condiciones estipuladas. Guía de intervención en Trastornos de Conducta Técnicas para mantener y generalizar conductas aprendidas o modificadas Reforzamiento intermitente En el reforzamiento intermitente los reforzadores se administran sólo a algunas de las conductas que se quieren mantener. Por ejemplo, si queremos que en un niño la conducta lavarse los dientes se mantenga en el tiempo, le premiamos no siempre que se los cepille, sino de vez en cuando. El reforzamiento intermitente ha demostrado ser más eficaz que el continuo o total que provoca cansancio, desmotivación y saciedad. El intermitente facilita la creación de hábitos y fomenta la motivación intrínseca. En algunos casos, la conducta modificada se convierte en reforzador de otras con las que guarda alguna relación. Se aplican distintas modalidades de reforzamiento intermitente. Kazdin (1978) desarrolló cuatro tomando como criterio la propia respuesta o el tiempo en que se emite. Diferencia dos tipos de reforzamiento de razón: razón fija y razón variable, y otros dos de intervalo: intervalo fijo e intervalo variable. En los apartados siguientes se describen los cuatro tipos. Reforzamiento intermitente de intervalo fijo El reforzamiento intermitente de intervalo fijo consiste en reforzar siempre la conducta que se emita dentro de un periodo de tiempo fijo. No importa el número de respuestas, todas las emitidas en el tiempo escogido como criterio se refuerzan. Por ejemplo, el profesor que quiere reforzar cada 3 minutos la conducta de un niño que pide por favor las cosas, administrará el reforzador (le dará la recompensa programada) cada vez que el niño ejecute la conducta dentro del tiempo fijado. La aplicación de esta técnica en contextos educativos y clínicos ha puesto de manifiesto que su eficacia es bastante moderada. Sucede con frecuencia que la conducta que se quería mantener se extingue rápidamente al suprimir el reforzador. Las razones son dos: que el sujeto se habitúa con facilidad al reforzador y que descubre pronto cuándo será reforzado de nuevo. Reforzamiento intermitente de intervalo variable En los programas de intervalo variable el reforzador se aplica al sujeto siempre que emita la respuesta esperada en intervalos de tiempo variables. Por ejemplo, si programamos reforzar la conducta “dar las gracias” cinco veces durante los 20 primeros minutos de la clase de lenguaje, podeos administrar la recompensa (reforzador) en los minutos 5, 8, 10 y 15. El primer reforzador se administra Guía de intervención en Trastornos de Conducta inmediatamente después de la primera respuesta emitida dentro del intervalo prefijado. En este tipo de reforzamiento el sujeto desconoce cuándo va a ser recompensado, esto hace que la expectativa y motivación se mantengan por lo que la eficacia es superior a la de intervalo fijo. La resistencia a la extinción al retirar el reforzador también es superior. Reforzamiento intermitente de razón fija En el reforzamiento intermitente de razón fija el sujeto, cuya conducta estamos modificando recibe la recompensa cada un número fijo de respuestas emitidas. Por ejemplo; dar un premio al niño cada tres veces que éste da las gracias. El mayor número de respuestas se acumulan al comienzo y al final del ciclo. La técnica es bastante eficaz siempre que no se utilice en exceso. Si se abusa de ella manteniéndola durante mucho tiempo, el sujeto se habitúa, pierde motivación y la eficacia disminuye progresivamente. Al retirar el reforzador las respuestas se extinguen con más rapidez que en los programas de intervalo. Reforzamiento intermitente de razón variable El reforzamiento intermitente de razón variable es una técnica que se aplica con notable éxito en todos los ámbitos de la orientación educativa. La eficacia se basa en las expectativas que despierta la obtención de la recompensa. La motivación se mantiene en el tiempo porque se desconoce el momento en el que se recibirá el premio. Incluso cuando se suprimen los reforzadores, la conducta aprendida se mantiene durante mucho tiempo y, en ocasiones, no se extingue. Consiste en reforzar bloques variables de respuestas. Por ejemplo, premiar cuatro veces la conducta del niño “dar las gracias” y hacerlo en la primera, la cuarta, la sexta y décima. El reforzamiento se administra inmediatamente después de la última respuesta de cada uno de los bloques elegidos. Los resultados de la investigación y de la aplicación en contextos educativos del reforzamiento intermitente nos lleva a concluir que: - Los programas de razón son más eficaces que los de intervalo y los variables más que los fijos, tanto para mantener conductas como para incrementarlas y generalizarlas a situaciones habituales. - Tanto en los programas fijos como en los variables, el número de respuestas disminuye después de la administración de la recompensa. Guía de intervención en Trastornos de Conducta - En los programas de razón se produce un progresivo deterioro en la calidad de la respuesta. - Los programas de razón variable son los que mejor optimizan el aprendizaje de conducta y el mantenimiento de las mismas. Guía de intervención en Trastornos de Conducta Técnicas para reducir y extinguir conductas Reforzamiento diferencial de tasa baja El objetivo del reforzamiento diferencial detasa baja es reducir (no extinguir) la frecuencia de emisión de una respuesta que es positiva en sí misma, pero que se convierte en molesta cuando se emite con frecuencia muy alta. Por ejemplo, ayudar a los compañeros en las tareas de clase puede convertirse en molesta si se impide o dificulta que los demás reflexionen y se esfuercen. La técnica consiste en reforzar sólo un número de respuestas o sus aproximaciones en número inferior a la línea base, en un tiempo predeterminado. Es necesario definir adecuadamente las conductas que se quieren reducir, analizar la relación que dichas conductas tienen con otras y determinar con objetividad la línea base.De lo contrario se pueden reforzar involuntariamente conductas inadecuadas, desmotivar al sujeto y facilitar la aparición de conductas incompatibles con la que se está reforzando. Los resultados de su aplicación son lentos pero positivos, por lo que si urge disminuir o reducir una conducta no es ésta la técnica más adecuada. Reforzamiento diferencial de otras conductas El reforzamiento diferencial de otras conductas o entrenamiento en omisión consiste en reforzar cualquier conducta positiva, emitida en un tiempo previamente fijado, excepto la que se quiere extinguir. Por ejemplo, si queremos extinguir la conducta de un niño que tira papeles al suelo, se le pueden recompensar conductas positivas como ayudar a los demás. El reforzador se retira en cuanto vuelve a tirar papeles. La eficacia de la técnica es muy alta aplicada a personas y grupos difíciles y de alto riesgo, en la formación y entrenamiento de familias y profesores que tienen hijos o alumnos con problemas de comportamiento y de disciplina. Reforzamiento de conductas alternativas En el reforzamiento de conductas alternativas se refuerzan solamente las conductas incompatibles con la que se quiere extinguir. Por ejemplo: gritar es incompatible con hablar en voz baja, insultar lo es con alabar. Con la aplicación de estas técnicas se consiguen muy buenos resultados aunque de forma lenta, por lo que no sería aconsejable si la modificación del comportamiento reviste carácter de urgencia. Es especialmente útil en el control de la impulsividad de niños y adolescentes y en el tratamiento de dificultades del comportamiento. Guía de intervención en Trastornos de Conducta Esta técnica requiere elegir correctamente conductas alternativas que se van a reforzar ya que pueden existir conductas muy próximas a las que se quieren extinguir y que, de forma indirecta, pueden quedar reforzadas. Por ejemplo, seleccionar como incompatible de molestar estar sentado no es muy adecuado ya que se puede estar sentado y seguir molestando. Costo de respuesta Esta técnica consiste en retirar un número de reforzadores, previamente fijados, inmediatamente después de la emisión de la conducta que se quiere extinguir. Es muy eficaz y de resultados rápidos en el control de normas de convivencia en el entorno familiar y escolar. Puede ser peligrosa si se aplica a personas sin posibilidades de conseguir reforzadores o acostumbradas al castigo. Para optimizar la eficacia conviene tener en cuenta y controlar algunas variables: - Posibilitar al sujeto la obtención de reforzadores por otros medios. - Informarle de las reglas que rigen la técnica. - No superar con la retirada de reforzadores la capacidad de respuesta, de motivación y de saturación. - Mantener el nivel de costo durante unos días. - No aplicar reforzadores aversivos. Devolver parte de los reforzadores si repara de inmediato el daño y se comporta adecuadamente. Economía de fichas La economía de fichas es un sistema de reforzamiento en el que el refuerzo inmediato por la emisión de la conducta deseada consiste en dar fichas que son canjeables por otros refuerzos más valiosos para el sujeto. Las fichas son cualquier tipo de material o instrumento agradable y fácilmente manejable. Se eligen en función de las características de los sujetos a los que se va a aplicar la técnica. Las recompensas o refuerzos por los que serán canjeables las fichas se seleccionan según las características del que las recibe, la calidad de la respuesta emitida y del esfuerzo realizado. Son muy eficaces en todo tipo de personas y situaciones los reforzadores basados en el principio de Premack (actividades agradables de la vida cotidiana). Guía de intervención en Trastornos de Conducta Tiempo fuera de reforzamiento Esta técnica consiste en separar temporalmente al sujeto del ambiente reforzante inmediatamente después de la emisión de la conducta disruptiva. La eficacia de esta técnica aumenta sise tienen en cuenta algunas situaciones: 1. El lugar del que separamos al sujeto tiene que ser reforzante para él; con la separación del mismo lo privamos de reforzadores. Por ejemplo, al niño que molesta en el salón cuando estamos viendo la TV lo mandamos a su habitación y lo privamos de ver el programa que le gusta. 2. El lugar al que se desplaza al sujeto ha de estar desprovisto de reforzadores, de lo contrario podrían reforzarse las conductas disruptivas. Por ejemplo, si el niño descubre que es más divertido estar en su habitación que en el salón podrá seguir molestando para que lo envíen de nuevo. 3. El tiempo de permanencia en la zona no reforzante debe ser lo suficientemente corto como para que no descubra nuevos refuerzos o supere el nivel de frustración. Por ejemplo, puede encontrar la forma de disfrutar de su música preferida, pero también desarrollar estados de ansiedad. 4. Debe evitarse, en la media de lo posible, la confrontación verbal y mucho más la física para conseguir que el sujeto se desplace a la zona indicada. Si no se tiene seguridad de poder controlar la situación, es mejor no emplear esta técnica. 5. Conviene premiar otro tipo de comportamiento positivo antes de recurrir a la técnica tiempo fuera de reforzamiento, especialmente con sujetos que la perciben como un castigo. El tiempo fuera es una técnica útil para modificar una amplia variedad de comportamientos disruptivos en la escuela y en la familia: molestar, insultar, agredir y autoagredirse, destruir materiales, controlar rabietas, mantener la disciplina, etc. Sobrecorrección La sobrecorrección consiste en hacer que la persona que emite conductas disruptivas como por ejemplo estropear material, lo restaure devolviéndolo al estado original o mejorándolo. Se distinguen dos modalidades: la sobrecorrección restitutiva y la sobrecorrección o práctica positiva. En la primera, el sujeto no sólo ha de restaurar los efectos negativos de su conducta, sino que ha de mejorarlos respecto de su estado inicial. Por ejemplo, si un niño tira papeles al suelo, ha de recogerlos, pero además limpiará el resto de la habitación. En la práctica positiva, el trasgresor debe repetir Guía de intervención en Trastornos de Conducta varias veces la conducta positiva; por ejemplo, si escribe una puerta de los servicios tendrá que limpiar esa puerta y varias más. Los efectos positivos provocados por la aplicación de la técnica son rápidos, se generalizan con facilidad y se mantienen durante mucho tiempo. No obstante conviene tener en cuenta algunas reglas: - Aplicar inmediatamente después de la emisión de la conducta no deseada. - Impedir el acceso a otros reforzadores. - No prestarle atención mientras restaura el ambiente. - Exigir la realización de todas las actividades que conllevan la técnica. - No evitar las dificultades y los esfuerzos que conlleva. Saciedad y práctica negativa Esta técnica consiste en aplicar al sujeto, como consecuencia de la emisión de una respuesta disruptiva, un reforzador relacionado con la naturaleza de la respuesta hasta llegar al nivel de saturación. Por ejemplo, al niño no adolescente que escribe en las puertas de los servicios, se le obliga a que escriba en el encerado durante el tiempo que se juzgue prudente. La vida cotidiana confirma la eficacia de la técnica: comer o beber siempre lo mismo cansa, realizar siempre las mismas actividades desmotiva y puede llegar a convertirse en algo molesto y aversivo. Para optimizar los efectos ha de aplicarse bajo algunas condiciones: - El tiempo de aplicación tiene que ser corto; lo contrario puede ser peligroso. - El reforzador ha de aplicarse sin pausas hasta llegar al nivel de saturación del sujeto. - La técnica no debe emplearse si se prevé que podrían derivarse daños o riesgos. - La saciedad y práctica negativa sólo debe emplearse cuando hayan fracasado otras técnicas menos agresivas. a. Castigo El castigo, utilizado como técnica de modificación de conducta, se define como “la presentación de un estímulo o suceso aversivo o la supresión de un suceso positivo después de una respuesta que disminuye la probabilidad de dicha respuesta… Para que un suceso se ajuste a la definición técnica de castigo, la frecuencia de la respuesta debe disminuir… No implica necesariamente dolor o coacción física… No es un medio de desquite, ni una represalia por el mal comportamiento”. Es decir, el castigo consiste en la eliminación de algo (estímulo, actividad, suceso) agradable para el sujeto Guía de intervención en Trastornos de Conducta o en la aplicación de un estímulo aversivo como consecuencia de la emisión de una conducta que se desea disminuir en frecuencia o eliminar. Este concepto de castigo difiere, en cierta medida, del que se le atribuye en el lenguaje popular. En la vida cotidiana el castigo es siempre la sanción que se impone que las conductas molestas, desagradables o prohibidas independientemente de los efectos que provoque en la modificación de conducta. También hay que diferenciar entre refuerzo negativo y castigo; mientras el objetivo del castigo es eliminar respuestas disruptivas o rechazadas socialmente, el refuerzo negativo se utiliza para incrementar conductas aceptadas socialmente que se emiten en número o frecuencia insuficiente. El castigo se administra como consecuencia de una conducta que se quiere eliminar, el refuerzo negativo incrementa la probabilidad de que la conducta deseada se emita con más frecuencia. En el castigo el sujeto experimenta siempre estimulación aversiva sin posibilidad de escape, en el reforzamiento negativo puede escapar o reducir los efectos de la estimulación negativa. El castigo es, sin duda, la técnica más aversiva por lo que su utilización ha de hacerse con prudencia y cuando otras menos agresivas hayan fracasado. Controlar algunas variables ayuda a aumentar su eficacia y disminuye la posibilidad de efectos negativos. Algunas de ellas son estas: - Evitar que la persona castigada pueda huir del castigo. - Aplicar el castigo inmediatamente después de la emisión de la conducta disruptiva. - Eliminar los reforzadores que mantienen y fomentan la conducta que se quiere extinguir. - Hacer que la intensidad del castigo esté en consonancia con la conducta que se quiere eliminar. - Reforzar positivamente las conductas incompatibles con la castigada. - Fomentar la emisión de conductas alternativas por las cuales se le podrá reforzar positivamente. Guía de intervención en Trastornos de Conducta Técnicas para reducir y eliminar la ansiedad Inhibición recíproca o desensibilización sistemática La inhibición recíproca o desensibilización sistemática consiste en reducir y extinguir conductas de ansiedad presentando de forma simultánea estímulos que provocan respuestas incompatibles, de tal forma que la dominante conlleva la inhibición recíproca de la otra. Por ejemplo, la ansiedad de un niño provocada por el miedo a la oscuridad se podrá superar si, junto a los estímulos ansiógenos (oscuridad, llegada de la noche) aparecen otros (presencia de la madre, caricias, etc.) que provocan respuestas incompatibles con la ansiedad (seguridad, relajación, etc.). La relación oscuridad-ansiedad se debilitará progresivemente llegando a desaparecer. La técnica se desarrolla en tres fases: 1. Construcción de la jerarquía de ansiedad. En esta fase se elabora y jerarquiza la lista de estímulos (objetos, personas, lugares, sentimientos, acontecimientos, etc.) que al sujeto le provocan ansiedad. 2. Selección de actividades que realizadas en presencia de la estimulación ansiógena, reducen la ansiedad. 3. Exposición gradual del sujeto a la situación ansiógena. Se inicia exponiendo al sujeto a la situación que le provoca menor grado de ansiedad, se continúa con situaciones sucesivas hasta llegar a la situación de máxima ansiedad en al jerarquía establecida en la fase previa. Los efectos de la técnica son más o menos rápidos dependiendo de las características del sujeto, del tipo y grado de ansiedad y de otras variables como el entorno y la persona que la aplica. Requiere preparación específica del administrador y tutorización mientras se aplica. Para aumentar la eficacia se suele combinar con el refuerzo positivo, la relajación, el ensayo de conducta, la resolución de problemas y el autocontrol. Imaginación emotiva A la imaginación emotiva se la considera una modalidad de la desensibilización sistemática. Consiste en asociar al estímulo que provoca ansiedad, otro estímulo imaginado por el sujeto e incompatible con la ansiedad. Se aplica con notable éxito en el tratamiento de problemas de miedos y fobias en niños pequeños. El proceso de aplicación es el siguiente: - Se discriminan y jerarquizan los estímulos que provocan la ansiedad. - Se identifica al personaje más admirado y agradable para el sujeto. Guía de intervención en Trastornos de Conducta - Se trabaja para que el sujeto se lo imagine y establezca alguna relación con él. - De forma simultánea con la actividad del paso anterior se introducen los estímulos que provocan ansiedad. Se hace de forma progresiva comenzando con las más suaves. Relajación muscular Cuando la persona está sometida a un alto grado de tensión, excitación y ansiedad se produce un incremento de la concentración muscular, y como consecuencia se inhibe el comportamiento emocional, cognitivo o motor. Con la relajación muscular se pretende recuperar el tono perdido y facilitar los procesos vitales inhibidos. En todo caso, la finalidad última de dichas técnicas es capacitar a la persona para que pueda enfrentar las situaciones cotidianas o específicas que le producen ansiedad. Existen distintos tipos de relajación. Los más conocidos son estos: relajación progresiva, pasiva, autógena y respuestas de relajación. En la relajación progresiva se incide fundamentalmente en la relación tensión-relajación (la palabra del administrador dirige las sesiones de ejercicios de tensión-relajación de la técnica). Las técnicas de relajación pasiva se centran en la relajación de distintos grupos musculares (también las instrucciones del administrador o monitor es el procedimiento utilizado). La autógena en la provocación de sensaciones de calor, de pesadez en las extremidades y en la concentración pasiva de la respiración (se utilizan procedimientos de sugestión y de control de la respiración). En la respuesta de relajación el eje fundamental es la concentración (se trabaja con procedimientos derivados de las técnicas de meditación). En orientación escolar, la relajación se ha mostrado muy eficaz en la solución de problemas de ansiedad provocados por fobias, hiperactividad, tartamudez, autoconcepto bajo, presión en el trabajo o en el aula. Por su propia naturaleza es incompatible con cualquier tipo de estado o situación que conduzca a la ansiedad. Dicha eficacia puede incrementarse si se aplica teniendo en cuenta algunas condiciones: - Que la técnica tenga sentido para la persona a la que se va a aplicar. Es decir, debe comprender qué es la técnica, cómo se le va a aplicar, para qué sirve. - Que la técnica se adecue a la persona. Ello implica una evaluación inicial de las características, de los problemas, de los procedimientos más adecuados, etc. Guía de intervención en Trastornos de Conducta ESTRATEGIAS Y TÉCNICAS COGNITIVAS Y METACOGNITIVAS Autocontrol Las técnicas denominadas autocontrol constituyen un conjunto de estrategias cuya finalidad es que las personas sean capaces de dirigir y controlar su propio comportamiento, lo que implica dotarlas de las competencias necesarias para autoevaluar el propio comportamiento y participar activamente en el proceso de modificación. El propio sujeto es el principal responsable de todo el proceso. El orientador, profesor, padre/madre, etc. le ayudan en el aprendizaje de las técnicas concretas. Los trabajos de Kanfer (1970, 1977), centrados en describir el proceso natural que siguen las personas que quieren autodirigir la conducta para alcanzar objetivos a largo plazo, han propiciado el desarrollo de numerosas estrategias de autocontrol para el entrenamiento de niños, adolescentes y adultos. Las más conocidas son tres: autorregistro, autoevaluación y autorrefuerzo. Más que técnicas independientes son fases de un mismo proceso de retroalimentación. A continuación hacemos una breve descripción de cada una de ellas. Autorregistro El autorregistro es una técnica de evaluación y una estrategia de intervención. Consiste en el registro o anotación que el propio sujeto hace de su conducta en formularios, protocolos, hojas de registro, cuadernillos, etc. preparados al efecto. Se puede registrar la frecuencia, intensidad, duración, calidad, etc. y los cambios que se producen en el comportamiento, las respuestas subjetivas, las afectivas, y hasta las encubiertas para el observador externo. Es especialmente útil en el tratamiento de personas impulsivas, hiperactivas, poco reflexivas, con bajo nivel de motivación. También en dificultades de relación interpersonal y déficit de habilidades sociales. Su capacidad para modificar conductas está en que registrar la propia conducta refuerza la deseada y debilita la no deseada. La aplicación de la técnica no tiene más dificultades que las que implica formular con precisión las conductas que se quieren modificar y controlar algunas variables como la motivación de la persona cuya conducta queremos modificar. Es una excelente herramienta en orientación educativa. Puede ser utilizaba en la familia y en la escuela, en grupo e individualmente. Guía de intervención en Trastornos de Conducta Autoevaluación La autoevaluación es una técnica muy eficaz en generalización de conductas aprendidas en el mantenimiento de las mismas. También en el tratamiento de la desobediencia y malos tratos verbales, en sujetos impulsivos, hiperactivos, desadaptados y caracteriales. Consiste en la evaluación que el sujeto hace de su propia conducta comparándola con la del modelo que sirve de referencia. Para optimizar los resultados se han de tener en cuenta algunas condiciones de aplicación: a. La conducta del modelo que sirve de referencia ha de ser asequible, de lo contrario puede desmotivar al sujeto por la dificultad de imitar la conducta del modelo. b. Las conductas que han de ser autoevaluadas tienen que estar formuladas de forma clara y precisa para evitar errores de medida y de interpretación. c. Ha de controlarse el nivel de expectativa sobre la autoeficacia. Si es bajo, ha de trabajarse antes de someter al sujeto a autoevaluaciones para evitar mayor deterioro de la autoestima y la aparición de estados de ansiedad. d. Es preciso conocer el tipo de atribuciones que las personas manejan. Los riesgos que se corren de no hacerlo con: ansiedad, deterioro del autoconcepto y pérdida de motivación para continuar con la técnica. Autorrefuerzo El autorrefuerzo consiste en que el mismo sujeto es el que administras el reforzador o recompensa cuando emite la conducta que se está modificando. Por ejemplo, el niño que molesta continuamente en clase tirando papeles a sus compañeros puede premiarse o reforzarse con algo que le guste mucho por cada hora que pasa sin tirar papeles. También podría autocastigarse cuando los tira. La combinación de autopremios y autocastigos puede ayudar a alcanzar objetivos a largo plazo si se utilizan de forma adecuada. Lo contrario podría desarrollar o fortalecer otro tipo de conductas no deseadas. La técnica es muy eficaz para eliminar todo tipo de conductas disruptivas. Autoinstrucciones El entrenamiento en autoinstruciones se fundamenta el poder que el lenguaje interno tiene en la dirección y control del comportamiento, en la interrelación entre las respuestas motoras y las cogniciones, en la forma en que se da el aprendizaje, es decir, por condicionamiento, por observación de modelos y a través de la instrucción verbal. Guía de intervención en Trastornos de Conducta Como técnica cognitiva de modificación de conducta, las autoinstrucciones persiguen que el sujeto sea capaz de cambiar sus propias verbalizaciones internas o pensamientos (autobarvalizaciones) por otras que le ayuden de forma más eficaz a solucionar problemas. (Las verbalizaciones internas son órdenes que el sujeto se da a sí mismo justo antes de comenzar la actividad que va a realizar). La aplicación de la técnica se hace en pasos sucesivos interrelacionados. Meichenbaum (1985) las describe así: 1. Modelado cognitivo. En esta fase la persona que administra la técnica (orientador, profesor, padre/madre, compañero, etc.) se dice a sí miso, en voz alta, lo que tiene que hacer. La persona que estamos entrenando observa lo que dice y hace el modelo. El trabajo en este paso va dirigido al modelado las habilidades que permitan. o Definir el problema. Se hace respondiendo a la pregunta ¿qué tengo que hacer? o Dirigir la atención o lo que es lo mismo, guiarse. Es tanto como saber responder a la cuestión ¿cómo tengo que hacerlo? o Autorreforzarse verbalmente, por ejemplo, lo estoy haciendo muy bien. o Autocorregirse si no se consigue el objetivo, por ejemplo, no es así, tengo que hacerlo de otra forma. 2. Guía externa explícita. La persona que está siendo entrenada realiza la misma actividad que el que administra la técnica le va dando instrucciones. 3. Autoguía explícita. La persona que está siendo entrenada realiza la tarea mientras se va dando a sí misma instrucciones (autoverbalizaciones) en voz alta. 4. Autoguía explícita desvanecida.La persona que está siendo entrenada se susurra las instrucciones mientras realiza la tarea. 5. Autoguía implícita o autoinstrucciones enmascaradas. La persona guía su propia actividad a través de autoinstrucciones internas o habla interior. La técnica es muy eficaz en el tratamiento de niños hiperactivos e impulsivos, en dificultades de aprendizaje y en el control de conductas delictivas. Tanto para la aplicación como para optimizar los efectos han de controlarse algunas variables: - Las conductas que se proponen para la autorregulación tienen que existir en el repertorio comportamental de la persona que estamos entrenando y han de ser simples. En el caso de ser complejas se han de descomponer en otras simples para entrenarlas por separado y sucesivamente. Guía de intervención en Trastornos de Conducta - La metodología ha de ser flexible, adecuarse a las características cognitivas de la persona a la que se va a aplicar. El uso de imágenes facilitan las verbalizaciones. Resolución de problemas Esta técnica implica procesos cognitivos o de razonamiento más o menos complejos los cuales permiten enfrentar problemas o situaciones dificultosas. Su aplicación implica cinco procesos interrelacionados: 1. Orientación hacia el problema. 2. Definición y formulación del problema. 3. Generación de alternativas. 4. Toma de decisiones. 5. Puesta en práctica de la solución y verificación. Guía de intervención en Trastornos de Conducta Técnica de la Tortuga Esta técnica, dirigida a niños desde preescolar hasta segundo curso de Primaria, tiene como objetivo favorecer el autocontrol y la relajación ante situaciones estresantes o que le generan rabia. En la aplicación de la técnica se tendrá en cuenta: El educador parte de la explicación de un cuento (véase anexo) para que el niño se identifique con el personaje que lo protagoniza. Ante una situación potencialmente estresante, el maestro dice la palabra “tortuga”, el niño adopta una posición previamente entrenada (imitando a la tortuga introduciéndose dentro de su caparazón: barbilla en el pecho, mirada al suelo, brazos y puños cerrados y en tensión, estirados a lo largo del cuerpo), contar hasta 10 y proceder a relajar de nuevo todos los músculos. El adulto ha de reforzar o premiar este entrenamiento o posterior aplicación para que el niño se anime a utilizar esta estrategia de forma autónoma cuando se sienta inquieto o ante situaciones que le resulten de difícil control. Técnica de control de la ira Guía de intervención en Trastornos de Conducta Referencias BIBLIGRAFÍA - MARTÍNEZ GONZÁLEZ, Mª DE CODÉS; QUINTANAL DÍAZ, JOSÉ; TÉLLEZ MUÑOZ, JOSÉ ANTONIO. “La orientación escolar. Fundamentos y desarrollo.” Ed.: Dykinson. - MARTÍNEZ GONZÁLEZ, Mª DE CODÉS; GARGÍA MEDIAVILLA, LUIS. “Orientación educativa en la familia y en la escuela. Casos resueltos.” Ed.: Dykinson. - B. MENA PUJOL, R. NICOLAU PALOU… “El alumno con TDAH”. Ed.: Adana Fundació. PÁGINAS WEB - http://www.csjn.gov.ar/cmf/dsm4.htm http://www.psicologoescolar.com/PROBLEMAS/trastornos_por_deficit_de_ate ncion_dsm4.htm