En cada caso de conducta, es esencial que el veterinario

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Consejos para gatitos agresivos
En cada caso de conducta, es esencial que el veterinario evalúe primero la salud física del gato para determinar si existen
problemas médicos que pudiesen haber causado la agresión o que pudiesen haber coadyuvado en causarla (y para determinar la
influencia que pudiesen tener estos problemas para tratar el problema de conducta). Los estados dolorosos (por ej., la artritis, la
saculitis anal, la enfermedad dental), los procesos que afectan al sistema nervioso central (por ej., los tumores cerebrales, la
meningitis) y los desequilibrios endocrinos (por ej., el hipertiroidismo), podrían, todos ellos, tener una influencia directa sobre la
conducta. Alternativamente, podrían actuar conjuntamente con factores ambientales, genéticos y con otros factores de la salud,
para impulsar al gato más allá del umbral en el que se manifestaría la agresión. Por consiguiente, es posible que el tratamiento
solamente de la enfermedad médica no sea suficiente para resolver el problema. Recíprocamente, en el caso de las enfermedades
médicas que no pueden ser tratadas o resueltas, la modificación conductual y la manipulación ambiental todavía pueden tener
éxito.
La asociación de una historia conductual completa con la observación directa o por medio de vídeo del gato durante una
manifestación agresiva típica, es la mejor forma de garantizar un diagnóstico exacto. Esto es utópico pero no práctico en muchos
casos. Por consiguiente, es importante una historia detallada, que incluya una descripción de las expresiones faciales y actitudes
corporales del gato, y una descripción de todas las situaciones en las que aparece la agresión. A la hora de formular un plan de
tratamiento se debe conceder importancia al tipo de agresión, al temperamento del gato y a la aptitud mental y física de los
individuos en su ambiente.
Los factores que determinan el pronóstico de la resolución segura de la agresión en los gatos incluyen:
Tipo de conducta agresiva.
• Edad del comienzo de la agresión.
• El espacio de tiempo durante el cual ha existido el problema.
• El grado de intensidad del problema.
• Grado de peligrosidad para las personas o para otros animales de compañía.
• Diagnóstico y tratamiento eficaces de los problemas médicos concomitantes.
• Capacidad de cada uno de los miembros de la familia para llevar a cabo con seguridad y eficacia el programa del tratamiento.
Si las medidas inmediatas pueden eliminar el riesgo de daño.
Los ejercicios de desensibilización y de condicionamiento inverso se usan frecuentemente para tratar varios tipos de agresión
mediante la exposición al estímulo, Durante la exposición, el dueño se debe encargar del control completo del gato para que no
pueda huir o causar daño. Muchos dueños vociferan, chillan y golpean a sus gatos agresivos; se les debe advertir que esto no sólo
no es eficaz sino contraproducente. El castigo del gato agresivo aumenta su miedo y su ansiedad y aumenta el riesgo de daño para
los miembros de la familia. A veces los dueños recompensan equivocadamente a sus gatos agresivos, aunque sin querer. Hacen
esto, acariciando y valorando de nuevo al gato cuando se dan cuenta de que es agresivo, incluso ofreciéndole recompensas de
alimento con el fin de intentar tranquilizarlo y reducir la agresión. La situación se puede complicar más cuando el gato aprende
que se puede salir con la suya siendo agresivo. El refunfuño el arañazo y la mordedura pueden ser formas muy eficaces para que el
gato eluda un estímulo o una situación no deseados (por ej., el cepillado de los dientes, el corte de las garras).
Las técnicas de exposición están proyectadas para reducir el miedo y la ansiedad, así como para enseñarle al gato que las
manifestaciones agresivas no logran eliminar el estímulo. Es importante que el dueño y el asesor cooperen para determinar todos
los estímulos que causan la agresión y formulen un plan de tratamiento apropiado, completado con sesiones de adiestramiento.
Agresión del juego
La agresión del juego es una conducta normal en los gatitos y en los gatos jóvenes. Es el tipo más frecuente de la conducta
agresiva que los gatos manifiestan hacia sus dueños. Aunque la expresión implica una conducta más bien benigna, la agresión del
juego puede acabar en diversas lesiones por lo que es necesario que sea controlada para reducir el peligro potencial que encierra
para los miembros de la familia y para los demás animales de compañía.
Las situaciones que justifican el tratamiento de la agresión del juego incluyen:
• El juego va dirigido hacia la cara de un niño de corta edad.
• Los mordiscos y los arañazos son profundos y no están inhibidos.
• La conducta va dirigida hacia un miembro de la familia de piel delicada.
• El blanco es alguien con un trastorno de inmunodeficiencia.
• La conducta es desconcertante en un animal de compañía pasivo o miedoso en la casa.
• El juego nocturno no deja dormir a los miembros de la familia.
• El juego de los gatitos contiene elementos de juego y elementos de agresión intraespecífica.
• También pueden existir componentes predadores que incluyen el acecho, la persecución, el ataque y la mordedura.
Las conductas manifestadas incluyen: la exploración y el escudriñamiento; el acecho, la persecución, el ataque, la zarpada y el
salto de lado. Las vocalizaciones son raras y las mordeduras generalmente están inhibidas. Típicamente, los gatitos «juegan duro»
entre sí pero pronto aprenden cuándo realmente causan dolor; el gatito mordido dejará de jugar o reaccionará con respuestas
defensivas. Las mordeduras tienden a estar inhibidas y el zarpazo se realiza con las garras retraídas. La cantidad de inhibición real
varía en cada individuo, habiendo algunos que muerden muy fuerte. Cuando un gato crece sin la adecuada interacción social que
disuade la mordedura fuerte, es posible que cuando sea adulto muerda sin inhibición y sea muy peligroso. Los dueños muchas
veces cooperan en el problema jugando con los gatitos de una manera que fomenta los ataques dirigidos a las manos y a los pies. A
no ser que se fomente, la conducta tiende a desaparecer a medida que el gato crece para llegar a adulto.
Diagnóstico y pronóstico
Típicamente, la agresión del juego se observa en los gatitos y en los gatos jóvenes y va acompañada de actitudes amenazadoras
manifestadas en un contexto juguetón. Típicamente, el gato elige como blanco objetos que cambian de sitio tales como los
movimientos de las manos, los movimientos de los pies y el dueño que va de un lado a otro de la casa. Algunas veces, la atención
no deseada se dirige exclusivamente hacia un solo miembro de la familia. En la mayoría de los casos, los problemas se observan en
las viviendas de un solo gato en las que éste no tiene la oportunidad de comprometerse en el juego normal con animales de su
misma especie. El juego generalmente implica que la mordedura está inhibida y, algunas veces, el arañamiento. Muchas veces va
asociado con el acecho, con la zarpada y con el salto de lado.
El pronóstico con respecto a la corrección es favorable pero si se deja sin Controlar o se trata indebidamente, la agresión del juego
puede evolucionar hacia formas de agresión más graves que son menos susceptibles de corrección.
FACTORES QUE FAVORECEN LA AGRESIÓN FELINA DEL JUEGO
Edad del gato
Gatito o gato joven
Experiencia de juego cuando era gatito
los pies
Estimulado para perseguir y para atacar las manos y
Número de gatos en la vivienda
Gato único
Tipo de juego con los dueño
Juego bronco que molesta
Cantidad de tiempo que pasa solo
Pasa poco tiempo con personas o con otros
animales de compañía
Tratamiento
La agresión del juego puede ser tratada de modo eficaz mediante modificación conductual mientras los gatos todavía son jóvenes.
La consideración más importante es proporcionar y estimular el ejercicio en cantidad suficiente, lo que implica una conducta
aceptable de persecución y de ataque. Se deben proporcionar al gato juguetes que reboten, que se agiten o que se meneen de una
manera tal que induzcan al gato a jugar. Se deben evitar las burlas y cualquier interacción con el gato que estimule los ataques
dirigidos hacia el dueño.
Se debe disuadir a los dueños de que usen cualquier tipo de castigo físico para corregir la conducta porque es probable que
aparezcan otros problemas, tales como el miedo o la agresión defensiva. Si para atajar un ataque de juego es necesario un
estímulo aversivo, generalmente irá bien, sin ser excesivamente desagradable, el sonido sibilante que produce el aire comprimido
cuando sale de un bote que se usa para limpiar lentes fotográficas. En caso de gatos más atrevidos, pueden ser necesarios
dispositivos de alarma (por ej., sirenas o alarmas que funcionan con pilas). Se debe enseñar a los dueños a prever los ataques de
juego a fin de que se puedan evitar entreteniendo al gato con juguetes o se puedan controlar con respuestas aversivas. Es ésta una
de las pocas conductas que se pueden corregir incorporando a la casa otro animal de compañía. La adopción de un gato joven del
mismo tamaño corporal y de igual temperamento es muy posible que resuelva el problema de una manera rápida con poca energía
requerida por parte del dueño.
La agresión del juego generalmente es un problema entre el gato y un determinado miembro de la familia, pero puede ser un
origen de problemas entre dos gatos de la casa. Es probable que éste sea el caso si el otro gato es viejo, débil o muy pasivo.
En esas situaciones, el dueño debe tener separados a los animales de compañía siempre que no puedan estar vigilados muy de
cerca, Se deben instaurar sesiones de modificación conductual durante las cuales, con una pistola de agua, se lanzan chorros de
agua al gato cada vez que empieza a dirigir hacia el otro gato cualquier conducta de juego asertiva o agresiva. Durante las mismas
sesiones, el gatito deberá recibir una recompensa de un alimento sabroso cada vez que el otro animal de compañía se mueva y el
gatito no manifieste intención alguna de andar tras él.
TRATAMIENTO DE LA AGRESIóN FELINA DEL JUEGO
No comprometer al gato en un juego agresivo
Desviar el juego hacia objetos apropiados (por ej., juguetes en movimiento)
Castigar convenientemente la conducta indeseable (por ej., aire comprimido, pistola de agua, trompeta de niebla)
Evitar todo castigo físico (golpeo, aporreo en el hocico)
Terapia farmacológica: En caso necesario, el efecto sedante de las antihistaminas puede ser útil, pero no como
protocolo habitual, para los gatos que practican una conducta de juego nocturno A veces se prescriben ansíolíticos,
pero rara vez están indicados
Pensar en adquirir otro gato de edad y de temperamento similares
Prevención
La agresión del juego se previene de modo eficaz mediante la socialización de rutina, el ejercicio apropiado y la evitación del
juego inoportuno con el gatito.
Ejemplo modelo
A pesar de que los dueños sentían cariño por Cameron, un pequeño gatito pendenciero de 4 meses, estaban casi dispuestos a
deshacerse de él por causa de la intensidad de su juego, Sus brazos y sus tobillos estaban llenos de arañazos y de señales de los
dientes y apenas se podían relajar sin que el gatito les atacase juguetonamente, Los hechos de amedrentar al gatito, de tirarlo al
suelo o de golpearlo en el hocico, sólo servían para aumentar la intensidad de los ataques.
El tratamiento incluyó un aumento importante en el juego del dueño con el gatito, implicando el lanzamiento al aire y el arrastre
por el suelo de juguetes para que el gatito los persiguiese. Los ataques de juego se disuadieron dirigiendo hacia el gatito una ráfaga
de aire procedente de una bombona de aire comprimido que el dueño usaba para limpiar las lentes de la cámara fotográfica.
También se dijo a los dueños que dejasen de usar el castigo físico.
Agresión por miedo
La agresión Por miedo aparece cuando el gato se expone a un estímulo miedoso, especialmente cuando no existe oportunidad para
que huya. Cuanto más amenazante (para el gato) es el estímulo, tanto más se intensifica la respuesta de miedo. La agresión por
miedo se puede manifestar cuando un gato es amenazado, cuando es castigado o incluso cuando se le acerca alguien
(especialmente si está confinado en cierto modo). A la agresión por miedo a veces se le conoce con la denominación de agresión
defensiva.
El castigo inoportuno es una de las causas más frecuentes de la agresión por miedo. Otra causa es la socialización insuficiente.
Tampoco es raro que la agresión por miedo pueda ser recompensada indebidamente si el dueño responde a la agresión por miedo
hablando apaciblemente al animal de compañía para intentar tranquilizarlo. La agresión también puede ser reforzada si el estímulo
correspondiente a la respuesta de miedo se aleja cuando el gato se comporta de modo agresivo.
Otro factor importante que determina el umbral de la respuesta de miedo es la constitución genética del gato, existiendo a este
respecto una variación considerable en la población felina. Algunos gatos necesitan un estímulo muy intenso para que sea educida
la respuesta, mientras que otros se vuelven muy ansiosos en respuesta a estímulos ligeros tales como alguna cosa que se cae o
algunos sonidos que sólo son el insólito mordisco mínimo.
Diagnóstico y pronóstico
La agresión por miedo se caracteriza por diversas expresiones faciales y actitudes corporales.
El gato generalmente manifiesta una mezcla de la conducta defensiva (orejas dirigidas hacia atrás, cuerpo arqueado, erizamiento
del pelo, refunfuño, zarpazo, mordedura y arañazo). También suele haber dilatación pupilar.
Los signos defensivos incluyen:
• Siseo, bufido, refunfuño.
• Dientes mostrados.
• Orejas agachadas hacia atrás.
• Posición corporal agachada, cuerpo abajado, extremidades plegadas debajo del cuerpo, marcha lateral, cola escondida.
El pronóstico de la agresión por miedo depende de varios factores. Si el problema aparece por primera vez en la edad adulta, es de
corta duración y es benigno, y el gato puede ser protegido de los estímulos que evocan el miedo durante el tratamiento, el
pronóstico es favorable. El dueño siempre está en peligro manipulando a un gato, con agresión por miedo por lo que debe ser
asesorado en conformidad. El gato puede atacar al dueño por causa de alguna cosa que se encuentra junto a este último que educe
una respuesta de miedo o puede atacarle debido a una agresión .desviada cuando tiene miedo de un estímulo algo diferente.
Los factores que indican un pronóstico favorable incluyen:
• Problema de duración corta.
• Comienzo en la edad adulta.
• Todos los estímulos que educen el miedo están perfectamente definidos.
• La exposición a los estímulos que educen el miedo se puede controlar.
• Se puede proteger al gato de la exposición a un estímulo intenso.
• El umbral de las respuestas de miedo es relativamente elevado.
El dueño es capaz de controlar al gato con motivo de las sesiones de adiestramiento.
Tratamiento
La agresión por miedo se trata más convenientemente con las técnicas de la exposición gradual que implican la habituación, la
desensibilización y el condicionamiento inverso. La inundación puede ser eficaz cuando el miedo es ligero o cuando se pueden
controlar perfectamente tanto el gato como el estímulo. La identificación y la intervención precoces conducen a las curaciones más
eficaces.
TRATAMIENTO DE LA AGRESIÓN FELINA POR MIEDO
Pasos
Identificar los estímulos pavorosos
Desensibilización y condicionamiento inverso-
Inundación
Terapia farmacológica
Comentarios
Identificar todos los estímulos que educan miedo y el umbral (intensidad o
distancia) en el que se manifiesta el miedo. Durante el tratamiento es
uimpotante que el gato esté aislado de cualquier cosa que pudiese causar
ansiedad o miedo
Si el umbral del miedo es un hombre que está a una distancia de 3 metros del
gato, el hombre debe ser visible pero debe estar más lejos que aquel cuando
se inician los ejercicios de desensibilización. El dueño ofrece una
recompensa cuando el gato no tene miedo. Muy gradualmente, el hombre se
acerca cada vez más. Para el control, puede ser útil usar un dogal o una jaula
para transporte de animales de compañía (solamente si ésta no provoca más
ansiedad). Esta operación no se debe realizar con prisas.
Usarla sólo cuando la respuesta de miedo es ligera
Se Introduce el gato en una jaula en una habitación con la persona que
desencadena la respuesta de miedo hasta que hayan cesado todos los signos
de miedo o de agresión. La exposición continúa hasta que el gato se habitúa.
El alimento se puede usar para acelerar el adiestramiento de exposición, pero
sólo se debe dar cuando ya no existe signo alguno de miedo o de agresión
El miedo puede empeorar si la persona se va antes de que hayan cesado los
signos de miedo o de agresión
La terapia farmacológica a veces es necesaria. Agentes de prescripción tales
como las benzodiazepinas, la buspirona y los antidepresivos tricíclicos,
pueden ser útiles para reducir el miedo y la ansiedad a un nivel que sea lo
suficiente bajo como para permitir iniciar la modificación conductual
Prevención
Se debe aconsejar a los dueños que adopten un gatito a las 7 semanas de edad procedente de una situación familiar que le haya
proporcionado una cantidad suficiente de manipulación y de interacción amables. En la mayoría de los casos, la agresión por
miedo se puede prevenir animando a los dueños para que socialicen convenientemente a sus gatos. La elección de un gatito
amigablemente sociable también puede ser sumamente útil, ya que es posible que los gatitos que manifiestan miedo y agresividad
sean muy difíciles de socializar. Los veterinarios deben instruir a los dueños con respecto a los conceptos de socialización y de
evolución conductual y con respecto a cómo prevenir tales problemas.
Ejemplos modelo
1er Modelo
Brenda era una gata doméstica de pelo largo castrada de 5 años que había sido adoptada por su dueña cuando tenía 8 semanas
procedente de un correligionario amigo. La mujer vivía sola y tenía pocas visitas, la mayoría de las cuales eran mujeres o niños. La
gata era juguetona y estaba segura de sí misma en la casa a solas con su dueña, pero se ponía nerviosa y generalmente se escondía
cuando entraba una visita en la casa, especialmente cuando el visitante era un hombre. Hacía poco tiempo que la dueña había
empezado una relación con un hombre llamado Ralph al que conoció en el trabajo. Estaba desconcertada por el hecho de que
Brenda no hubiese aceptado a su nuevo amigo. Para intentar facilitar la relación, animó a Ralph para que intentase coger al gato
durante cada visita y le diese un obsequio de alimento. Cada vez que hacía esto, Brenda se alborotaba mucho, siseaba,
refunfuñaba, sacudía sus extremidades y de vez en cuando mordía para que la dejasen en libertad. En vez de mejorar, la conducta
de Brenda empeoraba. La gata se ponía más nerviosa cerca de Ralph y muchas veces le siseaba cuando venía de visita.
Se dijo a la dueña que, si bien sus intenciones eran buenas, había intentado demasiado pronto fomentar una relación entre la gata y
su nuevo amigo, Para que Brenda se inquietase menos, se dijo a Ralph que entrase sin hacer ruido, que se mantuviese a distancia
de la gata, que evitase el contacto visual y que no se aproximase a la gata cuando 61 estuviese en el apartamento. Se dieron
instrucciones a Ralph para que, siempre que la gata se arriesgase a no esconderse, se lanzase casualmente hacía ella un trozo de un
alimento muy sabroso sin mirarla directamente o sin tocarla. Al principio, Brenda no hacía caso de los obsequios, por lo que se
retiró el alimento unas 8-12 horas antes de sus visitas con el fin de aumentar su apetito. Después de una semana, la gata estaba
comiendo el alimento que le era lanzado, por lo que se dieron instrucciones a Ralph para que lanzase el alimento de modo que
cayese al suelo cada vez más cerca de sí. Dos o tres semanas después, la gata estaba dispuesta acoger el alimento de su mano. A
continuación se ofreció el alimento en el sofá cerca de Ralph y después más cerca de él. Por medio de tentativas posteriores, Ralph
se fue acercando, fue extendiendo gradualmente la mano sin alimento más cerca de Brenda hasta que fue capaz de acariciar
suavemente a la gata cuando le daba de comer. Este último paso duró unos 5 meses.
2º Modelo
Elaine y Jerry vivían en una mansión con su gato Cosmo. Cuando los niños hubieron crecido y se marcharon de la casa, Elaine y
Jerry decidieron acoger a un huésped. A pesar de que el huésped, cuyo nombre era George, vivía en el sótano acabado, compartía
las instalaciones de la cocina con Elaine y Jerry. Si George entraba en la cocina cuando Cosmo estaba presente, el gato retrocedía
con miedo a un rincón y empezaba a sisear. Si George se le acercaba, Cosmo embestía y manoteaba con una pata. Los intentos de
George para hablar de modo tranquilizador a Cosmo o para ofrecerle alimento no consiguieron nada sino que aumentaron el miedo
y las amenazas de Cosmo
Cosmo tenía una jaula de alambre abierta que se usaba paya viajar y en la que era introducido cuando subía el huésped. Se dieron
instrucciones a Elaine y a Jerry para que introdujesen a Cosmo en la jaula cerca de la mesa de la cocina y para que hiciesen subir a
George después del almuerzo para pasar unas cuantas horas en la cocina junto con Elaine, Jerry y Cosmo. Cosmo tenía que ser
ignorado y, cuando no existiese miedo o ansiedad aparentes, se tenía que poner lajaula más cerca de la mesa. Después de 1 hora,
Cosmo todavía estaba ansioso y tenía miedo siempre que George se levantaba o caminaba en dirección al gato. Después de 2
horas, Cosmo ya manifestó ansiedad, pero los dueños decidieron visitarlo una noche, y pidieron un fármaco antiansiedad para
posteriores sesiones de coeducación. Como quiera que en ocasiones anteriores (por ej., en las visitas veterinarias) se había usado
con éxito el alprazolam (0,125 mg/gato PO), se administró de nuevo.
La tarde siguiente, George fue invitado para almorzar y para tomar unas copas. No se dio de comer a Cosmo durante todo el día y
le fue administrado el alprazolam 1 hora antes de que llegase George. Se colocó la jaula a una distancia de la mesa de
aproximadamente 1 metro y, después de 30 minutos aproximadamente, Cosmo ya no manifestó más ansiedad. En el transcurso de
la tarde, la jaula fue situada cada vez más cerca de George de modo después d -e 2 horas la jaula estaba situada a los pies de
George. En este momento George lanzó al interior de la jaula unos cuantos obsequios para gatos que Cosmo comió de buena gana.
En las sesiones siguientes se repitieron las técnicas de exposición sin administrar alprazolam y durante la cuarta sesión se sacó a
Cosmo de la jaula. Cosmo se comió su almuerzo y no manifestó miedo alguno aunque George saliese de la habitación y volviese a
entrar. Se advirtió a George que ofreciese a Cosmo obsequios para gatos pero que no se acercase a él y, después de unas cuantas
más, Cosmo se acercó a George y cogió los obsequios de su mano.
Agresión predadora
En los gatos, la predación es una conducta instintiva sumamente motivada. En cuanto a su naturaleza, consiste en perseguir y dar
caza a la presa. Sin embargo, cuando esta conducta va dirigida hacia la familia o hacia otros animales, causa problemas que es
necesario corregir. En los muchos casos en los que los gatos sé tienen para el control de los roedores, la predación es una conducta
deseable. La predación no va precedida de amenazas porque representa un instinto normal para cazar y para matar, no para avisar.
Esto la convierte en un problema de conducta sumamente peligroso cuando está mal encauzada.
Diagnóstico y pronóstico
Este tipo de agresión se puede encontrar en gatos de ambos sexos y de cualquier edad. El blanco habitual es un estímulo que
progresa muy rápidamente. La respuesta del gato consiste en perseguir, morder y, posiblemente, matar a su presa percibida. Por
tanto, el peligro extremo existe cuando sucede que la presa blanco es un niño u otro animal de compañía. La predación dirigida
hacia personas es extraordinariamente rara, pero la agresión del juego que contiene elementos de la predación es muy frecuente.
El pronóstico de la resolución total de este tipo de problema generalmente es muy desfavorable, especialmente cuando va dirigido
hacia pequeños mamíferos o hacia aves. Es una conducta instintiva que resulta muy difícil de dominar. Los animales de compañía
que corren más peligro son las aves, los conejos, los hámsters, los gerbos, etcétera. Asimismo, es posible que los dueños deseen
evitar la entrada de animales salvajes al patio a fin de que no sucumban a su gato. Los detectores del movimiento al aire libre y
otras trampas cazabobos pueden ser eficaces para repeler la posible presa que pudiese deambular en el jardín.
Tratamiento
En la mayoría de los casos el instinto predador es tan impetuoso que no puede ser reprimido. Por tanto, el mejor procedimiento es
evitar el acceso del gato a su presa proyectada. Si bien la colocación de un cascabel en el collar puede ser suficiente en algunos
gatos, la mayoría necesitan ser confinados dentro de la casa para garantizar que la predación cesará. La desungulación rara vez
reduce la capacidad del gato para dar caza a la presa o para matarla. Es posible que la vigilancia constante fuera de casa sea el
único modo de acción práctico para que los gatos sigan saliendo al aire libré.
Prevención
La aparición de la agresión predadora es difícil de prevenir porque es principalmente una conducta heredada. Una parte de la
conducta cazadora se aprende de la gata, de modo que teniendo a una gata dentro de la casa sin que pueda salir a cazar hasta
después que los gatitos son destetados (y adoptados) puede impedir que se desarrollen los componentes aprendidos de cazar y de
matar. También puede ser útil la selección de un gatito procente de padres que no cazan. El hecho es que algunos gatos nacen con
más impulso predador que otros. Estos gatos se deben tener dentro de casa si la conducta predadora es un problema, o sólo se debe
permitir que salgan fuera cuando van atados de un dogal o de una correa.
Ejemplo modelo
Amos era un. gato siamés castrado de 3 años. Siempre que podía entrar en la habitación de los niños, pasaba gran parte del día
sentado cerca de la jaula de los hámsters inquietando a los hámsters e intentando entrar en la jaula. A pesar de que se había
advertido repetidas veces a los niños que tuviesen cerrada la puerta de la habitación., esto era extremadamente impráctico puesto
que jugaban y hacían sus deberes en su habitación y estaban constantemente yendo y viniendo con sus amigos.
Se trasladó provisionalmente a los hámsters a otra jaula en el sótano. Este traslado se hizo sin verlo el gato. Sobre la mesa y cerca
de la jaula en la que estaban encerrados los hámsters en la habitación de los niños, se colocó una estera electrónica. Cuando Amos
se subió a la mesa de un salto, recibió un estímulo (descarga eléctrica) inofensivo pero desagradable. El gato evitó la encimera de
la mesa aun después de que los hámsters fueron colocados de nuevo en la jaula originaria.
Agresión inducida por las caricias
Algunos gatos tienen el hábito desalentador de admitir la atención de su dueño sólo para responder mordiendo cuando han
conseguido la suficiente. Aparentemente, estos gatos disfrutan con la atención e incluso la buscan. Sin embargo, parece ser que
tienen un cierto umbral para la cantidad de atención que son capaces de tolerar. Cuando ya no tienen más tolerancia a las caricias
con a mano, muerden y se van corriendo. Otra posibilidad es la de que estos gatos sigan siendo asertivos y permitan comprender a
los dueños en términos no dudosos cuándo han tenido bastante atención. (Véase más adelante Agresión del rango).
Diagnóstico y pronóstico
Muchas veces, el dueño observador es capaz de decir cuando está próxima a ocurrir una mordedura. El gato generalmente se
pondrá tenso, se encorvará, aplanará sus orejas contra la cabeza y sacudirá rígidamente su cola. Antes de morder, también puede
sisear y retraer sus labios.
El pronóstico de la corrección de esta conducta problemática es desde favorable hasta reservado, en función de la duración de la
conducta, del umbral correspondiente a la interacción física del animal de compañía y de la paciencia del dueño. Los niños de
corta edad son los que se hallan en mayor riesgo, ya que no «leen» los signos de este tipo de agresión.
Tratamiento
La piedra angular del tratamiento consiste en identificar el umbral de tolerancia del gato y condicionar gradualmente al gato para
que admita más caricias con la mano al paso que se evitan los riesgos de ataque. Para conseguir esto, el dueño debe determinar
cuánto tiempo puede ser acariciado con la mano el gato antes de que ataque. Los obsequios de alimento se deben reservar para las
sesiones de adiestramiento (Fig. 11.5). Además, el dueño no debe iniciar el adiestramiento y durante el acariciamiento no debe
refrenar físicamente al gato. El adiestramiento se inicia sólo cuando el gato se acerca al dueño para recibir afecto.
La alimentación manual es un método para tratar la agresión inducida por el acariciamiento con la mano.
Después, debe tener lugar el acariciamiento durante un espacio de tiempo corto y debe cesar antes de que sea alcanzado el umbral
de tolerancia. A continuación, al gato se le puede dar un obsequio de alimento si no manifiesta ningún signo de nerviosismo o de
agresión. El gato no debe ser retenido o confinado de ningún modo; es más deseable que se baje de un salto de encima de su dueño
en vez de que se vuelva agresivo. Las sesiones se pueden alargar gradualmente a medida que el gato aprende a tolerar sesiones de
acariciamiento cada vezde mayor duración como anticipo de una recompensa de alimento. El condicionamiento se puede facilitar
dando de comer al gato de acuerdo con un horario y celebrando las sesiones inmediatamente antes del momento de la comida.
Se debe evitar el castigo físico. Los hechos de pegar al gato en el hocico, de golpearle o de lanzarle con fuerza al suelo,
invariablemente empeoran las cosas.
Prevención
La socialización precoz, el acicalamiento y la manipulación del gatito joven pueden contribuir a prevenir este problema.
Ejemplo modelo
Harry era un gato doméstico de pelo corto de 2 años que se restregaba en la pierna de la dueña, subía de un salto a su regazo y
ronroneaba cuando ella le acariciaba con la mano. Después de unos 10- 15 segundos de caricias, de repente le mordía y huía.
Se advirtió a la dueña que evitase acariciar al gato por distracción y que sólo lo acariciase con la mano cuando solicitase su
atención. Se le advirtió que esperase conductas previas al mordisco y que dejase de acariciarlo mucho antes de que pudiese tener
lugar un mordisco. Se dieron instrucciones a la dueña para que siempre que de un salto se subiese a una silla junto a ella o a su
regazo para recibir atención, sólo le acariciase durante 4 segundos y después le diese un obsequio de un alimento muy sabroso.
Después, Harry era ignorado o era bajado al suelo hasta que de nuevo se acercaba voluntariamente. Las sesiones de caricias
aumentaron gradualmente en cuanto a duración a medida que Harry aprendió a dejarse acicalar en previsión de conseguir una
recompensa de alimento.
Agresión del rango (aserción)
Algunos gatos pueden manifestar agresión hacia sus dueños o hacia otros gatos cuando manifiestan asertividad. Este tipo de
agresión se describe rara vez en la bibliografía veterinaria pero es una consideración en aquellos gatos que muerden o atacan a sus
dueños o a otros gatos con el fin de controlar una situación (Anderson, 1996; Overall, l994a,b,c). El hecho de que el gato muerda
durante el acariciamiento con la mano, cuando se le levanta o al acercarse a él, o cuando el dueño intenta quitar al gato de una
encimera o de un mueble, pueden ser expresiones, todas ellas, de la asertividad del gato. Los gatos que solicitan atención o juego
mordiendo, también pueden manifestar asertividad.
Diagnóstico y pronóstico
El diagnóstico puede ser difícil ya que este estado está mal descrito en la bibliografía y es posible que los gatos estén manifestando
otras formas de agresión (por miedo, territorial, desviada, predadora, del juego) asociadas con la agresión del rango. Es posible
que los gatos que manifiestan la agresión asertiva o del rango muerdan o amenacen cuando el dueño intenta acercarse a ellos o
manipularlos. Esta mordedura es un intento para controlar la situación. Las manifestaciones asertivas, que solicitan la atención o el
juego por medio de ataques o de mordiscos, y los intentos para controlar, el entorno bloqueando la entrada de los portales y
rehusando ser separados de las perchas o de las zonas de sueño, pueden ser manifestaciones del rango social. Si bien algunos gatos
que manifiestan esta conducta pueden ser francamente exigentes, vocalizando o solicitando constantemente el afecto de los dueños
(en términos propios), otros pueden parecer reservados e independientes, prefiriendo estar solos cuando el dueño intenta iniciar el
afecto o la atención. El pronóstico es variable y reservado puesto que estos gatos pueden ser peligrosos y el problema puede tener
componentes tanto innatos domo aprendidos.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento consiste en que los, dueños consigan el control del gato (Fig. 11.6). Más o menos como en el perro
agresivo dominante, los dueños pueden conseguir mejor el control identificando y evitando aquellas situaciones que podrían
acabar en agresión y adiestrando al gato para que todas las recompensas (todo el juego, todo el alimento, todo el afecto, toda la
atención) deban ser merecidas.
Prevención
Desde el principio, el dueño no debe ceder nunca a las exigencias del gato sino que debe insistir en que todo e¡ juego, toda la
alimentación o toda la manipulación tengan lugar a discreción del dueño. La alimentación a mano puede ser útil ya que se puede
enseñar al gato a ejecutar una orden o a admitir cierta manipulación antes de que se le de algún alimento o algún obsequio. El
hecho de enseñar unas cuantas órdenes básicas también puede contribuir a que el dueño consiga el control. El acariciamiento y la
manipulación se deben practicar regularmente durante espacios de tiempo cortos mientras que el juego y las recompensas se
pueden dar después de cada sesión. Toda conducta exigente, ambiciosa o agresiva no debe ser tolerada y debe ser tratada
inmediatamente.
TRATAMIENTO DE LA AGRESIÓN FELINA DEL RANGO
Pasos
Comentarios
Identificar los estímulos que
Eludir estímulos tales como el acercamiento, el acariciamiento con la mano y la
causan agresión
manipulación que podrían acabar en agresión
Adiestramiento
Aunque resulta difícil para algunos dueños. a los gatos se les deben enseñar
órdenes sencillas tales como «ven» y «siéntate», incitando, dirigiendo o
alentando al gato a ejecutar estas conductas, siempre que el gato esté «de
humor» para recibir alimento, afecto o juego
Retener las recompensas a me
nos que sean merecidas
Desensibilización y condiciona
miento inverso para la
manipulación y el acercamiento
Interrumpir o disuadir la conducta
indeseable con dispositivos
Dispositivos de control
Seguridad y éxito
Se debe enseñar al gato a someterse a los dueños por lo que se refiere a
obsequios, afecto o juego.
El juego, el afecto y los obsequios no se deben dar nunca por exigencia del
gato, sino que se deben dar si el animal admite una pequeña cantidad de
manipulación, de posesión, de sustentación, o responde a una orden
disciplinada
Después de retener las recompensas, empezar a ofrecer todo el alimento, todo
el cariño y todo el juego solamente si el gato empieza a admitir cantidades muy
pequeñas del acercamiento o de la manipulación que causarían la agresión.
Después, avanzar en pequeños incrementos solamente.
(Para detalles, véase Agresión inducida por las caricias.)
Se debe evitar el castigo físico pero cualquier conducta indeseable puede ser
interrumpida o disuadida con dispositivos inanimados tales como aparatos de
alarma, fusiles de agua o un bote de aire comprimido
Se pueden dejar atados al gato un arnés y una correa larga para asegurar el
control sin necesidad de contacto físico
Se pueden usar una jaula o una correa y un arnés para permitir que el dueño
manipule con éxito los gatos cuando se debe acercar a ellos o cuando los
debe manipular. Se deben evitar los mordiscos y la huida ya que esto sólo
serviría para reforzar la agresión del rango
Ejemplo modelo
Napoleón era un gato doméstico de pelo corto castrado de 16 meses que embestía y mordía a los dueños siempre que éstos
intentaban quitarle de alguna silla, mesa o encimera en la que se había «aparcado». Napoleón refunfuñaba y mordía cuando los
dueños intentaban levantarlo o acariciarlo, pero siempre que tenía malhumor pedía ser acariciado y gozaba con algunos minutos de
caricias. La agresión de Napoleón había llegado a ser tan grave que los dueños tenían miedo de acercarse a él incluso cuando
estaba tumbado en su cama, en el sofá o en la encimera de la cocina.
Se adaptó a Napoleón un arnés de tronco al que se ató una cuerda de 3 metros siempre que los dueños estaban en casa (excepto
durante la noche). Después, se usaba la correa para separar a Napoleón de sus zonas de descanso sin confrontación o daño. Se
dieron instrucciones a los dueños para que no diesen de comer a Napoleón, para que no jugasen con él, o para que no lo
acariciasen excepto durante las sesiones de adiestramiento. A las horas programadas para comer o para jugar, los dueños tenían
que sostener el alimento o el juguete, llamar a Napoleón para que acudiese, acariciarlo durante unos pocos momentos y después
darle la recompensa. Todos los días, antes de darle a Napoleón las recompensas, se le enseñaba a contenerse, a ser acariciado con
la mano o a ser levantado durante más tiempo que el día anterior. Siempre que Napoleón, se acercaba a los dueños para conseguir
juego, alimento o afecto no se le tenía que hacer caso. Sin embargo, pocos minutos después, tenían que sostener un obsequio de
alimento o un juguete para jugar, usar la orden ven y acercarse a Napoleón para una sesión corta de manipulación antes de darle la
recompensa. También se enseñó a los dueños a identificar cualesquiera signos de agresión inminente a fin de que pudiesen evitar
la situación o usar un bote pequeño de aire comprimido para disuadir la conducta. Después de una semana, Napoleón había
aprendido a acudir cuando era llamado y, antes de recibir, su juego o su alimento, toleraba un minuto o más de manipulación.
Cuando tenia que ser apartado de un determinado mueble podía ser incitado a que se marchase con una orden y una recompensa de
alimento o, cuando menos, podía ser apartado con ayuda de una correa y un arnés. En poco tiempo Napoleón aprendió a tolerar el
acercamiento y varios minutos de manipulación sin agresión y se bajaba espontáneamente de los muebles sin mostrar
manifestaciones agresivas.
Agresión desviada
Existe agresión desviada cuando el objeto de la agresión del animal no es el estímulo que desencadenó el estado de excitación
agresiva. Este problema aparece generalmente cuando una persona o un animal interviene en la actividad agresiva que tiene lugar
entre otros dos animales. Los ejemplos más corrientes incluyen a una persona que resulta mordida intentando separar una pelea de
gatos, o que interviene cuando un gato es amenazador o tiene miedo. En estos casos, la agresión es desviada desde el blanco
original hacia una persona o hacia un animal de compañía a modo de «expectador inocente». Tampoco es raro que un gato que está
sumamente excitado por estímulos externos (por ej., por otros gatos existentes en la finca) se vuelva agresivo hacia el dueño (o
hacia otro animal de compañía) simplemente por acercarse al gato durante este estado de excitación.
Diagnóstico y pronóstico
El diagnóstico implica la identificación de un estímulo que excitó al gato y que acabó en que una persona próxima resultó
mordida, En general, el relato indica la interposición de la víctima cuando el gato estaba amenazado, cuando tenía miedo o cuando
estaba peleando. No obstante, el diagnóstico de la agresión desviada en los gatos puede ser problemático en casos no raros. Esto se
debe a que algunos gatos pueden permanecer durante horas en un estado de excitación agresiva después de que ha desaparecido el
estímulo.
Esto dificulta la identificación del estímulo concreto que ha provocado la excitación, conduciendo de este modo a ura situación
muy desconcertante para el dueño. El hecho de no conocer que el gato estuvo expuesto a algún estímulo anterior que desencadenó
la agresión desviada, puede motivar que al dueño le parezca que el gato «se ha vuelto loco». Los estímulos que pueden causar la
agresión desviada incluyen:
• La vista, el ruido o el olor de otro gato.
• La vista, el ruido o el olor de otros animales. o Los ruidos insólitos.
• Las personas desconocidas.
• Los ambientes desconocidos.
Los machos o las hembras pueden presentar este tipo de problema que es más frecuente en los gatos adultos. El gato araña o
muerde a la persona que no ha sido el blanco originario. Muchas veces los dueños describen la actitud que existe durante un estado
de excitación agresiva. Típicamente, el gato manifiesta refunfuflos, aullidos, andares nerviosos, erizamiento del pelo, cola que da
latigazos, pupilas dilatadas y una mirada fija. Estas situaciones son muy peligrosas y típicamente acaban en varias heridas
profundas por mordedura.
El diagnóstico se establece identificando los estímulos excitantes, relacionando los estímulos excitantes con los ataques y
descartando los problemas fisiopatológicos.
El pronóstico es favorable en caso, de un solo episodio pero es desfavorable si el gato es estimulado con frecuencia y con facilidad
hacia un estado de excitación agresivo. Cuando resulta difícil identificar o controlar los estímulos, o cuando la agresión es intensa
o prolongada, el pronóstico es mucho más reservado. Los miembros de la familia que son incapaces de identificar cuándo está
excitado el gato, se hallan en peligro especial. Los factores que influyen en el pronóstico de la agresión desviada incluyen:
• La frecuencia.
• La gravedad de la agresión.
• La capacidad para identificar los estímulos excitantes.
• La capacidad para reducir la exposición a los estímulos.
• La capacidad de todos los miembros de la familia para identificar y para eludir al gato excitado.
Tratamiento
La agresión desviada se trata de modo más eficaz (Fig. 11.7) eludiendo la interposición si existe una probabilidad auténtica de
resultar mordido o arañado. El tratamiento exige un conocimiento claro del problema y la identificación de todos los estímulos que
podrían excitar al gato y acabar en agresión. Si hay la menor posibilidad, se debe corregir la causa subyacente de la excitación
agresiva. La habituación, la desensibilización y el condicionamiento inverso son los tratamientos de elección de la modificación
conductual. Cuando el tratamiento se puede realizar sin peligro, el gato debe ser encerrado en una habitación oscura y silenciosa,
cuando esté muy excitado, hasta que se tranquilice. A veces la conducta del gato puede ser interrumpida con éxito valiéndose de
un dispositivo tal como una alarma audible o ultrasónica, aire comprimido, o un atomizador de agua (en vez de castigo físico o
verbal). Esto enseña al gato que la conducta lleva aparejadas consecuencias desagradables, pero no causa miedo o inquietud al
dueño. La interrupción se debe hacer con cuidado porque, de hecho, otros estímulos pueden aumentar el nivel de excitación en
algunos gatos.
Si la agresión es constante o si los miembros de la familia no son capaces de identificar ni de eludir al gato excitado, es posible
que la mejor solución sea hacer desaparecer de la vivienda al animal de compañía.
TRATAMIENTO DE LA AGRESIÓN FELINA DESVIADA
* Identificar ¡os estímulos de la excitación agresiva
* Evitar o impedir la exposición a los estímulos
* Interrumpir la conducta usando un dispositivo de distracción (silbato, bocina de aire, fusil de agua)
* Apartar al gato cuidadosamente de los estímulos
* Cuando se cambia de sitio al animal de compañía, una manta, una toalla o unos guantes, pueden proporcionar cierta seguridad
* Cuando el animal de compañía se excita agresivamente, para controlarlo y para encaminado con seguridad a una habitación
tranquila, se pueden dejar puestos una correa y un dogal de tronco
* Encerrado en una habitación oscura y tranquila hasta que se tranquilice
* Desensibilizar y condicionar inversamente la respuesta del animal de compañía a los estímulos que provocan agresión
* Se puede considerar que los fármacos antiansiedad (benzodiazepinas, buspirona) o los antidepresivos tricíclicos (amitriptilina)
disminuyen los estados de suma excitación
Prevención
La prevención de la agresión desviada implica la identificación precoz dé los estímulos y situaciones que desencadenan la
agresión, seguida de desensibilización y condicionamiento inverso para modificar la conducta del animal de compañía. La
prevención de los ataques presupone que se sabe cómo identificar y eludir al gato en un estado de excitación suma, así como que
se toman las medidas para evitar la exposición del gato a estos estímulos.
1
Ejemplo modelo
Un anochecer, el dueño estaba sentado en el cuarto de estar viendo la televisión cuando oyó a un gato que aullaba fuera del
apartamento. B. G., su gata doméstica de pelo corto castrada de 2 años dio un brinco sobre sus patas traseras, se mostró muy
excitada y siseó. Cuando el dueño se levantó, el animal de compañía, se dirigió hacia él maulló y atacó con crueldad a su pierna.
Antes de que el dueño fuese capaz de librarse de la gata golpeándole varias veces, B. G. le había infligido varias heridas profundas
por mordedura. La gata huyó hacia el dormitorio de invitados y se escondió debajo de una silla y refunfuñaba cada vez que el
dueño entraba en la habitación.
Se llamó a un funcionario del servicio de control de animales para que se hiciese cargo del macho entero extraviado que estaba
aullando fuera de la casa. Tal como suele suceder con frecuencia en la agresión desviada, apareció la agresión por miedo como
consecuencia de la respuesta del dueño al ataque y era muy importante que esta respuesta fuese estudiada. Inmediatamente después
del incidente, se mantuvo a la gata encerrada en el dormitorio de invitados y fue sometida a tratamiento con diazepam (1 mg por
vía oral dos veces al día) durante 10 días. Se ordenó al dueño que, durante unos cuantos de los primeros días, dejase en la
habitación una escudilla grande de alimento yagua y dos cajas de yacija para la gata, que mantuviese las cosas en silencio en todo
el apartamento y que permaneciese fuera de la habitación a no ser para controlar de vez en cuando al animal de compañía. Después
de 3 días, se ordenó al dueño que durante el día entrase muchas veces en la habitación y que, despreocupadamente, le echase a la
gata trozos de pollo o de atún de California. Cuando la gata se tranquilizó y dejó de manifestar signos de miedo, se dejó abierta la
puerta para que el animal de compañía saliese por su propia voluntad. Durante la semana siguiente, el dueño siguió limitando su
interacción con la gata, echándole alimento sólo cuando el animal se le acercaba. En un plazo de 3 semanas, la gata volvió a
comportarse normalmente,
Si bien la desensibilización y el condicionamiento inverso del animal de compañía con respecto al estímulo de un gato aullando
hubiese sido ideal, no era práctico. El dueño fue instruido acerca de la agresión desviada y le fueron dados a conocer los signos de
la excitación a fin de que supiese cuándo eludir a la gata. Se indicó que no se dejase salir al animal de compañía al balcón para
observar los gatos del exterior y en el caso de que el dueño oyese a un gato llamar fuera y advirtiese que el animal de compañía. se
concentraba, pero que no se excitaba, debía elogiarle o recompensarle con alimento.
Agresión territorial
De otro modo que los perros, los gatos rara vez pelean para proteger a los miembros de la familia excepto por lo que se refiere a
las hembras que protegen a sus crías. Sin embargo, defienden su propio césped, y muchas veces esto representa un problema
cuando se incorpora un nuevo gato a la familia o cuando visita el jardín un gato del vecindario. En el estado salvaje, la marcación
del rastro con orina, con heces y, posiblemente, con secreciones sebáceas de la piel, sirve para reconocer la presencia de los
individuos y constituye una forma de identificación de la ocupación de una zona y, por tanto, sirve para facilitar la huida. Esto
contribuye a reducir las interacciones agresivas. En la zona cerrada de la casa, la huida es menos probable mientras que la agresión
es más probable. La agresión territorial también podría hacer erupción cuando un gato de la vivienda retorna a la casa procedente
del hospital veterinario o del acicalador y huele o se comporta de modo diferente a como olía o se comportaba antes.
Diagnóstico y pronóstico
La agresión territorial se observa muy frecuentemente cuando se incorpora un nuevo gato a la vivienda. Típicamente, el gato
residente amedrenta, persigue y ataca al recién llegado y esta conducta puede evolucionar hacia una persecución implacable. La
agresión territorial también puede ir dirigida contra las visitas. Es posible que el gato sea atrevido y que se acerque o que refunfuñe
a la persona. Aunque realmente en la conducta puede haber componentes de miedo, la agresión territorial generalmente se
diferencia de la agresión por miedo en que el gato intenta evitar un encuentro y sólo es agresiva cuando no puede eludir a la
persona o a otro gato.
La agresión territorial dirigida hacia personas generalmente tiene un pronóstico favorable. La agresión territorial dirigida hacia
otros gatos tiene un pronóstico significatívamente más desfavorable. La posibilidad de una solución favorable depende de la
duración del problema, de la experiencia social del gato, de su temperamento y de su umbral de excitación en respuesta a estímulos
territoriales.
Tratamiento
La agresión territorial se trata de modo más adecuado mediante desensibilización y condicionamiento inverso. Con frecuencia son
necesarios fármacos no sólo para controlar la conducta del gato agresor, sino también para reducir la actitud defensiva y la
vocalización del gato que está siendo amenazado. La señalización defensiva y las conductas de evasión frenética tienden a educir
ataques agresivos y la persecución por el gato, más Valiente en estas situaciones.
Es posible que los dueños incautos recompensen inoportunamente la conducta indeseable ofreciendo alimento o atención al gato
agresivo para intentar tranquilizarlo. Esto se puede corregir mediante la formación efectiva del dueño. En algunos gatos, el castigo
ligero (usando un dispositivo inanimado tal como una alarma o un fusil de agua), puede contribuir a reprimir la conducta, pero en
otros puede tener exactamente el efecto contrario. No es probable que la castración en los gatos o la ovariohisterectomía en las
gatas influya en esta conducta. Las medicaciones antiansiedad y los agentes antidepresivos (amitriptilina, fluoxetina) pueden ser
útiles alguna que otra vez como auxiliares de la terapia.
El tratamiento de la agresión territorial hacia un gato adoptado recientemente se debe iniciar con el aislamiento de los gatos en
zonas de confinamiento donde sean incapaces de verse mutuamente. Después, el dueño debe poner en libertad alternativamente a
un solo gato a la vez que deja que deambule por la casa. Una vez se desvanece la ansiedad inicial, se pueden iniciar la
desensibilización y el condicionamiento inverso.
Bajo condiciones controladas, los gatos deben ser expuestos poco a poco el uno al otro. Esta exposición se debe realizar estando
los gatos en jaulas de transporte o estando controlados con un arnés y una correa en los extremos opuestos de la habitación más
grande o del vestíbulo más grande de la casa. Durante las sesiones, a los gatos se les se da a comer un alimento muy sabroso o son
comprometidos en un juego. Durante las sesiones siguientes, poco a poco, los gatos son acercados cada vez más el uno al otro.
Denegando el alimento y las recompensas excepto en las sesiones de adiestramiento, cada uno de los gatos puede aprender a
asociar la presencia del otro gato con el alimento y con el juego, en vez de asociarla con el miedo y con la ansiedad. Una vez que
los gatos no están manifestando tensión alguna durante las sesiones en proximidad cercana el uno del otro, el dueño puede intentar
dejarlos en libertad en la misma habitación. Para corregir la conducta inaceptable del gato agresor, se puede usar un fusil de agua
de elevada potencia de compresión. El condicionamiento puede durar meses y requiere una paciencia y un tiempo considerables
por parte del dueño. En algunos casos, la forma más conveniente y más segura para acabar con el conflicto es eliminar de la
vivienda a uno de los gatos.
Son de esperar amenazas agresivas y "riñas" cortas entre gatos cuando éstos intentan conseguir o mantener el control sobre los
recursos. Sin embargo , no se debe permitir que los gatos «decidan por la fuerza» ya que estas peleas rara vez ponen fin a los
conflictos y pueden empeorar la situación. Los dueños intentan con frecuencia la contención de los animales de compañía con el
fin de presentarlos, pero también se debe desaprobar.
Prevención
La socialización precoz suficiente puede reducir la manifestación de la agresión territorial en la mayoría de los gatos. Sin embargo,
determinados individuos son genéticamente más territoriales y más difíciles de controlar. En todos lo! casos, cuando se introduce
un nuevo gato en la vivienda es mejor empezar con un primer período de separación. Una forma útil de hacer esto consiste en
alojar los gatos en habitaciones distintas y después, periódicamente, cambiar las habitaciones. Esto permite que los gatos conozcan
el rastro de todos los demás antes de que se conozcan realmente. A continuación se puede dar libertad total por toda la casa a uno
de los gatos, mientras que el otro se retiene en su propia habitación. Después se invierte la situación. Entonces los gatos son
presentados poco a poco durante el tiempo de la comida, dándoles de comer en extremos opuestos de la misma habitación. En ese
momento, deben estar más atentos para comer que para pelear. Si existen algunos signos de agresión, durante las comidas, se debe
separar a los gatos a una distancia ligeramente mayor, o se pueden encerrar en jaulas metálicas distintas o se pueden controlar con
arnés y correa. Cuando no existen signos de agresión, se puede dar más libertad a los gatos para que permanezcan juntos en la
casa. Si se observa agresión cuando se reúnen a la hora de comer, podría ser necesario introducir los gatos enjaulas metálicas
distintas durante la hora de comer y cambiar las jaulas en cada comida siguiente. Cuando los gatos llegan a la fase en la que se
permite a ambos que deambulen libremente por la casa, se debe disponer de 41 menos dos cajas de yacija y de dos puntos de
alimentación en zonas relativamente despejadas. Esto permitirá que un gato vea al otro que se acerca sin ser sorprendido.
Ejemplo modelo
Cuando el viejo gato macho de los dueños murió, éstos decidieron adoptar una hembra de 4 meses que hiciese compañía a Carley,
la gata de 5 años que les quedaba. Cuando la dueña llevó a casa la gatita, Carley inmediatamente se centró en la gatita, caminó
deliberadamente hacia ella, aulló y saltó para atacarla en los brazos de la duefía. La dueña se volvió y fue mordida gravemente en
su pierna por Carley. La gatita fue encerrada en un dormitorio y durante las 2 semanas siguientes Carley permaneció sentada en la
parte exterior de la puerta del dormitorio, siseando y golpeando la puerta. Dos intentos para que los gatos se conociesen dieron
como resultado que Carley siseó, refunfuñó y atacó a la gatita. La gatita se estaba volviendo cada vez más ansiosa y manifestó
cierto siseo y cierto retraimiento cuando los dueños entraron en la habitación en la que estaba encerrada.
A Carley le fue administrada buspirona (5 rng cada 12 horas) y las gatas fueron separadas de tal forma que Carley no podía llegar
cerca de puerta de la habitación en la que estaba encerrada la gatita. Durante la segunda semana, se permitió que cada una de las
gatas deambulase por la casa mientras la otra permanecía encerrada. Al final de esa semana, ambas gatas empezaron a
tranquilizarse y se comportaron de una manera menos ansiosa. Durante la tercera semana, los dueños iniciaron los ejercicios de
desensibilización y de condicionamiento inverso. Se pusieron arneses de tronco y correas a las gatas que fueron llevadas a los
extremos, opuestos de un vestíbulo largo y se les dio de comer trozos de pollo durante 15 minutos o más, al menos cinco veces
cada semana. Cada pocos días, se disminuía la distancia entre las gatas en pequeños incrementos. Después de 4 semanas, se pudo
dar de comer a las gatas, separadas la una de la otra unos pocos pies, atadas de la correa, sin ningún signo de agresión o de
ansiedad. Los ejercicios de alimentación se llevaron a cabo en varias zonas de la casa a lo largo de las 2 semanas siguientes.
Durante este tiempo, se dejaron en libertad en la casa y gradualmente se suprimió la buspirona que se estaba administrando a
Carley.
Agresión inducida por el dolor
Hasta el animal más sociable y más dócil puede presentar esta forma de agresión. Cualquier manipulación que eduzca dolor o
malestar puede acabar en esta agresión irritable. Puede suceder esto cuando un individuo intenta manipular una zona dolorosa,
aunque esa manipulación sólo sea un acariciamiento, un acicalamiento o una administración de medicación.
Diagnóstico y pronóstico
El diagnóstico generalmente es directo. El gato tiene una zona dolorosa y reacciona de modo agresivo cuando le hacen daño o
cuando espera que el dolor.
Tratamiento
A ser posible, es mejor no manipular al gato cuando está con dolor. Sin embargo, esto no siempre es práctico, especialmente
cuando es necesario administrar medicaciones o cuando se utiliza ,terapia física. Por tanto, el modo de actuación debe consistir en
controlar al animal de compañía para reducir el peligro para el manipulador; evitar educir dolor, tratar el dolor y emplear
ejercicios de desensibilización y de condicionamiento inverso para aumentar la tolerancia del gato a ser manipulado.
Tal vez sisee, rezongue y refunfuñe o muerda a las personas que parece que intentan causarle dolor. Es importante corregir la
situación porque, si el gato percibe que el hecho de morder consigue sus objetivos (esto es, que ataja el dolor), se podría valer de
la agresión cuando en el futuro aparezcan situaciones similares, tanto si el dolor todavía existe como si ya no existe. Por tanto, la
situación debe ser corregida -a fin de que cuidados de rutina tales como el corte de las garras, el cuidado dental doméstico, la
medicación y el acicalamiento puedan ser llevados a cabo sin que se desencadenen episodios agresivos.
TRATAMIENTO DE LA AGRESÓN FELINA INDUCIDA
POR EL DOLOR
* Eliminar o reducir el origen del dolor (terapia médica/fármacos)
* Modificar el tratamiento para que sea menos aversivo
* Manipular con delicadeza al paciente y pensar en ponerle bozal para protección
* Facilitar el control del dueño con señales de recompensa y con el adiestramiento
* Desensibilización y condicionamiento inverso para que el gato se acostumbre poco a poco a la manipulación
* El castigo doloroso está contraindicado
Prevención
Los ejercicios de manipulación realizados con un gatito pueden contribuir a elevar el umbral de la agresión educida por el dolor.
Estos ejercicios se pueden realizar a la hora de comer. Mientras se está dando de comer a mano al animal de compañía, el dueño
puede manipular suavemente todas las partes del cuerpo del animal. A medida que transcurren los días, se debe aumentar tanto la
intensidad como la diversidad de la manipulación. El acicalamiento y el corte de las garras deben tener lugar durante estos
ejercicios. Aunque no es posible prever los efectos de todos los estímulos dolorosos, el gato que es adiestrado para ser
manipulado, que tiene sus garras cortadas y sus dientes cepillados (sin queja) también será más probable que tolere la
manipulación cuando esté con el dolor más horroroso. La mejor forma de prevenir la agresión inducida por el dolor en un gato al
que le han hecho daño, es prever el problema y manipular al animal de compañía de forma tal que el dolor no aparezca o que se
reduzca al mínimo.
Ejemplo modelo
Zeke era un gato doméstico de pelo corto macho castrado de 18 meses de edad que recibió una herida dolorosa por mordedura en
su espalda ízquierda. Corno parte del tratamiento, se dieron instrucciones a la dueña para que limpiase con delicadeza la zona tres
veces al día.
Para volver menos ansioso a Zeke por causa de que tuviese la espalda tratada, la dueña le daba un trozo pequeño de atún de
California 15-10 veces todos los días cuando le tocaba la otra espalda y le decía «buen chico». Cuando trataba la espalda herida, le
daba un trozo grande de atún de California y repetía «buen chico» cuando aplicaba la compresa.
Agresión materna
Los instintos protectores de la descendencia están presentes prácticamente en todas las madres. La agresión materna hace
referencia a la conducta agresiva dirigida hacia personas o hacia otros animales que se acercan a la gata con sus gatitos. Se cree
que este tipo de actividad agresiva es función del estado hormonal de la hembra durante la lactación así como de la presencia de
las crías.
Diagnóstico y pronóstico
El diagnóstico implica la observación de una gata que sisea, que refunfuña y que intenta morder a las personas o a los demás
animales que se acercan a los gatitos o a la zona del nido.
Cuando se trata de gatas convenientemente socializadas, el pronóstico es favorable ya que generalmente existe una remisión
espontánea a medida que la gata envejece. El pronóstico para la resolución rápida del problema es reservado.
Tratamiento
Si bien la manipulación regular de los gatitos recién nacidos se considera beneficiosa para su desarrollo, podría ser necesario evitar
manipularlos durante unos cuantos de los primeros días, ya que durante los mismos es cuando la gata tiende a ser más protectora.
La manipulación delicada por miembros de confianza de la familia, acompañada de regalos de un alimento sabroso (le la familia,
es la mejor forma de disipar el temor. Es más probable que la gata convenientemente socializada permita que sus gatitos sean
manipulados, especialmente por miembros de confianza de la familia. El amansamiento de la gata envolviéndola con cuidado en
una toalla o poniéndole un bozal para gatos cuando es absolutamente necesario manipularla o tentándola con alimento o con
juguetes para que deje a los gatitos, puede ser la forma más conveniente para reducir al mínimo los peligros durante el corto
espacio de tiempo en el- que es más probable que sea agresiva.
Se puede intentar la modificación conductual si es necesario manipular a los gatitos mientras la gata todavía es muy protectora,
aunque tal vez la conducta materna generalmente siga su curso en el mismo tiempo, o en menos, que el que sería necesario para
completar un programa de sensibilización y condicionamiento inverso.
TRATAMIENTO DE LA AGRESIÓN FELINA MATERNA
Se debe proporcionar un ambiente tranquilo con poco estrés
No acercarse a los gatitos ni manipulados si la gata parece inquieta
Abozalar a la gata o usar un dispositivo de contención ligera (manta, toalla) cuando necesita ser manipulada
Distraer a la gata o Incitada a que deje la camada antes de que los gatitos sean manipulados
Desensibilización y condicionamiento inverso
Prevención
La socialización precoz y la manipulación de las gatitas jóvenes debe reducir la probabilidad, de la agresión materna. En los
animales que se destinan a -la reproducción, el dueño debe proporcionar una socialización y una manipulación abundantes desde la
edad de gatito hasta la edad adulta. También pueden ser útiles la manipulación delicada de la gata y darle a comer el alimento en la
mano durante toda la preñez y después del parto.
Ejemplo modelo
Después de parir una camada sana de seis gatitos, Sheba, la gata de 2 años, se volvió muy protectora y siseaba o refunfuñaba a
cualquier persona que se acercase, excepto a una muchacha adolescente de la familia. Anteriormente, la gata parecía muy social y
no manifestaba signo alguno de agresión.
Se dijo a la familia que proporcionase un ambiente tranquilo a la gata y que las visitas permaneciesen en la casa el menor tiempo
posible. La adolescente le daba al animal de compañía un alimento enlatado de cuatro a seis veces al día. Cada vez que entraba en
la habitación con el alimento, hacía sonar muy suavemente una campanilla. A los pocos días, la gata dejaba la camada y se
acercaba a la dueña cuando oía sonar la campanilla. Después de 2 semanas, otros miembros de la familia acompañaban a la
muchacha cuando entraba en 1 habitación, hacían sonar la compañía y ofrecían a la gata el alimento enlatado.
Cuando los gatitos tuvieron 4 semanas, la familia intentó que- un amigo visitase la camada. La madre siseó, por lo que se disuadió
a las visitas de que entrasen en la habitación durante otras 2 semanas, después de las cuales la agresión matema había disminuido.
En este caso, fue un poco desafortunado el hecho de que la socialización de los gatitos con personas extrañas se tuviese que
retrasar hasta las 6 semanas de edad. La manipulación por parte de las visitas que se inicia antes generalmente es más eficaz para
facilitar la socialización a las personas.
Agresión entre machos
La agresión entre gatos machos es una de las formas más frecuentes de la agresión felina. Ésta se desarrolla, fuera de la conducta
normal de rivalidad que tiene lugar cuando los gatos maduran desde los puntos de vista sexual y conductual. Es especialmente
frecuente durante la temporada de apareamiento.
Diagnóstico y pronóstico
La agresión macho-macho a menudo es consecuencia de la rivalidad gobernada hormonalmente pero es posible que los intereses
territoriales o el miedo también desempeñen un papel. Este problema generalmente aparece después de la madurez sexual en
machos de 1-3 años de edad. Es posible que respondan siseando, refunfuñando, arañando y mordiendo. A los episodios pueden
preceder manifestaciones de amenaza elaboradas y ritualizadas. El pronóstico es favorable.
Tratamiento
El tratamiento puede implicar modificación conductual, cirugía y terapia farmacológica
TRATAMIENTO DE LA AGRESIÓN FELINA ENTRE MACHOS
TRATAMIENTO DE LA AGRESIÓN FELINA ENTRE MACHOS
Método
Explicación
Castración
El método más eficaz
La castración reduce o elimina las peleas entre hembras en el 90% de los casos
aproximadamente. Ni la experiencia de pelear ni tampoco la edad en el momento
de la cirugía parecen influir en el porcentaje de éxito
Evitar todas las situaciones po- Reducir al mínimo la posibilidad de peleas y de rivalidad. Dar de comer a los gatos
tencialmente agresivas
en distintas partes de la casa
Encierro
Si existe riesgo de agresión, a veces es necesario confinara los gatos en jaulas o
en habitaciones distintas
Modificación conductual
El porcentaje de éxitos es bajo cuando se usa sola
Desensibilización y condicionamiento inverso
El castigo ligero (f usil de agua) puede ser eficaz para suprimir la agresión en
ambos gatos
Las progestinas pueden ser útiles cuando se tratan los gatos por agresión entre
machos
Los ansiolíticos (benzodiazepinas, buspirona) o los antidepresivos(TCAs,
fluoxatina) pueden ser útiles
Los efectos tienden a ser pasajeros y la conducta generalmente continúa una vez
se suspende el fármaco
Terapia farmacológica
.
Prevención
En algunos gatos, la agresión entre machos se puede prevenir mediante la castración. Se debe procurar garantizar que todos los
animales de compañía de la familia fueron socializados convenientemente durante la infancia. Asimismo, es más probable que los
gatos que han sido socializados convenientemente medren y menos probable que inflijan daño grave a otro gato en una pelea.
Ejemplo modelo
Bamey era un gato persa macho de 13 meses cuyo dueño, un criador de gatos en dedicación parcial, lo había criado para destinarlo
a la reproducción. Seis meses antes, el dueño había comprado a Fred, un gato macho himalayo de 1 año, también con finalidades
de reproducción. En su casa también había dos hembras persas adultas y una hembra himalaya. Cuando el dueño estaba ausente,
las gatas himalayas eran alojadas en una habitación y las gatas persas en otra. Siempre que el dueño estaba en casa, los gatos
siempre habían jugado y comido juntos. Aproximadamente un mes antes, los dueños habían observado que uno de los gatos
machos había empezado a rociar con orina en algunas de las paredes de la cocina y de la habitación familiar. Los dueños
empezaron a separar a los machos de modo que la mayor parte del tiempo sólo se permitía a uno de los ellos deambular libremente
un determinado tiempo y esto había logrado reducir el rociamiento. Sin embargo, con el tiempo de juego, con los tiempos de
alimentación, con los tiempos de limpieza, y con muchos miembros de la familia y visitantes en la casa, no era práctico tener a
Barney y a Fred separados uno de otro en todo momento. En la actualidad, los gatos habían empezado a pelear siempre que se
veían mutuamente, e incluso el uno siseaba y refunfuñaba al otro «a través» de la puerta cerrada. Bamey acababa de regresar del
veterinario al que le habían enviado para ser tratado de un absceso profundo en la parte lateral de la cara.
Los dueños eran extraordinariamente reacios a castrar a cualquiera de los dos gatos, por lo que fueron revisadas las técnicas de la
exposición y del condicionamiento inverso. Se tenía a los gatos separados excepto durante las horas de comer durante las cuales
eran introducidos enjaulas metálicas de transporte independientes desde las cuales se podían ver mutuamente. Si bien afloraron
algunas manifestaciones agresivas, pronto los gatos comieron en sus jaulas independientes sin incidente alguno, aunque las jaulas
estuviesen una al lado de otra. Después, los dueños intentaron dejar fuera solamente a uno de los gatos durante la comida y sólo
había alguna que otra amenaza (cuando era Fred el que estaba fuera de la jaula). Sin embargo, cuando ambos gatos se dejaban
fuera (se unía un arnés y una correa a cada uno de los gatos para mantener el control y garantizar la seguridad), las amenazas y los
ataques se reanudaban siempre que los gatos llegaban a unos pocos pies uno de otro. Se pudieron usar juguetes, hierba gatera y
alimento para dar ocupación a los gatos sin agresión durante espacios de tiempo muy cortos, pero tan pronto como los gatos se
escudriñaban o se acercaban mutuamente se repetía la agresión. Los dueños decidieron que la solución más práctica para su
vivienda era tener a uno de los gatos castrado. Era probable que Fred fuese el instigador de la agresión y el que más probablemente
rociase. Asimismo, era por el mejor interés económico de los dueños intentar castrar a Fred primero y destinar a Bamey a la
reproducción. Si esto no daba resultado, tendrían a Fred adoptado fuera en otra casa. A la semana de la castración, cesó el
rociamiento y las manifestaciones agresivas entre los dos gatos fueron eliminadas casi totalmente.
Otras formas de agresión
Agresión fisiopatológica
Los trastornos agresivos fisiopatológicos son aquellos que tienen una causa subyacente. Estos estados agresivos pueden aparecer a
cualquier edad, pueden tener un comienzo súbito y es posible que no encajen netamente en las demás clases de la conducta
agresiva ya descritas. En algunos casos, es posible que los problemas médicos solos no causen el problema, pero para que la
agresión sea manifiesta puede ser necesaria una asociación de factores conductuales y de problemas médicos. Por lo que se refiere
al tratamiento eficaz de la agresión fisiopatológica, es necesario estudiar los problemas médicos subyacentes. Este tipo de agresión
responde alguna que otra vez a los fármacos pero con frecuencia se trata incorrectamente mediante las técnicas de la modificación
conductual.
Agresión idiopática
La agresión idiopática es una clase de cajón de sastre de la conducta agresiva que aparece imprevisiblemente Y cuya causa
subyacente se desconoce. El diagnóstico de agresión idiopática, se reserva para aquellos gatos que han sido completamente
estudiados por un asesor competente de la conducta sin que se descubra un estímulo identificable o una motivación para la
agresión. Es probable que la agresión desviada o la agresión por miedo que han sido motivadas por circunstancias que el dueño no
observó, acaben por incluirse en esta clase.
Causa subyacente
Agente infeccioso
Endocrinopatía
Enfermedad neurológica
Estados dolorosos
Otros problemas médicos
TRASTORNOS AGRESIVOS FISIOPATOLÓGICOS FELINOS
Ejemplo
Rabia
Hipertiroidismo
Epilepsia
Enfermedad dental, otitis, artritis, abscesos
Pérdida sensorial, fatiga
Agresión aprendida
En algunos tipos de la agresión felina es posible que exista un componente aprendido. La agresión aprendida puede ser
consecuencia de provocar de modo intencionado y repetidas veces a los gatos para que sean agresivos. En otros casos, el dueño
puede haber condicionado la agresión sin querer. Cuando el dueño intenta tranquilizar a un gato que manifiesta agresión por
miedo, la conducta agresiva resulta reforzada. Por añadidura, los gato s que son amenazados o castigados por manifestaciones
agresivas, pueden aprender a asociar el dolor o el miedo con determinados estímulos y se vuelven aún más agresivos cada vez que
se repiten las situaciones. El tratamiento de elección es la modificación conductual.
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