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Las personas con discapacidad intelectual y los problemas de comportamiento.
El trabajo de 10 años con jovencitos que padecen discapacidad intelectual nos ha llevado
a observar sus comportamientos día a día; a tener una profunda relación emocional con
ellos, misma que nos ha permitido conocer sus reacciones y respuestas a determinadas
situaciones. En general, podemos establecer que nuestros alumnos se comportan como
cualquier joven de su edad sin discapacidad intelectual. Hemos tenido alumnos cuyo
comportamiento personal y social ha sido muy difícil, sin embargo, existen razones para
esos problemas de actitud.
.
“La mayoría de las personas con discapacidad intelectual no presentan más problemas de
conducta que las personas sin tal discapacidad. Por lo general, se trata de una población
muy sociable y con buena capacidad de adaptación. Sin embargo, en muchas ocasiones,
es el contexto en el que se ven inmersos el que no favorece el desarrollo de conductas
apropiadas, y fomenta involuntariamente la puesta en escena de repertorios
desadaptativos que requieren de una intervención profesional especializada para ser
reducidos o eliminados” (1).
Los problemas de comportamiento en personas con discapacidad intelectual se deben a
determinadas características físicas y psicológicas:
1. Las lesiones severas en el sistema nervioso central y su pobre desarrollo.
2. La presencia de otros trastornos asociados a la discapacidad intelectual
(epilepsia, desordenes sensoriales, dificultades motoras, parálisis cerebral y otras
dificultades musculares y neuromusculares).
3. Las limitaciones en habilidades cognitivas disminuyen la probabilidad de que las
personas con discapacidad intelectual puedan superar, en forma adaptativa y
prosocial , las fuentes de provocación o estrés.
4. La incapacidad orgánica y fisiológica para expresarse verbalmente.
Mas allá de estas características físicas y psicológicas, existen otros factores
sumamente importantes que alteran el comportamiento. Estos son los factores
psicosociales. Este grupo incluye factores que contribuyen a una imagen pobre de sí
mismo y que, por otro lado, limitan el repertorio de defensas disponibles. La mayoría
de las personas con discapacidad intelectual, en mayor o menor grado, son
conscientes de sus dificultades, de sus fracasos y del rechazo. Las personas con
discapacidad intelectual se enfrentan a :
a) La etiquetación. Muchas personas con discapacidad intelectual son conscientes
de las experiencias estigmatizadoras que se producen diariamente en sus vidas,
en la sociedad y dentro de la familia. No hay situación más dolorosa e
incomprensible que ésta. Un crecimiento personal y emocional limitado que influye
en el auto conocimiento, así como la presencia de trastornos sensoriales
importantes, lo que motiva una percepción pobre de la realidad y un pensamiento
primitivo( confusión entre realidad/fantasía, dificultades para hacer frente a
la agresión y a la frustración)
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(1) Miguel Angel Verdugo Alonso, Adaptación social y problemas de comportamiento. Retraso
Mental .Editorial Pirámide, 1999.
b) El rechazo social. Este rechazo social, que aún falta mucho por erradicar, pese a
los innumerables esfuerzos que se realizan para sensibilizar a la sociedad, suele
desarrollar sentimientos de soledad importantes. Les falta de lenguaje, en especial
la habilidad para expresar sus necesidades. La falta de capacidad para
comprender el mundo interpersonal que les rodea, los lleva a un
entendimiento muy pobre de las relaciones causa-efecto.
c) La segregación. Las personas con discapacidad intelectual experimentan distintos
grados de segregación por parte de la sociedad. Dicha segregación puede tener
un efecto psicológico grave. La baja autoestima que los lleva a sentirse diferentes
y a tener una imagen de sí mismos de incapaces. La falta de aprobación por parte
de los demás les lleva a incrementar sentimientos de
incompetencia e
inefectividad. El rechazo de sus iguales y las bajas expectativas familiares se
reflejan en una motivación casi nula para despeñar cualquier actividad.
d) La restricción en sus oportunidades.
e) La vulnerabilidad al maltrato.
Naturalmente, todos estos factores contribuyen a que las personas con discapacidad
intelectual desarrollen ciertos desajustes emocionales, que pueden ir desde los más
sencillos hasta los más complicados. Los trastornos emocionales importantes tienen
graves consecuencias negativas, perjudican su calidad de vida y crean grandes
barreras de cara a la integración social, afectando su comportamiento adaptativo e
interfieren directamente en su funcionamiento intelectual. Pero lo más importante, y es
un aspecto que nunca debe olvidarse, es el sufrimiento personal.
Las personas con discapacidad intelectual generalmente tienen dificultades para
procesar la información abstracta: si no se sienten comprendidos , capaces de
expresar sus emociones y apoyados en los momentos de estrés, pueden sentirse
tristes, ser introvertidos y pueden sucumbir rápidamente en estados de depresión.
También cuando su apariencia hace que el resto de la gente no les identifique como
una persona con capacidades diferentes, puede llevarles, tanto a ellos como a las
personas que les quieren, a expectativas no realistas y a mayores fracasos
interpersonales. En muchas ocasiones tienen serias dificultades para la
aceptación social de sus “diferencias”, que los lleva a un conflicto existencial
realmente problemático.
¿Un problema de comportamiento o una reacción propia de la edad?
Los padres de familia expresan sus inquietudes a lo que llaman un problema de
comportamiento en sus hijos con capacidades diferentes, estos problemas son:
rebeldía a la autoridad, depresión, tristeza, obsesión, desobediencia, desorden,
apatía,
falta de comunicación, intolerancia, malos hábitos, flojera, etc.
Analizando el comportamiento de jóvenes adolescentes entre los 11 y 20 años,
comparándolos con los comportamientos de nuestros alumnos, encontramos que no
existen diferencias importantes. Ambos grupos manifiestan las mismas conductas en
determinadas etapas; sin embargo, la manifestación de estos comportamientos en
nuestros alumnos se presentan en edades más tardías y además se prolongan por
más tiempo. También varía un poco la intensidad de estas conductas, aunque
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también los adolescentes sin capacidades diferentes suelen ser muy intensos y
extremosos.
Estos comportamientos son propios de la edad, del desarrollo emocional y son
adaptativos del ser humano. Somos por naturaleza contradictorios. Estas conductas
responden al ambiente familiar, a las reglas que se establecen en cada familia, a las
rutinas y a la tolerancia, a la forma en como educamos a nuestros hijos; si les
enseñamos a ser responsables al desempeñar determinadas actividades. Son
factores claves para que nuestros alumnos se comporten de una u otra forma.
No debemos confundir adolescencia con capacidades diferentes, o sea, lo que es
verdaderamente un problema de comportamiento o una reacción propia de la edad.
No nos dejemos llevar por un sentimiento de sobre protección que nos impida ser
objetivos o darnos cuenta de que no nos atrevemos a establecer reglas y no les
exigimos como a cualquier adolescente de su edad.
¿Realmente se puede modificar la conducta? La literatura y el contexto social en el
que nos movemos normalmente está lleno de refranes populares del tipo <genio y
figura hasta la sepultura>, <es así y siempre será así>, <y vuelta la burra al trigo>.
Pero la modificación de la conducta descansa sobre los principios de la psicología del
aprendizaje, según la cual todas la conductas se aprenden y pueden ser modificadas.
Hemos clasificado los “problemas de conducta” que presentan los alumnos de Cepaj,
tanto en casa como en la escuela, para establecer qué tipo de comportamiento
manifiesta y de qué manera mejorarlo:
En casa ( información reportada por los padres)
Comportamiento Auto cuidado
No se lava los
dientes
Desordenado
X
Responsabilidad Reglas
familiares
X
X
No
X
X
No
X
No
X
No
X
No
X
X
No
X
x
No
X
No
X
No
X
No
No obedece
No quiere hacer
la tarea
Usa mucho el
teléfono
Toda la tarde
frente a la t.v.
Se la pasa toda
la tarde sin hacer
nada
Falta de respeto
a los cosas de
los demás
Es muy grosero
Pelea con
hermanos
los
Problema
conducta
X
de
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En Cepaj (Observado por los maestros)
Comportamiento Propio
edad
de
la De
responsabilidad
Implícito a la Problema
discapacidad
conducta
Cierta rebeldía a
las reglas
Fantasía excesiva
X
Se sienten tristes
X
No
Pelean entre ellos
X
No
Demasiado
sociables
No cumplen con
sus
responsabilidades
No
X
X
X
Obsesivos
de
No
No
No
X
No
Los “problemas de conducta” en casa no son propiamente problemas de conducta. Todos
tienen que ver con la dinámica familiar, con los roles de cada miembro y con la
participación exigida de cada persona dentro de esa familia. Estos comportamientos se
establecen de manera natural dentro de los esquemas familiares, enseñándolos o a
través del ejemplo. Hablamos de adolescentes de 12 años en adelante que no se lavan
los dientes, que no se quieren bañar, que no arreglan sus cosas, etc. Estas son conductas
que se aprenden desde edades más tempranas y generalmente los padres no se quejan
de sus otros hijos. Los problemas surgen porque el manejo ha sido diferente, ha sido un
manejo demasiado relajado y sobreprotector. Vale la pena reflexionar un poco, ya que
estos comportamientos pueden volverse realmente un problema muy grave, que va a
obstaculizar todo intento de autonomía personal básica.
Evidentemente queremos para nuestros hijos lo mejor, pero a partir del reconocimiento
de que todos los seres humanos somos diferentes por naturaleza, que unos tenemos
habilidades para realizar determinadas actividades y que a otros se nos dificultan otras.
Esas diferencias nos enseñan a tolerar, a compartir y nos enriquecen. Paradójicamente,
vivimos en una sociedad en donde las diferencias son sinónimo de discriminación. No
olvidemos que la discapacidad no es un límite,¡ es un reto¡ Entonces no hagamos
diferencias en el trato hacia nuestros hijos. A cada uno lo que le corresponde. Enseñen,
exijan, corrijan, estimulen.
Ma. Gabriela Vargas García.
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