Síndrome de la Boca Urente Autor: Gustavo Piccirilli Tutor: Dr. Jorge Gregoris Introducción…………………………………………………………………........ 2 Epidemiología…………………………………………………………………..... 3 Clasificación……………………………………………………………………… 4 Anatomía y fisiología………………………................................................... 5 Etiopatogenia…………………………………………………………………….. 9 Clínica……………………………………………………………………………… 16 Exámenes complementarios………………………………………………….. 18 Tratamiento……………………………………………………………………… 21 Algoritmo de actuación………………………………………………………… 29 Conclusiones…………………………………………………………………….. 30 Referencias Bibliográficas…………………………………………………….. 31 1 Introducción. La mucosa bucal se relaciona estructural y embriológicamente con la piel, este tejido se extiende desde el borde bermellón de los labios hasta el borde posterior de la orofaringe, cumple funciones importantes, como proteger al huésped, permitir una retroalimentación sensitiva orofacial hacia los centros cerebrales, facilitar la masticación, la deglución y los procesos quimiosensitivos.1,2 Las alteraciones en esta mucosa pueden contribuir a numerosas complicaciones locales y sistémicas, generando además consecuencias que afectan en grado significativo la calidad de vida del paciente. Entre las afecciones estomatológicas se encuentra el Síndrome de la boca urente (SBU), el cual se manifiesta como la sensación de ardor, dolor o escozor de curso crónico, en la lengua o en otras regiones de la mucosa oral, en ausencia de hallazgos clínicos o de laboratorio que justifiquen esta entidad.3,4 Otros términos utilizado para describirlo son orodinia, glosodinia, estomatodinia o estomatopirosis y disestesia oral. Esta afección se encuadra dentro de los trastornos sensitivos (o sensoriales) cutáneos, término introducido por Koo5,6 para referirse a situaciones en las cuales el paciente se presenta solamente con alteraciones de las sensaciones cutáneas como también la vulvodinia, coccidinia (ano), pies ardientes, disestesia del cuero cabelludo o síndrome del cuero cabelludo rojo y notalgia parestésica. La multiplicidad de factores que se relacionan con esta entidad nosológica y que, de una u otra forma, intervienen en la aparición de la sintomatología que lo caracteriza, ha hecho que actualmente este tema sea muy estudiado en el área de la estomatología, es por ello que durante el desarrollo de este tema, se realizará una revisión de las distintas literaturas, tanto nacionales como extranjeras, para poder de esta manera actualizar los múltiples ítems controversiales que presenta la temática a tratar. 2 Epidemiología. Prevalencia: teniendo en cuenta la dificultad que se presenta a la hora de realizar un diagnóstico certero de esta afección, debido a la falta de criterios definitivos, existen variaciones en los reportes estadísticos encontrados en la literatura. Esto ocurre principalmente a la hora de diferenciar, entre el síntoma de boca urente que puede estar afectando al paciente en el contexto de una patología, y el síndrome propiamente dicho, el cual como ya se explico, no se acompaña de causas evidenciables al momento del diagnóstico.3,5,7 Por lo tanto no existen registros fidedignos en cuanto a su prevalencia, presentando variaciones que oscilan entre 0,7 y el 4,6 %.3,8,9 Existen publicaciones que indican prevalencias de hasta el 15 %, pero estas se basan en encuestas realizadas a los pacientes, sin constatar posteriormente mediante un examen físico, si existía una real causa acompañando el síntoma.10,11 En el estudio randomizado realizado por Bergdahl y Bergdahl, llevado a cabo en Suecia, se entrevistaron 1427 sujetos, a los cuales posteriormente se les realizó un examen minucioso de la cavidad bucal, con el fin de diferenciar los casos reales de SBU. En el mismo, el total de pacientes afectados tras la inspección fue de 3,7 %.9 Edad: su máxima presentación se observa entre los 55 y 60 años. Es infrecuente su aparición en menores de 30 años, pero a partir de dicha edad comienza su incremento hasta llegar al pico descripto previamente. No se han reportado casos en niños y adolescentes.3,4 Sexo: es una característica de esta afección la mayor prevalencia en sexo femenino, con una relación variable, que oscila entre 3:1 y 9:1, según las distintas bibliografías revisadas.5, 9,12 En concreto, se debe destacar que esta es una patología que afecta, en su gran mayoría, a mujeres postmenopáusicas. En el siguiente gráfico, a manera de resumen, podemos dilucidar la distribución por edades y sexo obtenidas como resultado del estudio randomizado realizado por Bergdahl y Bergdahl 10 3 Grafico 1: distribución de SBU según sexo y edad. Clasificación. En primer término debemos diferenciar la sensación de boca urente, la cual se presenta secundariamente a otras entidades que afectan la mucosa oral, ya sea en forma local o sistémica; del verdadero síndrome de boca urente, afección que puede clasificarse en tres subtipos. Esta división, se basa principalmente en las variaciones de los síntomas a lo largo del día. De esta manera, se pueden subdividir en:13-18 - tipo I, se caracteriza por desarrollar la sensación de ardor todos los días, en forma progresiva, por lo que el paciente amanece sin molestias y se incrementa su sintomatología a lo largo de la jornada, para ser más notoria al final del día. Tiene una frecuencia del 35 %; - tipo II, aquí los síntomas están presentes todos los días, con la misma intensidad, y evidenciándose en el 55 % de los pacientes; - tipo III, su presentación es intermitente, cursando ciertos días con síntomas y en otros, asintomático. En esta variedad el paciente refiere 4 que la dolencia afecta sitios inusuales de la cavidad oral, como el piso de la boca, o la orofaringe. Se encuentra en el 10 % de los casos. Los pacientes que desarrollan el subtipo II se caracterizan por presentar factores psicológicos como agravantes del cuadro, especialmente los que padecen una personalidad ansiosa. A su vez, son más refractarios a las terapias habituales. En el subtipo III se evidenció una relación con alergias alimentarias, y sensibilidad a distintos aditivos y conservantes nutricionales.19,20 Es interesante observar que esta clasificación fue realizada y publicada en el año 1971 y aún continúa en vigencia, sin haber sufrido modificaciones a lo largo de estos años, a pesar de las grandes controversias que presenta esta entidad nosológica. En la tabla siguiente se expresa en forma acotada la categorización realizada, en ese entonces, por Schoenberg y col.17 Clasificación del Síndrome de Boca Urente Tipo Frecuencia (%) Presentación clínica Todos los días, aumentando I 35 su intensidad durante la jornada, para llegar al máximo a la noche II Con la misma intensidad 55 durante todo el día, todos los días Es intermitente, con días de III 10 exacerbación y otros asintomáticos. Afecta áreas inusuales de la cavidad oral. Tabla 1: clasificación de SBU en diferentes subtipos Anatomía y fisiología de la cavidad bucal.21,22 5 Teniendo en cuenta que en la actualidad las investigaciones acerca de la fisiopatotología del SBU, indican una posible causa neuropática, se describirá principalmente la inervación del aparato estomatognático. La boca es el primer segmento del tubo digestivo. Se divide por las arcadas gingivodentarias en cavidad bucal propiamente dicha y vestíbulo. El vestíbulo es el espacio anterolateral delimitado entre la mucosa de labios y mejillas y la superficie externa de encías y dientes. La mucosa se refleja desde las mejillas y labios sobre las arcadas alveolares formando los surcos vestibulares superior e inferior. En la pared externa del vestíbulo, a la altura del segundo molar se encuentra el orificio de salida del conducto de Stenon o Stensen. La mandíbula está revestida, alrededor de los bordes alveolares, por una mucosa adherente, densa y resistente, la encía. La cavidad bucal propiamente dicha presenta hacia delante las arcadas gingivodentarias, hacia arriba la bóveda palatina y hacia abajo el piso, en el asienta la lengua. Hacia atrás se comunica con la faringe por el istmo de las fauces, formado por el velo del paladar, los pilares anteriores del velo y la base de la lengua. El piso de la boca se divide en dos partes, la lengua y el surco alveololingual (localizado entre la lengua y arcada dentaria inferior). La lengua presenta una cara dorsal o superior, bordes, punta o vértice y cara inferior, que en su mayor parte son libres, y se sujeta por su base o raíz al hueso hioides y mandíbula, por medio de los músculos que la forman. La superficie dorsal y de los bordes está recubierta por una gruesa membrana mucosa color rosado, muy adherida a la masa muscular subyacente. Su tonalidad está dada por la presencia de numerosas papilas linguales, que pueden variar según su forma en fungiformes o filiformes. Adquiere una tonalidad blanquecina en la base y parte posterior de la línea media, debido a la descamación del epitelio y transformaciones de linfocitos. Presenta en su tercio posterior la “V” lingual; así llamada por la disposición que adoptan las papilas caliciformes o circunvaladas. Por delante de la “V” se observa un surco medio que llega hasta el vértice. Su musculatura está conformada por diecisiete músculos, los cuales nacen de los huesos vecinos, de la propia lengua o de la musculatura faringea. En cuanto a los musculos que intervienen en la masticación, podemos destacar el masetero, temporal, el pterigoideo externo y el pterigoideo interno. Todos ellos intervienen junto con la musculatura lingual en múltiples movimientos que 6 pueden desencadenar ardor, cuando se realizan repetitivamente, en forma inconciente. La irrigación llega a través de dos troncos principales: las arterias lingual y facial, ambas colaterales de la carótida externa. Desde ellas nacen las ramas que distribuyen el flujo hacia toda la boca de la siguiente manera: - Velo del paladar: irrigación por medio de la palatina superior (rama de la maxilar interna), de la palatina inferior (rama de la facial) y de la faringea inferior (rama de la carótida externa). - La bóveda palatina recibe arterias de la palatina superior, que se divide en un ramo anterior y otro posterior. - Los labios reciben arterias procedentes de las coronarias y otras ramas de la facial principalmente. - A la lengua llega flujo sanguíneo por la lingual, cuya rama dorsal irriga la parte posterior de la mucosa, en tanto que la ranina y la sublingual riegan la parte anterior. También la masa muscular recibe ramas arteriales de la palatina inferior y la faringea inferior. La circulación venosa desemboca principalmente en la yugular interna, siguiendo en la mayoría de los casos los troncos arteriales. La linfa desemboca en los grupos ganglionares submaxilar, facial y submentoniano para terminar luego en la cadena yugular interna. En cuanto a la función sensorial, tiene la capacidad de discriminar dolor, temperatura, propiocepción, tacto, vibración, y el gusto. La inervación eferente se distribuye en los músculos que intervienen en la masticación y movimientos de la lengua, llevando también fibras autonómicas. La inervación somatosensorial es provista por las ramas maxilar superior (2º rama del V par) y maxilar inferior (3º rama del V par) del nervio trigémino y por el nervio glosofaríngeo (IX). La 2 º rama del V par inerva: Paladar duro y blando Mucosa del vestíbulo superior Labio superior Dientes localizados en maxilar superior 7 Ligamentos periodontales maxilar superior Encía del maxilar superior La 3º rama del V par proporciona los siguientes: Mucosa bucal Dos tercios anteriores de la lengua (rama lingual) Dientes mandibulares Ligamentos periodontales de mandíbula Encía mandibular Región anterior del vestíbulo mandibular Labio inferior El nervio glosofaríngeo inerva: Tercio posterior de la lengua Pared posterior de la faringe La inervación de los dos tercios anteriores de la lengua está dada por la rama lingual del nervio maxilar inferior (V3). La misma posee fibras superficiales y profundas, que tienen pequeños receptores con nivel de umbral bajo, creando un campo sensorial altamente sensible. El dolor y la temperatura en la boca se perciben por terminaciones nerviosas simples y por fibras más organizadas como las amielínicas. La inervación sensitiva de los ligamentos periodontales proporciona información propioceptiva sobre la presión sobre los dientes y estereognosis oral, así como la apertura de la mandíbula y los reflejos salivación. En general, las regiones media y anterior de la cavidad oral tienden a ser más sensible que la cara posterior y lateral, al tacto discriminatorio y a las temperaturas delicadas. Las bajas temperaturas se perciben de manera más uniforme en toda la boca. Descripción del V par El nervio trigémino entra por la protuberancia al tronco del encéfalo y se bifurca en el núcleo sensitivo principal. Allí, los diferentes tipos de fibras del nervio trigémino siguen cursos diferentes: las táctiles discriminativas hacen sinapsis en el núcleo sensitivo principal, cruzan la línea media, y ascienden al núcleo medial ventroposterior del tálamo. 8 Las aferentes propioceptivas de V3 de músculos de la masticación (masetero, temporal, pterigoideos medial y lateral) pasan por el núcleo sensitivo principal. Sus cuerpos celulares se encuentran en el núcleo mesencefálico superior perteneciente al núcleo sensitivo principal, y hacen sinapsis en el núcleo motor medial. Las nociceptivas (dolor y temperatura) pasan a través del núcleo sensitivo principal y hacen sinapsis en el núcleo espinal del trigémino. El núcleo espinal contiene 3 subnúcleos: oral, interpolar, caudal. En general, las fibras del dolor hacen sinapsis en el subnúcleo caudal antes de cruzar y ascender al tracto espinotalámico. Saliva: es el producto de la secreción de los grupos de glandulares mayores y menores, situadas en la cavidad bucal. Las mayores son: glándulas parótidas, submaxilares, sublinguales, y las menores que se distribuyen principalmente en la mucosa del labio. La composición de la saliva es parecida a la del plasma, con menor concentración de Na+ y Cl-, y mayor de K+ y HCO3- Contiene además importantes proteínas como amilasa, mucina, lisozimas, lipasa, lactoferrina, inmunoglobulinas (IgA principalmente). Todas ellas intervienen en las distintas funciones que cumple la saliva, otorgándole a la misma la viscosidad y participando también, en el sistema de defensas y en los procesos digestivos. El flujo y calidad de la saliva varían según los requerimientos diarios, es por ello que en condiciones basales se secretan 0,2-0,5 ml/min de saliva de contenido mayormente mucoso, aumentando hasta 6-7 ml/min durante la alimentación y disminuyendo considerablemente durante el sueño. Todos estos cambios se encuentran influenciados por numerosos estímulos, siendo el más importante de ellos, el sistema nervioso autónomo.1,5 Etiopatogenia. Aquí debemos aclarar, que la etiología de SBU aún no está bien establecida. En distintas revisiones del tema se enumeran diferentes causas, y las agrupan en tres categorías, como locales, sistémicos y psicógenos. Pero estos factores mencionados no serían causales del 9 verdadero SBU, sino que actuarían como posibles desencadenantes de episodios de sensación urente, ya que el SBU no presenta hasta el momento una etiología definida, como explicamos al comienzo de este texto. De todos modos diferenciar y enumerar los distintos factores desencadenantes es de utilidad para el reconocimiento de los mismos, y así separarlos de los casos primarios de SBU.23 Por lo tanto en este segmento se detallarán los factores generadores de sensación urente, coma también las posibles etiologías del SBU primario. Factores identificados como causas de sensación urente. 1- Locales. Xerostomía: es uno de los factores más comunes de evidenciar a la hora de investigar posibles etiologías de esta afección. La prevalencia en los pacientes con sensación urente y boca seca varía según los distintos estudios, desde un 34%13 hasta un 60%.9,15 Esta frecuencia podría estar relacionada con una disminución, tanto en la cantidad, como en la calidad de producción de la saliva, que se pudo constatar principalmente en pacientes mayores. 24 Si tenemos en cuenta la edad de aparición del SBU, un cierto grado de xerostomía es esperable en esa población, pero los pacientes con SBU tienen una sensación subjetiva de sequedad de boca, que no siempre se corresponde con una reducción del volumen salival y su flujo25, como demuestran la mayoría de los estudios realizados en los que la cantidad de saliva es normal, en relación con el grupo control, a pesar de la sensación de xerostomía.26,27Lo que sí parece estar modificada es la composición de la saliva. En estudios realizados en pacientes con SBU, xerostomía y/o disgeusia se comprueban alteraciones en la composición de la saliva similares en los tres grupos, pero significativamente diferentes respecto del grupo control, además se constató un aumento de la concentración de sodio, lisozima, proteínas totales, IgA, IgG, IgM y albúmina, sobre todo de las tres últimas. Estas alteraciones no se asociaron a una disminución significativa de la cantidad de saliva, incluso en el grupo de pacientes que sólo presentaba sensación de boca seca;25,27,28 pero sí a los trastornos del gusto de estos pacientes respecto del grupo control, que 10 según Nagler y col, estaría relacionado a un mecanismo neuropático local.25 Por otra parte, una gran cantidad de sujetos de este grupo poblacional se encuentra en tratamiento con múltiples fármacos, muchos de ellos xerostomizantes, lo cual a su vez predispone el desarrollo de sensación urente. Entre los fármacos que con mayor frecuencia generan sequedad de la mucosa bucal se encuentran hipotensores, principalmente inhibidores de enzima convertidora de angiotensina y betabloqueantes, también diuréticos, ansiolíticos, aspirina.24,29 Entonces, teniendo en cuenta la alta prevalencia de pacientes con xerostomía y sensación urente, debemos realizar estudios dirigidos hacia la identificación de la sequedad de la mucosa bucal, los cuales se detallarán mas adelante. Infecciones de la cavidad oral: la cándida es el patógeno que más se ha relacionado con la sensación urente en boca. Se lo identifica principalmente en pacientes ancianos, inmunodeficientes, o los que recibieron tratamientos con antibióticos en forma prolongada.18 Aunque también se evidencian especies de esta levadura en pacientes sanos. Teniendo en cuenta que la prevalencia de esta infección es alta, se hace difícil poder asignarle el papel específico como agente causal de la afección en cuestión.30,31 El estudio prospectivo, realizado por Lamey y Lamb sobre un total de 150 pacientes, demostró que sólo el 5% de los mismos mejoró su sintomatología tras erradicar la cándida.19 Otras infecciones también fueron descriptas como generadoras de ardor en boca, entre ellas enterobacterias, klebsiellas, espiroquetas y helicobacter pylori.23,32 Hábitos Parafuncionales: son movimientos realizados repetitivamente y en forma inconciente, pueden ser muy variados y entre ellos se destacan bruxismo, empuje lingual sobre la dentadura, mordisqueo o succión de mucosas yugal y labios.23 En consecuencia, la constante agresión que sufre la mucosa genera microtraumatismos capaces de desencadenar ardor. Esta serie frecuentemente en de movimientos individuos con estereotipados una gran carga se observa emocional, especialmente en estados de ansiedad, por lo que discernir entre los 11 movimientos parafuncionales y el aspecto psicológico como la real causa de la sensación urente, se convierte en un verdadero desafío.33,34 Defectos en prótesis dentales: existen regiones a nivel de las encías que son sometidas a traumatismos por un mal diseño de prótesis, generando ardor por pequeñas erosiones que pueden desarrollarse en el reborde gingival. De todas maneras la corrección de estos defectos no mostraron mejoría de la sensación urente en gran parte de los pacientes. 19 Reacciones alérgicas: generalmente producidas por sustancias utilizadas en odontología y otras que se encuentran presentes en alimentos, principalmente conservantes. Como se explicó con anterioridad, las alergias se relacionan con el subtipo III de la clasificación de SBU. Los elementos más estudiados al respecto son el polimetilmetacrilato, resina epoxi, cromo, cobalto, mercurio, níquel, oro, potasio y otros materiales relacionados con productos dentales. En los alimentos se destacan productos como el ácido sórbico, propilenglicol.35,36 Se pueden identificar mediante test del parche. Galvanismo: esto se genera al desarrollarse diferencias de potencial electroquímico entre metales diferentes como amalgamas y prótesis de metal, aunque es infrecuente, ha sido reportada en la literatura.37 2- Sistémicos. Aquí es donde el síntoma urente adquiere relevancia, ya que puede representar la punta del iceberg de patología clínicas que requieran pronta resolución para evitar complicaciones mayores. Déficit nutricional: esto se manifiesta principalmente porque la mucosa bucal es un tegumento que se encuentra en continua renovación celular, por lo que se ve afectada precozmente ante la existencia de enfermedades carenciales. Los déficits que podemos encontrar en estos sujetos son: ferropenia, anemia perniciosa, disminución de acido fólico, zinc, y vitaminas del complejo B y C.19,23 La corrección de los niveles deficitarios de estos elementos en el organismo, no siempre se acompañan de mejoría sintomática a nivel de la mucosa bucal. Son contradictorios los resultados de los estudios en este ítem, uno informó que la desaparición del ardor, fue del 30 %, en los pacientes que 12 corrigieron los valores de vitaminas del complejo B.19 Otro demostró que el tratamiento específico del déficit, no fue más efectivo que el placebo en cuanto a mejorar sensación urente.38 Endocrinopatías: dentro de ellas se destacan la diabetes mellitus, tiroideopatías y déficits hormonales, estos últimos evidenciables durante el climaterio y postmenopausia. Las consultas por afectación de la mucosa bucal en pacientes diabéticos es frecuente, inclusive en un grupo importante de ellos, se arribó al diagnóstico de diabetes luego de la consulta por ardor en la mucosa bucal.19,39 Es necesario, por lo tanto, incluir un análisis de glucemia en pacientes que acuden al consultorio por sensación urente sin una causa evidente. Los mecanismos que parecen relacionarse con la sensación de ardor en estos individuos serían: la neuropatía diabética, angiopatía y alteraciones metabólicas de la mucosa bucal.4 En cuanto a las modificaciones secundarias a los cambios hormonales presentes durante el período perimenopáusico, se evidenció la presencia de atrofia en mucosas oral y vaginal relacionada a la disminución de los niveles de estrógenos en sangre. 40 Se reportaron varios estudios en los cuales se observó una reducción considerable de los síntomas bucales luego de iniciada la terapia de reemplazo con estrógenos.40,41 Autoinmunes: puede presentarse en el síndrome de Sjögren, el cual se acompaña de xerostomía y en oportunidades ardor, también esta descripta en pacientes con lupus eritematoso sistémico.42 Otra asociación muy estudiada en los últimos años es con la fibromialgia. El estudio realizado por Rhodus y col. sobre un total de 67 mujeres, demostró la presencia de sensación urente en un 32,8% de las mismas. 43 Medicamentos: son múltiples los fármacos capaces de originar sensación urente, pero la mayor asociación se observa con el uso de inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, entre ellos el captopril, enalapril y lisinopril.44,45 En el mismo estudio realizado por Savino y col. se pudo observar que no mejoraron los síntomas luego de reducir o suspender estos principios activos.45 Otras drogas descriptas como desencadenantes fueron efavirenz46, clonazepan47 y 13 antidepresivos como la fluoxetina, sertralina y venlafaxina48, la cuales son muy utilizadas en este grupo de pacientes. Afecciones del sistema nervioso: entre ellas se enumeran la esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson y neuralgia del trigémino. 23 3- Psicológicos. Son múltiples los trabajos que describen la presencia de estos factores en los pacientes con sensación urente. La asociación varía entre 19 % y 85 % según lo analizado en diferentes series.4 Sin embargo existe una notable coincidencia en la mayoría de las revisiones a la hora de identificar cuales son los desórdenes psicológicos más frecuentes. Entre ellos se encuentran la ansiedad, depresión, trastornos de la personalidad y oncofobia. 20,49 La alta prevalencia de estas entidades nosológicas también pueden observarse en pacientes portadores de sensaciones que se cronifican en el tiempo, como son los dolores crónicos, no pudiendo identificarse si la causa primaria de los síntomas psicológicos es la afección sensitiva crónica o viceversa. 50,51 Es por todo esto que hasta el día de hoy, es continuo el estudio de esta relación para poder identificar si realmente los desórdenes psicológicos son factores que favorecen la sensación urente en boca, o si la cronicidad de los síntomas en dicha mucosa, terminan por exacerbar trastornos psicológicos previamente ocultos. En los últimos años, se desarrollaron un gran número de trabajos con el fin de obtener una respuesta a la etiología del SBU esencial. Se estudiaron pacientes, que no presentaban ninguno de los factores descriptos con anterioridad para dilucidar el origen de la sensación urente primaria. Cabe aclarar que hasta el momento ninguna de las hipótesis está aceptada en forma unánime, pero a continuación se describirán las distintas teorías planteadas por los investigadores, para poder entender hacia donde está focalizado el estudio actual de esta afección. Aspecto Neurológico: si tenemos en cuenta que el tejido de la cavidad oral se encuentra ricamente inervado por terminales termosensitivas, nociceptivas, termorreceptoras, quimioreceptoras, las cuales están encargadas de proveer una amplia información sensorial de toda su superficie, se deduce que un 14 desequilibrio en este sistema tan complejo generaría una posible causa del SBU. Basados en esta idea, son múltiples los estudios realizados con el fin de demostrarlo, entre ellos: -Granot y Nagler informaron la disminución de la sensación térmica expresada como elevación del umbral para el calor y el frío, así como bajas puntuaciones para los estímulos dolorosos tónicos en la boca, de forma similar a la que se observa en zonas de piel con poli o mononeuropatías52. -Se demostró una disminución de la tolerancia al dolor por calor en la punta de la lengua en el 85% de pacientes con SBU, lo que sugiere alteraciones sensoriales periféricas.53 -El estudio de Forssell y col. detectó anomalías en el parpadeo reflejo en pacientes con SBU que posiblemente representan una neuropatía subclínica del trigémino, así como alteraciones en el umbral sensorial indicativas de disfunción de fibras nerviosas pequeñas.54 -Lauria y col. demostraron una menor densidad de las fibras nerviosas epiteliales y subpapilares en biopsias de la lengua de pacientes con SBU respecto a los controles, mediante estudios de inmunohistoquímica y microscopía confocal. Estos cambios reflejan degeneración axonal, por lo que los autores concluyen que el SBU está causado por una neuropatía sensorial de las pequeñas fibras del trigémino.55 Hasta el momento no se obtuvieron datos concluyentes. Esto es debido a que la mayoría de los trabajos realizados incluyeron un escaso número de sujetos, con lo cual se dificulta la extrapolación de sus resultados a la población general. Por otra parte los mecanismos propuestos como causas neuropáticas varían en las distintas publicaciones, por lo tanto, a pesar de que son muchos los que postulan trastornos neurológicos, la falta de coincidencias en la etiopatogenia, no permite reafirmar esta hipótesis. Aspecto hormonal: hay comunicaciones acerca de la actividad de protección y regeneración de las hormonas esteroideas sobre los tejidos neurales, tanto a nivel periférico como así también, en el sistema central. Estudios en animales y también in vitro han podido demostrar la influencia de los progestágenos y testosterona sobre las fibras nerviosas, impidiendo la degeneración de las mismas.56,57 15 Teniendo en cuenta que estas hormonas son producidas en las gónadas y en el las glándulas adrenales, modificaciones en el funcionamiento de estos órganos, generarían cambios que afectarían en forma secundaria el funcionamiento del tejido neuronal. Por lo tanto, analizando de que manera se puede dar este descenso en la producción de dichas hormonas, se observó que pueden ser varios los mecanismos involucrados. Woda y col58 explican en su trabajo, los factores que afectarían la secreción glandular. Como ya se describió previamente, este síndrome afecta principalmente a mujeres en periodo postmenopáusico, en las que existe una disminución fisiológica en la producción de hormonas sexuales. Por otra parte, afecciones psicológicas como ansiedad o depresión inducirían una alteración a nivel del eje hipotálamohipofisario-adrenal, con el consecuente decremento de los niveles de hormonas esteroideas. En conclusión, en mujeres postmenopáusicas, que se encuentran atravesando alguna circunstancia capaz de desencadenar ansiedad o depresión, los niveles hormonales estarían disminuidos, ya que tanto las gónadas como las glándulas suprarrenales, no funcionarían adecuadamente. Aspecto autoinmune: las publicaciones revisadas basaron sus investigaciones en detectar el incremento de niveles de citoquinas en saliva y en sangre como prueba de un posible origen inflamatorio. Hasta la fecha existen contradicciones en este ítem, esto se debe a que en algunos casos los resultados no son estadísticamente significativos, otros sugieren elevación de niveles de citoquinas (especialmente IL 2 e IL 6) en sangre y saliva y un tercer grupo sugiere un descenso de estas interleuquinas.59,60,61,62 De todas maneras esta teoría aun continúa en estudio con el objetivo de categorizar a la SBU dentro de las patologías de origen autoinmunes. Sigue siendo motivo de estudio el origen del SBU, pero la hipótesis que adquiere cada vez más relevancia es la que relaciona la afección con alteraciones neurológicas, las cuales estarían desencadenadas por diferentes vías, que aún no están del todo definidas. Clínica. Las manifestaciones clínicas son variables, esto se genera a partir de que el paciente consulta por síntomas, sin acompañarse de signos evidentes, 16 otorgándole a esta entidad un notable carácter subjetivo. Los individuos suelen tener dificultad para definir el tipo de sensación que experimentan, pero sí pueden referir en forma muy precisa, la gran intensidad con la que se presenta el malestar. La personalidad del paciente influye en el relato de los síntomas, que se presentan con matices muy personales. Con frecuencia los pacientes presentan signos que sólo son visibles por ellos mismos, como erosiones o eritema imperceptibles. La gran mayoría coincide respecto a la persistencia que presenta esta afección, así como también la concomitancia con las sensaciones de boca seca y de cuerpo extraño.5 Según la Asociación para Estudio del Dolor de EE.UU. los síntomas deben presentarse por lo menos durante 4 a 6 meses sin detectarse en ese lapso, alteraciones en el examen físico ni en el laboratorio.63 Durante el interrogatorio dedican mucho tiempo a quejarse de la repercusión que genera sobre su vida. Es por ello, que en los últimos años, surgieron publicaciones destinadas a demostrar la utilidad de los cuestionarios confeccionados con el fin de objetivar la afectación en la calidad de vida que produce este síndrome, obteniendo así rangos numéricos asignados de acuerdo a los síntomas referidos por el paciente.64 Dentro de ellos, los más utilizados son el 14–item Oral Health Impact Profile (OHIP-14) y el 12-item Short Form of Medical Outcome Study (SF-12), los cuales están constituidos para evaluar el malestar y discapacidad que generan las patologías de la mucosa oral específicamente, utilizando como variables la frecuencia con la que se presentan las diferentes sensaciones y obteniendo de esta manera un puntaje final. Mientras mayor es el resultado, peor es la calidad de vida del paciente en relación a su afección. 65,66 Podemos encontrar una gran variedad de síntomas entre los diferentes pacientes, pero la mayoría coinciden en padecer la sensación dolorosa o urente, sequedad de boca y sensación de cuerpo extraño. El ardor afecta los dos tercios distales de la lengua, sobre todo en los laterales y la punta, pero también puede notarse en la mucosa labial, yugal y en el paladar duro. Es de comienzo espontáneo en más de la mitad de los pacientes, y un tercio de los mismos, lo relaciona con alguna manipulación dental, enfermedad reciente, medicación o con algún hecho estresante personal (generalmente pérdida de un familiar cercano). Una vez iniciado, el dolor 17 persiste en forma continua o por crisis.5,67 Las distintas variantes en las que puede presentarse el malestar fue descripta previamente al describir los tres subtipos del síndrome. La sensación subjetiva de sequedad de boca no siempre se corresponde con una reducción del volumen salival y su flujo. Es importante objetivar durante el examen la xerostomía referida por el paciente, la cual se diagnosticará definitivamente con la realización los estudios complementarios pertinentes. Frecuentemente sienten asperezas en la mucosa de la lengua o relatan como si tuvieran arenilla, pasta o hilos.5 La disgeusia, que aumenta o disminuye al ingerir alimentos, es muy frecuente. Se trata de alteraciones en la percepción de la intensidad de los sabores normales de los alimentos y en otros es un sabor extraño persistente en la boca, con frecuencia salado, amargo, metálico o agrio. Suele acompañar a la sensación de xerostomía. Predomina generalmente al inicio, pero es de los primeros que mejoran tras el comienzo del tratamiento. Además como ya se describió previamente, es importante identificar estados de depresión o de ansiedad, los cuales son frecuentes y pueden contribuir a la persistencia de los síntomas.5 En el examen físico hay que descartar en primer término posibles causas como eritema, erosiones, lengua depapilada, alteraciones típicas de liquen plano, lengua fisurada, geográfica, cuya presencia invalidaría el diagnóstico de SBU.3,5 La presencia de una zona lisa y brillante en la parte anterior de la lengua pone de manifiesto el hábito constante de fricción y rascado con los dientes.68 Es importante también identificar alteraciones odontológicas, capaces de generar lesiones en la mucosa y en consecuencia el comienzo de ardor o dolor. La gran subjetividad que acompaña a esta patología, retrasa su diagnóstico en gran parte de los casos, quizás por eso son pacientes que consumen muchos recursos sanitarios, ya que realizan múltiples consultas con distintos especialistas e innumerables exámenes complementarios con el fin de identificar causas y desencadenantes de los síntomas.69 Exámenes complementarios. 18 Es importante remarcar una vez más que el SBU carece de criterios diagnósticos específicos, por lo tanto es necesario descartar otras patologías antes de definir al paciente como portador de dicha afección. Por tal motivo, objetivar los síntomas demandará una importante cantidad de estudios complementarios. Los exámenes a solicitar se detallarán a continuación. Laboratorio: teniendo en cuenta que la sensación urente puede ser secundaria a estados carenciales es necesario solicitar una rutina que nos permita identificar posibles alteraciones en hemograma, ferritina, niveles de acido fólico, vitamina B12 y zinc. Conocer los valores de la glicemia y perfil tiroideo, así como también LH y FSH orienta a potenciales causas endocrinológicas. Su frecuente asociación con boca seca obliga a pedir velocidad de eritrosedimentación, factor reumatoideo, factor antinúcleo, Ac. Anti SS-Ro y Ac. Anti SS-La. 5 Cultivos: los exámenes microbiológicos apuntan principalmente a la detección de la Cándida oral, por lo que se toman muestras de dorso de lengua, mucosa yugal y paladar. En caso de que el paciente utilice prótesis dentaria, también se obtendrá una muestra de la misma. Es necesario también buscar posibles agentes bacterianos, como enterobacteria, que en menor frecuencia están asociados a esta sintomatología. La identificación del Helicobacter Pylori mediante exploración gastroenterológica es otra medida a tener en cuenta, dada su frecuente asociación.5,22 Test del parche: está indicado principalmente en aquellos pacientes que relacionan el inicio de los síntomas con la exposición a determinadas sustancias (descriptas previamente). También en los que padecen el subtipo III de SBU, que como se explico con anterioridad está desencadenado por alergenos. Saliva: existen diversos exámenes enfocados hacia el estudio de la misma. Podemos dividirlos en tres grupos: I. Medición de la cantidad, entre los que se encuentra la sialometría, muy útil para cuantificar el flujo de saliva basal y bajo estimulación. Otro test, de fácil realización, es el de Faber, que consiste en 19 colocar un terrón de azúcar en el dorso de la lengua y el mismo deberá disolverse en 20 minutos.70 II. Evaluación de la calidad. Son estudios propuestos por diversos autores para esta patología, con el fin de demostrar que las alteraciones bioquímicas de la saliva podrían generar el SBU. Uno de ellos es la medición del PH salival con tiras reactivas, permitiendo de esta manera conocer la capacidad buffer de la misma.71 Otros proponen medir los diferentes componentes presentes en la saliva, como las IL-1β, IL-6, IL-8, y el TNF-α; así como también la concentración total de proteínas. 27,30,72 Esto permite identificar las causas generadoras de cambios en la viscosidad salival, o alteraciones en las concentraciones de electrolitos. III. Estudios de la mucosa bucal. Si tenemos en cuenta que gran parte de la producción de saliva se genera en las glándulas menores, la frecuente asociación entre SBU y xerostomía nos orienta hacia la realización de exámenes que permitan evidenciar alteraciones en dichas glándulas. Existen dos metodologías, una de ellas es la biopsia de Greenspan y Daniels, mediante la cual se obtienen un mínimo de 7 glándulas menores, y luego se identifican células plasmáticas y linfocitos, obteniendo diferentes rangos que expresan el grado de inflamación. Esta técnica es muy específica, pero muy engorrosa para utilizar en forma rutinaria, debido a que es invasiva y en los pacientes que padecen de SBU podrían generar una nueva causa de ardor. El otro procedimiento a utilizar es la citología de impresión bucal, el cual se realiza mediante filtros de acetato de celulosa, que son pegados en la mucosa yugal y de labio inferior, obteniendo de esta manera células, que posteriormente son coloreadas con PAS y hematoxilina para luego ser clasificadas de acuerdo al tipo de disposición celular y relación nucleocitoplasmática. Así se obtienen tres grados según los hallazgos cito-histológicos: en el primero se evidencia más del 50% de las células epiteliales agrupadas en colgajos de más de 10 células, y además más del 50% de los núcleos son de trama cromatínica 20 abierta. En el grado 3 más del 50% de las células se presentan aisladas, más del 50% de los núcleos son picnóticos y más del 50% de las mismas tienen citoplasmas amplios, plegados y claramente poligonales, con una relación núcleo/citoplasma inferior a 1/6. Por último el grado 2 es intermedio entre los 2 anteriores. La presencia de exudado inflamatorio en las muestras es criterio de exclusión. Esta técnica es de fácil realización, no invasiva, y a su vez tiene una sensibilidad similar a la biopsia, por lo tanto es una herramienta útil para el estudio de la asociación de SBU y xerostomía. 70 Biopsia de lengua: existen artículos que consideran la realización de esta práctica con el objeto de identificar alteraciones de las fibras nerviosas epiteliales y subpapilares, mediante estudios de inmunohistoquímicas. La disminución significativa de la densidad de las fibras nerviosas epiteliales nos indica la posible causa del SBU.55,22 Es una técnica que no está del todo aceptada, teniendo en cuenta entre otras cosas, que se trata de un método cruento. Capilaroscopía: es un método que se utiliza para el estudio de la circulación periférica y más precisamente de las microangiopatías. Su uso está muy difundido en las colagenopatías, donde ya existe amplia experiencia y a través de la misma, se ha permitido el desarrollo de criterios y seguimiento de algunas de estas patologías. En cuanto a su utilización en el SBU, los autores que describen esta técnica, se basan en la relación existente entre la afección sensorial y las alteraciones de la unidad neurvascular. Se hallaron diferencias entre las capilaroscopías de pacientes con SBU y el grupo control. La técnica permitió detectar una diferencia en los diámetros de las asas capilares aferentes y eferentes. De hecho, el diámetro de las asas en sujetos con SBU mostró una diferencia, estadísticamente significativa, mayor en comparación con el diámetro de las asas en la mucosa sana. Concluyen en que esta distorsión de las asas puede ser debida a cierto proceso inflamatorio local, sin poder precisar si son causa o efecto del síndrome.73,74 Tratamiento. 21 Teniendo en cuenta que se trata de una entidad nosológica con etiología incierta, el manejo del paciente con SBU estará enfocado principalmente a lograr la mejoría sintomática, una vez descartados los posibles procesos primarios, los cuales generalmente tienen tratamiento definitivo. Antes de elegir una terapia farmacológica, hay que tener en cuenta que el paciente llega a la consulta con una gran carga emocional, luego de ser evaluado y tratado por otros profesionales de distintas especialidades, sin obtener una respuesta aceptable a su dolencia. Por lo tanto es importante conocer los tratamientos realizados previamente, para determinar nuevas terapias, ya que cada una de ellas puede variar en su efectividad según los pacientes. Inicialmente, reconocer el perfil psicológico del paciente es de gran utilidad, lo cual no es tarea sencilla. Esto se debe a que la comunicación con ellos no es fácil y, si se les pregunta directamente si están deprimidos, habitualmente lo niegan. La depresión enmascarada es frecuente, y los cuestionarios que demuestran esta sintomatología revelarán una depresión significativa en más del 50% de los pacientes.75 Una gran mayoría puede presentar oncofobia, como se explicó previamente. Por lo tanto, es muy importante identificar el estado del paciente a lo largo de las consultas, para luego trabajar en forma conjunta con especialistas en el tema, logrando así, una mejor respuesta a los tratamientos, muchas veces influenciada por estas situaciones. También tranquilizar al paciente y repetir cuantas veces sea necesario, la ausencia de cáncer.4 La interconsulta al especialista en salud mental, no debe realizarse en forma precoz, y sin la aceptación del paciente, ya que conducirá a una pérdida del contacto con el individuo, que muchas veces, no relaciona su dolencia con una afección psicológica.75 La significativa demanda de tiempo durante las sucesivas consultas, hecho que no es muy habitual en la práctica diaria del dermatólogo, y la falta de respuesta a los distintos tratamientos convierte a esta patología en una entidad poco agradable para la práctica médica habitual, tal vez por ello gran parte de los enfermos realizan múltiples consultas en diferentes especialidades, en búsqueda del profesional que logre interpretar su dolencia en forma adecuada. Existe una gran lista de fármacos utilizados para el tratamiento de la SBU, muchos de ellos indicados a partir del concepto de que se trata de un trastorno principalmente con base psicológica, y otros apuntan a la característica de 22 dolor neuropático crónico como mecanismo de acción. Es imprescindible que el paciente entienda y acepte el diagnóstico, y que tenga claro cuáles son las expectativas reales de curación, lo cual se ve facilitado con una buena relación médico-paciente. La obtención de una mejoría sintomática en forma rápida se logra disminuyendo la gran carga emocional que acompaña al enfermo.5 Los tratamientos farmacológicos descriptos hasta el día de la fecha son principalmente sintomáticos, pasando desde los tópicos a los sistémicos, y en este segundo grupo, varía entre los que apuntan a mejorar el estatus psicológico del paciente y los que se basan principalmente en una teoría de dolor neuropático crónico. Tratamientos tópicos: Capsaicina: funciona como agente neutralizante, debido a su acción de bloqueo sobre la sustancia P. Se la utiliza en forma de enjuagues bucales. Presenta un sabor desagradable, por lo que no es muy acepada por los pacientes.3,5,42 Hidrocloruro de bencidamina al 0,15%: tiene un efecto analgésico y antiinflamatorio. Se lo indica 3 veces por día. Pero no es muy utilizado ya que presenta un corto efecto analgésico.3,5,7 Clonazepan: en forma tópica, colocando en la boca un comprimido de 1 mg durante 3 minutos y luego se retira, repitiendo la dosis 3 veces al día. Puede tener absorción sistémica, y en consecuencia generar depencia si se lo utiliza en forma prolongada. Por eso se recomienda su uso durante 14 días.4,7 Antiinflamatorios en vehículos adhesivos: los corticoides como la hidrocortisona al 1% y mometasona al 0,1%, ambas en orabase demostraron buenas respuestas.67 Inhibidores de la calcineurina: se utiliza el pimecrolimus al 1% en orabase. Tratamientos sistémicos. Existen numerosas drogas que demostraron resultados variables según los distintos estudios, en los que se comparan los efectos entre cada una de ellas o versus placebo. A continuación se enumeran los distintos fármacos utilizados frecuentemente. Antidepresivos tricíclicos 23 La amitriptilina a dosis bajas debe su utilidad en el SBU a la capacidad antinociceptiva de los tricíclicos más que a su efecto antidepresivo, por lo tanto no es necesario llegar a las dosis antidepresivas. Amitriptilina a dosis de 25 50 mg/día eleva el umbral de la sensibilidad. Se empezará con 5-10mg/día por la noche y se irá aumentando a 5 ó 10 mg cada semana, hasta la desaparición de los síntomas o la aparición de efectos secundarios. En 8 semanas se llega a 40 mg/día, dosis que suele dar buenos resultados.5 Teniendo en cuenta que la asociación entre SBU y xerostomía es muy frecuente, se contraindica su uso en pacientes con sequedad de boca, ya que podría empeorarla.3,75 Otros efectos adversos que aparecen con dosis elevadas, relacionados a su acción anticolinérgica, son constipación, visión borrosa, retención urinaria.4 Inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) Son fármacos muy utilizados, particularmente cuando existe depresión asociada. Se destacan en ellos la ausencia de efectos anticolinérgicos, por lo que se toleran mejor, particularmente en lo que respecta a la sequedad de boca.3,4,5 Los que se utilizan frecuentemente son paroxetina (20 mg/día), sertralina (50 mg/día), escitalopram (10 mg/día), también la fluoxetina y el citalopram. Su maximo efecto se observa a las 8 semanas. No presentan efectos adversos de importancia. Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) Grispan y cols. describen muy buena respuesta en un número significativo de pacientes que realizaron tratamiento con tranilcipromina en asociación con una benzodiacepina. La efectividad de la misma se logra con dosis de 7-15 mg del IMAO luego del desayuno, y una benzodiacepina luego del almuerzo y cena. Se destaca la utilidad de este fármaco por su notorio efecto sobre la sensación urente y además por su mínimo efecto xerostómico.76 Es importante alertar al paciente de sus efectos adversos, principalmente la ingesta de tranilcipromina junto con alimentos ricos en tiramina como quesos, embutidos, conservas de pescado, plátanos, chocolate, vinos aromáticos y otras bebidas alcohólicas, ya que se puede producir un aumento de la tensión arterial. También indagar acerca de consumo de otros fármacos, por las numerosas interacciones descriptas. Antidepresivos de acción dual 24 Entre los antidepresivos de acción dual, que inhiben la serotonina y la noradrenalina, es particularmente útil duloxetina a dosis de 30 a 60 mg/día. Benzodiacepinas Resultan útiles sobre todo cuando hay ansiedad. Son eficaces a bajas dosis, sobre todo en jóvenes. Es útil alprazolam 0,25 a 2 mg/día. Se empezará con 0,25 mg y se irá aumentando 0,25 mg cada semana hasta llegar a la dosis máxima, pero tiene el problema del alto poder adictivo que posee por ser de vida media corta; es preferible usar benzodiacepinas de vida media más larga. Clonazepam a dosis bajas tiene buena respuesta al dolor, probablemente por interrupción del mecanismo neuropatológico implicado en el SBU más que por su efecto ansiolítico.25 Recomiendan iniciar con 0,25 mg de clonazepam al acostarse, aumentando 0,25 mg cada 4 ó 7 días en una o tres dosis, hasta la desaparición de los síntomas o la aparición de efectos secundarios.42 Es importante remarcar que entre los efectos adversos de este grupo de drogas se encuentra la sensación de boca seca, lo cual podría generar el abandono del tratamiento con las mismas por parte del paciente. Gabapentina Pertenece al grupo de nuevos anticonvulsivantes, con efectos beneficiosos sobre el dolor neuropático crónico. Presentan pocos efectos adversos y bajo poder adictivo. Se los utiliza luego de no obtener resultados satisfactorios con los fármacos anteriores, solo o en combinación con algunos de ellos. 4 La posología descripta, en combinación con benzodiacepinas o sola, 300-1.600 mg/día, empezando con 100 mg por la noche y aumentando 100 mg cada semana. Al incrementar la dosis habrá que fraccionarla tres veces al día. Es necesario esperar un mes para comprobar la eficacia.5 Terapia hormonal sustitutiva Se basa en el concepto de que el SBU es una afección que afecta principalmente a mujeres postmenopáusicas, pero no son del todo claro los resultados obtenidos. Hay algunos estudios que han utilizado la terapia hormonal sustitutiva en el SBU y que han obtenido mejoría sintomática particularmente con tibolona a los tres meses de tratamiento. La dosis recomendada sería de 2,5 mg/día.7 Ácido alfa-lipoico 25 Fermiano y col. postulan que el SBU se comporta como una neuropatía periférica influida por acontecimientos psicológicos estresantes, de allí la indicación de esta droga para tratar esta afección.77,78 Se trata de un potente agente neuroprotector que evita el daño de las células nerviosas por los radicales libres, regenera otros antioxidantes como las vitaminas C y E, aumenta los niveles de glutatión intracelular y estimula la producción de factores de crecimiento nervioso.79 Gracias a su poder antioxidante reduce los síntomas de manera significativa en la mayoría de los pacientes con disgeusia idiopática.26 Se obtiene mejoría significativa de los síntomas en el SBU tras dos meses de tratamiento con 600 mg/día (dividido en 3 tomas) de ácido alfalipoico en un estudio controlado doble ciego con 60 pacientes.77 La mejoría se mantuvo al cabo de un año en el 70 % de los pacientes. No presenta efectos adversos importantes. Capsaicina La utilización vía sistémica de esta droga fue publicada en diferentes trabajos. Se indica en forma de cápsulas de 0,25%, 3 veces al día durante períodos cortos, ya que puede acompañarse de epigastralgia por el uso prolongado. Corticoides sistémicos En pacientes que refieren gran intensidad en cuanto al ardor, la indicación de pequeñas dosis de corticoides (prednisona 15 mg/día) mostraron rápida resolución del síntoma.67 Pilocarpina En los casos asociados a xerostomía la solución acuosa de pilocarpina la 1%, mejora la secreción salival, produciendo secundariamente un alivio del ardor. 70 Tratamiento psicológico. La terapia cognitivo-conductual parece reducir la intensidad de los síntomas tras un periodo de 6 meses.7,80 La valoración de la eficacia de los distintos tratamientos utilizados es complicada, ya que los diferentes estudios efectuados al respecto carecen de la uniformidad necesaria respecto a los criterios de selección de los pacientes. Revisión de tratamientos, basados en la evidencia. 26 Dada la existencia de numerosos fármacos para el control del SBU, y sus respuestas variables según cada paciente obliga a realizar un análisis de la terapéutica a seguir, valiéndose de guías elaboradas sobre la base de las mejores evidencias disponibles. De esta manera podemos obtener diferentes niveles de evidencia y grados de recomendación para cada intervención terapéutica, de acuerdo a revisiones sistematizadas de los diferentes estudios realizados hasta el momento.81,82 Grados de recomendación I II III Existe adecuada evidencia científica para indicar una práctica o tratamiento. Beneficio >>> Riesgo Existe divergencia en las opiniones y controversias en la evidencia para indicar una práctica o tratamiento II a- la evidencia indica una relación costo/beneficio favorable. Beneficio >> riesgo II b- la evidencia indica una relación costo/beneficio poco favorable. Beneficio > riesgo Existe adecuada evidencia para no adoptar una práctica o tratamiento por no presentar una relación costo/beneficio favorable. En ocasiones realizarlo puede ser perjudicial. Beneficio < riesgo Tabla 2: grados de recomendación para implementar prácticas o tratamientos Nivel de evidencia A Datos obtenidos a partir de múltiples ensayos randomizados B Se obtiene información a partir de un solo ensayo randomizado o un estudio controlado bien diseñado C Datos basados en experiencias clínicas, estudios descriptivos o informes de comités de expertos Tabla 3: niveles de evidencia para análisis de información científica 27 Como resultado de las revisiones expresadas en los artículos de medicina basada en la evidencia, se concluye81,82: - la utilización de clonazepan en forma tópica por períodos cortos, demostró resultados alentadores (B IIa) - la solución de bencidamina al 0,15% no resulta efectiva para el alivio de los síntomas (B III) - la paroxetina y sertralina indicadas durante 8 semanas demostraron cierta efectividad para disminuir la intensidad del ardor (B IIb) - el acido alfa-lipoico utilizado en las dosis descriptas previamente por 2 meses es efectivo (A I) - la capsaicina vía sistémica demostró buenos resultados en la reducción del ardor (B I) - los estudios relacionados a la terapia hormonal de reemplazo para el SBU son poco consistentes, por lo que no puede evaluarse la real utilidad de los mismos (C) - la evidencia obtenida sugiere que la terapia cognitiva, realizada en sesiones de 1 hora por semana durante 12 a 15 semanas presenta resultados positivos (B I) - hasta la fecha no han sido analizados nuevos tratamientos. 28 Manejo del paciente con sensación de boca urente.5,81 Boca Urente Labratorio Examen cavidad bucal Déficit nutricional anemia glicemia tiroides autoinmunes Tratamiento Farmacológico Cultivo Micológico y Bacterio Test del parche Investigar Hábito Parafuncional asociado Asociada a xerostomía Citologia de impresión Descartadas posibles causas primarias SINDROME BOCA URENTE 29 Valoración Psicológica Iniciar tratamiento multidisciplinario Personalizar según cada paciente Sistémicos Tópicos Clonazepan Capsaicina Corticoides ISRS IMAO Acido alfa-lipoico Antidepresivos tricíclicos Benzodiazepinas Gabapentina Terapia Cognitivo-conductual Conclusiones. El SUB es una afección de presentación relativamente frecuente, con una mayor prevalencia en mujeres postmenopáusicas. Para su diagnóstico es necesario descartar posibles causas primarias generadoras de sensación urente, y además evidenciar ausencia de lesiones en la mucosa como desencadenantes del ardor. Gran parte de los pacientes afectados padecen también alteraciones psíquicas acompañantes, como depresión, ansiedad u oncofobia. Todo ello le confiere una gran subjetividad al cuadro, lo cual dificulta su manejo, produciendo en muchos especialistas cierto grado de desinterés ante la consulta. Esta subestimación por parte del profesional de la salud es percibida por el paciente, quien siente falta de contención, decidiendo realizar nuevas atenciones hasta obtener una mejoría. Así va visitando múltiples profesionales alargando el periodo sintomático a meses o incluso años. En cuanto a su etiología, a pesar de que aun no esta del todo definida, son cada vez más los estudios que asocian al SBU con una afección primordialmente neuropática. 30 Clínicamente el ardor se caracteriza por localizar en la lengua y labios, como también por ser persistente e intenso. Se acompaña generalmente de boca seca y disgeusia, es por ello que ante estas situaciones es importante descartar una posible xerostomía asociada. El tratamiento presenta numerosas opciones, dada la subjetividad de la afección. Lo que se recomienda principalmente según la literatura basada en la evidencia son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, el acido alfa-lipoico, el clonazepan y la capsaicina tópicos, la psicoterapia cognitiva-conductual. Pero se debe remarcar ante todo, que el manejo del paciente debe ser multidisciplinario, tratando de crear una óptima relación medico-paciente, lo cual facilitará una pronta remisión de su enfermedad. 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