4º medio Filosofia Apoyo Locke

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COLEGIO ANTIL MAWIDA
Filosofía IV° Medio
Profesora Tamara Cepeda A.
TEXTO DE APOYO: EL EMPIRISMO Y JOHN LOCKE
Nombre: _____________________________________________
Curso: _______
UNIDAD 1 : La Filosofía.
Subunidad 2: Problemas metafísicos y epistemológicos.
Objetivo
: Identificar la estructura de la epistemología de John Locke.
El empirismo inglés como línea de pensamiento
La raíz griega de "empírico" significa "basado en ensayos o experimentos". El término suele asociarse con
"conocimiento". Más concretamente, clasifica el conocimiento de acuerdo con el método por el cual se
justifica. El conocimiento empírico es el conocimiento basado en la evidencia de la experiencia o la
observación. Por empirismo se entiende en la filosofía occidental, a la doctrina que afirma que los hombres
no pueden poseer ningún conocimiento del mundo sino el que derivan de la experiencia, mientras niega la
posibilidad del pensamiento a priori. El empirismo como todo pensamiento, no fue algo que apareciera de
forma espontánea en la mente de una determinada persona de manera acabada, sino que tuvo que pasar
un proceso de construcción. Por tanto no todos los filósofos que abarca el periodo empirista encajarían
dentro de los límites de una definición doctrinal de empirismo en un sentido filosóficamente riguroso.
El empirismo como oposición al racionalismo
El empirismo, tal como hemos dicho, por una parte supuso una reacción contra los métodos deductivos
tradicionales, pero por otra se opuso a los principios esenciales del racionalismo cartesiano francés. En este
sentido, se niega la existencia de ideas innatas y de toda clase de contenidos cognoscitivos apriorístico,
afirmando, tal como ya hemos dicho, que todos nuestros conocimientos provienen de la experiencia y no
puede superar las condiciones fácticas que ésta le impone. De este modo se eliminaba los contenidos
metafísicos, se ponía en cuestión la capacidad de la mente humana para captar las cosas en sí, pues
nuestros sentidos únicamente nos muestran hechos, fenómenos; el criterio supremo de verdad viene
constituido por la propia experiencia sensible y, claro está, toda pretensión de ir más allá de esta experiencia
se tornaba problemática. ¿Qué hay más allá de los datos suministrados por los sentidos? Es decir, ¿qué es la
realidad? No lo sabemos (escepticismo); pero dado que cada persona se halla limitado por su propia
experiencia, cada cual poseerá sus propios conocimientos (relativismo). No hay, pues, verdades universales
e intemporales, válidas para todas las personas, cada persona posee su propia verdad, sin que pueda llegar a
descubrir
la
verdad
objetiva
de
las
cosas.
De acuerdo con lo dicho, con el empirismo se iniciará y cobrará todo su sentido profundo la filosofía crítica.
El racionalismo cartesiano confiaba sin más, confiadamente, en la capacidad humana para llegar a la verdad;
su duda, como punto de partida, parecía más bien un recurso retórico y, en el fondo, Descartes estaba
seguro de que las capacidades cognoscitivas humanas poseían un alcance prácticamente ilimitado. Sin
embargo, para los filósofos empiristas no es así, con ellos, la dimensión primera y principal y casi única de la
filosofía consiste en estudiar las propias condiciones de validez de nuestras facultades cognoscitivas; se
trataba, pues, de estudiar el alcance, el valor y los límites del conocimiento y los resultados a este respecto
no son muy plausibles. Hume, el principal representante de dicha corriente, se verá obligado a concluir que
no podemos estar seguros de nada.
Los aspectos positivos del empirismo: Si el optimismo cognoscitivo tradicional y sobre todo racionalista
sufrió un duro mazazo con el empirismo, desde el punto de vista histórico este movimiento se encuentra
muy lejos de constituir un movimiento negativo o pesimista; sino más bien al contrario, su posición
epistemológica le servirá para oponerse al dogmatismo tan frecuente en su tiempo, y para ensalzar los
valores humanos de tolerancia y convivencia. Venía a afirmar que en este mundo el más sabio logra saber
muy poco, pues todo conocimiento se reduce a ciertos fenómenos y es relativo a una situación y a unas
condiciones particulares, es decir, no podemos estar absolutamente seguros de nada, por tanto seamos
prudentes y desterremos las posiciones dogmáticas, hagámonos tolerantes, aceptemos las libertades y
acostumbrémonos a respetar a los otros. Nuestros débiles conocimientos nos bastan para vivir;
conformémonos con ellos, sin pretender desentrañar los enigmas metafísicos ni afirmarnos en verdades
absolutas.
John Locke
a) La experiencia como fuente de conocimiento
El empirismo de Locke comienza rechazando la existencia de las ideas innatas, las cuales él considera que
no existen. Por tanto, la teoría cartesiana relativa a nuestros conocimientos es errónea, pues nuestros
contenidos cognoscitivos, es decir, nuestras ideas, vienen dados por la experiencia, "la mente es como un
papel en blanco vacío de caracteres, en la cual el hombre va grabando todo aquello que experimenta".
Locke, por ideas entiende todo lo que ocurre en nuestra mente cuando pensamos, es decir, pensar consiste
en pensar ideas, el objeto de nuestro pensamiento son las ideas. Así, mientras que para los filósofos
anteriores el objeto de conocimiento lo constituía la propia realidad, es decir, con las ideas
representábamos de modo directo las cosas externas, en cambio para Locke nuestro conocimiento se queda
de manera inmediata en las propias ideas,.No tenemos conocimiento inmediato de nada salvo de nuestras
propias ideas y estas nos son suministradas por los sentidos. El problema, por tanto, será el justificar cómo
se corresponde dichas ideas con la realidad, cómo la representa.
b) Sensación y reflexión
Locke distinguió entre idea simple y compleja. Las ideas simples son los datos inmediatos de nuestro
conocimiento y constituyen todo el material del mismo; las ideas complejas, en cambio, surgen por la
combinación de las ideas simples. Estas ideas simples surgen de dos fuentes, a saber, de la experiencia
externa
o
sensación
y
la
experiencia
interna
o
reflexión
Por sensación Locke entiende el elemento psicológico mínimo, la modificación mínima de la mente, del alma
cuando algo por medio de los sentidos la excita y le produce una modificación dando lugar a las ideas
simples. Estas ideas que provienen de a la sensación son las ideas de cualidades sensibles. Por reflexión
entiende el apercibirse el alma de lo que en ella misma acontece. De modo que la palabra reflexión no tiene
en Locke el sentido habitual, sino el de experiencia interna. Las ideas que se originan en la reflexión son,
pues, las que el entendimiento descubre por la experiencia de su propia actividad, es decir, son ideas
formadas de amasijos de ideas simples. Existen también otras ideas simples que proceden a la vez de
sensación y reflexión, por ejemplo, el placer, el dolor, la fuerza, etc,....... así pues, como todo conocimiento
comienza por los sentidos, se entiende que la sensación es previa a la reflexión la cual sólo puede venir
después de aquélla.
c) Cualidades primarias y secundarias
Según lo que hemos dicho hasta ahora, mediante las ideas conocemos las diversas cualidades de los
objetos, los cuales recibimos a través de los sentidos: colores, olores, etc..; el problema aparece cuando nos
planteamos si estas ideas simples que poseemos se corresponden con la realidad o, únicamente, consisten
en
estados
subjetivos
nuestros.
Este problema llevó a Locke a examinar la naturaleza de las ideas simples, distinguiendo entre cualidades
primaria y cualidades secundarias. Las cualidades primarias se encuentran en los objetos y no pueden ser
separados de ellos, de tal modo que todas las alteraciones y cambios que el cuerpo sufra se mantiene. Así
pues, estas cualidades son objetivas y nos muestran la realidad. Las cualidades secundarias, en cambio, no
son propiedades de los objetos, es decir, no puede decirse que se encuentren en ellos, sino que consiste en
las afecciones que los cuerpos producen en nuestros sentidos, es decir, sin los órganos de los sentidos no se
darían estas cualidades. Por tanto las cualidades secundarias son totalmente subjetivas.
d) Las ideas complejas
Todos nuestros conocimientos se fundamentan en las ideas simples. En la percepción de estas ideas el
entendimiento se comporta de una manera pasiva, careciendo de capacidad para hacer surgir ninguna idea.
Sin embargo, es activo en la elaboración de las ideas complejas manipulando una y otra vez las ideas simples
para crear las ideas complejas o a estas para combinarlas y hacer nuevas y diferentes.
A este respecto, Locke distinguió tres clases de ideas complejas: modos, relaciones y sustancias. Los modos
son ideas que expresan modificaciones de la sustancia. Las relaciones, se tratan de ideas que expresan
referencias de una cosa a otras. La idea compleja de mayor significado es la idea de sustancia; pues con ella
nos referimos a cosas que existen en sí mismas
e) Critica al concepto metafísico de sustancia
En la filosofía occidental tradicional, la sustancia era concebida como una realidad fundamental en la que
se daba el ser de manera especial. Cada tipo de sustancia poseía una naturaleza propia de acuerdo con la
cual se comportaba, de ahí que desde los efectos pudiéramos conocer la realidad de cada sustancia.
Para Locke, es imposible tal proceso discursivo y, por lo tanto, aunque podamos deducir la existencia de
sustancia, resulta imposible conocer qué son. Para este filósofo la idea de sustancia no es mas que una
colección de ideas simples y compuestas a la que le damos un nombre común; pero sin encontrar una
naturaleza que exista por debajo de ella. Así la sustancia no puede ser conocida, sino inferida
f) Clases de conocimientos
Locke distingue tres clases de conocimientos: intuitivo, demostrativo y sensitivo. El conocimiento
intuitivo consiste en una visión inmediata de la evidencia de la relación existente entre dos ideas, de tal
manera que se excluye toda duda, es decir, este conocimiento capta las verdades directamente, sin
intermediarios. El conocimiento demostrativo, en cambio, consiste en una serie de pasos sucesivos, cada
uno de los cuales se apoya en el anterior. El conocimiento sensitivo, se trata de la correspondencia de
nuestras
ideas
con
los
objetos
externos
materiales.
Pero estas forma de conocer no nos proporciona el mismo grado de seguridad en la veracidad de los datos
conocidos. El conocimiento instintivo resulta evidente e indubitable, ya que consiste en la percepción del
acuerdo entre dos ideas a partir de sí mismas. El conocimiento demostrativo supone el paso de unas ideas a
otras y, por esta razón, no todas nuestras demostraciones gozan del mismo grado de certeza. El mayor
grado de certeza de este tipo tiene lugar en las demostraciones matemáticas. En cuanto al conocimiento
sensible, tal como ya hemos dicho, es totalmente subjetivo y por consiguiente, no puede superar su valor de
mera
probabilidad,
ya
que
siempre
subsiste
la
duda.
Podemos comprobar que Locke se encontraba dubitativo sobre la capacidad humana para llegar a ciertas
verdades relevantes. Parece querer decir, que no nos hagamos ilusiones que nuestras certezas poseen un
corto alcance y que la menaza del error y la duda siempre está al acecho.
g) La existencia real
De todo lo expuesto hasta ahora podemos decir que parece estar claro la existencia de nuestras ideas, y
que a través de ellas percibimos la realidad, pero, hasta qué punto podemos tener la certeza sobre la
existencia
de
la
realidad
más
allá
de
ellas.
En este sentido, Locke parece indicarnos que nuestro conocimiento se mantiene cerrado en nuestras ideas y
que no es posible saltar de éstas a la realidad, ignorando así, todo lo relativo a la existencia del mundo. Sin
embargo, como ya se mostró en las cualidades primarias, terminaría afirmando la existencia de una realidad
exterior. En consecuencia nos dirá que tenemos un conocimiento intuitivo de la existencia del yo, un
conocimiento demostrativo de la existencia de Dios y un conocimiento sensitivo de las cosas materiales. De
este modo Locke prácticamente termina admitiendo la existencia de las mismas realidades que los filósofos
anteriores. A este respecto, a Locke le resulta evidente la conclusión de Descartes: pienso luego existo.
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