El primer amor…esa sensación

Anuncio
El primer amor…esa emoción
El Amor, es un estado que nos toma por sorpresa generando
sensaciones desconocidas hasta el momento.
¿Acaso no recuerdan esa primera vez que suspiraron, invadieron las
cosquillas y nuestro corazón se aceleraba
Luego sabríamos que esos síntomas son propios de algo que se
definiría con el nombre de..Amor.
¿Y cuando nos cayó ese primer rayo? ¿Lo recuerdan?
Yo recuerdo el mío
Ubiquemos lugar y tiempo: Cómo mi padre pertenecía al Servicio
Exterior, viví en Bonn, Alemania entre mis 8 y 15 años.
Hubo un primer ensayo fallido de amor a mis 8 años de edad
Estábamos en el barrio Bad Godesberg, y en la casa lindera a la
nuestra vivía una niña americana de mi edad.
Con esa rubiecita llamada Caroline pasaba las tardes jugando a las
escondidas, trepando árboles para alcanzar sus dulces cerezas, o bien
acariciando un conejo –vaya uno a saber de quien- que estaba en
una jaula
Un día, y sin mediar aviso Caroline me quiso dar un beso. Yo no
entendí ese nuevo juego por tanto esquivé. Y me asusté por cierto
La insistencia de Caroline por lograr su cometido, disparó un instinto
escapista que me obligó a correr por el jardín con la acosadora atrás.
En un intento por refugiarme subí a los saltos tres pisos por escaleras
para llegar a mi casa, pero horror!...la puerta estaba cerrada así que
finalmente quedé atrapado a merced de la pícara niña
Caroline me tomó con fuerza de las mejillas y me estampó un
apretado beso en mis labios que habían adoptado forzada trompita.
Por suerte mamá respondió al timbre (y golpes), y me abrió esa
puerta salvadora que me permitió ponerme a salvo de la insolente
acosadora.
Ese beso, mas allá del pánico generado, no afectó nuestra amistad.
Al otro día estaba en su casa disfrutando de su hermosa piscina. Allí
aproveche para retribuirle su beso de una manera peculiar. Un sutil
mensaje para que no lo intentara mas
Piqué y piqué en el trampolín hasta tomar buena altura. Luego
apunté y dejé caer toda mi humanidad sobre su cuerpito
Por cierto Caroline no lo intentó más, y con las condiciones claras,
seguimos buenos amigos
Entonces digamos que el primer ensayo de amor no correspondido,
se dio con Caroline. Bueno…por algo se empieza
Recién cuando alcancé los 14 años pude sentir y saborear la primera
experiencia de verdadero amor.
Nos habíamos mudado de Bad Godesberg, ahora estábamos en una
nueva casa que quedaba en la Kennedyalle 43 Strasse
Vivíamos a pocas cuadras de un enorme barrio americano, y ese
vecindario significaba virtualmente cruzar una frontera.
Por razones obvias, mis amistades y actividades se desarrollaron en
ese “americantown”. El norteamericano era más simpático que el
alemán, y yo dominaba mas el inglés que el Deutsch Sprache.
Fue precisamente un día soleado de agosto que por primera vez me
sentí perplejo por una mujer.
Mary, una rubia de pelo largo y ojos verdes pasó frente a mis narices
dejándome un “hey” como saludo
Fue solo un cortés saludo, ella tenía casi 16 años y yo seguía con mis
apestosos 13..casi. No podía esperar otra cosa
En fin, dominado el asombro me monté en mi ciclomotor Ciao
amarilla y fui como de costumbre al American Club. En ese complejo
deportivo estilaba juntarme con una barra de amigos.
El Club estaba bárbaro, tenia desde piscina hasta bowling, e incluso
un fino restaurante donde habitualmente cenaba con mis padres.
También se agregaba un entretenido Bingo y a veces matizaba una
muy buena banda, que tocaba los hits del momento.
Y en ese club me presentaron a Mary.
Estábamos varios amigos en la cantina, cuando Mary se acercó a la
mesa para saludar a una amiga venezolana mutua. Apenas me
presentaron, Mary me saludó con un forzado pero gracioso español.
-“Hola, cómo está, mucho gusto”
A continuación se sentó en nuestra mesa y me preguntó algunas
cosas sobre Uruguay
Entre colorado y tartamudo le narré algo. Pero estaba incómodo,
sentía se me daba vuelta el estómago por cosquillas y nervios
Mi delirio fue percatado por todos, y a pesar que me gastaron un
rato, pude sacar un dato importante. Saber donde vivía
A partir de ese día comencé a recorrer su cuadra con mi ciclomotor, y
poco a poco fui tomando más confianza.
Recuerdo el día que tomé valor y comencé a acercarme sigilosamente
a su casa.
Respiraba agitado de nervios mientras pensaba..
-”Si me ve acá..¿qué le digo?..¿le pido un inflador para ruedas??”
Por suerte no me vio, y pude descubrir que ella tenía una rutina de
tocar el piano a determinadas horas.
Los días siguientes, me dediqué a sentarme bajo la ventana de su
sala, lugar donde ella interpretaba lindas melodías. Simplemente me
deleitaba con sus acordes y soñaba con ella.
Uno de mis defectos es que nunca pude mantener reserva de mis
sentimientos, y lo peor que hice fue contarle mis desvelos a nuestra
amiga en común, la venezolana. Eso tuvo consecuencias.
Una noche había combinado para ir al cine con la usual barra de
amigos. Se estrenaba M.A.S.H, la excelente película de Robert
Altman, con Donald Sutherland y Elliott Gould.
Las luces de la sala estaban aún prendidas y nosotros ocupábamos
casi todo el largo de una fila. Mientras esperábamos los cortos,
comíamos Pop y nos tirábamos algunos envoltorios para molestarnos.
La venezolana sentada a mi lado, de pronto comenzó a llamar a
Mary que acabada de ingresar a sala.
Mary recorrió toda la fila hasta quedar parada frente a mí. Y ahí la
hecatombe
La maldita venezolana le comienza a participar mi amor por ella.
Mary me miraba sonriente, con ternura. El resto de la fila también me
miraba!. Que digo?....sentí que el resto del planeta me miraba, sobre
todo cuando el otro bastardo que tenía sentado a mi lado, se levantó
de manera cómplice para cederle el lugar a Mary.
Las risitas que se generaron a mi alrededor fueron demasiado.
Simplemente me levanté y me fui lo más rápido que pude.
Rato después y mientras estaba en mi cuarto pensando como
enrolarme en la Legión Extranjera, noté unas piedritas pegando
contra la ventana de casa
Me asomé y descubrí que el llamado provenía nada menos que de
Mary!
Con sinceridad evidente se disculpó por la humillación me hicieron
pasar mis amigos, y me pidió que bajara a charlar.
Pero vaya momento!. Camino a la puerta fui interceptado por mis
padres que fueron muy convincentes al decirme..
“Y vos mocoso donde te crees que vas a esta hora?..acabás de llegar
y querés callejear de nuevo?..volando al cuarto!”
Luego de una corta discusión donde desistí porque mi integridad
corrió peligro, volví a la ventana pensando como le explicaría que…
NO ME DEJABAN SALIR!!!! Eso era quemar todas la naves, ponerme
un cartel de infeliz en la frente!
Cachorro pero zorrito al fin, opté por simular que estaba aún
ofendido y decirle que hoy prefería no hablar del tema. Mary lo
aceptó y se fue.
Esa noche dormí con la almohada arriba de la cabeza. Todavía no
estoy seguro si era para esconderme del mundo o para suicidarme,
Pero un nuevo día amanece. Y yo no podía quedar encerrado para
siempre.
Monté mi ciclomotor y me fui a mi refugio.
Refugio?
Quien no ha tenido uno o varios refugios, esos lugares de retiro y
meditación. Ese primer refugio era una formación de tupidos arbustos
que se abrazaban entre si, formando una suerte de Iglú verde, con
entrada y todo. En realidad, luego descubrí era el refugio de Mary
también.
En esa cueva verde me escondía a veces. Me sentaba en el medio de
ese follaje y pensaba mientras jugaba con ramitas, o embromaba a
alguna hormiga exploradora.
Ese día triste barajaba la posibilidad de quedarme a vivir allí, ya que
las opciones que meditaba no eran prometedoras.
No me daba el coraje para encarar a Mary…y en cuanto a las
represalias contra mis amigos, serían dignas de un asesino serial. Mis
padres estaban en la lista también.
Uno de esos días Mary me apersonó en su bicicleta y me invitó a
caminar y charlar. Seguí sus pasos sin saber que nos dirigíamos a un
parque conocido por mi, es mas, parecía me dirigía hacia mi refugio
Y para rematarla, ella me cuenta que me había visto entrar muchas
veces a este refugio, que ese lugar también le gustaba..
Sabía de mis entradas porque me había observado desde otro lugar
de preferencia, y eso era una hamaca para niños donde se sentaba y
mecía arrastrando sus pies, tal recordando su niñez..o por ganas de
pensar algo
Me invitó a entrar juntos.
Mary se sentó a mi lado y comenzó a hablarme. Me miraba con sus
dulces ojos verdes y una sonrisa que me derretía.
Me contaba que intuía mis sentimientos hacía ella. Para empezar mis
infinitas pasadas por su cuadra, le habían causado mucha curiosidad.
También confesaba que le encantaba verme sentado bajo su ventana
mientras ella tocaba melodías..
Ante mi cara de asombro, me explicó que mi presencia se reflejaba
en el ventanal de la casa de enfrente..
En definitiva mis afectos ya eran notorios para ella. Por lo que me
contaba parecía que mis sentimientos eran notorios para toda
Europa.
Allí razoné que mi carrera de sutil espía o agente secreto no iba a
prosperar.
Yo por supuesto seguía de boca abierta, no podía pronunciar palabra,
sólo oír y admirar
¿Nadie ha pensado que ciertos momentos son tan bellos que
quisieran que duraran para siempre?.
Ese momento vino a continuación cuando Mary me preguntó si alguna
vez me habían besado. Recuperando el dominio del habla le conté del
beso de Caroline y mi brutal respuesta, lo cual la hizo reír mucho.
Esa risa me aflojó y también reí, y en el medio de mi sonrisa me dio
el beso de mi vida. El más dulce, puro, inocente, inesperado.
Luego me tomó de la cara para darme besos pequeños por todo mi
rostro. Me enseñó otros besos nunca olvidaría en mi vida.
No hubo sensualidad, ni erotismo, sólo pasión y amor. Le enseñe a
decir “te amo” en español. Y ella lo decía con ese acento…ese acento
que recordaba muestra presentación formal en el Club
Durante los días siguientes ese refugio fue testigo de los más lindos
besos y abrazos. Ya no jugué más con palitos y hormigas. Había algo
más interesante que hacer…
Pero inexorablemente el tiempo sigue su ritmo. Llegó fin de año y yo
debía volver a Montevideo a rendir exámenes libres para no
atrasarme en los estudios.
Se suponía me iba un par de meses, daba los exámenes y volvía a
Alemania. Me iría por mucho mas
No se lo quise adelantar a Mary, tal vez no quería arruinar los dulces
momentos.
Esperé hasta el día que emprendía el retorno a Montevideo. Ese día le
pedí a mi hermano mayor me ayudara a escribir una carta de amor.
Mi primera carta de amor.
Redactamos una carta muy romántica, donde le expresaba a Mary
todo mi amor y le aseguraba mi regreso en un par de meses, para
estar con ella para siempre. (Esta última parte generó resistencia e
insultos de mi hermano, pero finalmente logré integrar esa frase)
Opté por ir caminando hasta la casa de Mary. Y en esa caminata
evalué que la carta era una manera de expresión muy infantil. Debía
decirle en persona.
Pero no pude hacerlo en persona.
Mary no estaba en la casa, y por supuesto la carta no sería entregada
a los padres!
Volví entonces a casa, en el camino rompí la carta y la tire en una
alcantarilla.
Lo que desconocía hasta el momento es que si por amor se goza,
también se sufre.
En el viaje hacia Montevideo me di cuenta que habían pasado unas
pocas horas y me sentía terriblemente angustiado. Me invadía una
nueva emoción: extrañaba
Durante todo el viaje lloré. Seguí llorando los días siguientes, y le
conté a mi madre mis penas. Su respuesta fue que si seguía llorando
me llevaría al médico. Alguien podría entenderme?
Pocos días después mi padre llamó por larga distancia a Montevideo.
Solicitó hablar conmigo para pedirme explicaciones.
Había ido una chica rubia por la Embajada preguntando por mí. Mi
padre la atendió y le explicó que yo había regresado a mi País porque
debía rendir exámenes.
Esa joven se puso a llorar delante de él y se retiró abruptamente. Por
tanto mi padre me exigía le aclarara que maldad le había hecho a esa
pobre niña!
En un ataque de angustia le confesé mi amor y le pedí volver a
Alemania porque necesitaba estar con ella. Trabajaría en la
Embajada, o lo que fuera, y luego me casaría. Todo fácil y resuelto!
Mi padre me respondió, lo que cualquier padre le hubiera dicho a un
hijo de 13 años. Sobre todo de aquella época
-Bueno nene..estudia, después vemos…dame con tu madre
Mi motivación por volver fue tan fuerte, que en dos meses salvé
todas las materias libres correspondiente a dos años de curso liceal.
Pero no volví a los dos meses. Debía seguir estudiando, esas eran las
directivas paternales
También cayó en saco roto mi solicitud de que alguien fuera a casa
de Mary a pedirle teléfono, dirección, apellido. Necesitaba
comunicarme, escribirle. Mi único cómplice pudo haber sido mi
hermano, pero también había vuelto. Y para mi viejo, yo era un
delirante
-Calmate nene…ya la vas a ver…seguí estudiando..pasame con tu
madre
Pasarían dos años antes de volver a Alemania.
Del aeropuerto salí corriendo a casa de Mary. Pero, ya no vivía allí,
toda la familia había regresado a Estados Unidos.
Salí a buscar antiguos amigos, y de los pocos que encontré, todos
recordaban a Mary claro, pero ninguno tenía datos para ubicarla, ni
siquiera sabían el apellido.
El único lugar que tenía datos suyos el American Club. Por supuesto
no accedieron a darme nada. Política de privacidad.
Pasarían años, y se inventaría el Internet, los chats, las fotos con
nombres y ciudades de origen de quienes las publicaban.
Encontrar esa Mary, nombre tan común, de tal Estado llevó muchos
meses leyendo perfiles….para jamás encontrarla de nuevo.
Lo único imperecedero es que conocí el amor puro, ese que no se
olvida. Y tengo la esperanza, que una ya entrada en años rubia, tal
vez recuerda…tal vez escriba sobre esto
Descargar