LA INFLUENCIA DE LOS JUGUETES EN EL DESARROLLO MORAL

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LA INFLUENCIA DE LOS JUGUETES EN EL DESARROLLO MORAL
Los juguetes, además de tener una función lúdica, contribuyen al
desarrollo integral de la personalidad del niño: intelectual, física, moral, social y
afectiva, favoreciendo su aprendizaje.
El sexismo es la tendencia discriminatoria que valora a las personas en
razón de su sexo, sin atender a otras consideraciones, como su trabajo o sus
aptitudes.
1ª Hipótesis: La publicidad crea el sexismo o la publicidad recrea el
sexismo existente en la sociedad.
Muchas veces la publicidad fomenta el continuar con el rol tradicional de
la mujer y del hombre. En general a las niñas se les regala juguetes domésticos
como cocinitas, set de limpieza, casa de muñecas; todo ello con un color
predominante: el rosa. Y a los niños se les regalan juguetes más variados
como cochecitos, balones o juegos de construcción, con el azul como color
predominante.
Una vez analizada la información de diversos autores hemos llegado a la
conclusión de que algunas veces la publicidad crea estereotipos de niños y
niñas. Por ejemplo, muestra a las niñas con un rol pasivo (coquetas, amas de
casa, dedicada al cuidado de los hijos) y a los niños con un rol activo (fuertes,
deportistas).
Pero, la publicidad refleja la realidad de la sociedad, donde sigue muy
marcado el hecho de que a las niñas les gusta el color rosa y a los niños el
color azul.
En cuanto a la hipótesis “La publicidad recrea el sexismo existente en la
sociedad” podemos decir, que no es del todo cierta, ya que la sociedad está
sufriendo cambios, y poco a poco está desapareciendo es sexismo. En la
actualidad, se puede ver a una niña montando una moto, pero ésta
necesariamente será de color rosa.
2ª Hipótesis: Identificación de las niñas de hoy con el modelo que
representan las muñecas (madre, objeto sexual) influirá en el rol que asumen
de las jóvenes del mañana.
Según Piaget, una de las etapas del juego es simbólica, y en ésta los
niños adoptan roles que imitan situaciones reales y se fortalece la imaginación;
por esta razón la elección de los juguetes es de gran importancia.
Las niñas de hoy en día juegan con muñecas como la Bratz y la Barbie y
los niños con muñecos como Action Man. Este tipo de juguetes por sí mismos
no producen un efecto negativo, hay que tener en cuenta elementos como la
falta de comunicación entre padres e hijos, la presión social, la publicidad, el
cine, etc, que unidos pueden afectar al desarrollo moral del niño de forma
negativa. Por ejemplo muñecas como las Bratz y la Barbie, pueden limitar el
desarrollo de una sexualidad natural, ya que muestran una imagen irreal de su
objeto de juego; y cuando estas niñas crezcan puede que tengan dificultades
para estar satisfechas con su propio cuerpo, puesto que éste nunca se
acercará a los cánones de la moda.
También pueden tener efectos negativos en el rendimiento escolar, al
preocuparse más por su aspecto físico que por atender en clase.
Al igual que en la alimentación, en la que pueden tener graves influencias
al mostrar muñecas con cuerpos delgados y querer imitarlas.
3ª Hipótesis: Los juguetes infantiles no muestran los cambios sociales.
Los juguetes en relación al material utilizado, sí han evolucionado, lo que
no ha evolucionado ha sido el pensamiento sexista de la sociedad a la hora de
comprar los juguetes.
Vivimos en una sociedad cambiante, donde las diferencias que existían
años atrás entre ambos sexos están despareciendo poco a poco. Estos
cambios sí se notan en la vida laboral y social “adulta”.
En cambio desde el punto de vista infantil, sigue existiendo un
pensamiento sexista por parte de algunos padres y su negativa hacia ciertos
juguetes.
Hay una aprobación social cuando un niño realiza actividades “propias de
un sexo” y se les corrige cuando éstos no se “ajustan” a los estereotipos
tradicionales.
Ejemplo:
-Mamá, papá ¿me compráis esa cocinita?
-No
-¿Por qué?
-Porque es para niñas, y tú eres un niño.
Sin embargo todavía existen barreras psicológicas que dificultan la
igualdad.
4ª Hipótesis: Intento de cambio de rol en los juguetes; la niña asume el
papel activo y el niño el papel pasivo.
Uno de los problemas que tenemos es que no nos atrevemos a regalar
juguetes que vayan contra lo socialmente establecido. Esto se debe a que
cuando un niño quiere jugar con muñecas o casitas, es discriminado por los
demás con apelativos como “nena”, “mariquita” o “rarito”.
Para nuestra sociedad la palabra “género” define la forma en que una
persona se ve o como masculina o como femenina. El género se identifica en la
primera infancia (18 a 24 meses). Por ejemplo, aunque un niño prefiera jugar
con muñecas, él sabe que es niño.
El género no tiene que ver con la sexualidad. El problema que se plantea
es que si los niños juegan de pequeños con muñecas serán gays y, por su
parte, si las niñas juegan con cochecitos de mayor serán lesbianas.
Por ello, podemos ver cómo existe discriminación, cuando, por ejemplo, a
una niña le gusta jugar al fútbol, pues está en contra de lo socialmente
establecido.
Los niños asumen los valores establecidos en la sociedad. Por ello, hay
que promover una educación no sexista, hay que educar, ya desde la infancia,
en valores basados en la igualdad.
No sería recomendable, por tanto, imponer a los niños el deber de jugar. A
los niños no se les puede obligar a saltar a la comba ni a las niñas a jugar al
fútbol.
Para cambiar este pensamiento deberemos fomentar el empleo de juegos
y juguetes que no reproduzcan roles sexistas.
El juego con muñecos es importante tanto para las niñas como para los
niños, pues favorece el conocimiento del propio cuerpo. Jugando con muñecos
de diferente sexo o raza, se estimularán las diferencias y semejanzas respecto
a sí mismo.
Ante todo, los juguetes deben ser estimulantes, variados y aportar valores
positivos.
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