OBSERVACIÓN DE PROCESOS EDUCATIVOS EN EL AULA Psicología Ecológica Aplicada a la Sala de Clase* OBSERVATION OF EDUCATIVE PROCESSES Ecological Psychology Applied to Classroom Autores: Jaime Bascuñán, Mauricio López. Profesor Patrocinante: Jorge Fernández. * Esta investigación fue guiada por el Dr. Raúl Pizarro Sánchez (Ph. D.). Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Psicología, Universidad de Chile. RESUMEN Se realizó un estudio naturalístico en la sala de clase con el objeto de describir el entorno educativo. Para ello, se utilizó la metodología denominada Psicología Ecológica, que consiste en la segmentación del contexto sala de clase, describiendo las características esenciales de las subunidades resultantes -segmentos- y el involucramiento de los alumnos como respuesta a éstas. Con este fin se llevó a cabo un registro narrado del acontecer de la sala de clase y otro de la participación de los alumnos. En segundo lugar, se codificó esta información, en base a ciertas variables de los segmentos : Formato Instruccional (categoría que designa el patrón global de actividad educativa), Nivel Cognitivo (exigencia intelectual de los objetivos de dicha actividad), junto con la Participación de los alumnos (el grado de involucramiento en la misma). El análisis de los datos codificados consistió en el manejo cuantitativo e interpretación cualitativa de dichas variables, con el objeto de presentar una imagen global del acontecer en el aula. Sin embargo, surgió como relevante y fue incluida en el análisis, la interpretación de observaciones que decían relación con el sistema social implícito en la sala de clase, pese a no estar inicialmente contemplado. Los resultados dan cuenta de la preferencia de las profesoras por la utilización de ciertas disposiciones instruccionales que en general fueron monótonas y de bajo perfil cognitivo, de la respuesta pasiva que éstas producen en los alumnos, como asimismo de la influencia de las expectativas de rendimiento de los profesores sobre los alumnos. Una de las principales implicaciones es la sugerencia de mejorar las condiciones del escenario conductual de la sala de clase antes que la implementación tecnológica o el aumento de la jornada escolar. Palabras Clave: Psicología Ecológica, Disposición Instruccional, Participación Estudiantil. INTRODUCCIÓN En el contexto de la actual reforma al sistema educacional chileno, muchas personas hablan de este sistema, de sus deficiencias actuales, de su crisis, etc.; sin embargo, pocas son las que tienen acceso a la intimidad en que se desenvuelve este quehacer cotidiano, a ese espacio lleno de significados que llamamos Sala de Clase. Lo que acontece en el Aula es lo esencial del proceso educativo, ya que allí se dan los procesos intelectuales, afectivos y sociales que van conformando los resultados (planificados y no planificados) de la enseñanza formal. Es por esto, que resulta necesario y conveniente para tener una visión certera de lo que ocurre, realizar una aproximación lo más cercana posible a dicha intimidad. Si bien, el dar cuenta de toda la multiplicidad y complejidad de dichos fenómenos está lejos de las aspiraciones del presente trabajo, éste se centra en algunos aspectos que encontramos relevantes para aproximarnos a su comprensión. Para ello, nos basamos en el paradigma naturalístico, y utilizamos la metodología de la Psicología Ecológica aplicada al Aula, la cual se fundamenta en una segmentación de la actividad global, en subunidades naturales. Tal segmentación facilita el análisis del contexto, para entender mejor la respuesta de los participantes a dichas subunidades. Los segmentos, por tanto, son las subunidades del contexto más amplio -sala de clase- que se distinguen por poseer dimensiones descriptivas particulares: su propósito o función, el patrón de actividad general, las normas de conducta, el rol del profesor, y el agrupamiento y tipo de acciones que realizan los pupilos (Stodolsky, 1991; Gump, 1969; Berliner, 1983). El enfoque cualitativo al que se adscribe esta corriente, en tanto, permite acercarse de manera amplia y comprensiva a los fenómenos que allí acontecen. Además, el principal instrumento de investigación está constituido por los observadores (instrumentación humana), lo que unido a la metodología observacional no participante, permite estar presente en los procesos, pero no involucrado en ellos, facilitando un registro confiable, en el sentido de Lincoln y Guba (1985). La concepción que sustenta la Psicología Ecológica acerca de la Sala de Clase, hace referencia, por una parte, a la organización del entorno educativo, entendida como todas aquellas disposiciones ambientales e instruccionales que el profesor gestiona con el propósito de lograr ciertos objetivos en relación a la conducta de los alumnos (Gump, 1969). Estas disposiciones dicen relación con la administración de recursos tales como el tiempo, los objetivos intelectuales perseguidos (niveles cognitivos) y los medios para alcanzarlos (formatos instruccionales). Los alumnos, por su parte, responden a estas disposiciones con algún grado de involucramiento en las actividades, y el consiguiente efecto sobre el aprendizaje esperado. En este sentido, uno de los hallazgos emanados por distintos estudios de esta corriente que destacan como más interesantes a nuestro juicio, es aquel que relaciona una mayor complejidad intelectual de las tareas educativas en el Aula, con un mayor involucramiento o participación estudiantil. Este hallazgo contradice mucha de la investigación tradicional (proceso-producto) que sugiere al docente, que la baja exigencia intelectual acompaña a una mayor respuesta y una mayor probabilidad de éxito por parte del alumnado (Stodolsky, 1991). El objetivo general del presente trabajo, entonces, consiste en describir cómo se presenta el entorno educativo, en términos de las siguientes variables: los objetivos educativos planteados (nivel cognitivo) y los medios que los docentes utilizan para llegar a estas metas (formatos instruccionales); como también, explorar al interior de este entorno, las consecuencias en las respuestas de los estudiantes (participación). Se ha definido como formato instruccional, a la descripción global del patrón de acción del segmento expresado en categorías que designan organizaciones instruccionales frecuentemente observadas, como por ejemplo preguntas y respuestas o trabajo individual de pupitre. En tanto, consideramos la participación de un alumno en una actividad instruccional como la adecuación de su conducta a lo que el profesor ordena, permite o espera de éstos, para dicha actividad. Por otro lado, definimos el nivel cognitivo como grado de exigencia o complejidad intelectual del objetivo instruccional de una actividad o una unidad de aprendizaje, tal como ha sido definido en el dominio cognitivo de la "Taxonomía de los Objetivos Educacionales" de Benjamín Bloom. En este punto es importante destacar que en dicha clasificación, las categorías representan objetivos deseados (no necesariamente logrados) en términos de conductas a realizar como resultado de la exposición de los alumnos a las actividades instruccionales (Bloom, 1973). La descripción y exploración recién planteadas tienen relevancia bajo el entendido que los docentes planifican con el objeto de que los alumnos participen activamente del proceso y logren un aprendizaje que les permitan cumplir con los distintos fines curriculares sustentados. Al describir entonces lo que ocurre en las Aulas, podremos saber, e intentar entender, cómo los alumnos, sujetos del sistema escolar, van siendo moldeados, instruidos, educados por éste. Esto, con la aspiración de que posteriormente se pueda intervenir deliberadamente, ya sea potenciando aquellos aspectos del proceso que parezcan favorecer los objetivos deseados de éste, como también, modificando aquellos que intervienen en los resultados no deseados del mismo. METODOLOGÍA Para llevar a cabo esta investigación, utilizamos procedimientos cualitativos de recogida, análisis e interpretación de los datos. En primer lugar, seleccionamos una muestra intencionada de dos escuelas municipalizadas tipo D de la comuna de Santiago. En cada una de ellas, observamos un 4to. año básico, durante los meses de Abril, Mayo y Junio de 1996. Escogimos las asignaturas de Matemáticas y Ciencias Sociales. En cuanto a la recolección de los datos, utilizamos observación directa no participante de los segmentos de actividad en la Sala de Clase. Previo a ella, se hizo necesario un período de tiempo en el que existiese un contacto inicial con los sujetos de la investigación (inmersión), y que tuvo como objetivos conocer y aprehender, por un lado, parte de la cultura y la dinámica de funcionamiento de los alumnos como grupo social; y por otro, lograr la confianza que requiere la intromisión de agentes externos a este sistema social. A este fin se dedicaron las dos primeras semanas en el campo. La observación no participante constaba de dos partes, cada una realizada por un observador por vez. La primera estaba dada por la narración escrita de lo que hacía, decía y escribía en la pizarra la profesora, además de comentarios sobre la conducta de los alumnos y anotaciones generales de lo que acontecía. La otra parte consistía en la observación de ocho alumnos escogidos al azar, que constituían la muestra estable para estimar la participación media de los estudiantes. Se establecía si estaban en la tarea o fuera de la tarea; y además de su conducta específica en el intervalo de observación. Todos estos datos fueron posteriormente codificados en planillas diseñadas para tal efecto. Junto a esto, se obtuvo un registro de audio de cada clase observada. El análisis de los datos, en tanto, se realizó, en primer lugar, mediante la cuantificación de las variables de los segmentos. Ello permitió dar una visión amplia de las variables instruccionales: conocer los objetivos que se plantean los docentes, los medios que utilizan para llevarlos a cabo, junto con la conducta que éstos especifican en los alumnos, el tiempo que dedican a la instrucción, como también de la respuesta real de los alumnos. En segundo lugar, buscamos algunas relaciones entre algunas de las variables, intentando explicarlas a la luz de la experiencia vivida en el Aula y considerando aspectos que, si bien habíamos vivido, no siempre habían sido vertidos en el papel. Haciendo nuestra la idea de un diseño de investigación emergente, y un análisis de datos inductivo (Lincoln y Guba, 1985), no limitamos nuestros intentos a los objetivos inicialmente planteados; sino más bien, dejamos abierta la posibilidad de explorar nuevos aspectos, variables o fenómenos que pudieran ser útiles para entender la respuesta de los alumnos. ANÁLISIS DE RESULTADOS Y DISCUSIÓN El primero de los aspectos que incluye nuestro análisis es la descripción de los formatos instruccionales utilizados. Queda en evidencia, de este modo, la supremacía del formato "Trabajo de Pupitre uniforme", en el que los alumnos trabajaban solos en sus pupitres sin un feedback inmediato del profesor. En ambas asignaturas bordea la tercera parte del tiempo, resultando muy importante como metodología de aprendizaje en el aula. Del mismo modo, se aprecia el hecho que sólo 4 formatos instruccionales hayan ocupado el 75 % del total, lo que dice mucho acerca de la homogeneidad y monotonía en cuanto a las metodologías utilizadas. Estos fueron además de este último, prueba/control, que consistía en la resolución individual de ejercicios evaluativos, realizada en silencio, sin interacción con los compañeros y mínima con el profesor, que además tenía un tiempo límite para llevarse a cabo; trabajo/corrección pizarra, que requería que unos pocos alumnos respondieran las preguntas en la pizarra respecto al trabajo realizado, pero que la gran mayoría, atendiera, escuchara y/o copiara de la pizarra las respuestas correctas junto con la explicación de éstas, y; exposición, en el cual los alumnos solamente escuchaban y/o atendían a algo que era muchas de las veces novedoso, pero implicando de todos modos una respuesta pasiva de éstos. Se desprende de lo anterior que las conductas que se esperan de los niños en la Sala de Clase, no son muy variadas; y, que las actividades desarrolladas durante la clase tienden a ser monótonas y a requerir una respuesta pasiva de los niños. En este mismo sentido, cada asignatura mostró un patrón característico de llevarse a cabo: en Ciencias Sociales consistía en un breve período de instrucciones iniciales y/o intercaladas, y una secuencia alternada de exposición por parte de la profesora (ya fuese oral o escrita), seguida de trabajo individual que consistía, en su mayoría, en resolver preguntas del libro de texto referentes a la lectura hecha por la profesora. Matemática por su parte mostró una patrón caracterizado por un segmento breve de instrucciones, inicial e intercalado a ratos, seguido por segmentos alternantes de trabajo individual, y corrección en la pizarra de los ejercicios realizados, por parte de alumnos escogidos por la profesora. El uso del tiempo no instruccional (no dedicado a actividades académicas) o transiciones también mostró diferencias importantes, siendo en Matemáticas, las transiciones de comando (retos, sanciones), mucho más frecuentes que en Ciencias Sociales, y las denominadas materiales (sacar o guardar útiles, copiar de la pizarra) de mayor peso en esta última. Al percatarnos de las metodologías frecuentemente utilizadas, cabe reflexionar acerca de la escasa utilización del trabajo en grupo y del aprendizaje cooperativo que nosotros observamos, ya que puede tener un efecto negativo sobre el desarrollo de habilidades imprescindibles en la interacción social y profesional futura de los educandos. Dichas habilidades incluyen el pensamiento crítico (apoyar opiniones con razonamientos basados en hechos, definiciones y principios); como también, habilidades democráticas, (examen libre y racional de ideas, el escuchar a otros y evaluar sus argumentos), así como destrezas de resolución de problemas y de expresión verbal (estructura lógica del discurso) y no verbal (Gage y Berliner, 1988). En relación al Nivel Cognitivo, hubo diferencias entre Asignaturas en la frecuencia y variedad de los niveles. En Ciencias Sociales todas las actividades que observamos tuvieron como objetivo, el recuerdo y evocación de conocimientos (nivel I de la Taxonomía de Bloom); mientras que en Matemáticas, variaban entre este mismo recordar y evocar (I), y el análisis de problemas (IV), siendo la aplicación de abstracciones (III) el más frecuente. Esto nos lleva a concluir: (a) que hay una relación, entre lo que se pretende enseñar, y el cómo se hace, existiendo una preferencia por memorizar o conocer en Historia, y por ejercitar o aplicar en Matemáticas, y (b) que existen tipos de objetivos educativos o destrezas intelectuales -comprensión, síntesis y evaluación- que son prácticamente inexistentes en las clases que observamos. En relación a la respuesta de los Alumnos a los entornos educativos, los datos de la Participación de los alumnos en las actividades de la Clase, nos indican que fue alta en general. No obstante, en algunos formatos los alumnos presentaron mayor involucramiento, como en los de preguntas y respuestas (el profesor hace preguntas que los alumnos deben responder en voz alta), prueba/control (ya explicada), preparar tarea (el profesor da indicaciones generales y explica detalladamente, pudiendo dar ejemplos), y trabajo/corrección pizarra (explicada anteriormente). En relación a estos formatos instruccionales y a las actividades que se desarrollan en ellos, observamos que poseen ciertas propiedades que explican en parte, tal respuesta de los estudiantes: (a) la novedad de la información entregada en ellos; (b) la percepción de relevancia de la misma o de las consecuencias de la actividad; (c) la restricción conductual, en términos de la atención de la profesora a la conducta disruptiva; (d) el dinamismo de las interacciones comunicacionales, dada por la frecuencia y oportunidad de respuesta de los alumnos; (e) la impredictibilidad de los requerimientos docentes, que obliga a los alumnos a prestar atención; y (f) la retroalimentación académica inmediata proveída por el profesor a los alumnos. En cuanto a la relación entre la complejidad intelectual de las actividades y el involucramiento de los alumnos en estas actividades, se realizó un cálculo del coeficiente de correlación de Pearson entre ambas variables, llegando a un valor de 0,604 (n=6). La cifra obtenida no es estadísticamente significativa para establecer una relación inequívoca entre ambas variables. No obstante, nos muestra una clara tendencia, que está avalada por investigaciones previas, las que dan impulso a la idea de mejorar los niveles de participación y rendimiento, a través de un aumento en el nivel cognitivo de las tareas solicitadas a los alumnos. Junto a las variables expuestas, nuestro análisis incluye aspectos que emergieron durante la estadía en el campo. El que resultó más relevante para entender ciertos elementos de la participación y el rendimiento académico, fue el que trataba de las expectativas de rendimiento del profesor con respecto a alumnos en particular. Estas expectativas se manifestaban al seleccionar preferentemente a los mismos alumnos para tareas como responder preguntas o salir a la pizarra, a pesar de que hubiera varios otros solicitando hacerlo, y reprender a los mismos alumnos la mayoría de las veces, pese a haber otros alumnos mostrando las mismas conductas disruptivas para la clase (hacer chistes, pararse del banco, etc.). Otras conductas de las profesoras que observamos frecuentemente hacia los alumnos de los que tenían bajas expectativas eran interactuar menos con ellos o menos amistosamente, criticarles las fallas más a menudo, alabarles los éxitos menos frecuentemente, darles menos feedback cuando daban un respuesta, asignarles un puesto más lejos de su escritorio o pedir que otro alumno respondiera una pregunta ante una pequeña duda de éste. Esto se vuelve un aspecto gravitante de la interacción escolar, dado que el autoconcepto del niño se encuentra en formación en esta edad, en especial en cuanto a labores escolares, y que se ve influido por las expectativas externas, que luego se traducirán en expectativas propias. De este modo, llegamos a plantearnos el funcionamiento al interior de la Sala de Clase como un Sistema Social constituido por normas de comportamiento de los alumnos y la profesora, que diferían a veces de lo expresado manifiestamente, y por roles asumidos por los alumnos ante las expectativas docentes. Aquel sistema se ve favorecido por la cantidad de tiempo que llevan interactuando juntos, alumnos y profesora. Se concluye entonces que la Participación resulta ser una respuesta de los alumnos a diferentes elementos del entorno instruccional. Nuestros hallazgos apuntan en especial como relevantes, a los formatos instruccionales, las exigencias intelectuales y las expectativas que el profesor manifiesta hacia cada alumno. La respuesta de los alumnos, pese a que no puede reducirse a estas variables, ni explicarse plenamente con ellas, se ve influida innegablemente por su efecto en el contexto ecológico. De este modo, surge la idea de mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje mediante la modificación de ciertas condiciones que tienen que ver con el escenario conductual educativo y la administración de roles sociales. Se podría favorecer, en primer lugar, características de los formatos de actividad que parecen asociarse a un mayor involucramiento. Probablemente, en tanto, un alto nivel cognitivo sería favorecedor de la participación y el aprendizaje. En relación a la expectativas de los docentes, ayudar a éstos de manera que conozcan la influencia de aquellas en la conducta de sus alumnos y, que de este modo comuniquen expectativas más positivas hacia éstos. Todas estas modificaciones resultarían, a nuestro juicio, menos costosas que la implementación física y tecnológica, y que el aumento de jornadas escolares. BIBLIOGRAFÍA - Berliner, D. (1983) Developing Conceptions of Classroom Environments: Some Light on the T in Classroom Studies of ATI Educational Psychologist, Vol. 18, 1, 1-13. - Bloom, B. (1973) Taxonomía de los objetivos de la educación. El Ateneo. Buenos Aires. - Gage, N. y Berliner, D. (1988) Educational Psychology. Houghton Mifflin. Boston. - Gump, P. (1969) Intra-Setting Analysis: The Third Grade Classroom as a Special but Instructive Case. En E. Willems y H. Raush (Eds.) Naturalistic Viewpoints in Psychological Research. Holt, Rinehart & Winston. Nueva York. - Lincoln, Y. y Guba, E. (1985) Naturalistic Inquiry. Sage. California. - Stodolsky, S. (1991) La importancia del contenido en la enseñanza: actividades en las clases de Matemática y Ciencias Sociales. Paidós. Barcelona.