Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 17 de agosto de 2011. VISTO: La actuación nº 2698/11, iniciada de oficio por esta Defensoría del Pueblo, a fin de analizar el marco normativo que regula el funcionamiento de las empresas de seguridad privada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires e investigar si las prestadoras desarrollan su actividad de conformidad con dicha normativa. Y la disposición nº 21/11 de la Defensora del Pueblo que creó el Centro de Diagnóstico y Propuestas sobre Seguridad Pública (CDPSP) que tiene entre sus objetivos realizar un seguimiento de la implementación de la ley 1913 sobre Seguridad Privada. Y CONSIDERANDO QUE: Uno de los temas que regula la ley 1913 es la formación y capacitación de los/as prestadores/as de seguridad privada, cuestión de fundamental importancia para garantizar la calidad profesional y la subordinación de los/as agentes a los principios y pautas de derechos humanos y demás normas constitucionales, nacionales y locales. Con el objeto de contribuir a la profesionalización de las personas que se desempeñan en el área de seguridad de gestión privada y elevar el nivel del servicio que prestan, la Defensoría ha realizado distintas actividades tendientes a conocer el desarrollo y cumplimiento de lo dispuesto en la ley y su reglamentación. Analizadas las exigencias legales en materia de capacitación, se realizaron reuniones con los/as responsables de las instituciones habilitadas por el Gobierno de la Ciudad para impartir capacitaciones a los agentes de seguridad privada. En cada caso se visitaron los institutos habilitados con el objeto de contar con información pormenorizada que permita realizar un diagnóstico de la situación o bien se los invitó a concurrir a nuestra sede para brindar información. Marco normativo Del análisis del marco normativo surge que la capacitación de los/as agentes de seguridad privada está regulada en la ley 1913, la ley 2063 -que modificó la cláusula transitoria primera de la 1913, flexibilizando la obligatoriedad de los estudios secundarios-, el decreto reglamentario 446/06 y la disposición nº63/GCABA/DGSPR/10. Este marco exige que todo prestador/a a título individual haya completado la educación secundaria. Excepcionalmente, concede un plazo de diez años para realizar o completar dichos estudios para quienes se encontraban prestando servicios al momento de la sanción de la ley y exime del cumplimiento de este requisito a quienes tuvieran 40 años de edad o más y no portaran armas de fuego, así como al personal retirado de las fuerzas armadas o de seguridad que tuviera un mínimo de diez años de servicio y 45 de edad. Además de acreditar educación secundaria los/las prestadores/as a título personal deben obtener un certificado de capacitación técnico-habilitante de acuerdo con la actividad que desarrollen. Estos certificados solo pueden ser otorgados por establecimientos públicos o privados incorporados a la enseñanza oficial y habilitados para tal fin. A su vez, los institutos donde se dictan los cursos deben acreditar que tienen convenio con algún polígono de tiro habilitado donde los/as vigiladores/as realizarán las prácticas de tiro que exige la ley para portar armas. El instructor del polígono debe firmar un certificado que indique el número de licencia otorgada por el RENAR. De igual modo los institutos deben presentar a la institución y/o el personal idóneo de Bomberos, de los hospitales dependientes del Gobierno de la Ciudad o de la Cruz Roja Argentina que se encargará de la formación en temas referidos a medidas contra incendio, planes de evacuación, uso de extintores o prestación de primeros auxilios médicos. Los institutos tienen obligación de designar un/a director/a y acompañar su currículum vitae y el del personal docente. También tienen que presentar el plan de estudios de los cursos indicando la carga horaria, objetivos, contenidos, estrategias didácticas, modalidad de evaluación y requisitos de aprobación. La reglamentación no acepta planes de estudio que se encuentren por debajo del mínimo de contenidos y carga horaria especificados en el Título II del Anexo II, sin embargo puede interpretarse que pueden brindarse mayores conocimientos o especialidades. En cuanto a la definición de los requisitos para aprobar los cursos y los medios de evaluación la ley también define un piso mínimo pero podría modificarse de manera de enriquecer cualitativamente la formación de los estudiantes. La asistencia a los cursos debe constar en un Libro de Registro de Asistencia rubricado y foliado por la Dirección General de Seguridad Privada. Los cursos son de carácter presencial y no se puede exigir que los/as alumnos/as cursen más de 8 horas diarias. En el Libro de Registro de Asistencia se asienta también la carga horaria y la práctica de tiro y el tipo de arma usada, exigida según el caso. Cumplido el curso inicial de 70 horas los institutos extienden un certificado de aprobación teórica y práctica que habilita los/as alumnos/as a desempeñarse como vigiladores/as. La capacitación se complementa con la realización de un curso de entrenamiento periódico de 35 horas. Todos los años los/as vigiladores/as tienen que cursar una actualización. De acuerdo con la normativa vigente los institutos también tienen que llevar un Libro de Registro de Certificados de Capacitación rubricado por la Dirección General de Seguridad Privada en el que constan todos los certificados otorgados con mención del número que corresponde al instituto, los datos personales del/a cursante, el tipo de curso impartido y la especialidad. Cada vez que se inicia un curso los institutos tienen que informar a la Dirección General de Seguridad Privada, y dar cuenta de la fecha de inicio, el tipo de curso, los datos personales de quienes cursan y en caso de corresponder los de la empresa para la cual prestarán los servicios. Una vez finalizado el curso deben informar la fecha de finalización y si el/la cursante fue aprobado. Antes de abordar en detalle los contenidos de la capacitación señalamos que los cursos que habilitan a desempeñarse como vigilador/a en la Ciudad de Buenos Aires no son válidos fuera de la jurisdicción. En cuanto a los contenidos, el curso básico de capacitación que dura 70 horas comprende las siguientes materias básicas y obligatorias para todas las especialidades: 1. Seguridad y Vigilancia 2. Derechos Humanos 3. Nociones Legales 4. Primeros Auxilios 5. Lucha contra el Fuego 6. Armas: Conocimiento y Manipulación Las especialidades previstas por la ley y sus contenidos son los siguientes: 1. vigilador general sin uso de armas (materias: reglas básicas de atención al público; seguridad edilicia; práctica en la conducción y cuidado del can de seguridad; comunicaciones); 2. especialización con armas (nociones sobre armas no letales; teoría y práctica de tiro; normativa vinculada a las armas); 3. especialización en custodia de personas y/o bienes (nociones sobre armas no letales; técnicas ofensivas/defensivas; técnicas de seguridad en vehículos; normativa vinculada a las armas); 4. especialización en brigadistas y prevención contra incendios (clasificación de fuegos; métodos de extinción; normas generales de evacuación; métodos de prevención); 5. especialización en locales bailables y espectáculos públicos (conocimientos básicos de la estructura psicológica; teoría del conflicto y mediación; marco legal vigente; prevención de siniestros en locales de asistencia masiva - normas generales de evacuación); 6. especialización en seguridad bancaria (reglas básicas de atención al público; nociones del uso de la tecnología ante posibles contingencias; prevención de delitos); 7. especialización en seguridad en centros comerciales, hospitales, industrias y hoteles (seguridad en centros comerciales y hoteles contenido de los módulos; seguridad en hospitales e industrias; prevención de nuevos modus operandi delictuales); 8. especialización en instituciones escolares (reglas básicas de atención al público; seguridad edilicia; seguridad en instituciones escolares); 9. especialización vigilador líder (el rol del vigilador; delegación; trabajo en equipo; planificación); 10. especialización en trabajo en equipo; 11. especialización del vigilador jefe de servicio (el rol del jefe de seguridad; liderazgo; trabajo en equipo; teoría del conflicto. Mediación); 12. especialización de supervisor (materias para la especialización de supervisor; el rol del supervisor; planificación; delegación). Breves observaciones sobre los cursos De un somero análisis de los contenidos, observamos la carencia de reflexiones acerca de la seguridad pública y la marcada orientación hacia las necesidades de las empresas que proveen servicios de seguridad. La capacitación no debe estar desprovista de una contextualización y definición de los lineamientos tenidos en mira por el Estado al habilitar la gestión privada del bien público seguridad. Así, la materia Seguridad y Vigilancia tiene por objetivo brindar “instrucción necesaria para el correcto proceder dentro del servicio que presta la empresa de seguridad privada. Proveer los conocimientos básicos que le permitan resolver situaciones concretas e imprevistas, así como también adquirir el concepto de prevención y de protección como guía fundamental en su accionar cotidiano”. Las horas dedicadas a Derechos Humanos recorren los principios generales, los tratados internacionales, la Constitución Nacional y la de la Ciudad Autónoma además de pretender abordar la historia reciente de nuestro país. Este cúmulo de información impartida en tan poco tiempo tiene por objetivo, entre otros, “comprender el rol del agente vigilador como proveedor de seguridad en el marco de las normas constitucionales y la legislación vigente”. Pareciera necesario focalizar en los contenidos para poder acercarse al cumplimiento del objetivo mencionado. El curso sobre Nociones Legales tiene por objeto brindar conocimiento sobre el marco legal que regula la actividad. Ahora bien, para tal fin se enseñan nuevamente la Constitución Nacional y la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, además de incluir las normas de seguridad pública y seguridad privada, la ley 118 CABA, el código contravencional y del código procesal contravencional de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Derecho Penal y Procesal, la ley nacional de seguridad interior, conceptos básicos de derecho laboral (entre otros el convenio colectivo de trabajo n°194/92 y la ley de contrato de trabajo) y la ley de armas y explosivos. Pasados todos esos contenidos se introduce por primera vez y tímidamente un punto vinculado con la relación entre seguridad pública y privada: “el personal de seguridad privada y su obligación especial de auxiliar a las Fuerzas de Seguridad. Ética profesional”. Las horas dedicadas a las materias restantes del tronco básico obligatorio (primeros auxilios1, lucha contra el fuego2, y armas: conocimiento y manipulación3) también parecen escasas en relación a los conocimientos y prácticas que se pretende transmitir. En cuanto a las especialidades, los/as vigiladores/as que prestan servicios de seguridad privada con portación de armas deben acreditar 10 horas de la especialidad “Teoría y Práctica de Tiro”. En este caso, los certificados tienen que estar firmados por instructores de tiro de la institución con la que se firmó el convenio. Los detalles de las horas de práctica de tiro y el tipo de arma empleada deben asentarse en el Libro de Registro de Asistencia. Estas horas de práctica son independientes de las que exige el RENAR. La capacitación para la actuación frente a incendios (planes de evacuación, uso de extintores o prestación de primeros auxilios médicos) debe ser brindada por personal idóneo de bomberos, hospitales dependientes del Gobierno de la Ciudad o de la Cruz Roja Argentina (artículo 23 de la ley). 1 Contenidos de Primeros Auxilios: Introducción a los Primeros Auxilios. Nociones elementales de anatomía. Reconocimiento del agente agresor. Fases en la Intervención de emergencias y catástrofes. Modalidad operativa en siniestros y catástrofes. Tipos de accidentes. Tipos de lesiones: heridas traumáticas, hemorrágicas, quemaduras, intoxicaciones más comunes. Técnicas de RCP Básica. Nociones de toxicología. Botiquín y otros recursos necesarios en la emergencia y en la urgencia. Alcances y limitaciones de la asistencia primaria y su marco legal. 2 Contenidos de Lucha Contra el Fuego: Clasificación de combustibles. Agentes extintores. Riesgos físicos. Riesgos químicos. Riesgo eléctrico. Normas de precaución y prevención. Actitudes humanas ante siniestros. Mantenimientos preventivos y correctivos. Usos de equipos de protección personal. Plan de Seguridad. Plan de Evacuación. Conocimientos básicos de detectores y sistemas de alarmas autónomos y remotos. Señalamiento de emergencia. 3 Contenido de Armas: Conocimiento y Manipulación: Breve reseña histórica de las armas. Concepto de arma. Clasificación legal de las armas. Agresivos químicos y armas electrónicas. Nomenclador elemental sobre tipos de armas de fuego controlados, que registran inscripción ante el RENAR. Reglamentación de la Ley Nacional N°20.429, y sus modificaciones. Glosario Técnico. La evaluación al finalizar el curso contempla el cumplimiento del 80% de asistencia a las clases, el desempeño en la resolución de problemas en las clases presenciales, la aprobación de un cuestionario teórico-práctico al finalizar cada módulo, los trabajos prácticos y un examen teórico final. El certificado que se extiende al finalizar el curso habilita a prestar servicios como vigilador/a por sí mismo o a hacerlo a través de una agencia de seguridad privada. Las agencias están obligadas a acreditar que todo su personal cuenta con el requisito de capacitación cumplido. Actualización de la capacitación La capacitación de los/as vigiladores/as debe actualizarse periódicamente. La ley 1913 establece la obligación de realizar un curso de 35 horas una vez por año. Este curso, que se realiza en los mismos institutos que el curso inicial, tiene por objeto el mantenimiento de las aptitudes y la actualización de conocimientos. Nuevamente, las materias básicas son: 1. Seguridad y Vigilancia 2. Derechos Humanos 3. Nociones Legales 4. Primeros Auxilios 5. Lucha contra el Fuego 6. Armas. Conocimiento y Manipulación Y las materias para actualización por especialidad son: 7. Teoría y Práctica de Tiro 8. Comunicaciones. Actualización 9. Práctica en la Conducción y Cuidado del Can de Seguridad 10. Vigilancia en Locales Bailables Al igual que en el curso inicial, la evaluación para extender el certificado contempla el cumplimiento del 80% de asistencia a las clases, el desempeño en la resolución de problemas en las clases presenciales, la aprobación de un cuestionario teórico-práctico al finalizar cada módulo, los trabajos prácticos y un examen teórico final. Observaciones sobre los institutos habilitados Con el objeto de conocer cómo funciona en la práctica lo establecido en la ley y su reglamentación la Defensora del Pueblo y funcionarios del CDPSP se reunieron con los/las responsables de algunos de los institutos habilitados a dar cursos de seguridad privada. Si bien la intención fue contactar a la totalidad de los institutos, no todos accedieron al requerimiento. No lo hicieron la Universidad Abierta Interamericana y la Universidad CAESA. Muchas de las reuniones tuvieron lugar en las sedes de los institutos, de modo de poder conocer las instalaciones y en algunos casos presenciar las clases. Así mismo, se solicitó información adicional que permitiera conocer el contenido de los cursos y los curriculums de los/as docentes. Al igual que frente al pedido de entrevistas, no todos respondieron al requerimiento. Entre las instituciones visitadas se encuentra la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), donde se mantuvo una reunión con el Licenciado Juan Carlos Tirante –comisario retirado de la PFA- quien dirige la licenciatura, la tecnicatura y los cursos de seguridad de la Regional Buenos Aires, y con la Licenciada Beatriz Fava de Tirante, coordinadora de la tecnicatura y de los cursos de seguridad. Este instituto se encuentra habilitado para dictar cursos para vigiladores/as desde el año 2004. Declaran que hasta el momento se han inscripto alrededor de 7 mil vigiladores/as al año para hacer la capacitación inicial de seguridad privada y la actualización. En general entre los alumnos hay 60% de hombres 40% de mujeres. Los cursos se dictan en Medrano 951. Cuestan $95 el inicial de vigilador/a y $70 el de actualización. Los cursos prácticos de tiro no se cursan en la UTN sino que ésta tiene un convenio con el Club Tiro Federal. Otro de los institutos que la Defensoría tuvo ocasión de conocer fue es EFEDI / PSSP, una escuela primaria que está autorizada a dictar cursos de seguridad privada. La fundación la preside el señor Roberto Lacalle, la dirige la señora Patricia Sarquís y el curso de seguridad privada está a cargo de Carlos Martín Gómez, de profesión policía. EFEDI / PSSP comenzó a dar cursos de formación de seguridad privada en 2004, cuando se reglamentó la ley 118. Tienen 2000 alumnos por año aproximadamente y dictan todas las especialidades menos la de canes. Otra institución que visitó la Defensora del Pueblo es el Instituto de formación Profesional (A-1269). Este Instituto funciona en el sindicato del calzado, del cual depende. El representante legal y rector es el Dr. Armando Hugo del Rey y la directora académica es Sandra Casciano. En esta institución se dictan tecnicaturas de tres años con nivel terciario. Una de ellas es la tecnicatura en seguridad, que se puede continuar en la Universidad de Lanús para alcanzar la licenciatura. A su vez, se imparten cursos de seguridad privada. Según afirmaron sus autoridades, es la primera institución que impartió los cursos de seguridad privada previstos en la ley. Los contenidos de los cursos de seguridad privada coinciden con los establecidos en la ley y su reglamentación. Los cursos duran una semana y se dictan de lunes a viernes. El costo ronda entre los 80$ y 100$. En el 2010 cursaron 2.600 personas. El 30% corresponde al alta y el 70% a renovaciones. Las autoridades manifestaron que todos los docentes son civiles y que para cada curso cuenta con profesionales especialmente calificados. Sin embargo, frente a la pregunta puntual sobre el titular de la materia derechos humanos reconocieron que la docente no acredita en su curriculum vitae antecedentes de formación en derechos humanos, si bien es abogada (egresada de la Universidad del Museo Social). El Instituto Perito Moreno es otra de las instituciones que recibieron la visita de la Defensoría del Pueblo. Es un terciario especializado en materia ambiental. La Fundación homónima se dedica a la formación en seguridad privada. La representante legal y directora general de la Fundación es María del Carmen Sanz y el coordinador de la enseñanza en seguridad privada es su hijo, Roberto H. Lucarini. La cantidad de egresados anuales es relativamente baja. En el año 2009 egresaron alrededor de 400 vigiladores/as y en 2010 alrededor de 200. En general se inscriben la misma cantidad de mujeres que de hombres. En la reunión se informó que el cuerpo docente está integrado por ex militares, licenciados en seguridad, profesores de educación física, ingenieros en seguridad e higiene, abogados. Este instituto no respondió el pedido formulado con posterioridad para poder obtener los curriculums vitae de los docentes. Por último, a requerimientos de esta Defensoría del Pueblo, la Escuela Santa Rosa, autorizada según la Dirección General de Seguridad Privada del GCBA, manifestó que no dicta ni dictó cursos de seguridad privada. Durante los años 2006 y 2007 alquilaron el lugar para que dictara dichos cursos una institución de nombre Base365, pero ya no lo hacen. La Universidad de El Salvador también informó que no dicta cursos de seguridad privada, a pesar de estar mencionada entre las habilitadas en la página web de la Dirección General de Seguridad Privada del GCBA. No fue posible realizar entrevistas con los responsables de dos de las instituciones habilitadas para dictar cursos de seguridad privada: Universidad CAESA y Universidad Abierta Interamericana. En ambos casos aunque se solicitó insistentemente visitar las instituciones las autoridades no respondieron los pedidos. Observaciones tendientes a una mayor profesionalización de los agentes de seguridad privada De la información recabada en las reuniones con los responsables de los institutos habilitados surgen ciertas apreciaciones coincidentes y es posible extraer algunas conclusiones. Ya analizamos con anterioridad ciertas cuestiones relacionadas con los contenidos establecidos en la normativa. Los institutos declaran cubrir todos los contenidos teóricos y brindar una formación práctica. Parece difícil cumplir ambos objetivos si se tiene en cuenta la cantidad de materias en función del tiempo que duran los cursos. Pero más allá de la formación teórico/práctica que se logre brindar, es preciso atender también a la modalidad de evaluación. Genera dudas el modo en que los institutos evalúan la adquisición de conocimientos. Prevalece en los exámenes la modalidad de opción múltiple, a la que se agrega a veces la de formar conceptos uniendo con flechas. Ambas modalidades requieren poco desarrollo y no evidencian el proceso de pensamiento que lleva a la respuesta. Por lo general este tipo de exámenes evalúan niveles de aprendizaje poco elevados, dejan un amplio margen a la suerte, y desalientan elaboraciones más complejas. Desde la perspectiva de esta Defensoría, un aspecto que aparece como importante de evaluar, previo a la certificación de estudios, son los cursos de acción que los/as alumnos/as seguirían frente a situaciones concretas: cómo reaccionarían frente a una situación hipotética, qué criterios tendrían en cuenta, si las decisiones que adoptarían se adaptan a los criterios que la ley indica, si se respetan los estándares de derechos humanos en materia de uso de la fuerza así como en la protección de sujetos vulnerables, si incorporan conceptos de asistencia a la víctima, etc. Estas cuestiones no parecen evaluables a través de herramientas tan sintéticas como los exámenes de selección múltiple o la unión con flechas. Las autoridades estatales no tienen ninguna intervención en la evaluación de los/as aspirantes y tampoco en la certificación de los estudios. A diferencia de otras áreas donde el Estado se reserva una última evaluación de los conocimientos y destrezas de los/as ciudadanos/as en actividades que encierran algún riesgo, en este caso no lo hace. Nos referimos por ejemplo a la regulación del otorgamiento de licencias de conducir, donde cada persona puede adquirir los conocimientos teóricos o prácticos por su cuenta o recurriendo a academias particulares pero es la Dirección General de Licencias quien garantiza la impartición de ciertos contenidos teóricos mínimos e indispensables, quien evalúa las destrezas en la conducción de vehículos y quien certifica en última instancia la capacitación. En el caso de la formación de vigiladores/as el Estado no interviene ni siquiera en la etapa de certificación de conocimientos, la que es realizada exclusivamente por los institutos habilitados. Esta circunstancia no se ha modificado aún cuando ya se han producido irregularidades en certificación de estudios. El instituto Perito Moreno denunció que en los años 2007 y 2008 tomaron conocimiento de que se habían falsificado decenas de certificados de dicha escuela. Estos certificados contenían la firma de la representante legal escaneada. Situaciones como ésta podrían subsanarse si la certificación última la hiciera la autoridad estatal. En cuanto a la conformación del plantel de profesores se advierte cierta disparidad entre los institutos. Algunos cuentan con una gama amplia de disciplinas y títulos provenientes en su mayoría de Universidades Nacionales (por ejemplo, la UTN) y otros cuentan con profesores de menor especialización en las materias que imparten y formación académica de menor grado. Es necesario aclarar que no fue posible investigar acabadamente la formación profesional ni curricular así como tampoco las instituciones de procedencia de los/as docentes de todos los institutos, puesto que no todos remitieron a la Defensoría la información que se les requirió. Otro aspecto que surgió de la investigación realizada se vincula a las condiciones en que los/as aspirantes realizan los cursos. De acuerdo a lo informado, las empresas grandes se hacen cargo de los costos de los cursos y dan a los/as vigiladores/as días francos para cursarlos. Por el contrario, las empresas chicas exigen que cada vigilador/a pague su curso y no permiten realizarlo en horario laboral. Esta circunstancia deriva en que el cansancio de quienes realizan el curso luego de la jornada laboral actúe en desmedro de la atención y capacidad de adquirir conocimientos. Algunos coordinadores de los cursos reconocieron este problema y manifestaron que los alumnos suelen quedarse dormidos durante las clases. La observación directa por funcionarias de la Defensoría permitió corroborar este problema que afecta la adquisición de conocimientos y calidad de la formación. Otra cuestión que surgió de las reuniones con responsables de los institutos es la recurrencia de problemas de alcoholismo en los/as alumnos/as y la reiteración de reacciones agresivas. Estas situaciones son llevadas a conocimiento de las empresas contratantes de los cursos pero no son advertidas a la Dirección General de Seguridad Privada, autoridad de aplicación de la ley 1913. Se evidencia así la orientación de los cursos hacia los intereses de las empresas y no hacia el interés público. La reacción de los institutos permite cierto margen de acción frente a problemas puestos de manifiesto por vigiladores/as que pertenecen a alguna empresa, pero deja inadvertidos los de los/as vigiladores/as que toman el curso por su cuenta. Varias instituciones visitadas mencionaron que a pedido de las empresas sus docentes se trasladan a las sedes de éstas para dictar cursos a sus vigiladores/as. Vale mencionar que la ley no lo prohíbe. En cuanto a los controles recibidos, las autoridades del Instituto Perito Moreno manifestaron que hasta el año 2007 recibieron controles periódicos por parte de la Dirección de Seguridad Privada del GCBA pero que desde el año 2008 a la fecha ya no se realizan tales inspecciones. Las supervisiones constaban en observaciones de las clases, el Libro de Registro de Asistencia, los contenidos de los cursos, etc. Síntesis De lo analizado hasta aquí es posible sintetizar los siguientes problemas: Contenidos de las capacitaciones Es notorio el desajuste entre la cantidad de contenidos de las materias y las horas de cursada. Parece imposible consolidar conocimientos cuando es tanta la información que se imparte en tan poco tiempo. Parece entonces recomendable debatir y examinar los contenidos en relación con la extensión de los cursos. En cuanto a los contenidos propiamente dichos, se advierte que se encuentran orientados a las necesidades de las empresas prestadoras de servicios de seguridad privada, sin atender la relación entre la seguridad privada y la seguridad pública. Es patente la descontextualización de este servicio de los lineamientos de seguridad pública en los que debe inscribirse. Dictado de cursos en las sedes de las empresas En algunos casos las empresas realizan convenios con los institutos para que capaciten a sus vigiladores/as. Como se trata de una gran cantidad de alumnos/as, algunos institutos trasladan el curso a las sedes de las empresas, que en algunos casos cuentan con mejores instalaciones. Esta decisión que se presenta como motivada en razones prácticas, evidencia la orientación hacia las necesidades de las empresas de parte de los institutos de formación. Condiciones de asistencia a los cursos La ley establece que las clases son presenciales y que no se puede exigir que cursen más de 8 horas diarias. Si bien esta cláusula tiene por objeto que los alumnos se encuentren en condiciones físicas de aprovechar los conocimientos impartidos, uno de los problemas detectados es que el cansancio impide una activa participación y concentración. La razón se encuentra en que las empresas son reacias a conceder días francos para realizar los cursos, obligando a los/as vigiladores/as a realizarlos en su tiempo libre. Las empresas en la mayoría de los casos no se hacen cargo de los costos de los cursos. Esto sumado a que los precios no están regulados lleva a que muchas veces los/as vigiladores/as se orienten al momento de elegir hacia aquellos institutos más económicos en lugar de optar por la educación de mayor calidad. Falta de control de los institutos y cursos por parte de las autoridades Surge claramente de las entrevistas realizadas que las autoridades no realizan controles periódicos ni aleatorios en los institutos de capacitación. Los institutos están obligados a llevar un Libro de Registro de Asistencia pero según manifestaron no son usualmente revisados por la autoridad. Tampoco reciben visitas a las clases. No existe por parte de las autoridades instancia alguna de control sobre los resultados de las capacitaciones. Únicamente se requiere el requisito de haber cursado, que se acredita con la presentación de los certificados. Parece importante que se disponga algún control más profundo y que se imponga una certificación de conocimientos adquiridos por parte de la autoridad estatal. Importancia de oferta pública en materia de formación de los/as vigiladores/as De lo investigado por esta Defensoría del Pueblo surge claramente la necesidad de que el Instituto Superior de Seguridad Pública incorpore a su currícula y ofrezca cursos de formación y especialización para vigiladores y vigiladores. Dichos cursos deberían comprender los contenidos establecidos en la normativa vigente. La oferta de estos curos conviviría con los que ofrecen las instituciones privadas y en cada caso los/as aspirantes podrían elegir a qué institución acudir para su formación. De todas maneras, y aún siendo los aspirantes egresados de un curso realizado en institutos privados, el Estado no debería abdicar de su poder de contralor y, al igual que en el caso de las licencias de conducir, validar la capacitación tanto en la situación inicial de alta como en la actualización anual. POR TODO ELLO: LA DEFENSORIA DEL PUEBLO DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES RESUELVE: 1) Recomendar al Ministro de Justicia y Seguridad del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la incorporación a la currícula del Instituto Superior de Seguridad Pública de cursos para vigiladores/as de seguridad privada que comprendan los contenidos previstos en la normativa vigente; 2) Recomendar al Ministro de Justicia y Seguridad del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a que disponga la creación de un sistema de evaluación y certificación de conocimientos a cargo del Instituto Superior de Seguridad Pública para quienes realicen los cursos de seguridad privada en institutos privados autorizados por la autoridad de aplicación de la ley 1913. 3) Recomendar al Ministro de Justicia y Seguridad del Gobierno que refuerce el efectivo control del cumplimiento de todos los aspectos regulados por la ley 1913 y su reglamentación. 4) Poner esta resolución en conocimiento del Rector del Instituto de Superior de Seguridad Pública, Dr. Miguel del Castillo; 5) Notificar, registrar, reservar en el Area para su seguimiento y oportunamente, archivar. Código 441 cedyp cd/D/MLM/LDS RESOLUCION Nº 2033/11