Debido a la tragedia ocurrida el miércoles 22, y a todo lo vivido

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Debido a la tragedia ocurrida el miércoles 22, y a todo lo vivido desde ese instante hasta el
día de hoy, sentimos la necesidad de hacer conocer a todas las personas que nos
acompañaron y nos acompañan, cuáles son los sentimientos que nos invaden, cuáles son
las certezas con las que contamos, cuáles son las dudas que se nos generan y cuáles son
las respuestas que tenemos para cada una de las personas, que de una manera u otra han
cruzado nuestro triste y terrible itinerario de estos días.
Por su magnitud, consideramos el hecho ocurrido como un desastre previsible y no como
un accidente, considerando que se elige dicho término para eludir responsabilidades.
Obviamente, sabemos que hay responsables de lo ocurrido y sabemos que hay quienes
tienen la obligación de encontrarlos. Estaremos siguiendo cada uno de los pasos hasta
que tengamos una respuesta contundente, con nombres y apellidos. Y seremos también
quienes estemos en la primera línea pidiendo que cumplan con la sanción que merezcan.
A estos pocos miserables, se les paran de frente las miles de personas que han estado con
nosotros desde el miércoles a las 8:35 de la mañana.
Junto a nosotros, a Lara, a Paz, a Romina, a sus abuelos, tíos, primos y a la gran familia de
Lucas han estado muchas personas a las que queremos expresar el agradecimiento desde
lo más profundo de nuestro corazón.
Muy especialmente a todos nuestros amigos y compañeros.
Para los amigos de Lucas queremos dedicar un párrafo aparte.
Chicos: hemos visto y sentido en cada uno de ustedes a nuestro hijo. Con la misma polenta
para cambiar las cosas, con la misma nobleza para enfrentar las injusticias, con una
entrega desinteresada que debiera ser ejemplo para muchos mayores, con la misma
rebeldía que no significa violencia sino todo lo contrario, en una sociedad que traga
porquerías sin masticar. Como diría el Chimu, no se dejen engañar nunca por las
“informaciones falsas que empañan la vision, son de madera noble, de roble es su
corazón”.
En las antipodas de estos seres maravillosos se encuentran quienes usaron
nuestro reclamo y nuestro dolor. Los que enviaron mensajes mentirosos, crueles o
perversos, los que pretendieron usar políticamente, y con declaraciones altisonantes esta
tragedia, y los que el viernes invadieron la estación de Once pretendiendo mezclar nuestras
desesperantes horas con su miseria política, con una violencia que no tiene nada que ver
con nosotros, y mucho menos, con nuestro adorado Chimu. Sepan que su actitud fue
despreciable . Maldita es la impunidad, tan maldita como los que usan el dolor ajeno.
Nuestra solidaridad a los familiares de las víctimas de Cromañon, que se acercaron a
nosotros sin ninguna otra intención que apoyarnos.
A los medios de comunicación quiero hablarles como papá de Lucas, pero también
como compañero. Estuvieron siempre para lo que quisiéramos desde el momento que lo
solicitamos, dándonos espacio a toda hora y en todo lugar. Y eso fue muy importante para
nosotros, así como lo es su presencia hoy. Les agradecemos haber respetado nuestro
pedido para la ceremonia del sábado, en que celebramos la vida de Lucas. También hoy les
agradecemos dejar las preguntas para otro momento. Pero deberemos pensar alguna vez,
lo antes posible, que ninguna imagen, ningún sonido, ninguna supuesta primicia pueden
violentar el derecho básico a la intimidad de las personas como nos paso el viernes a la
tarde, cuando anunciaron la muerte de nuestro hijo sin que nosotros tuviésemos la
confirmación oficial. Después me esperaron en la Morgue. Nunca más puede ser
visualmente atractivo para nadie ver la imagen de un padre entrando allí a reconocer el
cuerpo de su hijo. La obligación de imponer un cambio es nuestra, como trabajadores de
prensa, pero sobre todo como seres humanos, que es una instancia superior a cualquier
trabajo.
Gabriel, (te llamé dos veces y no demoraste un minuto en atenderme),estamos infinitamente
agradecidos por tu gesto, vos sabes quién sos y quienes te lo estamos diciendo. No
importa cuál fue el resultado, nosotros te agradecemos tu valentía y tu corazón.
Nuestro reconocimiento también va para todos los funcionarios y profesionales de distintas
áreas que, cumpliendo con su tarea, nos brindaron también todo su afecto y contención,
demostrando que un trabajo o un cargo pueden ser mucho mas que una obligación diaria
de servicio, cuando se es gente de bien.
Un enorme gracias por los miles de llamados y mensajes de gente como nosotros, de todo
el país que nos brindaron aliento, pistas, ideas, que nos ofrecieron ayuda de todo tipo,
desde lo material, hasta lo espiritual, con la única intención de ayudarnos. A las personas
que sufrieron cada instante de la búsqueda de Lucas y que sintieron empatía con nosotros,
sólo nos queda agradecerles infinita y eternamente.
Será la investigación la que determine las causas de esta tragedia, que no puede ser sólo
una, sino varias y concurrentes. De la misma manera, se deberá encontrar a todos los
responsables políticos y operativos de los casi 700 heridos y los 51 muertos.
A pocas horas de la tragedia, como muchos otros, nos encontramos recorriendo los
diversos hospitales de la Ciudad de Buenos Aires. Fuimos a cada uno de ellos en varias
oportunidades. También, buscamos a Lucas en hospitales de la Provincia de Buenos Aires,
y en Clínicas Privadas. En todo momento nos aseguraron que los muertos (identificados o
no) eran cincuenta.
Al final del día miércoles y ante la falta de resultado en los hospitales, decidimos
acercarnos a la morgue para descartar que alguno de los cuerpos no identificados fuera el
de Lucas.
Después de pasar por esos terribles momentos, sintiendo que podría haber sido con mayor
cuidado y respeto, desechamos la posibilidad de que nuestro hijo formara parte de quienes
perdieron su vida. Esto nos hizo reanudar la búsqueda, que ya a esta altura se había
convertido en frenética y desesperada, sólos aún.
A medida que se nos fueron acabando los recursos, ante el paso del tiempo y la angustia
creciente, que se alimentaba con la certeza de que Lucas estaba con vida, exigimos ayuda
institucional y sólo así empezamos a recibirla, cuando el sentido común indica que
cualquier persona en nuestra situación debe ser asistido y guiado desde un primer
momento por el Estado sin mediar pedido alguno.
A esa altura ya habían pasado más de 30 horas sin saber donde estaba el Chimu.
No vamos a abandonar nuestra lucha hasta encontrar a quienes nos hicieron buscar
desesperadamente a nuestro hijo, durante tanto tiempo, creyendo en su palabra de que no
había ni un muerto más.
Estas personas tienen cargo, nombre, y obligaciones para con los ciudadanos que debieran
proteger. Queremos encontrarlas, que nos miren a los ojos y nos digan por qué y cómo
fue que no recorrieron exhaustivamente desde el primer momento, cada centímetro de la
formación. Pregunto: ¿no alcanzaban los recursos humanos para cubrir ocho vagones?¿ O
sólo fue negligencia, soberbia, incompetencia, o puja de poderes entre diferentes
jurisdicciones en las cuales quedamos atrapados los ciudadanos comunes?.
No seremos nosotros quienes las encuentren, ni ninguno de los miles de argentinos que
sufren todos los días la desinversión y la falta de control de los servicios de transportes
que obligatoriamente deben usar los trabajadores de este país. Nunca ningún usuario
puede ser culpable de lo que le suceda en la utilización, sin otra opción, de transportes
saturados y sin mantenimiento adecuado.
Es una necesidad mía, como mamá de Lucas, y en la cual me acompañan el papá y el resto
de la familia, expresar mi más enérgico repudio al comunicado emitido por el Ministerio de
Seguridad de la Nación, encabezado por la Dra. Nilda Garré en el cual se deja entrever la
posibilidad de que Lucas tenga la responsabilidad sobre lo sucedido.
Dice el comunicado: “se identificó que el cuerpo de Menghini Rey se encontraba dentro de
la cabina de conducción del motorman del cuarto vagón, lugar vedado a los pasajeros, que
se hallaba en desuso y sin comunicación con el interior del mismo por hallarse las puertas
clausuradas.”
Todos nosotros como usuarios del ferrocarril Sarmiento sabemos que en un vagón
abarrotado, en el que es no se puede entrar, cada uno se acomoda donde y como puede.
Esta posibilidad desaparece cuando un lugar es de acceso imposible.
Tratar de convertir a la víctima en culpable es un recurso vil, bajo, bastardo y canalla ,
esgrimido por quienes no tienen ni un solo argumento válido que avalen su accionar, que
merece el máximo rechazo de cada uno de nosotros.
LUCAS NO MURIO POR VIAJAR DONDE VIAJO.
LUCAS, AL IGUAL QUE LAS OTRAS 50 VICTIMAS, MURIO PORQUE EL TREN NO FRENÓ Y
CHOCO CONTRA LA ESTACION DE ONCE, POR ERRORES Y DEFECTOS EVITABLES.
La responsabilidad sobre la seguridad en el transporte público no es de los usuarios sino
de las empresas, es sobre ellas donde recae la responsabilidad de impedir por todos los
medios el acceso a los lugares vedados a los pasajeros, ya sea por sus puertas, sus
ventanas o cualquier otro lugar.
Y es responsabilidad de alguien que las cosas funcionen como se debe y no de la forma
calamitosa en que se les permite. Vamos a encontrar a ese alguien!. Pasan los años y
pareciera que podemos aprender solo a base de muertes, y hoy se sigue viajando en los
mismos trenes de paupérrima seguridad como si nada hubiese pasado.
La fuerza que tuvo Lucas en cada día de sus veinte años va a estar siempre sosteniéndonos
para que como él lo hubiera hecho encontremos la justicia que nos merecemos. En su
nombre, todos los que aquí estamos tenemos la obligación de velar por los derechos de
Guadalupe Paz, puesto que su papá ya no puede hacerlo. Lucas nos dejó la misión de
cuidar de su mas preciado tesoro y esa responsabilidad es la que nos mantendrá el tiempo
que sea necesario, luchando sin claudicar hasta conseguir nuestro objetivo, sin corrernos
ni medio milímetro de él, y hasta que los culpables respondan por el daño causado a las
familias de tanta víctima innecesaria.
Lucas llego a nuestras vidas cuando el quiso para hacer lo que quiso. Asi lo criamos, como
a nuestra amadísima hija Lara. Para ser libres. Nos dejo frases como esta: “no llores mas,
vos por mi no sufras, tenes que aprender a caminar”. Nos queda su vida hecha música, la
música hecha tripas, las tripas hechas poesía, la poesía hecha sueños. Logró que muchos
de nosotros, los que lo vimos crecer hasta hacerse hombre, dejáramos de lado nuestros
propios egoísmos y nos unamos, para y por él, y que sea, de hoy y en adelante, por y para
nosotros, haciéndonos mejores personas.
Y en vez de enseñarle nosotros a él, nos dio una gran lección. Nos enseño que todos
somos mas cuando nos agarramos, cuando nos sostenemos, cuando nos acompañamos. Y
desde el miércoles, y para siempre ése es su legado.
A alguien como él no se lo extraña. Porque está cada minuto de cada dia, en cada uno de
nosotros. Ese es su ultimo regalo. Nos dejo a Paz, nos dejo en paz y dejó paz infinita.
Disfrutemoslás.
JUSTICIA PARA LUCAS, JUSTICIA PARA CADA UNA DE LAS VICTIMAS DE LA
NEGLIGENCIA Y LA MENTIRA.
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