ORACIÓN 3 Universitarias CRISTO ME DA TODO, YO DOY TODO POR CRISTO - “La Santa Misa en la vida diaria” La Sta. Misa es lo más importante para la vida de la Iglesia, pues en ella Cristo nos une a su sacrificio de Cruz, de Amor y por medio de este sacrificio derrama las gracias de la salvación sobre nosotros y el Mundo. El Padre Kentenich dice: ”La Santa Misa es una escuela de amor, en la medida en que ella nos enseña la entrega íntima y efusiva de uno mismo. ¿Qué es la Sta. Misa? El sacrificio de la cruz. El núcleo de la Sta. Misa es que Jesús está realmente, Él de nuevo y verdaderamente muere por mí.” Con la ayuda del Padre Kentenich queremos profundizar lo que se realiza en cada parte de la Eucaristía y cómo hacerla vida durante el día. ¿QUÉ HACEMOS DURANTE LA SANTA MISA? Durante la Eucaristía podemos seguir los siguientes 4 pasos, los cuales hacen posible una unión de ella con nuestra vida diaria: 1. YO REZO ¿Cómo es la oración en la Sta. Misa ? El Padre Kentenich la describe as¡: “¿Qué rezo? Palabras humanas. La palabra humana está al comienzo con ella pido, agradezco, alabo y adoro. Durante el día yo rezo. Es obvio que hable con Dios. Pero es valioso tomar este hablar con Dios como una prolongación de la santa Misa. Yo hablo con Dios en forma similar a como lo hago durante la santa Misa”. ¿Por qué cosas del día de hoy quiero agradecer, alabar y adorar a Dios? 2. YO ESCUCHO El Padre Kentenich dice: “La Sagrada Escritura es una carta que ha escrito el Padre celestial a sus hijos. ¿Qué hacemos con una carta que recibimos de nuestro padre terrenal? La leemos y sabemos que en ella nos habla nuestro padre. ¿Estamos atentos a lo que nos ha escrito nuestro Padre del cielo? ¿Actuamos según las palabras que nos ha confiado? En la Sagrada Escritura encontramos todo aquello que es necesario saber para actuar en nuestra vida.” “La Palabra de Dios es lo más valioso para nosotros, o sea escuchar a Dios en todas partes, escuchar y descubrir a Dios. Él nos habla. ¿Por medio de qué nos habla él? Tengo que escuchar la Palabra de Dios también en los corazones de los hombres. Tengo que escuchar la Palabra de Dios en todo lo que sucede afuera. Si escucho la voz de Dios en la epístola, en el Evangelio y en la prédica, no puedo estar sordo durante el día. .Tengo que escuchar lo que pasa en casa o lo que sucede en mi alma es la palabra de Dios la que escucho “. 1 ORACIÓN 3 Universitarias 1. Leer la lectura del evangelio del día. 2. ¿En qué me ha hablado Dios hoy? En mi casa, en la universidad, en mi alma... 3. YO DOY Y OFREZCO EN SACRIFICIO ¿Cómo obra esto en la Misa del día? El Padre K. dice: "Yo doy. ¿Qué doy a Dios? Pan de los hombres, pan terreno. Sin duda este pan terreno, la hostia, es un sustituto de mi persona. Yo sacrifico. ¿Qué ofrezco en sacrificio a Dios? A Dios mismo, al Hijo de Dios, En la consagración el pan se transforma en El." "Los primeros cristianos unían a este momento de la santa Misa, la procesión del ofertorio. Cada uno traía sus dones, pan y vino, y se decía a si mismo: Esto soy yo. Cuando el sacerdote elevaba la hostia en la patena en el ofertorio nosotros hemos de decirnos: Yo mismo estoy en la patena, Cristo renueva su sacrificio. Pensemos cómo se sacrificó él aquella vez. Cristo sacrificó todo. Nada le restaba cuando dijo: 'Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu'. (12.12.1926) "La santa Misa es primero sacrificio y sólo entonces sacramento. Uds. tienen que saber esto para que se despierte y encienda en nosotros la fuerza viva del sacrificio. El ofertorio es propiamente lo más esencial en la Misa de la vida, sin ofertorio no hay consagración. Toda vida nace en el sacrificio, en la cruz y dolor... Un miembro vivo de Cristo sabe: Tengo que sacrificar y sufrir como también Cristo se ha sacrificado y ha sufrido. Cada día en la Misa de nuestra vida trae abundantes sacrificios. Siempre tenemos algo para poner sobre el altar del sacrificio. Desde el momento de despertar hasta retirarnos a dormir en la noche, nuestra obra cotidiana es una cadena de sacrificios: Sobrellevar y superar preocupaciones . Nuestro ofrecimiento tiene que unirse al ofrecimiento de Cristo sobre el altar, en quien nosotros, como miembros suyos, estamos ante el Padre ... Entonces se realizan en nosotros los misterios de la santa consagración. Y vemos con otros ojos el dolor, las dificultades diarias, todas las fatigas y preocupaciones cotidianas. En lo más profundo del alma, nada ya, verdaderamente nada puede hacernos desdichados el corazón está con Dios incluso cuando los ojos necesitan llorar permanece en paz... ¡Cuánto anhelamos todos nosotros esta transformación. “ya no vivimos nosotros, Cristo vive en nosotros!" 1. ¿Qué sufrimientos tengo en este momento en mi vida? 2. Entregamos los sacrificios de este día 3. ¿Qué quisiera entregarle al Señor de mí para que Él lo transforme? UN HECHO REAL El 9 de enero de 1948, nuestro Padre celebró por primera vez la santa Misa en la Iglesia misional de Catheart. Excepcionalmente se hallaba presente un gran gentío y también fueron muchos los que se adelantaron a comulgar. El gran número de los que recibieron el sacramento motivó al Padre a decir algunas palabras después de la santa Misa: 2 ORACIÓN 3 Universitarias "Me alegré y me asombré de que tantas personas hayan venido a la iglesia y participado en la santa comuní6n. Estoy cierto que si hoy me hubiera encontrado en casa y hubiera celebrado la eucaristía en un pequeño pueblo, no habría tenido mayor concurrencia. Pero cuando Uds. se adelantan a recibir la sagrada comunión, deberían traer cada vez un pequeño regalo a Jesús, La sagrada comunión ese alimento del sacrificio. Así como Jesús se inmol6 en la cruz y en el altar a su Padre Celestial, así Él nos regala en la sagrada comunico su propia persona como alimento sacrifical. Por eso nunca deberíamos participar en la sagrada comunión sin haberle ofrecido antes algún pequeño sacrificio. Uds. mismos saben en que puede consistir el sacrificio, es decir, cualquier cosa que les cueste: su trabajo u otra cosa que el buen Dios les envíe durante el día. Por consiguiente no lo olviden. No llegar nunca a Jesús, a la sagrada comunión con las manos vacías." 4. YO RECIBO “¿Y qué recibo cada día, cada segundo? A Dios mismo en el Hombre Dios ”. El Padre Kentenich explica: “Dios ama profundamente mi vida puesto que Él mismo es su creador. Al crearla ha soñado para ella lo más grande y hermoso que nos podríamos imaginar jamás. Y Dios quiere que yo se la devuelva, que yo se la dé. La desea tener pues Él es en sí su dueño, su único y gran dueño, y quiere poder disponer de ella, usarla. Pero no me la quiere arrebatar, quiere que yo se la dé por amor, libremente. “El Señor, al emprender el camino de su Pasión, dijo: “Nadie me quita la vida, yo mismo la doy por que quiero”... Dios quiere mi vida... Y no a medias, sino entera. Que yo se la entregue día a día con todo lo que ella contiene.... con todo lo que forma parte de ella. Mi vida: es mi historia con todas mis raíces “humanas”, los padres que me engendraron, los lugares y espacios que me son propios, las vivencias que he tenido y voy teniendo. Mi vida: es mi corazón, es mi cuerpo y mi alma, son mis amores, mis sueños, mis anhelos más íntimos y ocultos, mis sufrimientos, mis capacidades, mis impotencias, etc. Mi vida: es mi quehacer, mis acciones, mis decisiones, los pasos que doy... Dios quiere que yo le regale todo esto que es MI vida. Original. Unica. Irrepetible. Jesús moribundo me mira desde la cruz y me dice: Tengo sed. Sed de tu corazón, de lo que sólo tú me puedes dar; sed de tu sí, sed de tu entrega, de llenarte, de colmarte. En un momento de silencio escribe lo que quieres entregar hoy de ti a Dios “Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía. Después de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo: “Esta copa el la Nueva Alianza sellada con mi Sangre que se derrama por ustedes” Lc 22,1920. El Padre Kentenich nos continúa motivando: "Si Uds. reflexionan sobre lo que dice Jesús, por cierto palabras que han oído ya con mucha frecuencia 'Quién come mi carne y bebe mí sangre permanece en mi y yo en él’, comprenden cuán verdaderas son estas palabras. Jesús no permanece en nosotros sólo un cuarto de hora, cuando lo 3 ORACIÓN 3 Universitarias recibimos; no, Él se queda en nosotros. Es un estado permanente. Cuan entrañable tiene que ser esta unión entre Jesús y nosotros! No podemos ni imaginar suficientemente esta intimidad... En la medida en que esté libre de mi mismo, me libere de mi, en es medida mi pensar, amar y sentir se traspasa al pensar, amar y sentir del Hombre Dios. Ya no vivo yo sino Cristo vive en mi. El actúa en mi, Él trabaja en mí, sufre en mí, vive y reza en mí... Esto hay que tomarlo literalmente. ... 11 (7.6,1928) "Cristo permanece en nosotros si vivimos diariamente la Misa de la vida. Este es el milagro de los milagros, que se cumple en la Misa de nuestra vida." (1930) Un Testimonio De La Vida Del Padre Kentenich: "Al llegar al campo de concentración de Dachau ingresé primero al bloque de entrada. En la noche cuando estaba a punto de subir a buscar un lugar en el 'tercer piso* de las camas, intentando por primera vez llegar arriba y pensando cómo se podría descansar y de mirar allí, en un espacio tan reducido bajo el techo de madera, un co-hermano de edad me tiró de la manga y me pasó un pequeño papelito doblado con una Hostia en su interior. Me sorprendí enormemente y desaparecí en el tercer piso. Allá arriba sin ser visto ni molestado, contemplé mi pequeño secreto' en el papel. ¡Era realmente el Señor! Tomé después con mano temblorosa la santa especie del pan, adoré al Señor sacramentado, me uní a Él y agradecí con un corazón lleno de alegría, este inesperado y secreto encuentro con Cristo en el primer día de mis años en Dachau. El Padre Kentenich fue quien me procuró esta felicidad.". As¡ queremos esforzarnos, por consiguiente, en participar en la santa Misa de acuerdo a su sentido. Naturalmente queremos hacerlo con la querida Madre de Dios. Ella también tuvo la santa Misa al centro de su vida. SUGERENCIAS METODOLOGICAS: Tener una vivencia (Santuario o ermita) en base a los textos, dejando espacios de silencio para meditar las preguntas de los recuadros. También, si ayuda, se puede colocar música de fondo. Conviene sacar copias para cada miembro del grupo, y que lleven su cuaderno personal. 4