Entrevista a Sami-Ali

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Todo es relacional*
Seis mujeres hablan, seis casos particulares. Tienen en común el hecho de tener
cáncer, pero en diferentes estados de la enfermedad, unas bajo tratamiento médico, otras no.
Cuentan pedazos de vida que son transcriptos con su espontaneidad. Su interlocutor, Sami-Ali,
es profesor de la Universidad de París VII, director del Centro Internacional de Psicosomática y
terapeuta. Su práctica, que lo enfrenta hace varios años al cáncer, lo llevó a emprender un
nueva investigación en el campo de la psicosomática: ¿cómo pasar de lo somático a lo
psíquico, desprendiéndose de la relación causa-efecto (uno está enfermo físicamente, “debido”
a dificultades psicológicas)? – se pregunta.
Su idea central es que “desde antes del nacimiento, todo es relacional”. Relacional es
también el atolladero, al que hace alusión en el título de su libro: todas las mujeres cuyas
historias se leen, en algún momento u otro de su existencia, se encontraron en una situación
sin salida. Ahora bien, dice Sami-Ali, esta situación tiene efectos sobre los planos psicológico y
físico, encontrándose también afectado el sistema inmunológico. Este atolladero no es
exclusivo del cáncer, sino que puede proyectarse a nivel físico bajo diferentes formas como,
por ejemplo, las grandes alergias.
El subtítulo del libro, “Temporalidad y cáncer”, indica el vínculo que existe entre esta
enfermedad y una relación problemática con el tiempo. Y esto no sólo al momento de
declararse la enfermedad – porque, en ciertos casos, uno se encuentra confrontado con la
finitud de la vida -, sino mucho antes.
Estar fuera del tiempo, sin referencias con respecto a él, que sin embargo se esfuma
sin regresar, girar en círculo y volver perpetuamente al punto de partida, son experiencias que
se encuentran en estas entrevistas. Lejos de creer que con un solo principio se encuentra
respuesta a todo, Sami-Ali ve, en esta última obra, un punto de partida para una investigación
más amplia.
¿Por qué es tan importante el concepto de atolladero?
El atolladero es un conflicto insoluble que perdura, porque el sujeto se encuentra en
una situación relacional de encierro. A diferencia del conflicto, que puede ser superado, el
atolladero conduce a un agotamiento de la psiquis y del sistema inmunológico, ya que no tiene
solución. Esta imposibilidad de encontrar una salida predispone a la somatización.
Pero, ¿por qué misterio se pasa del plano psíquico al somático?
Yo postulo que todo es relacional, desde el comienzo, desde antes del nacimiento,
incluido el sistema inmunológico. Cuando éste presenta graves anomalías, como en el caso de
las grandes alergias, es porque hay una relación que da el equivalente. Una situación de
atolladero se refleja a nivel inmunológico; la misma dificultad se proyecta a nivel inmunológico y
a nivel físico. No son dos cosas distintas.
¿En qué consiste la terapia?
En mi libro, las entrevistas muestran que hay algo en el segundo plano, una situación
completamente bloqueada, que no evoluciona. Por supuesto, no se trata de decir de inmediato:
“usted está en un atolladero”, sino al contrario, tomar conciencia progresivamente. Hacerlo es
comenzar a encontrar una relación posible entre la patología y la vida que lleva el sujeto. De
repente, la patología forma parte de su historia, ya no es más algo exterior que “se le cayó
encima”.
¿Cómo salir de un atolladero que, por definición, no tiene salida?
La cuestión no es salir, lo que en realidad es imposible, sino más bien preguntarse
cómo pudo construirse y tratar de modificar sus términos. Un trabajo que libere a la vez la vida
onírica y la vida afectiva.
¿Qué revelan estas entrevistas con respecto a los sueños?
Las personas entrevistadas no tenían vida onírica - hecho que las privaba de la mitad
de su funcionamiento -, y por razones precisas. Se trata de una represión, no de una carencia.
Es como si en algún momento dado, se decidiera que la vida onírica debe desaparecer.
¿Por qué es importante soñar y saberlo?
Porque si no, se desemboca en una mutilación en el funcionamiento del sujeto. Es
como si estuviera separado de una parte de sí mismo que, a mi entender, es esencial. De allí la
importancia en la terapia de una recuperación de la vida onírica. Cuando la persona está
privada de ella, busca llenar este vacío con una sobreadaptación, como un intento
desesperado por estar conforme, se separa de su subjetividad.
Esto crea comentarios frecuentes, a propósito de los acontecimientos, tales como “es la vida”.
Ahora bien, para recuperar las fuerzas se debe recuperar la subjetividad. Con respecto a esto,
todo lo que proviene de la creatividad favorece mucho. Por otra parte, a menudo descubrimos
situaciones de duelo que no fueron vividas, o vividas no lo suficiente como para ser superadas.
Pero, ¿qué es lo que la noción del tiempo viene a hacer en este contexto?
La cuestión del atolladero está ligada a la de la temporalidad. Estas entrevistas revelan
diversas experiencias del tiempo, todas problemáticas. Un ejemplo, desarrollado en el libro, es
el de la temporalidad circular – las cosas se repiten sin cesar. Esta relación problemática con el
tiempo no es exclusiva del cáncer, también la encontramos en las toxicomanías, por ejemplo.
Pero es a partir de esta patología que nos confronta con la finitud de la vida, que pude extraer
la relación con el tiempo como fundamento mismo de todo pensamiento relativo al atolladero.-
* Entrevista publicada en la revista "Construire 47", del 21 de Noviembre de 2000 en Surich,
Suiza. Cedida por la Lic. Susana Rotbard - Directora del Centro Internacional de
Psicosomática.-
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