Constitucionalidad del derecho a la propiedad

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INTRODUCCIÃ N
En el presente trabajo hemos tratado de resaltar y analizar a través de la Jurisprudencia y la doctrina la
constitucionalidad del Derecho a la Propiedad; analizando entre otros puntos lo siguiente:
Que la propiedad privada resulta reforzada respecto de las determinaciones constitucionales anteriores. Baste
con señalar que el artÃ−culo 70°, norma de apertura del capÃ−tulo relativo a la propiedad, se abre con la
proclamación de que el derecho de propiedad es inviolable; asimismo que su ejercicio debe armonizarse con
el bien común, no con el interés social, como el artÃ−culo 124° de la carta anterior disponÃ−a, matiz
que busca superar la ambigüedad de las palabras, que a veces se prestaron a usos polÃ−ticos. También
hemos verificado que la nueva Constitución no solo ha obviado la posibilidad de que ciertos supuestos
(guerra, calamidad, desastre etc.) el pago de indemnización que corresponda con ocasión de una
expropiación de la propiedad pueda hacerse en bonos de aceptación obligatoria y no solo en efectivo (como
disponÃ−a el último párrafo del artÃ−culo 125° de la anterior Constitución), previniendo de modo
inexcusable que toda expropiación requiere el previo pago en efectivo de la indemnización justipreciada
que incluya compensación por el eventual perjuicio, sino que, de otro lado, ha dispuesto de modo
especÃ−fico que hay acción ante el Poder Judicial para contestar el valor de la propiedad que el Estado haya
señalado en el procedimiento expropiatorio. Con el fin de evitar excesos de polémica recordación, como
la Ley de Reforma Agraria de 1969, todo este análisis lo hemos realizado teniendo presente la
Jurisprudencia del Tribunal Constitucional, la doctrina investigada.
El Autor
*Estudiante de Pregrado de la Facultad de Derecho - Universidad de San Martin de Porres - Filial
Chiclayo
La Constitucionalidad de la Propiedad
I.- IDEAS BASICAS
Para efectos de precisar el rol que el derecho de propiedad tiene en una carta constitucional , entendida ésta
como el producto del consenso mÃ−nimo al que han llegado los integrantes de una comunidad PolÃ−tica,
precisaremos con Gaspar Ariño, que son dos los sistemas de ordenación económica y social básicas.
Uno, al que podrÃ−amos llamar de “Planificación Centralizada” y otro, al que llamaremos “Liberal”1.
Sistema de Planificación Centralizada:
En este modelo las decisiones económicas son adoptadas por la autoridad estatal, los medios de producción
constituyen una propiedad colectivizada cuyo titular es el Estado Social, el cual, como titular de las
actividades económicas es también el portador de prestaciones para todos. Este sistema, según Ariño,
está presidio por el principio de igualdad entre todos los hombres y la solidaridad social.
Sistema Liberal:
En este sistema, la libre iniciativa económica y la libre decisión empresarial con sus notas distintivas, y es
el principio de libertad individual y la subsidiariedad estatal el que lo preside. Este Sistema requiere de dos
condiciones básicas: El derecho de propiedad privado, y la libertad de mercado y empresa 2.
Definido el marco teórico inicial, y a fin de no caer en los extremos, conviene tener presente la advertencia
que Manuel Aragón señala: “Sólo desde un fanatismo liberal (incompatible con la función integradora
1
que el Estado necesariamente ha de ejercer) puede sostenerse que le mercado impone necesariamente la
desaparición del Estado Social. Sólo desde una demagogia populista (suicida, en cuanto que conducirÃ−a,
muy probablemente, a la bancarrota de la actividad pública prestacional) puede defenderse que el Estado
social obliga a abandonar (o a desconocer) las reglas del mercado”3.
1 Debe precisarse que en este último caso, EL Autor citado señala las caracterÃ−sticas del modelo,
no le asigna una denominación especÃ−fica. ARIà O, Gaspar.”EconomÃ−a y Estado”. En: Kresalja,
Baldo. Derecho Constitucional Económico. Materiales de Lectura. Lima, Pontificia Universidad
Católica del Perú, 1998.p.64 y ss.
2 ARIÃ O, Gaspar, Op. Cit.p.67.
3 ARAGà N, Manuel. “Libertades Económicas y Estado”. En: Kresalja, Baldo. Derecho
Constitucional Económico. Materiales de Lectura .Lima, Pontificia Universal Católica del Perú,
1998.p.140
II.- DERECHO DE PROPIEDAD Y CONSTITUCIÃ N: Importancia
Conviene reordar que el instituto APOYO, en una de las recomendaciones que brindo respecto de los temas de
debÃ−a incluirse en la discusión de reforma constitucional, propuso hacer explÃ−citas las garantÃ−as entre
otros, para los derechos de propiedad.
Por otro lado, en nuestra historia republicana, la importancia del derecho de propiedad privada ha sido puesta
de manifiesto en muchas ocasiones, sin embargo, nos interesa destacar lo que Bernardo Monteagudo, el
hombre que más influencia ejerció sobre la Libertador José de San MartÃ−n, señalo en sus Memorias:
“Cuando la Generalidad de los ambientes de un PaÃ−s, puede vivir independientemente con el producto que
rinde el capital, hacienda o industria que posee, cada individuo goza de mas libertad en sus acciones y está
menos expuesto a renunciar sus derechos por temor o venderlos a vil precio (…). El que posee un capital de
cualquiera especie con el cual satisfacer sus necesidades, sólo se interesa en el orden, que es el principal
agente de producción: el hábito de pensar sobre lo que perjudica o favorece a sus intereses le sugiere
nociones exactas acerca del derecho de propiedad; y aunque ignore la teorÃ−a de los demás, conoce su
extensión por reflexión y por práctica. Donde existen tale elementos no serÃ−a difÃ−cil establecer la
democracia”4.
En este sentido, Ariño añade que la existencia de un marco legal que imponga el respeto a la propiedad
privada y el cumplimiento de los contratos, tal como fueron pactados; constituye una de las caracterÃ−sticas
de la sociedades libres, correspondiendo una de la funciones del estado el crear el marco constitucional y
jurÃ−dico que de seguridad y garantÃ−a a los derechos5.
En lo que sigue, pretendemos apreciar cómo se llega al marco constitucional que define la propiedad en
nuestro PaÃ−s.
4 MONTEAGUDO, Bernardo. “Memoria: Sobre los principios polÃ−ticos que seguÃ− en la
administración del Perú y acontecimientos posteriores a mi separación”. En: Escritos PolÃ−ticos.
Buenos Aires. La cultura Argentina, 1916.p.330-331.
5 ARIÃ O.OP.Cit.p.68-69.
.
III.- LA PROPIEDAD EN LOS ANTEPROYECTOS DE LA CONSTITUCION DE 1993:
2
Las ideas matrices de la discusión cuando menos en el ámbito formal previa a la concreta regulación
constitucional sobre el tema de derecho de propiedad fueron:
Anteproyecto presentado por Carlos Torres y Torres Lara:
Las notas caracterÃ−sticas fueron:
• La propiedad tiene carácter inviolable como regla general
• Se permiten dos supuestos de privación: Seguridad nacional o Necesidad Pública.
• Para afectar a la propiedad se exige la promulgación de una ley formal.
• Se garantiza una indemnización justipreciada.
• En caso de afectación, se exige el pago previo y en efectivo.
• Se remite a la ley ordinaria el establecer el régimen de la propiedad.
• La propiedad no ampara el abuso del derecho del propietario
Anteproyecto presentado por Henry Pease:
Las notas más relevantes fueron:
• Se incorpora a la propiedad una función social: La obligación de usar los bienes en armonÃ−a con
interés social.
• Se incorpora el carácter inviolable de la propiedad como regla general.
• Se proponen 3 supuestos de privación: Necesidad, Utilidad Pública o Interés Social.
• La Afectación a la propiedad se realice “Conforme a Ley”
• Se garantice una indemnización Justipreciada.
• Se exige el pago previo en efectivo.
• Se remite a la Ley el régimen de la propiedad.
Anteproyecto presentado por Lourdes Flores Nano:
Se descarto los siguientes aspectos:
• El carácter inviolable de la propiedad.
• Un solo supuesto de privación con dos modalidades: Seguridad Nacional o Seguridad Pública.
• Exigencia de Ley explÃ−cita para afectar la propiedad.
• GarantÃ−a de Justiprecio no solo por el bien, sino también por los perjuicios de la transferencia.
• Exigencia del pago previo y efectivo en caso de afectación.
Por otra parte, sin que ello signifique avalar la propuesta del entonces oficialismo, debe reconocerse que en su
exposición VÃ−ctor Joy Way, calificó a la propiedad como un “derecho económico fundamental” e hizo
explicita la voluntad de su proyecto en el sentido que se delimite claramente las causales de privación a este
derecho (p.13)
Vistas las propuestas antedichas, ¿qué balance puede presentarse?.
Considero que los temas centrales en relación a la Propiedad se orientaban a delimitar el alcance de la
privación de la misma, asÃ− como a establecer los aspectos que de ello se derivan.
Lo anterior estimamos tenÃ−a sentido, por cuanto la Constitución Económica, entendida como el ámbito
que define el grado de intervención del Estado en la economÃ−a, exigÃ−a que en ella se definiera lo que el
constituyente querÃ−a garantizar frente a terceros. De ese modo, se resaltaba el carácter de Zona de
Seguridad, como han sido calificadas las Constituciones por Miguel Herrero6
3
En concreto, los aspectos centrales que debÃ−an definirse en la relación al derecho de propiedad y en
particular sobre su eventual privación eran los siguientes:
• Si los supuestos de privación debÃ−an ser amplios o restringidos.
• Si la afectación debÃ−a ser establecida en una ley formal o en otro tipo de norma dictada de conformidad
a la primera.
• Si el pago por la afectación debÃ−a ser previo o si podÃ−a pagarse en armadas.
• Si el pago debÃ−a ser en efectivo o en bonos de aceptación obligatoria.
• Si el pago debÃ−a incluir los perjuicios ocasionados por la privación.
• Si debÃ−a establecerse limitaciones constitucionales a la propiedad.
IV.- Concepto Constitucional del derecho de propiedad
En el texto final de la Constitución, respecto de la propiedad se establecieron los siguientes postulados:
En el inciso 16) del artÃ−culo 2° de la vigente Constitución de 1993:
“Toda persona tiene derecho: A la Propiedad y a la herencia”.
6 HERRERO, Miguel. “La Constitución Económica”. En: Kresalja, Baldo.Derecho Constitucional
Económica. Materiales de Lectura.Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, 1998.p.1.
En el artÃ−culo 70° de la Constitución, dentro del tÃ−tulo referido al “Régimen Económico”; se
estableció que:
“El derecho de propiedad es inviolable. El Estado lo garantiza. Se ejerce en armonÃ−a con el bien común y
dentro de los lÃ−mites de la ley. A nadie puede privarse de su propiedad sino, exclusivamente, por causa de
seguridad nacional o necesidad pública, declarada por ley, y previo pago en efectivo de indemnización
justipreciada que incluya compensación por el eventual perjuicio. Hay acción ante el Poder Judicial para
contestar el valor de la propiedad que el Estado haya señalado en el procedimiento expropiatorio”.7
A partir de los textos expuestos, en nuestra consideración puede decirse que la Constitución peruana de
1993, recogió los siguientes principios:
• Fin social de la propiedad: La propiedad debe ejercerse en armonÃ−a con el bien común y dentro de los
lÃ−mites de la ley.
• Legalidad: Sólo por ley expresa y por las causas constitucionalmente previstas puede privarse de la
propiedad, previo pago de la indemnización.
• Integridad e identidad del pago: El pago, en caso de afectación, debe ser previo y debe efectuarse en
efectivo.
• Reparación integral: La indemnización por la privación de la propiedad debe incluir la
compensación por el eventual perjuicio.
¿Hay diferencia entre el Bien común y el Interés Social?
Si la Hay. El Bien común es el bien general, el bien de todos. El interés social en cambio, es el que puede
tener un grupo social determinado. AsÃ−, por ejemplo, existe el interés de los campesinos, de los
empresarios y de quienes viven en los pueblos jóvenes.
Otra diferencia es que la noción de “bien” alude a beneficio, a lo que es conveniente. El “Interes”, por otra
parte, responde a la satisfacción de alguna necesidad.
4
7 SAR, Omar A.” Constitución, PolÃ−tica del Perú con la Jurisprudencia “.Tercera Edición, 2006
Como consecuencia de lo anterior, es distinto que el ejercicio de la propiedad armonice con el bien social o
con el bien común. En el primer caso, por ejemplo el ejercicio de la propiedad e incluso su subsistencia
pueden ceder ante un programa de vivienda para personas de escaso recursos, lo cual ciertamente no se
darÃ−a cuando está de por medio el bien común.
Visto lo anterior, corresponde preguntar ¿cómo se ha interpretado y/o aplicado en la práctica dichos
preceptos?
V.- Regulación constitucional del derecho de propiedad a la luz de pronunciamientos del Tribunal
Constitucional.
El artÃ−culo 2° inciso 8) de la Constitución señala que “Toda persona tiene derecho a la libertad de
creación intelectual, artÃ−stica, cientÃ−fica, asÃ− como a la propiedad sobre dichas creaciones y su
producto”. Por su parte, el mismo artÃ−culo en su numeral 16) dispone que “Toda persona tiene derecho a la
propiedad y a la herencia”. Al respecto, el Tribunal Constitucional ha indicado que ambos artÃ−culos hacen
referencia al ámbito subjetivo del derecho de propiedad, que lo consagra como derecho fundamental.8
No obstante, al igual que otros derechos fundamentales, el derecho de propiedad no constituye solamente un
derecho subjetivo, sino también una garantÃ−a institucional, a tenor del artÃ−culo 70° de la Carta
Magna, el cual enuncia que “El derecho de propiedad es inviolable. El Estado lo garantiza. Se ejerce en
armonÃ−a con el bien común y dentro de los lÃ−mites de ley. A nadie puede privarse de su propiedad
sino, exclusivamente, por causa de seguridad nacional o necesidad pública, declarada por ley, y previo
pago en efectivo de indemnización justipreciada que incluya compensación por el eventual perjuicio”.8
Empero, acorde con el principio hermenéutico constitucional de concordancia práctica (acorde al cual
toda aparente tensión entre las propias disposiciones constitucionales debe resolverse optimizando su
interpretación, sin sacrificar ninguno de los valores, derechos o principios contenidos en la Constitución), el
derecho fundamental a la propiedad (contemplado en artÃ−culo 2° numerales 8 y 16) de la Carta Magna)
debe ser conjugado con el artÃ−culo 70° del mismo cuerpo normativo, que señala que por ley se puede
imponer limitaciones a su ejercicio a fin de armonizarlo con el interés colectivo de la sociedad, asÃ−
como con la necesidad y utilidad públicas.8
8 Tribunal Constitucional, Sentencia recaÃ−da en el expediente N° 0048-2004-AA/TC
VI.-Ômbito protegido por el derecho constitucional de propiedad
Tradicionalmente se ha entendido que el derecho de propiedad sólo recae sobre bienes muebles o tangibles.
Pero ello no es tan cierto, ya que el artÃ−culo 2° inciso 8) de la Constitución señala que toda persona
humana ostenta el derecho de propiedad sobre sus creaciones intelectuales, artÃ−sticas, técnicas y
cientÃ−ficas. Como bien anota Eugenio RamÃ−rez, en este supuesto la propiedad recae sobre algo inmaterial
o incorporal, porque su objeto no es el libro u obra producida, el invento, la marca o el establecimiento, sino la
creación y el trabajo que ellos representan.
Jurisprudencialmente, nuestro Tribunal Constitucional ha tenido la oportunidad de pronunciarse en el sentido
que el concepto constitucional de propiedad difiere, y más aún, amplÃ−a los contenidos que le confiere el
derecho civil (Que solamente incluye a determinados intangibles como objeto de apropiación). “Para el
derecho constitucional, la propiedad no queda enclaustrada en el marco del dominio y de los derechos reales,
sino que abarca y se extiende a la pluralidad in totum de los bienes materiales e inmateriales que integran el
patrimonio de una persona y que , por ende, son susceptibles de apreciación económica”, concluyendo que
“El orden del derecho de propiedad no reside en la voluntad polÃ−tica del legislador estatal, sino en la
5
propiedad naturaleza humana , que impulsa al individuo a ubicar bajo su ámbito de acción y
consentimiento, el proceso de adquisición, utilización y disposición de diversos bienes de carácter
patrimonial”.9
El razonamiento arribado ha sido confirmado por el Tribunal; “ Debido a la existencia de una variada e
ilimitada gama de bienes sobre los que puede configurarse la propiedad ( urbanos, rurales, muebles,
inmuebles, materiales, inmateriales, públicos, privados, etc.), puede hablarse de diversos estatus de la
misma, lo que no obstante asumir matices particulares para cada caso, no significan que la propiedad deje de
ser una sola y que, por tanto, no puede predicarse respecto de la misma elementos de común
configuración”.10
VII.-El derecho constitucional de propiedad de las personas jurÃ−dicas
A diferencia del artÃ−culo 3° de la Constitución PolÃ−tica de 1979, el cual prescribÃ−a que “Los
derechos fundamentales rigen también para las personas jurÃ−dicas, en cuanto sean aplicables”, nuestro
Texto Fundamental de 1993 únicamente enuncia en su artÃ−culo 2° una lista de derechos fundamentales
aplicables a toda persona, sin especificar si en sus alcances también están comprendidos las personas
jurÃ−dicas.
9 Tribunal Constitucional, sentencia recaÃ−da en el expediente N° 0008-2003-AI/TC
10 Tribunal Constitucional, Sentencia recaÃ−da en el expediente N° 3782-2004-AA/TC
De una interpretación de la Carta Magna de 1993 acorde con los Tratados Internacionales sobre Derechos
Humanos ratificados por el Perú, autorizada por su Cuarta Disposición Final, parecerÃ−a que en nuestro
actual marco constitucional los derechos fundamentales sólo son predicables respecto de las personas
humanas.
Esto en razón a que la Declaración Universal de Derechos Humanos en su artÃ−culo 1° señala que
todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, para seguidamente en su artÃ−culo
2° regular una serie de derechos aplicables a estas personas (seres humanos), en tanto que la Convención
Americana de Derechos Humanos en su artÃ−culo 1° numeral 2) indica que persona es todo ser humano, y
en sus artÃ−culos 4° en adelante detalla una serie de derechos concernientes a la persona (ser humano).
Sin embargo, cabe manifestar que el ArtÃ−culo V del TÃ−tulo Preliminar del Código Procesal
Constitucional (CPC en lo sucesivo) establece que el contenido y alcances de los derechos constitucionales
deben interpretarse de conformidad con las decisiones adoptadas por los Tribunales Internacionales sobre
Derechos Humanos constituidos según Tratados de los que el Perú es parte. AsÃ−, para conocer los
alcances de la titularidad de los derechos fundamentales resulta pertinente acudir a la jurisprudencia expedida
por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la que ha manifestado que “Si bien la figura de las
personas jurÃ−dicas no ha sido reconocida expresamente por la Convención Americana, como sÃ− lo hace
el Protocolo N° 01 a la Convención Europea de Derechos Humanos, esto no restringe la posibilidad que
bajo determinados supuestos, el individuo pueda acudir al Sistema Interamericano de Protección de
Derechos Humanos para hacer valer sus derechos fundamentales, aún cuando los mismos estén cubiertos
por una figura o ficción jurÃ−dica creada por el mismo sistema del Derecho”.11
Por otro lado, debemos indicar que nuestro Tribunal Constitucional ha venido reiterando que el derecho
internacional de los derechos humanos enuncia mÃ−nimos derechos que siempre pueden ser susceptibles de
mayores niveles de protección, resultando con ello que los derechos constitucionales han de interpretarse
como “mandatos de optimización”, en el sentido que su hermenéutica debe efectuarse siempre se
encuentra dirigida a alcanzar mayores niveles de protección.
6
De esta forma, el Tribunal Constitucional estipulo que “ La titularidad de los derechos por las personas
jurÃ−dicas de derecho privado se desprende implÃ−citamente del artÃ−culo 2° numeral 17) de la Carta
Fundamental, pues mediante dicho dispositivo se reconoce el derecho de toda persona de participar en forma
individual o asociada en la vida polÃ−tica, económica, social y cultural de la Nación”12.
11 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Sentencia del 7 de septiembre del 2001 recaÃ−da en el
caso CANTOS VS ARGENTINA.
12 Tribunal Constitucional, Sentencia recaÃ−da en el expediente N° 3045-2004-AA/TC.
Asimismo el Tribunal recalcó que “El no reconocimiento expreso de derechos fundamentales sobre las
personas jurÃ−dicas no significa tampoco y en modo alguno negar dicha posibilidad, pues la sola existencia
de un Estado democrático de derecho supone dotar de garantÃ−as a las instituciones por él reconocidas”,
entonces dicha interpretación realizada por nuestro supremo intérprete de la Constitución sobre la
titularidad de los derechos fundamentales es la que debe prevalecer por encima de lo que dicten los Tratados
Internacionales sobre Derechos Humanos.13
Sobre el particular, cabe recordar que EL Tribunal Constitucional ha puntualizado que no todos los atributos
reconocidos a las personas naturales deben ser automáticamente trasladados a las personas jurÃ−dicas, sino
que a tÃ−tulo enunciativo se mencionan los siguientes derechos como integrantes de su a) el derecho de
igualdad ante la ley, b) las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento; c)
el derecho al secreto bancario y la reserva tributaria; d) el derecho a la buena reputación, e) al inviolabilidad
de domicilio, f) el secreto e inviolabilidad de las comunicaciones y documentos privados, g) el derecho de
asociación, h) la libertad de contratación, i) el derecho de propiedad, j) el derecho a la inafectación de todo
impuesto que afecte bienes, actividades o servicios propios en el caso de universidades, institutos superiores y
demás centros educativos; k) la libertad de empresa; l) la prohibición de confiscatoriedad tributaria; ll) el
derecho al debido proceso y la tutela jurisdiccional.14
VIII.- El derecho de propiedad y expropiación
Dado que la expropiación compromete seriamente la titularidad de la propiedad de un bien, la Constitución
ha establecido una serie de garantÃ−as para que se lleve a cabo el ejercicio de esta potestad. Según el
artÃ−culo 70 de la Constitución, el ejercicio de la potestad expropiatoria: a) debe obedecer a exigencias de
“seguridad Nacional” o “necesidad pública”; b) está sujeto a una reserva de ley absoluta, es decir, debe
declararse mediante una ley expedida por el Congreso de la República; c) supone la obligación del Estado
de pagar en efectivo, la indemnización justipreciada que compense el precio del bien materia de
expropiación.15
Como saben, el Estado peruano, hace más de 40 años, decidió expropiar las tierras de muchos
compatriotas para emprender la reforma agraria, y les otorgó en compensación unos bonos que
supuestamente luego se cobrarÃ−an en efectivo.
Sin embargo, hasta la fecha, el Estado no ha cumplido con honrar esa deuda y pagar dichos bonos.15
13 Tribunal Constitucional, Sentencia recaÃ−da en el expediente N° 4972-2006-PA/TC
14 Tribunal Constitucional, Sentencia recaÃ−da en el expediente N° 4972-2006-PA/TC
15 JurÃ−dica, suplemento de Análisis Legal N° 487-Aà O 8-ENERO 20014-Pag 4
Esta situación, en la que el Estado se exonera de su responsabilidad, es por demás injusta, máxime si
consideramos, por un lado, que los ciudadanos peruanos que incumplan con el pago de una deuda al Estado
7
son pasibles - como debe ser - de las sanciones previstas por la ley para el deudor moroso esto es, pago de
multas, intereses moratorios, inscripción en registros administrativos de récord crediticio, entre otras. Y
además estamos ante un trato diferenciado indebido, pues el Estado Peruano no honra la deuda interna,
cuando la externa si la paga escrupulosamente.
.
En 2001, el Tribunal Constitucional dispuso que la deuda de los bonos agrarios debÃ−a ser cancelada por el
Estado peruano de acuerdo con criterios valorativos y no nominalista, porque, claro dada la depreciación de
la moneda durante estos 40 años de falta de pago la suma de dinero por pagar a los tenedores de los bonos,
si nos atenemos a un criterio nominalista, resultarÃ−a Ã−nfima.
Pasaron 12 años desde entonces, y nada, el Estado no cumplió con ejecutar la sentencia, amagó con
hacerlo mediante la creación de algunas comisiones, pero lo cierto es que no cumplió con pagar la deuda,
por lo que el Tribunal Constitucional, dispuso, en ejecución del mandato dado en 2001 y partiendo de la
premisa de que todos somos iguales ante la Ley, que el Estado debe indemnizar a los expropiados, fijando
unos criterios para la actualización de la deuda y, al ser consciente del impacto que este pago tendrá en la
caja fiscal, estableció un plazo de 8 años para su cancelación.15
Esta situación antes descrita, no deberÃ−a suceder pues habiéndose arrebatado la propiedad es justo, la
exigencia del pago del justiprecio en un tiempo razonable es de justicia y debe valorarse positivamente,
además la indemnización debe ser justa; a tal efecto, es preciso que se promulguen normas que incluyan
criterios de valoración adecuados, en aras a facilitar la efectividad de tal requisito.16
Asimismo, el marco constitucional peruano (el subrayado es nuestro) ; parece concebir el instituto
expropiatorio como una herramienta que garantiza la protección del derecho de propiedad, y que impide, al
menos “en teorÃ−a”, que la propiedad y otros derechos puedan ser objeto de privación sin que concurra una
justificada causa expropiandi, único presupuesto que legitima la potestad expropiatoria, mediante la
correspondiente indemnización y conforme al procedimiento legalmente previsto16.
15 JurÃ−dica, suplemento de Análisis Legal N° 487-Aà O 8-ENERO 20014-Pag 4
16 Tribunal Constitucional Español, con motivo de la Resolución de una cuestión de
inconstitucionalidad (48/2005 en relación con la ley de Canarias 2/1992, de 26de Julio, sobre
declaración de utilidad pública de la expropiación forzosa de varios edificios de Santa Cruz de
Tenerife para proceder a la ampliación de la sede del parlamento al referirse a la configuración
constitucional del Instituto Expropiatorio.
Para concluir habrá que decir algo sobre la garantÃ−a expropiatoria de la propiedad. El derecho de
propiedad es un derecho expuesto siempre a su sacrificio en aras de la utilidad pública o del interés social.
Frente a otros tipos de derechos reconocidos en la Constitución, que no ceden nunca ante la utilidad pública
o el interés social, el derecho de propiedad puede decaer. Es en ese sentido la propiedad es como derecho
subjetivo público un derecho debilitado17.
IX.-LA FUNCION SOCIAL COMO LÃ MITE MATERIAL EXTERNO DEL DERECHO DE
PROPIEDAD
Se ha insistido, hasta la saciedad, en la doble vertiente del derecho de propiedad con el fin de resaltar su
concepción social frente a su consideración como derecho subjetivo absoluto o ilimitado. Insistencia que
sorprende, pues de todos es conocido que gracias a ella se superó la concepción sagradamente
individualista del derecho de propiedad proclamada en la Revolución Francesa por la Declaración de
derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, asÃ− como que su vertiente social, representada por la
8
función social, se encuentra reflejada en la regulación constitucional del derecho de propiedad. Creo que
dicha insistencia no es necesaria, dado que nadie pone en duda el carácter limitado del derecho de propiedad,
ni que la propiedad deba cumplir hoy una función social, lo que se cuestiona es la interpretación que de ella
se viene haciendo por parte de los poderes públicos18.
Ciertamente, para proscribir el carácter absoluto del derecho a la propiedad, citando al profesor Jorge
Eugenio Castañeda, se sostiene que “La propiedad es hoy un derecho esencialmente relativo; sus
limitaciones son numerosas y profundas (…) El estado interviene tanto en la propiedad que casi se puede
afirmar que es un condómino. La propiedad es función social, o sea que ella no solo concede derechos
sino que impone también obligaciones. No se permite el abuso de la propiedad; la cosa deberá ser usada
racionalmente”19.
X.- Ã LTIMO PRONUNCIAMIENTO DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PERUANO SOBRE
EL DERECHO DE PROPIEDAD
Asimismo el Tribunal Constitucional con fecha 10 de abril del presente ha emitido un último
pronunciamiento sobre el derecho de propiedad ; en el cual manifiesta “que no existen derechos
fundamentales ilimitados y que, por el contrario, en algunos derechos, sus lÃ−mites se encuentran
establecidos expresamente por la Constitución, mientras que en otros el lÃ−mite deriva de manera mediata o
indirecta de tal norma, justificándose en la necesidad de proteger o preservar no sólo otros derechos
fundamentales, sino también otros bienes constitucionales protegidos ; en tal sentido, resulta claro que la
imposición de limitaciones a los derechos constitucionales debe encontrarse razonablemente
justificadas, ya sea para preservar u optimizar otros derechos o principios o bienes jurÃ−dicos relevantes20.
17 PICAZO, Luis Diez; Fundamento del derecho civil Patrimonial, cuarte Edición, Madrid .1995, pag
57
18 PRIETO, Sánchez, L, Justicia constitucional y derechos fundamentales, Editorial Trotta, Madrid
2003, pag 221.
19 CASTAÃ EDA, Jorge Eugenio, Instituciones del Derecho Civil, los Derechos Reales, Vol. I,
SEGUNDA Edición, 1958, pp.155 y 20 Fundamento 16, STC N°03818-2013-PA/TC
En efecto, ello es asÃ− toda vez que la naturaleza de una medida transitoria implica el
Establecimiento de un plazo determinado en el tiempo para el cumplimiento de los fines que se pretende
alcanzar, el cual no fue definido en dicha resolución, convirtiendo asÃ− lo transitorio en permanente. Esta
caracterÃ−stica en particular, y que resulta vital en los actos administrativos temporales, en los hechos ha
venido a desnaturalizar la resolución municipal cuestionada al extremo que los propios miembros de la
PolicÃ−a Nacional del Perú, en cumplimiento de sus funciones y del contenido de dicha resolución (y su
confirmatoria), vienen perturbando el ejercicio del derecho de propiedad del demandante, anulando sus
potestades de uso, posesión y disfrute al impedirle de manera irrazonable, el ingreso al inmueble que es de su
propiedad sin que exista fundamento legal alguno para ello, lo cual se agrava por el hecho de que ésta
clausura “transitoria” se mantiene por un lapso de aproximadamente tres años21. En este caso el Tribunal ha
resuelto Declarando FUNDADA, en parte la demanda por haberse acreditado la afectación del derecho de
propiedad del actor reconocido en los artÃ−culos 2.16° y 70° de la Constitución.
XI.- EL DERECHO DE PROPIEDAD DE LOS EXTRANJEROS CONFORME AL ARTÃ CULO 71
DE LA CONSTITUCIÃ N
Este artÃ−culo en la constitución está redactado de la siguiente manera:
9
“En cuanto a la propiedad, los extranjeros, sean personas naturales o jurÃ−dicas, están en la misma
condición que los peruanos, sin que, en caso alguno, puedan invocar excepción ni protección
diplomática. Sin embargo, dentro de cincuenta kilómetros de las fronteras, los extranjeros no pueden
adquirir ni poseer, por tÃ−tulo alguno, minas, tierras, bosques, aguas, combustibles ni fuentes de
energÃ−a, directa ni indirectamente, individualmente ni en sociedad, bajo pena de perder, en beneficio
del Estado, el derecho asÃ− adquirido. Se exceptúa el caso de necesidad pública expresamente
declarada por decreto supremo aprobado por el Consejo de Ministros conforme a Ley”.
Al respecto el Tribunal Constitucional ha puntualizado algunos aspectos en su jurisprudencia y ha
manifestado por ejemplo: “Tratándose de un supuesto de transferencia de propiedad del Estado peruano a
otro (1 kilómetro cuadrado de Tiwinza), el tema con cuestión es susceptible de observarse a la luz de dos
consideraciones distintas; la cuestión polÃ−tica y la cuestión jurÃ−dica. En relación con la cuestión
polÃ−tica, la doctrina y la jurisprudencia comparada es casi uniforme en señalar que la circunstancia y
oportunidad de una decisión polÃ−tica directamente vinculados con las relaciones internacionales y la
búsqueda de la paz entre los pueblos, asÃ− como su desarrollo, no están sujetos a un control jurisdiccional,
sino a la estimación de la opinión pública; por ende, la historia y el veredicto ciudadano expresado en las
urnas, entre otros caminos, son los instrumentos por donde se viabiliza el control de dicha cuestión
polÃ−tica22.
21 Fundamento 18, STC N°03418-2013-PA/TC
22 Fundamentos 1 y 5, STC N° 1297-1999-AA/TC
En tal contexto, los miembros del Tribunal Constitucional, de manera individual, reservan su derecho
ciudadano a tomar y fijar posición cÃ−vica sobre dicha decisión de Estado... El Tribunal Constitucional
considera importante señalar que si bien la primera parte del segundo párrafo del artÃ−culo 71° de la
Constitución PolÃ−tica del Estado prevé que, dentro de cincuenta kilómetros de las fronteras, los
extranjeros no pueden adquirir ni poseer, por tÃ−tulo alguno, minas, tierras, bosques, aguas, combustibles ni
fuentes de energÃ−a directa ni indirectamente, individualmente ni en sociedad, bajo pena de perder, en
beneficio del Estado, el derecho asÃ− adquirido, también es verdad que, a continuación, la misma
disposición constitucional señala que ´Se exceptúa el caso de necesidad pública expresamente
declarada por decreto supremo aprobado por el Congreso de Ministros conforme a ley´…”22
XII.-RESTRICCIONES A LA PROPIEDAD SEGÃ N EL ARTÃ CULO 72 DE LA CONSTITUCION
Este artÃ−culo de la constitución señala en que caso es procedente las restricciones a la propiedad y
taxativamente dice.
“La ley puede, sólo por razón de seguridad nacional, establecer temporalmente restricciones y
prohibiciones especÃ−ficas para la adquisición, posesión, explotación y transferencia de
determinados bienes”.
Al respecto también el Tribunal ha tenido oportunidad de pronunciarse y ha manifestado; “mediante el
precepto del artÃ−culo 72° de la Constitución se autoriza que el legislador, en caso de seguridad nacional,
con carácter temporal, pueda establecer restricciones y prohibiciones especÃ−ficas para la adquisición,
posesión, explotación y transferencia de determinados bienes. Pero de él no se desprende una
prohibición general a que el legislador establezca lÃ−mites al derecho de propiedad o a la explotación de
los bienes. Como se deduce de su interpretación con el artÃ−culo 70° de la Constitución y la necesidad de
armonizar su ejercicio con el bien común”23
Asimismo en otro pronunciamiento ha manifestado : “Este dispositivo establece que la Ley puede, sólo por
razones de seguridad nacional, establecer temporalmente restricciones y prohibiciones especÃ−ficas para la
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adquisición, posesión, explotación y transferencia de determinados bienes. En puridad, los alcances de
dicho precepto configuran de manera innominada una situación de anormalidad de naturaleza económica y
financiera que pone en peligro la seguridad nacional, o cuando se acredita la existencia de una situación en la
cual, a efectos de lograr el control de la pluralidad de influencias que atenten contra los fines de
preservación, desarrollo y continuidad de la Nación Peruana, se adoptan en el campo económico
determinadas medidas para ayudar a superar dicha grave situación. Al respecto para este Colegiado, ni el
paÃ−s se encuentra dentro de una situación de grave anormalidad económica financiera ni tampoco se
perciben influencias internas o externas que pongan en peligro la continuidad del cuerpo polÃ−tico. En ese
contexto, tampoco9 se aprecia que la Ley N° 27633 establezca prohibiciones especÃ−ficas para la
adquisición, posición, explotación o transferencia de determinados bienes”24
22 Fundamentos JurÃ−dicos 1y 5, STC N°1297-1999-AA/TC
23 Fundamento JurÃ−dico 3, STC N° 0009-2001-AI/TC
24 Fundamento JurÃ−dico 2, STC N° 0018-2003-AI/TC
A manera de conclusión podemos mencionar que existen algunos criterios que deben ser reforzados ,
promulgando leyes que ayuden a optimizar aun más el derecho de propiedad a fin de que lo expresado en la
constitución no sea solo principios declarativos sino que se hagan efectivos, a fin de no vulnerar el
contenido esencial del derecho de propiedad (Subrayado es nuestro).
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