El Propósito de la Creación (parte 1 de 3): Introducción Introducción El propósito de la creación es un tema que interesa a cada ser humano en algún punto de su vida. Todos, en uno u otro momento, nos hacemos la pregunta: “¿Por qué existo?”; o: “¿Con qué propósito estoy aquí en la tierra?” La variedad y complejidad de los sistemas intrincados que constituyen la sociedad de los seres humanos y el mundo en que ellos existen, indican que tiene que haber existido un Ser Supremo que los creó. El diseño apunta a un diseñador. Cuando los seres humanos se encuentran con huellas en una playa, concluyen inmediatamente que un ser humano caminó previamente por allí poco tiempo antes. Nadie imagina que las olas del mar se han establecido en la arena y por casualidad se produjo una depresión que se parece a las huellas humanas exactamente. Ni tampoco los seres humanos concluyen instintivamente que cobraron existencia sin un propósito. Siendo que el actuar con un propósito es un producto natural de la inteligencia humana, los humanos concluyen que el Ser Inteligente y Supremo que los creó lo debe haber hecho con un propósito específico. Por consiguiente, los seres humanos necesitan conocer el propósito de su existencia para poder dar un sentido a sus vidas, y hacer lo que es finalmente beneficioso para ellos mismos. A lo largo de la historia, sin embargo, ha existido una minoría de personas que han negado la existencia de Dios. En su opinión, el universo es eterno y la humanidad es meramente un producto de la coincidencia de combinaciones accidentales de sus elementos. Por consiguiente, para ellos, la pregunta: “¿Por qué Dios creó al ser humano?”, no tuvo y todavía no tiene ninguna respuesta. Según ellos, simplemente no hay ningún propósito para la existencia. Sin embargo, la inmensa mayoría de la humanidad, a lo largo de la historia ha creído y continúa creyendo en la existencia de un Ser Supremo que creó este mundo con un propósito. Para todos ellos era, y continúa siendo, importante saber sobre el Creador y el propósito para el cual Él creó a los seres humanos. La Respuesta Para responder a la pregunta “¿Por qué Dios creó al hombre?”, debe determinarse primero desde qué perspectiva la pregunta es formulada. Desde el punto de vista de Dios significaría: ¿Qué motivó a Dios a crear a los seres humanos?; mientras que desde el punto de vista humano significaría: “¿Con qué propósito creó Dios a los seres humanos?”. Ambos puntos de vista representan aspectos de la intrigante pregunta “¿Por qué existo?”... se explorarán ambos aspectos de esta pregunta basados en la guía brindada por la revelación divina. Éste no es un tema para la especulación, porque de las conjeturas no se puede obtener la verdad completa en esta materia. ¿Cómo podrían los seres humanos deducir intelectualmente la realidad de su existencia, cuando ellos apenas pueden comprender cómo su propio cerebro o su entidad más elevada, la mente, funciona? Por consiguiente, los numerosos filósofos que han especulado sobre esta pregunta a lo largo del la historia han propuesto respuestas innumerables, todas ellas basadas en presunciones que no pueden demostrarse. Las preguntas sobre este tema han llevado a varios filósofos incluso a declarar que realmente no existimos y que el mundo entero es imaginario. Por ejemplo, el filósofo griego Platón (428-348 a.C.) sostenía que el mundo cotidiano de cosas cambiantes, en cual el hombre llega a conocer a través de sus sentidos, no es la realidad primaria, sino que es la sombra de un mundo de apariencias. Muchos otros, como se mencionó previamente, afirmaron y continúan afirmando que no hay ningún propósito en absoluto para la creación de los seres humanos. Según ellos, la existencia humana es meramente un producto de coincidencias. No puede haber ningún propósito si la vida evolucionó de materia inanimada que sólo tomó vida por casualidad. Si los supuestos “primos” de la especie humana, los monos y los simios, no se preocupan por preguntas acerca de la existencia; ¿por qué los seres humanos deben preocuparse por ellas? Aunque la mayoría de las personas deja de lado la pregunta de “por qué hemos sido creados”, después de una breve reflexión ocasional, es sumamente importante para los seres humanos conocer la respuesta. Sin el conocimiento de la respuesta correcta, los seres humanos no serían distinguibles de los otros animales a su alrededor. Las necesidades animales y los deseos de comer, beber y procrear, se convertirían en el propósito de la existencia humana por defecto, y el esfuerzo humano se enfocaría entonces en esta limitada esfera. Cuando la satisfacción material se convierte en la meta más importante en la vida, la existencia humana se degrada más aun que la del más bajo de los animales. Los seres humanos harán un mal uso de su inteligencia dada por Dios si carecen del conocimiento del propósito de su existencia. La mente humana degradada usa sus habilidades para crear drogas y bombas, y se sumerge en la fornicación, la pornografía, la homosexualidad, los juegos de azar, el suicidio, etc. Sin el conocimiento del propósito de la vida, la existencia humana carece de todo significado y, como consecuencia, se pierde; y la recompensa de una vida eterna llena de felicidad en el más allá, se destruye completamente. Por lo tanto, es de suma importancia que los seres humanos contesten correctamente a la pregunta: “¿Por qué estamos aquí?” Las personas muy a menudo consultan a otras buscando respuestas. Sin embargo, el único lugar donde pueden encontrarse respuestas claras y precisas a estas preguntas, es en los libros de la revelación divina. Era necesario que Dios revelara el propósito de la vida a través de Sus profetas, porque los seres humanos son incapaces de llegar a las respuestas correctas por sí mismos. Todos los profetas de Dios les enseñaron a sus seguidores las respuestas a la pregunta “¿Por qué Dios creó al hombre?” (parte 2 de 3): La Respuesta Judeo-cristiana Las Escrituras Judeo-cristianas Un estudio de la Biblia deja al buscador honrado de verdad perdido. El antiguo Testamento parece más involucrado con las leyes y la historia del hombre temprano y el pueblo Judío que con contestar la pregunta vital acerca del objetivo de la creación de humanidad. En el Génesis, Dios crea el mundo y a Adán y Eva en seis días y hace el resto de Su trabajo en el séptimo. Adán y Eva desobedecen a Dios y son castigados y su hijo Caín mata a su hermano Abel. ¡Y Dios estaba “afligido” por lo que él había hecho al hombre! ¿Por qué las respuestas no están allí en las condiciones claras e inequívocas? ¿Por qué es el idioma tan simbólico, dejando al lector intentando adivinar sus significados? Por ejemplo, en Génesis 6:6 se menciona: “Cuando los hombres empezaron a multiplicarse sobre la tierra y les nacieron hijas, los hijos de Dios se dieron cuenta de que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron por esposas aquellas que les gustaron” “¿Quiénes son éstos “hijos de Dios”? Cada secta judía y cada una de las muchas sectas cristianas tienen sus propias explicaciones. ¿Cuál es la interpretación correcta? La verdad es que el propósito de la creación del hombre fue enseñado por los profetas de la antigüedad, sin embargo, algunos de sus seguidores - en conjunto con los demonios - después cambiaron las escrituras. Las respuestas se hicieron vagas y mucho de la revelación se encontraba oculto en idioma simbólico. Cuando Dios envió a Jesús a los judíos, él volcó las mesas de los fariseos que estaban comerciando dentro del templo, y predicó contra la interpretación ritualista de la ley practicada por los rabinos judíos. Él reafirmó la ley del Profeta Moisés y la revivió. Él enseñó el propósito de la vida a sus discípulos y demostró cómo cumplirlo hasta sus últimos momentos en este mundo. Sin embargo, después de su salida de este mundo, su mensaje fue desvirtuado por algunos que se decían ser sus seguidores. La verdad clara que él enseñó se volvió vaga, como los mensajes de los profetas anteriores a él. El simbolismo fue reintroducido, sobre todo a través de las "inspiraciones" de Juan, siendo que el Evangelio original que se reveló a Jesús estaba perdido. Cuatro otros evangelios compuestos por hombres que fueron escogidos por Atanasio, un obispo del siglo cuarto, reemplazaron el Evangelio perdido de Jesús. Y los 23 libros con cartas de Pablo y otros se incluyeron en el Nuevo Testamento. Como resultado, los lectores del Nuevo Testamento no pueden encontrar las respuestas precisas a la pregunta “¿Por qué Dios creó al hombre?”. Y uno se ve obligado a seguir ciegamente los dogmas ideados por las distintas sectas. Los evangelios se interpretan según las creencias de cada secta, y el buscador nuevamente vuelve a preguntarse, ¿cuál es la correcta? La Encarnación de Dios Quizás el único concepto común en la mayoría de las sectas cristianas con respecto al propósito de la creación de la humanidad es que Dios se convirtió en ser humano para que pudiera morir a las manos de los hombres para purificarlos del pecado que heredaron de Adán. Según ellos, este pecado se había vuelto tan grande que ningún acto humano de expiación o arrepentimiento podría borrarlo. Dios es tan bueno que el hombre pecador no puede estar de pie ante Él. Por consiguiente, el sacrificio de Dios mismo sólo podría liberar a la humanidad de este pecado. La creencia en este mito de origen humano se volvió la única fuente para la salvación, según la Iglesia. Por consiguiente, el propósito cristiano de la creación se volvió el reconocimiento del “sacrificio divino” y la aceptación de Jesús como el Señor Dios. Esto puede deducirse de las siguientes palabras atribuidas a Jesús en el Evangelio según Juan: ¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Único, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él. Para quien cree en él no hay juicio. En cambio, el que no cree ya se ha condenado, por el hecho de no creer en el Nombre del Hijo único de Dios. ¿Sin embargo, si este es el propósito de la creación y el requisito previo para la vida eterna, por qué no fue esto lo que enseñaron todos los profetas anteriores a Jesús? ¿Por qué Dios no se volvió hombre en el tiempo de Adán y su descendencia para que toda la humanidad tuviera una oportunidad igual de cumplir su propósito para la existencia y lograr la vida eterna. ¿Aquéllos que existieron antes del tiempo de Jesús tenían otro propósito para su existencia? Todas las personas que existen y nunca han oído hablar de Jesús no tienen ninguna oportunidad de cumplir su propósito. Tal propósito, es demasiado limitado para cumplir con las necesidades de la humanidad. (parte 3 de 3): La Tradición hindú Todo es Dios Las escrituras hindúes enseñan que existen muchos dioses, encarnaciones de dioses, personas de Dios, y que todo es Dios, brahmán. A pesar de la creencia que el ego (el atman) de todos los seres vivientes en realidad son brahmán, existe un sistema de castas opresivo que evolucionó basado en que los brahmanes, la casta sacerdotal, poseen la supremacía espiritual desde su nacimiento. Ellos son los maestros del Veda y representan el ideal de pureza ritual y el prestigio social. Por otro lado, la casta Sudra queda excluida del estado religioso y su único deber en la vida es “servir dócilmente” a las otras tres castas y sus miles de sub-castas. Según los filósofos hindúes, el propósito de la humanidad es la realización de su divinidad y, siguiendo un camino (la marga) a la emancipación (el moksha) de la rueda de renacimiento, la vuelta del alma humana (el atman) en la última realidad, Brahmán. Para aquéllos que siguen el camino del bhakti, el propósito es amar a Dios porque Dios creó a la humanidad para “disfrutar una relación - como un padre disfruta a sus niños” (Srimad Bhagwatam). Para el hindú ordinario, el objetivo principal de la vida mundana queda confinado a los deberes sociales y rituales, a las reglas tradicionales de conducta para la casta a la que pertenece: el camino del karma. Aunque la mayoría de la religión de los textos Védicos que disertan alrededor de los rituales de sacrificio se han visto eclipsados por las doctrinas hindúes y prácticas encontradas en otros textos, la autoridad absoluta y santidad del Veda sigue siendo un principio central de virtualmente todas las sectas hindúes y sus respectivas tradiciones. El Veda está compuesto de cuatro colecciones, el más antiguo, que es el Rigveda (los “versos de la sabiduría”). En estos textos, Dios se describe a sí mismo como “confundido”. La religión reflejada en el Rigveda es un politeísmo principalmente involucrado con deidades apaciguadoras asociadas con el cielo y la atmósfera de las que el más importante era Indra (el dios de los cielos y la lluvia), Baruna (guardián del orden cósmico), Agni (el fuego), y Surya (el Sol). En los textos Védicos posteriores, el interés por los dioses Rigvedicos decae, y el politeísmo empieza a ser reemplazado por un panteísmo sacrificatorio a Prajapati (“Señor de Criaturas”), quién es el Todo. En los Upsanidas (enseñanzas confidenciales que involucran las ecuaciones cósmicas), Prajapati se une con la esencia de Brahmán, la realidad suprema y sustancia del universo, reemplazando cualquier personificación específica, transformando la mitología así en una “filosofía” abstracta. Si los volúmenes de estas escrituras fueran los que todos los seres humanos tuvieran que escoger para su guía, uno tendría que concluir que Dios se escondió a Él mismo y al propósito de la creación de la humanidad. Pero Dios no es el autor de ninguna confusión, ni hace las cosas difíciles para la humanidad. Por consiguiente, cuando Él reveló Su último Libro hace mil cuatrocientos años a la humanidad, Él aseguró que sería absolutamente incorruptible para todas las generaciones de seres humanos por venir. En esa escritura final, el Corán, Dios reveló Su propósito al crear a la humanidad y, a través de Su último profeta, Él clarificó todos los detalles de manera que el hombre pudiera comprenderlo fácilmente. Es en base a esta revelación y las explicaciones proféticas que nosotros debemos analizar las respuestas precisas a la pregunta “¿Por qué creó Dios al ser humano?”