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REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
REUNIÓN CONJUNTA DE LAS COMISIONES DE
PRESUPUESTO Y HACIENDA Y DE SISTEMAS, MEDIOS
DE COMUNICACIÓN Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Salón Auditorio - H. Senado de la Nación
Martes 9 de agosto de 2005
Presidencia del señor senador Jorge Milton Capitanich
— En Buenos Aires, en el Salón Auditorio del H. Senado de la Nación,
el martes 9 de agosto de 2005, a las 15 y 7:
Sr. Presidente (Capitanich).— Damos comienzo a la reunión del día de la fecha.
En realidad, se desarrollarán tres reuniones conjuntas. La primera, con las comisiones
de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión y de Legislación General,
relacionada con el tratamiento del proyecto de ley del Poder Ejecutivo contenido en el
expediente P.E.354/05, por el que se crea la sociedad "Empresa Argentina de Soluciones
Satelitales Sociedad Anónima AR—SAT".
En esta oportunidad, junto con el presidente de la Comisión de Sistemas, Medios de
Comunicación y Libertad de Expresión, senador Jenefes, hemos invitado al secretario de
Comunicaciones de la Nación, licenciado Mario Guillermo Moreno, para que exponga
respecto de las características de esta iniciativa.
Tiene la palabra el señor senador Jenefes.
Sr. Jenefes. — Cabe destacar que acompañan al señor secretario las doctoras Lescales
y Montoya y los licenciados Carreras y Scalabrini.
A continuación, hará uso de la palabra el señor secretario Moreno, quien explicará el
proyecto a fin de que los senadores puedan formular las preguntas que consideren de su
interés.
Desde ya, le damos la bienvenida.
Sr. Moreno. — Ante todo, agradezco a los señores presidentes de las comisiones
respectivas por haberme invitado a esta reunión. Es un honor para mí participar de las
deliberaciones y que entre todos vayamos construyendo las herramientas de esta nueva
política que se plantea para nuestro país.
En primer lugar, me gustaría resaltar que todos los funcionarios del Poder Ejecutivo
tenemos una clara instrucción: orientar todas nuestras acciones a aquellas decisiones
instrumentales que permitan fundamentalmente reindustrializar el país y —a caballo de ello—
naturalmente, bajar la tasa de desocupación.
Quiero resaltar estos dos elementos ordenadores porque son los que, de alguna
manera, generan los marcos conceptuales a través de los cuales se desgrana concretamente la
propuesta de AR—SAT.
Cabe destacar que, ni bien asumimos, tuvimos una primera reunión con el doctor
Barotto, que preside la Comisión Nacional de Actividades Espaciales. En dicha oportunidad,
le preguntamos, con precisión, si la República Argentina estaba en condiciones de emprender
la tarea de desarrollar satélites de comunicaciones; es decir, si el complejo industrial nacional
vinculado a la temática espacial estaba apto técnicamente para fabricar satélites de
comunicaciones, que —como bien sabrán— son de razonable peso. En este caso, se trata de
dos satélites de dos toneladas, de órbita geoestacionaria, que terminarán orbitando a 36 mil
kilómetros de altura sobre el Ecuador. Esto implica contar con una sapiencia técnica
importante. No es lo mismo fabricar satélites de observación terrestre —que sabemos que la
Argentina lo hace— a dar un salto de calidad y fabricar satélites de comunicaciones que, por
cierto, es un club muy selecto en el mundo.
El segundo elemento es contestado positivamente. La respuesta de la Comisión
Nacional de Actividades Espaciales, en cabeza de su presidente, fue afirmativa. Por lo tanto,
la industria argentina estaba en condiciones de aceptar este desafío.
Dentro de las posibles industrias en el país —en términos de organizaciones
empresariales— figura INVAP que, de alguna manera, es la que ordena generalmente este
tipo de actividades y la que posee el conocimiento técnico para encararlo. Por consiguiente, se
le solicitó a INVAP la realización de un primer borrador sobre las potencialidades y
debilidades en la fabricación de lo que nosotros empezamos a denominar “satélite de
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comunicaciones argentino”. Y, por otro lado, comenzamos a hacer algunos números en
términos de competitividad mundial para determinar nuestra proyección en esta industria.
En términos de competitividad mundial —que fue lo más fácil de realizar y que, tal
vez, tiene que ver con la expertis que cada uno posee—, nos encontramos un 20 por ciento
abajo de aquellas industrias o países competitivos que obviamente llevan estructuras de costos
en su hacer. Digo esto porque las estructuras de costos no siempre son absolutamente
transparentes y hay países que deciden producir o fabricar sin ser muy rígidos en cuanto a la
relación costo—beneficios.
La Argentina hoy está con una competitividad de punto ocho —un 20 por ciento
abajo, lo que sería un 25 por ciento de costo hacia arriba— sobre los satélites que se fabrican
en el mundo de similar calidad y utilización.
Sobre la fortaleza del INVAP, solicitamos al Ejército que hiciera un análisis de
auditoría externa. El Ejército destinó algunos hombres, se visitó INVAP y también pedimos
oficialmente a la CONEA que elaborara un informe similar. De este modo, atacamos desde
dos lugares lo que podría ser el ordenador básico de este proyecto satelital —INVAP— y
recibimos dos informes favorables, en el sentido de que la industria argentina estaba en
condiciones de fabricar satélites de comunicaciones..
Conjuntamente con eso tenemos dos necesidades: la primera, es ocupar la posición 81
que está en tránsito de coordinación internacional. Digo de “coordinación internacional”
porque a veces circula que la UIT es la que designa las posiciones. Eso no es técnicamente
correcto porque nadie delega en ningún organismo internacional la soberanía sobre esas
posiciones. Dichas posiciones son del conjunto de países que nos reconocemos como
soberanos en esa posición. Y lo que hacemos, en un juego de clearing, es coordinar entre los
distintos países qué posición ocupa cada uno. Entonces, la posición 81 ahora está en un
proceso de coordinación avanzado. En ese sentido, las primeras coordinaciones con Brasil,
Estados Unidos y Venezuela están avanzadas y podemos decir que esa posición le
corresponde a la Argentina. Por otra parte, los acuerdos internacionales también dicen que hay
un determinado rango que cumplir para ocupar esa posición.
Como ustedes saben, hay una empresa argentina que brinda soluciones satelitales, que
es la empresa Nahuel-Sat., que en su momento se presentó a la licitación y ganó la posición
que hoy está ocupando con un satélite de origen extranjero. Ese satélite fue fabricado en
Europa y se puso en nuestro espacio. En realidad, se puso en la posición que se había
coordinado. Eso es importante y por eso empecé explicitando que el elemento ordenador es la
voluntad del Estado, en este caso del Poder Ejecutivo, de desarrollar la industria de
comunicaciones satelitales en la Argentina. Obviamente, la otra alternativa es proveerse de un
satélite en el supermercado mundial pero esa no era la opción, sobre todo si consideramos que
hoy tenemos una alta competitividad en términos de costos.
También es cierto que si no se concibe un instrumento que genere la primera demanda,
a este complejo industrial le va a ser muy difícil iniciarse. Ustedes saben cómo funcionan
estos mercados razonablemente pequeños en cuanto a los acuerdos de fabricación y prestación
de soluciones satelitales.
Nosotros debíamos ocupar la posición 81 pero la empresa que tenía que generar el
proceso para ocuparla venía con retraso. En realidad, los instrumentos legales vigentes a
través de los cuales se había cedido desde la Secretaría de Comunicaciones la posición a esta
empresa, a nuestro juicio, no habían sido lo prolijos que debieran ser. Por lo tanto, se emitió
una resolución en tiempo y forma declarando nula de nulidad absoluta la resolución por la
cual la posición 81 también se le había entregado a la empresa Nahuel-Sat, que por cierto está
operando la posición 72 y tiene una estación terrena en la localidad de Benavídez apta para el
trabajo que está haciendo y también para el trabajo que queremos encarar a futuro.
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Entonces, frente a la necesidad de ocupar esa posición nosotros teníamos que construir
el instrumento de la persona jurídica que generara la demanda de la industria local y luego se
juega la operadora de ese satélite en condiciones de competencia en un mercado
decididamente desregulado.
Es nuestra sensación que es importante la participación del sector privado en este
instrumento jurídico. Por eso, nosotros hoy sometemos a la consideración de los senadores la
creación de una persona jurídica que tiene un primer aporte de capital por parte del Estado.
Inmediatamente después de que se constituya, mediante una asamblea para aumento de
capital, va a generar los instrumentos de mercado para que el sector privado, ya sea a través
del mercado de capitales o de la correspondiente licitación -en este caso las hemos tipificado
como acciones tipo B- puedan hacerse cargo del management y encarar el proyecto de
construcción de los satélites.
En principio, hemos decidido según nuestro plan de negocio que sean dos satélites de
hasta dos mil kilos; eso son 40 transporter, de los cuales quedan 4 en back up. Por lo tanto,
van a ser 36 de utilización. Y eso lo hemos decidido porque, según los informes técnicos que
nos envían, hasta un satélite de dos mil kilos puede construirse en la Argentina sin ningún tipo
de dificultad. Entonces, serían dos satélites de tamaño medio, hermanados en la misma
posición para brindar soluciones satelitales.
Los dos satélites tendrían un importante sendero de negocios porque es una posición
que permite alumbrar con distintas intensidades desde el sur de Boston en los Estados Unidos
hasta Tierra del Fuego, lo cual lo hace una posición altamente rentable.
Obviamente, eso lleva un tiempo físico. Por lo tanto, estamos en razonables tratativas
para ocupar transitoriamente la posición con otros jugadores de este mercado a nivel
internacional, para poder hacer un tránsito desde las necesidades que tenemos de empezar a
generar un flujo de caja para esta empresa y el tiempo físico que demanda la industria
argentina, de aproximadamente cuatro años, para que estén los satélites listos.
Desde ya quiero aclarar, porque a veces genera alguna confusión, que estamos
hablando de la construcción de los satélites, de ninguna manera de su lanzamiento y el seguro
que va asociado a eso. Obviamente, eso se negociará en tiempo y forma, y se crearán los
presupuestos adecuados a los distintos países que hoy tienen experiencia en poner satélites de
estas características en órbita. Lo que la Argentina va a desarrollar es el satélite de
comunicaciones y ahí es donde estamos poniendo el esfuerzo, para dejar instalada en nuestra
patria un nuevo espacio de fabricación. En ese sentido, la Argentina alguna vez tuvo una de
las industrias más competitivas a nivel mundial y después, por diversas razones, quizás no
fuimos acompañando el desarrollo de los tiempos. Bueno, queremos recuperar ese tema y esta
empresa que estamos construyendo tiene una vinculación directa con la industria argentina en
este desarrollo.
Nosotros queremos hacer una empresa absolutamente transparente, por eso
planteamos también la oferta pública. Estamos convencidos de que las empresas que cotizan
en bolsa tienen mayor grado de transparencia que aquellas que no lo hacen. También tenemos
claro que hay decisiones estratégicas que deben estar en manos del Estado, por eso
preservamos la acción de oro y hacemos el primer aporte de capital que permita iniciar las
acciones.
Por otra parte, no tenemos problemas en que sucesivas ampliaciones de capital vayan
licuando la participación del Estado porque claramente hemos definido las acciones clase A,
que van a ser las responsables de lo que se da en llamar la “acción de oro”. Por eso, las
acciones clase A siempre tienen que estar en un determinado tipo de votación, que está
absolutamente tipificado en el estatuto, y que al margen de la participación porcentual del
Estado, para determinadas decisiones, eso tiene que estar.
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Por los comentarios que uno recibe, a algunos jugadores del sector privado nacional
les interesa también participar en el management de la empresa. En tiempo y forma se lanzará
la licitación de las acciones clase B, que entendemos son las que tienen que cotizar en bolsa.
También hay transitando algún consenso con el sector financiero para emitir posibles
obligaciones negociables, convertibles en acciones si son necesarias, que terminarían -vía
pasivo- de financiar el conjunto del proyecto. En ese sentido, la Bolsa y el sistema financiero
informalmente nos han comunicado que hay mucha predisposición para este tipo de
proyectos, sobre todo cuando no tiene ningún tipo de riesgo cambiario. Y este tipo de
proyectos sin riesgo cambiario, porque se estás fijando en dólares, son muy buscados. En
general, lo que define una inversión de mediano y largo plazo, además de la tasa de retorno
del proyecto, es el riesgo cambiario; muchas veces, cuando se empieza a analizar más
finamente este tipo de emprendimiento. En este caso, se trata claramente de un proyecto que
no tiene ningún tipo de riesgo cambiario. Por lo tanto, es un producto muy sensible para el
mercado de capitales y para el sector financiero.
Por otro lado, fundamentalmente en el área en la que me desempeño —aunque creo
que esto puede hacerse extensivo al Ministerio—, entendemos los futuros emprendimientos
ordenados desde la demanda hacia la oferta. En ese sentido, tratamos de reunir la potencial
demanda que tendría el satélite en el mercado, dada por quienes hoy utilizan capacidades
satelitales como, por ejemplo, las empresas de celulares, principalmente las empresas de
televisión por cable y empresas de comunicación.
Para nuestra sorpresa, prácticamente el satélite en su capacidad está todo vendido;
cosa que no se ve reflejada en el plan de negocios que estamos presentando, porque quisimos
demostrar que, a pesar tener un análisis de sensibilidad bien a la baja, el emprendimiento es
profundamente rentable. Si nos remontamos al día en que el presidente de la Nación firmó el
mensaje y proyecto de ley que elevaría luego al Honorable Congreso, simplemente sumando
la demanda de los que estaban allí sentados a la mesa, podríamos aseverar que estamos
agotando la capacidad de los satélites que estamos fabricando.
Para finalizar, entiendo que, a futuro, nos encontraríamos con un sistema satelital
ordenado, fundamentalmente por la empresa AR—SAT. Y estamos en conversaciones con la
empresa Nahuel—SAT para determinar cuál será su tránsito en el mercado. En ese sentido,
soy altamente optimista con que quedará una empresa sólida y competitiva a escala mundial,
con una industria satelital articulada y con todo un diseño de profesionales científicos y
técnicos de la Argentina en condiciones de brindar el servicio.
Estas son las instrucciones que teníamos y estos son los instrumentos políticos para
cumplirlas. En efecto, hemos traído unas carpetas con documentación para distribuir entre los
señores senadores.
Por último, quedo sometido a las preguntas que los señores senadores deseen formular
sobre el proyecto. Gracias por su atención.
Sr. Presidente.— Tengo varias preguntas. ¿Cuánto es el monto total de la inversión
de cada satélite de dos mil kilos? ¿Cuál es el plazo de ejecución de la inversión, desde el
inicio hasta la finalización? ¿Cuánto tiempo lleva la colocación en órbita?
Finalmente, quisiera saber si a partir de este emprendimiento y con este nuevo enfoque
estratégico desde las comunicaciones, la Argentina estaría en condiciones de trabajar en una
agenda de plataforma de lanzamiento satelital, como lo fue el “Proyecto Cóndor”.
Sr. Moreno. — Desde ya, no estoy en condiciones de contestar su última inquietud,
pues excede al área de Comunicaciones analizar el tema de los vectores de lanzamiento. Eso
es algo relacionado con decisiones estratégicas que ustedes sabrán tomar, pero que claramente
no hacen a la competencia de mi área.
Actualmente, la inversión total del proyecto de los dos satélites orilla los 220 millones
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de dólares. El tiempo de fabricación, de manufactura, son aproximadamente cuatro años. Ese
es el tiempo que demanda desarrollar satélites en la Argentina y en el mundo. La otra decisión
sería comprar un satélite hecho, si es que está. Por otra parte, se trataría de un lanzamiento
conjunto, de dos satélites al mismo tiempo.
Cuando digo 220 millones de dólares, me refiero a los precios actuales de mercado.
Evidentemente, el avance científico—tecnológico global impacta en el precio vía tecnología y
de los insumos. Podrán notarlo en el caso de internet y de los celulares; y también ocurre con
el caso de los satélites.
Entonces, esto está estimado a costo del mercado actual; pero se presume que hay un
sendero a la baja en lo que son los insumos que se van a utilizar para la fabricación del
satélite. Por lo tanto, el valor presente neto es de 220 millones de dólares, con el lanzamiento
y con seguro, puesto en órbita.
Con respecto al vector, no puedo responderle.
Sr. Presidente.— ¿Cuánto genera en términos de facturación de servicios anualmente,
ya puesto en órbita? Tengo en mis manos el plan de negocios, pero aún no lo pude analizar.
Sr. Moreno. — Ya le informo, señor senador. Está en la última hoja.
Hablamos de ingresos totales. La facturación está en el orden de los 44 millones, una
vez que entremos al 90 por ciento de utilización del satélite; o sea que con el otro 10 por
ciento, estaríamos en el orden de los 48 ó 50 millones de dólares. Se tomó un precio de
facturación levemente inferior al precio actual de mercado, porque es el precio que
tendríamos en cuenta para los contratos de provisión a futuro, con un pequeño descuento. Y
como esos contratos de provisión son de empresas de primer nivel de la Argentina, serían los
que se utilizarían como garantía de las obligaciones negociables que se emitirían para
concurrir a la Bolsa y terminar de buscar el financiamiento, si fuera necesario. Digo esto
porque no sabemos de cuánto será el aporte de capital líquido en el proceso de licitación de
las Acciones B. Podría ser que los 205 ó 210 millones de dólares que faltan a valor actual del
proyecto —205 millones porque 15 millones sería el aporte del Estado, tomando 50 dividido
3, sería 15 o 16 millones— fuesen aportados en la licitación o en un quántum, para que
después hubiese que hacer una salida a la Bolsa, ya sea para seguir capitalizando Acciones B
o bien a través de obligaciones negociables. Si fuera por medio de obligaciones negociables,
el subyacente sería los contratos que se hacen con las empresas de primera línea para darle a
futuro capacidad satelital y, por lo tanto, el precio está tirado a la baja.
Así fue hecho el proyecto y así está dado para que ustedes estudien la sensibilidad del
negocio en sí.
Sr. Jenefes. — El 19 de octubre de 2005 se cumple un plazo improrrogable para
ingresar en la Posición 81, Longitud Oeste. ¿Esto constituye una de las urgencias para lograr
esta sociedad?
Sr. Moreno. — Sí. En realidad, precisamos la persona jurídica. Si bien hay un decreto
que está a la firma del presidente para que se me autorice transitoriamente a iniciar las
negociaciones para ocupar la Posición 81, realmente precisamos la persona jurídica que desde
el mercado opere ese sistema transitorio, genere los acuerdos y las negociaciones.
En ese sentido, habría dos momentos de transitoriedad: el que estoy encarando con
esta delegación de facultades del señor presidente y, otro, efectivamente de mercado, que es el
que pretendo que ejercite AR—SAT. Simplemente intentamos salir lo más rápido posible
para tener más opciones de negociación. Ante un mercado competitivo y desregulado, lo que
pretendo es obtener prontamente la persona jurídica para que, con su directorio, su presidente
y su gerente general, encare esto y reemplace las acciones absolutamente transitorias que yo
voy a llevar a cabo. Por eso, la fecha del 19 es importante para nosotros.
Sr. Jenefes.— De acuerdo al estatuto, el capital se integraría con 50 millones de
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pesos. Por otra parte, el artículo 8 otorga a la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales SA
la autorización del uso de la posición orbital 81 longitud oeste y su banda de frecuencia
asociada. ¿Eso no debería también ser tomado como un aporte del Estado Nacional?
Sr. Moreno. — Esa era una opción que se podía tomar en cuenta. La opción que
elegimos fue la siguiente: uno de los elementos calificadores en el proceso de licitación de las
acciones B va a ser el canon que le van a pagar al Estado argentino por la posición 81, que ya
está asignada. Eran dos caminos y elegimos el segundo. Nosotros pensamos que parte del
proceso de calificación va a estar dado, de parte de los oferentes privados, por el canon que
van a utilizar por el derecho de uso de ese espacio.
Sr. Sanz.— Le había pedido la palabra porque tenía vinculación con su pregunta,
señor presidente, respecto a la fecha del 19 de octubre de 2005. ¿Por qué dice usted que es
requisito indispensable contar antes de esa fecha con esta persona jurídica cuando podría
haber otro camino alternativo como pedir una prórroga? Habida cuenta de que hay
antecedentes en la UIT de pedidos de prórroga, incluso la Argentina ha pedido la prórroga.
Por lo tanto, además de contar o no con esta sociedad, también se podría pedir una prórroga y
no perderíamos la concesión.
Sr. Moreno. — De hecho, ya se solicitó una prórroga y es la que vence precisamente
en octubre. Esta primera prórroga es única y si no se ocupa la posición deberíamos volver a
empezar los hechos de coordinación. Dada la situación que pasó nuestro país, se ha instruido
al embajador Dumont, que es nuestro embajador ante los organismos multilaterales, para que
empiece los sondeos en caso de que resulte necesario pedir una segunda prórroga.
Obviamente, el primer escenario sería una solución transitoria porque empezaría la
facturación; siempre es mejor tener algo instalado y comenzar la facturación. Y si tenemos
algo instalado, es preferible que nuestra empresa sea la que facture. Todos estos son hecho a
negociar en un mercado competitivo y desregulado a nivel mundial.
Sr. Sanz. — Cuando usted habla de tener algo instalado, si tuviéramos esta empresa
en funcionamiento, ¿sería un satélite alquilado?
Sr. Moreno. — Sí, puede ser alquilado o comprado en determinadas condiciones.
Esos son todos los elementos que nos permite el mercado. La solución de transitoriedad viene
dada tanto por alquilar o por comprar un satélite en uso así como por poner uno
transitoriamente que no se pueda emplear pero que después se pueda utilizar en el corto plazo.
En fin, eso tiene que ver con el devenir del mercado pero vamos a jugar con todas las
cartas que el mismo nos permita, incluida la prórroga que usted está sugiriendo. Si bien tiene
un bajo grado de probabilidad, según los análisis técnicos que se vinculan a la UIT, siempre
queda el componente político. Desde ya, si ninguna de las soluciones del mercado nos
satisface, apelaríamos a lo que usted perfectamente está sugiriendo.
Sr. Sanz. — ¿Cuál es hoy la contraprestación de la empresa Nahuel-Sat respecto de la
posición orbital 72? ¿Es una concesión?
Sr. Moreno. — Sí.
Sr. Sanz. — ¿Cuál es la contraprestación en favor del Estado?
Sr. Moreno.— A ver, ellos están brindando un servicio satelital, lo que hacen es pagar
la tasa de control. ¿Usted vincula esto a la relación que tendríamos con la posición 81, que
planteó el senador Jenefes?
Sr. Sanz. — Usted dijo una frase muy impactante, de acuerdo a las proyecciones del
gobierno para la posición orbital 81; este es un negocio muy rentable.¿La posición 72
también es rentable? ¿Cuál es la contraprestación que hoy está recibiendo el Estado nacional?
Sr. Moreno. — No tengo duda de la rentabilidad de la posición 72. De hecho, tienen
ingresos superiores a los gastos corrientes según lo que se desprende de los balances de
Nahuel-Sat. Yo entendí contraprestación en cuanto a derechos de uso por la posición 72. Me
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da la sensación que no lo preveía el pliego.
Sr. Sanz. — Se lo pregunto en términos del contrato de concesión.
Sr. Moreno. — No es un contrato de concesión.
Sr. Sanz. — A ver, la propiedad de la posición orbital 72, que hoy ocupa Nahuel-Sat,
le pertenece al Estado Nacional.
Sr. Moreno. — Está coordinado.
Sr. Sanz. — Se la ha concedido a una empresa privada.
Sr. Moreno. — Sí, señor.
Sr. Sanz. — Si es un negocio rentable, ¿cuál es el beneficio que obtiene el Estado a
raíz de esa concesión? ¿Qué es lo que le retribuye hoy Nahuel-Sat al Estado en función de
esa concesión?
Sr. Moreno. — La relación contractual entre el Estado y la empresa Nahuel-Sat,
después de un proceso de licitación, data de la década de los 90. En ese llamado a licitación
no estaba contemplado lo que usted está señalando; sólo hay una tasa de control. Incluso, hay
toda una discusión con los órganos impositivos sobre si tienen o no que pagar impuestos.
Sr. Sanz. — ¿No están pagando impuestos ahora?
Sr. Moreno. — Bueno, hay una discusión respecto de si el objeto de explotación que
ellos están haciendo tiene que ver con su planta terrena en Benavídez. Es decir, si corresponde
que paguen ingresos brutos en la provincia de Buenos Aires o no, porque el objeto de
explotación está a 36 mil kilómetros. Incluso, hay un decreto de exención impositiva, lo cual
es una práctica habitual en este tipo de mercado. De acuerdo al pliego de licitación, la
respuesta a la pregunta que usted formuló sobre un negocio rentable como es brindar
soluciones satelitales, es no.
Sr. Sanz. — ¿Ustedes han hecho algo para revertir eso o simplemente van a esperar la
terminación del plazo de concesión?
Sr. Moreno.— A ver; la modificación de un contrato firmado no es algo que pueda
ser encarado decididamente a través de competencias como las que estamos tratando de llevar
adelante con este proyecto. Hubo una presentación de la empresa para renegociar el contrato
en la Uniren y entiendo que ha sido desechada porque no estuvo contemplada en el conjunto
atribuido a la Uniren para renegociar esos contratos, que fueron facultades delegadas a la
comisión bicameral. Por lo tanto, la empresa se presenta para renegociar y le dicen: “Mirén,
no es parte de nuestro objeto.”
Ustedes saben que no tengo ningún problema en responder pero hay cierta
información de carácter reservado que tiene que ver con las negociaciones. En ese sentido, no
sé cómo sería la metodología.
Sr. Sanz. — Está bien, le voy a reformular la pregunta. Esa condición de negocio
rentable que usted ha explicitado, ¿tuvo que ver en el decreto del presidente Kirchner
declarando nulo de nulidad absoluta la concesión de la posición orbital 82 a la misma
empresa?
Sr. Moreno. — No es un decreto, es una resolución mía. En realidad, el negocio de
Nahuel-Sat está planteado sobre la posición 72, no sobre la posición 81, que nunca se explotó.
Sr. Sanz. — Pero sí se había concedido.
Sr. Moreno. — A nuestro juicio, se la había concedido, y por eso hay una causa en
tribunales al respecto, con un acto que no revestía las condiciones correspondientes.
Por lo tanto, fue una resolución mía y, después, hice la denuncia en sede judicial. La
declaró nula de nulidad absoluta.
A partir de allí, se empieza a analizar el negocio de la Posición 81 para armar esta
unidad de negocios; y de ahí vino mi contestación. Si usted me pregunta si actualmente los
ingresos corrientes sobre los gastos corrientes de Nahuel—SAT daban elemento positivo, le
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digo que sí sobre la Posición 72.
Sr. Sanz. — Una última pregunta.
Si el negocio es rentable, si quien tiene el poder concedente es el Estado, que no lo ha
utilizado de manera correcta, acorde con lo que se desprende con el satélite Nahuel-SAT en la
Posición 72 —porque no recibe nada a cambio de un negocio rentable y ahora nos enteramos
que ni siquiera se pagan los impuestos—, y tenemos esa posición orbital libre porque usted se
la quitó a Nahuel—SAT a través de su resolución, ¿no hay alguien del sector privado que esté
dispuesto a invertir en este negocio y que el Estado, en vez de poner el dinero en esta misma
empresa lo coloque en INVAP, para que sea ésta la proveedora de insumos? ¿No sería mejor
que, en todo caso, de un negocio rentable se encarguen los privados y no el Estado?
Sr. Moreno. — Efectivamente esa es la propuesta. Eso que usted está diciendo es la
propuesta.
Sr. Sanz. — ¿Y para qué hace falta una empresa del Estado?
Sr. Moreno. — Precisamente, al comienzo de mi exposición señalaba que existe un
sector privado que analiza el flujo de caja de su emprendimiento, pero no es misión del sector
privado desarrollar los sectores industriales en cada una. Entonces, si juntáramos únicamente
al sector privado, lo más probable y lamentable —quizá prejuzgue, pero hablo en función de
las reuniones que he mantenido— es que terminen comprando el satélite en Europa o en los
Estados Unidos.
Sr. Sanz. — Pero si en una concesión se lo obliga...
Sr. Moreno. — No. Eso no se puede hacer en la concesión sino en la licitación de las
acciones. Se pueden poner ciertas restricciones como, por ejemplo, “compre nacional” —
permitame la digresión— en la concesión de las acciones pero no en el objeto de utilización
de la Posición 81. El marco a través del cual se llega a esta propuesta es exactamente lo que
usted dijo, senador. Lo que ocurre es que cuando fuimos articulando lo que se puede, lo que
no se puede o cómo se construye, vimos que ésta era la mejor manera de hacerlo. En ese
sentido, fíjese que el aporte de capital que está haciendo el Estado es mucho menor con
respecto a lo que será el ordenamiento final de la empresa. Ni hablar si finalmente AR—SAT
queda operando las dos posiciones.
Entonces, el esquema a través del cual se llegó a la construcción de ese instrumento es
el que menciona usted. Exactamente ese fue el camino lógico que nosotros seguimos. Quizá
se podría haber instrumentado con más expertis; pero el razonamiento, desde los conceptos,
fue el que usted manifestó.
Sr. Sanz. — Pero con soluciones contrarias. Yo opino lo contrario de lo que dice
usted en cuanto a la solución final.
Sr. Morales. — ¿Hace cuánto tiempo tenemos la autorización para operar la Posición
81?
Sr. Moreno. — Entiendo que esto se somete a un proceso de coordinación; y estamos
en ese proceso.
Cuando se termina el proceso de coordinación, se pone el satélite. No existe alguien
que lo autorice, porque los países no delegan esto; y como ese poder no se delega, nadie
puede autorizar. Son procesos de coordinación en simultáneo que se van realizando.
Estos procesos de coordinación se iniciaron hace tiempo. Finalizaron en cuanto al
período para poner el satélite y se pidió la prorroga por la emergencia, que se termina en
octubre. Calculo que deben ser siete años.
Sr. Morales. — Hace siete años...
Sr. Moreno. — Desde octubre, con respecto a Nahuel—SAT; y que tenemos nosotros
desde que se declaró nula de nulidad la resolución a través de la cual se la había entregado a
Nahuel—Sat. En este caso, no sé si es el Estado o la Argentina... Si es la Argentina, sí; si es el
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Estado, no.
Sr. Morales. — Lo que no queda claro en el proyecto, a partir de lo aquí planteado
por los senadores Jenefes y Sanz, es el tratamiento del canon para el caso de la licitación. Por
lo menos, yo no lo he visto.
Por otra parte, considero que si existen dudas con relación al tema impositivo,
deberíamos precisarlo en el texto del proyecto de la ley, a partir de la información que usted
brinda.
Sr. Moreno. — En ese sentido, sostenemos que el pago de los derechos por la
utilización de la Posición 81 será uno de los elementos a tenerse en cuenta para cuando se
evalúe la licitación de las Acciones Clase B. La licitación anterior —que se hizo en 1991— no
preveía un canon para la ocupación de esas posiciones satelitales. Justamente, ese es el tema
de debate que se generó recién con el senador Sanz.
En este caso, en el llamado a licitación para las Acciones B sí se va a prever y será uno
de los elementos ordenadores. En realidad, la cuestión impositiva deviene de dónde se está
efectuando la tarea. Hay una planta terrena y un satélite. El satélite no es sujeto de imposición
porque está a 36 mil kilómetros; la planta terrena, sí. ¿Dónde se realiza la actividad? El
mundo —no solamente la Argentina— considera que se hace en el espacio y no en la planta
terrena. Por lo tanto, si está en el espacio, no es sujeto imponible. Esta es la idea que quise
transmitir.
Obviamente, los recaudadores dirán: “Mire, el hecho imponible no está en el espacio,
sino en la planta”. Esa es la cuestión que, en algún momento, se tendrá que resolver, no sé si
en el marco de la ley, porque es un debate de profundidad jurídica.
Yo le pregunto a usted: ¿Cuál es el hecho imponible? ¿Es a 36 mil kilómetros, donde
se hace el espejo, o es en la base terrena? El mundo se ha puesto de acuerdo con que el hecho
se produce a 36 mil kilómetros y, por lo tanto, están exentos de impuestos. No sólo ocurre con
nuestros satélites. Si usted analiza el satélite Amazonas, de Brasil, que acaba de ser instalado,
podrá apreciar que sucede lo mismo. Y eso ocurre con todos los satélites. Este es el sistema
jurídico impositivo que se estila. Se considera que el hecho está a 36 mil kilómetros.
Efectivamente, existe un debate con la gente de la provincia de Buenos Aires —tengo
que reconocerlo—, donde está la planta, porque sostienen que el hecho imponible está fijado
en la tierra, en Benavidez.
Sr. Presidente.— Quisiera hacer una observación.
Me parece que lo expresado por el senador Jenefes es medular desde el punto de vista
de la valuación de la empresa; es decir, si el canon se realiza como una variable de stock o
como una variable de flujo. Digo esto porque maximizar el valor patrimonial proporcional de
cada acción emitida, implica diferencias desde la expectativa de generación de flujo de
ingresos.
Por eso, me parece que podríamos trabajar en la redacción de un artículo que
maximice la utilidad del sector público. En segundo lugar, sería positivo trabajar con un
esquema de management muy competitivo en la incorporación de la empresa, a fin de lograr
un aumento de los beneficios para el país.
Sr. Moreno. — Las Acciones B...
Sr. Sanz. — ¿Cuáles son los jugadores del mercado, tal como usted mencionó, que
estarían ya dispuestos a vincularse comercialmente con la empresa?
Sr. Moreno. — Algunos de ellos estuvieron presentes en la reunión donde el
presidente firmó el mensaje y proyecto de ley. A modo de ejemplo, podría citar a Telefónica,
Telecom, el Grupo Clarín, canales de cable —a través de Cablevisión— y también estuvieron
las cooperativas. Asimismo, asistieron diputados y senadores.
Todas esas empresas, me debo estar olvidando de alguna, están interesadas en
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09/08/05
Comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Sistemas
interactuar con este satélite, por eso estuvieron en ese evento. A todas aquellas empresas les
interesa comprar porque van a tener una tasa de descuento. Es también una manera racional
de hacer negocios. En la medida que uno baja la incertidumbre le demanda menos
rentabilidad al proyecto. Eso tiene que ver con la mesoeconomía y cómo uno entiende la cosa.
En realidad, cómo uno entiende el rol del Estado. Nosotros lo entendemos como un Estado
activo que articula a los jugadores y disminuye los costos de transacción entre la oferta y la
demanda. De esa manera, las certezas generan que la rentabilidad del proyecto exigible sea
menor. Y cuando eso sucede se avanza en el óptimo social, se avanza hacia el esquema
paretiano. Eso es lo que uno piensa pero acepto que a veces podamos tener opiniones
encontradas.
Sr. Jenefes.— Le agradezco al señor Secretario de Comunicaciones su presencia. A
los integrantes de la Comisión de Comunicaciones les vamos a circular los proyectos de
declaración para su aprobación. Por lo tanto, daríamos por terminada esta reunión conjunta
con la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Sr. Presidente.— Nosotros también queremos agradecer muy especialmente la
presencia del Secretario de Comunicaciones y su equipo. Ahora continuamos en una reunión
conjunta con la Comisión de Justicia y Asuntos Penales para tratar otros proyectos.
— Son las 15 y 57.
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