Lindsay E. Nicolle, MD, Asymptomatic bacteriuria When to screen and when to treat, Infect Dis Clin N Am 17 (2003) 367–394 BACTERIURIA ASINTOMATICA ¿CUANDO MONITOREARLA Y CUANDO TRATARLA? La bacteriuria asintomática es común. Poblaciones con anormalidades estructurales y funcionales del tracto genitourinario podrían tener una alta prevalencia de bacteriuria, aunque individuos sanos frecuentemente tienen urocultivos positivos. La bacteriuria asintomática rara vez se asocia con complicaciones graves. Las mujeres embarazadas e individuos que experimentan un procedimiento traumatico genitourinario tienen riesgo a complicarse de bacteriuria y son benéficos los programas de monitoreo y tratamiento. Aunque el monitoreo es recomendado en pacientes con trasplante renal los beneficios en estos pacientes aun no son claros. Para otras poblaciones incluyendo personas con bacteriuria, complicaciones adversas relacionadas con la bacteriuria asintomática no han sido descritas. El tratamiento de bacteriuria asintomática en estos pacientes no es benéfico y en efecto, podría estar relacionado con resultados dañinos, tales como aumento a corto plazo en la frecuencia de infección sintomática, efectos colaterales de los medicamentos y reinfección con organismos de mayor resistencia a antimicrobianos. El monitoreo de bacteriuria asintomática y el tratamiento es recomendado solo para un grupo selecto en los cuales los beneficios han sido demostrados. Muchos investigadores se siguen cuestionando la necesidad de dar un tratamiento. Diferentes poblaciones tienen factores de riesgo en común y los beneficios y riesgos de los diferentes manejos para a bacteriuria asintomática deberán continuar aplicándose sistemáticamente de acuerdo a estudios clínicos. BACTERIURIA ASINTOMATICA ¿CUANDO MONITOREARLA Y CUANDO TRATARLA? La bacteriuria sintomática o infección urinaria asintomática, es la presencia de bacterias en la orina en ausencia de síntomas y signos clínicos de infección urinaria en una persona. La definición microbiológica es cuando hay mas que o igual a 105 unidades formadoras de colonias por mililitro del mismo organismo u organismos en dos muestras consecutivas de orina. La frecuencia y la historia natural de la bacteriuria asintomática varia en diferentes poblaciones. La importancia clínica de la bacteriuria asintomática había sido controversial desde el uso difundido del urocultivo cuantitativo dando un significado de confianza para su identificación. La principal pregunta es si la bacteriuria en ausencia de síntomas, conduciría a complicaciones de la infección urinaria. Resultados desfavorables en cuanto a esto incluían complicaciones a corto plazo de la infección de vías urinarias bajas o pielonefritis, y complicaciones a largo plazo tales como urolitiasis, cáncer genitourinario, falla renal, hipertensión y muerte. Alternativamente, la bacteriuria asintomática podría ser benéfica, la colonización del tracto genitourinario por organismos poco dañinos podría prevenir de infección de organismos más dañinos a través de competición de nutrientes o receptores, obteniendo el paciente una protección inmunológica o respuesta inflamatoria o por otros mecanismos. En la era antimicrobiana temprana se reconoció que la pielonefritis y el trabajo de parto prematuro en el embarazo era prevenido por medio de tratamiento antimicrobiano de la bacteriuria asintomática identificada en etapas tempranas del embarazo. Esta observación fue reforzada al observar que la bacteriuria asintomática es dañina y que el monitoreo y el tratamiento de la bacteriuria asintomática era apropiado. Sin embargo en estudios subsecuentes en otros grupos, no apoyaban la intervención antimicrobiana. Los riesgos potenciales y los beneficios del tratamiento deberían ser evaluados en cada población. La recomendación para hacer estudios y tratar la bacteriuria asintomática por selección de población es la siguiente: 1. Estudios y Tratamiento benéfico: Mujeres embarazadas Antes de un procedimiento quirúrgico genitourinario 2. Estudios y Tratamiento que podrían ser benéficos: Receptor de transplante renal (durante los primeros 6 días posterior al transplante) Mujeres con bacteriuria adquirida por catéter o sonda crónica pero que fue ya removida. 3. Estudios y Tratamiento no benéfico: Niños y Niñas sanos Mujeres y Hombres saludables Ancianos de ambos sexos extrahospitalarios Ancianos de ambos sexos con servicios de cuidados especiales Pacientes con catéteres uretrales de permanencia crónica (podría ser apropiado el escaneo en pacientes con brotes de infecciones nosocomiales y que se encuentren en vigilancia controlada) Pacientes con catéteres o sondas de permanencia corta Pacientes que utilizan sondas o catéteres de forma constante Pacientes con daño o deterioro neurológico con incontinencia. Pacientes con dispositivos urológicos de permanencia crónica. Patogénesis de la Bacteriuria. El tracto genitourinario normal es estéril, hasta la parte distal de la uretra. La bacteriuria asintomática generalmente ocurre por acenso de las bacterias de la uretra a la vejiga y que en ocasiones llegan a ascender hasta el riñón. Las bacterias aisladas de pacientes con bacteriuria asintomática usualmente se originan de flora que se encuentra en intestino, vagina o área periuretral. Para pacientes expuestos a instrumentación del tracto urinario, las bacterias son introducidas a través de instrumentos urológicos contaminados o fluidos que son llevados al tracto urinario del paciente sin este estar colonizado anteriormente. Estos organismos permanecen en el tracto urinario sin ser eliminados por el hospedero y sin una respuesta suficiente para producir síntomas o causar erradicación. Existen factores tales como predisposición genética, vaciamiento incompleto de la vejiga o presencia de un cuerpo extraño provocando la persistencia de los organismos. Escherichia coli es el organismo que con más frecuencia se aísla de sujetos con bacteriuria asintomática. Sin embargo existe un rango amplio de otras bacterias aisladas. En pacientes ancianos y pacientes manejados con cateterización intermitente, E. coli es el agente aislado con menor frecuencia en hombres que en mujeres. Pacientes con anormalidades estructurales o funcionales del tracto urinario, a menudo con cuerpos extraños o con manejo repetitivo antimicrobiano, frecuentemente se aíslan otras enterobacterias y gram-negativos tales como Pseudomona aeruginosa. Organismos gram-positivos incluyendo enterococcus spp y Staphylococcus coagulasa negativo y otros como Staphylococcus saprophyticus podrían ser aislados mas frecuentemente en pacientes con bacteriuria asintomática que con los que muestran signos de infección. A menudo el huésped presenta una respuesta local urinaria aun en ausencia de síntomas. La piuria se reporta en bacteriuria asintomática en 43% de las niñas en edad escolar, 32% en mujeres jóvenes sanas, 78% en mujeres diabéticas, 25% a 80% en mujeres embarazadas y 90% en hombres y mujeres ancianos. Los niveles totales de leucocitos en orina son variables, pero los pacientes podrían tener altos niveles de leucocitos en orina (piuria) acompañando constantemente a la bacteriuria asintomática por años. La bacteriuria debida a gram-positivos esta asociada con bajos niveles de piuria. Otros marcadores inmunológicos o inflamatorios tales como las citocinas e inmunoglobulinas urinarias podrían estar presentes. Los resultados y significado clínico de esta respuesta local aun no esta bien comprendida. Monitoreo de Bacteriuria. Indicaciones para hacer estudios. Los casos encontrados de bacteriuria a través del monitoreo y tratarlos para reducir riesgo son apropiados si los resultados clínicos adversos obtenidos son atribuibles a bacteriuria y se pueden prevenir con tratamiento. Si la bacteriuria es benigna, y el tratamiento no puede prevenir resultados adversos, el monitoreo de bacteriuria tiene un uso limitado. La identificación de bacteriuria podría conducir a un tratamiento antimicrobiano innecesario con el consecuente aumento de efectos colaterales del fármaco e incluso resistencia antimicrobiano. Los riesgos y beneficios relativos del monitoreo y tratamiento deben ser evaluados, a través de resultados apropiados de ensayos clínicos aleatorios en poblaciones bien establecidas. La frecuencia óptima del escaneo deberá ser bien evaluada en diversas poblaciones. Si la bacteriuria asintomática es un riesgo solo para determinados periodos, tales como el embarazo o en periodos preoperatorios, definitivamente la frecuencia de estudios de laboratorio podría ser adecuado. Si existe un riesgo continuo a corto o largo plazo como en bacteriuria persistente en ancianos o sujetos manejados con sondas, desarrollar un programa de búsqueda de bacterias es más problemático. La identificación de todos los episodios de bacteriuria requiere de estudios continuos y periodos cortos de tratamiento para mantener un tracto urinario estéril. Monitoreo con urocultivo. Una muestra de orina para cultivarse es necesaria para la vigilancia de bacteriuria. Una cuenta bacteriológica de una muestra simple de orina es segura para la identificación de bacterias en el hombre. Se ha demostrado que una sola muestra de orina es específica en un 80% en hombres y en mujeres dos muestras de orina tienen una sensibilidad de 95%. Dos muestras consecutivas de orina en las que se aísle el mismo organismo han sido el estándar para identificar bacteriuria en las mujeres, aunque algunos estudios han designado bacteriuria en la mujer con una sola muestra. Diagnosticar bacteriuria con una muestra única de orina tiene una alta prevalencia de bacteriuria en mujeres, pues incluye, malas interpretaciones o muestras contaminadas de bacterias o mujeres con bacteriuria transitoria. Una segunda muestra para confirmar bacteriuria, identificando mujeres con bacteriuria persistente podría ser de mayor interés con respecto a los efectos potencialmente dañinos. El número de muestras obtenidas para designar bacteriuria es un factor importante en la interpretación de reportes para la prevalencia de bacteriuria en mujeres jóvenes. Otras pruebas útiles para la bacteriuria. Las pruebas de orina para identificar inflamación o bacterias en la orina no tienen una sensitividad o especificidad suficiente y no remplazan al urocultivo para la identificación de bacteriuria. La piuria determinada a través del examen general de orina (EGO)o tiras reactivas esterasa de leucocitos, no son especificas para infección ya que los sujetos con bacteriuria asintomática no siempre tienen piuria. Las tiras reactivas en búsqueda de nitritos ocasionan falsos-negativos, ya que se requieren de 4 a 6 horas para que las bacterias conviertan el nitrato en nitritos en la vejiga urinaria y algunos organismos son nitrato negativo. Cuando la monitorización de bacteriuria es adecuado, un cultivo cuantitativo de orina es la prueba más optima. Población Joven y Saludable. Niños. La prevalencia de bacteriuria asintomática en niñas preescolares es del 1% o menor, y posteriormente disminuye con la edad. La prevalencia en niñas escolares es menor o igual al 2% aunque un estudio reporto una alta prevalencia para un grupo de bajos recursos. Para los niños la bacteriuria es prácticamente nunca identificada después del periodo de lactantes. La bacteriuria asintomática en niños podría persistir por años sin evidencia de consecuencias dañinas. Un estudio aleatorio controlado reporto no haber diferencias en cuanto a ser tratados o no ser tratados cerca de 2 años. En un segundo estudio en niñas sin anormalidades en el tracto urinario y bacteriuria persistente después de 6 meses de seguimiento con terapia y sin terapia, a los 18 meses de seguimiento, solo un episodio de pielonefritis ocurrió en cada grupo. La terapia antimicrobiana dada a niñas con bacteriuria es seguida de un aumento en la incidencia de síntomas de infección urinaria posterior al tratamiento. El escaneo y tratamiento de bacteriuria asintomática en niños sanos no es recomendable. Mujeres Premenopáusicas y No Embarazadas La prevalencia de bacteriuria asintomática en mujeres sanas, no embarazadas y premenopáusicas varía de un 2% a un 5%. La bacteriuria en mujeres se incrementa con la edad y la actividad sexual teniendo una prevalencia 5 veces más alta que mujeres sin actividad sexual. El uso de diafragma o espermaticidas utilizados en el control natal están asociados ala bacteriuria. Los episodios recurrentes, transitorios e bacteriuria son muy comunes en mujeres jóvenes. Los estudios prospectivos que evalúen resultado sobre bacteriuria asintomática en mujeres sanas son muy limitados. Algunos estudios a largo plazo no han demostrado asociación entre bacteriuria con hipertensión o falla renal. Estudios aleatorios controlados con placebo y tratamiento antimicrobiano reportaron que el 80% de las mujeres con bacteriuria fueron curadas con nitrofurantoina en un tratamiento corto. Al año de tratamiento 55% de las mujeres tratadas se mantuvieron libres de bacteriuria, mientras que el 36% de las pacientes controladas con placebo curaron espontáneamente. La terapia antimicrobiana dada a mujeres sanas con bacteriuria esta asociada con un incremento en la frecuencia de infección sintomática posterior al tratamiento antimicrobiano. El monitoreo y el tratamiento contra la bacteriuria asintomática en mujeres sanas no es recomendado. Mujeres Embarazadas El monitoreo y tratamiento de bacteriuria asintomática en mujeres embarazadas es benéfico. De un 2% a un 7% de las mujeres embarazadas padecen bacteriuria en el primer trimestre. Las mujeres embarazadas con una historia anterior de infección urinaria o bajo nivel socioeconómico son más propensas a tener bacteriuria. Si no esasi tratada de un 20 a 30% de las mujeres con bacteriuria desarrollan pielonefritis aguda después del embarazo, generalmente a finales del segundo y comienzos del tercer trimestre. La pielonefritis aguda a finales del embarazo esta asociado con prematurez, además la bacteriuria asintomática en el embarazo ha sido asociada con retardo en el crecimiento intrauterino y muerte neonatal. El tratamiento de bacteriuria tempranamente en el embarazo disminuye la incidencia de pielonefritis de un 2% a un 3%, cerca de un 90% del riesgo se reduce, también disminuyendo los nacimientos prematuros. La eficacia del escaneo y tratamiento ha sido cuestionado por algunos autores y por lo menos un estudio reporto que no disminuye la pielonefritis con terapia de tetraciclina. La nitrofurantoina en cambio no altera la flora vaginal y es efectiva en prevenir pielonefritis en el embarazo. Resultados más recientes en estudios observacionales describieron la introducción de un programa de escaneo y tratamiento en mujeres embarazadas confirmando una reducción de riesgo de pielonefritis en un 90% después del embarazo, asignando un programa en etapas tempranas del embarazo. Un estudio por lo menos al final del tercer trimestre es suficiente. El urocultivo es el método apropiado para bacteriuria en el embarazo. Actualmente se recomienda que todas las mujeres embarazadas deben tener por lo menos una muestra de orina obtenida mediante urocultivo al final del segundo trimestre. Si se identifica bacteriuria asintomática un segundo cultivo deberá ser obtenido iniciado el tratamiento. Durante el tratamiento, mujeres previamente identificadas con bacteriuria asintomática deberán tener urocultivos periódicos para identificar recurrencia de bacteriuria durante el embarazo. La frecuencia optima para repetir los urocultivos no esta determinada, pero un cultivo mensualmente o en cada visita regular prenatal es adecuado. Una pequeña proporción (del 1% al 2%) de las mujeres con urocultivos negativos desarrollan bacteriuria asintomática y experimentan pielonefritis posterior al embarazo, pero el monitoreo repetido de las mujeres con urocultivos iniciales negativos no es recomendado dado el bajo riesgo de pielonefritis. Hombres jóvenes. La bacteriuria asintomática es poco común en hombres jóvenes y adultos sanos. Se ha reportado la prevalencia de 1.5% en 405 hombres de edad de 20 a 70 años de edad. Una historia cuidadosa demuestra que todas las bacteriurias en hombres tienen síntomas de disuria. La bacteriuria asintomática no es un problema clínico relevante en hombres jóvenes sanos, y la búsqueda para bacteriuria asintomática no es recomendada. Población Anciana. Comunidades Extrahospitalarias. La bacteriuria asintomática es común en la población de adultos mayores, la prevalencia es de 6% a 7% en mujeres entre 50 y 60 años y de 8% a 10% en hombres de 70 a 80 años de edad. La bacteriuria en mujeres posmenopáusicas es más común si cuentan con historia de infección bacteriana anterior. Los factores asociados con la recurrencia de infecciones sintomáticas urinarias son disminución de estrógenos afectando la mucosa genitourinaria, predisposición genética, eventos urológicos previos tales como cirugía urológica, anormalidades urológicas como cistoceles, contribuyendo a la alta incidencia de bacteriuria asintomática con la edad. En hombres la bacteriuria ocurre de un 4% a un 7% en edades de 70 años, cerca de la mitad de casos que las mujeres. En ellos la hipertrofia prostática conduce a obstrucción y flujo de orina turbulenta en la uretra, siendo el principal factor predisponerte. Los cálculos prostáticos son comunes en ancianos y podrían también servir como cultivo para la persistencia de bacteriuria recurrente. Organismos Gram- positivos como staphylococcus negativo fueron los organismos más frecuentemente asilados. Actualmente el monitoreo y tratamiento de bacteriuria asintomática en personas ancianas de la comunidad no esta recomendado. Pacientes con cuidados especiales crónicos. La bacteriuria asintomática en este tipo de residentes esta asociada con el estado de deterioro funcional, tales como incontinencia urinaria o intestinal y demencia. La principal anormalidad causante de bacteriuria es la incontinencia vesical secundaria a un deterioro neurológico crónico o enfermedad cerebrovascular común en esta población. Para los hombres la hipertrofia prostática y la infección recurrente prostática de tipo crónico probablemente contribuyen, además del uso externo de catéteres o sondas para manejar la incontinencia, a incrementar la prevalencia de bacteriuria. Estudios comparativos aleatorios sobre el uso o no de terapia antimicrobiana para el manejo de la bacteriuria asintomática en este tipo de pacientes ha reportado no tener beneficios el aplicar tratamiento. La terapia antimicrobiana no disminuye los episodios sintomáticos, no mejora la sobrevida y no mejora los síntomas crónicos. Existe un rápida reinfección posterior al tratamiento con antimicrobianos, reinfección con organismos más resistentes y con efectos colaterales de los fármacos. El tratamiento de bacteriuria asintomática en pacientes ancianos internados no esta indicado. Condiciones Médicas Crónicas Pacientes con Diabetes La prevalencia de bacteriuria en mujeres diabéticas es de 7% a 13%, tres veces más alto que el reportado en no diabéticas. La explicación para el aumento de la prevalencia de bacteriuria en las mujeres diabéticas no es completa. Los factores de virulencia del organismo y factores del huésped son similares para diabéticas como para las que no lo son. Un deficiente control metabólico no esta asociado con el incremento de bacteriuria, la actividad sexual es un factor de riesgo pero tanto para mujeres diabéticas y las no diabéticas. La duración de la diabetes y las complicaciones que aparecen a largo plazo tales como retinopatía, neuropatía y neuropatía si están asociadas con la bacteriuria. Por lo que el aumento de la prevalencia de bacteriuria en mujeres diabéticas podría ser atribuido a la neuropatía que conduce a un mal vaciamiento vesical. En un estudio de 3 meses de monitoreo, tratamiento y sin tratamiento para bacteriuria asintomática en 105 mujeres diabéticas se reporto no haber disminución en los episodios de infección sintomática u hospitalización por infección urinaria en los sujetos tratados. Se observo también una alta incidencia de bacteriuria sintomática recurrente posterior a la terapia. Estos estudios sugieren que la bacteriuria sintomática en mujeres diabéticas no altera el control de glucosa o promueve el desarrollo de complicaciones crónicas de la diabetes. Además el tratamiento antimicrobiano no disminuye la frecuencia de bacteriuria o la severidad de la infección urinaria sintomática. Por lo tanto el seguimiento y tratamiento de bacteriuria asintomática no deberá ser recomendado en mujeres diabéticas. Pacientes con Daño en Medula Espinal Los pacientes con daño en la medula espinal se asocian a alteraciones neurológicas en el vaciamiento vesical teniendo una alta prevalencia de bacteriuria. Actualmente los pacientes tienen medidas con el objetivo de mantener una baja presión vesical teniendo consecuentemente una disminución en la morbilidad y mortalidad de urosepsis y falla renal en estos pacientes, pero las infecciones urinarias sintomáticas se han mantenido como un problema importante. Cuando el vaciamiento vesical no es posible voluntariamente, entonces el uso intermitente de caterización o sondeo es frecuentemente usado para vaciar la vejiga son comunes. Por lo que este método de vaciamiento mantiene la prevalencia de bacteriuria alta. Organismos que colonizan la uretra, el área peri uretral o que están presentes en las sonda, son constantemente introducidos dentro de la vejiga y algunos d estos persisten. En un pequeño estudio se demostró que le tratamiento no disminuye los síntomas de infección. El monitoreo y tratamiento en estos pacientes no es recomendado. Pacientes con transplante renal La bacteriuria asintomática es muy común en pacientes con transplante renal durante los primeros días posteriores al transplante. El manejo temprano postransplante involucra administrar antibióticos preoperatorios de rutina, restricción en cuanto a la duración de sondas uretrales y uso prolongado de antibióticos, para prevenir todas las infecciones postransplante. Estas medidas tienden a disminuir la frecuencia tanto la infección urinaria sintomática como la asintomática en transplantados. La bacteriuria renal en pacientes pos-operados por transplante renal actualmente es menos frecuente y recientes estudios continúan reportando que no existe una asociación de bacteriuria y al sobrevida de los pacientes transplantados. Los donadores de órganos deberán tener un seguimiento y tratados de bacteriuria antes de donar el órgano. Urocultivo periódicos de vigilancia durante el periodo postransplante es recomendable., aunque posbeneficios sobre el manejo actual sobre órganos transplantados aun no han sido evaluados. Podría ser apropiado el seguimiento de bacteriuria en periodos tempranos del transplante máximo 6 meses. Continuar el escaneo y tratamiento de bacteriuria asintomática en pacientes estables posterior a los transplantes y posterior a los 6 meses del mismo no ha mostrado beneficios en la incidencia de bacteriuria. Otros Pacientes inmunocomprometidos. Pacientes con bacteriuria sintomática y granulocitopenia inducida por quimioterapia para el tratamiento de padecimientos hematológicos podría ser un riesgo de infección urinaria, pero esta observación es predecible con el uso de antibiogramas. En cuanto a pacientes con VIH, se encontró una relación con la cuenta celular de CD4, a menor cantidad mayor predispocisión de infección urinaria. El monitoreo y tratamiento en pacientes con VIH no es actualmente recomendado. Pacientes con dispositivos urológicos. Catéter o sondas de permanencias cortas. De un 2% a un 7% de los pacientes con sondas uretrales a corto plazo adquieren bacteriuria cada día. La incidencia es alta en mujeres y en individuos quienes no reciben oportunamente terapia antimicrobiana durante los primeros 4 días con el catéter o sonda. Sin embargo estudios han reportado que la terapia antimicrobiana no ofrece beneficios en estos sujetos con catéteres. El monitoreo y tratamiento de bacteriuria en individuos con sondas a corto plazo es recomendado solo en pacientes con factores de riesgo, tales como mujeres embarazadas o en quienes experimentan un procedimiento urológico invasivo. Otro punto de discusión es si el monitoreo de cultivos para bacteriuria debería ser obtenido de la inserción del catéter y retirarlo para vigilancia de infección urinaria adquirida intrahospitalariamente, la infección urinaria es una de las infecciones mas frecuentemente adquiridas intrahospitalariamente, comúnmente asociado a sondas o catéteres uretrales. El manejo clínico apropiado para pacientes con urocultivos positivos no esta del todo claro, y el urocultivo positivo en pacientes asintomáticos podría promover al uso innecesario de terapia antimicrobiano. En otro aspecto la vigilancia de infección urinaria nososcominal facilitaría la detección de brotes e identificar déficit en el cuidado de los pacientes. Actualmente la decisión acerca del monitoreo sobre infecciones urinarias nosocomiales deberá ser realizada en niveles personalizados fáciles. Catéter o sondas de permanencia crónica Mantener una sonda uretral por más de 30 días se considera de permanencia crónica. Los dispositivos urológicos llegan a estar cubiertos con biofilm compuesto con bacterias y material extracelular bacteriano que junto con los componentes urinarios como proteína de Tamm-Horsfall, magnesio y calcio forman cálculos y podría resultar en el bloqueo de la sonda. La bacteriuria es universal en pacientes con este tipo de sondas. Este tipo de pacientes experimentan mayor morbilidad de infección de vías urinarias que en sujetos con bacteriuria sin sonda. El tratamiento de bacteriuria en pacientes con sondas de estancia crónica no es benéfico e incluso podría ser dañina. En situaciones especiales como brotes nosocomiales potenciales podría ayudar a conocer la extensión del organismo y saber manejarla. Intervenciones Quirúrgicas. Cirugías urológicas Las cirugías urológicas con trauma y sangrado de la mucosa permite a los organismos en el tracto urinario invadir el sistema circulatorio. Si no se administra terapia antimicrobiana del 25 al 80% de los pacientes con bacteriuria que han experimentado un procedimiento urológico traumático podrían tener bacteremia. La terapia antimicrobiana antes de la intervención podría prevenir bacteremia y sepsis. Los urocultivos obtenidos antes del tratamiento pueden identificar al organismo inféctate y permiten una prevención optima para la selección del antimicrobiano. La terapia deber ser implementada antes de iniciar el procedimiento de otra forma un tratamiento temprano provocaría reinfección antes del tratamiento tal vez con organismos más resistentes. Cuando existe una alta probabilidad de sangrado en el tracto genitourinario se recomienda anticipar el tratamiento. Recomendaciones recientes sugieren que los pacientes con urocutivo positivo deberían ser tratados antes de estudios urológicos, inserción de stens, reseccion transuretral o prostática y eliminación de cálculos. El tratamiento es también recomendado en cistoscopia solo en hombres. Otros procedimientos quirúrgicos La bacteriuria asintomática podría ser el reservorio para la contaminación bacteriana de una herida, o simplemente aumentar el riesgo del paciente a infectarse en cualquier sitio sin tener necesariamente una relación directa. Actualmente se recomienda que cualquier infección remota al sitio de la cirugía deba ser identificada y tratada antes de la operación, esto incluye la bacteriuria asintomática. El monitoreo de muestras de orina para bacteriuria antes de cualquier procedimiento quirúrgico no es recomendable. En la práctica, los antibióticos profilácticos preoperatorios, tales como cefalosporinas utilizadas para prevenir la infección pos-operatoria para eliminar la contaminación y seleccionar procedimientos profilácticos, suprimen y erradican la bacteriuria en muchos pacientes.