Un mercado de referencia para todo el mundo La Bolsa de Comercio de Rosario nació a fines del siglo XIX a partir de la visión de un grupo de comerciantes emprendedores que estaban decididos a organizar un ámbito donde reunirse para realizar transacciones mercantiles y crear una entidad que representara y defendiera los intereses del comercio, la producción y las finanzas de la ciudad y la región. Los negocios de cereales fueron representando una proporción cada vez más significativa de estas transacciones gracias al perfil agrícola exportador que iba adquiriendo el país y a la importancia de la agricultura de la región. Fue así como se formó lo que hoy se conoce como “Mercado Físico de Granos” en el seno de la Bolsa rosarina. El dato no es menor ya que en él se negocia la mayor parte de la producción argentina de granos, centrándose las transacciones en soja, maíz, trigo, sorgo y girasol. Rosario siempre tuvo grandes potencialidades para acoger la comercialización de granos por dos razones básicas. Por un lado, está emplazada en la zona núcleo de la Pampa Húmeda que es la principal región cerealera del país ya que proporciona entre el 40 y el 45% de la producción total. Y por otro, desde los orígenes de la comercialización granaria Argentina tuvo un fuerte perfil exportador. Tan es así, que el 80% de la producción de granos se despacha al exterior, y de ese volumen más del 75% sale desde las terminales portuarias ubicadas en el Gran Rosario. Este destino exportador y el hecho de que los puertos del río se fueron constituyendo en la principal ventana al mundo, hizo de Rosario un centro de confluencia vital para la operatoria de granos y subproductos, un fenómeno que subsiste hasta nuestros días. El corretaje, un actor clave Los corredores son un factor clave para el desarrollo del Mercado Físico de Granos. Si bien la producción sólo se efectiviza como consumo o exportación gracias a la actividad de todos los eslabones que integran la cadena de comercialización, el corredor es la figura que facilita la articulación entre oferta y demanda. Es más, la posibilidad de concentrar en la Bolsa una oferta naturalmente dispersa y atomizada (como es la producción granaria) a través de los corredores, da a los productores y acopiadores la oportunidad de obtener mejores condiciones de venta para sus granos. Por su parte, los compradores se benefician al encontrar concentrados en un único lugar grandes volúmenes de granos para satisfacer sus necesidades. El valor de la palabra Estas ventajas, que hacen a la esencia de un mercado concentrador facilitan el intercambio en un marco de transparencia y confianza. La transparencia se genera a través de la elevada concurrencia de operadores (unos 180 entre corredores, cooperativas de segundo grado, exportadores, aceiteros, molineros y otro tipo de industriales) y del alto tonelaje de granos negociados en el recinto rosarino. La confianza, por su parte, se logra a través del tiempo. Con la reiteración del trato, los participantes del mercado fueron cimentando códigos y costumbres inquebrantables. Quizás ésa es la tradición más reconocida en la Bolsa, el respeto de la palabra empeñada. Un lugar en el mundo A lo largo de su historia, la Bolsa ha ido sumando mejoras competitivas a las ventajas comparativas de localización de la ciudad. Esto le permitió transformar al Mercado Físico de Granos en una de las principales plazas de negociaciones de productos agropecuarios del mundo. Este hecho debe ser apreciado tanto por los participantes de la cadena agrícola como por los hacedores de políticas públicas, con el fin de resguardarlo y bregar para que conserve su rol de referente en la comercialización de granos. RECUADRO I ¿Cómo beneficia este mercado al agro? La existencia de un mercado concentrador como el Mercado Físico de Granos de Rosario otorga una serie de beneficios para toda la comercialización de granos argentina. Entre ellos, podemos destacar: a) el descubrimiento de precios competitivos, porque reflejan el valor corriente de los granos y las condiciones reales de negociación; b) precios transparentes y de público conocimiento, que sirven de referencia para toda la cadena de producción y comercialización; c) confianza; d) marco de seguridad institucional ya que un operador no sólo debe cumplir una serie de requisitos para ser admitido en el recinto de operaciones de la Bolsa, sino que debe ajustarse a una serie de normas; y e) el régimen arbitral, un sistema ágil y expeditivo bajo el cual se resuelve cualquier disputa que pueda generarse en los contratos de compraventa de granos.