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REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
REUNIÓN DE LA COMISIÓN DE DERECHOS Y GARANTÍAS
Salón “Frondizi” - H. Senado de la Nación
8 de agosto de 2012
Presidencia del señor senador Eugenio Justiniano Artaza
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Reunión de la Comisión de Derechos y Garantías
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En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el Salón
Frondizi del Honorable Senado de la Nación, a las 11.35
del miércoles 8 de agosto de 2012:
Sr. Presidente (Artaza). – Vamos a dar comienzo a la reunión prevista para el día de la fecha.
Habíamos convocado a una reunión plenaria de comisiones para tratar el CD 51/11,
proyecto de ley en revisión por el que se establece el sistema nacional de prevención de la
tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. Esta iniciativa ha sido
aprobada por unanimidad y cuenta con sanción de la Cámara de Diputados.
Deseo señalar que Argentina se encuentra en mora respecto de este tema. Hemos
recibido a la subcomisión de las Naciones Unidas y, además, permanentemente recibimos
reclamos internacionales para que Argentina, que siempre ha estado –desde el año 83 a la
actualidad- a la vanguardia en la protección de los derechos humanos, pueda tener esta ley. Es
por eso que desde el 19 de septiembre de 2011, fecha en la que ingresó al Senado, nos hemos
puesto a trabajar permanentemente para el tratamiento de este proyecto.
Lamentablemente, hoy no nos han confirmado ninguna de las otras dos comisiones
desde el oficialismo. Ante la necesidad que tiene la Argentina de contar con este sistema de
protección –esto lo vemos a diario- hemos convocado también al procurador Penitenciario de
la Nación, el señor Francisco Mugnolo, quien se encuentra presente y expondrá sobre esta
cuestión. Asimismo, brindará una explicación sobre la necesidad que tiene Argentina de
contar con esta importante legislación que ha sido trabajada desde la Cámara de Diputados
con mucho consenso y por organizaciones no gubernamentales de derechos humanos.
Haré hincapié en algunas cuestiones. Este proyecto ingresó en el Senado en el año
2011. Fue derivado a la Comisión de Derechos y Garantías, la cual presido, a la Comisión de
Justicia y Asuntos Penales y a la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Se han realizado una
serie de reuniones conjuntas en las que han participado, por ejemplo, el doctor Ginés,
integrante del Subcomité para la Prevención de la Tortura de las Naciones Unidas; la doctora
Sylvia Díaz, directora de la Oficina de Asociación para la Prevención de la Tortura; el doctor
Alberto Volpi de la Procuración Penitenciaria; el señor Paulo Olivacci del Centro de Estudios
Legales y Sociales y el doctor Roberto Félix Cipriano García, Comisión Provincial por la
Memoria, Comité contra la Tortura entre otros.
Este proyecto refleja no sólo el compromiso internacional luego de la firma con el
Protocolo Facultativo, que rubricó la Argentina, sino también la preocupación respecto del
serio y grave problema con la tortura y malos tratos que tenemos en nuestra República, ya que
afecta no sólo a todos los servicios penitenciarios del país, sino a distintas instituciones de
encierro que tratan o alojan tanto a personas en conflicto con la ley penal como aquellas que
tienen problemas de salud mental, adicciones, discapacidad, etcétera.
El sistema penitenciario –seguramente el procurador ampliará los conceptos sobre el
tema-, considerando el sistema federal y las provincias, aloja aproximadamente a 70 mil
personas en la actualidad. Las características de todos estos lugares justamente se relacionan
con la inexistencia de controles institucionales o la existencia de controles institucionales
débiles; si a esto le agregamos la sobrepoblación, hacinamiento, condiciones inhumanas de
detención y cierta concepción autoritaria y represiva en la estructura de las fuerzas
penitenciarias, se hace vital e importante la implementación de este sistema nacional, que
seguramente a partir de su puesta en funcionamiento se podrán elementos y recursos para
evitar las prácticas sistemáticas de la tortura en lugares de detención y muerte, además por
cuestiones de salud no atendidas.
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Debemos destacar también que está previsto que este mecanismo dependa justamente
del Congreso de la Nación con una participación activa de ambas cámaras para asegurar la
transparencia en la selección de seis de los nueve miembros del Comité Nacional de
Prevención, que es el órgano rector de este sistema. En esta selección hay una participación
activa de la sociedad civil en las postulaciones, ya que además se pueden realizar
impugnaciones y pedido de explicaciones en el ámbito de la Comisión Bicameral del
Defensor del Pueblo de la Nación. Finalmente, la lista de los seis que han sido elegidos debe
recibir acuerdo del Senado a través de un sistema similar al de los jueces.
Vemos entonces la importancia de la creación de este órgano para el funcionamiento
del sistema nacional del Consejo Federal. Refleja uno de los cuatro principios denunciados en
esta ley, que es la complementariedad y subsidiaridad, ya que es necesario que la estructura
federal trabaje de alguna manera complementando lo que será la estructura de control o las
instituciones de derechos humanos provinciales. La idea es ver fundamentalmente nuestra
organización federal. Por eso, también destacamos que hay provincias en las que se ha
implementado este sistema, como Chaco, Mendoza y Río Negro.
Deseo destacar e insistir en que no entendemos por qué el oficialismo o el gobierno
nacional, cuando pedimos tratar el proyecto sobre tablas, además ya estaba en el Orden del
Día 849, no lo ha considerado. Esto no se hizo. La tardanza es inexplicable. Tenemos
reclamos internacionales. Argentina debería estar a la vanguardia de los derechos humanos
como lo ha hecho desde el 83 para acá. Es por eso que llamamos la atención de todo el
oficialismo y del gobierno nacional ante la necesidad de que contemos con este sistema a
través de la ley que tendrá que ser votada aquí, en el Senado.
Se encuentra presente –así lo habíamos solicitado- el procurador Penitenciario de la
Nación, el señor Francisco Mugnolo, a quien le agradecemos por acompañarnos en esta
reunión.
Sr. Mugnolo. – Le agradezco al señor presidente y al resto de los señores legisladores por
esta invitación.
La verdad es que –como usted bien decía- este es un tema en el cual Argentina está
comprometida con la comunidad internacional. En realidad, tal vez, no sabemos por qué
razones pero me parece importante que este compromiso con la comunidad internacional se
concrete por una sencilla razón: Argentina ha sido punto en esto a nivel regional. Fuimos el
primer país que ratificó el Protocolo Adicional y naturalmente todos esperaban que Argentina
de inmediato constituyera un mecanismo nacional.
Antes de referirme al proyecto, deseo comentarles que -lo pensé mucho, señor
presidente- la Procuración sigue toda esta cuestión de la tortura y lo documenta desde hace
mucho tiempo en el orden federal. Pero esta no es una cuestión sólo de orden federal. Si les
parece y me lo permiten, quisiera que pasáramos dos videos como para ver de qué estamos
hablando. Así podría explicar muchas cosas. Recién le decía a la señora senadora Escudero
que a veces las imágenes valen por todas las palabras que uno podría decir. Entonces, para no
detenernos tanto en estas cuestiones del flagelo, sino del proyecto, me gustaría mostrar a
través de las imágenes en qué lugar nos encontramos y qué es lo que nos pasa.
Lo que ahora verán es producto de una discusión que tuvimos con el anterior director
del Servicio Penitenciario Federal, el doctor Marambio, que decía que estas cosas, cuando
apareció el video de Mendoza –seguramente recorrió el mundo y todos ustedes lo deben haber
visto-, no pasaban en el sistema federal. Entonces esta primera parte es una respuesta a cómo
se practican determinadas medidas de represión dentro del sistema federal. Todas las personas
que aparecen han dado su consentimiento escrito para que pudiéramos mostrarlas. Además,
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los hemos elegido. Se trataba de todos presos extranjeros que ya no están en el país. A
algunos de ellos les tomamos las declaraciones en la escalerita del avión por el tema de las
represalias.
Se proyecta un vídeo.
Sr. Mugnolo. – Las fotos pertenecen a nuestro archivo documental federal.
No se escucha, pero los entrevistados explican cómo es la práctica, que se reproduce
después en un video. Se trata de presos federales.
Quiero acotar que esas entrevistas con los internos eran anteriores al episodio de
Mendoza. Es decir, no hemos empatizado situaciones.
Sra. Escudero. – No es un solo hecho.
Sr. Mugnolo. – Son descripciones anteriores de muchos hechos.
Sra. Escudero. - ¿Quién hizo esta filmación?
Sr. Mugnolo. – Esta filmación apareció en un celular que encontraron o desapareció de la
cárcel de Mendoza y que pertenecía a un penitenciario de la provincia de Mendoza.
Como no se escucha, quiero comentarles que esta persona está relatando un episodio
en la cárcel de Neuquén en que la requisa hizo lo que se llama “la pirámide”, es decir que se
suben todos arriba de una persona, como consecuencia la persona falleció. A pesar de que
hace cuatro años que estamos en juicio, no se ha alcanzado… Recién se ha empezado a tomar
declaraciones. Esto es un punto y aparte respecto del funcionamiento de la justicia. Este es un
testigo importante.
Finaliza el vídeo.
Ingresa en la sala el señor senador Vera.
Sr. Mugnolo. – Uno puede decir que esto es el sistema federal y que traigo elementos que se
han recopilado sobre cómo funciona el tema en el sistema federal. Pero como estamos ante un
proyecto nacional de constituir un mecanismo nacional de prevención, quiero mostrarles muy
rápidamente algunas imágenes sobre lo que pasa a lo largo y ancho del país. En este sentido,
hemos seleccionado algunas cuestiones.
Se proyecta un vídeo.
Sr. Mugnolo. – Lo que pueden observar es reciente, se trata de lo sucedido en Salta, donde ya
no es sólo lo concerniente al sistema penitenciario, sino que es la policía la que está operando
de esta manera.
El vídeo dura unos pocos segundos, porque tampoco era mi pretensión estar
pasándoles demasiados detalles.
Finaliza el vídeo.
Sr. Mugnolo.- Con gran dolor presento esto, porque nunca lo habíamos hecho. Quería decir a
los legisladores dónde estábamos parados porque uno no encuentra explicación sobre esta
medida. He estado desde el inicio en esta cuestión para constituir otra instancia más. Tenemos
una convención internacional que prohíbe los actos de tortura, la ha suscrito el país y muchos
otros, pero tenemos que decir que a pesar de la convención que fue producto de un largo
debate, como 20 años que Amnistía Internacional la impulsó, recién en el 84 la tuvimos.
A pesar de la convención y de los compromisos internacionales, en el mundo se sigue
torturando. No obstante, es lo que motivó la idea de realizar un protocolo adicional a la
Convención de la Tortura, que son instancias de los mecanismos internacionales para
completar, como en este caso, o para modificar el protocolo fundamental.
No voy a estar hablándole de esto porque los conozco a ustedes y además son
conocidos por su militancia política y su manifiesto compromiso por los Derechos Humanos.
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No creo que ninguno de nosotros esté teniendo que explicarnos que debemos afrontar esta
situación porque es inaceptable y son prácticas que vienen institucionalizadas desde las
peores épocas de la Argentina. A veces digo que estas prácticas que se han quedado tan
institucionalizadas en la fuerzas de seguridad son producto de las épocas donde la impunidad
en la práctica de estas cuestiones era la garantía que cualquiera podía hacer cualquier cosa con
las personas.
Entonces, ante lo dicho internacionalmente, afirmo que la Argentina tiene un
liderazgo de concepto en materia de Derechos Humanos en la región y en el mundo, y no
podemos decir que estamos manteniendo este concepto sobre una idea de que los Derechos
Humanos cruzan transversalmente todas las políticas. Por suerte, somos el único país
latinoamericano que ha hecho un trayecto con idas y vueltas, pero hemos asentado en el
imaginario colectivo de la sociedad el valor de los Derechos Humanos. Por eso, deberíamos
tener un instrumento que nos ayudara más.
Nosotros tenemos un registro nacional de casos de tortura, que en unos pocos días
vamos a presentar el informe del último año. Hay aproximadamente 360 casos que hemos
registrado y los que hemos judicializado son poco más de la mitad. Tenemos un mecanismo
para registrar los casos. Observamos el Protocolo de Estambul que dice cómo se deben
registrar los casos de tortura. Siguiendo esto, no judicializamos todo porque el Protocolo
establece que para formalizar la denuncia tenemos que tener el consentimiento de la víctima.
Eso lo respetamos a rajatabla, porque aquel que denuncia es objeto también de represalias, y
muchos no quieren denunciar porque a pesar de todos los refuerzos y mecanismos de
protección que ponemos no le podemos garantizar la vida a nadie dentro de la cárcel. Lo digo
con toda sinceridad.
De todos los casos, que son cientos en los últimos años, que hemos denunciado, no
tenemos una sola condena judicial y las investigaciones de los fiscales a veces son más o
menos. Entonces, los fiscales no investigan o los jueces no ponen propósito y esto habla de un
sistema de impunidad que le permite a la gente seguir haciendo estas cosas porque no les va a
pasar nada. También hay cierta protección institucional a veces ha habido mucha confusión
respecto a quien tiene la responsabilidad de gestionar los servicios penitenciarios, y creer que
respetar ciertas cuestiones de cosas de cuerpo, de protecciones institucionales entre las
personas, eso es tener más confiabilidad de la gestión.
No voy a seguir protestando, porque mi función es hacer señalamientos. No tengo
facultades ejecutivas. Les quiero decir que con todas estas experiencias que nos pasa es
necesario hacer un esfuerzo más para crear una institución nacional que articule. No es cierto
que el mecanismo nacional interferirá en las jurisdicciones provinciales o en la autonomía
provincial. Este proyecto es ejemplar. Es el mejor porque conozco mucho de esto en el
mundo. Por eso, están esperando en las Naciones Unidas que la Argentina saque este
proyecto, que será punta para organizar los mecanismos en la región.
A diferencia de todos los mecanismos que existen en los convenios internacionales,
que siempre son auditados y tienen como consecuencia una denuncia pública, este es un
mecanismo absolutamente nuevo en las estructuras internacionales porque lo que trata es de
trabajar sobre la prevención, asesorar, ayudar y orientar para que se tomen medidas que
impidan que estos hechos avancen. No es el mecanismo que va a verificar la denuncia que
hubo de un caso de alguien que lo torturó y entonces se hace la condena. No es un mecanismo
de condena, sino de asesoramiento y confidencialidad. Mire hasta qué punto que tiene un
principio de confidencialidad. Si viene el organismo y formula una crítica, un informe, el
Estado lo recibe en confidencialidad. Por supuesto, todos preferiríamos que el Estado diga no
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tengo problema que esto se sepa, pero si aun fuera, tiene este principio que es muy novedoso
sobre la confidencialidad.
Hay otras cosas importantes de este protocolo, pero me quería parar un poco –ya que
estamos en el Senado- en alguna prevención que ha habido respecto a que un mecanismo de
orden federal tuviera presencia dentro de las jurisdicciones federales. Primero, hago un
argumento muy general diciendo que los temas de Derechos Humanos no son de competencia
provincial o nacional, sino, en realidad, es una asunción para todos. Entiendo que sí la
instrumentación, el control, la organización de las instancias de control de sus instituciones
son legítimos y propios de las provincias. Por eso, en este proyecto lo pongo de resalto y me
interesaría que lo tomen en cuenta los senadores, ya que integra las representaciones.
Hay mecanismos locales que son los que van a articular su acción con el mecanismo
nacional, con lo cual no va a haber una interferencia, al contrario. Esto va a servir para que
desde el asesoramiento, incluso, desde el apoyo sobre cómo puede destinarse los recursos
para todo el sistema de prevención, vaya tomando un nivel nacional. Porque hoy tenemos
presos de primera, segunda y tercera categoría, depende de las circunstancias y limitaciones
que cada jurisdicción tiene. Y eso es injusto desde el punto de vista nacional.
Me parece que esto servirá para que cada provincia que hoy está en un proceso, por
ejemplo, de constituir las fuerzas de seguridad, lo haga sobre los principios que realmente se
establecen para todo el país. Creo que esto redundará en muchas cosas, por ejemplo, en el
mejoramiento de la profesionalidad penitenciaria para que deje de ser una cosa tumbera, en la
cual todo el mundo ve la acción penitenciaria de un modo despreciativo cuando es algo muy
responsable, más allá de que estén estas situaciones que son las que tenemos que sacar del
medio.
Además, creo que con este mecanismo se podría encontrar un mejor equilibrio del uso
de los recursos nacionales para asistir a las jurisdicciones que realmente por distintos
problemas históricos tienen su desarrollo penitenciario muy perimido. En cambio, a veces,
estas cosas no llegan a buen destino.
Con esto tenemos capacidad de incorporar –la verdad es que soy un entusiasta, señor
presidente, cuando lo considere, me puede decir que no hable más- la participación de las
organizaciones no gubernamentales. La cárcel hay que abrirla a la sociedad. El escrutinio de
la cárcel tiene que estar abierto a la sociedad civil. La sociedad debe saber qué pasa adentro
de las cárceles para hacerse cargo de la misma. Porque hay alguna concepción que expresa
que cuánto más altos son los muros mejor; pero las personas que están en la cárcel son
compatriotas nuestros que han tenido conflicto con la ley penal y hay que reconocer que
tienen todos los derechos al igual que el resto de los habitantes de este país.
Por eso digo que la participación de las organizaciones de la sociedad civil en el
marco de este proyecto van a tener una participación importante y podrán asistir de mil
maneras al sistema, ya sea brindando asesoramiento jurídico o haciendo determinadas
actividades para la recuperación de las personas, etcétera. Esto también es nuevo.
No pienso decir nada respecto de situaciones recientes porque a lo mejor algunos
creen que se van a invalidar estos principios que tiene la ley, que contribuyen de un modo
muy importante a esta participación de la sociedad en un problema que es de todos y que no
se arregla con paredes más altas o con ignorar situaciones de violencia.
Creo que si estamos frente a un problema y lo queremos solucionar, lo primero que
tenemos que aceptar es que tenemos un problema. El problema es gravísimo. Piensen que
cualquiera de esas personas puede ser alguno de nosotros, algún hijo o familiar.
El componente de la sociedad se refleja en la cárcel. En la cárcel hay de todo: desde
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personas que han cometido delitos de los más crueles hasta personas que están detenidas por
equivocación. En ese degradé existen todos los distintos niveles de pertenencia de la
sociedad. Pero si uno se para y mira un poco profundamente encontrará que la mayoría de los
privados de la libertad son personas que vienen de la exclusión social, que no tienen ni han
tenido recursos como la educación, la salud, la vivienda, la familia, etcétera. Entonces,
naturalmente es para nosotros un deber tratar de que estas personas nos digan algo más que
porque están privados de la libertad y como cuando salgan estarán en las mismas condiciones,
tendrán la misma carga de resentimiento. Pienso que estas cuestiones las compartimos
generalmente todos.
Estuve con el padre de una víctima. En estos días de tanto lío a veces los periodistas
hacen estas cosas de ponerlo a uno de frente a las víctimas y creen que uno puede discutir con
ellas. Pero todos los que tenemos responsabilidades políticas no podemos creer que la política
criminal la dictarán las víctimas. Tenemos que reponernos en la posición personal y no
mirarlo desde nosotros que somos seres humanos comunes y si nos pasa algo, a lo mejor
responderíamos peor que los que la han sufrido. Pero sí creo que la gente no pide estas cosas.
Cuando la gente pide seguridad o cárceles, aun en la mala información, los ciudadanos de este
país no piden que sucedan este tipo de hechos. Tenemos que tratar de trabajar para que estas
cosas no pasen. Por eso, es importante agregar un mecanismo nacional en que todos hagamos
un esfuerzo para prevenir la tortura, que es un flagelo de los peores que practica la
humanidad.
Le agradezco al señor presidente y a los señores legisladores. He traído todo el ímpetu
posible para alentarlos a que dialoguen entre ustedes y encuentren una salida no sólo para el
mundo, sino para las personas que padecen esta situación.
Sr. Presidente. – Tiene la palabra la señora senadora Escudero.
Sra. Escudero. – No sólo le agradezco por su intervención, sino también las imágenes que
son tan elocuentes sobre la violación de derechos humanos en democracia. Me parece que ese
es el desafío.
El Senado tuvo la voluntad de avanzar respecto de este tema. Si tenía Orden del Día es
porque había dictamen de comisión. Recuerdo que cuando pedimos el tratamiento en Labor
Parlamentaria, el presidente del bloque de la mayoría dijo que necesitaba un poco más de
tiempo para verlo y hacer las consultas respectivas con el Poder Ejecutivo. En ese momento
vino el cambio de Cámara y, por lo tanto, los dictámenes de comisión se cayeron. Estos son
hechos nuevos; lo que lamentablemente sucedió en mi provincia, las imágenes de las torturas
en General Güemes nos muestran que tenemos un problema no sólo en los servicios
penitenciarios, sino también en las comisarías. La presencia de detenidos en las comisarías y
las respectivas declaraciones es un problema sistemático en el país.
Con anterioridad veníamos preocupados por un hecho que sucedió en Choele Choel:
un chico de Tartagal, Salta, que trabajaba en la recolección de la fruta fue detenido por la
policía que estaba haciendo servicios adicionales y nunca más apareció. Hay testigos que
manifiestan que la policía lo golpeó hasta matarlo. El cuerpo todavía no aparece. Gracias a
que el señor senador Pichetto dio su apoyo se ha logrado finalmente que haya siete policías
detenidos y que la causa esté avanzando después de un juicio político y de la destitución y
separación de la jueza que estaba originalmente interviniendo en la causa. De modo que si no
hay una presencia fuerte de algún organismo con todo el apoyo estas cosas –como usted diceno avanzan. No avanzan las causas y no hay condenas.
Ingresa en la sala la señora senadora Morandini.
Sra. Escudero. - Es curioso que cuando sucedió este hecho de Güemes las distintas
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respuestas desde el arco político de los que están en el gobierno han sido en el sentido de que
se trataba de un hecho aislado y la verdad es que no es así. Cuando las imágenes de Güemes
dieron la vuelta al mundo recibí una nota del secretario general del Comité Internacional
contra la Tortura reclamando que la Argentina está en deuda desde hace cinco años y que
sancionemos este proyecto que está con estado parlamentario en el Senado.
Este tema tuvo consenso el año pasado y contaba con dictamen de comisión. Le
pediría que nos deje una copia de las imágenes que vimos para que el presidente de la
Comisión se las entregue al presidente del bloque de la mayoría con el fin de que él, con esos
elementos, haga las consultas del caso y ver si estamos en condiciones de firmar el dictamen
de comisión, dado que el tema –reitero- ya ha tenido tratamiento el año pasado, ahora aquí y,
además, están las imágenes y los compromisos que Argentina ha firmado. Por lo tanto,
considero pertinente compartir con el señor presidente del bloque de la mayoría estas
imágenes, que en realidad hoy no está aquí porque está coincidiendo esta reunión con la
Comisión de Código Civil.
Sra. Morandini. – Usted conoce el compromiso que tengo con este tema. Sin embargo,
deseo señalar que se ha terminado de constituir la Comisión Bicameral de la unificación de
los códigos, a la que vamos a tener que subordinar con nuestro trabajo parlamentario.
Sra. Escudero. – Señor presidente, le pediría si puede entregarle hoy ese material al señor
senador Pichetto. Como la semana próxima tenemos Labor Parlamentaria por la sesión,
veamos si el martes estamos en condiciones de ponerle fecha al tratamiento de este tema.
Sr. Presidente. – Por supuesto que sí. Si le parece procedente al procurador…
Sr. Mugnolo. – Las imágenes están todas resguardadas con autorización de las personas.
Sra. Escudero. – Y han sido vistas acá. O sea que atento a la coyuntura de que esta reunión
coincidía con otra importante…
Sr. Presidente. – Hoy mismo se las alcanzo.
Tiene la palabra el señor senador Giustiniani.
Sr. Giustiniani. – En primer lugar, deseo agradecer la presencia del señor procurador
Mugnolo y toda la tarea que realiza.
Deseo volver al punto que había presentado el señor presidente de la Comisión al
principio de la reunión. Acá se trata de una cuestión de decisión política. Varias de estas
imágenes se vieron en el país y en el mundo entero, salieron por televisión y son públicas.
Está bien dárselas al presidente del bloque de la mayoría. Reitero, aquí es una cuestión de
decisión política. Hace más de seis meses, el tema estaba acordado en Labor Parlamentaria y
el tratamiento en el recinto con presencia de organizaciones internacionales en esa sesión,
donde íbamos a darle la sanción definitiva a este proyecto.
Quiero despejar una cuestión. Existe una práctica que se refiere a que la Cámara de
Diputados aprueba y el Senado traba. No, no es el Senado. Acá hay una voluntad política o no
de los bloques políticos que constituyen mayoría en cuanto a aprobar o no este tema. En este
sentido, está la voluntad y decisión política de la oposición que viene insistiendo para que se
trate este tema. Quiero que le quede claro al procurador que no es la Cámara de Senadores,
sino que estamos a la espera de que la decisión política que hubo en la Cámara de
Diputados… No sé cuántas consultas se realizaron hace seis meses, pero las consultas se
hacen previamente a la sanción de la Cámara de Diputados, por parte del oficialismo en
cuanto al gobierno.
Asimismo, quiero hacer otra reflexión: el caso Vázquez parece contradictorio con esto
y no es así. Considero que son dos expresiones de lo mismo. El hecho de que alguien
condenado por femicidio a pocos días pueda ser liberado para concurrir a actos culturales creo
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que habla de una discrecionalidad y eso, ante la sociedad, va por un camino contrario a lo que
queremos: el respeto de la Constitución Nacional y de los derechos humanos. Por eso, el
Protocolo Facultativo, los compromisos internacionales de Argentina en esta dirección, todos
los años tenemos los informes del CELS y un capítulo especial en este informe se refiere a las
torturas en las cárceles argentinas.
O sea que estamos muy lejos de –como se ha dicho- tener cárceles modelo. No es así,
sino todo lo contrario. Me parece que ya no hay motivos como para no aprobar este proyecto.
Así que he querido dejar esa posición sentada.
Sr. Presidente. – Hablando de la voluntad política, también quiero agradecer a los senadores
por estar aquí. Es cierto que la Comisión de Presupuesto y Hacienda o la Comisión de Justicia
y Asuntos Penales no convocaron a esta reunión plenaria. Ahora bien, es importante la
presencia de los señores senadores Linares, Giustiniani y aquellos otros integrantes de las
comisiones respectivas. Reitero mi agradecimiento por la presencia de todos ustedes.
Como bien explicaba el procurador, este no es un organismo que se crea solamente
para denuncias, sino –por el contrario- para llegar a un fortalecimiento con el fin de que no
ocurran estos casos y contribuir con las cárceles provinciales y federales. A través de estas
imágenes, vimos una gragea de lo que está ocurriendo en la Argentina. Por lo tanto, no
entendemos y nos parece irrazonable que el oficialismo no esté acompañando en este sentido
o que se tenga un doble discurso respecto de los derechos humanos.
Desde la presidencia de la Comisión de Derechos y Garantías es la segunda vez que
convocamos a un plenario y ocurre lo mismo. Pero todos los que estamos aquí presentes
estamos renovando el compromiso para que la sanción de la Cámara de Diputados –el CD
51/11- sea tratado en el Senado.
Tiene la palabra la señora senadora Morandini.
Sra. Morandini. – En este sentido debe quedar en claro que lo que está habiendo es una traba
de tipo político y, sobre todo, un doble discurso porque no se puede invocar la defensa de los
derechos humanos y no cumplir con el mecanismo porque hay un tema también cultural.
Nosotros no hemos establecido en nuestro país que la tortura es incompatible con la
democracia, porque en una democracia no puede haber tortura. Más grave aún es que la
inseguridad que se vive en la actualidad va legitimando lo peor que nos ha pasado en nuestro
país, aquella frase que reza “por algo será”. Hoy en día, mucha gente desgraciadamente piensa
que estas personas no merecen vivir, producto de que estos son temas que sólo aparecen con
las muertes y videos, y no porque sea un debate que nos estemos dando. Entonces, esto es
mucho más grave, no es sólo no tener el mecanismo, sino que se va consolidando de nuevo
subterráneamente una cultura que va en contra de lo que es garantizar los derechos.
Considero que sí deberíamos hacerle saber al presidente de la bancada mayoritaria lo
concerniente a los pedidos que recibimos, como es el caso de la Oficina de América Latina
que pide y manifiesta su preocupación por los actos de tortura y por no tener este mecanismo,
que lo que nos permitiría es hacerlo visible. Lo que hace un video es mostrar lo que pasa a lo
largo y ancho de nuestro país. Ya tenemos desaparecidos. No hay provincia que no tenga su
caso.
Me parece que tenemos que hacer más fuerte el pedido. No se pueden invocar los
derechos humanos y no cumplir con esto porque entonces realmente es un doble discurso.
Se retiran los señores senadores Vera y Giustiniani.
Sr. Presidente. – Tiene la palabra el señor senador Linares.
Sr. Linares. – Deseo realizar una mínima acotación. Vengo de la provincia de Buenos Aires.
Hace cinco años intentamos crear una institución réplica de la que hoy conduce Mugnolo, que
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es una entidad oficial que garantiza al menos una serie de contactos de la gente privada de la
libertad con algunas causas que permite saber dónde está. Pero no tuvimos eco nunca. Lo
volvimos a reiterar con el señor diputado Julio Alfonsín.
A su vez, deseo mencionar que anualmente la Comisión de la Memoria presenta una
serie de casos; he ido a todos en diciembre, que a veces replica el CELS. La provincia de
Buenos Aires tiene una larga historia de impunidades sin resolver. Cotidianamente tenemos
denuncias en todos los penales. Una entidad como la que aquí se debería votar contribuiría
también a tomar conciencia en otras provincias respecto de que es necesario este tipo de
articulación; incluso, puede ser que la gente desde adentro tenga hoy la necesidad de que haya
personas que puedan tener alguna representación afuera por ellas.
Sra. Escudero. – Lo que creo que dictada esa ley y constituido el mecanismo nacional, éste
se encargaría también de darle un mecanismo local a cada una de las provincias y con los
mismos estándares. Además, con dos representantes de los mecanismos provinciales en este
Consejo Nacional es lo que estimularía también la participación.
Sr. Presidente. – Les agradezco porque hemos hecho un esfuerzo, y lo volveremos a hacer.
Gracias al procurador penitenciario de la Nación, señor Mugnolo, por estar aquí
presente, a ustedes, y vamos a ratificar nuestra voluntad, por lo menos, desde el bloque del
radicalismo que desde 1983 hasta acá fue una bisagra con respecto a los Derechos Humanos.
Ratificamos nuestra voluntad para que esta media sanción se convierta en ley y vamos a
seguir trabajando en esta Comisión y desde el bloque.
Damos por finalizada la reunión de hoy.
Son las 12.26.