MENSAJES DE SATHYA SAI

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Mensajes de Sathya Sai
VOLUMEN XVI
Mensajes de Sathya Sai
VOLUMEN XVI
(Nueva Serie)
(1983)
Discursos de
Bhagavan Sri Sathya Sai Baba
recopilados según notas tomadas por N. Kasturi
EDICIONES SAI RAM
Título original: Sathya Sai Speaks. Volume XVI
© Sri Sathya Sai Books and Publications Trust
Prasanthi Nilayam 515 134
Anantapur District, Andhra Pradesh, India
Primera edición en español:
Traducción: Luis Marquet, Ricardo Ortiz F.
© EDICIONES SAI RAM
Guanajuato 190, Col. Roma,
06700, México, D. F:
Todos los derechos reservados
NOTA EDITORIAL
La serie Mensajes de Sathya Sai es, en palabras del finado profesor N. Kasturi, el intérprete y
compilador original, un fragante ramillete que nunca se marchita. Estos discursos brotaron de la
profunda compasión de Swami por los buscadores de la Verdad durante las últimas décadas.
Esta nueva serie empezada a publicar en español en 1999 comprende ediciones revisadas de los
discursos de Sathya Sai Baba y un nuevo arreglo de cada volumen. Cada tomo de la nueva serie
comprende los mensajes y charlas de Sai Baba durante un año calendario; de ese modo, este volumen
XVI abarca 1983 y comprende material nunca antes publicado en forma de libro. Este nuevo arreglo
implica un aumento del número de volúmenes respecto de los primeros once, que abarcaban de 1953 a
1982. En el futuro este número irá aumentando a su debido tiempo.
Se espera que con los cambios hechos (nueva presentación, inclusión de un glosario, etcétera) la nueva
serie de los Mensajes de Sathya Sai sea de gran beneficio para los buscadores del reino espiritual.
Fideicomiso Sri Sathya Sai de Libros y Publicaciones
Prashanti Nilayam, India
INDICE
1. Declaraciones védicas
2. La oración diaria
3. Límite a los deseos
4. Servicio y sadhana
5. El Señor siempre auspicioso
6. El “Gayatri”, camino a Dios
7. Karma, Dharma y Brahman
8. Construyan templos en sus corazones
9. Consejo a los aldeanos
10. Su divino destino
11. Veneren a la madre
12. Problemas del sadhaka
13. Desarrollen devoción al Dharma
14. Unidad y pureza, el mensaje de Ramzan
15. La grandeza del hombre
16. En forma humana
17. Que Dios sea su gurú
18. A la Divinidad mediante el servicio
19. La comida y el carácter
20. El destino humano
21. Guía para los maestros
22. El ego y el avatar
23. Por qué viene el avatar
24. Honren a la madre
25. La triple deuda
26. La conquista de la mente
27. Los yajnas y el predicamento humano
28. Hacia la Divinidad mediante el sacrificio
29. Unidad es divinidad
30. Bienaventuranza perpetua
31. Sean ejemplo de los ideales de Sai
32. Devoción y gracia divina
Glosario
Sathya Sai habla
Él no duda ni tartamudea ni anda con rodeos,
él no calcula, no se detiene, ni reflexiona,
no espera, ni vacila ni vaga.
Para coleccionar y seleccionar pensamientos y palabras
él no busca notas ni citas,
no se demora adornando el habla
con ringorrangos superfluos
o vistiendo frases prestadas con oropeles relucientes.
Él no es un orador que cultive cultos,
vociferando para ser aplaudido y buscando publicidad.
Él no declama ni se pierde en circunloquios,
ni siquiera declara. Él te habla a ti, y a ti y a ti
y al ti de cada uno, sentado allá,
los Arjunas, deseosos por alcanzar pero temerosos de caminar.
Él habla sobre la tarea por delante y la verdad interna.
1. Declaraciones védicas
No se debe anhelar la prolongación de la vida, sino la purificación de la vida. Unos momentos como
Hamsa (el cisne celestial) son mucho más preciosos que muchos años como cuervo. Los Vedas
(escrituras antiguas reveladas) han dejado muchas lecciones en axiomas profundos que resumen
verdades realizables con el fin de sublimar los anhelos bajos del hombre, conducirlo por el sendero
de la santidad y mostrarle el destino glorioso de su unidad con la Conciencia cósmica, la identidad
entre jiva (lo individual) y deva (lo universal). Cada Veda contiene una declaración central, llamada
mahavakya o mahamantra, en torno de la cual gira.
“
Prajñanam Brahma” es la declaración sagrada del Rig Veda. Prajñanam quiere decir conciencia
constante integrada, que está presente y activa en todas las cosas, en todos los lugares, todo el
tiempo. Ella energiza los dominios físico, mental y espiritual, las regiones inferior, media y superior y
a los seres infrahumanos, humanos y suprahumanos. Los tres periodos del tiempo, los mundos
inferior, espacial y celestial y los tres modos del ser (bondad, pasión e inercia; satva, rajas y tamas,
respectivamente); todos ellos están saturados e impregnados por Prajñanam (conciencia total) o
Chaitanya (conciencia pura).
Aham implica una personalidad total
“Aham Brahmasmi” es la declaración sagrada del Yajur Veda; se compone de tres palabras:
aham, Brahma y asmi. Aham implica una personalidad total y compuesta. El hombre está sujeto a
innumerables pensamientos, deseos y resoluciones llamados sankalpa. El primer sankalpa verdadero
que anida en la mente del hombre es aham, el sentido de yo. Otras ideas y pensamientos que
conducen a la acción pueden entrar en la mente sólo después de que aham ha echado raíces.
Previamente a este acto, ninguna aceptación o rechazo, ningún sankalpa puede tener lugar.
El sentido de yo persiste en el cuerpo denso del estado de vigilia o despierto, en el cuerpo
sutil del estado de sueño y en el cuerpo causal del estado de sueño profundo. Persiste a lo largo de
las tres etapas. El Uno que impregna a los tres es el yo, el aham. “Yo” es la respuesta universal
cuando pregunto quién es Gokak, quién es Sudharshan o quién es Chakravarti. La respuesta en cada
caso es: yo, yo, yo. Yo está en cada uno, es el núcleo de todos.
Después tenemos la expresión “Brahma-asmi” (yo soy Brahman). Esta verdad puede quedar
clara con un ejemplo: para cuajar la leche le añadimos una pequeña cantidad de leche ya cuajada, con
lo cual después toda la leche se cuaja. Ahora bien, ¿de dónde obtuvimos inicialmente la leche
cuajada? De aquella que había sido tratada de modo similar. Los años de la vida son la leche; el
principio divino, Brahman, es la leche cuajada; cuando se le permite saturar la vida, la convierte en
una saga divina. A esto se refieren los Upanishads cuando declaran que quien conoce a Brahman se
vuelve Brahman (“Brahmavith Brahmaiva Bhavathi”). Asmi es el proceso de mezclar, la consumación
del añadido, del fundirse, de la unión. Cuando ocurre, aham se vuelve Brahman. Cuando lo humano
se impregna de lo divino, el hombre se vuelve Dios.
Pues, ¿qué sucede subsecuentemente? La leche que se ha cuajado se bate mediante la
investigación y la prueba interior; entonces emana la fragancia dulce y suave de la mantequilla de
ananda (la felicidad divina). Este ananda se puede lograr sólo por medio de y desde lo divino. De ahí
que todas las lenguas proclamen que ananda es el centro de todos los Vedas, el fruto de todos los
Shastras, la meta de todas las escrituras. Se debe tener fe en esta verdad, de otra manera se perderá el
fruto. Es por ello que tan a menudo enfatizo la necesidad de la fe, pues donde hay fe hay amor;
donde hay amor hay paz, donde hay paz hay verdad, donde hay verdad hay dicha y donde hay dicha,
está Dios.
La fe nace mediante la convicción
La gente, en nuestros días, ha debilitado y hasta perdido la fe, y sin embargo quiere obtener ananda.
Ananda no puede comprarse en ninguna tienda ni se puede solicitar a alguna compañía. Muchos se
preguntan: “¿Cómo puede usted desarrollar fe? ¿Cuáles son las razones para tener fe?” Las razones
no se pueden definir ni delimitar: la fe nace del corazón, por medio de una convicción imperceptible.
Se tiene fe en el hijo, en el padre, en el esposo o la esposa, pero nadie puede explicar por qué. La fe
no crece en la mente ni es resultado de causas externas.
El yo o ego no debe ser moldeado ni encerrado en un ismo, pues entonces se vuelve dañino
y egoísta. Si el yo se limita al cuerpo y se le etiqueta de acuerdo con la forma, es perjudicial y genera
orgullo y egoísmo. Si se le identifica con el Atma (el Ser verdadero) se vuelve sagrado y lleva a la
fusión con Brahman (Dios). No tomen al cuerpo temporal y trivial, el cual es como una burbuja,
como aham, porque, ¿qué es exactamente tal “yo”? Ustedes emplean las palabras “yo” y “mío” todo
el día repitiendo: mi casa, mi cuerpo, mi vida, mis sentidos, mi, mi, sin ahondar en el “yo” que posee
todos aquellos objetos. Cuando están dormidos profundamente, no sienten ni piensan en el “yo”;
tampoco se preocupan de ningún “mío”. ¿Adónde va entonces? Si el “yo” los abandona durante las
pocas horas de sueño, ¿cómo es que puede estar con ustedes durante el sueño permanente del cual
no despiertan? El sueño es una pequeña muerte; la muerte es un sueño largo. Consideren los
vínculos que se desarrollan entre el uno y el otro, entonces podrán llegar a la verdad de “Aham
Brahmasmi”.
No hay nada más alto que Dios
“Tath Tuam Asi” es la declaración sagrada del Sama Veda: “Tú eres Eso”. Tath (Eso) existía
antes de la creación y continúa existiendo después. Es el principio de la Conciencia total, la totalidad
del ser y del llegar a ser que abarca y trasciende lo físico, mental y espiritual, “más allá del horizonte
de la expresión y la imaginación”. El cosmos no se originó de Dios, es Dios. No hay ningún otro, no
hay un segundo. Algunas personas preguntan: “¿Has visto a Dios?”; la respuesta es: “Sí, lo he visto”.
Entonces preguntan: “¿Dónde está? Muéstranoslo”. Si se encontrara en un lugar específico,
entonces podrían señalar con el dedo hacia esa dirección y decir “allá está”; pero este micrófono
delante de mí es Dios; esta guirnalda sobre la mesa es Dios, este pañuelo es Dios. No hay nada en el
universo más elevado que Dios, diferente o distinto de Dios. Él es el Tath (Eso); es el Omnipresente,
la Conciencia eterna (Chaitanya). Nos referimos a él como Tath (Eso) cuando lo imaginamos distante,
lejos de nosotros. ¿Lejos de dónde? Lejos de su cuerpo, de sus sentidos, de su mente, de su facultad
de razonar, todos los cuales están equipados sólo con capacidad limitada, pero una vez que se
despierte su conciencia intuitiva, el lejos se vuelve cerca.
El Atma brilla en la caverna del corazón
Los Vedas lo aclaman como “Duuraath duure, anthike cha” (más lejos que lo más lejano,
también más cerca que lo más cercano). Tuam (tú) es el complejo cuerpo-sentidos-mente-razón. Éste
también es Eso, como lo confirma el verbo asi (eres). ¿Qué es lo que sucede exactamente cuando
están ocupados leyendo las oraciones de un libro? En esos momentos la mano está sosteniendo el
libro, los ojos están viendo, la razón está juzgando y la mente está reaccionando ante el flujo de
sentimientos. Tú es el compuesto de manos, ojos, razón y mente; es el molde, el akara (la forma).
Eso es el núcleo, la esencia, lo genuino, el la propia naturaleza verdadera (sva-bhava). Para poder
realizar la identidad de los dos hay que recurrir al sadhana de la meditación. La meditación es el
proceso de sublimar la concentración (que tiene que ver con el dominio de los sentidos), lo que
conduce a la contemplación (que se relaciona la mente y la razón), que a su vez da como resultado la
meditación real (que atañe al dominio inalcanzable para la lógica, el pensamiento y aun la
imaginación).
Esta declaración está en el corazón del Sama Veda, cuyos himnos son musicales y tienen que
cantarse como parte de los ritos sagrados. La música es un medio excelente para armonizar el tú y
Eso, lo humano con lo divino. Naturalmente, la música debe fluir de prema (amor desinteresado) y
no de la avidez por la fama o el beneficio. Cuando cae la lluvia, la cortina de agua junta a la tierra con
el cielo; de igual manera, la lluvia de una canción iluminada por el amor puede juntar a tú y eso. Asi
(eres) puede ser consumado.
“
Ayam Athma Brahma” es la declaración sagrada del Atarva Veda, el cuarto de los Vedas.
Quiere decir “Este Atma es Brahman”. Esto implica el ser individual, el testigo no manchado e
inafectado por las actividades del complejo cuerpo-mente. La lámpara ilumina el área a su alrededor:
una persona falsifica las cuentas para evitar pagar impuestos; otra escribe el nombre de Rama como
un sadhana, otra más aprovecha la luz para echar mano a determinados artículos y robarlos. La
lámpara es el testigo. También el Atma brilla dentro de la caverna del corazón.
Uno debe dedicarse a actividades sagradas, con la inspiración de esa iluminación. Mucha
gente viene y me pregunta: “Swami, nos esforzamos por controlar la mente, pero ella corre como un
perro alocado. ¿De qué manera podemos tener éxito?” Aquí hay un paso equivocado. La mente está
más allá de todo contacto, pues está ligada a los sentidos. Controlen los sentidos; no dejen que ellos
los atraigan hacia el mundo objetivo. De esta forma la mente puede volverse un instrumento de
iluminación y no de ilusión o engaño. Entonces alboreará la verdad: este Atma es Brahman. El
esplendor de esta conciencia alejará la sombra de la ignorancia. No puede haber tamas (ignorancia)
donde está jyothi (luz). El Atma (Ser) es jyothi (luz)
El mantra “Gayatri” ayuda a desarraigar la ignorancia mediante la invocación del esplendor
del Sol a fin de iluminar el budhi (intelecto), la facultad de pensamiento. Este esplendor revelará la
identidad de ayam Atma, de este ser (individualizado), con Brahman (el Ser cósmico supremo).
Discurso del día de año nuevo en el Instituto Sri Sathya de Enseñanza Superior, Prashanti Nilayam, 1-1-83.
2. La oración diaria
Sin renunciar a la pereza, ¿cómo se puede conocer la verdad?
Sin renunciar a la pasión, ¿cómo puede la devoción arraigarse?
Estén serenos y tranquilos en el apuro y la tormenta.
Éste es el camino sátvico para ganarse al Señor, la Verdad.
La mente es una maravilla. Sus travesuras son aún más sorprendentes. No conoce distinción de
forma ni figura, pues asume la del objeto con el que está involucrada. Su naturaleza es vagar de deseo
en deseo, corriendo con rapidez de un anhelo hacia otro. Así, ella es la causa de la pérdida y la
aflicción, de la exaltación y la depresión. Sus efectos son tanto positivos como negativos.
Vale la pena que el hombre conozca las características de la mente y la manera de dominarla para el
propio beneficio. La mente tiene propensión a recolectar experiencias y almacenarlas en la memoria.
Desconoce el arte de renunciar, nada es desechado por ella. Como consecuencia, bulle
continuamente de aflicción, ansiedad y miseria. Si sólo se le pudiera enseñar thyaga (sacrificio), el
individuo podría volverse un yogui (persona espiritualmente serena).
Dhyana provee descanso para la inquieta mente
Según todas las apariencias, el reloj no cesa en ningún momento su tic-tac, pero en realidad no es así.
No es continuo, pues todos pueden darse cuenta de que hay una pequeña pausa entre un tic y el tac
que le sigue. Éste es el intervalo de descanso, pero la mente ni siquiera tiene este pequeño lapso
entre un pensamiento y el siguiente, además no hay orden ni relación en la sucesión continua de
pensamientos. Esto contribuye a la confusión y la preocupación, siendo éstos la fuente principal de
la mala salud en el hombre. Actualmente estamos planificando y preparándonos para el descanso
físico y la recreación; sabemos que hasta las máquinas necesitan horas de descanso. Sin embargo,
hemos descuidado el deber de asegurar el descanso de la mente. Dhyana (meditación) es el nombre
del periodo de descanso que le proporcionamos a la mente ocupada e inestable.
El corazón está ocupado con sus latidos, como el tic-tac del reloj, pero entre un latido y otro se
genera un pulso nuevo de energía, contribuyendo al fluir sin importar los momentos pasados o
futuros. Se trata de un flujo constante hacia una meta.
El nadador tiene que empujar el agua del río hacia los lados y patalear con el fin de avanzar de
manera directa y con rapidez, desplazando el agua hacia atrás en un acto que lo impulsa hacia
adelante. Esto equivale a decir que no le den importancia, empújenla hacia atrás, abandónenla,
renuncien a ella; sólo así se ayudarán a progresar, aunque no sea más que una pulgada. En lugar de
ello, sin embargo, el hombre colecciona y almacena, acumula y se enorgullece de aquello que guarda
firmemente sin que le importe lo precioso que es el rasgo humano de la renunciación. Entonces se
hunde en las posesiones materiales, las victorias y los caprichos. Así no flota ni nada a través de las
tentaciones.
Debemos intentar descubrir y aprender los medios para progresar. Un poeta cantó: “¿Pueden los
perros concebir la poesía llena de color? ¿Y conocen los asnos el sabor de los granos secos que
cargamos sobre ellos? ¿Es capaz un ciego de admirar el encanto de una luna llena?” Podemos
entonces preguntar cómo puede un hombre sumergido en un conocimiento relativo tener
conciencia del Atma (el Absoluto), pero no hay razón para desesperar o para condenarnos como
mezquinos y bajos, porque cuando hombres pequeños toman decisiones importantes, ganan aliento
de los grandes. Cuando la minúscula ardilla decidió contribuir en la construcción del paso sobre el
mar, ¿acaso no recibió las bendiciones del Señor Rama? La ardilla sabía que su ayuda únicamente
podía ser infinitesimal, pero el sentimiento de dedicación que la impulsó le valió la gracia de Dios.
La devoción debe desbordar del corazón
Los hombres, sin embargo, por lo general no subliman el pequeño sadhana por medio de un
propósito elevado. Se dedican a los cantos colectivos, a la oración y los rituales y a la meditación,
pero éstos son sólo ejercicios físicos. La mente no los eleva a la sinceridad, el corazón no se derrama
ni vibra en ellos. En consecuencia, pemanecen en el nivel humano; no se elevan hasta la Divinidad.
El poeta pregunta: “¿Puede el lago llenarse cuando sólo cae una leve llovizna? ¿Puede la sed ser
aliviada pasando saliva? ¿Puede el vientre llenarse conteniendo la respiración? ¿Puede obtenerse
carbón quemado briznas de hierba?” Si se requiere carbón tienen que quemar los troncos;
únicamente las cortinas de lluvia pueden llenar un lago hasta el borde; sólo un vaso de agua fría
puede aliviar la sed, nada más. El corazón tiene que ofrecerse a plenitud.
La devoción debe llenar y desbordar el corazón. Miren al loto: sus raíces están en el fango, debajo
del agua. Crece a través del agua y flota en ella, pero no se mancha con el fango ni se moja con el
agua. Lo maravilloso es que no puede sobrevivir sin uno ni la otra, pero se eleva hasta el aire y el sol.
Nuestra vida hunde sus raíces en el Atma y crece entre las olas agitadas de la vida. Nunca se puede
arrancar de su fuente átmica.
El dolor tiene tres fuentes y tres características
A lo largo de las edades el hombre ha buscado la liberación y luchado por emanciparse de la
esclavitud. Sin embargo, no tiene una percepción correcta de aquello de lo que se tiene que liberar, ni
del tipo de esclavitud que lo aprisiona. Muchos ni siquiera se dan cuenta de que están prisioneros y
encadenados. Así, ni siquiera intentan liberarse. ¿Son la familia, la esposa, los niños la prisión? ¿Son
las riquezas, las posesiones y las propiedades las cadenas? ¿Son las atracciones y aversiones las
ataduras que refrenan al hombre? No; nada de esto lo mantiene atado. La atadura más fuerte que
limita sus sentimientos y sus acciones es su ignorancia acerca de quién es él en realidad.
Hasta que no esté conciente del Atma (Espíritu divino), es seguro que el individuo se verá agitado
por un dolor tras otro, con intervalos de alegría. El dolor tiene tres fuentes y, consecuentemente, tres
características: 1) el dolor provocado por la irrealidad de lo aparente, 2) el dolor provocado por la
falta de conocimiento o errónea comprensión a causa de las limitaciones de nuestros instrumentos
de percepción e inferencia, o bien a causa del misterio del fenómeno divino que persiste en todo y 3)
el dolor provocado por la muerte, la desintegración o disolución de las cosas que consideramos
reales. Cuando el individuo se establece en la conciencia de la verdad del jivi (el ser individual), del
jagath (cosmos) y de Dios, el Creador, ya no hay razón para sentir dolor o temor.
Consideremos jagath, el cosmos visible alrededor de nosotros, al cual podemos conocer. Las cosas
que experimentamos en los sueños desaparecen cuando nos despertamos, las cosas que vemos
cuando estamos despiertos también tienen una vida breve. Durante el sueño no estamos concientes
del mundo. A pesar de que el cuerpo está en la recámara, soñamos, y el sueño es tan directo y vívido
que ya estamos de compras en Mount Road, en Madrás. Así, las fases de vigilia, sueño y sueño
profundo son sólo relativamente reales, engañosamente reales. Cuando se acercan al internado
cantando bhajans en el crepúsculo, el niño de la primera fila grita espantado “¡una serpiente! ¡una
serpiente!” y el temor hace presa de todos y los hace retroceder; pero, ¿realmente era una serpiente?
Un niño la observa con una antorcha encendida y se da cuenta de que solamente es una cuerda. La
ignorancia provocó el temor, la sabiduría lo quitó. Cuando la antorcha ilumina al mundo, se ve que
es verdaderamente Dios, Vishnú, el cuerpo divino, la sustancia sagrada, Sat-Chit-Ananda (existencia,
conciencia y bienaventuranza). El asath (lo irreal) es conocido como sath (lo real).
La fe es vida, la falta de fe es muerte
El proceso de vivir es el balanceo de un péndulo de la sonrisa al llanto. La niñez es muy terna e
inocente; la juventud está llena de locura y de faltas; la edad madura es confusa, llena de problemas y
sus posibles remedios; la vejez transcurre lamentando los errores y tropiezos pasados. ¿Cuándo
puede el hombre probar un poco de auténtica alegría? La naturaleza es la vestidura de Dios; refleja al
Supremo. Brilla a través de las maquinaciones de la mente. El núcleo interno de cada cosa viva es
Dios. Las alegrías y las tristezas son el resultado de involucrar a la mente en lo transitorio y lo trivial.
La gracia divina cae como el sol, al que nada dañino que haya donde derrama su luz puede quitarle
brillo. El Ser tampoco se ve afectado por los efectos de la mente, que sigue a los sentidos
dondequiera que éstos vayan. Cuando el individuo se vuelve conciente de que el ser es Dios, no
puede perseguirlo ningún temor de morir. El edificio se puede derrumbar, pero lo base está a salvo.
¿Cuándo muere el hombre? Muere a cada momento; nace a cada momento. Muere cuando el
siguiente pulso del reloj no llega. Cuando vuelve a latir, se nace otra vez. La fe es vida, la ausencia de
fe es muerte. Solamente el cuerpo muere; el Atma está más allá del nacimiento y de la muerte. Con
este conocimiento, el individuo se empapa en ananda (bienaventuranza divina).
La muerte afecta sólo el complejo mente-cuerpo
Abandonen lo que debe ser desechado y conozcan lo que tiene que lograrse, entonces ananda se
volverá su naturaleza. Renuncien a la idea de que el mundo tiene valor; conozcan la realidad del Ser y
lleguen a la fuente, Brahman. Tal es el significado de la oración del Upanishad que ustedes rezan
todos los días antes de empezar las clases en el instituto.
Asathomaa Sath gamaya (de lo irreal llévame a lo real),
Tamaso maa Jyothir gamaya (de la oscuridad llévame a la luz),
Mruthyor ma amrutham gamaya (de la muerte llévame a la inmortalidad).
Ésta es una oración que pide ser llevado del jagath (lo mundano), el cual constantemente está siendo
construido y reconstruido, resuelto y disuelto, hacia lo Divino, cuyo ser no padece cambio alguno.
La oscuridad simboliza la ignorancia que induce a la identificación con el complejo
cuerpo-sentidos-mente-razón. La luz revela el núcleo divino sobre el que todo lo demás está
sobrepuesto merced a la niebla de una visión defectuosa. La muerte sólo afecta al complejo
cuerpo-mente. Cuando se nos conduce a la luz, tomamos conciencia de que somos el Atma perenne
y, así, nos hacemos inmortales.
El corazón humano es un océano cuya profundidad nadie puede medir y cuyo horizonte nadie
puede limitar. El océano contiene innumerables perlas y corales preciosos, pero también tiburones.
Se debe explorar continuamente y con osadía para encontrar las gemas y perlas de los buenos
pensamientos y sentimientos y cultivarlas cada vez en mayor medida.
La fuente y la meta son Dios y sólo Dios
Hay dos obstáculos que se oponen al hombre en este valioso esfuerzo. El primero es la tendencia a
compararse con los demás. Esto constituye un serio error. No hay dos cosas ni dos hombres que
sean idénticos, aun los gemelos idénticos crecen de diferente manera en la vida. Ninguna de los
millones de hojas de un árbol es exactamente igual a otra; los botánicos conocen muy bien esta
característica. Sobre la tierra hay miles de millones de seres humanos, pero, ¿cuál es la impronta que
les ha dado a cada uno de ellos un nuevo sello? Es la gloria de Dios. Una compañía produce
millones de cajas, todas ellas idénticas; todas pueden abrirse y cerrarse con el mismo juego de llaves.
El hombre ha sido creado por Dios, cada uno con su naturaleza, su cualidad, su potencialidad y su
destino diferente. ¿Cómo entonces puede alguien compararse con otro y sentirse contento o
desesperado? Decimos que aquel está alto y nos sentimos desanimados porque somos de baja
estatura; o nos sentimos orgullosos por ser mejores que los demás. Todo esto es muy tonto si lo
pensamos bien.
En segundo término, tenemos el hábito de justificar nuestras fallas, excusar nuestros errores y evitar
la responsabilidad de enfrentarlos directamente para corregirlos. Estas dos actitudes agravan la
ignorancia del hombre y causan todavía más fallas. Todos tienen a Dios como su fuente, nadie es
más alto o más bajo. Por Dios, de quien venimos, todos somos una familia. Los padres y otros
parientes físicos son aquellos cuyo efecto sentimos en el camino, pero la fuente y la meta es Dios y
solamente Dios.
El poeta se lamentaba así: “Manteniendo al niño en su cadera, la madre vagaba en su busca creyendo
que se había alejado. Observaba la faz de cada criatura para descubrir si era la suya. ¡Pobre fruto
inmaduro! Su sabiduría era incompleta”. Uno puede madurar sólo cuando la Divinidad se desarrolla
en nosotros después de haberla descubierto. Vivan en Dios, con Dios, sobre Dios y para Dios;
beban a Dios, coman a Dios, vean a Dios, alcancen a Dios. Dios es la verdad, la sustancia, el
corazón del hombre. “Yo soy el habitante de tu corazón”, dice Krishna. Cada célula del cuerpo
humano es Dios, aunque no lo puedan encontrar con un microscopio. En estos momentos, ustedes
están grabando mi discurso en un caset, pero ¿pueden ustedes ver mi voz o mi palabras ahora en él?
No. Cuando ustedes vuelvan a escucharlo podrán oír nuevamente las palabras. Así, el cuerpo es la
cinta, la voz de Dios es inmanente. Equípenlo con la fe y sintonícenlo con el amor, entonces podrán
absorber mi voz y mis palabras. Un corazón puro, una mente limpia, una conciencia llena de Dios
los ayudarán a escuchar Su voz dentro de ustedes.
Prashanti Nilayam, 1-9-83
3. Límite a los deseos
Los miembros de la Organización parecen estar confundidos acerca del verdadero significado de este
programa llamado “Límite a los deseos” adoptado en la 10ª conferencia de las Organizaciones
Sathya Sai de la India. Hay cuatro componentes en la expresión “límite a los deseos”: refrenar el
habla excesiva, controlar el exceso en los deseos y gastos, controlar el consumo de alimentos y evitar
el desperdicio de energía. El hombre necesita algunos bienes esenciales para su mantenimiento y no
debe aspirar a más. Podemos aprender una lección de la naturaleza a propósito de lo anterior:
solamente si el aire disponible es suficiente será cómodo y bueno; si es excesivo y hay un ventarrón
se sentirán incómodos. Cuando sienten sed, no pueden consumir más que una cantidad limitada de
agua, no toda la que hay en el río Ganges. Únicamente tomamos lo que es necesario para el
mantenimiento del cuerpo.
Los médicos saben que la temperatura corporal es normalmente de 36 grados. Si sube a 37.5 nos
dicen que hay fiebre debido a alguna alteración en el cuerpo. Cuando inhalamos y exhalamos lo
hacemos a un ritmo regular; un leve incremento o decremento en el ritmo indica una alteración en el
cuerpo. Así, pueden ver que que rebasar los limites, aun en un grado leve, es peligroso y dañino para
el cuerpo. Existe un límite para que todo pueda funcionar de una manera normal. Cuando los ojos
ven la luz de un relámpago o de una lámpara al tomar una fotografía, se cierran automáticamente
porque no pueden soportar intensidad tan alta; los oídos tampoco pueden tolerar el sonido más allá
de cierto límite, y si se rebasa nos los tapamos enseguida. Todo lo anterior nos muestra que nuestra
vida es una compañía limitada.
Malgastar el dinero es un gran error
De manera similar, también nuestros deseos deben mantenerse limitados. Las mujeres, por lo
general, están deseosas de agregar piezas a su guardarropa tras asistir a una tienda o una exhibición.
Ustedes deben tener un número razonable de prendas, no una colección inmensa para presumir.
Malgastar el dinero es un gran error, un mal. También los hombres deben colaborar para restringir
los gastos en cosas indeseables o innecesarias. El dinero es dhaivaswarupam (encarnación de la
Divinidad). Cuando hablen de riqueza, tengan cuidado y eviten la acumulación avara y el gasto
desmedido. Hasta en la preparación del alimento deben tener cuidado y evitar el desperdicio. Al
consumir alimentos en demasía hacemos un daño.
En tercer término, deben tener cuidado respecto del tiempo, el cual es la medida de la vida. Los
segundos se vuelven horas, éstas se vuelven años, los años, eras y así sucesivamente. No deben
dilapidar este tiempo tan importante. Es imposible hacer que el tiempo perdido en actividades
inútiles regrese. Todas nuestras actividades deben planearse a fin de utilizar el tiempo disponible con
el máximo provecho. Así pues, no debemos desperdiciar el alimento, el dinero, el tiempo y la
energía. No deben gastar dinero ni siquiera para comprar guirnaldas; lo que Dios quiere es la flor de
su corazón lleno de humildad y devoción. A Dios pueden ofrecerle ocho tipos de flores, a saber: no
violencia, control de los sentidos, compasión hacia todos los seres, verdad, meditación, paz,
humildad y devoción.
Dios sólo aprecia sus motivos
Me preocupa mucho el exceso de dinero que gastan las unidades de la Organización en la compra de
guirnaldas enormes que me ofrecen en cada ocasión y también el uso de flores para decorar el
camino. Sin duda lo hacen como expresión de su ananda, pero a esto no lo llamo devoción, porque
pueden no tenerla. Pueden demostrar su afecto ofreciendo solamente una flor y utilizar para ayudar
a la gente pobre el dinero desperdiciado ahora en guirnaldas.
La gente puede pensar que a Baba no le gustará que no haya flores por donde pasa y que no le
ofrezcan enormes guirnaldas. Ustedes deben entender que Dios solamente aprecia sus motivos y no
las cosas externas. Si caen en tal exhibicionismo, no lograrán más que manchar el nombre de la
Organización Sathya Sai. Como miembros de ella no deben abrigar ningún sentido de ego ni de
orgullo. Como les he dicho con frecuencia, deben tener “sus manos en la sociedad y sus cabezas en
el bosque”. Éste debe ser su principio guía. Lo poco que hagan, háganlo con un corazón bueno y
puro.
En el Bhagavad Gita Krishna se refirió a pathram, phalam, pushpan, thoyam, es decir: la hoja, la fruta, la
flor o el agua que pueden ofrecer a Dios. Me complace cualquiera de éstos toda vez que sean
ofrecidos con devoción sincera. ¿Que es pathram? No es la hoja que ven alrededor; el significado
interno es que su cuerpo mismo es la hoja. La flor no es la de las plantas, sino la de su corazón,
hridhaya pushpan; phalam no es la fruta ordinaria, sino manophalam, la fruta de su mente; thoyam quiere
decir agua, pero no se refiere al agua del río o de la llave, sino a las lágrimas de felicidad que brotan
desde el interior de un corazón sincero y lleno de fervor.
Vuélvanse mejores individuos
Además, no sólo deben practicar sino también enseñarles a los demás la limitación de los deseos. A
pesar de que Narayana está en todos, al que está dentro de la gente pobre uno se refiere como
Dharidhra Narayana. Cuando este Narayana pide alimento, ustedes rehúsan dárselo mientras le
ofrecen comida a otra persona que está bien alimentada. Cuando colocan delante de las imágenes de
Dios una rica variedad de comida como ofrenda, lo hacen porque saben muy bien que regresa a
ustedes. Siendo así, esto también es swartha (interés propio) y no thyaga (sacrificio). La inmortalidad y
la liberación proceden de thyaga.
En la Organización Sai tenemos comités de servicio, grupos de canto de bhajans y otras ramas. Es
una buena señal el hecho de que cada vez más y más jóvenes se acerquen y participen en las
actividades de servicio; la participación de la juventud es necesaria para el bienestar del mundo.
Debemos regocijarnos cuando ellos dan un giro a su vida. Existe un refrán que afirma que no se
debe uno alegrar ni repartir dulces cuando le nace un niño y que eso solamente debe hacerse cuando
crece y se gana una reputación como un buen hijo. Ustedes no me pueden dar gusto sólo con
volverse miembros de la Organización; yo espero el día en que se transformen en individuos
mejores. Ustedes deben volverse personas de carácter excelente y buenas cualidades.
Es el código de conducta la causa de que la Organización avance y crezca con fuerza. Los directivos
deben ejercer un cuidado extremo en ver que el código de conducta sea respetado y guiar a los
demás por el camino correcto. Cuando un sirviente trabaja con integridad, el dueño le confiará las
llaves de la casa; de igual manera, Dios también aprecia solamente a los hombres con integridad. El
deseo de complacer a Dios debe ser el motivo fundamental.
Discurso a los miembros activos de la Organización Sri Sathya Sai de Tamil Nadu; Madrás, 19-1-83.
4. Servicio y sadhana
Viviendo en esta tierra de Bharat, con su cultura rica y gratificante, pero sin absorber su amplia y
abarcadora visión ni sondear en los secretos de su pervivencia y su frescura, ¿como puede alguien
progresar y asegurar la paz y la prosperidad en el mundo? Proferir voces en pro de la paz mientras
nos vemos sacudidos por los hechos, toda esperanza de establecerla sólo puede calificarse como
decepcionante. El progreso del mundo no es una idea abstracta; implica una serie de logros
concretos en la comunidad de las naciones, la diversidad de las sociedades y las entidades de los
individuos. Cada uno de ellos tiene que marchar hacia la misma meta en la concordia y con un
esfuerzo cooperativo.
A pesar de las victorias asombrosas que ha ganado sobre las fuerzas de la naturaleza, al hombre
todavía le falta ganar la paz y la alegría, para él y para sus semejantes, pues estas únicamente se
pueden obtener dominando los impulsos internos y sublimando las emociones internas.
El club de Leones tiene como lema “Juntos servimos mejor”. Este espíritu de unión inspira ayuda
mutua y servicio. Debe inspirar tanto a los que sirven como a quienes se sirve uniendo a ambos en
un lazo de amor.
El hombre ya no es amo sino esclavo de sus hábitos
El camino del amor y del servicio no es fácil, está lleno de luchas y decepciones. La vida misma es un
péndulo entre suspiros y sonrisas, pero cada obstáculo es una invitación para la inteligencia de
ustedes. “La vida es un reto, enfréntalo; la vida es un sueño, realízalo”.
En la época presente, el ser humano es aterrorizado por una multitud de problemas, científicos,
tecnológicos, económicos y morales. Éstos no pueden solucionarse por medios materiales
exclusivamente, también debe darse una transformación mental. Los ideales propuestos por los
sabios videntes que moldearon nuestra tradición cultural deben honrarse y practicarse. Ellos
mostraron las maneras de llenar los años de la vida, no por medio de la multiplicación de
comodidades materiales sino de la serenidad y de la sencillez. Mansiones cada vez más grandes,
coches estupendos, raros lujos son buscados con avidez; el hombre ya no es el amo sino el esclavo
de los hábitos, los placeres y las riquezas tras los que corre; cuenta el número de años que ha crecido
y olvida que cada año su periodo de vida se va acortando. La erudición sin humildad, la capacitación
sin discernimiento, el trabajo sin sabiduría, la vida sin amor, la música sin melodía nunca podrán
recibir los honores de la comunidad.
Cuando las virtudes son pocas y los estudios inmensos,
¿cuál es el beneficio, cuál es su valor?
Cuando poseen diez hectáreas en tierra desértica,
¿cuál es el beneficio?, ¿cuál es su valor?
Una parcela es un tesoro si es fértil.
El carácter es la medida del hombre. El carácter insiste en mantener a distancia al vicio y la debilidad;
le recuerda al hombre sus obligaciones y responsabilidades, los ideales elevados y la meta de la vida
humana. La vida no santificada por el carácter es una casa sin lámparas, una moneda falsa.
El dinero logra muchas cosas y errores también
Muchas veces, el juego termina aun antes de que uno pueda reconocer al maestro. Por ello, mientras
haya vida se debe dedicar ésta a alguna actividad sagrada, la más sagrada es el servicio. Éste asegura la
amistad y fraternidad entre todos los hombres; permite ver la unidad inherente en toda la Divinidad.
En la India la gente se ha unido en el nombre del servicio a los clubes de Leones, Rotario,
Cosmopolitan, etcétera. Sus ideales son realmente sagrados y los proyectos, dignos de ser emulados.
Ellos respetan a todos los hombres como una sola familia. Muchas personas respetables
desempeñan, como miembros de estos clubes, un servicio con dedicación. Sin duda constituye para
ellas una oportunidad afortunada, pues no puede haber ningún buen trabajo superior a este.
Ellas suelen decir que “el dinero logra muchas cosas”, pero es más correcto decir “el dinero provoca
muchos errores”. No todos, naturalmente, están arruinados por la opulencia. Pueden ayudar a que
tales organizaciones hagan más y mejor servicio; pueden proveer medicinas a quienes dan servicio
médico los pobres, pueden visitar los barrios pobres y ofrecerles ayuda de varias maneras a sus
habitantes. Todos estos actos son admirables, mas no basta recolectar dinero y pagarles a otros para
que hagan el servicio, debemos evaluarlo nosotros mismos ofreciéndolo directamente. Y no deben
darse por satisfechos los doctores, los abogados, los ricos, los educados, haciendo mucho servicio de
vez en cuando; debe haber un proceso continuo, de acuerdo con un horario establecido cada
semana. Los doctores deben ir a los barrios pobres y a los pueblos para socorrer a sus habitantes.
Hay una urgente necesidad de este tipo de servicio. Los abogados deben hacerse cargo de los abusos
hechos a los pobres a causa de su ignorancia intercediendo a su favor frente a la justicia. Pueden
dedicar un tiempo al mnos para dos o tres de tales casos por semana. Su intercesión a favor de los
pobres no debe ser superficial y precipitada ni fortuita; deben ser tan serios y eficientes como en el
resto de su trabajo.
El amor es desinteresado, el yo carece de amor
¡Encarnaciones del amor!: los miembros del Club de Leones tienen ideales elevados y están
motivados por sentimientos sagrados. Con frecuencia llevan a cabo encuentros para que se puedan
conocer entre sí. Algunos clubes tienen sus reuniones en hoteles de cinco estrellas y gastan
cantidades enormes. En casa nos sentimos contentos con una comida completa por cinco rupias,
pero en los hoteles aun cincuenta rupias son insuficientes. Cada vez que hay una reunión, cada uno
pierde cuarenta y cinco rupias. La suma ganada al descontinuar esta práctica podría utilizarse para
ayudar a los pobres. Nuestra meta debe ser el trabajo, la solución práctica y no solamente la
publicidad. Incluso desde el punto de vista personal, se deben organizar los asuntos de manera tal
que no se despilfarre el dinero. Lo más importante en esta coyuntura es la consideración de los
problemas que enfrenta Bharat. Estos problemas necesitan la promoción de amor y servicio. El
amor no tiene ego, mientras que el ego carece de amor.
Deseo que los ciudadanos de Bombay se unan hombro con hombro con ustedes y aseguren por su
bien el éxito de todos sus esfuerzos. Ellos deben cooperar con todo su corazón, todos sus recursos y
todas sus aptitudes. Gastamos enormes cantidades de dinero pero no sentimos que se esté utilizando
en proyectos de servicio semejantes a los que ustedes tienen planeados.
Éste es verdaderamente un día de alegría. Estoy contento de estar rodeado por personas dedicadas al
servicio. Es necesario que los miembros de tales clubes también presten atención a su avance
espiritual, pues ello asegura el logro de la meta de la vida. Lo mundano y lo espiritual son como las
dos alas de un pájaro o las dos ruedas de un vehículo, igualmente esenciales e importantes. Logren la
riqueza espiritual por medio del sadhana y compártanla con aquellos a quienes están sirviendo.
Conferencia regional del Club Internacional de Leones, Bombay, 23-1-83
5. El Señor siempre auspicioso
El Señor siempre auspicioso, la forma manifiesta del Om,
el que ha venido para enseñar,
el que bate la crema del corazón y mente de los hombres,
el amigo, el encantador, el liberador de la atadura que ciega,
el consolador de los que claman y oran,
el destructor de las corrientes que arrastran,
el consolador de los corazones rotos, como la luna tan fría,
el que burla el orgullo, que sana del nacimiento y la muerte,
el que tiene ojos de loto, el que invalida el tiempo,
él mismo el proceso y el juego del tiempo,
el ladrón que toma para sí las mentes puras de los buenos,
la encarnación de la belleza, el hijo de Devaki,
Vasudeva, hijo de Vasudev, la gloria de la raza Yadhu,
está aquí con ustedes, a su lado.
.
El hombre que no puede empaparse de la verdadera sabiduría que ensancha la mente y explorar la
verdad interna acerca de la vida no puede promover el bienestar del mundo. Éste depende del
bienestar de la sociedad, que a su vez depende del de los individuos. Todos ellos son
interdependientes.
Ellos están integralmente relacionados uno con otro. De ahí la necesidad de que los individuos en la
sociedad sean veraces en pensamiento, palabra y acción. El principio espiritual advierte claramente a
aquellos que repiten lemas de paz pero cometen actos que la perjudican. La vida humana sólo puede
entenderse verdaderamente en el contexto de la armonía y la cooperación. Para poder realizar éstas,
el individuo debe servicio a la sociedad. Tal servicio está arraigado en la fe espiritual.
El hombre debe volverse de lo material a lo divino
El hombre actual explora el espacio externo, pero no sabe la verdad acerca de sí mismo. Los que no
pueden conocer su propia naturaleza verdadera no pueden lograr mucho; no pueden percibir lo real,
y sin ello no pueden alcanzar ananda (bienaventuranza divina).
No hay nada que el hombre no pueda lograr, pero antes de intentar cualquier cosa, debe reconocer
sus poderes, su papel y su propósito en la vida. Mientras esté atado por la ignorancia de su verdadera
naturaleza, no podrá escapar de la aflicción.
El cosmos es una manifestación de la voluntad divina. Para poder realizar a la Divinidad, sin
embargo, no es necesario explorar prakriti (la creación). Todo en el universo está sujeto al cambio, la
impermanencia y la desaparición. ¿Cómo entonces adquiere un valor tan importante? Ello se debe a
los jivis (seres humanos), sin los cuales el universo no tendría valor. He aquí un pequeño ejemplo: en
ciudades como Madrás, Delhi, Bombay y Calcuta hay millones de personas; en estas ciudades el
metro cuadrado de terreno cuesta cientos de rupias, pero por el mismo precio se pueden comprar
muchas hectáreas de tierra en una selva. ¿Por qué razón la tierra cuesta tanto en las ciudades? La
causa es la densidad de la población. En un bosque alejado de las congregaciones humanas la tierra
tiene escaso valor.
El hombre es el ser más valioso del universo y también es el creador de todos los valores. El mineral
con oro bajo la tierra adquiere valor después de que es extraído y refinado gracias al esfuerzo
humano. De modo similar, también el diamante en bruto que se obtiene de una mina se vuelve
sumamente valioso después de ser cortado y moldeado por el hombre.
Inmerso en preocupaciones mundanas y viendo a las cosas materiales como fuente de felicidad, el
ser humano se vuelve víctima de la tristeza. El mundo material sólo puede producir tristeza. El
hombre debe abandonar lo material y volverse hacia lo divino. El involucramiento con lo mundano
debe ceder el lugar a la búsqueda de la realización propia.
El hombre es la criatura de dos planetas maléficos
La vida es como una madeja de hilo. Mientras más se intenta desmadejarla, más enredada se vuelve.
La vida es como un estanque infestado de cocodrilos: es difícil atravesarlo evitándolos, pero se tiene
que hacer. La vida es como un bloque de hielo que se está derritiendo incesantemente; la verdad
tiene que ser realizada antes de que acabe de derretirse. La gente piensa que el hombre está regido
por los navagrahas (los nueve planetas) pero, en realidad, es la criatura de dos planetas malignos: raga
(apego) y dhwesha (odio).
La vida es una breve obra de teatro este cuerpo es como una burbuja, la mente siempre es
caprichosa. En el Gita, Arjuna le asevera a Krishna que es difícil controlar a la mente, que
constantemente está oscilando. No obstante, el hombre debe concentrarse en su verdadero destino.
¿Cuál es este destino, la meta y el propósito de la vida? El Bhagavata y el Bhagavad Gita lo establecen
claramente. Nuestro destino es la fuente de la cual venimos. En tanto el individuo esté atrapado en
prakriti (mundo fenoménico), su mente será insegura y vacilante. Mientras hay vida en el cuerpo, es
shivam (sagrado); una vez que se ha ido, no es nada. La declaración védica So-Ham (Él es yo) se
demuestra al inhalar aire. Cuando se exhala y se pronuncia “aham”, se abandona el “yo”. So-Ham
proclama la identidad del individuo con la Divinidad (yo soy Él). Esta identidad no podrá entenderse
mientras se esté atrapado en los tentáculos del mundo material.
El servicio es verdadera adoración
Ésta es la verdad acerca de Dios. Si uno pregunta: ¿dónde está Dios?, la respuesta está dada en el
canto 18, estrofa 61 del Bhagavad Gita. Allí Krishna declaró: “Ishwarah-sarvabhuthanam hriddheshe”: El
Señor reside en la región del corazón de todos los seres. Estudiamos el Gita y lo adoramos; hacemos
recitaciones todos los días, pero ninguna aplicación práctica en la vida cotidiana. El que realiza su
identidad con la Divinidad no hace daño a nadie. El servicio al prójimo es verdadera adoración a
Dios. El poder de lo Divino lo impregna todo. Nuestro viaje va de lo individual a lo universal, de
swam (mío) hacia so-ham (unidad con Dios), del “yo” al “nosotros”.
El sol brillante puede verse con su propia luz; de igual manera, solamente por medio de la gracia
divina se puede obtener la visión de la Divinidad. No se requiere ninguna aptitud, esfuerzo
intelectual o instrucción escolar para experimentar a la Divinidad. Así como las nubes pueden
oscurecer el sol, las nubes del egoísmo, el apego y el odio impiden ver a la Divinidad. La oración y el
sadhana son los medios para dispersar esas nubes. La naturaleza humana es una mezcla de rasgos
buenos y malos. Aquel en quien predominan los primeros, tiende a ver únicamente lo bueno en los
demás. Los que tienen una mente intermedia ven imparcialmente tanto las buenas como las malas
cualidades. Por lo tanto, es necesario cultivar buenas cualidades.
Shiva siempre es auspicioso
Ya sea que se hagan acciones buenas o malas, no hay manera de escapar a sus consecuencias. Los
antiguos, que sabían esto, siempre buscaron lo bueno y auspicioso. Éste es el significado de la
adoración a Shiva. Cuando hablamos de Shivaratri, nos referimos a la noche asociada con Shiva, que
es auspiciosa. El principio de Shiva está totalmente libre de lo que no sea auspicioso o sagrado en
cualquier circunstancia. Cuando encarnaciones tales como Rama y Krishna aparecen en cuerpos
humanos, poseen algunas asociaciones no auspiciosas relacionadas con sus cuerpos. A pesar de que
encarnan con el propósito de salvar al mundo, proteger a los devotos y elevar a la humanidad, ellos
deben desprenderse de sus cuerpos en un momento dado. De ahí que al nombre de tales avatares se
añada el Sri honorífico como prefijo para indicar su advenimiento sagrado, pero en el caso de Shiva
no se necesita ningún prefijo, pues trasciende las limitaciones corporales. A diferencia de Sri Rama y
Sri Krishna, no existe un Sri Shiva o Sri Shankara. Shiva, o Shankara, siempre es auspicioso. La
realización de la unidad con Shiva significa el logro de la inmortalidad.
“Chandhrama manas Jathah” (“La mente surge de la luna”) dice el Purusha Shuktha. La luna tiene
dieciséis fase, la mente también tiene dieciséis. En la noche de Shivaratri, quince de las dieciséis fases
de la luna son invisibles, pudiéndose observar solamente una. La mente también se encuentra en el
mismo estado. Si durante Shivaratri se medita sobre Dios, se puede lograr el acercamiento a la
Divinidad. La suprema santidad de Shivaratri consiste en realizar la unidad con lo divino mediante la
meditación en Dios.
Lo que ustedes niegan es la Realidad, sólo la Divinidad existe. El mundo es lo irreal. Olvidando lo
real, los hombres se pierden persiguiendo lo transitorio. El mundo debe verse como la imagen
reflejada de la Divinidad. Todos los actos deben hacerse como ofrendas a lo Divino.
Los verdaderos devotos de Dios no deben dar ninguna importancia a las diferencias de religión,
casta o secta. Éstas son meras diferencias de nombre y forma. Si está conciente de que el principio
sagrado de Shiva está presente en todos, el devoto no debe despreciar a nadie ni causar daño a otros.
El doctor Chenna Reddy habló acerca de la grandeza del nombre Samba Sadhashiva. Sa más amba
más Sadhashiva representan la unión de la Madre Divina Universal con el Padre Divino Universal,
quienes son eternamente auspiciosos. Sambashiva es la encarnación de la unión Shiva-Shakti. El
mundo puede cambiar, mas el principio Shiva es inalterable. La misma unión de la Madre y del Padre
Universales está representada por el nombre y la forma de Sai Baba.
Prashanti Nilayam, 11-2-83
6. El “Gayatri”, camino a Dios
De la acción surge la esclavitud de la ilusión,
de la ilusión crece una menteperversa;
la perversión mental lleva a acciones perversas.
Tales acciones producen un nuevo nacimiento.
¡Jóvenes encarnaciones de la Divinidad!: la gran mansión del pensamiento hindú se ha erigido con
las cuatro paredes de karma, janma, dharma y Brahman (acción, nacimiento, acciones rectas y Ser
Supremo, o Dios). Las cuatro son independientes. Nadie puede escapar a las consecuencias de sus
acciones, sean buenas o malas. Ninguna acción se hace en vano. El karma (acción) es la causa
primaria del nacimiento.
El jivi nace en el karma,
crece por medio del karma,
termina en el karma.
El karma es la causa de la dicha y la miseria.
Se ha dicho que “el cuerpo es en verdad la base para el cumplimiento del dharma” (Shariramadhyam
khalu dharma saadhanam). Sólo procurando cumplir el dharma se realiza a Brahman. El Gita declara que
siempre que declina el Dharma, ocurre el advenimiento del avatar (encarnación divina). Esto implica
que el objetivo de la existencia humana es sostener el Dharma. Dado que la creación es una
proyección de la voluntad divina, el propósito de cada ser humano debe ser vivir en armonía con
dicha voluntad. La vida de cada individuo debe dedicarse no a promover los propios intereses
egoístas o a servir los de otros, sino al servicio de la Divinidad. Cualquier acción que se haga para
cualquier persona logrará alcanzar a la Divinidad si se realiza como ofrenda. El hombre debe
consagrar cada una de sus acciones considerándolas como una ofrenda a la Divinidad.
La iniciación otorga el segundo nacimiento
El individuo está involucrado en la acción desde el momento en que sale del vientre de la madre. Tal
estado natural es común a todos y puede ser descrito como shudhrathvam (el estado del shudhra, es
decir, aquel que no está sujeto a ningún régimen). Después de recibir la iniciación en el “Gayatri” el
individuo nace nuevamente y se vuelve dwija (el nacido dos veces). El mantra “Gayatri” es descrito
como “Chandhasam mathah”, la madre de todos los Vedas. Un significado del “Gayatri” es el de ser
un mantra que protege y sostiene a los gayas o jivis (seres individuales).
Deben notar que hoy han obtenido un segundo nacimiento al recibir el mantra “Gayatri”, la oración
védica para iluminar la inteligencia. Al seguir las disciplinas de la etapa de brahmachari, ustedes se
estarán habilitando para el estudio de los Vedas. A quien empieza a estudiar los Vedas se le conoce
con el nombre de vipra (brahmana); ello es como un tercer nacimiento. En esta etapa, por medio del
estudio y la comprensión de los Vedas y viviendo de acuerdo con sus preceptos, se tiene la
oportunidad de entender a Brahman (el Ser Supremo). Una vez que se ha entendido el principio de
Brahman, uno se funde en él. Solamente cuando se adquiere la conciencia de Brahman se puede
afirmar ser un verdadero brahmana. No es sólo el nacimiento, sino la realización de Brahman lo que
confiere a una persona el verdadero brahmanatva (estado o condición de brahmana).
El mantra “Gayatri” es la encarnación de todas las deidades
El “Gayatri” debe recitarse tres veces al día: en la mañana al salir el sol, al mediodía y al anochecer.
Estos momentos se denominan sandya kalam, el de la unión de la noche con el día, de la mañana con
la tarde y del día con la noche. El tiempo, al igual que el hombre, posee tres cualidades: satva, rajas y
tamas (serenidad, pasión e inercia). El día se divide en tres partes, las cuatro horas entre 4 y 8 a.m. y
entre 4 y 8 p.m. tienen la cualidad de satva (ecuanimidad). Las ocho horas entre 8 y 4 p.m. son
rajásicas (apasionadas, inquietas). Las ocho horas entre 8 p.m. y 4 a.m., las cuales se utilizan
principalmente para dormir, son tamásicas (de inacción). Las ocho entre 8 a.m. y 4 p.m. son
utilizadas por todos los seres, incluyendo animales y pájaros, para llevar a cabo sus deberes
cotidianos y son consideradas como rajásicas (movimiento activo).
Cuando las cuatro horas sátvicas de la mañana se emplean en buenas acciones, tales como oración y
la adoración, las acciones virtuosas y el cultivo de buenas compañías, se puede tener la seguridad de
elevarse del nivel humano al divino. El mantra “Gayatri” debe recitarse durante el periodo sátvico.
Este mantra es la personificación de todas las deidades; no está relacionado con ninguna secta ni
casta, imajen o institución en particular. Se dice que incorpora nueve “colores”: 1. Om, 2. Bhuh, 3.
Bhuvah, 4. Suvah; 5. Tath, 6. Savithur o poderes, 7. Varenyam, 8. Bhargah, 9. Dhevasvya. Dhimahi se
relaciona con el aspecto meditativo. Dhiyo-yo-nah prachodayath se relaciona con el aspecto de oración.
El mantra, como un todo, contiene así tres aspectos: descriptivo, meditacional y de oración.
Descubran la unidad que subyace a la diversidad
Al antahkarana (psique o instrumento interno) se le han dado cuatro nombres sobre la base de las
diferencias en el comporamiento. Cuando se ocupa con los pensamientos, se le llama manas (mente).
Cuando está inq
uieto y agitado se le llama chita (conciencia). Cuando participa en la
investigación y el entendimiento se le llama budhi (intelecto), cuando está relacionado con el sentido
de “mío” (posesión) se le llama ahamkara (ego). ¿Por qué se le han dado cuatro nombres y atributos
diferentes a una sola y misma entidad, el antahkarana? La mente está ocupada en distinciones y
diferencias. El budhi se interesa por lo único y revela la unidad que subyace a la diversidad. Todos
nuestros esfuerzos deben ser dirigidos hacia el descubrimiento de la unidad debajo de la diversidad,
en lugar de tratar de dividir al uno en los muchos.
El “Gayatri” es un mantra sagrado que demuestra la unidad que subyace a la pluralidad en la
creación. Por el reconocimiento de esta unidad podemos entender la multiplicidad. El barro es uno y
el mismo, aunque con él se puedan fabricar vasijas de diversas formas y tamaños, el oro es uno, a
pesar de que las joyas puedan ser múltiples y variadas. El Atma (Ser) es uno, a pesar de que las
formas encarnadas en las que reside sean muchas. Cualquiera que sea el color de la vaca, la leche
siempre es blanca.
No hay ningún objeto en el mundo que no tenga una forma y un nombre. El cosmos está hecho de
cosas con forma y nombre. Mientras las primeras están sujetas al cambio constante, los nombres no
cambian. La forma puede cambiar y hasta desaparecer por completo, pero el nombre permanece.
Una vez que sabemos el nombre, podemos reconocer la cosa o persona que representa. En una
reunión muy concurrida no es fácil encontrar a una persona teniendo puramente una descripción de
sus rasgos, pero al llamarla por su nombre responde de inmediato y puede ser identificada. De la
misma manera, la forma del Señor puede visualizarse por medio del nombre.
Cinco caras, tres deidades
Al “Gayatri” se lo describe con cinco caras. La primera es Om, la segunda es Bhurbhvasuvah, la tercera
es Thathsavithur Vareenyam, la cuarta es Bhargo Dhevasya Dhimahi, la quinta es Dhiyo-yo nah-Prachodhayath.
Representan estas cinco caras a los cinco pranas (fuerzas vitales). El “Gayatri” es el protector de los
cinco pranas en el hombre. “Gayantham thrayathe ithi Gayathri” (Porque protege al que lo recita, se lo
llama Gayatri). Cuando actúa como protector de las fuerzas vitales, se conoce como Savitri,
celebrada en la historia puránica como la devota esposa que regresó a la vida a su esposo, Satyavan.
Savitri es la deidad que preside los cinco pranas; protege a quien lleva una vida basada en la verdad;
ése es el significado profundo.
Cuando la inteligencia y la intuición se desarrollan por medio de la recitación del mantra, la deidad
activadora es Gayatri. Cuando las fuerzas de la vida están protegidas, la deidad guardiana se llama
Savitri. Cuando se protege el habla, la deidad se llama Sarasvati. A causa de los papeles protectores
de Savitri, Sarasvati y Gayatri relacionados con la vida, la palabra y el intelecto, respectivamente, al
“Gayatri” se le describe como Sarvadhevatha-swarupini (encarnación de todas las diosas).
Es necesario recitar el mantra “Gayatri” al menos tres veces por la mañana, tres al mediodía y tres
por la noche. Esto servirá para disminuir los efectos de las acciones equivocadas que uno comete
todos los días. Es como comprar mercancía pagando en efectivo en lugar de a crédito. No hay
acumulación de deuda kármica, pues el karma de cada día es expiado durante ese mismo día al
recitarlo.
El poder salvador del mantra “Gayatri”
El pretexto de que no se dispone de tiempo para recitar el “Gayatri” tres veces al día es falaz e
insostenible. La gente consume tanto de su tiempo en actividades sin valor, que bien puede
fácilmente encontrar unos momentos para recitar el “Gayatri” en la cama cuando se despierta y
antes de ir a dormir; basta con quererlo. El “Gayatri” se puede recitar incluso al bañarse; también
significa ofrecer abluciones a la diosa. Al mediodía, si se recita antes de comer, los alimentos se
santificarán y se volverán una ofrenda a la deidad.
Los brahmacharis (estudiantes célibes y religiosos) deben conocer el poder redentor del mantra
“Gayatri”. Por medio del brahmopadhesam (iniciación al conocimiento sagrado), los jóvenes han
obtenido un segundo nacimiento. Solamente cuando ellos alcancen los propósitos de este segundo
nacimiento serán aptos para entrar en la tercera fase sagrada de viprathvam (brahmán), que lleva a la
realización de Brahman.
El que conoce a Brahman se vuelve uno con él, reza el proverbio védico. Para poder reconocer el
principio de Brahman se debe entender la propia naturaleza verdadera. Hay un ejemplo para ilustrar
cómo se puede ver si uno es apto para realizar a Brahman. Una muchacha adquiere el derecho de
compartir la mitad de las propiedades de un hombre después de haberse casado con él y de que éste
haya atado el lazo nupcial alrededor de su cuello; este lazo sagrado le confiere el derecho. De manera
similar, se permanece alejado de Dios en tanto no se ha obtenido el lazo de entrega a la Divinidad.
En el momento en que se porta el sutra (lazo) de saranagati (entrega total) se adquiere el derecho de
compartir la mitad de la energía y la autoridad de la Divinidad. Debemos esforzarnos seriamente por
seguir el camino de sumisión a la voluntad divina y ofrecer todo a la Divinidad.
La actitud de entrega crecerá en nosotros a medida que recitemos regularmente el mantra “Gayatri”.
Ésta es la razón por la que los niños se inician desde una edad temprana en el mantra. También
existe otra razón para esta iniciación temprana; los niños que han sido indolentes o flojos antes de
obtener el brahmopadhesham, se han vuelto capaces de desarrollar su inteligencia y ser más diligentes
en sus estudios después de haber recibido el mantra “Gayatri”; esto es un hecho probado. Así como
el sol a la noche, este mantra aleja la sombra de la ignorancia: Dhyo-yo-nah prachodayath. Los rayos del
mantra “Gayatri” iluminan la mente y la inteligencia y promueven el conocimiento, la sabiduría y el
discernimiento.
Bendigo a los jóvenes vatus (niños que han sido iniciados) para que desde hoy reciten el “Gayatri”
regularmente, lleven vidas ejemplares y crezcan como buenos ciudadanos de Bharat, temerosos de
Dios, educados e iluminados.
Prashanti Nilayam, 17-3-83
7. Karma, Dharma y Brahma
Sin caridad ni rectitud,
desprovisto de verdad y compasión,
con una mente privada de escrúpulos
y llena de malos impulsos,
el hombre de mente demoniaca
se enferma aquí y en el más allá.
¡Oh mente loca!,
buscando la visión de lo Divino,
¿dónde vagas en vano?
Lo que buscas está dentro de ti.
Sabe esta verdad.
En el mundo existe una diversidad de temas cuyo conocimiento está disponible: música, literatura,
arte, economía, política, etcétera. Todos éstos simplemente son componentes del conocimiento
mundano, el que se relaciona con el mundo fenoménico.
Todo conocimiento mundano puede ayudar a que las comodidades personales se incrementen, mas
nunca contribuirá a su mukthi (liberación). Por mucho que podamos controlar las condiciones
materiales, esto no contribuirá a producir la paz de la mente ni la felicidad del alma. En cierto
sentido, entre mayor sea el conocimiento mundano, menos probabilidad habrá de obtener paz
mental.
Todo lo que es perceptible es perecedero
El conocimiento mundano es sin duda necesario, mas no es la razón de vivir. Muchos grandes reyes
del pasado, habiendo reinado sobre vastos imperios y disfrutado toda suerte de placeres, eligieron al
final de sus vidas renunciar a todo con el fin de alcanzar la paz espiritual. “Todo lo que es
perceptible es perecedero”, afirman las escrituras. Al perseguir los placeres impermanentes y
evanescentes, arrojamos los elementos permanentes, inmutables y reales de nuestra vida humana.
Ustedes imaginan que son el arquitecto de su destino, pero el autor, el dueño y el que disfruta de
todo es el Señor. Fracasando en comprender la naturaleza del karma y buscar el sendero del dharma
(rectitud), el hombre se aleja de Brahman.
El cuerpo es el instrumento primario para el desempeño del karma. Por medio del karma recto el
individuo comprende el dharma (rectitud). El Karma Kanda* indica la manera en que la meta
fundamental de la vida ha de realizarse por medio del desempeño de deberes sacramentales: Sandhya
vandanam (adoración diaria al dios Sol), yagna (rito sacrificial) y yaga (sacrificio ceremonial). Así como
el nacimiento se relaciona con el karma, el karma con dharma y el dharma con Brahman, la madre, el
padre, el gurú y Dios se relacionan con el individuo. La madre señala al padre; el padre conduce al
individuo hacia el gurú (preceptor) y éste muestra el camino para realizar a Dios. Los cuatro son
fundamentales para la vida del ser humano. La madre viene primero, pues cumple la labor de llevar
en su vientre y dar a luz a la criatura. De ahí que los Upanishads nos exhorten: “Mathru Devo Bhava”,
“Venera a la madre como a Dios”. Posteriormente viene el padre, que lleva al niño a un gurú para la
adquisición de jñana (sabiduría espiritual).
*Sección de los Vedas que trata de la acción y su reacción.
El deber primario del gurú es mostrar el camino para la realización de Dios. Prahlada declaró: “Sólo
el gurú que enseña acerca de Dios es digno de ese nombre”. Los verdaderos gurús son aquellos que
muestran cuáles son los verdaderos propósitos de la vida y la manera en que deben ser realizados. El
gurú es aquel que dispersa la oscuridad de la ignorancia proporcionando la luz del conocimiento de
lo bueno, lo verdadero y lo eterno. Debe demostrar al estudiante que más allá de las formas y
nombres cambiantes del mundo fenoménico existe la Divinidad, que es permanente e inalterable.
Los frutos de las acciones brotarán tarde o temprano
Actualmente, los filósofos materialistas hablan acerca de la unidad de la humanidad. Sin embargo,
¿cómo explican las vastas e inconmensurables diferencias entre los hombres; diferencias de
habilidades, condiciones, actitudes e impulsos? Hay quien siempre está enfermo; otro es sano y
vigoroso; algún otro siempre está alegre, mientras otro es siempre desgraciado. Las personas no se
dan cuenta de que estas diferencias son resultado del karma pasado. El karma es la causa de todo lo
que ocurre. Los frutos de las acciones del individuo pueden no ser evidentes de inmediato, pero
están destinados a aparecer tarde o temprano..
“Tengo que hacer esto y lo otro”;
vana es esta jactancia; hombre,
lo que siembres cosecharás.
Como la semilla, así es el fruto.
De ahí que la sola manera de lograr resultados deseables sea realizarlas buenas acciones. Con este
propósito los Vedas establecieron, en el Karma Kanda, la parte dedicada a la acción, las buenas
acciones mediante las cuales se pueden obtener buenos resultados.
Ni la Trinidad puede evitar las consecuencias del karma
El Karma Kanda revela que la ley del karma afecta a todo lo que posee un cuerpo y no simplemente a
los seres humanos. Por ejemplo, ni siquiera los dioses de la Trinidad (Brahma, Vishnú y Rudra)
pueden evitar las consecuencias del karma. Con sus acciones demuestran esta verdad al mundo. Por
ejemplo, al igual que un alfarero, Brahma continuamente está creando cosas en el cosmos. Éste es su
trabajo incesante. ¿Por qué está dedicado a él? Porque posee un cuerpo distinto. Al asumirlo para
desempeñar el karma y por medio de éste cumplir con su dharma (deber, naturaleza) establece un
ejemplo para el mundo.
Vishnú desciende a la tierra en forma humana siempre que el Dharma declina y se ve en peligro de
extinción. Recibiendo las críticas del malvado, castigándolo por sus malas acciones y protegiendo al
inocente y recibiendo las oraciones de los devotos, Vishnú desempeña su deber de proteger el
Dharma y reformar a la humanidad. Se podrá preguntar: “¿Por qué habría de pasar por esta prueba
como protector del Dharma?” No se trata de una prueba; sólo es una demostración de los deberes
que resultan al asumir una cierta forma. Ishwara (Shiva) se cubre con vibhuti (ceniza), habita en los
cementerios y se somete a varias disciplinas rigurosas. De ese modo, incluso Brahma, Vishnú y
Maheshwara con sus acciones han estado poniendo a la humanidad el ejemplo de cómo obrar para
que la vida humana tenga un propósito.
En los seres humanos se encuentran tres aspectos: mala, vikshepa y avarana. Mala es la causa de ashanti
(inquietud mental); constituye el fruto de las acciones hechas en anteriores nacimientos. Mientras no
se haya eliminado como las heces que resultan de la digestión de los alimentos, dará origen a toda
clase de aflicciones y pesares. ¿Cómo puede haber paz o alegría mientras el fruto del karma pasado
permanece en nosotros? Solamente cuando nos liberamos del peso del karma podemos acceder a la
paz. Los resultados de los pecados pasados continúan como mala. Para deshacernos de éste, tenemos
que ocuparnos de tareas sagradas.
El Señor mira su corazón, no su riqueza
El Señor los juzga por la sinceridad de sus pensamientos, no por las formas de su adoración. El
Señor ve su bhakti (devoción), no su shakti (poder). Se preocupa por sus gunas (cualidades), no por su
kula (casta o linaje). Mira su chitham (corazón) y no su vitham (salud). Deben esforzarse por purificarlo
y dedicarse a la acción virtuosa con devoción e integridad. Ninguna disciplina espiritual será de
utilidad si se enredan en acciones pecaminosas.
Vikshepa está formado por las distracciones mundanas, para superar las cuales y realizar a la
Divinidad se realizan varias clases de sadhana. Los sadhanas incluyen meditación, concentración y
buenas acciones para lograr la pureza de la mente. Al lograr vencer vikshepa, el individuo se confronta
con avarana (la envoltura densa que lo rodea). Esta envoltura es conocida como maya (ilusión) y
cubre a todas las cosas del universo. Los ojos que ven todo lo que está afuera no se pueden ver a sí
mismos, de igual manera, maya, que revela al universo entero, no puede revelar a la Divinidad.
Debido a que estamos envueltos en maya, buscamos los placeres mundanos en vez de nuestra
esencia divina.
El mantra “Gayatri”, sendero real a la Divinidad
Los jóvenes deben darse cuenta de la conexión existente entre los alimentos y el estado de la mente.
La causa primaria de muchas de las cualidades demoniacas que prevalecen entre los individuos hoy
son los alimentos que consumen. El individuo desarrollará buenas cualidades si ingiere comida
sátvica, la cual es saludable y moderada en cantidad. Ésta no lleva a causar daño a otras personas.
Además, todo lo que se coma debe ser considerado como una ofrenda a Dios. Tal es el significado
interno de los mantras Sandhaya Vandhana. Al pronunciar los diferentes nombres de Vishnú
(Keshava, Narayana, etcétera) se debe tener en mente el significado de cada uno de ellos. Narayana,
por ejemplo, significa que él es el señor de los cinco elementos. Si se recita el nombre teniendo
conciencia de lo que significa, se alcanzará totalmente el beneficio del mantra.
El mantra “Gayatri” es el sendero real hacia la Divinidad. No existe un tiempo o una norma fijos
para recitarlo. No obstante, los jóvenes brahmacharis harán bien en hacerlo durante la adoración
matinal y vespertina a fin de obtener de él su mayor beneficio. Sin embargo, dado que la Divinidad
está más allá del tiempo y el espacio, cualquier hora y lugar resultan apropiados para repetir el
nombre de Dios. El Bhagavata dice: “Medita siempre en Dios, en todo tiempo y lugar”. Aprendan a
pensar en Dios en todo lo que vean, en cualquier cosa que hagan y en todo lo que toquen. Dense
cuenta de que ustedes están desempeñando papeles temporales en el escenario cósmico; cuando la
obra haya terminado, deberán regresar a su ser verdadero. Recitando de manera regular el “Gayatri”,
deben purificar sus vidas y ser ejemplos de vida recta ante el mundo. Ésta es mi bendición para
ustedes.
Prashanti Nilayam, 17-3-83.
8. Construyan templos en sus corazones
Ustedes han construido este templo. Esto no me satisface. Solamente los templos erigidos en sus
corazones son permanentes. Las sumas gastadas en la construcción de templos pueden emplearse
con mayor utilidad en el servicio de los pobres y necesitados.
Casi todas las actividades del hombre son motivadas por el interés propio. Esta preocupación por el
interés egoísta se opone a la Divinidad que es inmanente en él. Si no realiza a la Divinidad, ¿cómo
puede el hombre lograr la paz interna o en el mundo externo? El individuo, la sociedad y el mundo
están interconectados de forma inextricable. El bienestar del individuo depende del estado de la
nación. Todos deben esforzarse por desarrollar sus propias capacidades espirituales y utilizarlas para
promover el interés de la comunidad y del país. El servicio a la sociedad debe volverse la inquietud
constante del individuo.
No existe mayor cualidad en el hombre que el amor desinteresado, que se expresa en el servicio a los
demás. Tal amor puede ser la fuente de la felicidad real. La relación entre karma (acción) y karmayoga
debe entenderse correctamente. El karma ordinario realizado con apego y con deseos acarrea
ataduras, pero la acción que está libre de deseos y es desinteresada se vuelve karmayoga. Nuestra vida
debe volverse yoga (comunión divina) en vez de roga (enfermedad).
Actualmente, la mayor parte de nuestras acciones desembocanen roga, por que están relacionadas
con los placeres sensuales. Puede uno librarse de esta enfermedad siguiendo el camino espiritual.
Éste no consiste simplemente en el canto de bhajans o en la recitación de himnos. Éstas son buenas
acciones. Sólo aquellas que se realizan como una ofrenda completa a la Divinidad pueden ser
consideradas espirituales. El hombre que se encuentra en estado de ignorancia acerca de su ser es
como el botón de la flor que aún no se ha abierto. Cuando la flor se abre, esparce su fragancia
alrededor. De igual manera, el individuo que ha realizado a la Divinidad interna se vuelve una fuente
de luz y fortaleza.
Los templos sirven sólo como recordatorios
¿Por qué habrían de construir templos? El ideal reside en hacer de sus corazones templos que
alberguen a la Divinidad, aunque esto no es posible para todos. Los templos de piedra son
recordatorios de la existencia de Dios. Cuando ven a un abogado se acuerdan de sus problemas
legales, cuando ven a un médico piensan en sus enfermedades; de igual manera, cuando ven un
templo, éste les recuerda a Dios.
Los templos sirven como recordatorios, pero la verdadera adoración es la sincera devoción a Dios
dentro de cada uno. Purificando el templo de su corazón, deben dedicar su vida al servicio. El
servicio dedicado, hecho en el espíritu del sadhana, es lo que distingue a las organizaciones Sathya Sai
de otras asociaciones espirituales. Numerosos devotos de Sai, hombres y mujeres, jóvenes y viejos,
rinden servicio de varias maneras a causa de su amor por Sai. Las personas hablan del vibhuti (ceniza
sagrada) y de los milagros de Swami, pero su verdadero milagro es el amor ilimitado. Lo que inspira
a los devotos para que se dediquen al servicio desinteresado es este amor.
Los altibajos de la vida nos dan algunas lecciones
No existe nada más grande que este amor; él los ha traído hasta mí. Mi negocio consiste en dar y
recibir amor. Ningún funcionario fiscal es capaz de conocer el alcance del ingreso derivado de este
negocio. No hay límite para mi ananda; siempre estoy inmerso en la felicidad. Ello es así porque mi
bienaventuranza está asociada con el amor y no con objetos materiales. Si ustedes siguen este
sendero, también disfrutarán de esta ananda inefable, alcanzarán la paz de todo tipo.
Vean con idéntica actitud la buena fortuna y el infortunio, la dicha y la pena, la pérdida y la ganancia.
Éstos son productos de la naturaleza, igual que el calor y el frío, el verano y el invierno, tiene un
propósito al que sirven. De igual manera, los altibajos de la vida pueden darnos algunas lecciones.
En realidad, sin los reveses de la vida no seríamos capaces de experimentar a la Divinidad. Sin la
oscuridad no podemos valorar la luz, sin dificultades no disfrutaremos de los beneficios. Lo que nos
impele a buscar los medios para alcanzar una paz duradera es la falta de paz mental. Los Upanishads
dicen que sólo por medio de la renunciación se alcanza la inmortalidad. El hombre debe aprender a
practicarla para que sea capaz de descubrir el secreto de la paz y la felicidad duraderas.
Inauguración del nuevo mandir, Guntur, 6-3-83.
9. Consejo a los aldeanos
Más que el crecimiento económico o la adquisición de comodidades, lo importante en la
reconstrucción de nuestras aldeas es la elevación de la calidad de vida de sus pobladores y el
desarrollo de sus valores morales y espirituales.
Jñana (conocimiento espiritual) es considerado como el requisito primario para el hombre, pero lo
realmente primordial es su conducta, la conducta recta. La conducta del individuo determina sus
cualidades y éstas, a su vez, determinan sus acciones y reacciones en la sociedad. Todos ellos son
criaturas de Dios y tienen el mismo derecho al amor del Señor.
¿Por qué entonces hay diferencias entre los hombres? ¿Por qué no existe la igualdad o similitud entre
ellos? La causa estriba en las diferencias en la conformación mental de la gente. Si la mente es
impura, nuestras acciones están destinadas a ser impuras. Cuando la mente y la conciencia están
torcidas por el egoísmo, la conducta humana también se distorsiona; cuando son dirigidas a la
Divinidad, las buenas acciones fluyen naturalmente. La mente es la causa de las buenas y malas
acciones.
Por consiguiente, cualquier cosa que queramos lograr debemos tratar de obtenerla sin excitación o
inquietud. Para el ser humano las cualidades importantes son sathya, dharma, shanti y prema (verdad,
rectitud, paz y amor). En la actualidad, los habitantes de las aldeas están muy atrasados. Para salir de
ese atraso, el primer requisito es la unidad. Los aldeanos deben ayudarse unos a otros. Si alguien está
afligido o con alguna dificultad, todos los demás deben sentirse igualmente afectados. Si se considera
a la villa como un cuerpo, todas las familias de ésta vendrán a ser sus diversos miembros. El daño a
cualquiera de las partes debe verse como un daño hecho a todo el conjunto. Los aldeanos deben
aprender a hablar con dulzura y de manera agradable. Una palabra áspera puede causar un daño
perdurable; “si el pie resbala, sólo la pierna se lastima, pero si la lengua resbala uno puede caer hasta
el infierno”, dice el refrán.
La unidad es la clave
Los aldeanos deben evitar el odio y la discordia. La aldea puede prosperar solamente cuando los
habitantes desarrollen amor mutuo y cooperación. Puede haber diferencias entre los individuos, pero
esto no debe afectar la acción comunitaria para el bien de la población como un todo. La unidad
debe ser su lema. Con ella cualquier cosa puede lograrse.
Desafortunadamente la política ha invadido también la vida rural promoviendo conflictos y
divisiones entre los campesinos. Esto no es bueno para ustedes; deben hacer que su aldea sea ideal
erradicando las facciones y las diferencias. Supriman su ego y su orgullo. No hay base para éste
cuando se dan cuenta de que la vida no es permanente y que todas las posesiones pueden perderse
en un instante. Ravana hizo que Lanka fuera más grande que el mismo swarga (el cielo), pero su
egoísta arrogancia provocó su caída. Y el destino de hombres arrogantes, como Kamsa y Sishupala,
ha sido similar. Todos ellos cortejaron a la ruina; los Kauravas encontraron el desastre por su propia
arrogancia. Las personas deben cultivar la humildad.
Los aldeanos deben evitar las charlas ociosas y emplear su tiempo en causas útiles. Mi deseo es que
logren reconstruir su aldea y que ésta sea un ejemplo para el país por su unión, su cooperación
mutua y su integridad.
Singanamuppavaram, 8-3-83.
10. Su divino destino
El universo es iluminado enteramente por el esplendor del Señor.
El universo brilla por siempre en la gloria del Señor.
Cuando la luz del Señor se retira, el universo no puede brillar.
El universo y su Señor están eternamente unidos
por la luz y el amor que impregnan todo.
Buenos pensamientos en la mente,
buenas palabras al hablar,
buenos pasos en cada acción;
si éstos no se encuentran,
¿cómo puede Sai felicitarlos, alabarlos y darles alegría?
Decidan y dense ustedes mismos la respuesta.
Lo que más place al hombre es la dulzura en pensamiento, palabra y acción. Este misterioso
componente, que evoca alegría en el corazón humano, es el principio genuino de Rama. Rama
significa “aquello que causa deleite”. Un estómago lleno, dormir a plenitud, una casa llena de risas de
niños son, de acuerdo con la mayoría de las personas, los niveles más elevados de felicidad. Sin
embargo, lo anterior se refiere al intervalo entre el nacimiento y la muerte. ¿Qué hay con el antes y
después? El cuerpo es algo que está separado de ustedes. Lo poseen durante algunos años, lo
alimentan, lo educan, luchan con él y lo domestican para que se someta a su voluntad. “Tú”, o el
“yo” en el cuerpo, el Atma, es el Uno sin segundo. Cuando la identificación con el cuerpo se debilite,
se hará patente la refulgencia del Atma.
La acumulación de cosas no puede ganar la gracia
El apego al complejo del cuerpo implica acumulación y adquisición de cosas que llenan sus
necesidades y deseos. La acumulación fomenta la explotación, no puede ganar la gracia. No tiene
límites; la sed aumenta con cada trago y siempre pide más. ¿Puede llenarse un lago con una llovizna?,
¿puede la saliva saciar la sed?, ¿pueden la hojas de hierba arder como el carbón? La acumulación de
cosas, títulos o fama no puede generar ningún bien, a menos que lo adquirido se emplee para bien de
uno mismo y para los demás.
En el hombre debe nacer la sabiduría de reconocer que el cuerpo, que cree que es su propio ser,
únicamente es un instrumento que maneja. Éste es el primer paso para la conciencia espiritual más
elevada. En toda persona existe el Atma siempre libre, nunca apegado, siempre puro. Es Brahman
(Realidad Absoluta), la Conciencia Cósmica latente y patente en cada uno. El yoga (comunión
divina) surge cuando se ve al mundo con gloriosa indiferencia. Esto es la fuente del supremo ananda
(bienaventuranza divina).
Se puede preguntar: ¿cómo pueden la renunciación y el desapego convertirse en alegría? Desechen el
sentido de ego mientras realizan alguna actividad; desechen el sentimiento de ser parte al
experimentar emoción o reacción y estarán siempre felices. El bhogi (el que disfruta) es entonces
realmente un yogi (persona espiritualmente avanzada)
.
La Divinidad es la base de todo
Consideren la realidad de las cosas de las que uno obtiene alegría. Cada una de ellas está saturada del
principio divino: la lluvia que se precipita, el sol que brilla, la luna que refresca, los ríos que fluyen,
todo existe para todo. En consecuencia, nadie tiene el derecho de reclamarlas de manera exclusiva o
de evitar que otros compartan estos dones. La Divinidad es la base de todo lo objetivo y subjetivo.
El ojo no puede ver ni los oídos oir a menos que el principio divino esté activo por medio de la
gracia del divino Atma o Brahman. El hombre será conciente de la verdad átmica cuando deseche
los impedimentos y obstáculos del egotismo y la posesión.
El tierno niño no tiene el peso de éstos, alimentado como está por el seno materno, respirando el
aire fresco, puro y fortificante y estremecido por las canciones de cuna que la madre le canta, pero
cuando crece asume las emociones duales de lo mío y lo tuyo y se enreda en la codicia y el odio, el
orgullo y la codicia Así, olvida a la Divinidad básica. El Atma no es afectado por lo que llamamos
altibajos de la vida. Cuando las aguas del lago están agitadas, la luna que se refleja en sus
profundidades aparece agitada y ondulante, a pesar de que el astro en el cielo no se ve afectado por
lo que le sucede a su imagen. Así también, la mente oscila y tiembla, pero el Atma permanece calmo
e indiferente.
Otra faceta del Atma o la Divinidad en nosotros debe tenerse presente: el hecho de que no
solamente está en nosotros sino también fuera de nosotros. En efecto, los Vedas dicen:
“Anthar-bahisha tha sarvam vyapya Narayana sthithaha”: “Adentro, afuera, Eso divino penetra todo”.
Nadie puede ver su propio rostro sino en un espejo o medio que pueda reflejarlo. Cuando se
descubre alguna basura en él, se puede limpiar y queda libre de ella. Retirarse a un lugar solitario y
silencioso es como verse en un espejo. Estar enmedio de un tumulto y laborar es como mirarse en
un espejo borroso y empolvado. Por ello esos retiros son deseables.
El hombre procede directamente de la voluntad omnímoda
El Atma en nosotros es idéntico a la Conciencia Cósmica Divina, el Paramatma (Ser Supremo); es el
Sat-Chit-Ananda. Su naturaleza no puede describirse de otra manera que como Ser, Conciencia y
Bienaventuranza. Los Vedas también se refieren a él como verdad, sabiduría e infinito, Sathyam,
Jñanam, Anantham Brahma. El individuo procede de Brahman y por ello tiene derecho a la conciencia
de Brahman. Los Vedas dicen que el cielo es la manifestación de Brahman; el aire viene del cielo; el
fuego es una proyección del aire y el agua; la tierra surge del aire, el agua y el fuego; las plantas crecen
sobre la tierra y forman los alimentos, que a su vez moldean al hombre. Siendo así, el hombre se
origina directamente de la voluntad omnímoda del Ser total.
El hombre está encerrado en cinco envolturas: la física, la vital, la mental, la intelectual y la
bienaventurada. Ésta es el centro. Siendo así, el hombre necesita explorar dentro de bienaventuranza
infinita para encontrar la bienaventuranza infinita. Ella se debe buscar no mediante la acumulación,
sino mediante el sacrificio y la promoción del bienestar de los demás. Los Vedas recomiendan el
sacrificio como único camino a la inmortalidad. Entréguense a plenitud, den gozosamente, den para
gloria de Dios, en gratitud a Dios.
El egoísmo es la úlcera que destruya la caridad. A pesar de saber que tal paso es erróneo, el egoísmo
no permite desistir, pero con una firme determinación se le puede vencer. Compartan con otros el
conocimiento y las habilidades que hayan ganado, las ideas y los ideales de que se han beneficiado,
así como la alegría que hayan obtenido con la disciplina y la dedicación. Si comparten, no
disminuirán esos logros ni los devaluarán. Por el contrario, brillarán mejor y con un mayor
esplendor.
Rama es la voz interior de Dios
De estos ideales, el que Rama sostuvo es el de la verdad. Consideren que quien habla a través de
ustedes es Rama y honren cada palabra como si fuese él quien la pronunció. Examinen cuánto hubo
de arrepentirse Lakshmana por no actuar, en una ocasión fatal, de acuerdo que la palabra que
empeñó al mismo Rama. Éste le había pedido que nunca dejara sola a Sita en la ermita y aquel había
consentido en ello, pero abandonó el lugar y Ravana pudo secuestrar y llevarse a Sita a su isla. Rama
es Atma-Rama, la voz interna de Dios. No la desobedezcan ni omitan cumplir sus directivas.
Rueguen por que esa voz los alerte siempre; rueguen con humildad y cedan al consejo. Entonces,
Rama los guiará con compasión por el camino recto.
Ramadhas de Bhadhrachalam fue arrojado a la prisión y azotado sin misericordia. Sin embargo,
nunca perdió la fe en Rama. Suplicó por la gracia en tono lastimero y fue capaz de ganar lo
intervención divina para salvarse por sí mismo de la tortura. Una fe que no vacila es la prenda del
logro espiritual. Ese es el resultado de la conciencia de la realidad interna, del centro estable y de la
Divinidad en el hombre.
Practiquen este ideal de paz interna y amor universal. Derramen el amor desinteresado sobre los
otros y generen una vez más el Rama Rajya (reinado de Rama). Rama significa aquel que complace.
Sean agradables con todos; dejen que todos estén contentos con ustedes. No hagan daño ni
ocasionen perjuicio con pensamientos, palabras u obras. Purifiquen su corazón; límpienlo del
estrecho egoísmo.
Ya traigan un millón de flores y hagan puja con ellas,
todas serán rechazadas; ninguna aceptada.
Traigan un solo loto: su corazón fresco;
Sathya Sai lo acepta otorgando amor y paz.
Ofrezcan sus virtudes como si fueran flores. Ellas esparcen belleza y fragancia. Ofrezcan su corazón
de loto, libre de los bichos nocivos de la codicia, la ira y el odio.
La semilla de la Divinidad tiene que ser fomentada por el esfuerzo humano y el cuidado constante, a
fin de que pueda florecer y fructificar. Remuevan de su mente toda traza de deseo de hacer daño a
los demás en pensamiento, palabra y obra. La reacción que encontrarán si se entregan a semejante
comportamiento, temporalmente satisfactorio, será desastroso. Cada uno de esos actos es una
semilla plantada en su propia mente, la maleza que crecerá sin control y destruirá la paz y la alegría.
Por ello, manténganse vigilantes en contra de esas tendencias. Limpien sus pensamientos, palabras y
acciones como hombres que marchan hacia su destino divino. Los bendigo para que tengan éxito y
alcance la meta.
Prashanti Nilayam, 21-3-83.
11. Veneren a la madre
La madre es el primer gurú del hombre. Ella le proporciona el cuerpo físico. Además le da el padre.
Ella sola puede señalar el padre al niño y motivar el amor y los cuidados para aquél. La madre
sostiene, cría y moldea al niño como humano y, en consecuencia, a ella se debe en primer término y
en mayor medida gratitud. El padre proporciona vestido y alimento; los ayuda a crecer y
posteriormente les señala al gurú, el preceptor. Por eso, sean agradecidos con el padre.
El maestro les agudiza el intelecto, amplía su visión, los dota con el poder de discernimiento y los
ayuda a lograr niveles más elevados de conciencia, y horizontes más vastos de amor. Por lo tanto,
también se debe ofrecer gratitud al gurú. La madre los conduce al padre, el padre al gurú y éste hacia
Dios. Actualmente tenemos madres que dejan a los niños bajo el cuidado del padre y muchos padres
que confían el cuidado de los niños al gurú. Sin embargo, pocos gurús conducen a sus dicípulos
hacia Dios. Los padres promueven la salud y la fuerza del cuerpo; el gurú revela al residente, la
realidad interna en el cuerpo.
Mi vida es mi mensaje. Siendo así, me pongo como ejemplo de reverencia a la madre. La naturaleza
es la madre en cuyo seno crece la humanidad. Y la naturaleza acaricia al pequeño diciéndole: “Babu,
éste es tu padre, míralo”. Aunque la madre naturaleza dirige la atención hacia Dios, los niños rara vez
hacen caso. ¿Cómo podrían adorar al amo de la naturaleza aquellos que no aman a la madre que los
cría con afecto y con celo?
La prueba de la bondad es la forma en que mueren
¡Niños!: ustedes han venido aquí y han tenido éxito en sus estudios. Además de desarrollar su
escolaridad, deben vivir en concordancia con los deseos de sus padres. Tienen que ganar renombre
para ellos. Mantengan el respeto que sus progenitores reciben de la gente. Deben complacerlos por
medio de sus acciones y acrecentar su felicidad.
Hoy es el día de Ishwarama. Su significado reside en que es celebrado como el día de los niños,
cuando a las criaturas se les debe recordar el ideal, cuando ella obsequió un ideal. Nadie puede
escapar a la muerte, pero la meta de todos debe ser recordar en ese momento a la Divinidad y tener
algún pensamiento piadoso o sagrado. La importancia de este día es conocida para muchos. Existe
un refrán en télegu: “La prueba de la bondad es la manera en que mueren los buenos”. La devoción
genuina se hace evidente durante los momentos postreros. Ahora les voy a referir un incidente a
propósito de la bondad de Ishwarama.
Los cursos de verano habían comenzado en Bangalore. En la mañana se servía el desayuno a las
siente a los estudiantes que habían ido al nagarasankirtan (cantos espirituales en la calle) y regresado a
las seis. Yo les di darshan cuando terminaron y posteriormente fui a tomar un baño. Entretanto,
Ishwarama había terminado de bañarse; tomó su café, muy contenta como de costumbre, y se sentó
en la terraza interior. De pronto gritó tres veces en dirección al baño: “Swami, Swami, Swami”. Yo
respondí: “Ya voy, ya voy”. Durante ese lapso exhaló su último suspiro. ¿Qué mayor señal de
bondad se puede pedir? No tuvo necesidad de que la asistieran ni la cuidaran. En esos momentos,
Swami viene a la memoria solamente para muy pocos. La mente usualmente busca y se adhiere a tal
o cual objeto, alguna joya o cosas de valor.
Ella llamó desde la planta baja: “¡Swami, Swami!” Yo respondí: “Ya voy, ya voy”, y entonces
partió. Fue como el llamado del elefante y la bendición del Señor que acude a él; los dos cables que
se conectan, la liberación que ocurre de manera instantánea.
La señal de una vida ideal
Ésta es la consumación auténtica a la que la vida debe aspirar. Junto a ella en esos momentos estaban
su hija Venkamma y su nieta Shailaja; pero ella llamó únicamente a Swami. La obtención de ese
anhelo en el momento final es el fruto de la pureza sagrada, el signo de la vida ideal deseable. Tal
actitud debe emerger por sí misma, no por la intervención de alguna fuerza externa. He aquí un
ejemplo aleccionador: una vez hubo un hombre cuya devoción era grande. Tenía cuatro hijos, y con
el fin de que sus nombres le recordaran al Señor los había bautizado como Govinda, Narayana,
Krishna y Rama. Pensaba que por una u otra razón tendría siempre en la lengua el nombre del
Señor. Para facilitar su plan, inició una fábrica y mantuvo ocupados en ella a sus hijos de manera que
pudieran responder a su llamado cuando los nombrara.
Anhelen al Señor en el momento de la muerte
El día llegó en que tuvo que rendirse a la muerte. Llamó a Govinda; el hijo llegó y dijo: “Aquí estoy,
padre”; llamó a Narayana: “Aquí estoy, padre” respondió éste y se quedó al lado de su cama. Llamó
a Rama, quien vino y le preguntó qué era lo que deseaba confiarle. Finalmente llamó a Krishna,
quien también se inclinó deseando saber el mensaje que su padre tenía para él. Al ver a su alrededor
a sus cuatro hijos, la mente del moribundo fue presa de la ansiedad. Entonces dejó escapar estas
palabras: “¡Todos ustedes están aquí! ¿Quién está entonces en la fábrica?” Esas fueron sus últimas
palabras; ése fue su último pensamiento.
Cuando se está enredado en el mundo, al final solamente emergerán pensamientos mundanos. Para
aquellos que lo anhelan de todo corazón en ese momento, el Señor mismo se presentará ante ellos.
Por eso, el individuo debe apegarse a sus amistades y parientes, en términos mundanos. Debe
honrarlos, pero se debe ofrecer amor y lealtad ilimitados durante toda la vida únicamente al Señor.
Prashanti Nilayam, 6-5-83
12. Problemas del sadhaka
Un monarca noble tiene a sus ministros bajo su control; los dirige a lo largo de caminos apropiados y
mantiene la paz y seguridad de su reino. Por el contrario, un monarca que permite que sus ministros
lo controlen no es merecedor del trono; es despreciado y cae en la deshonra, su reino no goza de paz
ni seguridad.
La mente es el monarca del hombre; los sentidos son sus ministros. Al ser esclavo de sus sirvientes,
el reino no conoce la paz. En consecuencia, todo sadhaka (aspirante espiritual) que aspire a alcanzar
la expresión y expansión de la Divinidad en él debe dominar sus sentidos. Ése es el primer paso; el
siguiente es la conquista de la mente, su eliminación; el tercero es desarraigar los vasanas (tendencias
innatas) y el cuarto es el logro de jñana (sabiduría espiritual). Las ramas son los sentidos, el tronco es
la mente y las raíces las forman las tendencias innatas. Los tres deben ser vencidos y destruidos para
que la conciencia de la Realidad átmica pueda obtenerse.
El hombre falla en aprender de la experiencia cotidiana
En el estado de vigilia, los sentidos tienen juego libre: el cuerpo denso es más activo en esa etapa. En
el estado de sueño, los sentidos subsisten en su forma sutil. En ese estado la mente se complace en
fantasías. En el sueño, el cuerpo sutil está activo, crea numerosas escenas e incidentes atractivos y
asombrosos. En el estado de sueño profundo la mente, junto con los aspectos sutiles de los sentidos,
están inmersos en el ego o cuerpo causal. De acuerdo con la terminología vedántica, este estado es el
sunya (vacío). Lo es porque no hay una ganancia positiva asociada con él; no confiere la conciencia
del Atma (el Ser divino) ni la bienaventuranza de esa conciencia. Ellas sólo pueden darse en el cuarto
estado, después del de sthula (denso), sukshma (sutil) y karana (causal). Este estado es llamado maha
karana (supracausal). El estado de vigilia es la región densa de Brahma, el creador, cuando la
actividad abunda. Se funde en el sueño, la región de Vishnú, cuando sólo la simple existencia (sthiti)
reina. Ésta también se funde en el sueño profundo, cuando ambas se disuelven y pierden su
identidad en laya (Rudhra).
Lo que hay que recordar es que todo individuo, todos los días, experimenta shrishti (Brahma, el
creador), sthiti (Vishnú, conservación) y laya (Rudra, disolución). Sin embargo, fracasa en reconocer
esto y sacar provecho de la experiencia. Confunde el nacimiento con la creación y la muerte con la
disolución, lo cual es pura ignorancia. El ser humano tiene que trascender estos tres cambios y
establecerse en el estable e inalterable Maha karana, el Atma.
Se debe estar prevenido contra la creencia de que las victorias sobre los sentidos, la mente y las
tendencias innatas y el logro de la conciencia se pueden ganar cada una en su momento. Se deben
realizar esfuerzos paralelos en los cuatro campos desde el comienzo mismo. No se puede poner
aceite en un lugar, la lámpara en otro y el cerillo en un tercero esperando tener la flama. Se tiene que
lograr el éxito al mismo tiempo en dominar los sentidos, vencer a la mente y eliminar los vasanas.
La mente se puede dominar sólo con la concentración
La mente salta de objeto en objeto con increíble velocidad. Se eleva a las alturas y cae a las
profundidades con cada guiño de ojo. Esconde, engaña y distorsiona. Solamente mediante la
concentración se le puede dominar. El proceso se puede practicar en una de dos direcciones: arupa o
sarupa. Arupa significa no limitado por la forma. El individuo siente que él no es el hacedor o el que
disfruta; sólo es un agente de Dios, una herramienta, un instrumento. No se es afectado, ni se está
bien ni mal cuando la acción resulta para bien o para mal. No se tiene identidad con rupa (forma o
cuerpo). La meditación sarupa se pierde en las dualidades del placer y el dolor, la ganancia y la
pérdida, considerando como válidos el nombre y la forma, el cuerpo y sus actividades.
De modo similar, el hombre puede elegir entre dos caminos: el pravriti marga (el camino del
involucramiento) o el nivriti marga (el camino del desinterés o indiferencia). Cuando se involucra, el
hombre se enfrenta con los seis adversarios internos: lujuria, ira, codicia, apego, orgullo y odio.
Cuando no se involucra, es ayudado por los seis amigos internos: control de los sentidos, control de
la mente, fortaleza, contento, fe y ecuanimidad. El cuerpo humano es sagrado como un templo, sí,
pero debe expulsarse a los enemigos y admitir a los amigos antes de que la Divinidad se establezca
en él.
Prashanti Nilayam, 6-5-83.
13. Desarrollen devoción al Dharma
La humanidad ha hecho enormes progresos gracias a la ciencia. Se han hecho avances asombrosos
en áreas como las de plásticos, computadoras, electrónica y exploración del espacio. En cambio, en
la esfera de la ética el panorama es desalentador, el mundo enfrenta graves problemas económicos y
políticos: diferencias internacionales, raciales, religiosas, de casta y de comunidad, así como
conflictos interestatales, agitaciones violentas por parte de estudiantes, prevalecen en todo el mundo.
¿Cuál es la razón de estas contradicciones entre el progreso científico por un lado y el deterioro
moral por el otro? ¿Cómo es posible que la humanidad haya caído hasta estas atroces profundidades
de degradación ética y espiritual?
La maldad y la crueldad se están propagando actualmente entre los hombres. Faltos de devoción y
rectitud, desarrollan solamente sus malos hábitos y tendencias. La humanidad no carece de escrituras
como los Vedas (antiguas escrituras sagradas), los Upanishads (tratados védicos metafísicos), la
Biblia, el Corán, el Zend Avesta y otras grandes obras que le muestren la manera en que se pueden
lograr la paz y la sabiduría más elevada. Incontables libros espirituales se publican, tampoco hay
escasez de predicadores religiosos. Eruditos, sadhus y sanyasis proclaman las verdades éticas para
prevenir a la humanidad. A pesar de todos estos esfuerzos bien intencionados, las mentes de los
hombres están dedicadas a ocupaciones mezquinas e incorrectas, ¿por qué?
El cambio social se relaciona con el cambio espiritual
Se ha dado cierto grado de transformación en las áreas política, social y científica, pero todo este
desarrollo es en vano si no existe una transformación proporcional en el enfoque mental de las
personas. La transformación ética depende de la social. Sin transformación espiritual, el progreso
social tiende a ser hostil al ascenso humano; ella es la base de la transformación ética.
Se tiende a creer que la ciencia se opone a la espiritualidad. Por sí sola, la ciencia tiende a volver
artificial la vida del hombre. Actualmente, las cualidades demoniacas como la envidia, la codicia, el
egoísmo y la ostentación dominan la mente del ser humano. El egoísmo ha crecido más allá de todo
límite. Detrás de cada acción se encuentra el deseo de la ganancia personal, el hombre está apegado a
los objetos mundanos a causa del egoísmo. El mundo hará un progreso genuino únicamente cuando
los hombres depongan el interés egoísta y el egocentrismo.
¡Queridos estudiantes!: el tiempo es infinitamente valioso, no desperdicien ni siquiera un momento
de él. En la vida del hombre, la etapa de estudiante es invaluable y sagrada, deben hacer el mejor uso
de ella. Una vez mezclada con agua, la leche ya no puede recuperar su pureza original a pesar de
todos los esfuerzos que se hagan para separarla, pero cuando la hayan convertido en mantequilla ya
no se verá afectada por su asociación con el agua; flotará arriba de ella y mantendrá su cualidad
distintiva. De igual manera, samsara (la vida mundana) es como el agua. la mente del hombre es
como la leche. Cuando la mente pura, sagrada y no contaminada se mezcla con el agua de los deseos
mundanos, es difícil hacer que recobre su pureza original. Sin embargo, si en este sagrado periodo de
estudios ustedes obtienen de su mente intacta la mantequilla del conocimiento, la sabiduría y la
conducta recta, serán capaces de permanecer libres de la contaminación de las atracciones del
mundo, aunque estén en él.
Los maestros que inspiren son cada vez más escasos
Los estudiantes deben conocer la importancia de los desarrollos ético, dármico y espiritual. Estos
tres deben estar presentes en sumo grado en los maestros, cuya reputación y éxito dependen
primordialmente de su conducta. El futuro de numerosos niños inocentes está en sus manos, la
buena conducta de los estudiantes depende del ejemplo de sus maestros. La profesión pedagógica es
de suma responsabilidad. Actualmente, existen tres clases de maestros, la primera está compuesta
por aquellos que se complacen en las quejas, son los maestros con quejidos y lamentos de un tipo u
otro. El segundo tipo está compuesto por maestros que explican lo que los estudiantes deben
aprender. A la tercera clase pertenecen los maestros que inspiran. Esta categoría despierta el
entusiasmo de los estudiantes y los inspira a interesarse profundamente en sus estudios. Tales
maestros son cada vez más escasos en estos días.
Una vez que ha surgido en el estudiante el entusiasmo, el aprendizaje se vuelve un proceso creativo.
El maestro debe entender pacientemente los problemas de los estudiantes y ayudarlos a resolverlos.
Hoy en día la enseñanza se ha vuelto cada vez más mecánica y cada maestro se contenta con enseñar
las porciones prescritas del programa de estudios. Los maestros deben cerciorarse de que los
estudiantes hayan entendido apropiadamente los temas que les han enseñado. Cualquier deficiencia
de parte de los estudiantes debe ser atribuida a los errores del maestro al desempeñar su labor.
Es necesario estudiar la ciencia del espíritu
Actualmente, en el campo de la ciencia se da un gran énfasis a la investigación y los descubrimientos;
pero a menos que los resultados de la investigación se pongan en práctica, ésta será simplemente una
futileza dispendiosa. Si todo el tiempo se dedica a la investigación, ¿cuándo se le encontrará una
aplicación útil y práctica? Tampoco existe ningún sentido de discernimiento en la promoción de la
investigación.
Veamos un ejemplo: cuando recientemente asistí a un simposio en Bombay sobre ciencia y
espiritualidad, un científico prominente dijo que los arsenales nucleares de las grandes potencias
contienen suficientes bombas atómicas para destruir diez veces el mundo. ¿Qué sentido tiene
construir tales arsenales? Si se destruye el mundo una vez, ¿qué podrán destruir entonces las bombas
restantes? En el proceso se habrán destruido ustedes mismos.
Aquellos que están dedicados a la investigación parecen más preocupados por fomentar su nombre y
su fama por medio de sus investigaciones que por la promoción del bienestar general con los
resultados obtenidos. Tampoco parecen interesarles las consecuencias dañinas de sus
descubrimientos. No hay nada grandioso en ocasionar daño a los demás: eliminar a un millón de
personas con una sola bomba no es algo grande, es más digno de elogio hacerle bien a una sola
persona. El conocimiento científico que se adquiere debe dedicarse al beneficio de nuestros
semejantes. Sólo ésa es la educación adecuada que prepara al estudiante para la acción desinteresada.
La búsqueda de la ciencia del Espíritu Supremo (Parartha vijñana shastra) es más esencial que el cultivo
de las ciencias físicas (padhartha vijñanamu).
El Ser Supremo está en lo más sutil y en lo más vasto
En todo padartha (objeto) del universo hay un Parartha (Principio Supremo). El objeto físico es
materia, el Principio Supremo dentro de él es energía. No hay materia sin energía ni energía sin
materia. Los Vedas proclamaron esto al decir que el Ser Supremo está en anoraniyan (lo más sutil de
lo sutil) y en mahathomahiyan (lo más vasto de lo vasto).
¡Estudiantes!: por obtener placer de una pequeña fracción de los pancha bhutas (los cinco elementos:
espacio, aire, fuego, agua y tierra) olvidamos la verdad del cosmos. ¿Qué es lo que sostiene a los
cinco elementos? Éstos poseen sus cinco cualidades respectivas: sonido, textura, forma, fluidez y
olor. Los órganos correspondientes en el hombre son importantes para experimentar estas
cualidades, pero debe advertirse el poder que está detrás de estos órganos de los sentidos sensoriales.
Por ejemplo, el ojo es capaz de ver cosas, pero la retina en que se reflejan las imágenes es más
potente que el ojo mismo, el poder de la vista es más importante que el ojo. Hay muchos que tienen
ojos pero no pueden ver. Hay personas que tienen oídos pero no pueden oír a causa de la falta del
poder para hacerlo. Nos esforzamos por controlar los órganos de los sentidos sin tratar de regular el
poder que es responsable de su funcionamiento.
Por ejemplo, en el cuerpo existe un órgano digestivo. Cuando se lleva una dieta balanceada, los
alimentos se digieren de manera apropiada y el cuerpo se mantiene saludable. De igual manera, la
temperatura corporal debe mantenerse dentro de cierta norma, si ésta sube o baja más allá de lo
normal, tendremos un signo de enfermedad. De manera similar, si los cinco elementos que
constituyen el ambiente natural se mantienen en equilibrio, el mundo se encontrará en estado
saludable y si el equilibrio se ve trastornado o los cinco elementos se contaminan, entonces el país
sufre de varias maneras. Si los productos de la ciencia y la tecnología trastornan el equilibrio de la
naturaleza y contaminan la atmósfera, los ríos y mares, seguirán muchas consecuencias dañinas.
La contaminación da origen a numerosas enfermedades nuevas. Actualmente aun el aire puro se ha
vuelto un bien escaso. Tres cuartas partes de la Tierra están cubiertas por agua. En el lecho oceánico
existen muchos minerales, pero deben observarse algunos límites para su extracción, de otra manera,
incluso el océano, que se ha adherido a sus límites, los excederá. Hasta los terremotos y las
erupciones volcánicas son ocasionados por el trastorno del equilibrio ecológico de la naturaleza.
Los cinco tipos de aires vitales
Tomen el cuerpo, por ejemplo. El cuerpo deriva su fuerza vital del sol. Existen cinco tipos de pranas
(aires vitales), conocidos como los vayus, prana, apana, vyana, udhana y samana. Prana vayu es el aire vital
que tiene su asiento en los pulmones; apana vayu es el que se dirige hacia abajo y sale por el ano;
samana vayu es el que tiene su asiento en la cavidad del ombligo; vyana vayu es el que se difunde por
todo el cuerpo; udhana vayu es el surge de la garganta y penetra en la cabeza. El prana proviene del sol;
vyana viene de vayu (aire); apana viene de la tierra; udhana proviene de agni (fuego) y samana proviene
de akasha (espacio). Gracias al funcionamiento en nosotros de estos cinco aires, podemos vivir
sanamente. En un ser humano existen 72 000 vasos sanguíneos. Vyana vayu sopla a lo largo de todo
el sistema circulatorio. Vyana vayu se deriva de vayu (aire). Cuando el aire se contamina, los 72 000
vasos sanguíneos se contaminan también y el efecto de esto en el apana vayu provoca cáncer y
ataques de corazón.
La mentalidad mundana y la espiritual
El hombre requiere un vyana vayu puro para su buena salud. Los estudiantes deben darse cuenta de la
importancia de mantener la pureza del ambiente y desarrollar un corazón puro en interés de su
cuerpo y su mente. Para lavar los vasos se utiliza una clase de jabón; de manera similar, la oración es
el detergente para limpiar el corazón. Por medio del corazón puro se alcanza la intuición espiritual.
Las mentes impuras son la causa de muchos problemas cardiacos. Cuando el corazón está saturado
de toda suerte de deseos mundanos, no hay espacio para el esfuerzo espiritual.
Existe una gran diferencia entre quien está apegado a las cosas mundanas y quien se consagra al
Dharma. Esto puede ilustrarse con las acciones de Dhrona y Bhishma, los dos principales gurús de
los Kauravas. Ambos, Bhishma y Dhrona, eran supremos maestros en el arte de utilizar las astras
(armas dirigidas por mantras) y los shastras (armas letales), mas, ¡qué diferencia entre los dos!
Bhishma tenía una mente espiritual muy elevada. Después de haber sido herido en todo el cuerpo en
la batalla de Kurukshetra, cuando la sangre fluía de sus heridas y yacía en un lecho de flechas, enseñó
el Dharma a los Pandavas. Sus enseñanzas están contenidas en el Shanti Parva* del Mahabharata.
* Parte que trata del mantenimiento de la paz.
En el otro extremo, cuando Dhronacharya escuchó a Yudhistira decir: “Aswathama hatah” (mataron a
Aswathama) ni siquiera se detuvo a escuchar que el muerto era un elefante llamado Aswathama,
concluyendo que había muerto su hijo del mismo nombre, por lo que se derrumbó en el campo de
batalla. Dhronacharya estaba saturado de apegos mundanos; Bhismacharya, con el amor al Dharma.
Usen las escrituras como guías para la acción recta
Hay otro ejemplo en el Mahabharata a propósito de las diferencias de respuesta de quienes están
apegados al Dharma y los que están llenos de apegos mundanos. Cuando las noticias acerca de la
muerte de Abhimanyu llegaron a oídos de Subhadhra, la esposa de Arjuna, ella vio en la muerte de
su hijo los signos de la inminente edad de Kali, en la que las madres perderían a sus hijos jóvenes y la
falta de rectitud prevalecería sobre la tierra. Entonces recordó que durante el reinado de Rama,
ninguna mujer había llorado la pérdida de un hijo.
Cuando Arjuna recibió la noticia lamentó amargamente que ya no hubiera nadie que heredara el
reino después de su victoria sobre los Kauravas. ¿De qué servía ganar un reino después de la pérdida
de su hijo Abhimanyu? Mientras Subhadra estaba afligida por el inminente apuro de todas las madres
en la era de Kali, Arjuna únicamente estaba preocupado por su pérdida personal.
Los seres humanos actualmente son indiferentes al Dharma y buscan utilizar las escrituras para sus
propósitos egoístas, los textos sagrados deben utilizarse como guías para la acción correcta, son
señales que muestran el camino de la realización de la Divinidad. Siempre debemos estar concientes
de lo que debemos a Dios: el aire que respiramos, los alimentos que ingerimos, la luz que nos
permite ver el mundo, todos éstos son los dones de la Providencia. ¿Qué gratitud mostramos al gran
dador de todos estos beneficios? Estamos agradecidos con muchas personas por pequeños favores,
pero ante el Señor, que es la fuente de todas las innumerables cosas que disfrutamos, no mostramos
consideración alguna. El hombre sin gratitud es peor que un animal feroz.
Seis virtudes que deben cultivar en la vida
¡Estudiantes!: dense cuenta de que sin la gracia de la Divinidad no podríamos existir ni por un
momento. Cultiven las buenas cualidades y procuren promover el Dharma en el mundo. Esto les
dará una felicidad más duradera que la adquisición de cosas mundanas. Una vez el sabio Markandeya
le preguntó a la deidad del Dharma la razón por la que abandonaba la tierra. Ella replicó sonriendo:
“No tengo lugar en una tierra donde la maldad prevalece y no hay verdad ni rectitud”.
La educación consiste en cultivar las seis cualidades siguientes: tener buenos pensamientos, realizar
buenas acciones, adherirse a la verdad, practicar la devoción, ejerce la disciplina y desempeñar los
propios deberes. Cuando hayan adquirido la amistad de estas seis virtudes, su vida estará llena de
sentido y será satisfactoria.
¡Estudiantes!: concéntrense en sus estudios desde el mismo comienzo del año académico y
desarrollen disciplina y hábitos rectos, de manera que puedan extraer el mayor provecho de sus
oportunidades en el Instituto. Los maestros no deben considerar que les enseñan para obtener
emolumentos y los estudiantes no deben considerar que sus estudios tienen el propósito principal de
obtener un empleo. La educación debe desarrollar en ustedes la independencia y prepararlos para
todos los retos de la vida. Con fe en Dios y llevando una vida recta deben llegar a ser verdaderos
ciudadanos de Bharat. La disciplina y las normas que ahora observan les resultarán de gran utilidad
en la vida. Prepárense para servir a la sociedad y propiciar así a Dios, cuya gracia es una bendición
más grande que todas las ganancias del mundo.
Inicio del nuevo año académico del Instituto Sri Sathya Sai de Enseñanza Superior, Prashanti Nilayam, 16-6-83.
14. Unidad y pureza, el mensaje de Ramzan
Quienquiera que hable, la expresión que pronuncia comienza y gira en torno a la palabra “yo”: yo
camino, yo me siento, yo como, yo escucho, yo voy, yo veo... el yo siempre va por delante. Es
después cuando el hombre acierta a vivir. “Yo” es el actor, cualquiera que sea la acción, en todo
momento y para todo.
¿Qué es exactamente este “yo”? ¿Es el agente? ¿El hacedor? Existen tres aspectos que el “yo”
connota. El primero es “yo soy este cuerpo”; el segundo, “yo soy la fuerza vital en él”; el tercero, “yo
soy el Atma” (Ser divino).
“Yo soy moreno, yo soy rubio, soy bajo, soy alto” son aseveraciones que generalmente se hacen.
“Soy joven, soy viejo, yo soy un brahmán, no soy un brahmán” son expresiones que también se
acostumbran. Estas cualidades conciernen únicamente al cuerpo. Cuando una persona está
inconciente, en sueño profundo o muerta, no tiene conciencia de tales caracterizaciones relativas a su
cuerpo, las cuales son extrañas al “yo” real, pues los atributos se adhieren o se desprenden cuando el
tiempo ha transcurrido o las circunstancias cambian.
Después está el principio o fuerza vital del jiva (ser individual). La conciencia incesantemente activa
siempre es inquieta y es caprichosa. Solemos decir: “mi inteligencia no es clara”, “mi mente está
confundida”. Éstas expresiones se aplican únicamente a la segunda faceta del “yo”. Dicha faceta
también está vinculada con el cuerpo por medio del complejo objetos-sentidos-mente-razón.
El Atma es inmanente a todo el mundo
Ahora consideremos el tercer aspecto, el Atma (Alma divina): “Yo soy Sadhanandh, Nithyanandh, SatChit-Ananda. Yo soy Nirmal, yo soy Nischal. Yo soy todo. Yo soy Brahman. “Aham Brahmasmi”. El
cuerpo es mortal; el principio del jiva experimenta transformación, pero el Atma es inmortal. El
Atma persiste con gloria inmutable en la vigilia, el sueño, el sueño profundo y más allá, en el cuarto
nivel. En el estado de vigilia, está activo el cuerpo denso; en los sueños, está alerta la conciencia del
yo sutil; en el sueño profundo, el “yo” es el Atma causal. El yo real, o Atma, no posee una afiliación
exclusiva a un cuerpo, país, nación o sexo. Se encuentra en todo ser y en cualquier parte, así en el
pájaro como en la bestia, en la planta como en el árbol, cada uno de los cuales revela su existencia. El
Atma satura todo y es inmanente en Bharat (la India), Rusia, América e Inglaterra lo mismo que en
todas partes del mundo.
Todos los fundadores de religiones han escuchado esta voz impersonal de Dios reveladora del Atma
que activa a toda la creación. Así como los Vedas fueron escuchados y se los propagó como
“escuchados” (shruthi), también el Corán fue igualmente “escuchado” por Mahoma. El Corán tiene
Salat y Zakat como los dos ojos. Salat significa oración; Zakat significa caridad. Aquellos que
consideran la caridad como un deber supremo y elevan su conciencia mediante las oraciones y la
meditación continua en Dios son musulmanes. Islam es una palabra que no denota una religión en
particular sino un estado de la mente, el estado de entrega total a la voluntad de Dios. Islam significa
dedicación, entrega, paz y tranquilidad.
Islam denota a la comunidad social cuyos miembros han alcanzado la paz suprema mediante la
entrega al Dios todo misericordioso y omnipotente y que han jurado vivir en paz con sus
semejantes. Más tarde fue aplicado a todas las comunidades que se consideraban a sí mismas
separadas, diferentes y, en consecuencia, hostiles a las demás. El Islam enseñó algo más elevado:
dirigió la atención al Uno en los muchos, la unidad en la diversidad, condujo a las personas a la
Realidad llamada Dios.
Al Atma no se le puede herir ni ofender
Todo ser humano tiene tres necesidades: alimentarse, vestirse y protegerse. Al tratar de satisfacerlas
el hombre ha desarrollado una variedad de alimentos que llenan su pequeño estómago, pero ha
ignorado el propósito de comerlos. La ropa tiene que ser usada para proteger al cuerpo del frío, pero
le concedemos un valor enormemente exagerado. Por supuesto, el hombre debe tener una casa para
vivir y en la que pueda reposar el cuerpo, el musulmán Gibran preguntaba para qué se construyen
entonces esas casas enormes. Se erigen no para uno mismo sino para acumular tesoros y riquezas.
Gibran dijo que esas mansiones son tumbas levantadas para que vivan los muertos.
Mahoma anunció a los ciudadanos de La Meca el mensaje de Dios que había escuchado. En aquella
época las personas no prestaban atención a las declaraciones divinas, por lo que lo forzaron a
abandonar el lugar, pero él sabía que la verdad gana siempre y que Dios acabará por prevalecer.
Sabía que el insulto y las injurias eran sólo para el cuerpo, al Atma (Espíritu) nunca lo pueden herir.
El mes de Ramzan tiene la singularidad de que se dedica a la tarea sagrada de traer a la memoria y
practicar las enseñanzas que Mahoma comunicó y de alcanzar el estado de unidad y pureza
genuinamente divino. El Islam da importancia a la luna que regula los meses. Los hindúes la
consideran como la deidad que preside a la mente. El ayuno de Ramzan comienza cuando aparece la
luna nueva y termina cuando se le ve nuevamente; comienza al amanecer y se lo rompe una vez que
se ha puesto el sol. Su observancia es rigurosa.
Durante Ramzan se evita la rivalidad
El ayuno no consiste simplemente en dejar de comer y beber; el individuo se despierta a las tres o
cuatro de la mañana, en el Brahma Muhurtha, y empieza a orar; durante todo el día se procura
experimentar la presencia constante de Dios. Éste es el significado de upavasa (ayuno). Además,
durante el mes de Ramzan se evita la rivalidad y se suspende el odio. Marido y mujer viven aparte,
aunque en la misma casa; la madre y el hijo siguen el mismo régimen espiritual y se mantiene una
atmósfera de hermandad. Se somete al cuerpo, los sentidos y la mente a una rigurosa disciplina.
En todas las religiones se prescriben periodos de ayuno que abarcan un mes. Los hindúes observan
los meses de Magha y Shravana. Los zoroastrianos y los cristianos igualmente reserva meses para el
mismo propósito.
El Corán establece que todos los hombres deben cultivar el sentido de unidad, de interdependencia,
de amor desinteresado y de la inmanencia de la Divinidad. Por lo general, todos los individuos
ingieren algún tipo de alimento para el cuerpo cinco veces al día: una taza de café a primera hora, el
desayuno dos horas después, un almuerzo o comida a mediodía, té a las cuatro de la tarde y una cena
a las nueve. El Islam prescribe el alimento para la naturaleza espiritual del hombre como forma de
oración y ordena que se ingiera cinco veces al día. Establece la oración hasta cinco veces al día, desde
que se tiene uso de razón hasta el momento de la muerte, para el surgimiento de la conciencia
átmica, para la obtención de la dicha espiritual y para propiciar la manifestación de la iluminación
átmica.
La unidad, enseñanza básica de todas las religiones
La oración es además, en el Islam, una actividad colectiva. La plegaria en grupo produce vibraciones
benéficas. El Islam promete un flujo acrecentado de éxtasis cuando a Dios lo adora una enorme
confluencia de corazones anhelantes. Todos ellos se postran a la vista del masjid. Se sientan en filas
con las rodillas flexionadas y se inclinan hasta que sus palmas y frentes tocan el suelo en señal de
humilde sumisión a la voluntad divina. Los malentendidos, el conflicto y la enemistad no perturban
la serenidad de esta ocasión.
El Islam subraya el Uno en los muchos, el anhelo de Dios que se manifiesta en diversos grados en
diversas mentes. La unidad es la enseñanza básica de todas las religiones. La fe en la unidad es
cardinal, sin ella ningún sistema de creencias o de conducta puede constituir una religión. Dios es
uno y sus enseñanzas en todos los credos que lo exaltan son amor, compasión, tolerancia y
comprensión. Es una tragedia que ni los musulmanes ni los hindúes ni los seguidores de otras
religiones practiquen estas cualidades en la vida diaria.
El Islam enseña que la gracia de Dios puede ganarse mediante la justicia y la vida recta; en cambio, ni
la riqueza ni la erudición ni el poder pueden obtenerla. Sólo el amor sagrado complace al Señor. Éste
es el mensaje de toda religión; pero la humanidad ha ignorado este punto crucial. Ramzan une con
los lazos del amor a parientes y amigos, al que está cerca con el que está lejos, al amigo y al
adversario. Descuidar ésto es un género de negligencia que está sucediendo en todas las religiones.
Los fieles adoptan las reglas que quieren y transgreden aquellas que encuentran exigentes. De tal
manera se vuelven estrechos de mente y deshonestos; excusan sus defectos y justifican sus errores.
Esta práctica de autoengaño se ha vuelto un hábito para ellos.
Muestren amor y tolerancia en las actividades cotidianas
Puesto que Islam significa entrega a Dios, todos los que viven en paz y armonía en la sociedad, con
espíritu de entrega y dedicación, pertenecen a él. El Islam insiste en la plena armonía entre
pensamiento, palabra y acción. Los santos y sabios musulmanes han subrayado la manera en que
debemos inquirir acerca de la validez del yo que se identifica con la mente y llegan a la conclusión de
que el yo real es el ser que anhela al Ser omnisciente, a Dios. En el mes de Razman, el ayuno y las
oraciones tienen el propósito de despertar y manifestar esta comprensión. Cualquiera que sea la
religión, el énfasis recae en la unidad, la armonía y la ecuanimidad. En consecuencia, cultiven amor,
tolerancia y compasión y demuestren la verdad en todas las actividades del día. Éste es el mensaje
que les doy junto con mis bendiciones.
Discurso de Ramzan, Prashanti Nilayam, 12-7-83.
15. La grandeza del hombre
El hombre raramente se da cuenta de que él es la cima de la creación, raramente sabe de su gloria
innata. Si viviera en la conciencia constante de esta grandeza, su vida sería más ligera, benéfica y
saturada totalmente de éxtasis. Es por ello que debe empeñarse incesantemente por alcanzar niveles
cada vez más elevados de conciencia, abarcando ambos mundos, el objetivo y el subjetivo. Así ya no
se permitirá resbalar y caer en los niveles bajos de la animalidad, pues entonces será capaz de
someterlos y gobernarlos mediante el uso de su inteligencia.
El hombre es el último y el más significativo entre los ocho millones cuatrocientos mil especies. Es
el único animal capaz de conocerse no sólo a sí mismo sino también a su creador y amo; de conocer
no sólo sus propias potencialidades sino también el poder de Dios. Otros seres vivientes luchan por
preservar y prolongar la vida, el hombre está equipado para perseguir un ideal y para responder al
llamado del sacrificio y de la entrega de su vida.
Sólo el hombre puede postular para su consuelo, la existencia de una serie de vidas pasadas y, para
guía, una serie de vidas futuras. Puede echar una ojeada al pasado así como al futuro y extraer
provecho de ello. Tiene el poder de elegir entre elevarse o caer, volverse Dios, bestia o demonio.
Puede utilizar su singular inteligencia y memoria, conservadas en su lenguaje, para ampliar su visión,
ajustar sus reacciones a la naturaleza y la sociedad y beneficiarse del conocimiento y la experiencia de
otros. Puede influir en la sociedad tanto como ésta influye en él.
El hombre es representante de la Divinidad
El hombre es el único animal que puede cambiar su propia naturaleza siguiendo líneas
concientemente trazadas. El animal continúa siendo cruel y bruto hasta su muerte, pero el hombre
puede, por medio del esfuerzo espiritual o de la compañía sagrada, enfrentarse a sí mismo y
modificar sus sentimientos y acciones. El ladrón que se convirtió en Valmiki y el asaltante de
caminos Angulimala, quien llegó a ser un firme budista, son ejemplos de esta característica humana.
Por asociación, mediante las enseñanzas y por la fe, los pecadores se convierten en santos.
Además el hombre es capaz de despertar el poder serpentino de la energía vital que yace dormida en
él como kundalini shakti y elevarla a lo largo de los chakras (campos o centros superiores de
conciencia) hasta la rueda de mil radios en la coronilla de su cabeza. Tal es el urdhwa gathi (el sendero
hacia arriba). Este yoga sadhana le es posible por tener un cuerpo recto y poder sentarse manteniendo
su tronco y cabeza alineados verticalmente. Los cuadrúpedos y otros bípedos diferentes de él tienen
severas limitaciones. Ellos no pueden beneficiarse de la vital kundalini shakti.
Manava, que en sánscrito significa hombre, se compone de ma (negación) y nava (nuevo). Esta
palabra declara que el hombre ha tenido una serie de nacimientos y muertes y está cargado con
pesadas tendencias heredadas, buenas y malas. Él no llega a la tierra por vez primera; su tarea es
eliminar estas cargas y volverse libre. Para ello debe concentrarse en otro significado de la palabra
manava: ma equivale a ignorancia, ilusión y falsa identidad; na vale por sin, va es igual a varthana
(acción). El hombre debe actuar, hablar y pensar sin dejarse engañar por lo aparente en vez de ver lo
real. El hombre ignora el Atma, que es la única realidad, y se deja fascinar por maya (energía ilusoria),
que centellea y engaña.
Al hombre, teniendo a la Divinidad en su centro como espíritu (atma), le corresponde el nivel
elevado de ser una encarnación de la Divinidad, un representante de la Divinidad. Los sentidos,
activados por la mente, producen experiencias que son recogidas y ordenadas por la mente. El budhi
(intelecto), iluminado por el Atma, analiza esta información y dirige la acción a lo largo de líneas
benéficas. Actuar bajo los dictados de la mente acarrea desastres; actuar bajo las instrucciones del
budhi iluminado es deseable. Ésta es el gran dádiva que el hombre ha ganado de Dios.
Inauguración del curso de capacitación en seguridad, 22-7-83.
16. En forma humana
Un gran yogui resolvió ahondar en la gloria del principio divino y se retiró a las profundidades de un
bosque silencioso. Empezó a llevar a cabo prácticas ascéticas: se sentó en la postura de loto y
mantuvo cerrados los ojos, sosteniendo sus dedos de manera correcta en chin mudra.* Así, continuó
su penitencias (tapas) durante cinco largos años. Dios, deseando probar su sinceridad y su honradez,
se presentó ante él en forma de niño. En ese momento el yogui tenía los ojos entreabiertos. El niño
le preguntó: “Abuelo, ¿por qué has cerrado así tus ojos? ¿A quién le rezas? ¿Has descubierto qué
apariencia tiene Dios?” El yogui respondió: “Niño, lo he visto tanto como mis ojos están abiertos”.
A partir de entonces, los ojos del yogui se abrieron a la mitad. El niño regresó y le preguntó:
“Abuelo, ¿qué tanto de Dios has visto ahora?”, a lo que el asceta respondió: “Muchacho, he
conocido la mitad de él”.
*Posición de los dedos pulgares e índices unidos y los otros tres extendidos hacia afuera.
Tras un año, el niño regresó. Por ese tiempo el yogui mantenía sus ojos completamente abiertos:
“Abuelo, ¿has visto y conocido a Dios? A tal pregunta, el yogui respondió: “Sí, lo he conocido”. Así
que el niño tornó a preguntar: “Dime ¿qué es lo que has entendido?”. Y el yogui dijo: “He entendido
que el Señor está más allá del entendimiento”. Ahora Dios estaba frente al yogui en forma humana,
pero el asceta no pudo identificarlo ni reconocerlo.
Sai otorga el amor de mil madres
Cuando Dios toma la forma humana y está detrás, delante y a su lado, hablándoles, moviéndose con
ustedes y permitiéndoles cultivar cercanía con él en varias formas, ustedes no lo reconocen. La
Divinidad no se puede reconocer fácilmente cuando está encarnada. Ella dice: “No soy una masa de
carne y sangre; no soy un manojo de deseos, como lo es la mente; no soy el conjunto de ilusiones
que la imaginación es; yo soy el Paramatma (Espíritu supremo), el principio y el fin”.
“Soy el apremio dentro de ustedes, el conocimiento que buscan como resultado del apremio, de su
propio ser”. Una palabra de Swami asegura el tesoro de todas las riquezas, una sola mirada suya
otorga todas las dádivas; es la mirada a parijatha (la flor del árbol que colma los deseos). Los brazos
de Sai confieren el hai (suave descanso) que da la madre, mas no una madre, no, sino el amor de mil
madres”. Este Sathya Sai es ese Prema Dhayi (el dador del amor).
Al jugar y cantar con nosotros, estar y comer con nosotros, no debemos extraviarnos y creer que la
Divinidad solamente es un ser humano y nada más; generalmente olvidamos la verdad.
¡Encarnaciones del amor divino!: ustedes deben tener muy clara la diferencia entre un nacimiento
ordinario y el advenimiento del avatar. El karma es la causa del nacimiento humano ordinario. El
nacimiento en un cuerpo humano es la recompensa al mérito adquirido por medio de acciones
correctas pasadas. ¿Cuál es el karma que ha ocasionado el advenimiento? Se podría decir que
también éste debe tener algún karma como antecedente. Pues bien, en su caso, ustedes han ganado
el tipo de vida a que tienen derecho como consecuencia de los buenos y malos karmas del pasado.
No podrán cambiar el vehículo o instrumento a menos que crucen por el cúmulo de consecuencias,
porque éste es el trabajo que se les ha asignado en el drama cósmico sobre el escenario del mundo.
Su papel es el asignado como parte de una obra. Puede que aparezcan en la primera escena, pero no
podrán cambiar su maquillaje.
Sin embargo, Dios no está limitado ni afectado por el karma; él asume un papel, no como
consecuencia de ningún karma sino para premiar al que es bueno e imponer un justo castigo por el
malo. Dios encarnó como Narasimha como consecuencia de las malas acciones de Hiranyakashipu y
de las buenas acciones de Prahlada. La verdad es que el cuerpo que utiliza el avatar no es un
producto del karma, diseñado de acuerdo con la naturaleza de las acciones individuales en vidas
anteriores. Dios, como avatar, puede moldear o cambiar el cuerpo en cualquier forma que desee;
puede desarrollarlo o descartarlo como y cuando quiera. Ninguna persona o poder puede afectarlo;
todo sucede como él desea y decide. Ver al avatar como el cuerpo que ha asumido es incorrecto. El
gurú tiene la obligación de enseñar a la humanidad esta gran verdad acerca del Paramatma y el Atma,
así como de la gloria y compasión de Dios.
Discurso de Guru Purnima, Prashanti Nilayam, 24-7-83.
17. Que Dios sea su gurú
El supremo significado del nacimiento humano es la realización de su verdadera naturaleza. La
autorrealización es el camino a la inmortalidad. La vida del hombre es un puente entre este mundo y
lo Divino. El lenguaje del Pranava (Om) es el único medio para conversar con el Atma (el Ser
divino). Al vestir el atavío de este cuerpo, hecho de carne y huesos, que envuelve al Atma que es
puro y eterno, el hombre imagina que su felicidad está en el entorno físico. Esto es una ilusión.
Existen dos tipos de conocimiento que el hombre puede procurar en su búsqueda de la felicidad.
Uno es Loka jñana (conocimiento mundano), que está relacionado con la música y las bellas artes,
con el universo físico, la botánica, química, matemáticas, etcétera. Todo este conocimiento es válido
únicamente para ganarse el sustento, ya que se refiere a asuntos siempre cambiantes y perecederos.
La otra clase de conocimiento es Brahma jñana (conocimiento del Ser Supremo). Este conocimiento
revela que el origen, crecimiento y disolución del cosmos son obra de Brahman (Realidad Suprema).
Los Upanishads (tratados védicos metafísicos) han descrito éste como Akshaya (imperecedero)
Brahman. Actualmente el hombre necesita este supremo conocimiento. Hay tres etapas que
conducen a él: una es bhavan (sentimiento del corazón), la segunda es sadhana (esfuerzo espiritual), la
tercera es upasana (contemplación).
Consideren el universo etero como el templo de Dios
En la primera etapa se debe establecer firmemente en el corazón el pensamiento de Brahman.
Cuando esto se ha logrado uno tiene que ver al universo en su totalidad como una manifestación de
la Divinidad. El individuo tiene que darse cuenta de que los cinco elementos (espacio, aire, fuego,
agua y tierra), los cinco pranas (alientos vitales, prana, vyana, apana, samana, udhana,) los cinco órganos
de los sentidos, la mente y el habla, todos han emanado de Brahman. Todo lo que es bello y
grandioso en la naturaleza, las elevadas montañas, los vastos océanos, las estrellas en el firmamento,
todo debe considerarse como proclamación de la gloria y el poder divinos. La dulce fragancia de las
flores y el delicioso jugo de las frutas deben verse como señales del amor y la compasión de Dios. El
universo entero debe concebirse como el templo de Dios.
El mundo exterior refleja sus pensamientos. Si ven el mundo con amor, éste aparecerá lleno de
amor. Si lo ven con odio, todo les parecerá antagónico a ustedes. Los ojos llenos de amor refulgen
con brillo y alegría; los ojos llenos de odio se ven como sanguinarios y temerosos. Nuestros
pensamientos determinan nuestras buenas o malas acciones.
Los Kauravas y los Pandavas eran primos, pero la actitud hostil de los primeros hacía que
consideraran a sus primos sus enemigos, y puesto que veían a Karna con ojos amistosos, lo hicieron
gobernante de Angadesha. La actitud del hombre hacia Dios depende de similares preferencias y
antipatías. Hay algunos devotos que honran a Dios sólo por un tiempo y posteriormente se vuelven
en su contra. Las razones de estos cambios de actitud se pueden encontrar en sus ideas acerca de
Dios. Lo adoran cuando sienten que sus oraciones han sido escuchadas y sus deseos satisfechos,
pero cuando sus anhelos no se cumplen, entonces a Dios con toda suerte de términos. Esta clase de
devoción nace del interés personalista y no tiene nada de divina. La devoción pura no es afectada
por cambios de circunstancias o de fortuna. El amor puro no se basa en condición alguna, es el
mismo en la prosperidad y en la calamidad y no es afectado por las vicisitudes de la fortuna.
No se debe culpar a Dios de las dificultades
Los Upanishads se refieren a prema (amor) como una cualidad de lo eterno y al odio como asuratvam
(cualidad demoniaca). Sabiendo que el amor a Dios es una cualidad sagrada, se debe cultivar y
fortalecer. El individuo debe darse cuenta de que él es el único responsable de su felicidad o su
desdicha; no debe culpar a Dios. Dios no tiene preferencias ni antipatías. Siendo que los
pensamientos son el factor más importante de la actitud y el comportamiento en la vida, solamente
se deben abrigar pensamientos buenos y sagrados.
El segundo paso es el sadhana. Éste no consiste simplemente en cantar bhajans (cantos devocionales
en grupo), kirtans (composiciones espirituales), japa (recitación de nombres sagrados) o dhyana
(meditación). Todos ellos son medios auxiliares. El requisito primario es la concentración en el
Pranava (Om); todo sadhana debe basarse en el Om. Hay setenta millones de nombres de Dios, todos
los cuales deben pronunciarse después del Pranava, que se pronuncia al principio: “Om Narayana
Namah; Om Madhavaya Namah, Om Keshavaya Namah”. Ésta es la forma en que deben recitarse los
nombres del Señor. Pronunciarlos sin el Pranava al principio es como utilizar una pistola sin
cartuchos. De acuerdo con los Upanishads, al meditar en el Pranava se puede tener un atisbo de la
naturaleza de la Realidad Suprema.
Solamente el corazón purificado puede realizar a la Divinidad
El tercer escalón es upasana (adoración divina); esta palabra significa acercarse a la Divinidad. Con
frecuencia se equipara con ayuno, lo que es incorrecto. Existe una felicidad más grande que la del
alimento. Cuando se está inmerso en ella, la de Brahma-ananda (bienaventuranza divina), se renuncia a
la comida por propia iniciativa. Es esta renunciación a los alimentos la que constituye el verdadero
upasana. Someterse al ayuno compulsivo como un régimen no es upasana, sino mera privación. Así,
por ejemplo, mantenerse despierto toda la noche de Shivaratri viendo películas o jugando a los naipes
es sólo una caricatura de la vigilia sagrada que se supone debe ser observada en esa fecha.
Los Upanishads hablan de siete grados de ananda (felicidad divina). La primera es la felicidad que
consiste en el disfrute de las cosas materiales, la buena salud y las comodidades del cuerpo. Se
denomina Manushya ananda (felicidad humana). Pithrudeva ananda (la felicidad que disfrutan los manes)
es cien veces más grande que la humana. Deva ananda (la que disfrutan los dioses) es cien veces más
grande que la de los manes. Cien veces mayor que esta última es Prajapathi ananda; y Virat Purusha
ananda es igualmente más grande que esta última. Aun cien veces mayor es Hiranyagarba ananda, y
Brahma ananda es cien veces más grande que ésta última. Ya podrán calcular entonces la enorme
diferencia entre Brahma ananda y Manushya ananda.
La palabra Brahma ananda ha sido desvirtuada en la actualidad para describir cualquier clase de placer:
“Estoy lleno de Brahma ananda porque me nació un hijo hoy”; “Saqué el primer lugar en la clase; me
siento inmensamente feliz”. Tales expresiones están muy lejos de Brahma ananda, cuya experiencia es
equivalente a moksha (liberación). La experiencia de Brahman no se logra dominando varios sadhanas.
Solamente cuando el corazón ha sido purificado se puede realizar la Divinidad. No hay lugar para la
Divinidad en un corazón lleno de egoísmo, orgullo y odio.
Cultiven el amor para alcanzar la plenitud
Aunque la Divinidad aparece en forma humana, se mueve libremente entre los hombres y está cerca
de la gente de distintas maneras, muy pocos son capaces de reconocerla en la forma física. No es
fácil reconocer la naturaleza divina en una forma meramente corporal. Se requiere de un verdadero
gurú (guía espiritual) para revelar la naturaleza real. Se ha comparado a dicho gurú con la trinidad de
Brahma, Vishnú y Shiva. El devoto que considera a Dios mismo como su gurú no tendrá ninguna
dificultad. Hay muchos gurús que pronuncian mantras al oído y tienden su mano para el pago
correspondiente; por todo lo que hacen esperan dinero. Tales gurús son badha (dañinos) y no bodha
(iluminadores).
El verdadero gurú es como un cirujano oftalmólogo, que lentamente quita la catarata del ojo del
enfermo y restaura su vista natural. Así, el gurú también elimina el velo de ignorancia y apego que
nubla la visión del discípulo y le restaura su natural visión espiritual.
¿Cuál es la recompensa que debemos ofrecer a tal gurú? En el día de Guru Purnima los discípulos
hacen padha puja (devoción a los pies del gurú) y ofrecen dakshina (ofrenda de gratitud). El significado
que tiene la luna llena debe ser entendido como el día en que la luna brilla en toda plenitud, sin
mancha. Es un día de pureza. La luna envía sus fríos rayos a la tierra. La luna es la deidad que
controla la mente, el Guru Purnima es real para el hombre solamente el día que la mente brilla sin
oscuridad ni ignorancia y logra la iluminación total. Observar simplemente a la luna llena en el cielo
llamándola Guru Purnima es sólo reverenciar lo externo, mientras que internamente hay un sunna
(vacío). Sólo cuando han limpiado su corazón quitando la ignorancia, el sufrimiento, la
preocupación, la ira y la envidia podrán celebrar su propio Guru Purnima y realizar la plenitud de su
realidad.
Lleven con ustedes la experiencia divina y amplíenla
Para lograr este purnathvam (plenitud) tienen que cultivar prema (amor). Deben pasar por las tres
etapas de sravana, manana y nidhidhyasana (escuchar, meditar y practicar) a fin de alcanzar la meta de la
existencia humana.
Todos deben darse cuenta de que la relación que hay entre ustedes y yo no se limita al cuerpo físico.
No pasen su vida pensando exclusivamente en la relación física; el cuerpo es algo pasajero;
concéntrense en el logro de lo que es permanente y está más allá de las limitaciones del tiempo y el
espacio. Aquí han visto por ustedes mismos y experimentado la Divinidad, llévense esa experiencia y
amplíenla mediante la contemplación interna.
He aquí un ejemplo: en este salón Purnachandra se han reunido miles de personas. He estado
conversando con ustedes. ¿Cuánto tiempo puede durar esto? Quizá dos o tres horas; mañana todos
ustedes habrán regresado a sus respectivos lugares. Una vez que se hayan ido, el recuerdo de lo que
han experimentado aquí, el discurso de Swami para ustedes y la presencia de miles de devotos en el
salón estarán grabadas en sus mentes cuando traten de rememorar este día, será para ustedes una
posesión duradera. Ello obedece a que me llevan en sus mentes.
Las pruebas tienen como propósito fortalecer su fe
Si consideramos las cosas desde un punto de vista exterior, el auditorio Purnachandra estará frente a
ustedes durante un tiempo breve, pero deben retener permanentemente lo que han visto con sus
ojos dirigidos hacia afuera. Lo que ven externamente es un fardo. Cuando lo han hecho parte de
ustedes, cesa de serlo. Es como el alimento que el viajero lleva sobre su cabeza para consumirlo
durante el trayecto. Mientras permanece afuera constituye una carga, pero una vez que lo ha comido,
el viajante se fortalece y ya no hay peso sobre su cabeza.
En tanto estemos inmersos y ocupados en las apariencias externas, tendremos que cargar con el
peso de las dudas y la debilidad de fe; no seremos capaces de no involucrarnos en cosas innecesarias.
La fe es como un volcán vivo: ninguna semilla germina en él. Las dudas son como las semillas: si se
multiplican, ello significa que su fe es débil e inestable; ésta es como un volcán extinto. Si su fe es
fuerte, no surgirá ninguna duda. Donde hay dudas no puede haber fe.
Nosotros solos somos responsables de nuestras dudas. La Divinidad actúa simplemente como un
testigo. Ella les muestra el camino de la autorrealización. Sus dudas surgen o desaparecen a causa de
su karma pasado. Para realizar a la Divinidad primero tienen que liberarse de todas sus dudas. Dios
los somete a varias pruebas cada cierto tiempo, pero no con la intención de castigarlos, como
podrían creer esas pruebas tienen como propósito fortalecer su fe.
Vean sólo a Dios como su verdadero gurú
El mismo Arjuna enfrentó una prueba a que Krishna lo sometió la víspera de la batalla de
Kurukshetra. Lo atormentaba el tener que contra sus parientes y no sabía qué estrategia adoptar. Al
anochecer Krishna lo llevó a un bosque. El día languidecía en el crepúsculo; la luz del conocimiento
declinaba y la ignorancia emergía. Krishna deseaba saber si Arjuna era apto para recibir el
Githopadesha (iniciación espiritual en el Gita) al día siguiente. Entonces le señaló un pájaro que estaba
posado sobre un árbol y le preguntó si era un pavo real. Arjuna respondió: “Sí, mi Señor”. “No, no;
es una paloma”, observó Krishna. Arjuna dijo de inmediato: “Sí, es una paloma”. Entonces Krishna
dijo: “¡Ah, compañero insensato! No es una paloma sino un cuervo”. “Sí, swami –exclamó Arjuna–,
es un cuervo”. Ante ello Krishna se expresó con las siguientes palabras: “No tienes ningún poder de
discernimiento. Eres incapaz de decidir si es un pavo real, una paloma o un cuervo y sólo dices sí a
todo lo que yo digo. ¿Acaso no debieras tener un gran entendimiento?”
Arjuna replicó: “Krishna, si no se conoce tu verdadera naturaleza se puede intentar estar de acuerdo
o discrepar contigo, pero yo he comprendido la verdad acerca de ti. Si digo que ese pájaro no es un
pavo real, una paloma o un cuervo, tú tienes el poder de transformarlo en pavo real, paloma o
cuervo. En consecuencia, no necesito investigar qué es. Todo lo que me importa es tu palabra, ella
tiene autoridad suficiente para mí”. Cuando Arjuna demostró semejante fe absoluta en Krishna,
sintió que Arjuna era apto para recibir el mensaje del Gita. Por ello le dijo: “Nimitha mathram Bhava ”
(Sé tú mi instrumento).
Consecuentemente, el primer requisito consiste en profundizar la propia fe en las palabras del Señor.
No es posible conocer al Señor mediante el conocimiento libresco o valiéndose de la inteligencia
humana. Cuando el Señor viene en forma humana, sus poderes inconmensurables no pueden
juzgarse considerando su edad, su estatura o su comportamiento inmaculada. Semejante juicio
únicamente conducirá a una mayor incomprensión de la Divinidad.
Cuando el niño Krishna fue llevado ante su madre Yashoda y acusado de comer lodo, Krishna le
aseguró que él no era un niño ni un muchacho desobediente y caprichoso como para ingerir lodo.
Krishna le reveló entonces a su madre su divinidad. El avatar no puede ser juzgado a partir de su
edad o sus acciones.
¡Encarnaciones del amor!: en este santo día de Guru Purnima, tomen la resolución de purificar sus
mentes instalar al Señor Supremo en sus corazones. Vean sólo a Dios como su verdadero gurú.
Discurso de Guru Purnima, Prashanti Nilayam, 24-7-83.
18. A la Divinidad mediante el servicio
Las escrituras dicen que este cosmos está sostenido por un fragmento de la Divinidad (“Ekamshina
sthitham Jagath”). La Divinidad impregna al universo. Los rayos del sol no podrían existir sino hubiera
sol; el universo no podría existir sin Dios. Decimos que allí hay una olla, un cuadro, un tanque,
etcétera. La palabra básica de tales aseveraciones, “hay”, proclama la existencia de Dios.
Los cinco elementos básicos que constituyen los factores primarios en la creación están presentes en
todo el universo. Si estos cinco elementos, que son producto de la creación, poseen ese poder
ilimitado de presencia a lo largo de todo el universo, ¿cómo podemos dudar de que el Creador sature
todo cuanto existe en el universo?
El primero de los cinco elementos básicos es prithvi (la sustancia de la tierra). Ella es la base sobre la
cual todo descansa: montañas, bosques, ríos, océanos, ciudades y pueblos. Aunque la Tierra está en
continua rotación, mantiene en posición todo lo que descansa sobre ella. Sin embargo, ¿cuál es la
base sobre la que la Tierra gira de tal modo? Es el principio divino, la voluntad divina inmanente que
regula su función. El segundo elemento es ap (agua), que también está presente en todo el espacio, ya
sea de modo patente o latente.
Todas las religiones aceptan la omnipresencia de Dios
El tercero, agni (fuego), también es omnipresente. En efecto, todos los seres vivientes funcionan a
causa de la existencia de jathharagni (fuego “digestivo”) latente. El fuego está presente aun en los
objetos inanimados, como las piedras. ¿De qué otra manera podría producirse fuego al frotar dos de
ellas?
El cuarto elemento es el aire. Aunque no esvisible, su presencia puede advertirse en la brisa y en la
tormenta. En los seres vivientes existe como la fuerza interna vital. El quinto elemento es akasha
(espacio). Este éter está presente en todas partes. Por ello los Upanishads lo califican como el
elemento más penetrante y extendido.
Cuando se comprende la naturaleza de estos cinco elementos básicos que constituyen el universo
creado, no hay necesidad de argumentos para entender la verdad de Prahlada que se cita en el
Bhagavata: “No dudes de que Dios está en tal o cual parte y no en otra; lo encontrarás dondequiera
que lo busques”.
Las personas inconcientes de la omnipresencia de Dios desarrollan antagonismos entre ellas con
base en la religión, la casta o la raza. Todas las religiones han aceptado la infinitud y la omnipresencia
de Dios. Siendo así, resulta extraño que aun aquellos que aceptan esta verdad muestren una
mentalidad tan estrecha, pues el odio entre personas que profesan religiones diferentes conduce
finalmente a la destrucción de la fe en la propia religión. Aquellos que propenden a la destrucción de
la religión son completamente insensatos. Lo que tiene que destruirse es la intolerancia religiosa, no
la religión misma.
Respeten las creencias y prácticas de los demás
Despreciar la religión de otras personas por amor a la propia religión equivale a demostrar el amor a
la propia madre denigrando a las de otros. El individuo debe estar conciente de que otras personas
tienen la misma consideración y devoción por sus creencias que uno tiene por las suyas. Mientras
cultivan apego por su religión, los jóvenes deben respetar las creencias y prácticas de todos los
demás.
Éste es un ejemplo de intolerancia: los Vedas dicen que la Divinidad lo impregna todo en el
universo, “Isha-avasyam Idham Sarvam” (Dios reside en todo esto). Con fe en esta declaración, la gente
de Bharat reverencia a los árboles, hormigueros, montañas, ríos e incluso a las serpientes. Algunas
personas interpretan como ciega superstición esta actitud sagrada hacia todas las cosas de la creación.
El obvio disparate de esta postura dual no afecta a quienes creen en la omnipresencia divina.
El impulso de la mente que anima a los sentidos es más fuerte que los mismos órganos de los
sentidos. Los ojos, por ejemplo, son simplemente instrumentos de la vista, pero la vista misma es un
poder superior a ellos. De modo parecido, el poder de oír es mayor que el simple oído. La mente es
superior a los órganos de los sentidos y budhi (intelecto), el poder de discernimiento, es superior a
aquélla. Sobre budhi está el animador principio de vida, el jiva. Arriba de jivatma (el alma individual)
está el Paramatma (alma suprema). Entre el individuo y la Divinidad se encuentra el velo atractivo y
engañoso de maya. Cuando cae este velo, el ser individualizado y el Ser universal omnímodo se
vuelven uno.
Cuando la mente se vuelve de los sentidos hacia el budhi para su iluminación, empieza a fluir ananda
(bienaventuranza divina) y la gloria del Atma se revela. El budhi propicia la búsqueda interior.
Mientras que los órganos de los sentidos –los ojos, los oídos, la nariz, la lengua y la piel– se abren
hacia los objetos externos, la verdadera disciplina espiritual consiste en dirigir la visión hacia adentro,
es decir, nadar contra la corriente. Rara vez se advierte cuán cerca está la meta de la autorrealización
una vez que los órganos de los sentidos se han vuelto hacia adentro.
Todo acto de servicio es servicio a la Divinidad
Los estudiantes deben comprender la importancia del servicio para realizar a la Divinidad. El
servicio hace que la vida adquiera sentido y propósito. El primer requisito es la eliminación del ego;
la gracia divina y el poder que confiere pueden adquirirse llevando a cabo el servicio a la sociedad
con espíritu desinteresado.
¡Estudiantes!: excepto la gracia de Dios, ninguna otra cosa permanecerá con ustedes para siempre.
Desarrollen la fe en esta fuente de fortaleza y apoyo que nunca falla. El célebre luchador “King
Kong”, que pudo detener un automóvil en movimiento, murió en un accidente de automóvil. Ello
revela las limitaciones del poder muscular. ¡Cuántos reyes han abandonado la tierra sin dejar traza de
su riqueza y su poder! No pospongan el cultivo de la devoción a Dios. Empiecen sirviéndolo por
medio del servicio a sus semejantes. Todo acto de servicio, por pequeño que sea, es servicio a la
Divinidad. Demuestren mediante la actitud reverente, el servicio desinteresado, la veracidad y la
integridad, que persiguen los ideales que sostienen las instituciones educativas Sathya Sai.
Inauguración del programa de servicio social de los estudiantes del Instituto Sathya Sai, Prashanti Nilayam, 247-83.
19. La comida y el carácter
Todos los hombres en todas partes pertenecen a una misma especie. Sin embargo, el hombre odia al
hombre; una religión se opone a otra, una raza se siente superior a otra; un país evita el contacto con
otro país. ¿Cómo surgen estos conflictos? Cuando se indaga en esta cuestión a profundidad, la
respuesta se vuelve clara.
Todo lo que existe en la creación posee cinco propiedades. Las primeras tres son sat, chit y ananda
(ser, conciencia y bienaventuranza) y las dos últimas son rupa y nama (forma y nombre), que le son
prestadas a la cosa de manera temporal; éstas están sujetas a modificación, pero las tres primeras
―ser, conciencia y bienaventuranza― son características inherentes e inmutables. En el lenguaje del
Vedanta estas tres se llaman asthi, bhathi y priya (existencia, brillo o expresión y amor). Son las
cualidades innatas de toda manifestación de la Divinidad. La última de las tres (priya) es ananda
(bienaventuranza divina). Todo ser humano es una encarnación, un depósito y un vehículo de
ananda.
La conciencia de este ananda es la meta del hombre, la consumación de la vida humana; pero el
hombre busca el placer y la felicidad en los objetos por medio de los sentidos y logra el bajo ananda
material, no el supremo que debe ganar. Hay que decir que el ananda ganado mediante el mundo
objetivo o subjetivo es solamente una expresión fragmentaria del ananda que concede la fusión con
Brahman (la Realidad suprema). Hablamos del agua caliente, aunque el calor no es una cualidad del
agua; el fuego se la da. Siendo así, también el ananda objetivo o subjetivo se gana mediante la gracia
de Brahmananda (suprema bienaventuranza divina).
La comida determina las emociones y las pasiones
El hombre se enorgullece por ganar ananda gracias a su esfuerzo. El azúcar es lo que convierte en un
dulce a los blandos glóbulos de harina. La gracia de la base de todo ser puede conferir dulzura o
ananda. Las estrellas se enorgullecen por la luz que arrojan en un mundo oscuro, pero la brillante
luna hace que sea demasiado débil para ser notada. También el orgullo de la luna es humillado
cuando el sol ilumina el cielo. Brahma-ananda es el sol. Esto no significa que se deba ignorar la luz de
las estrellas y de la luna, o vishaya ananda y vidhya ananda, el ananda derivado de la naturaleza y de la
experiencia del conocimiento espiritual. Son pasos, etapas, muestras. Valorándolas en cuanto tal, se
debe buscar incansablemente la meta de Brahma-ananda.
¿Cómo, entonces, se puede obtener esta conciencia, este ananda? ¿Qué sadhana hay que adoptar? Si
todos los hombres están igualmente sujetos al nacimiento, la vida y la muerte, si todos son de la
misma especie, ¿por qué permiten que el ananda, que es el derecho de cada uno, se pierda con odios
y conflictos? ¿Por qué prevalece en el hombre el demonio y no la Divinidad? La respuesta ha eluido
al hombre a lo largo de las edades.
Pues bien: la causa es el ego. El pequeño ser limitado, el ego, es la raíz del mal. Profundizando un
poco más, diría que la naturaleza de la comida es responsablemente fundamental. El alimento es de
tres calidades: sátvico, rajásico o tamásico (que conduce a la pureza, a la pasión y a la inercia,
respectivamente). Algunos consumen alimentos sátvico-rajásicos o tamásico-rajásicos, o alternan
uno y otro tipo. Puesto que la comida mitiga o despierta, evita o fomenta las emociones y las
pasiones, ella moldea el comportamiento, la conducta y las actitudes del hombre.
Sean cuidadosos con la comida que consumen
Ravana y Vibhishana, hermanos nacidos de los mismos padres, tenían naturalezas diametralmente
opuestas a causa de los alimentos con los que crecieron. Ravana gustaba de la comida rajásica,
mientras que Vibhishana era afecto a la sátvica. Es difícil compartir el modo de sentir cuando se
prefieren alimentos de cualidades distintas, pero cuando dos viven de la comida rajásica, aunque
puedan ser de la misma naturaleza, la amistad no puede ser duradera, los celos y el odio pronto
rompen los vínculos. La naturaleza sátvica libera al hombre de estos males y purifica su mente,
preparándolo para el viaje hacia Dios, pues Dios es satva (puro).
Donde el ego predomina, muchos resbalan de la naturaleza sátvica a la rajásica. También se alejan de
Dios, pues él no puede residir donde el ego se engríe con ostentación y orgullo. Se puede alegar otras
razones para haberse separado de Dios, pero la falla reside sólo en ellos.
¿Qué es exactamente la comida sátvica? La comida que confiere ananda al cuerpo, la mente y el
corazón es sátvica; es aquella que sostiene una vida piadosa; es aquella que la mantiene a uno ligero,
aun al final de la comida. A los individuos sátvicos los satisface una comida al día; la naturaleza
rajásica demanda alimentación continua con ingredientes calientes, ácidos, salados y picantes; los
tamásicos aprecian la comida fría, rancia y áspera. Los componentes densos del alimento consumido
se eliminan; los menos densos construyen los músculos y los huesos; los componentes sutiles
constituyen los nervios y la mente. En consecuencia, los aspirantes espirituales tienen que ser
extremadamente cuidadosos con la calidad de la comida que consumen.
Cúbranse de cualidades divinas para acercarse a Dios
La comida fuerte y picante aviva los sentimientos belicosos en el hombre, así como la agresión y la
venganza en contra de ellos que se le oponen, le disgustan o están en desacuerdo con él. Tales
individuos son peores que escorpiones y víboras, espadas o sierras. Resulta trágico que surjan
conflictos facciosos entre personas que se proclaman devotas de Dios. Con frecuencia tales
individuos se comportan como si desacralizaran a Dios abandonándolo. Si sus deseos no se cumplen
cuando y como surgen, cuando sus fallas y fracasos les son mostrados para prevenirlos o se les
indica que depongan los errores que los fascinan, se alejan de Dios en un rapto de ira. Hay dos tipos
de hombres: los amaras (devotos y piadosos) y los asuras (demoniacos). Las personas rajásicas son
asuras. El Gita nos indica que adoptemos, como primer sadhana, la regla “Adhveshta sarva bhuthanam”
(no odies a ni un solo ser). Para acercarse a Dios el individuo debe cubrirse con cualidades divinas. Si
odiar a un semejante es pecaminoso, ¿qué decir acerca del odio a Dios? Vivan en amor de Dios:
sthiti-mathi-bhakti (estabilidad, conciencia, comunión). La devoción surge en la mente constante, no
en la agitada y variable. Alá derrama su gracia solamente en aquellos que se le entregan por entero.
La purificación de los sentidos de percepción y de acción, de la mente y el intelecto, así como la
sublimación de la conciencia del ego, en forma espontánea una vez que se fortalezca la actitud de
entrega total. Lo que consumimos a través de la boca es comida; también consumimos por los ojos,
los oídos, la nariz y la piel. Ese alimento también tiene que ser sátvico y puro en vez de picante,
rancio y podrido.
Prashanti Nilayam, 25-7-83.
20. El destino humano
Las escrituras Declaran: Dios en forma de hombre (Dhaivam manusha rupena). Ellas lo describen
como el Virat Purusha (Persona cósmica divina), con mil cabezas, mil ojos, mil pies, lo que equivale a
decir que todas las cabezas, todos los ojos, todos los pies son suyos. Mientras que el purusha
(persona) individual es Dios instalado en ese cuerpo que por ello es un templo, el Purushothama (la
Persona soberana suprema) es la suma total de todos los purushas y por ello contiene a todos ellos.
Sólo el ser humano lo puede conocer la identidad y la felicidad que de ahí resulta. Él es la cima de la
creación, divino por naturaleza y único por su destino.
No puede haber privilegio sin responsabilidad. Siendo así, el hombre tiene que observar muchas
regulaciones y restricciones y cumplir con deberes y directivas. Entre mas alto es el nivel, más pesada
es la carga. La de primer ministro o de presidente es una posición eminente y, en consecuencia,
también sus deberes son de mayor importancia. Al tener un nivel eminente y poseer capacidades
divinas, El hombre debe mantener su visión amplia y clara y sus acciones puras y beneficiosas.
Estén alerta para evitar el pecado
Las obligaciones que atan al hombre pueden considerarse dentro de cuatro rubros: evitar papam
(pecado), escapar de shapam (proferir maldiciones), observar shasana (ley) y seguir los shastras (códigos
éticos). Consideremos el pecado. Las aves y las bestias no cometen pecados; no tienen que ser
especialmente cuidadosas para evitarlo. Están libres de la imaginación irrestricta, de la destreza en la
manipulación y del deseo de acumular y poseer.
Sólo el hombre posee estos títulos y la obligación de utilizarlos para su propio bien y el de los demás.
Sólo el hombre está equipado con una conciencia y la facultad de razonamiento que puede
presentarle los pros y contras de cada paso en pensamiento, palabra y acto. Cuando su razón le dice
que un determinado pensamiento, palabra o acción está mal y él se sitúa al margen del juicio,
prefiriendo el mal, el error y lo bajo, el hombre peca. Cuando una persona demente comete una
maldad, ninguna corte de justicia la castiga; solamente cuando una persona capaz de distinguir el
bien del mal, deliberadamente elige el mal, se califica su acto como pecado. El hombre siempre tiene
que estar alerta para evitar el pecado.
Respecto al método de escapar a la maldición de los mayores, el individuo debe permanecer
igualmente vigilante. Cuando un individuo se conduce mal o de manera grosera con una persona que
merece veneración a causa de su sabiduría y virtud, está invitando a las consecuencias de su negación
del hombre esencial en él que es Dios. Tal acción provoca una maldición como consecuencia
automática o como reacción voluntaria. No insulten a otros; no se burlen de otros; no los humillen
de ninguna forma. Si lo hacen, estarán desafiando, distorsionando y destruyendo la naturaleza innata
del hombre que es el amor. La maldición se pronuncia a fin de hacer que tal individuo reconozca el
crimen que comete contra sí mismo y se detenga en ese camino antinatural.
Controlen su codicia y su odio
Consideren la conducta del rey Parikshit, que dio lugar a una maldición. Él era emperador, reputado
y respetado; altamente instruido y era un serio practicante de disciplinas espirituales. Sin embargo, en
un rapto de ira puso una serpiente muerta alrededor del cuello de un ermitaño sumido en profunda
meditación. Ésa no era una travesura que pudiese ser perdonada; como emperador, su tarea consistía
en ser un ejemplo, modelo e inspiración para sus súbditos. Castigarlo era un método efectivo de
enseñarle buena conducta a millones. En consecuencia, Shringi, hijo del ermitaño, le lanzó la
maldición de que moriría al cabo de una semana a consecuencia de una mordedura de serpiente. El
sabio Gautama maldijo a su mujer Ahlaya por transgredir los límites impuestos a su ser inferior por
su ser superior. Hombre o mujer, cada uno tiene que honrar la gloria de la humanidad y examinar
cada pensamiento, palabra y acto con la norma del dharma (rectitud). De lo contrario, habrá de
enfrentar una maldición.
La tercera obligación es obedecer al shasana (ley). Si un perro callejero penetra en la casa, va hasta la
cocina, engulle la comida y huye rompiendo algunos platos y vasos, no se le llevará ante una corte
para forzarlo a pagar una compensación, pero cuando un hombre hace lo mismo la ley lo somete. Si
un cerdo entra en un sembradío y daña la cosecha, nadie lo arresta y le reclama el pago por el daño
infligido. Los animales no tienen responsabilidad moral alguna de respetar la propiedad de otros, no
son seres humanos que deben controlar su codicia y su odio. Cuando los hombres se conducen de
manera inhumana, la ley tiene que refrenarlos y reformarlos.
Los Shastras ofrecen los medios para purificar la mente
El hombre tiene el deber de observar de manera consistente y sincera los Shastras. Los códigos se
formulan para guiar a los seres vivos que pueden elevarse merced a su esfuerzo y determinación.
Otros seres no pueden utilizarlos o respetarlos como textos destinados a la instrucción. Por arduo y
afectuoso que pueda ser el entrenamiento que se da a un tigre, nunca podrá lograrse que deje de ser
agresivo; puede alimentarse a un gato con leche y dulces durante largo tiempo, pero cuando ve a una
rata se le echará encima y se deleitará más que con todo el alimento fino que se le dio durante meses.
Un tigre no comerá pan por grande que sea su hambre; sólo comerá carne. Una bestia siempre se
comportará como tal, pero un hombre vicioso puede transformarse y volverse un santo. Puede que
haya nacido y crecido en ambientes malignos, no obstante puede moldearse hasta llegar a ser una
buena persona mediante la influencia del precepto y el ejemplo.
Ratnakara, el ladrón, atacaba por sorpresa a los viajeros y peregrinos y les quitaba sus pertenencias.
Cuando algunos sabios a los que había atacado reaccionaron con bondad afectuosa, previniéndolo y
revelándole el sagrado sendero de devoción y dedicación, abandonó su cruel ocupación y se
zambulló en severos ejercicios espirituales que lo transformaron hasta volverse el gran poeta y santo
Valmiki.
Existe el ejemplo del ladrón de caminos que coleccionaba los dedos de aquellos a quienes había
robado y los llevaba colgados alrededor de su cuello. Estaba tan orgulloso de su hazaña espantosa
que él mismo se llamaba Angulimala, pero cuando se encontró con Buda y escuchó su consejo
compasivo, su mente se limpió y se volvió un fiel seguidor suyo.
El hombre puede ser educado y nutrido para lograr altos niveles de conciencia. Los Shastras ofrecen
los medios para purificar la mente. Otros seres vivos no poseen tal ayuda y estímulo; tienen que
continuar como son. Esta es la razón que hace que la vida como ser humano sea un don único.
Prashanti Nilayam, día de Gokulashtami, 3-8-83.
21. Guía para los maestros
Adoración al Tiempo que todo lo consume, tal es la plegaria del ancestral poeta Bhartruhari. El
tiempo se motiva a sí mismo y no se detiene para nadie. Podemos pronunciar la bendición “que
vivas cien años”, pero podría no fructificar. La muerte puede llamar en cualquier momento. ¿Por
qué? Todos se están acercando a la muerte a cada instante, nadie puede revocar el tiempo
transcurrido. Siendo así, el hombre tiene que emplear los años que pasa en la tierra para alcanzar el
objetivo de la vida, conciente de su gran responsabilidad y oportunidad.
El hombre está equipado con un instrumento prodigioso: el cuerpo, que le permite dedicarse a una
actividad fructífera por un camino recto. La palabra manush en sánscrito (hombre), indica que el
hombre es esencialmente manas (mente). La mente lo involucra en pensamientos, éstos lo conducen
a la acción y la acción, a su vez, trae consigo el pesar y la alegría. Cuando una persona no es tan
saludable como parece merecer, la causa tiene que buscarse en la naturaleza de sus actos y
pensamientos. Si son sagrados, sublimes y santos, el individuo será sano de cuerpo y mente.
La mente se ocupa incansablemente con los pensamientos. Al detenerse siempre en algún asunto,
fomenta la relación y el apego. De esta manera surge el deseo; cuando éste se ve frustrado, provoca
un disgusto tal que en el extravío se pierde el discernimiento. Las palabras ásperas terminan en
explosiones violentas. El hombre agranda la brecha entre “lo mío” y “lo de ellos” a cada momento.
Este duelo no es propio de la naturaleza humana. En los primeros años de vida, el hombre pasa sus
días en travesuras y juegos. Precisamente cuando de manera despreocupada se pierde en esas
actividades, la juventud lo sorprende, provocando en él payasadas salvajes y exhibicionismo
competitivo.
La triple actividad de la peregrinación humana
No tolera la oposición; es extremadamente posesivo y orgulloso. Construye castillos con base en los
músculos y la pasión, el grupo y la emoción, mas no en la gracia divina ni en la vida recta. Mientras
tanto, la edad lo consume y se vuelve viejo. En esa etapa se lamenta por la infancia y la juventud
perdidas. Sin embargo, no importa cuánto se arrepienta y lo lamente, ya no puede recuperar esos
momentos. El hombre muere como niño y vive como joven, muere como joven y vive como viejo.
Así también, muere como Yelliah y nace con otro nombre y forma. Así es como funciona la
naturaleza.
Durante la peregrinación de la vida la actividad del hombre es triple: akarma, sakarma y nishkama
karma, es decir, los tipos de karma tamásico, rajásico y sátvico. Akarma se inicia con grandes
expectativas y mucha fanfarria, pero en cuanto se presenta el más leve contratiempo se renuncia a
toda actividad y la persona se encierra para siempre. Sakarma se lleva a cabo sin discriminación
alguna; el individuo se mantiene ocupado con cualquier cosa que caiga en sus manos. Éste es el
enfoque rajásico. El tercer tipo de karma es nishkama. Se lleva a cabo gustosamente, como un deber,
como adoración y reverente homenaje, sin tener la mirada puesta en el beneficio que se pueda
derivar.
El hombre tiene apremios físicos como el hambre y la sed y necesidades como el sueño y el ejercicio.
Una persona puede ser erudita en varios campos del conocimiento o ser un personaje coronado con
diversos poderes, pero aun así no puede escapar a esos apremios y necesidades. Sin embargo, el
hombre también tiene apremios y necesidades espirituales. Mientras que las urgencias físicas son
transitorias y temporales, las espirituales tienen fuentes más profundas y satisfacciones; más
duraderas; además exigen pureza y unidad.
La verdad alcanza la raíz, la falsedad se difunde
La purificación de la mente se logra por medio de humildad, honestidad y sentido de justicia. El
proceso educativo prevaleciente en la actualidad cultiva solamente el intelecto del hombre sin
desarrollar ni limpiar la mente. Una mente expansiva es más digna de alabanza que un cerebro
experto. Una persona que derrama amor es más agradable que la compañía de cien corazones
endurecidos. Vale la pena esforzarse por la reputación de ser una persona afectuosa y encantadora.
Tal reputación tiene su origen en los pequeños actos de amor y en los pequeños brotes de
compasión. Cuando se expande y fluye sobre vastos campos, se torna divina. La verdad también se
establece en el corazón a partir de diminutos inicios que progresan con firmeza hasta purificar todas
las ocupaciones.
La falsedad crece rápida y desenfrenada. Cuando la verdad apenas se está poniendo los zapatos, la
falsedad ya fue y volvió alrededor del globo terráqueo. La falsedad se difunde con rapidez; la verdad
va a la raíz lentamente. Nadie puede acelerar el proceso. Se puede seguir y atrapar a un león fiero y
enorgullecerse por ello, pero no se puede con el propio heroísmo forzar a un brote de tallo a
convertirse en árbol. Toma su tiempo que crezcan ramas, hojas y flores, que se llenen las flores de
fragancia y que ésta se esparza a los cuatro vientos. Esta fragancia de la naturaleza divina
fundamental del hombre es su verdadera señal de grandeza.
Los maestros son el sol que alienta al capullo del loto a florecer y esparcir su fragancia. Su conducta y
consejo son los rayos que revelan las virtudes y talentos latentes en los corazones de los líderes de
mañana. Los maestros tienen que llenar sus corazones con buenos pensamientos, ideales nobles,
anhelo de buenas acciones y devoción a Dios. Cuando sus corazones son depósitos de estas
cualidades, al abrir ofrecen su flujo lo a los inocentes que apagan su sed con ellas y se inspiran para
emularlos. Los estudiantes necesitan estudiar durante algunos años, pero el maestro tiene que seguir
estudiando por años y años a fin de ser un gurú eficiente. Cuando una lámpara tiene una flama
estable y brillante, muchas otras se pueden encender con ella.
Buscar la ciencia del espíritu es esencial
No se condenen llamándose insignificantes vendedores ambulantes de conocimiento. Ustedes son
los forjadores del futuro de la humanidad, lo pueden hacer brillante y alegre o estropearlo
volviéndolo lúgubre y espantoso. Pueden debilitar o fortalecer los cimientos de la vida, son los
diseñadores e ingenieros que trazan el camino real de la paz y la prosperidad. Ustedes son el rayo de
esperanza que ilumina la noche lúgubre que envuelve a todas las naciones, son los reveladores del
poder divino que anima a todo ser viviente y lo inspira al sacrificio y al conocimiento de sí mismo.
Ustedes señalan y ponen los escalones adecuados para el ascenso del hombre hacia Dios. Dirigen los
ojos de los discípulos hacia la Realidad de su interior y los invitan a disfrutar esa luz. Ustedes
apresuran el sagrado proceso de ignorar y olvidar lo superficial y de hacer avanzar la conciencia
divina, que es la realidad del hombre.
Gu (ignorancia), ru (destructor); la palabra les recuerda el papel que han asumido. El maestro es
conocido por medio de sus discípulos, quienes proclaman su sinceridad y excelencia. Ellos atestiguan
su erudición y resistencia. En una ocasión el rey Bhoja organizó un certamen entre dos renombrados
pandits. Debido a que ninguno de ellos se imponía sobre el otro, invitó a sus respectivos discípulos a
que continuaran el debate, pero éstos se enfrascaron en una disputa interminable de argumentos y
contraargumentos de igual validez, de tal forma que el rey los honró como réplicas de sus maestros.
Actualmente, los maestros se han degradado a tal punto que sus propios alumnos se atreven a
corregirles sus hábitos y prácticas.
Los maestros deben ser ejemplo de amor y luz
Actualmente, en todos los países se requieren maestros urgentemente imbuidos de entendimiento y
amor divino. Son de un valor incalculable en todo momento y en todo lugar por tener una poderosa
fe en su misión y en sus ideales que impide que negocien o se coludan de manera alguna. Este curso
lo tenemos para capacitar a tales gurús en todo el mundo. Los maestros deben ser ejemplos vivientes
de amor y luz. Tienen que limpiar la maldad de sus mentes, siendo la peor hablar mal de los otros.
Esto sólo se puede lograr cultivando el amor desinteresado.
El constante recuerdo o recitación del mantra individual es un método útil para limpiar la mente, de
acuerdo con lo que creen muchos, pero el mismo mantra no es de igual utilidad para todos. ¿Acaso
les queda bien a todos una misma talla de camisa? Aquellos que se identifican con el complejo
cuerpo-mente necesitan fijarse en un Dios personalizado, una imagen o fotografía y una palabra de
cinco u ocho letras como nombre. Dhasoham (“yo soy tu siervo”) será la actitud espiritual de tal
persona. El mantra la purificará y fortalecerá, destruyendo los sentimientos egoístas. El constante
pensamiento de dependencia destruirá el orgullo de poder, erudición o autoridad sobre sus
semejantes o de riquezas. Actualmente, noventa y nueve de cada cien personas sufre de egoísmo y
requiere el mantra curativo “Dhasoham”.
El mantra Soham y el Pranava
Las personas que han adquirido una posición más elevada creen que son jivis (individuos separados).
Para ellas, el mantra puede ser Soham (yo soy Él), de tal forma que puedan eliminar el sentimiento de
separación. En realidad, aun este mantra tiene un aspecto de distinción, ya que propone un “yo” y
un “él”. ¿Cómo puede conducir este mantra a la conciencia del Uno? La siguiente etapa más alta es
la átmica. Cuando el hombre alcanza este nivel de conciencia, desaparece la idea de “yo” como
diferente de “Él”. Es decir, So (Él) y Aham (yo) se desvanecen y Soham se eleva a Om. El mantra de
las personas concientes del Atma en ellas es Om, o Pranava.
Hoy en día la juventud se encuentra enredada en el complejo cuerpo-mente. En consecuencia, están
ocupados en actos impulsados por el orgullo, la envidia y la ignorancia. “Hijo, tú no eres el cuerpo, el
cuerpo es sólo tu vestido. Ese vestido te ha sido dado para que puedas llevar una vida hermosa y
benéfica. No debes contaminar tus años de vida por ignorancia de tu realidad. Desecha esa
contaminación adquiriendo la verdadera sabiduría”. Así deben aconsejar a los jóvenes de modo que
puedan ellos alcanzar la conciencia de su Divinidad innata. Hoy en día nadie tiene fe en las demás
personas: la sospecha predomina incluso en las relaciones entre padres e hijos, esposo y esposa.
Entre más educada es una persona, mayor es la suspicacia. Esto se debe a que la educación atiborra
el cerebro en vez de modelar el carácter.
La educación tiene que desarrollar el discernimiento junto con las habilidades. Ustedes han venido a
Prashanti Nilayam provenientes de más de treinta países, gastando enormes cantidades de dinero,
empleando preciosos días de viaje y estancia. Hagan esa estancia supremamente útil. Comprendan la
importancia de la libertad disciplinada en la educación. Los estudiantes podrían pedir: “Concédenos
la libertad que las aves tienen en el cielo o la que disfrutan los peces en el mar”. Sin embargo, las aves
se comportan como aves y los peces como peces. En cambio, el hombre clama por la libertad para
comportarse como bestia. Cuando el bruto que hay en él domina la parte humana, Dios encarna
como hombre para prevenir y guiar a la humanidad por el sendero de los valores humanos genuinos.
Niños y niñas deben crecer confiando en estos valores humanos. La confianza promueve el amor, el
amor alienta la paz; la paz nutre a la verdad; la verdad confiere bienaventuranza y ésta es Dios.
Cuando traten con niños no se dejen influir por su credo o raza, su pobreza o su riqueza.
Consideren su tarea como un sadhana, una forma de adoración, de hecho, la más alta. En la
Organización Sai no se debe tolerar o fomentar ningún tipo de conflicto o menosprecio, ni de
engreimiento o humillación. Durante estos cinco días, concéntrense en aprender de los expositores,
de cada uno de ustedes y de la atmósfera de Prashanti Nilayam las lecciones de humildad, tolerancia
y servicio, para que el mundo pueda tener paz, prosperidad y gozo.
Inauguración de los cursos para maestros de Educación Espiritual Sai, Prashanti Nilayam, 4-6-83.
22. El ego y el avatar
Bhagavath constituye la esencia de todos los Shastras (ciencias espirituales), la verdad proclamada por
todos los Vedas (antiguas escrituras reveladas) y el fin al que se debe aspirar. Bhagah significa lo
omnipotencia de la Divinidad. También quiere decir aquello que es digno de alabanza y meditación.
Bha significa esplendor; ga significa hacerlo brillar, va significa todopenetrante. Otros significados de
Bhagah son Sambharta y Bhartha. Sambharta es aquel que crea el cosmos de prakriti (la naturaleza),
Bharta es el protector del universo creado. El término Bhagavath engloba creación y protección. No
sólo todas las cosas materiales de la creación, sino también cualidades como fama, conocimiento,
honor, salud, caridad y sacrificio son propiedades de Ishwara (la Divinidad).
El emperador Bali, nieto de Prahlada, fue depositario de todas las grandes cualidades, fue un
gobernante virtuoso y en su reino no había carencias. Siguiendo el consejo de su preceptor,
Sukracharya, realizó el yajna Viswajith y se convirtió en soberano del mundo. Cuando quiso
conquistar Indraloka (el reino de Indra), Indra se asustó y buscó la ayuda de Vishnú para que lo
salvara. Vishnú se presentó ante Bali como un joven brahmán, Vamana, y le solicitó que le regalara
tres pies de tierra. Bali accedió con prontitud a otorgarle lo solicitado, a pesar de las advertencias de
su gurú de que la persona a quien le estaba haciendo el presente era el mismísimo Vishnú. Bali pensó
que si el Señor del universo venía a él pidiendo un obsequio, no había honor más grande que
dárselo. Inmediatamente, el diminuto Vamana creció hasta alcanzar proporciones cósmicas. Con su
primer pie cubrió la tierra, con el segundo cubrió los cielos. Acto seguido le preguntó a Bali de
dónde iba a sacar el tercer pie de tierra, a lo que Bali le rogó al Señor que posara su pie sobre su
cabeza.
Vamana es el principio divino en el hombre
Mientras que el emperador Bali se sentía inmensamente feliz de que el sagrado pie del Señor se
hubiera posado en su cabeza, a Sukracharya lo consumía el disgusto; no era la clase de gurú que
practica lo que predica. Es por ello que solamente tenía un ojo. Bali era más grande que su gurú,
pues practicaba aquello en lo que creía; era un verdadero devoto del Señor. Sólo tenía un defecto: el
orgullo de su grandeza, pero el Señor lo bendijo destruyendo su ego.
El ego existe en todo ser humano. Mientras perdure, el hombre no podrá lograr nada bueno ni
asegurar la gracia de Dios. Bali se desprendió de su ego cuando le dijo al Señor que no tenía más
tierra que ofrecer, después de que el Señor había abarcado el cielo y la tierra con dos pasos, y se
ofreció a sí mismo para el tercer paso. “Mi ego había envuelto mi mente. Señor, destruye ese ego
poniendo tu pie redentor sobre mi cabeza”, dijo. Al poner el Señor su pie sobre Bali y empujarlo al
mundo inferior, destruyó su ego santificándolo de tal manera.
Los tres mundos se interpenetran
El lugar en que el Señor asumió la forma cósmica (trivikrama) se le conoce como sidhashrama. Este
sidhashrama se halla en todo ser humano. La inteligencia en el hombre es su esencia espiritual. El
avatar Vamana es el principio divino en el hombre, el ego que surge de la conciencia del hombre
representa a Bali; el ombligo en el que reside la Divinidad es sidhashrama. Se le llama sidhashrama
porque es el lugar donde se cumplen todas las aspiraciones.
Los tres pies de tierra que Vamana pidió a Bali son: Bhuloka, Bhuvarloka y Suvarloka. Bhuloka significa
el mundo entero constituido por los cinco sentidos y los cinco aires vitales, Bhuvarloka representa la
fuerza vital sutil presente en la atmósfera que envuelve al mundo; es el mundo de prana (fuerza vital).
Suvarloka es el Atma (alma divina), la conciencia que impregna todo, desde el átomo hasta lo más
vasto en el cosmos. Estos tres mundos no se encuentran uno sobre otro, se interpenetran. El
Suvarloka impregna al Bhuvarloka, y éste al Bhuloka. Los tres mundos representan simbólicamente a
los tres cuerpos del hombre: el cuerpo denso, el cuerpo mental y el cuerpo causal.
El hombre debe progresar del cuerpo denso al sendero mental y de éste al estado átmico
(autorrealización). El significado profundo de la celebración de Onam reside en que el hombre debe
destruir el ego y lograr la realización del Ser.
Día de Onam; Prashanti Nilayam, 22-8-83.
23. Por
qué viene el avatar
“Dheho Devalayah proktho, jivo Dhevah Sanatanah”: “El Eterno Supremo habita en el templo del cuerpo
humano como el jiva recién nacido”. Por esa razón, todos los avatares asumen forma humana. Las
escrituras han dicho que la Divinidad se somete a la devoción.
En el Gita el Señor dice que él es el poder de discernimiento en el hombre, el budhi (intelecto). El
hombre no puede alcanzar la grandeza adquiriendo todas las formas de riqueza. Es la inteligencia lo
que hace al hombre ser respetado. Aquel que no ejercita este poder de discernimiento no es mejor
que las aves o las bestias.
La Divinidad desciende en forma de avatar para elevar al hombre a un nivel. Avatara significa
descenso. Para inclinarse a levantar a los pequeños para mimarlos y elevar al hombre que se
encuentra atrapado persiguiendo trivialidades y deseos mezquinos, la Divinidad desciende al nivel
humano y enseña cómo el hombre puede divinizarse por sí mismo. Ésta es la enseñanza del Gita.
Todas las grandes escrituras, como la Biblia, el Corán y otras, se han originado con el mismo
propósito. Por sí mismas las escrituras no pueden redimir al hombre; sólo sirven como guías en el
camino para realizar la Divinidad.
Las peregrinaciones no limpian los pecados
Todos los avatares son avatares completos (purna avataras) y tienen todos los atributos de la
Divinidad, pero los Shastras sostienen que el avatar Krishna es la única encarnación completa, con
los dieciséis aspectos. A pesar de su omnipotencia, Krishna era fácilmente accesible para el devoto a
quien él mismo se sometía. Cuando estamos llenos de devoción, el Señor está dispuesto a
convertirse en nuestro sirviente; el Señor siempre está preparado para someterse a cualquier
dificultad y pruebas severas a fin de proteger y ayudar a su devoto. Muchos devotos han entonado
cantos de alabanza a Krishna y lamentado el hecho de no haber sido afortunados de nacer durante
su advenimiento para disfrutar su música divina y presenciar sus divinas proezas. Un devoto censuró
la ceguera de los incrédulos que no se pueden desprender de sus deseos mezquinos para buscar la
bendición que proviene de la devoción a la Divinidad.
Muchos devotos hacen peregrinaciones a Benares, Prayag o algunos otros lugares sagrados, con la
esperanza de que serán absueltos de sus pecados. Las peregrinaciones no son la forma de limpiar los
pecados; lo que se necesita es purificar el corazón y la mente. Si la mente se limpia por medio del
sadhana, la Divinidad se revelará. La santa Mira dio el mismo mensaje cuando cantó un bhajan
invitando a la mente a ir al río Ganges y al Yamuna. Los ríos que tenía en mente no son los que se
encuentran al norte de la India, sino la inhalación y exhalación de la respiración en nosotros, los
nadhis Ida y Pingala. El punto central entre las cejas es el prayag, el lugar en que convergen el Ganges y
el Yamuna. Al concentrarse en ese punto se puede descubrir a Krishna. Mira lo describe como
fresco, puro e imperturbable. La inhalación y exhalación simbolizan lo que se debe aceptar y lo que
se debe desechar; la retención del aliento, kumbhaka, representa aquello que se debe conservar: la
Divinidad. Se deben aceptar las cosas puras y rechazar las impuras.
El Señor responde al anhelo de los devotos
El Gita establece tres directivas: no preocuparse de los problemas, no olvidar a Dios y no adorar lo
que es falso. Adhiriéndose a estos preceptos, incontables devotos han buscado, a lo largo de todas
las épocas, realizar a la Divinidad por medio del sadhana.
El Bhagavata enseña cómo responde el Señor al anhelo de los devotos y cómo calma la angustia
ocasionada por la separación del Señor. Cuando Krishna se fue a Mathura, las pastoras languidecían
de dolor y de pena, incapaces de soportar la separación. Todo el tiempo se la pasaban mirando hacia
Mathura, atisbando el momento en que Krishna regresara. Un día divisaron una nube de polvo y se
imaginaron que Krishna se había compadecido y había regresado a Gokula. Vieron un carruaje con
un hombre sentado; el carruaje se detuvo pero Krishna no venía en él. Debido a que sus corazones
pertenecían al Supremo Señor, las gopis ni siquiera miraron al extraño visitante, quien no era otro que
Udhava, el querido amigo de Krishna. El Señor, que sabía de la agonía que estaban viviendo las gopis,
había enviado a Udhava para que les diera consuelo y las animara.
En cuanto Udhava descendió del carruaje, empezó a pronunciar una larga exhortación a las gopis.
“¡Oh gopis!, ignorantes de los Shastras, ustedes no tienen sabiduría. Languidecen por Krishna como
personas necias y tontas. Si conocen los Shastras, sabrán que Krishna está siempre con ustedes. Él
reside en sus corazones, pero en vez de deleitarse con el Krishna que vive en ustedes, se consumen
de pena por su forma física. Esto se debe a su ignorancia. Yo les enseñaré la ciencia del yoga, razón
por la que Krishna me ha enviado”.
Udhava y las gopis
Las gopis no consideraron adecuado hablar directamente con un extraño y urdieron la idea de
dirigirse a una abeja para dar su respuesta a Udhava. Las gopis dijeron: “¡Oh abeja! Estas palabras de
Udhava añaden leña al fuego de la separación que nos quema. ¡Basta de tales palabras!”.
Seguidamente, Udhava mostró a las gopis la carta que Krishna les había enviado y dijo: “Aquí está el
mensaje de Krishna para ustedes. Al menos léanlo”. Inmediatamente una pastora dijo: “¡Oh abeja!
Somos ignorantes pueblerinas. Estamos heridas por el dolor. Muéstranos a Krishna”. Otra gopi
gimió: “Nos consumimos en el fuego de la agonía ocasionada por la ausencia de Krishna. Si
tocáramos su carta, se podría reducir a cenizas, pero no nos atrevemos”. Y otra dijo: “Las lágrimas
de nuestros ojos mancharían las preciosas palabras en la epístola de Krishna. No podemos soportar
ver su mensaje”.
Udhava entonces dijo: “Cuando menos escuchen mi mensaje. Yo les enseñaré el conocimiento del
yoga”. Incapaz de controlar su congoja, una gopi contestó dirigiéndose a la abeja: “¡Oh abeja!
Tenemos sólo una mente y ésta se ha ido con Krishna a Mathura. Si tuviéramos cuatro mentes,
podríamos dedicar una al yoga, una más a cualquier otro asunto y así las demás, pero la única mente
que tenemos se la hemos entregado a Krishna. No tenemos espacio para lecciones de yoga”. Udhava
quedó estupefacto cuando se dio cuenta de la devoción firme y decidida demostrada por las
analfabetas pastorasy resolvió regresar con Krishna.
La esencia de todos los Vedas y Shastras (antiguas escrituras sagradas) es la sinceridad y firmeza,
actitud que deriva a una devoción firme hacia Dios. Udhava reflexionó dentro de sí en que él no
había cultivado esa devoción absoluta que habían demostrado las gopis. Decidió regresar con
Krishna.
Entre las gopis, Radhika y Niraja eran las primeras devotas de Krishna. Antes de marcharse Udhava
las escuchó llamar a Krishna y rogar para que una visión de Krishna mitigara sus corazones
dolientes. Udhava le preguntó a Radhika, quien yacía inconciente sobre una duna, si tenía algún
mensaje para Krishna. Al recobrar la conciencia, Radhika sólo tuvo pensamientos para Krishna;
pronunció las siguientes palabras:
Si fueras un árbol que crece hacia el cielo
me asiría de ti igual que una enredadera;
si fueras un capullo floreciente
revolotearía sobre ti como una abeja,
si fueras el monte Meru yo descendería
como río que se precipita;
si fueras como el cielo infinito
estaría en ti como una estrella,
si fueras la insondable profundidad
me fundiría en ti como un río.
¿En dónde estás, oh Krishna?
¿Adónde te has ido, oh Krishna?
¡No tienes piedad, Krishna! ¡Krishna!
El amor a Dios es el medio y el fin
Al ver a Radhika en tan lastimoso estado, el corazón de Udhava se derritió. Se dio cuenta de que
Krishna lo había enviado con esa misión ante las gopis para que aprendiera lo que es el verdadero
bhakti (devoción). Udhava se percató de que Krishna había montado ese episodio para probarle que
incluso los versados en los Shastras tenían que aprender la verdad interior acerca de la verdadera
devoción, como la concentrada y pura veneración hacia Krishna que habían demostrado las gopis. El
amor a Dios es el medio y el fin. Ése fue el secreto revelado por las gopis. Ellas veían el amor en todo,
como en la música de la flauta de Krishna, la cual había llenado el mundo e inundado la tierra seca
con amor.
La Divinidad está en todos, pero hay una sola forma que permite realizarla, y consiste en cultivar un
intenso amor por Dios. Sólo el día en que el individuo se esfuerza por desarrollarlo es el del
nacimiento de Krishna. Krishna no nace cada día de Gokulashtami. Nace en nosotros cuando
tratamos de desarrollar amor divino como medio para romper nuestras ataduras. La verdadera forma
de celebrar el nacimiento de Krishna consiste en vivir de acuerdo con sus enseñanzas.
Prashanti Nilayam, 31-8-83.
24. Honren a la madre
El regazo de la madre es la escuela de todos los hombres; es su primer templo. La madre es la
riqueza primera de todo hombre. Reconocer esta verdad es obligación de todas las personas. No hay
un dios más alto que la madre. El padre es el tesoro de cada cual, la madre es su dios. El hombre se
empeña en toda clase de actividades para adquirir riqueza y posición, en vez de valorar riqueza y
divinidad tan valiosas. El padre y la madre son inseparables, como la palabra y su significado. Todos
deben amar a sus padres como personificaciones de la Divinidad. El padre y la madre pueden estar
separados físicamente, pero espiritualmente son uno.
Incluso, la distinción entre hombre y mujer se refiere únicamente al cuerpo físico. El espíritu que
habita en ambos es la Divinidad misma. En realidad cada ser humano puede dividirse en dos partes
constituyentes: una es el cuerpo, la otra es el atma. El hambre, la sed, el sueño, el trabajo, etcétera,
son cualidades derivadas del cuerpo. La verdad, la paciencia, la compasión, el amor y otras cualidades
se originan en el atma. Si se ve de una forma profunda, se advertirá que el hombre no es el cuerpo,
aunque se identifique con él. El cuerpo físico es algo que comparten todos los seres vivientes y se
compone de los mismos cinco elementos, está sujeto a la decadencia y la muerte. Comer, dormir y
reproducirse es común a todos los seres vivientes. Lo inmortal es el espíritu atma que mora dentro
del hombre. Ese espíritu es divino. El hombre trabaja con empeño, de diferentes maneras, por
adquirir cosas mundanas pero no hace el sacrificio necesario para realizar su Divinidad.
La mujer es crucial para cultivar las cualidades
Actualmente vemos en el mundo desorden, violencia y conflictos. El mundo es como un paciente al
que afligen numerosas enfermedades. ¿Cuál es la cura para estos males? El hombre debe desechar su
egoísmo, su codicia y otras malas cualidades y elevarse por encima de su naturaleza animal. Debe
cultivar la caridad desinteresada para alcanzar la pureza. Mediante la pureza de corazón los hombres
lograrán la unidad, la cual conducirá a la divinidad. La mansión de la vida humana debe construirse
sobre estas cuatro bases.
El papel de la mujer es crucial para cultivar estas cualidades básicas. Sólo las madres dedicadas
pueden ofrecer a la nación niños que se empeñen por alcanzar un gran futuro para el país. La
verdad, el sacrificio y la paz son cualidades predominantes en la mujer. Las mujeres están interesadas
en la pureza y el bienestar de la comunidad. Cuando murió su hijo en la guerra de Kurukshetra,
Arjuna lamentó que la guerra hubiera sido en vano pues no había ya quien heredara el reino.
Subhadra, por el contrario, se sentió apesadumbrada por el hecho de que la muerte de un hijo
mientras los padres aún vivían anunciara la era de Kali. Recordó que en los días de Rama ninguna
madre tenía que lamentar la pérdida de un hijo.
Mientras que el amor del padre se relacionaba con los deseos mundanos, el de la madre estaba
relacionado con cuestiones espirituales. Lo que se necesita actualmente son madres así, con mentes
amplias. Las madres buenas son más necesarias que las buenas esposas. Una buena esposa es valiosa
sólo para su esposo; una buena madre es un valor nacional. Desde tiempos remotos, las escrituras
hindúes han glorificado los ejemplos de grandes mujeres como Maitreyi, Sita y Savitri. Sus vidas
continúan siendo una fuente de inspiración hasta ahora. No nos podemos permitir olvidarlas.
Discurso inaugural en el simposio “El papel de la mujer en el cambio social”, organizado por la asociación Reino de la
Madre Sai, septiembre de 1983.
25. La triple deuda
Todo individuo, independientemente del país, la raza o el periodo de tiempo en que nazca, viene al
mundo cargado con tres deudas. La primera es con la Divinidad; la segunda es con los rishis (sabios);
y la tercera es con los padres.
Una deuda es una obligación que surge cuando se ha recibido algo de otros. Podemos identificar
fácilmente estas deudas. En el cuerpo humano hay diferentes fuerzas que lo alimentan y protegen,
esta energía divina impregna el cuerpo por completo y se llama rasa (esencia divina). Tenemos una
deuda de gratitud con la Divinidad, que no sólo nos ha dotado con este precioso cuerpo humano
sino también lo sostiene. Sólo si pagamos nuestra deuda podremos disfrutar estos dones de la
Divinidad. ¿De qué manera? Dando servicio a otros cuerpos saturados con la misma Divinidad,
realizando los actos correctos y consagrando todas nuestras acciones al servicio de la sociedad. La
deuda con la Divinidad tiene que ser pagada completamente en esta vida o en el transcurso de
muchas otras en el futuro. Entre más pronto la paguemos, más rápido realizaremos a la Divinidad.
Los sabios dieron pautas para la acción correcta
Ahora examinemos la deuda con los rishis. Por medio de investigaciones y experimentos
desinteresados, los sabios descubrieron los senderos que debe seguir la humanidad para mejorar
vidas aquí y para fundirse con la Divinidad. Ellos establecieron los tipos de acción correcta que
ayudarán al hombre a llevar una vida buena y digna y a lograr la autorrealización. Estas pautas y
códigos de conducta han llegado hasta nosotros en la forma de Shastras (ciencias espirituales). Los
Shastras también se relacionan con rituales y formas de adoración para propiciar a la Divinidad. Los
sabios han enseñado al hombre cómo puede evolucionar de lo humano hacia lo divino. Estos
códigos tienen diferentes nombres en otros lugares, pero, independientemente del nombre, resultan
esenciales para la supervivencia humana.
Cuando el hombre se aleja de estos códigos se ve sujeto a muchas calamidades. Más tarde o más
temprano el hombre tendrá que pagar el precio por violar estos códigos. La forma en que podemos
pagar esa deuda con los antiguos sabios que nos dieron estos invaluables lineamientos para una vida
digna y sagrada es la observación y el respeto de los códigos y mandatos establecidos por ellos.
Actualmente, en vez de honrar y seguir los Shastras, la gente los deshonra y los viola cometiendo una
gran cantidad de inexcusables pecados. Siguiendo el sendero trazado por los sabios, podemos llevar
vidas ejemplares y alcanzar toda la altura de las potencialidades humanas.
La tercera deuda que tenemos que pagar es pithru-runam (deuda con los padres). Una persona desea
tener un hijo y siente que sin uno no podrá escapar del infierno. Ésta no es la interpretación correcta
de la deuda con los padres. Los antiguos deseaban tener hijos que llevaran vidas rectas y ayudaran a
los padres a pagar la deuda con la Divinidad. Muchos de ellos realizaban yajnas (sacrificios) para
asegurarse de tener esos hijos nobles. No sólo deseaban alcanzar mérito para ellos mismos teniendo
tales hijos, sino también asegurar que las sagradas tradiciones de la familia se mantuvieran
inmaculadas. En la antigüedad el padre no se sentía feliz cuando le nacía un hijo, sólo se sentía
complacido cuando éste se había ganado nombre y fama con una buena conducta y una vida
virtuosa.
El niño crece siguiendo el ejemplo de los padres
Cuando nace un niño, nadie puede saber cómo será; puede resultar una persona buena y noble o ser
una persona malvada. El padre también debe darle un buen ejemplo al hijo y tratar de mantenerlo en
el camino recto. Es siguiendo el ejemplo de los padres como los niños crecen en la vida.
El emperador Dhasaratha realizó yagas y yajnas (sacrificios ceremoniales) para pagar su triple deuda y
se aseguraba de que sus hijos estuvieran presentes en tales ocasiones. Los envió con grandes gurús
para que pudieran aprender la herencia sagrada del pasado antes de que tuvieran que enfrentar los
retos del mundo. No calculaba que sus hijos le servirían en la ancianidad. No tenía un interés egoísta
al criarlos, los deseaba por su bienestar espiritual. El hijo tiene una gran deuda con sus padres por
todos los problemas y los gastos que tuvieron que enfrentar para educarlo y orientarlo
correctamente. Ésta es la obligación principal de un hijo.
El hijo no sólo tiene derecho a una parte de las propiedades mundanas del padre; también a
participar en la vida espiritual que aquél lleva. El padre debe seguir los más altos ideales. Si se
conduce por los caminos del mal, el hijo puede alcanzar méritos en forma tal que reduzca hasta
cierto grado los efectos de los pecados de su padre; la forma de hacerlo es cultivar buenas
compañías, tener buenos pensamientos y realizar buenas acciones. El sabio Vasistha le aseguró a
Dasaratha que muchos de los pecados que había cometido habían sido borrados por la gran cantidad
de hechos dhármicos realizados por Sri Rama, como la destrucción de los rakshasas y la protección a
los rishis.
Los yajnas para redimir las tres deudas
Los ritos Shradha y Tharpanam (ofrendas rituales a los manes) se llevan a cabo con el propósito de
pagar las deudas de los padres. Actualmente, sólo unos cuantos realizan estas ceremonias. Los
antiguos pensaban que era pecaminoso para los menores el hecho de ser ingratos con los padres, a
quienes debían sus cuerpos y sus logros.
Los yajnas y los yagas (rituales de sacrificio védicos) son ritos simbólicos destinados a redimir esas tres
deudas. Los yajnas son de dos clases: antaryajna (internos) y bahir yajna (externos). El yajna interno
busca realizar a la Divinidad interior. La Divinidad está en todos y sólo se puede realizar por medio
de dhyana (meditación). La mente es el altar sacrificial; en este altar tienen que ofrecerse como
sacrificio todas las malas cualidades. Se puede preguntar cómo puede una mala cualidad contaminar
el complejo cuerpo-mente siendo que la Divinidad es el espíritu morador. Sin embargo, hay que
considerar que éste no es el primer nacimiento en un cuerpo; le han precedido muchas vidas. En
sánscrito al hombre se le dice manava, lo cual significa: ma (no) nava (nuevo), es decir, no nuevo.
El nacimiento como hombre es la etapa final en la evolución ascendente de 8’400,000 especies de
seres vivientes. En vidas anteriores se pudo haber sido un insecto, un gusano, un pájaro u otro
animal. Como resultado de ello, el hombre aún despliega muchas cualidades animales a pesar de la
presencia de la Divinidad. Por ejemplo, el orgullo no es una cualidad innata del ser humano, es el
rasgo natural del búfalo. Si alguien demuestra orgullo, significa que ha sido un búfalo en alguna vida
anterior y esa cualidad la hereda como ser humano. Algunas personas exhiben una estúpida
obcecación, la que no constituye un rasgo humano sino es una cualidad de las ovejas.
Por qué el ser humano muestra cualidades animales
Ocasionalmente algunas personas tienden a permitirse pequeños hurtos. Esto se debe a que en vidas
anteriores fueron gatos. De igual forma, la naturaleza voluble y vacilante mostrada por algunas
personas puede ser atribuida a vidas previas como mono. La mente inestable es la característica de
los monos. Algunas personas son incurablemente ingratas e incluso se complacen en lastimar a
aquellos que los han ayudado. Ésa no es una característica humana. ¿Entonces cómo es que está
presente en el hombre? Esto es así porque en algún nacimiento anterior se debe de haber sido una
serpiente. La serpiente se distingue por inyectar su veneno incluso después de haber sido alimentada.
Siendo así, una persona que es ingrata debe de haber sido serpiente en alguna vida anterior.
Por lo tanto, se debe ofrecer como sacrificio en el altar de la mente la necedad, la propensión a
robar, la ingratitud y el orgullo. Éste es el yajna interior. Desafortunadamente, en vez de realizar
sacrificios de este tipo las personas sacrifican cabras y aves como ofrenda. Como resultado, las malas
cualidades continúan creciendo en el hombre. Precisamente para que elimine este perverso sentido
de ingratitud se le han recomendado los sacrificios externos como yajnas y yagas. Los yajnas nos
permiten promover y refinar las cualidades benéficas en el hombre.
Indra es la principal deidad que por lo general se invoca en el yajna; es la deidad que preside la mente,
la cual a su vez es el amo de los sentidos. En el yajna Indra es invocado debido a que los sentidos
tienden a dominar la mente, en vez de que éstos le sirvan. Indra tiene otro nombre, Puruhutha, que
significa aquel que es invocado con frecuencia. Rudhra es definido como el Señor Supremo, el
Ishwara de todos los indriyas (órganos de los sentidos). Cuando un hombre tiene dominio sobre sus
órganos sensoriales, se convierte en Ishwara. Si deseamos avanzar del estado humano al de Rudha,
debemos procurar hacerlo por medio del sadhana.
Propósito fundamental del yajna interior
El propósito fundamental del yajna sacrificio interior consiste en impedir que la mente se desboque
persiguiendo los caprichos y fantasías de los sentidos como un patético amo que obedece los
mandatos de sus siervos. Quien ha conquistado sus deseos se convierte en amo de este mundo y del
siguiente. El deseo es lo que hace a la gente dependiente de otras personas. Cuando no hay control
sobre los sentidos, el deseo 0crece impetuoso.
Los yajnas y yagas no se deben realizar con un interés egoísta. Se deben llevar a cabo para promover el
bienestar del mundo. Mucha gente presta atención a las características externas de los yajnas en vez
de enfatizar su significado interior. La gente preocupada con la forma externa de los yajnas ignora la
necesidad básica de lograr un control sobre sus sentidos, sin lo cual el sadhana espiritual resulta
superfluo.
Extirpen sin clemencia los deseos perniciosos
El individuo debe buscar constantemente deshacerse de las tendencias malignas. Los rasgos
malignos heredados que se encuentran enraizados en la mente deben ser ofrecidos en el altar
sacrificial. De estos rasgos, los peores son el odio y la envidia, que nacen de un intenso egoísmo.
Éstas son características del leopardo y no deberían encontrar cabida en el ser humano. Algunas
personas pretenden haberse sobrepuesto a la cólera, el odio, los celos y el orgullo. Los ardides
adoptados por tales personas no son más que los astutos trucos de la zorra; tan pronto como surjan
estos rasgos de tiempo en tiempo, deben ser desterrados inmediatamente. Lograr esto exige un yajna
interior continuo, no el yajna externo que se realiza sólo una vez al año y en algún lugar particular.
El yajna interior debe realizarse en todo momento, en todo lugar y bajo cualquier circunstancia. El
altar para este sacrificio se encuentra dentro de cada uno de nosotros. En cualquier momento que
surja un pensamiento o deseo pernicioso se le debe extirpar sin clemencia. La gracia divina se puede
ganar sólo por medio de una vigilancia continua y un esfuerzo constante. Sólo cuando se destierran
los rasgos perniciosos se puede manifestar la Divinidad en toda su gloria. Éste es el verdadero
propósito de los yajnas, permitir al hombre alcanzar la pureza necesaria para realizar a la Divinidad.
Auditorio Purnachandra, Prashanti Nilayam, 10-10-83.
26. La conquista de la mente
La investigación de la naturaleza de la mente revelará que ésta no tiene existencia aparte de los
pensamientos que surgen por medio de los órganos de los sentidos. Por esta razón, los sabios
declararon: “Sankalpa Vikalpathmakam Manaha” (Los pensamientos y las dudas constituyen la esencia
de la mente). Para tener a la mente bajo control tenemos que liberarnos de todo el proceso de
agitación mental. Si queremos bañarnos en el mar agitado por las olas, no podemos esperar hasta
que éstas se apacigüen. De igual manera, sería tonto esperar a que se detuviera la agitación de la
mente para experimentar ananda (felicidad divina).
La agitación es la naturaleza esencial de la mente. “Manana Sthithihi manaha”(el estado de
pensar y recordar es la mente). Ella adquiere una forma mediante la constante reflexión
acerca de las propias experiencias sensorias. Al relacionar las experiencias con el “yo”
considerado como el experimentador, surge la conciencia de un individuo distinto, es decir,
el ego. A partir de allí se desarrollan los deseos y con éstos la mente adquiere una forma.
Cuando una tela se deshila, sólo queda el algodón de que fue hecha; y si se quema éste, la tela
deja de existir. De igual forma, cuando se eliminan los deseos, el “yo” y la mente
desaparecen.
Se ha dicho que la destrucción de la mente es el medio para la realización de la Divinidad. Su
cesación se puede efectuar eliminando gradualmente los deseos, a la manera como se deshila
una tela. Finalmente, los deseos han de ser consumidos en el fuego del desapego.
Todo en el mundo está sujeto al cambio
Vean la vida como un largo viaje en tren. En el viaje no es bueno llevar equipaje pesado. En
el trayecto se encuentran diversas estaciones, como arthi (sufrimiento), artharthi (deseos por
los objetos), jignasu (anhelo por entender) y jñani (autorrealización). Entre menos equipaje se
lleve, más fácil y rápidamente se podrá pasar por las diferentes etapas y alcanzar el destino
final. En consecuencia, el requisito fundamental es erradicar los deseos.
Todo lo que existe en el universo posee una forma y un nombre. De éstos dos, el nombre es
el más importante. La forma está sujeta al cambio en todo momento. El Vedanta declara que
todo lo que se puede percibir está destinado a perecer; no hay nada en el mundo que no esté
expuesto al cambio. También el cuerpo del hombre atraviesa las etapas de la adolescencia, la
edad adulta y la vejez. Samsara (la vida mundana) es como un árbol con raíces, ramas, flores y
frutos; la mente es la raíz principal de ese árbol, y si se la destruye, el árbol se vendrá abajo
con todas sus ramas. Si desaparece la mente, también el sentido de separación se irá con ella.
Las acciones del hombre están relacionadas con los deseos y aversiones. Ellas son la causa
de sus alegrías y de sus penas. Siendo la mente el origen de estas acciones, el cultivo de
pensamientos puros y nobles tendrá como consecuencia que el individuo se ocupe de
acciones puras y nobles. Todos los males del mundo surgen de los pensamientos y actos
malignos del hombre. Sólo cuando éste se transforme la sociedad cambiará y el mundo se
reformará.
Nada se puede lograr sin fe en Dios
El hombre no utiliza sus órganos sensoriales de la manera correcta. Tiene ojos pero no ve lo
que es bueno; tiene oídos pero no escucha lo bueno. Sólo hay una manera de corregirlo: se le
tiene que enseñar el camino espiritual y ayudarlo a cultivar las virtudes de la verdad, el amor
y el sacrificio. Se le debe alejar de su búsqueda egoísta, así como de la arrogancia y el orgullo.
Su mente, que es la verdadera culpable, tiene que quedar limpia de todo mal. El hombre cree
en lo falso e irreal y desconoce el sabor de la verdad, la bondad y la belleza. Sólo cuando
dirija sus pensamientos hacia Dios y los aleje del mezquino oropel del mundo podrá alcanzar
la verdadera paz y alegría. No hay nada que el hombre pueda lograr si no tiene fe en Dios,
no importa la sabiduría o riqueza que pueda tener.
La educación moderna no enseña a los jóvenes lo que es esencial para hacer que sus vidas
valgan la pena y tengan sentido. Tienen la mente repleta con información inútil y saben muy
poco acerca de lo que es útil para la vida cotidiana. Incluso en el campo de la espiritualidad
existe un abismo entre el conocimiento verbal y la verdadera comprensión de la verdad
espiritual. La gente realiza repeticion de mantras, meditación y cantos devocionales, pero no
hay un entendimiento auténtico del propósito interior o de lo que se espera que logren.
Todos los seres vivos tienen en común los pancha bhutas (los cinco elementos básicos), los
pancha koshas (las cinco envolturas), los pancha pranas (los cinco aires vitales) y los pancha
indriyas (los cinco órganos de los sentidos). ¿Cuál es la forma de esto cinco elementos? ¿Cuál
es el poder que sustenta a las cinco koshas? El hombre no indaga en estas materias. Vive
continuamente en estas envolturas y funciona por medio de los órganos sensoriales, pero
¿cuál es el propósito de esta vida? ¿Cuál es el significado del nacimiento humano? Estas
preguntas no lo inquietan. Desde el amanecer hasta el anochecer se satisface adquiriendo
una u otra cosa y sólo se interesa por “mi casa”, “mi carro”, “mi ropa” y cosas por el estilo.
Viviendo en esta preocupación del “yo” y “lo mío”, no recuerda en absoluto la verdad básica
acerca de la Divinidad, que es la verdadera naturaleza del “yo”.
La mente es causa de la idea de “lo mío”
Cuando el hombre llama a su cuerpo “mi cuerpo”, ¿quién es el propietario o morador de él?
Si no es él el cuerpo o la mente, ¿qué es entonces? ¿Tiene algún sentido hablar acerca de “mi
cuerpo”, “mi mente” y otras expresiones similares cuando no hay una verdadera
comprensión de quién es él? ¿Tiene algún sentido tratar de adquirir diferentes posesiones sin
entender quién las está adquiriendo y para qué propósito?
Una vez que ha quedado claro que la mente es la causa de este sentido de “lo mío” y que
está constituida por deseos, entonces uno procurará alcanzar el estado de samadhi (estado
supraconciente de bienaventuranza en meditación) en el cual cesan todas las agitaciones de la
mente. Puede resultar difícil alcanzar ese estado de serenidad yóguica; una manera más fácil
de aquietar la mente consiste en concentrar todos los pensamientos en Dios. Cuando esto se
logra, se alcanza el estado de calma que viene en el sushupti (sueño profundo sin sueño). Se
trata de un estado de ecuanimidad en el cual se ve el dolor y el placer, la alegría y el pesar con
la misma indiferencia y sin ser afectado por ellos de manera alguna. Asímismo, se tiene que
experimentar la identidad del jivi (ser individual) y Brahman (Ser universal).
Auditorio Purnachandra, Prashanti Nilayam, 12-10-83.
27. Los yajnas y el predicamento humano
El deha (cuerpo), los indriyas (sentidos), el manas (mente) y el budhi (intelecto) son los instrumentos
por medio de los cuales funciona el hombre. La verdadera naturaleza del hombre se puede entender
sólo cuando se comprende el secreto de cada uno de estos instrumentos. ¿Cuál es el verdadero
carácter del cuerpo, la mente, los sentidos y el intelecto? Una vez que se conoce ese secreto,
podemos descubrir los medios para mantener a éstos bajo control.
El primer upadhi (instrumento) del hombre es el cuerpo. El significado etimológico de la palabra
dheha es dhayathi-ithi dheha (aquello que se quema). No sólo se refiere al hecho de cremar al cuerpo
después de la muerte; en realidad, el cuerpo se está quemando constantemente a causa de las
preocupaciones.
Al cuerpo también se le llama sharira, que significa “aquello que está sujeto a cambio y deterioro”. El
cuerpo pasa por muchos cambios de la infancia a la juventud y de la juventud a la ancianidad. Es
como una casa rentada. También se le describe como el tabernáculo de Dios, lo que significa que es
una morada sagrada. Constantemente se realizan esfuerzos para echar de la casa al residente, hasta
que finalmente la muerte lo desaloja. Otro nombre del cuerpo es kshetra (como se menciona en el
Bhagavad Gita), palabra que tiene muchos significados. Se le puede considerar como kavacham
(armadura), la cual protege al espíritu morador. Kshetra también significa aquello que es susceptible
de destrucción. También es campo (de acción).
Hagan del cuerpo un altar apropiado para la Divinidad
Si se considera al cuerpo como un campo, el dueño sólo puede cosechar lo que siembra. Si siembra
hechos sagrados, obtendrá una cosecha meritoria; si siembra acciones pecaminosas, levantará una
cosecha de pecados. Considerando al cuerpo como un altar, se le debe venerar como la morada
sagrada de la Divinidad. Los kshetras religiosos son lugares a los que se va en peregrinación debido a
que se asocian con la Divinidad, y dado que el cuerpo también es la morada de la Divinidad, se le
debe considerar como un kshetra.
En el templo del cuerpo está instalado el espíritu divino. Puede alcanzar pureza y santidad sólo
cuando se le purifica interna y externamente. Con el baño con agua se puede purificar el cuerpo
externamente, la lengua se purifica hablando con la verdad, el espíritu se vuelve puro por medio del
estudio y la penitencia, el intelecto adquiere pureza por medio de jñana (sabiduría espiritual). Así,
teniendo pensamientos puros, realizando acciones puras y practicando la meditación, el cuerpo se
tiene que convertir en un altar apropiado para la Divinidad. La pureza de mente, habla y cuerpo ha
sido descrita como trikarana shudhi (la triple pureza).
Al cuerpo no se le debe considerar simplemente como un conglomerado de los cinco elementos.
Desde una perspectiva externa puede parecer una estructura de huesos, carne, sangre y nervios. Mas
así como un templo no es únicamente un edificio compuesto de ladrillos y cemento, sino que es la
morada de la Divinidad, al cuerpo también se le debe contemplar como la morada del espíritu
divino. Por lo tanto, la principal obligación del hombre consiste en asegurarse de que el cuerpo no
caiga en prácticas equivocadas y sea así víctima de la falsedad y la maldad. Debe utilizarlo para
desarrollar sus más altas cualidades humanas y seguir el sendero divino. Con ese propósito se han
prescrito los yajnas, yagas y otros ritos religiosos.
No es fácil controlar algunos órganos
A continuación están los indriyas (órganos de los sentidos). Estos sentidos siguen sus propios
caminos y no se sujetan fácilmente a control o régimen alguno. Tienden a desviarse en alguna
medida. A estos sentidos se les llama matras. Matra significa aquello que mide o determina la calidad.
La lengua, por ejemplo, prueba algo y dictamina si es dulce o agrio. el ojo determina si algo es bello o
atractivo, etcétera. De esta manera, cada órgano sensorial del cuerpo humano juzga la calidad de los
objetos que experimenta. Otro significado de matra es aquello que observa ciertos términos o límites.
Consecuentemente, los indriyas poseen la cualidad de juzgar así como un límite. La nariz, por
ejemplo, sólo puede oler pero no puede realizar ninguna otra función. El propósito de la limitación
reside en que la nariz debe atenerse solamente a la función específica de oler lo que es puro y
fragante y rechazar lo que es impuro. Los oídos, por ejemplo, deben escuchar cuestiones puras y
santas y recibir lo que complace al corazón; no deben permitirse escuchar palabras que le causen
dolor al corazón o que afecten su pureza. Si al usar los oídos se viola esta regla y prestan atención a
cosas irrelevantes o a chismes dañinos, entonces se convierten en instrumentos de pecado.
La lengua, por su parte, está destinada a proclamar la gloria de Dios y a hablar con la verdad. Si en
vez de usarla para este propósito sagrado se la emplea para injuriar a otros o para causarles dolor, se
pervierte el propósito divino para el cual fue dada.
Abusar de los órganos sensoriales ocasiona aflicción
Debido a que los indriyas no se utilizan para los propósitos puros y sagrados para los que la
Divinidad los donó al hombre, se convierten en instrumentos para hacer muchas cosas dañinas.
Todas las desgracias y problemas que experimenta el hombre son el resultado del abuso de los
órganos de los sentidos. Es por ello que en el camino espiritual el individuo debe practicar el control
de los sentidos como su primera disciplina.
No importa qué tan rico, sabio o poderoso pueda uno ser, si se fracasa en someter a los sentidos a
control no será posible hacer un uso útil y digno del poder y la posición. Quien es esclavo de sus
sentidos muestra sus cualidades animales; quien los controla demuestra lo sagrado del nacimiento
humano. Los yagas y yajnas deben llevarse a cabo a fin de desarrollar las cualidades divinas en el
hombre y estimular la pureza de pensamiento, palabra y obra.
Entre las cualidades benéficas que el hombre tiene que cultivar, la más importante es thyaga
(sacrificio). Usualmente a thyaga se le equipara con la caridad y la generosidad. Hay una gran
diferencia entre la caridad y el verdadero sacrificio. Regalar cosas como tierras, vacas, oro, comida o
conocimiento constituye sólo un intento de compartir con otros lo que se tiene. Con este tipo de
regalos no se pierde mucho. En realidad, muchos de quienes nacen en la pobreza y la miseria en esta
vida están sufriendo las consecuencias de no haber practicado la caridad en vidas previas. Los
Shastras (ciencias morales) establecen que el rico debe compartir su riqueza con los desposeidos. Esta
forma de compartir es una obligación inherente al hombre, de acuerdo con los Shastras.
Samarasya (compasión) y samanvaya (unidad) hacia todos los seres han sido considerados como los
dos ojos del hombre. Sin embargo, thyaga trasciende la caridad y la compasión. Es la disposición para
compartir con una sonrisa las cosas que uno ama, incluyendo la propia vida. Es el verdadero
sacrificio; la clase de sacrificio que se considera como el medio para alcanzar la inmortalidad. Los
Vedas también han declarado que la paz proviene de thyaga. Aquellos que buscan la paz mental, la
paz del espíritu y la paz para el mundo, o bien la quietud de los sentidos, tienen que cultivar el
espíritu de sacrificio. Siempre se debe procurar ver la manera de utilizar la riqueza o los talentos,
conocimiento y cualidades propios para promover la felicidad de los demás.
Significado de anga-puja en la adoración ritual
En la rutina religiosa cotidiana, algunas personas tienen el hábito de realizar lo que se llama anga puja,
ofreciendo diferentes miembros de su cuerpo a la Divinidad. Sin embargo, si al pronunciar el mantra
“Nethram Samarpayami” (Ofrezco mi ojo) sólo ofrecen una flor, entonces omiten su verdadero
significado. Ese mantra significa que están ofreciendo su ojo para ver a la Divinidad. De manera
similar, en el Homa (ofrenda sacrificial en el fuego) se pronuncia el mantra “Hridhayam Samarpayami”
(Ofrezco mi corazón). El verdadero significado de este mantra es: “¡Oh Señor!, este corazón no es
mío, es tuyo. Hay un solo asiento en este corazón y está reservado para ti. No hay lugar en él para
nadie más, ni padre, ni madre, esposo o esposa o maestro; tú eres el único que puede ocupar mi
corazón. Acepta este corazón como tuyo”. En vez de expresar los mantras con esta fe, actualmente
el ritual se ha convertido en la ofrenda mecánica de una flor o cualquier otra cosa. Por consiguiente,
la adoración se vuelve una formalidad hipócrita.
Los yajnas se dirigen a la gente en todos los mundos
Hablamos del corazón como el trono del Señor pero asentamos en él a todos sin exepción. En
última instancia, ese trono se convierte en una silla musical. ¿Cómo se puede esperar que la
Divinidad venga y habite en tal corazón? Lo primero que se debe hacer es desalojar del corazón
todos los elementos malignos que residen en él. Al corazón se le compara con un loto, pero el loto
de nuestro corazón se encuentra infestado con insectos dañinos como el odio, la lujuria, la codicia, el
orgullo, el apego y la envidia. Mientras no sean desalojadas estas criaturas pestilentes y no se haya
lavado el loto con el agua del amor divino, el corazón no será apropiado para ofrecerlo a la
Divinidad. Durante la alabanza decimos: “Sudhodhaka samarpayami” (te ofrezco un baño en el agua
pura). ¿Cuál es esa agua pura a la que se hace referencia? Es el amor puro y no egoísta. Cualquier
ofrenda hecha a la Divinidad se debe realizar sin abrigar ninguna expectativa de recompensa o con
algún propósito egoísta, sino sólo para complacer a la Divinidad.
Thyaga se debe considerar como un yajna (gran sacrificio). Lo que ofrezcan debe estar dentro de sus
capacidades. La persona a quien se ofrece debe ser merecedora y capaz de hacer un uso adecuado de
lo que le es ofrecido. Hacer ofrecimientos que rebasan la propia capacidad a personas que no los
merecen o son incapaces de utilizarlos adecuadamente es como darle un juguete de oro a un niño o
como poner un cuchillo en manos de un lunático. Esto puede acarrear consecuencias indeseables.
Los rishis (sabios) que prescribieron los yajnas y yagas no pretendieron que fueran para el uso
exclusivo de alguna comunidad, país o época en particular. Estas disciplinas son válidas para
cualquier país y para cualquier gente en cualquier momento. La bendición final del yajna es “Lokah
Samasthah Sukhino Bhavantu”: Que todos los mundos sean felices.
Debemos conservar estos yajnas y yagas con las adaptaciones adecuadas a las diferencias de lugar y
tiempo. Lo esencial es apegarse al espíritu y propósito profundo de los mantras que se utilizan en los
yajnas. Cuando los yajnas se lleven a cabo de esta manera darán como resultado la purificación del
espíritu y nos conducirán a la realización de la Divinidad.
Auditorio Purnachandra, Prashanti Nilayam, 11-10-83.
28. Hacia la Divinidad mediante el sacrificio
Los fragantes y sagrados artículos que se ofrecen y las gemas preciosas que se depositan en el fuego
sacrificial son simbólicas de las ofrendas que el hombre debe hacer en la vida. Debe ofrecer a la
Divinidad un corazón puro y buenas cualidades como sathya, dharma, shanti y prema (verdad, rectitud,
paz y amor). El verdadero espíritu de dar a la sociedad y a la comunidad cosas tales como riqueza,
conocimiento y habilidades es el verdadero yajna. Sin espíritu de sacrificio, la realización de rituales
externos no tiene significado alguno.
La vida misma es yajna. Ofrendar la vida humana en el fuego sagrado de las obligaciones es un yajna
en sí mismo. El Deshacerse de las malas cualidades es otro. Todo individuo que busca llevar una
vida ideal para alcanzar bendiciones y lograr la autorrealización tiene que cultivar el espíritu de
sacrificio. El yajna es el camino que conduce del dolor a la felicidad, de la adversidad a la prosperidad
y de la oscuridad a la luz. La vida humana sólo tiene sentido cuando se basa en el sacrifico o en la
renunciación. Por medio de ellos no sólo puede volverse significativa sino que también se puede
alcanzar a la Divinidad.
La vida no sólo consiste en comer, dormir y cosas por el estilo. El Vedanta (esencia de los Vedas)
declara que el objetivo de la humanidad es Moksha (liberación de la esclavitud). ¿Qué es esta
esclavitud? No es la unión con la esposa y los hijos, la propiedad, los apegos y los odios. Aun el
sentimiento de “yo” y “mío” no constituye la esclavitud; es la ignorancia de la verdadera identidad lo
que constituye la esclavitud. El proceso de liberación se inicia con el intento por descubrir nuestro
verdadero ser. El yajna se propone revelar al hombre la verdad acerca de sí mismo para guiarlo a la
Divinidad.
El Señor es el que realiza y disfruta el yajna
Desde tiempos antiguos las concepciones equivocadas en relación con el propósito del yajna dieron
como resultado el sacrificio de seres vivos y, de esta forma, se olvidó su verdadero propósito. Al
yajna también se le llama Adhvaram. Dhvaram significa “matar”; adhvaram significa “no matar”; de ahí
que el significado interno de yajna es aquello en lo que no hay violencia. Todos los mantras utilizados
en los yajnas están enfocados a alcanzar ananda (bienaventuranza divina). Los yajnas deben conducir a
la bienaventuranza y a la autorrealización. Sólo cuando la importancia de los mantras sea
completamente entendida y experimentada habrá autorrealización.
El Señor es nombrado como Yajnapurusha. Es conocido como Yajnabhruth, es decir, el señor del
yajna. Él es el hacedor de todo lo que se realiza en ese ritual, por lo que su significado supremo
debiera ser obvio. Al Señor también se le conoce como uajnakrith y Yajnabhuk. Esto significa que él
es tanto el que realiza como el que disfruta el sacrificio. De esta forma, el Señor es el protector y el
destructor del sacrificio. Todas las cosas sagradas que se ofrecen en el fuego sacrificial, incluyendo
los mantras (fórmulas sagradas) y yantras (diagramas rituales) son aceptadas por él. Cuando la
ofrenda se hace con el mantra “Swaha”, ello significa que se está ofreciendo a la Divinidad. De ahí
que todo lo que se ofrezca debe ser puro, dulce y disfrutable.
Tenemos que considerar nuestro cuerpo como la plataforma sacrificial. La mente es el altar donde se
hacen las ofrendas, nuestros deseos representan el ghi que se vierte en el fuego sacrificial, nuestro
odio es el animal a sacrificar, nuestros conflictos mentales son las briznas de hierba kusha; nuestro
corazón es el fuego sacrificial. Es con estos elementos que la vida se debe convertir en un yajna
sacrificial. Cada pensamiento puro se debe ver como una samidh (vaca sagrada) que se ofrece en el
fuego.
El hombre debe ofrecer su corazón a la Divinidad
El significado esencial de yajna consiste en el espíritu de sacrificio. El conocimiento, la fortaleza o la
riqueza que no se usa para el bien de otros es inútil. El sentido del yajna es hacer que el hombre se de
cuenta de que todos los poderes que le son dados los debe ofrecer a su vez a la Divinidad para elevar
su propia vida.
Para realizar yajnas y yagas con el verdadero espíritu, no se requieren altares sacrificiales ni sacerdotes
especiales. El yajna externo es sólo un reflejo del interno. Realizando yajnas externos por medio de
rituales, prácticas religiosas y acciones rectas, se purifica el ser interno. En el momento del Purnahuthi
(consumación del yajna), se ofrecen muchos artículos y fragancias sagradas en el fuego sacrificial, lo
mismo que gemas preciosas como diamantes, rubíes, esmeraldas, etcétera y lienzos de seda pura.
Esto significa que el hombre debe ofrecer a la Divinidad su corazón puro y limpio de egoísmo y con
cualidades como rectitud, paz, amor, verdad, compasión y caridad para todos los seres.
Cultiven el discernimiento entre lo correcto y lo equivocado
En el mundo hay una gran cantidad de personas ricas, eruditos y científicos competentes, pero si
ninguno de ellos tiene compasión ni bondad, su riqueza o conocimiento no es de provecho. Sólo
cuando nos decidiamos a ofrecer todo lo que tenemos para buscar el bienestar del mundo y la
sociedad estaremos inmersos en el verdadero yajna. Sin fe en Dios ni espíritu de sacrificio, todas las
acciones resultarán en maldad.
En la actualidad el hombre ha hecho un progreso considerable en la ciencia y trabaja para alcanzar
erudición y diferentes tipos de habilidades. ¿Cuál es el objeto de adquirir todos estos conocimientos
si no se les da un uso correcto? El uso de estas cosas depende del carácter de la persona que las pose:
si es buena les dará un uso correcto; si es mala las usará nocivamente. Si la riqueza, el conocimiento
o las destrezas son manejadas por personas con rajoguna, estas serán utilizadas para fines
inconvenientes. Si las personas con tamoguna (cualidad de inercia e ignorancia) las manejan, las usarán
con fines meramente egoístas. Las personas con rajoguna más tarde o más temprano pueden
reformarse, pero las personas con tamoguna usan sus talentos y energía en actos antisociales y
pecaminosos.
Por lo tanto, el hombre tiene que cultivar fundamentalmente el sentido de discriminación entre lo
que es correcto e incorrecto. El “Gayatri” declara “Dhiyo yo nah pracho dhayath”. Es una plegaria
dirigida a la diosa Gayatri para iluminar nuestra mente. La oración favorita de Gandhi era “Sab ko
sanmathi dhe Bhagavan” (¡Oh Señor!, concédele buen juicio a toda la gente). Debido a la acción de las
mentes perversas en todos lados, el mundo sufre violencia, desorden y confusión.
En la actualidad mucha gente rica prefiere acumular su riqueza en vez de utilizarla en beneficio de la
sociedad y para aliviar la miseria de los pobres. Se comportan como un lobo en el pesebre. Es una
gran ocasión cada vez que alguien quiere vivir una vida útil y recta y decide comprometerse al
servicio de la sociedad destinando todas sus riquezas y energía para esparcir felicidad en la
comunidad. El hombre tiene que darse cuenta de que no existe mayor fuente de verdadera
bienaventuranza que la renunciación.
La gente acaudalada debe ayudar a los desvalidos
Observen a los árboles, los ríos y las vacas son un ejemplo supremo del sacrificio por el bien de los
demás. Los árboles crecen y producen flores y frutos para el placer de otros, y le dan sombra incluso
a aquel que los derriba; el río mantiene siempre su cauce para proporcionar el agua dadora de vida a
todos los seres vivos, las vacas ofrecen su leche, la cual está destinada para sus becerros. Si los
árboles, los ríos y las vacas pueden demostrar tales cualidades ejemplares de sacrificio, es deplorable
que el hombre, a quien le son inherentes, carezca de espíritu de sacrificio. Bharat ha tenido por siglos
la reputación de ser la tierra de thyaga, yoga y karma (sacrificio, comunión divina y acción correcta). Si
actualmente la gente nacida en tal país no tiene sentido de sacrificio es una vergüenza. La gente
educada y rica debería tratar de ayudar al débil, a los afligidos y a los pobres. Deben acudir a aliviar a
los enfermos y a los sufrientes. Aquellos que salen al exterior para obtener conocimiento deben
regresar a su país de origen y usar su conocimiento para construir la economía nacional y servir a sus
compatriotas.
Sirvan a la gente a su alrededor
En vez de cultivar las cualidades humanas superiores estamos desarrollando egoísmo y otros rasgos
indeseables. Muchos se empeñan en ver las faltas de los demás ignorando sus propios defectos. La
actitud correcta consiste en aprender de las buenas cualidades de los otros y corregir las faltas
propias. Si no les gusta alguna persona pueden apartarse de ella, pero no deben vituperarla. Cuando
apuntan su dedo señalando las faltas de otros, deben recordar que hay tres dedos apuntando a las
faltas de ustedes.
Hay muchos aspirantes espirituales y devotos que van a los ashrams a cultivar la compañía de los
ancianos y escuchar sus enseñanzas y se imaginan que han renunciado a todo. Sin embargo, si no
hay ningún cambio en su actitud mental o en su forma de vida, ¿cuál es el sentido de esta
renunciación? Si no se pueden deshacer de su envidia o sus gustos y repulsiones, ¿cuál es el objeto de
quedarse en un ashram?, Permitirse el chismorreo ocioso en vez dedicar su tiempo a cuestiones
espirituales es un abuso de la vida de uno en el ashram. Es más importante llevar a la práctica aunque
sea una o dos cosas buenas que uno aprenda de un preceptor, que escuchar discursos
interminablemente.
Su verdadera riqueza es la práctica de la virtud
¡Encarnaciones de la divinidad!: en este día auspicioso de Purnahuti, ofrezcan en el fuego sacrificial
de su corazón todos los defectos y malas cualidades como la envidia, la codicia y la antipatía y
resuélvanse a cultivar buenas cualidades. Toda la riqueza de que alardean no tiene valor; la verdadera
riqueza es la práctica de la virtud. El buen carácter es el verdadero conocimiento. Este conocimiento
es de una riqueza tal que no disminuirá por más que lo usen y nadie se lo puede robar.
Hoy este yajna ha llegado a su fin. Esto debe significar que nuestro espíritu de sacrificio ha alcanzado
su cumplimiento. De ahora en adelante desarrollen amor universal y dedíquense al servicio de la
sociedad. La vida se está consumiendo constantemente. Utilizar todos sus recursos para el bien de
los demás es la forma de experimentar la verdadera bienaventuranza. No importa cuáles hayan sido
los errores del pasado, empiecen una vida nueva de dedicación y devoción desde hoy. Hagan el
mejor uso de la atmósfera sagrada prevaleciente en el ashram y comprométase en su práctica
espiritual y ayuden a la gente cercana a ustedes.
Los bendigo en este día de Purnahuthi para que encuentren la realización convirtiéndose en
personalidades integradas, disfrutando la bienaventuranza pura.
29. Unidad es divinidad
¡Encarnaciones del Espíritu divino!: el antiguo proverbio “todos los caminos conducen a Roma” se
ha justificado hoy. No carece de significado el hecho de que gente de muchos países se haya
reunido en esta ciudad histórica; dense cuenta de que hoy han venido aquí para aprender cosas que
nunca han escuchado anteriormente y para obtener inspiración de nuevos ideales acerca de la
aventura humana.
Esta conferencia no se ocupa de ninguna religión, nación, raza, casta o individuo en particular; está
dirigida a revelar la verdad esencial que subyace en todas las escrituras y a procurar la paz y el
bienestar de toda la gente por medio del establecimiento de la verdad y la rectitud.
Todo el género humano pertenece a una religión, la religión del hombre. Para todos los hombres
Dios es el padre; como hijos de un solo Dios todos los hombres son hermanos. En consecuencia,
esta conferencia es una reunión de hermanos, no de nacionalidades o religiones; es un encuentro de
mentes, no se refiere a ninguna cultura o filosofía. Se interesa por la forma de vida divina que está
implícita en todas las enseñanzas de todas las religiones, su propósito consiste en ver la unidad en la
Divinidad.
Todas las religiones proclaman la Divinidad única
La verdad básica en todas las religiones es una y la misma, independientemente del país o la raza.
Las ideas filosóficas o las prácticas y métodos de enfoque pueden variar, pero la meta y el objetivo
final es sólo uno. Todas las religiones proclaman la unidad de la Divinidad y predican el cultivo del
amor universal sin consideración de la casta, el credo, el país o el color. Aquellos que ignoran esta
verdad básica desarrollan orgullo y ego a propósito de su propia religión. Tales personas crean una
gran confusión y caos al fragmentar a la Divinidad. Confinar y dividir a la Divinidad infinita en
compartimentos tan estrechos es hacerle traición. La base de una vida espiritual sustentada en Dios
es el espíritu que mora en el interior, el Atma. El cuerpo es la casa del Espíritu.
La vida en sociedad también se debe conformar a esta base espiritual. Sin embargo, el hombre basa
su vida en la creencia de que sólo el cuerpo es real. Se le tiene que enseñar acerca del Espíritu para
liberarlo de ese error. La humanidad se tiene que dar cuenta de que tanto el individuo como la
sociedad son manifestaciones de la voluntad divina y de que la Divinidad impregna el universo.
Sólo cuando el hombre reconozca esta verdad podrá deshacerse de su ego y llevar una vida de
devoción al deber. La sociedad no debe convertirse en una gallera de personas egoístas, sino en una
comunidad de individuos guiados por lo divino.
Con el progreso de la ciencia el hombre imagina que es el señor del universo y tiende a olvidar a la
Divinidad. Aunque el hombre ha llegado a la luna y está explorando el espacio exterior, si considera
los innumerables misterios y maravillas de la creación aún desconocidos verá que están más allá de
la limitada capacidad de la mente y la inteligencia. Entre más vaya descubriendo los secretos y
misterios del cosmos, más se dará cuenta de que Dios es el creador y motivador de toda la creación.
Todas las religiones están de acuerdo en esta verdad. Todo lo que puede hacer el hombre es
esforzarse mediante su limitado conocimiento e inteligencia para comprender a la invisible e infinita
Divinidad y aprender a reverenciarla y adorarla.
El servicio a la sociedad promueve la unidad
En vez de tomar conciencia de su divinidad innata, el hombre está atrapado en la prisión de sus
logros materiales. Como ser viviente, él mismo es más grande que todo su progreso tecnológico y
científico por estar dotado con la conciencia divina. Al optar por considerar sólo al mundo material
como real, posiblemente alcance por algún tiempo una sociedad material, científica y
tecnológicamente próspera. No obstante, si en el proceso se desarrollan –como suele acontecer– el
egoísmo, la codicia y el odio, la sociedad se destruirá a sí misma. Si, por el contrario, el hombre
toma conciencia de su divinidad esencial, la humanidad puede construir una gran sociedad basada
en la unidad y el apego al principio divino del amor. Este profundo cambio se debe iniciar en la
mente de los individuos. Cuando cambien los individuos cambiará la sociedad y cuando cambie la
sociedad el mundo entero cambiará. La unidad es el secreto del progreso social y el servicio a la
sociedad es el medio para promoverlo. En consecuencia, cada uno debe consagrarse al servicio con
espíritu de dedicación.
Se debe tener en claro que la comodidad material no es el único objetivo de la vida social. Una
sociedad en la cual los individuos están interesados únicamente en el bienestar material no podrá
alcanzar la armonía y la paz; y aun si se logra, será sólo una armonía parchada, ya que en una
sociedad así el fuerte será opresor del débil. Ni siquiera una distribución igual de los dones de la
naturaleza podría asegurar nada más que una igualdad nominal. ¿Cómo podría una distribución
pareja de los bienes materiales lograr una igualdad en los deseos y habilidades? Es por ello que los
deseos deben ser controlados mediante el desarrollo del enfoque espiritual, apartando la mente de
los objetos materiales y dirigiéndola a la Divinidad asentada en el corazón de cada individuo.
La experiencia divina es inherente a la naturaleza humana
Una vez que se reconoce la verdad acerca del espíritu que mora en el interior, nace la conciencia, de
que el mundo es una familia. Entonces el individuo se llena de amor divino, el cual es la fuerza
directriz de sus acciones. De la persecución de los deseos interminables el hombre cambia hacia la
búsqueda de la paz y la ecuanimidad. Al convertir el amor por las cosas materiales en amor por
Dios, uno experimenta a la Divinidad. Esta experiencia no es algo que esté más allá del ser humano;
de hecho es parte inherente de la naturaleza humana. Es el secreto de lo humano y su divinidad.
Cualquiera que sea la religión que profesen, todos deben cultivar el respeto por otros credos. Aquel
que no tenga una actitud de tolerancia y respeto por la religión de otro no es un verdadero seguidor
de su propia religión. No basta conseguir estrictamente las prácticas de su religión, también se debe
tratar de ver la unidad esencial de todas las religiones. Sólo entonces podrá experimentar el hombre
la unidad de la Divinidad. No debe haber ningún tipo de coerción o compulsión en la esfera de lo
religioso; los asuntos religiosos se deben discutir con calma y desapasionadamente. No abriguen el
sentimiento de que la religión de uno es superior y la de los demás inferior. Los conflictos basados
en la religión deben ser totalmente eliminados. Dividir a los hombres por motivos religiosos es un
crimen en contra de la humanidad.
Actualmente el hombre se imagina que sabe todo acerca de la naturaleza y el universo; mas, ¿de qué
le sirve todo este conocimiento si no se conoce a sí mismo? Sólo cuando se conozca tendrá la
posibilidad de saber la verdad acerca del mundo externo. La realidad interna del hombre no se
puede descubrir explorando el mundo exterior. Cuando vuelva su visión hacia el interior y conozca
su divinidad esencial, adquirirá un enfoque de igualdad hacia todos los seres y experimentará la
bienaventuranza que va más allá del entendimiento.
Mensaje al simposio internacional “Unidad es Divinidad”, celebrado en Roma el 30 y 31-10-83.
30. Bienaventuranza perpetua
¿Quién puede atribuirle una forma a Él,
que está más allá de todos los límites y formas?
Uno sólo puede reír de aquellos que balbucean
que Él es esto o aquello o lo de más allá.
No tiene manos ni pies, ni miembros o partes;
¿cómo pueden entonces describirlo los humanos?
Su refulgencia es la de mil millones de soles más;
¿cómo puede la mente esperar alcanzarlo?
Es fuerza sin forma; a comprenderla toda;
¿quién puede aventurarse?, ¿quién puede cantar victoria?
Es Atma, sin forma fija, desde que el tiempo empezó,
iluminando el espacio y la vastedad ilimitada.
Él, el siempre existente, sin nacimiento, sin muerte,
sin principio, medio ni final,
no nacido, sin ocaso, inmortal.
Él es el Atma, el Infinito, el Eterno Supremo.
¡Encarnaciones del amor!: este día, desde el amanecer ha estado resonando en cada par de labios la
frase “feliz cumpleaños”. ¿Qué significan exactamente estas palabras? ¿Se emplean con
conocimiento de su significado o se dicen como una forma convencional de la etiqueta social?
Tales son las dudas que surgen.
La palabra feliz se dice en télegu santhosham. Tenemos que investigar las implicaciones de esta
expresión. Thosham significa prasannatha (deleite); el prefijo sam denota que el deleite o placer ha sido
ganado por medios honorables y rectos, es decir, con desapego y sacrificio.
Cuando desaparece el descontento se establece el deleite
El individuo tiene que deshacerse de los deseos que esclavizan y encarcelan y traen dolor tras de sí.
Los deseos se pueden agrupar bajo dos encabezados: el deseo por un objeto o experiencia que
nadie más ha tenido y el deseo de que el objeto o experiencia que uno ha tenido no lo obtenga por
nadie más. Ambos son verdaderamente ridículos. Lo deseado es tan ilusorio como la propia
sombra: entre más rápido corran hacia ella tratando de capturarla, más se aleja de ustedes. Cuando
persiguen el deseo, los evade; cuando lo desprecian, se somete como la sombra que los sigue si le
vuelven la espalda. Los deseos nacen de la codicia; cuando ésta se va debilitando progresivamente,
el descontento declina en igual medida, y cuando desaparece el disgusto, se establece el deleite.
Prahlada, tal como lo declara el texto del Bhagavata, estaba establecido en la fe en el dios Narayana y
su realidad universal y absoluta. En cambio, su padre, Hiranyakashipu, era atraído por las formas
externas y los nombres limitantes. Por consiguiente, Prahlada se hallaba establecido en ananda
(bienaventuranza) dondequiera que estuviera y en cualquier circunstancia. Hiranyakashipu siempre
estaba preocupado y ansioso, atrapado en la multiplicidad de nombres y formas.
Aquellos que están en la bienaventuranza que Prahlada tenía mantendrán un aura a su alrededor y
un resplandor en sus rostros. La gente obtendrá alegría con sólo ver sus caras y anhelarán tener esa
experiencia una y otra vez. Las caras de los preocupados y los ansiosos infectarán a otros con
sentimientos similares.
En el sueño el hombre se halla en su centro original
Mientras que la ansiedad le roba al individuo su fuerza, el deleite lo dota con un gran poder. El
verdadero gozo no puede adquirirse por el esfuerzo o producirse de manera artificial, ni tampoco
mantenerse por decreto. No hay un curso de sadhana que se pueda prescribir para capacitar a
alguien en obtener ananda, ya que de hecho cada uno es su encarnación, pero como se ha fallado en
identificar la propia verdad, se la busca en el exterior en los objetos que nos rodean. Para aquellos
que se han dado cuenta de que son el Atma eterno, verdadero y puro, ananda siempre es accesible.
Ananda es Brahman. El Bhagavad Gita enseña esta verdad de muchas maneras. El mismo nombre
Prahlada está impregnado de él. Hladha significa “lleno de bienaventuranza” y el prefijo pra indica
que ananda es completo; Prahlada significa “lleno de bienaventuranza”, una persona llena de ananda.
¿Cómo pudo Prahlada lograr ese estado? Él se deshizo de su apego por su nombre y forma y buscó
el Atma como la única realidad, identificando a ésta con Narayana.
Todo individuo tiene el privilegio de probar esta bienaventuranza durante sushupthi (sueño
profundo). En ese estado no es conciente de nombre ni forma y ninguno de sus sentidos funciona.
Por consiguiente en ese momento está lleno de bienaventuranza, su esencia original, su verdadera
naturaleza. Ésa es la razón que lo lleva a buscarla sin descanso desde el momento en que se levanta
hasta el momento en que se va a dormir, inconciente de su fuente interna que es su origen
inagotable y empeñándose en perseguir conocimientos y habilidades para ganarse la vida.
El conocimiento, el poder, la riqueza y el rango social sólo pueden garantizar placer y alegría
mundanos. Naturalmente, cualquiera que sea el grado o naturaleza de ese gozo se debe estar
conciente de que es un amsha (partícula) del ananda supremo de la conciencia átmica, el impacto de
Brahma ananda (la vastedad ilimitada). La mansión de un millonario puede dar muchas evidencias de
su riqueza, pero cada una es una partícula de la gracia de Lakshmi (diosa de la prosperidad). El
hombre puede obtener felicidad de su enorme riqueza, su profunda erudición o su habilidad física,
pero en realidad cada una de ellas es un rayo que emana de Brahmananda. El rayo es reflejado de
distinta manera por diferentes medios, pero la fuente y la esencia primaria son una.
El anhelo de saber es el signo de Chit
Ananda (bienaventuranza suprema) es inmanente en todas las cosas de la creación, puesto que
ananda es Brahman (el Absoluto Universal). Todo es sat (ser), chit (conciencia) y ananda
(bienaventuranza), es decir, divino. Todo es, y esa cualidad es el sat (el ser) capaz de llegar a ser.
Después está chit (conciencia): la capacidad de conocer y ser conocido, tener y admitir conciencia es
chit. Cuando llevamos a un niño a una feria, al mercado o a una exhibición nos hace una
interminable serie de preguntas: “¿Qué es eso?”, “¿Por qué es así?” “¿Cómo se llama?” Este anhelo
por saber es el signo de chit.
A pesar de que vemos a tanta gente que muere a nuestro alrededor y que escuchamos hablar de
muchas otras muertes, a pesar de que presenciamos la miseria y el sufrimiento de tanta gente,
anhelamos una vida sin dolor y sin muerte. Gastamos fortunas para alargar nuestras vidas; ése es el
anhelo de sat en nosotros. El otro anhelo, el de conocer, es la expresión de chit en nosotros. La
tercera prueba de nuestra divinidad innata es el impulso que tenemos por ananda. Todos, sin
excepción alguna, son motivados por este vivo deseo de ananda.
No obstante, estos anhelos poseen dos aspectos cada uno: la impresión (interno) y la expresión
(externo). Por ejemplo, sat posee el ser y el llegar a ser. El proceso de llegar a ser es lo que se pide
en la oración “Gayatri”: despierta mi intelecto, eleva y expande mi conciencia (prachodayath). El
llegar a ser se da por medio de la expansión, manifestando mayor variedad y amplitud de formas. El
Upanishad declara: “Él es todo lo que existe, tanto adentro como afuera”. “Anthar-bahishcha thath
sarvam vyapya Narayano sthithah”(Narayana impregna todo esto interna y externamente). Él lanzó su
mirada y todo sucedió.
El llegar a ser es un reflejo de la voluntad que impulsó al ser. Así que el ser es el llegar a ser. Éste
cambia de es a fue; es inestable, mientras que el ser es estable. El ser es la pantalla y el llegar a ser es
las imágenes que se proyectan sobre ella. Si no hay imágenes ¿quien se muestra en la pantalla?; si no
hay pantalla, ¿cómo ver las imágenes? Lo fijo y lo transitorio son mutuamente dependientes de una
manera inextricable.
La pureza de mente basta para obtener la gracia divina
El mundo objetivo no es otra cosa que una serie de imágenes momentáneas que inciden en la
mente. Ésta se encuentra activa durante la etapa en que el cuerpo deambula. El cuerpo se construye
con anna (alimento), se mantiene con anna y se desintegra mediante anna; tiene cinco envolturas, la
más externa es anamaya kosha (envoltura de alimento); también se le conoce como sthula (cuerpo
denso). Las tres envolturas siguientes, pranamaya (aire vital), manomaya (mente) y vijñana (intelectual)
forman el cuerpo sutil (sukshma). Éste permanece activo también durante la etapa de sueño. La
quinta y más interna es ananda maya (éxtasis, bienaventuranza), el karana (cuerpo causal).
La expresión del anhelo de ananda es como el amor y el deleite. El deleite es el producto y la
proyección del amor. La expresión de chit es conciencia, la expresión de sat es llegar a ser. La
Divinidad es la unidad que se manifiesta en la diversidad, el Uno como muchos. El Uno es tanto la
causa activa como la causa material de los muchos. El Uno es inherente en la diversidad y brilla en
los muchos en que se ha convertido. El Uno es la fuente del más alto y perdurable ananda.
Brahmananda es natural al hombre, su fuente prístina
El ananda que alcanzamos cuando apaciguamos el hambre comiendo es de breve existencia. En
poco tiempo el apetito nos vuelve a afligir. Si comemos con exceso un platillo nos produce náusea,
por sabroso o dulce que esté. Se dice que el ave mitológica chakora se alimenta sólo de la luz de la
luna, pero podemos estar seguros de que el exceso seguramente la indigestaría. Aun el néctar llegará
a hartarnos si continuamos ingiriéndolo indefinidamente.
Brahmananda, sin embargo, es diferente, ya que le es natural al hombre como su fuente y sostén. El
propósito del esfuerzo humano, en su progreso espiritual etapa tras etapa, consiste en alcanzarlo.
Poner a un pez en una charola dorada y adornada con gemas resulta miserable, pues éste carece de
ananda por no tener agua; ese elemento es su hogar, su verdadera fuente y sostén. De igual forma el
hombre debe alcanzar su hogar original, no importa qué tan lejos se encuentre de él. Thyagaraja
cantó: “Las aves grandes y pequeñas buscan un árbol donde descansar antes de caer la noche.
Mantengo asidos tus pies; ¡sálvame, oh Rama!” El Bhagavata es más explícito: “Para todo ser
viviente el mejor camino es alcanzar la fuente en la que se originó”.
Recuerden constantemente: “Yo no soy distinto a Dios”
En la tierra existen vastas corrientes. ¿De dónde proviene el agua? Del océano por supuesto.
Consideren los impedimentos que tienen que sortear las corrientes antes de poder alcanzar la
fuente. La vasta corriente de la vida humana tiene su origen en Brahmananda y tiene que alcanzar la
fuente en la que se originó. Para tener éxito el hombre debe hacer acopio del éxtasis de Brahamanda
a cada momento y en toda actividad.
Thyagaraja se solazaba en el ananda que la poesía, la música y la erudición pueden aportar pero,
debido a que el ananda que puede conferir el aprendizaje es susceptible de debilitarse, lo consideró
sólo como una partícula o anticipo del Brahmamanda que buscaba; deseaba el ananda proveniente de
la dicha universal eterna, el Nirguna Ananda Brahman. Ese ananda es la realidad del hombre, ya que el
hombre es Dios.
Dios no está distante ni es distinto de ustedes. Ustedes son Dios; son asthi (ser), bhati (conciencia),
priyam (bienaventuranza); son Sat-Chit-Ananda,son todo. ¿Cuándo reconocen esta verdad? Cuando
se deshacen de las ilusiones que esconden la verdad. Si su anhelo por experimentar Brahmananda, el
Sat-Chit-Ananda, es sincero y puro, mantengan desde hoy en su memoria lo que les voy a decir:
1. “Yo soy Dios; no soy diferente de Dios”. Siempre sean concientes de esto; manténgalo en su
mente. “Yo soy Dios; yo soy Dios. No soy diferente de Dios”. Recuérdenlo constantemente. Oren
para no fallar en este sadhana.
2. “Yo soy Akhanda Para Brahman” (el Indivisible Supremo Absoluto). Ésta es la segunda verdad
que deben establecer en la conciencia por medio de la repetición incesante y la oración.
3. “Yo soy Sat-Chit-Ananda” (Ser, Conciencia y Bienaventuranza).
4. “El pesar y la ansiedad nunca pueden afectarme”. Desarrollen esta fe y convénzanse de esta
verdad por medio de su firme repetición y oración.
5. “Siempre estoy contento; el temor nunca entra en mí”. Mantengan este sentimiento siempre.
Oren para que esta convicción sea cada vez más grande y fuerte. Díganse a sí mismos “Om Tath
Sath, Om Tath Sath”, el símbolo triple de Brahman. Así como el cuerpo físico se mantiene fuerte y
saludable con los cinco pranas (aires vitales), estas cinco oraciones les otorgarán la conciencia de
Brahman, lo cual equivale al estado de Brahman mismo.
Ananda es la meta que nunca deben perder de vista
No se rebajen ni condenen a sí mismos como bajos, pequeños o débiles. El cuerpo no es otra cosa
que el vehículo para el viaje a través de la vida; no lo confundan con su ser ni asumansus altibajos.
Ustedes compran un automóvil y lo poseen para usarlo, no para mantenerlo bajo llave en la
cochera. Al carro-cuerpo debe dársele el mejor uso para alcanzar Brahmananda . Las cuatro metas de
la vida humana, dharma, artha, kama y moksha (rectitud, ganancias rectas, deseo recto y liberación de
las ataduras mundanas), son las llantas del vehículo, el volante que las gobierna es la mente, el budhi
(intelecto) es el interruptor de arranque, el aire que llena las cámaras de las llantas es la fe y el
destino es ananda.
Ananda es el aliento que sostiene a la vida. Esa es la meta que deben tener siempre en mente
mientras navegan en el océano de la vida. Aun el más pequeño rastro de ananda que se obtiene no
es sino un reflejo de Brahmananda. Deben mantener esto en mente. Cualquier cosa que se haga, se
diga o se vea, no es más que la inspiración de Brahman, que es la realidad de cada uno. Tengan fe
en este hecho.
Para desarrollar y profundizar esta fe se pueden emprender ciertas prácticas espirituales. No se
sientan separados de Dios ni lo consideren como el dador y ustedes como el receptor. Eso huele a
trueque comercial. Es un error formular planes para obtener la realización de un deseo como pago
por lo que hacen. Dios no prestará atención a su codicia material; él ve el corazón y su contenido.
Los creyentes que regatean con él y claman por bienes mundanos no lo entienden, de ahí que desde
tiempo inmemorial hayan sufrido miserias. La Divinidad busca y recompensa sólo cualidades,
virtudes y conducta divinas.
La virtud más alta es la humildad
El cuerpo es transitorio y el placer que busca y obtiene es igualmente transitorio. El ananda que uno
obtiene por medio de la meditación en el Atma es tan duradero como él mismo. Cuando Dios
asume un cuerpo, éste también es inafectado como el Atma. Nada puede conferir ananda en igual
medida que la virtud; ni la riqueza ni el poder material, ni la fama, ni la erudición. La virtud más alta
es la humildad, entréguense a Dios. La gente se refiere a aquellos que no tienen quien los cuide
como huérfanos, pero Dios cuida de todos. Siendo así, nadie puede ser huérfano. Sólo Dios es
anatha (huérfano) pues, ¿quién puede decir que es guardián de Dios?
Dediquen sus pensamientos, palabras y obras a Dios. No consideren algunas de sus actividades
como hechas para Dios y otras hechas para ustedes mismos. Ambos son como las dos mitades de
un grano. La planta germina a partir de la mitad de la semilla, pero extrae igualmente el sustento de
las dos mitades. Lo alerta y lo inerte, lo viviente y lo no viviente, lo que se mueve y lo que no se
mueve, todo es Dios. Fortalezcan esta fe, vivan en esta fe. Ésta es la prescripción para el
Brahmananda.
Discurso de cumpleaños, Prashanti Nilayam, 23-11-83.
31. Sean ejemplo de los ideales de Sai
¡Hijos del Eterno!: ustedes no son montones de carne, son encarnaciones del Eterno, son
depositarios de la bienaventuranza, sus corazones son altares de la Divinidad. La naturaleza entera
es su jardín de juegos; todas las cosas que hay ahí son sus juguetes. Véanse a sí mismos como amos
del universo y no como sus esclavos. Mientras permanezcan atados a sus deseos no podrán escapar
y estarán sujetos al mundo material. Con todas sus habilidades, Ravana no se pudo salvar del
desastre porque era esclavo de sus pasiones. Una vez que se rinden a la Divinidad, la naturaleza se
convierte en servidora de ustedes.
Los niños y las niñas de hoy deben darse cuenta de esta verdad básica. Ellos son el futuro de la
humanidad, son los guardianes de la cultura de la nación. La grandeza y prosperidad del país
depende de ellos. El futuro de la nación será determinado por la manera en que se formen las vidas
de los jóvenes. Hoy el mundo está hundido en el caos, la violencia y la maldad. Le corresponde a la
gente joven ver que esas fuerzas demoniacas sean derrotadas.
Para lograr cualquier objetivo se necesitan dos cosas: krishi (esfuerzo individual) y kripa (gracia
divina). Son como los polos negativo y positivo de un imán. Si sólo existe la gracia divina pero no
hay el esfuerzo adecuado por parte del individuo, no se puede lograr el objetivo. La gracia divina
siempre está ahí, tenemos que ir muy lejos para encontrarla. Los esfuerzos que se requieren para
ganarla se llaman sadhana.
Los niños deben aprender a admitir sus errores
Toda persona debe poseer cuatro cualidades: shanti (paz), sathya (verdad), nirahamkara (ausencia de
egoísmo) y ausencia de asuya (envidia). Estas cualidades son esenciales. Todas están bañadas por el
amor. Estas cualidades no se adquieren mediante el estudio o de algún profesor, ni como un regalo
obsequiado por alguna persona; sólo se pueden adquirir por el esfuerzo propio. Estas nobles
cualidades se tienen que desarrollar desde la infancia. Sólo de esa manera serán firmes en los años
posteriores.
La primera cualidad es Sathya. “Sathyameva Jayathe” dice el Upanishad (“Sólo la verdad triunfa”).
¿Qué es esta verdad? Es la adherencia a lo que es cierto en pensamiento, palabra y obra. Con
frecuencia surgen numerosas situaciones adversas que hacen difícil esa adherencia. Por ejemplo, los
niños, debido al temor al castigo o al regaño de los padres o maestros, caen en falsedades, evitando
admitir la verdad. En su momento esta tendencia vicia su vida entera y los hace llevar una doble
vida. Por consiguiente, teniendo en consideración su futuro deben aprender a admitir sus errores
desde la infancia y a hablar con la verdad. No hay nada de malo si sus padres o maestros los
castigan por sus travesuras. Gracias a estas medidas correctivas aprenderán a comportarse de
manera conveniente en años posteriores.
Si ustedes aprenden a hablar con la verdad desde el principio, lo encontrarán muy fácil; pero una
vez que empiezan a mentir es muy difícil regresar al hábito de la verdad. De ahí que cuando aún
son jóvenes y sus mentes y corazones están puros y no contaminados deben cultivar el hábito de
apegarse a la verdad. Hablando siempre con la verdad, sus mentes se llenarán de buenos
pensamientos.
No deben renunciar a la verdad, no importa las dificultades que encuentren, no importa los
problemas o pruebas con que tropiecen en el camino. Ésta es la lección que se debe aprender de la
inspiradora historia de Harishchandra, quien alcanzó fama inmortal por su disposición a sacrificar
todo por sostener la verdad. La prosperidad material o la posición de autoridad pueden ir y venir,
pero la reputación que dan la honestidad y la integridad durarán siempre. Si instalan a la verdad y a
la rectitud en sus corazones, sus vidas estarán plenas de significado y dignidad.
Libérense de la envidia
Después de la verdad, deben cultivar la paciencia. Ésta les otorga la fortaleza para enfrentar “las
hondas y las flechas de la atroz fortuna”. Un hombre sin paciencia sucumbe fácilmente ante los
reveses y las dificultades.
Junto con la verdad y la paciencia, deben cultivar estar libres de asuya (envidia). La envidia es
como la plaga que ataca a la raíz del árbol: puede destruir la vida entera. Podemos disfrutar de
muchas cosas en la vida –conocimiento, riqueza, posición, poder y cosas similares– pero si el virus
de la envidia entra en nuestras mentes, puede contaminar todo. No debemos dar cabida a la envidia
ni en los asuntos más pequeños. Si un compañero de escuela tiene mejores calificaciones, no deben
sentir envidia. Si otros hacen las cosas mejor, se deben sentir felices en vez de permitir que la
envidia los consuma; si alguien se viste mejor o es más rico, deben sentir que está disfrutando lo
que posee y ustedes sentirse contentos y felices con lo que tienen. Estar libre de envidia es una
cualidad divina. Los hace sentirse felices por la felicidad o el éxito de otros.
Hagan sacrificios por los que están necesitados
Después tenemos la disciplina. Sin ella, sus vidas se verán acosadas por los peligros. Los niños de
las instituciones educativas Sathya Sai deben dar ejemplo de disciplina; en grandes reuniones deben
observar orden y silencio y contener su entusiasmo. Si los menores que han pasado el curso de
Educación Espiritual Sai se dejan llevar por el chismorreo y aplauden con frecuencia, desacreditan
ese programa educativo. Cualquiera que sea la situación, ustedes deben observar una disciplina
estricta y obedecer las órdenes de sus maestros y mayores. También deben aprender a hacer
sacrificios por el bien de los que están necesitados. El sacrificio significa ayudar a otros en la medida
de sus propias capacidades. Si no están en posición de ayudar a otros, cuando menos deben evitar
hacerles daño. Desechar la tendencia a lastimar a otros también es una forma de sacrificio.
Los que están en el poder actualmente se empeñan en muchas actividades con las que imponen
cargas y ocasionan injusticias a la gente; pero hacen muy poco para proporcionar ayuda para el
mejoramiento de los niños. Hasta los así llamados países desarrollados están gastando millones de
dólares en todo tipo de proyectos, pero no les dan suficiente atención a la salud y bienestar de las
generaciones más jóvenes. Tratan de explotar a los jóvenes de una u otra forma para satisfacer sus
propios fines egoístas sin importarles el futuro a largo plazo de estos niños. Lo que gastan estas
grandes potencias en armamento en una semana sería suficiente para dar bienestar a cientos de
miles de niños en un año.
Los niños tienen corazones tiernos
Es extremadamente importante cuidar la salud de los niños. La buena salud es la base para
cualquier cosa en la vida. Las condiciones de los niños en los países atrasados son deplorables: la
mayoría carecen de alimento, ropa apropiada y un techo bajo el cual vivir, están mal nutridos y
débiles y sufren muchas enfermedades. En los países del tercer mundo mueren mil niños todos los
días a causa de la desnutrición. Deseo que la gente acomodada haga algo para ayudar a estos niños
infortunados; no debe estar satisfecha con su propia prosperidad y bienestar. Los ricos tienen una
obligación hacia los menos afortunados; deben acudir en ayuda de los pobres y los débiles, mas no
con un espíritu de condescendencia o de estarles haciendo un favor; deben ofrecer su ayuda con
simpatía y camaradería genuina, considerando esa simpatía y compasión como un objetivo
fundamental para una vida llena de sentido.
¡Queridos maestros!: cuando enseñen a los niños recuerden que están comprometidos en una noble
tarea para el bienestar de los pequeños que les han sido confiados. Deben sentir que se están
educando ustedes mismos cuando educan a los niños. Por ejemplo, cuando les imparten algún
conocimiento su propia comprensión de la materia mejora. Incluso cuando estudian libros para la
enseñanza de los niños obtienen gozo de ese estudio, de ahí que ustedes siempre deben tener el
sentimiento de que cualquier cosa que hagan por los demás en realidad es un servicio hecho a la
Divinidad que reside en todos. Cuando los maestros cumplen su obligación con este espíritu
infunden en los niños el espíritu de amor universal. Recuerden que los niños tienen mentes y
corazones inocentes; sólo si llenan sus corazones con amor el mundo tendrá una paz genuina.
Prashanti Nilayam es el hogar natural de los niños
Han traído a estos niños de lugares distantes, lejos de sus padres, gracias a su devoción por
Bhagavan. Esto da testimonio de su devoción. Los niños han pasado por muchas dificultades e
incomodidades por devoción a Bhagavan. Han venido a Prashanti Nilayam por su amor a
Bhagavan, Prashanti Nilayam es su hogar natural: aquí experimentan una bienaventuranza que no
pueden encontrar en ningún otro lado. Bhagavan es más que una madre para todos ellos. Quiero
que regresen todos con alegría y con el sentimiento de que han pasado un periodo de
bienaventuranza en la casa materna. Todos los gastos de su estancia serán cargados al Fideicomiso
Sai. Pueden utilizar el dinero que trajeron para las actividades de Educación Espiritual Sai.
Bendigo con una larga vida llena de salud y felicidad a todos los que han contribuido al éxito de esta
gran conferencia: los organizadores Sai, los voluntarios de los comités de servicio y los maestros y
estudiantes.
Prashanti Nilayam, 30-12-83.
32. Devoción y gracia divina
Cada segundo es un momento nuevo en sus vidas. No esperen todo un año para celebrar el año
nuevo y hacerse nuevos propósitos. Utilicen cada segundo para purificar su corazón y llenarlo de
amor, entonces se darán cuenta de que Dios es suyo y que ustedes están con el amor.
La verdadera devoción es el medio para realizar a la Divinidad. Devoción significa amor a Dios sin
abrigar deseo alguno de recompensa. Una devoción así se puede desarrollar sólo por medio de la
buena conducta; sin rectitud no puede haberla. La pureza de mente es tan esencial para disfrutar de
la bienaventuranza divina como la pureza del cuerpo lo es para su salud.
El Atmajñana (conocimiento del Ser) es más elevado que todo el conocimiento que se pueda
adquirir en el mundo. Nada se compara con la bienaventuranza que se obtiene de la realización del
Ser. Ésta sólo se obtiene cuando se destruye el sentimiento del ego y cuando hay una devota
entrega a la Divinidad; las plegarias deben salir del corazón y no de los labios. Las que provienen de
los labios son como una llamada de teléfono a teléfono; una llamada de este tipo no los comunicará
con la persona que buscan. Las plegarias que emanan del corazón son como una llamada de
persona a persona: van directamente hacia Dios.
Las plegarias se utilizan para alcanzar deseos materiales. Entre los millones de personas que oran,
muy pocas buscan a Dios con un corazón puro. La felicidad que se obtiene de los beneficios
materiales se pierde junto con ellos. La vida es una sucesión constante de felicidad y aflicción. Para
liberarse de estos opuestos se debe cultivar el desapego; éste es vairagya.
Relación entre la naturaleza, el hombre y Dios
En una vida llena de deseos, los placeres que uno busca son inevitablemente seguidos por el dolor y
la decepción. Todas las acciones incorrectas conducen al dolor. Ésa es la razón por la que Buda
enfatizaba la necesidad de la discriminación. La primera oración, “Buddham Sharanam Gachchami”, es
un llamado para cultivar la sabiduría y el discernimiento, el budhi (intelecto), pero el poder de
discriminación no será de utilidad a menos que se emplee para llevar a cabo la acción correcta en
beneficio de la sociedad. He aquí la segunda oración: “Sangham Sharanam Gachchami” (Me refugio en
la sociedad). ¿Cuál es esta acción correcta que debe hacerse? Ella se indica en la tercera oración:
“Dharmam Sharanam Gachchami” (Me refugio en el Dharma). Para alcanzar su objetivo, el camino real
es el dharma (rectitud). Sólo cuando se combinan sabiduría, servicio social y rectitud hay completa
realización en la vida.
Todos deben darse cuenta de la relación integral entre la naturaleza, el hombre y Dios; los tres están
inextricablemente interrelacionados. Consideren un ejemplo sencillo: aquí hay una jarra que
contiene agua y ha sido puesto sobre la mesa en razón del agua. Si uno no requiere agua, no habrá
necesidad de la jarra; si no hay mesa, no se puede poner la jarra sobre ella. Ahora bien, se
preguntarán qué es lo importante, ¿la mesa, la jarra o el agua? Lo importante es el agua. Ésta
necesita de la jarra para que la contenga. La naturaleza es como la mesa, el individuo es la jarra, la
Divinidad existe en la forma de naara (agua). La jarra no tiene utilidad a menos que contenga agua.
Naara es el agua que refresca del calor generado por las agitaciones que surgen del cuerpo, la mente
y el aliento vital (los factores Adhibhoutika, Adhyathmika y Adhidhaivata). Este nara (humano) es
Narayana, la conciencia universal suprema. Narayana está presente en todos los individuos. Si el
hombre no tuviera el poder refrescante de la Divinidad no podría soportar el calor generado por el
cuerpo, la mente y el aire vital.
¿Qué tan lejos está la Divinidad?
¿En dónde está la Divinidad? Los Shastras (antiguas escrituras reveladas) dicen que la Divinidad está
a seis metros del brahmachari (estudiante célibe). La razón es que la juventud afectada por la fiebre
de la adolescencia no puede percibir a la Divinidad, sólo confía en sus habilidades mentales, el
poder de sus músculos y en su corazón. No tiene fe en el poder del Dharma o en Dios. De ahí que
quien está alejado del Dharma también se encuentra distante de Dios.
Se dice que para un sanyasi (asceta) Dios está a un metro de distancia. El hecho de llevar una túnica
amarilla y rasurarse la cabeza no hacen de un hombre un asceta genuino. Éste debe renunciar a
todos los apegos del cuerpo y a los deseos materiales. Aunque haya renunciado a muchas cosas, el
sanyasi tiene todavía algunas ilusiones en relación con el cuerpo y, por ello, se dice que Dios está a
un metro de él.
Sólo para el caso del grihasta (jefe de familia) se dice que Dios reside en su corazón, pero aun
morando ahí Dios no le será visible hasta que se deshaga de vicios como la codicia, el odio y la
envidia. El apego y el ego lo ciegan con una venda en los ojos.
Para asegurar la gracia de Dios no es necesario buscar el conocimiento, la riqueza, la salud o la
posición; la sola pureza de mente es suficiente. Cada célula del cuerpo estará llena de la Divinidad
cuando se alabe a Dios con devoción pura y mente resuelta. La Divinidad será omnipresente para el
devoto que se autosacrifica.
La devoción se ha reducido a una exhibición pomposa
El Señor siempre está dispuesto a responder a las oraciones de los devotos, pero lo que actualmente
pasa por devoción es sólo un océano profundo, una inmersión en el océano de la vida mundana. La
gente habla de lo Divino pero sólo le interesa el fuerte vino. Hablan de la compasión pero sólo está
interesada en la moda. Su boca habla de cooperación pero sólo llegan a la operación.* La devoción
se ha reducido a una exhibición pomposa.
El verdadero conocimiento sólo puede venir cuando uno se ve confrontado con una crisis
moral extrema. Ésa era la situación que enfrentaba Arjuna cuando estuvo enmedio de dos ejércitos
enemigos. Parikshit afrontó una situación similar cuando supo que sólo le quedaba una semana de
vida. Es en tales situaciones de crisis que uno piensa en Dios y busca la ayuda divina.
Prashanti Nilayam, 31-12-83.
* Sai Baba hace aquí un juego de palabras en inglés, oponiendo devotion a deep ocean, Divine a deep wine, compassion
a fashion.
Glosario
Este glosario proporciona el significado de las palabras sánscritas usadas en temas religiosos y
filosóficos, particularmente las usadas por Sri Sathya Sai Baba en sus discursos. Además de los
equivalentes dados en la página correspondiente, este glosario se propone aportar significados
más amplios y explicación más detallada de los más importantes términos en sánscrito.
Ahamkara. Egoísmo resultado de la identificación del propio ser con el cuerpo; es
causa de la noción o sentido de “yo hago, yo experimento”.
Akasha. Espacio, éter; la forma más sutil de la materia. Uno de los cinco elementos.
Ajñana. Ignorancia (que impide la percepción de la Realidad).
Ananda. Felicidad divina o de tipo espiritual. Se traduce casi siempre como
bienaventuranza para distinguirla de la felicidad mundana, emocional. El Ser es
bienaventuranza eterna, inmaculada. Las alegrías y placeres son sólo sombras
impermanentes de ésta.
Annamaya kosha. Envoltura burda o material del alma; el cuerpo físico.
Atma. El Ser, Alma, Espíritu universal y Absoluto. El Ser con limitaciones es el alma
individual (o jiva), el ser sin limitaciones es Brahman, la Realidad Suprema.
Atmajñana. Conocimiento del Ser, considerado como la meta suprema del esfuerzo
humano.
Atmatatva. Principio del Ser; la verdad o naturaleza esencial del Ser.
Avatar. Encarnación de Dios (literalmente, descenso). Siempre que el dharma declina,
Dios desciende al mundo asumiendo forma corporal para proteger a los buenos, castigar
a los malvados y restablecer la práctica del dharma. Un avatar nace y vive libre y
siempre conciente de su misión. Mediante su precepto y su ejemplo abre nuevos
caminos en la espiritualidad, derramando su gracia sobre todos.
Bhagavata (Bhagavatham). Un libro sagrado compuesto por el sabio Vyasa, que trata
de las encarnaciones de Vishnú, especialmente Krishna.
Bhagavatatatva. La naturaleza real o esencia del Señor; el principio divino.
Bhajan. Una canción devocional.
Bhakti. Devoción a Dios. Intenso amor no egoísta por Dios.
Bodha. Percepción, conocimiento; conciencia.
Bhoga. Disfrute; experiencia, lo opuesto a yoga.
Brahma. El Creador, primero de la Trinidad hindú.
Brahmachari. Un estudiante célibe que vive con su guía espiritual.
Brahman. El Ser Supremo; la Realidad absoluta. El Dios impersonal sin forma ni
atributos. La causa sin causa del universo. Existencia-Conciencia-Bienaventuranza
absoluta (Sat-Chit-Ananda). La Realidad eterna sin cambio, no condicionada por el
tiempo, el espacio y la causación.
Budhi. Intelecto; inteligencia; facultad de discernimiento.
.
Dharma. Rectitud; religión; código de deberes, deber; la naturaleza esencial de un ser o
cosa. El Dharma sostiene unido al universo entero. Se exhorta al hombre a practicar el
Dharma (o su dharma) para adquirir bienestar material y espiritual. Los Vedas
contienen las raíces del Dharma. Dios está interesado de manera natural en el reinado
del Dharma.
Dhyana. Meditación. Flujo ininterrumpido de pensamientos hacia el objeto de
concentración. La meditación serena y afirma la mente y la prepara para la realización a
su debido tiempo.
Gayatri, mantra. La sagrada plegaria védica para la autoiluminación. Se repite al
amanecer, al mediodía y en el ocaso.
Guna. Cualidad, propiedad, característica. Uno de los tres constituyentes de la
anaturaleza (satva, rajas y tamas). Son lo que ata el alma al cuerpo. La meta suprema
del hombre en esta vida es trascender los gunas y así obtener la liberación del ciclo de
nacimiento y muerte.
Gurú. Guía espiritual. Un conocedor de Brahman que es sereno, desinteresado, piadoso
y siempre atento a ayudar y guiar a los aspirantes espirituales que se acerquen a él.
Ishwara. El Supremo Señor; Dios personal; es Brahman asociado con maya, pero
controlando a ésta, a diferencia del jiva, a quien maya esclaviza. Tiene una forma
atractiva, atributos auspiciosos y el poder infinito de crear, sostener y destruir. Reside
en el corazón de cada ser, controlándolo desde adentro. Responde positivamente a la
genuina devoción y a la oración sincera.
Japa. Repetición piadoso de un nombre sagrado o de un mantra practicada como
disciplina espiritual.
Jiva/jivatma. El alma individual en el estado en que no conoce ni experimenta su
identidad con Brahman. Es el espíritu autoengañado, sometido, inconciente de su
propia naturaleza verdadera, sujeto a las sensaciones como dolor y placer, nacimiento y
muerte, etcétera.
Jñana. Conocimiento sagrado; conocimiento del espíritu, buscado como un medio de
autorrealización o realización del Ser. Es la experiencia directa de Dios como el Alma
de todas las almas. Jñana hace a un hombre omnisciente, libre, sin miedo, inmortal.
Jñani. Un sabio que posee jñana, el conocimiento y la experiencia espirituales de la
unidad entre el jiva y el Atma.
Karana sarira. El cuerpo causal, que lleva las impresiones y tendencias en estado
latente. Es la envoltura de la bienaventuranza; la más interna de las cinco envolturas del
alma individual.
Karma. Acción, acto, trabajo. rito religioso; la totalidad de las tendencias innatas
formadas como consecuencia de actos realizados en vidas anteriores. Cada karma
produce una tendencia en la mente. El karma es de tres clases: prarabdha, el cual
estamos agotando en la vida actual, agami, el que se está acumulando en esta vida, y
samchita, el que se almacena para experimentarlo en futuras vidas.
Kshetra. Campo; el cuerpo en el cual el jiva recoge la cosecha de su karma.
Kshetrajña. El conocedor del campo, el Espíritu, el ser individual que conoce.
Koshas. Las cinco envolturas que encierran el alma: la de la bienaventuranza, la de la
inteligencia, la de la mente, la de la energía vital y la de la materia física.
Lila. Juego, diversión. El universo visto como un juego divino.
Loka. Uno de los catorce mundos (visibles e invisibles) en donde habitan los seres
vivos.
Mahabharata. La epopeya hindú compuesta por Vyasa, que trata de los hechos y
vicisitudes de los grupos de primos de la raza lunar (los Kauravas y los Pandavas), con
Krishna jugando un significativo papel en moldear los acontecimientos. El Bhagavad
Gita y el Vishnu Sahasranama pertenecen a esta gran obra épica. Se le considera el
quinto Veda. Se dice que lo que no se halla en ella no se halla en ninguna parte.
Manas. La mente, el órgano interno que posee cuatro aspectos: manas (mente), que
piensa, desea y siente, budhi, el intelecto, que entiende, razona y decide, ahamkara, el
sentido de “yo”, y chita, la memoria. La mente con todos sus deseos y cavilaciones,
oculta la divinidad del hombre. La purificación de la mente es esencial para la
realización del Ser.
Manava. El hombre; “descendiente de Manú”, el gran legislador.
Manomaya kosha. La envoltura mental. Consta de la mente y los cinco órganos
sensoriales sutiles. Posee el poder de la voluntad.
Mantra. Una fórmula sagrada, sílaba o palabra mística, símbolo verbal, pronunciada
durante los ritos de meditación. Representa las verdades espirituales reveladas
directamente a los rishis. La sección de los Vedas que contiene estos himnos o mantras
se llama Samhita.
Maya. El misterioso, engañoso y creador poder de Brahman, mediante el cual Dios
proyecta la apariencia del universo. Maya es la causa material y Brahman es la causa
eficiente del cosmos. Brahman y maya están asociados inextricablemente, como el fuego y
el calor. Maya engaña a los jivas que se identifican con el ego, haciéndolos olvidar su
verdadera naturaleza espiritual.
Moksha/Mukthi. Liberación de la esclavitud de cualquier clase, especialmente del ciclo de
nacimiento y muerte. Es un estado de libertad, paz y felicidad absolutas, obtenido
mediante la realización del Ser. Es la meta suprema de los esfuerzos humanos (las otras
son rectitud, riqueza y satisfacción de los deseos).
Namasmarana. Recordación de Dios por medio de su nombre. Una de las más
importantes etapas de la disciplina espiritual para obtener la gracia de Dios y progresar
en el camino espiritual.
Nididhyasana. Ejercicio de concentrarse en la verdad acerca del Ser después de
escucharla del gurú y reflexionar en ella. Es la tercera etapa en el camino del
conocimiento (jñana-yoga).
Nivriti marga. El camino de la renuncia, que demanda el abandono de todos los deseos
para concentrarse en Dios. Se expone en los Upanishads que forman el Jñana kanda
(sección acerca del conocimiento espiritual unitivo) de los Vedas. Este camino se opone
a pravriti marga, el camino del deseo.
Prakriti. La naturaleza. El poder divino de desarrollarse (devenir). También conocida
como maya, avidya y shakti. El mundo de la materia y la mente como lo opuesto al
Espíritu. Prakriti posee tres disposiciones o modalidades (gunas), que intervienen en la
constitución de todos los seres vivos y no vivos en el universo en proporciones variables,
causando así la infinita multiplicidad de formas, naturalezas y conductas.
Pranamaya kosha. La envoltura de la energía o aliento vital. Consta de cinco principios
vitales y cinco órganos sutiles de acción. Posee el poder de actuar.
Pranava. Om; el sagrado sonido original y símbolo de Brahman, “a más exaltada sílaba
de los Vedas”. Se usa en la meditación sobre Dios. Se recita antes de cantar un mantra
védico.
Prema. Amor extático por Dios (amor divino del tipo más intenso).
Puja. Ritual de adoración en el que se invoca a una deidad representada en una estatua o
pintura y se le propicia como a un invitado real con ofrendas de flores, frutas y otros
comestibles junto con recitación de mantras apropiados y exhibición de signos
correspondientes
Rajas/rajo guna. Uno de los tres gunas de maya o prakriti. Rajas es la cualidad de
pasión, energía, inquietud, apego y extroversión; deriva en sufrimiento.
Sadhana. Disciplina o esfuerzo espiritual dirigido a la realización de Dios.
Samadhi. Es el estado supraconciente que trasciende el cuerpo, la mente y el intelecto,
obtenido mediante riguroso sadhana. En este estado de conciencia el mundo objetivo y el
ego se desvanecen y el aspirante percibe la Realidad o se une a ella en completa paz y
bienaventuranza. Al llegar a esta etapa el aspirante espiritual realiza su unidad con Dios,
experiencia llamada nirvikalpa samadhi.
Samsara. La vida mundana; la vida del jiva a lo largo de los repetidos nacimientos y
muertes. la liberación implica escapar de este círculo.
Sanathana Dharma. Religión eterna. Un término descriptivo para lo que ha llegado a ser
conocido como hinduismo. No puede atribuírsele un solo texto o fundador específicos; es
más bien una comunidad de credos religiosos y una forma de vida.
Satva. Uno de los tres gunas de prakriti. Es la cualidad de pureza, luminosidad, paz y
armonía; lleva al conocimiento. Al hombre se le exhorta a vencer a tamas mediante rajas
y a éste mediante satva para finalmente trascender aun el propio satva para obtener la
liberación.
Shastras. Las escrituras hindúes que contienen las enseñanzas de los rishis. Los Vedas,
los Upanishads, los Ithihasas (epopeyas), los Puranas y los Smrithis (códigos de
conducta), etcétera, forman los Shastras de los hindúes. Ellos enseñan cómo vivir con
sabiduría y bienestar con toda la ternura e interés de una madre.
Shrutis. Conocimientos captados por los sabios y transmitidos oralmente.
Smritis Conocimientos recordados y transmitidos por escrito.
Swadharma. El dharma o deber personal de cada individuo de acuerdo con su
naturaleza. Es uno de los conceptos más importantes en el Bhagavad Gita.
Tamas. Uno de los gunas. Es la cualidad de inercia, aturdimiento, oscuridad y tendencia
al mal; deriva en ignorancia.
Tapas. Dolor, miseria; sufrimiento causado por los tres tipos de agentes (tapatrayam):
adhyadmika enfermedades y perturbaciones del cuerpo y la mente, adhibhoutika, los
otros seres, y adideivika, agentes sobrenaturales como tormentas, inundaciones,
terremotos, planetas, etcétera.
Upanishad. La porción más sagrada de los Vedas, que trata de Dios, el hombre y el
universo, su naturaleza y sus relaciones. Su contenido es el conocimiento espiritual
(jñana); de esa manera, forman el Jñana Kanda de los Vedas.
Upasana. Adoración o contemplación de Dios.
Vairagya. Desapego; deseo, habilidad y esfuerzos para abandonar todos los placeres y
alegrías transitorios.
Vedanta. Significa literalmente “el final de los Vedas”. Es la esencia de los Vedas encerrada en los Upanishads. Con
este término se denotan las concepciones filosóficas de no dualismo, no dualismo calificado o dualismo basadas en las
enseñanzas de los Upanishads.
Vedas. Las escrituras hindúes más antiguas y sagradas, la fuente de autoridad primordial para la religión y filosofía
hinduistas. Son cuatro: Rig Veda, Sama Veda, Yajur Veda y Atharva Veda.
Vijñanamaya kosha. Una de las cinco envolturas del alma. Se compone del intelecto y los cinco órganos sensoriales
sutiles. Está dotada del poder de conocimiento. Es la sede del yo o sujeto de la experiencia y la acción.
Viveka. Discernimiento, facultad de discriminar. El razonamiento por el cual uno conoce la distinción entre lo real y
permanente y lo no real y transitorio.
Yajna o yagna. Un rito védico de sacrificio. Cualquier acto de servicio no basado en el ego hecho en nombre de Dios.
Yoga. El término significa unión con Dios lo mismo que el camino por el cual se alcanza la unión del alma con el
Señor. Los cuatro básicos senderos de yoga son los del conocimiento, el de la acción, el de la meditación y el de la
devoción.
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