Una mirada a las metodologías de medición de la cultura Javier Machicado* Sobre los usos e intereses de hacer mediciones del impacto económico de la cultura Durante los últimos diez años se han realizado numerosos diagnósticos, estudios y mapeos en Iberoamérica, cuyo objetivo ha sido, en términos generales, medir el impacto económico de la cultura en las economías locales y nacionales. La mayoría han sido realizados por iniciativa del Convenio Andrés Bello, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y de los ministerios de cultura de la región. Estos diagnósticos tienen grandes diferencias de detalle y alcance, así como discrepancias metodológicas. A pesar de ello, la utilidad de estos estudios podría ser resumida en los siguientes puntos. La cultura genera procesos de creación vinculados con la producción y distribución de bienes y servicios, así como con la generación de empleo e ingresos. A partir de la identificación de ese valor de la cultura y no solo como expresión de la relación del hombre con su entorno, se pretende dar mayor visibilidad al sector. También se busca generar conceptos económicos comunes entre subsectores culturales heterogéneos, que permitan elaborar análisis, comparaciones e interpretaciones globales. Lo anterior se lleva a cabo a partir de análisis de impacto económico de la cultura a través de variables como: incidencia en el Producto Interno Bruto, producción, ventas, exportaciones, importaciones, empleo. 1 Adicionalmente, interesa conocer mejor la estructura de la oferta y la demanda culturales. Específicamente, se apunta a la identificación de oferentes y demandantes, y al entendimiento de la estructura de la cadena que va desde los unos hasta los otros (materias primas, distribución, concentración de la propiedad sobre los factores de producción y flujos de los capitales, etc.). En el caso específico del empleo cultural, se pretende conocer las particularidades que lo definen y lo diferencian con respecto a otros sectores. Se quiere demostrar que en muchos casos la cultura no es una actividad insolvente sino que, por el contrario, puede representar un proyecto económico. En este sentido, se trata de dar a conocer y ubicar a la cultura a nivel macroeconómico: comparar el aporte del sector cultural al PIB y al empleo, frente al que hacen otros sectores económicos. Existe también un objetivo político, en la medida en que los resultados de estos estudios contribuyen a justificar una intervención estatal más decidida en el sector de la cultura. Como se registra en el estudio “Impacto económico de las industrias culturales en Colombia”, del Ministerio de Cultura de este país y el Convenio Andrés Bello, se trata de contar con argumentos de negociación para obtener presupuestos que, de una parte, estén en relación con el aporte económico del sector y, de otra, cumplan con por lo menos dos objetivos centrales: subsidiar y cofinanciar todas aquellas actividades culturales que no son comercializables y que no rinden beneficios económicos pero sí sociales, y promover procesos industriales de indudable importancia para el desarrollo económico y cultural del país. 2 Se persigue también que los países, principalmente aquellos firmantes del GATT, adopten normas, principios y disciplinas en materia de derecho de autor y derechos conexos cuyo respeto y cumplimiento son del resorte de la Organización Mundial del Comercio. Así mismo, se trata de incluir aspectos económicos del derecho de autor y los derechos conexos en las negociaciones de acuerdos y tratados de liberalización comercial e inversión. Desde el punto de vista de las políticas que fomentan la competitividad del sector, se quiere proveer información que permita a los decisores públicos identificar fortalezas y cuellos de botella en la dinámica de la cultura y de esta manera generar análisis que mejoren la toma de decisiones para el diseño de políticas orientadas al fortalecimiento y desarrollo de la misma. Relacionado con lo anterior, se proyecta también estimular la organización de individuos y empresas de la cultura. Entre los objetivos se cuentan que se perciban como un colectivo que les permita un reconocimiento en el mercado y a nivel social, un posicionamiento y un empoderamiento como sector económicamente importante. Sobre las definiciones de sector cultural utilizadas en los estudios A tono con el amplio abanico de motivaciones invocadas para realizar diagnósticos sobre las dinámicas económicas generadas por la cultura, han sido utilizadas diversas definiciones sobre lo que se entiende por sector cultural. Toda delimitación de cultura, por amplia y comprensiva que sea, contiene un componente de arbitrariedad. Lo importante es 3 comprender que las sectorizaciones de la cultura buscan identificar actividades de contenido cultural para promover principalmente su valoración económica y su desarrollo. Se trata entonces de generar definiciones funcionales que tengan en cuenta sus objetivos de forma clara. Por lo anterior, la Unesco sugiere en la publicación “Por una economía creativa: guía para directores de industrias culturales”, que se edita actualmente, que a pesar de la dificultad para definir con precisión el sector económico de la cultura, parece surgir un consenso entre las autoridades culturales de varios países e instituciones para decir que los responsables de concebir e implementar políticas culturales no deben reparar demasiado en la discusión sobre la mejor definición de cultura y su sector económico. Lo verdaderamente importante, a juicio de la Unesco, es defender la necesidad de contar con políticas públicas de apoyo a las dinámicas productivas de la cultura, permanentes y sustentables en el tiempo, y definir los criterios en consecuencia con lo anterior. Como se explicita en la “Guía para la elaboración de mapeos regionales de industrias creativas1” la decisión sobre qué actividades incluir en este tipo de diagnósticos debe basarse en dos criterios principales: la importancia estratégica o el carácter crítico que tenga la actividad o el sector para el país o la región, por un lado, y la disponibilidad de información secundaria o la facilidad y viabilidad de recolectar información primaria, por el otro. 1 Documento del Ministerio de Cultura de Colombia y Centro de Estudios Regionales Cafeteros y Empresariales. Autores Sergio Iván Prada Ríos, Liliana Velásquez Martínez, Bernardo Andrés Taborda Figueroa, Magdalena Arango Vallejo y Yair de Jesús Soto Builes. 2005 4 La importancia estratégica de la actividad o el sector cultural se define, a su vez, desde dos tipos de argumentos centrales: los argumentos culturales y los argumentos económicos. Desde el punto de vista cultural, un estudio enfocado a identificar las dinámicas productivas de la cultura es ante todo un medio para dar sostenibilidad y difusión a las iniciativas creadoras. Las expresiones culturales son posiblemente la categoría que mejor refleja, de manera tangible o intangible, la esencia y la identidad de una comunidad determinada. Se incluye entonces una actividad en un diagnóstico sobre las dinámicas económicas de la cultura por su importancia en la formación del identitario social, es decir, de aquellas características que hacen que una sociedad sea única y diferente a las demás. Bajo esta lente muchos países de la región como México, Guatemala o Perú difícilmente pueden dejar de incluir en sus diagnósticos sectores como las artesanías o la explotación del patrimonio tangible e intangible. Otro conjunto de argumentos es el económico. A través de estos estudios varias de las actividades que conforman el sector cultural han demostrado que son muy rentables, contribuyen a la generación de valor agregado y tienen un enorme potencial de crecimiento. La cultura genera empleos directos e indirectos, beneficia sectores considerados como marginales, aumenta la oferta comercial de bienes y servicios y favorece el equilibrio de la balanza comercial. Sectores como el diseño, en todas sus posibilidades, el turismo, o nuevamente las artesanías, han sido incluidos en numerosos estudios en la región no solo por su aporte cultural sino por su importancia como actividades productivas en el sentido que se explica atrás. Con estos criterios en mente, países e instituciones han privilegiado numerosas definiciones sobre lo que se entiende por sector cultural y por las actividades 5 económicas que en este concepto incluyen. A continuación referenciamos algunas de las más influyentes. Las industrias creativas En la última década, según se establece en la Guía para la elaboración de mapeos regionales de industrias creativas, el Departamento de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes (DCMS, por sus siglas en inglés) del Reino Unido diseñó una sectorización que pone el énfasis sobre el concepto de industrias creativas. El DCMS recientemente revisó la sectorización empleada y a partir de 2004 trabaja con una definición amplia del sector de la cultura, que incluye, además del subsector de las industrias creativas, los dominios de patrimonio (museos, bibliotecas, archivos y ambiente histórico), turismo y deportes. Se trata por supuesto de una visión amplia, que conjuga con igual nivel de importancia los criterios económicos con los culturales. Galerías Arquitectura Artes visuales Diseño Artesanías Cine Televisión Audiovisuales Radio Música 6 Teatro Artes escénicas Danza Libros e Libros e imprenta imprenta Museos Bibliotecas Patrimonio Archivos Ambiente histórico Turismo Turismo Deportes Deportes Industrias y actividades culturales Como se reconoce en la Guía para la elaboración de mapeos regionales de industrias creativas, aunque la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) no cuenta con una definición única y cerrada de industrias culturales, hace a lo largo de sus textos “diversas descripciones del sector y de las actividades que lo comprenden, basada en experiencias internacionales”2: Edición impresa y multimedia 2 Ídem, 1. 7 Audiovisuales Producciones fonográficas y cinematográficas Artesanías y diseño En algunos países el concepto incluye también las actividades de arquitectura, artes visuales y escénicas, deportes, elaboración de instrumentos musicales, publicidad y turismo cultural. Según los Informes Mundiales de Cultura de la Unesco se consideran como actividades culturales: Periódicos, libros y bibliotecas Radio, televisión y cine Música grabada Artes escénicas Archivos y museos Por último, la Unesco no considera el patrimonio como un componente del sector cultural. La definición de la Unesco pone de relieve principalmente el aspecto económico o industrial asociado a las creaciones. No se limita ni se cierra a definiciones acabadas de industrias culturales y es capaz de adaptarse a situaciones de países específicos en donde permite incluir sectores como el diseño y las artesanías. 8 La cuenta satélite de cultura Por iniciativa del Convenio Andrés Bello y con apoyo de algunos ministerios de cultura de la región, especialmente el de Colombia, han tomado forma la construcción de la cuenta satélite del sector cultura. Su objetivo central radica en la producción de información estadística de manera periódica y sistemática sobre los aspectos de impacto económico del sector cultural. Para su construcción, como lo anota la Guía para la elaboración de mapeos3, se realizaron talleres con representantes de más de cinco países latinoamericanos con interés en implementar la cuenta satélite. La siguiente es la sectorización que fue acordada entre los asistentes al taller, con las actividades o subsectores correspondientes en cada sector. Teatro Danza Artes escénicas y espectáculos Presentaciones que articulen danza, teatro y artísticos música Presentaciones musicales en vivo Fotografía Pintura Artes visuales Escultura Artes gráficas 3 Ídem 1. 9 Artesanías Artesanías Libros Editorial Publicaciones periódicas Otros productos editoriales Cine y video Radio Audiovisual Televisión Videojuegos Edición de música Música Producción fonográfica Arquitectónico Industrial Gráfico Diseño Textil De moda, accesorios y joyas De interfaz Publicidad Publicidad Juegos y juguetería Juegos y juguetería Inmueble Muebles Patrimonio material Bibliotecas Museos Archivos fílmicos 10 Archivos documentales Reservas naturales Jardines botánicos y zoológicos Colecciones y especímenes de zoología, mineralogía y anatomía Restauración, preservación y conservación Fiestas, festivales y ferias Técnicas de producción artesanal relacionadas con la memoria cultural Patrimonio inmaterial Lenguas Gastronomía y tradiciones culinarias locales Otras tradiciones y expresiones orales Ciencias sociales y otras disciplinas/ Ciencias sociales y otras disciplinas/actividades actividades de investigación en el de investigación en el campo de la cultura y las campo de la cultura y las artes artes Formación artística Formación artística Desde hace más de 10 años se han realizado las primeras mediciones económicas del sector de la cultura concentradas, por razones prácticas y de disponibilidad de información, en las industrias culturales de radio, televisión, revistas, música, libros, prensa, cine y video. Ejemplos de estos estudios son: El impacto económico de la cultura en Perú, Convenio Andrés Bello, 2005. 11 Guzmán, Carlos Enrique; Yesenia Medina y Yolanda Quintero, La dinámica de la cultura en Venezuela y su contribución al PIB, Ministerio de Educación, Cultura y Deportes de Venezuela y Convenio Andrés Bello, 2005. Impacto de la cultura en la economía chilena: participación de algunas actividades culturales en el PIB y evaluación de las Fuentes estadísticas disponibles, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile, Universidad ARCIS, Bogotá, Convenio Andrés Bello, 2003. Impacto de la cultura en la economía chilena: Participación de algunas actividades en el PIB. Indicadores y fuentes disponibles, Ministerio de Educación de Chile, Banco Interamericano de Desarrollo y Convenio Andrés Bello, 2003. Impacto económico de las industrias culturales en Colombia, Ministerio de Cultura de Colombia, Equipo Central de Economía y Cultura del Convenio Andrés Bello, Bogotá, Convenio Andrés Bello, 2003. En una fase más avanzada de este proyecto y en colaboración con los institutos nacionales de estadística, se tiene previsto incluir otras actividades que, aunque no cumplen las características definidas por la Unesco para ser industria cultural, tienen un valor simbólico, cultural y social mayor a su valor de cambio y uso: artes escénicas, artes visuales, artesanías, publicidad, nuevas tecnologías, educación artística, restauración de patrimonio arquitectónico, turismo cultural, patrimonio mueble y festivales populares. El criterio que domina en este caso es la disponibilidad de información y la figuración como sector económico en las cuentas nacionales de estos subsectores culturales. 12 Las Industrias Protegidas por el Derecho de Autor (IPDA) Otros estudios, estructurados principalmente por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), han privilegiado una visión de sector económico a partir del aporte de las industrias del derecho de autor incluidas dentro de la clasificación internacional CIIU, organizadas en industrias básicas, industrias relacionadas, parcialmente cubiertas, e industrias de soporte. Las industrias básicas son todas aquellas que se dedican íntegramente a la creación, producción, representación, exhibición, comunicación o distribución y venta de materia protegida por el derecho de autor (música, literatura, teatro, cine, medios de comunicación, artes visuales, servicios publicitarios y entidades de gestión colectiva). Las industrias relacionadas son aquellas que contribuyen a la fabricación, producción y venta de equipo y cuya labor es facilitar la creación, producción y uso de material protegido por el derecho de autor (fabricación y venta de aparatos como televisores, grabadoras de CD y computadores, instrumentos musicales y fotográficos, etc.) Las industrias parcialmente cubiertas son aquellas que cubren algunas de las actividades que se vinculan con material protegido por el derecho de autor (como la joyería, la artesanía o la arquitectura). 13 Por último, las industrias de soporte tienen una relación indirecta y marginal con el material protegido por el derecho de autor, pues dedican esfuerzos a otro tipo de actividades no relacionadas (telefonía, transporte, etc.). Esta definición reúne varios criterios y cualidades que le han permitido posicionarse como una de las más prácticas. El hecho de que reúna las actividades protegidas por el derecho de autor le da un carácter objetivo y concreto. Además, al tomar las actividades de la CIIU permite tener en cuenta las actividades económicas específicas así como aquellas para las cuales existe información. A partir de ello, se han realizado estudios como los siguientes en el espacio iberoamericano. La contribución económica de las industrias del derecho de autor y los derechos conexos en Colombia, Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), Dirección Nacional de Derecho de Autor de Colombia, 2008. Estudio sobre la importancia económica de las industrias protegidas por el derecho de autor y los derechos conexos en los países de MERCOSUR y Chile, Universidade Estadual de Campinas, Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), 2001. La política pública en el centro de los diagnósticos Todas las definiciones y sectorizaciones sobre el sector cultural que se han repasado atrás tienen aspectos positivos y limitaciones. Algunas cumplen mejor con ciertos objetivos específicos pero se quedan cortas para satisfacer otros. Por ejemplo, los estudios que 14 tienden a incluir un gran número de actividades directa e indirectamente relacionadas con la creación como culturales, sirven para negociar presupuestos públicos, pues las cifras de impacto resultantes suelen ser contundentes; sin embargo, no permiten reconocer eslabones de la cadena de producción cuyo aporte es mínimo tanto al producto como al empleo, y observan importantes problemas de financiación o informalidad. A su vez, los estudios con una visión restringida sobre los sectores tradicionales de la cultura reconocen las problemáticas específicas a la creación pero tienden a dejar por fuera sectores alternativos y eslabones industriales en los que se desarrolla el potencial económico de la cultura. No se debe olvidar que un diagnóstico como los citados tiene como objetivo general medir el impacto económico de la cultura en las economías locales y nacionales. Sirve también para conocer de manera informada y razonada la realidad y la dinámica del sector cultural como actividad económica. En la elaboración del diagnóstico se utiliza información que es procesada con el fin de entregar conclusiones específicas sobre los efectos de las dinámicas que estas industrias tienen sobre la economía y la sociedad. En otras palabras, un diagnóstico del impacto económico del sector cultural se realiza con el fin de entregar información pertinente para la implementación de políticas culturales. Son herramientas básicas que representan el estado de la actividad del sector en un momento específico, muestran tendencias sobre las dinámicas del mismo a largo plazo, sirven para señalar problemas específicos y requieren la aplicación de criterios en su producción e interpretación. En esta medida, los estudios y las definiciones de sector cultural que en ellos se acogen están supeditados a los objetivos de política; y no la política a definiciones que con el fin de objetivar las manifestaciones de la creación terminan siendo inflexibles e irrelevantes. 15 * Asesor en temas económicos de ODAI 16