ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES UNIVERSIDAD DE VALPARAISO ADOLESCENCIA Y DESAJUSTE SOCIAL PAOLA ARRIAGADA BUNSTER PAULINA CABEZAS GARCIA MARISEL HERNANDEZ GOMEZ DANIELA MENA SERRANO ALEJANDRA MESIAS COLARTE INTRODUCCIÓN En el presente trabajo hemos querido explicar, basados en las teorías que existen con respecto al desajuste social en esta etapa tan crucial como lo es la adolescencia. Se especifican los cambios más importantes que se producen, ya sea tanto a nivel psicológico, como biológico y social, para una mejor comprensión de los cambios que ocurren. Estos factores están relacionados entre sí y la conducta del adolescente es el resultado de un proceso vivido con anterioridad, mediante las vivencias que ha experimentado desde incluso antes de nacer, es por eso que destacamos la relación afectiva, de comunicación, aceptación y tolerancia mutua de los padres a los hijos, y de estos con sus padres en este importante paso de construcción de identidad. En la adolescencia tiene lugar también una gradual maduración emocional, y es por ello que se logran características y capacidades tanto psíquicas como intelectuales en virtud de las cuales el adolescente se adapta y se ajusta a la convivencia y trato con los adultos. A grandes rasgos la evolución psicológica del adolescente pasa por tres aspectos fundamentales a) descubre su yo interno b)también descubre los valores estéticos, morales y religiosos c)siente una profunda necesidad de salir de sí mismo. La maduración psicológica termina en una transformación de su vida afectiva e intelectual a medida que se va adaptando a su vida en sociedad. Durante este proceso de adaptación pueden surgir accidentes que le confieran a la personalidad una estructura anormal o patológica, los que pueden ser leves o más graves. 2 ADOLESCENCIA Etapa de maduración entre la niñez y la condición de adulto. El término denota el período desde el inicio de la pubertad hasta la madurez y suele empezar entorno a la edad de 14 años en los varones y de 12 en las mujeres. Aunque esta etapa de transición varia entre las diferentes culturas, en general se define como el período de tiempo que los individuos necesitan para considerarse autónomos e independientes socialmente. DESARROLLO FISICO El comienzo de la pubertad está asociado con cambios drásticos en la estatura y en los rasgos físicos. En este momento la actividad de la hipófisis supone un incremento en la secreción de determinadas hormonas con un efecto fisiológico general. La hormona del crecimiento produce una aceleración del crecimiento que lleva al cuerpo hasta casi su altura y peso adulto en unos dos años. Este rápido crecimiento se produce antes en las mujeres que en los varones, indicando también que las primeras maduran sexualmente antes que los segundos. La madurez sexual en las mujeres viene marcada por el comienzo de la menstruación y en los varones por la producción de semen. Las principales hormonas que dirigen este cambio son los andrógenos masculinos y los estrógenos femeninos. Estas sustancias están también asociadas con la aparición de las características sexuales secundarias. En los varones aparece el vello facial, corporal y púbico, y la voz se hace más profunda. En las mujeres aparece el vello corporal y púbico, los senos aumentan y las caderas se ensanchan. Estos cambios físicos pueden estar relacionados con las modificaciones psicológicas; de hecho, algunos estudios sugieren que los individuos que maduran antes están mejor adaptados que sus contemporáneos que maduran más tarde. Igualmente estos cambios físicos en la adolescencia afectan al autoconcepto y la personalidad. DESARROLLO INTELECTUAL Durante la adolescencia no se producen cambios radicales en las funciones intelectuales, sino que la capacidad de entender problemas complejos se desarrolla gradualmente. El psicólogo francés Jean Piaget determinó que la adolescencia es el inicio de la etapa del pensamiento de las operaciones formales, que puede definirse como el pensamiento que implica una lógica deductiva. Piaget asumió que esta etapa ocurría en todos los individuos sin tener en cuenta las experiencias educacionales o ambientales de cada uno. Sin embargo, los datos de las investigaciones posteriores no apoyan esta hipótesis y muestran que la capacidad de los adolescentes para resolver problemas complejos está en función del aprendizaje acumulado y de la educación recibida. 3 DESARROLLO SEXUAL Los cambios físicos que ocurren en la pubertad son los responsables de la aparición del instinto sexual. En esta etapa su satisfacción es complicada, debida a los numerosos tabúes sociales, como a la ausencia de los conocimientos adecuados acerca de la sexualidad. Sin embargo, a partir de la década de los ´60, la actividad sexual entre los adolescentes se ha incrementado, por otro lado, algunos adolescente no están interesados o no tienen información acerca de los métodos de control de natalidad o los síntomas de las enfermedades de transmisión sexual. Como consecuencia de esto, el número de muchachas que tienen hijos a esta edad y la incidencia de las enfermedades venéreas está aumentando. DESARROLLO EMOCIONAL El psicólogo estadounidense G. Stanley Hall afirmó que la adolescencia es un período de estrés emocional producido por los cambios psicológicos importantes y rápidos que se producen en la pubertad. Sin embargo, los estudios de la antropóloga estadounidense Margaret Mead mostraron que el estrés emocional es evitable, aunque está determinado por motivos culturales. Sus conclusiones se basan en la variación existente en distintas culturas respecto a las dificultades en la etapa de transición desde la niñez hasta la condición de adulto. El psicólogo estadounidense de origen alemán EriK Erikson entiende el desarrollo como un proceso psicosocial que continúa a lo largo de toda la vida. El objetivo psicosocial del adolescente es la evolución desde una persona dependiente hasta otra independiente, cuya identidad le permita desarrollarse con otros de un modo autónomo. La aparición de problemas emocionales es muy frecuente entre los adolescentes. REACCIONES DE ADAPTACION CRISIS DE ADOLESCENCIA Las condiciones de estrés de los adolescentes en la sociedad occidental se relacionan con: Metamorfosis física y psíquica. Necesidad de encontrar un rol en la sociedad Conflictos familiares Las manifestaciones más comunes de las reacciones de adaptación al estrés son: Conducta agresiva antisocial Ansiedad, inestabilidad emocional y repliegue social Fracaso académico, laboral o social 4 La mayoría de los episodios son benignos, se resuelven cuando la presión afloja o el adolescente madura lo suficiente para encarar y resolver algunas de las áreas que colorean la vida del adolescente en familia y en el grupo. CRITICA A LAS FIGURAS DE LA AUTORIDAD Los jóvenes tienen una capacidad nueva para imaginar su mundo ideal. Se dan cuenta de que la gente a la que veneraban se cayó de su pedestal, y se sienten obligados a decirlo con frecuencia. Si los padres no toman estas críticas como alusiones personales, respetando el desarrollo cognoscitivo y social del adolescente, serán capaces de responder a estos comentarios con realismo, haciendo ver que nada, ni nadie es perfecto. TENDENCIA A DISCUTIR Los Adolescentes quieren practicar su nueva capacidad para ver los más leves matices de un hecho y con frecuencia lo hacen discutiendo. AUTOCONCIENCIA La exagerada autoconciencia de los adolescentes tiene mucho que ver con la audiencia imaginaria, un observador que existe sólo en su mente quién está tan preocupado como ellos de su conducta y de sus pensamientos. Los adolescentes pueden ponerse ellos mismos en la mente de otra persona, pueden pensar acerca de los pensamientos de otras personas. Puesto que tienen problemas para distinguir lo que es interesante para ellos de lo que es para otras personas, sin embargo suponen que cualquiera está pensando acerca de lo mismo que ellos están pensando. A causa de que esta clase de autoconciencia es especialmente angustiosa durante la adolescencia, Elkind recomienda que los adultos eviten criticar o ridiculizar en público a los jóvenes adolescentes. CONCENTRACION EN SÍ MISMOS Elkind usa el término mitopersonal para referirse a la convicción de que somos especiales, que nuestra experiencia es única y que nosotros estamos sujetos a las reglas naturales que gobiernan al resto del mundo. Este es un aspecto importante del egocentrismo del adolescente, que es particularmente evidente en la adolescencia temprana, responsable de una gran cantidad de conductas autodestructivas de los adolescentes que piensan que están mágicamente protegidos de cualquier daño. IRRESOLUCION Los adolescentes tienen problema en decidirse acerca de las cosas más simples, porque de repente se dan cuenta de las muchas posibilidades que hay en la vida. HIPOCRESIA APARENTE Los adolescentes generalmente no reconocen la diferencia entre formular un ideal y trabajar realmente en su persecución. Mientras más hable el adolescente acerca de sus teorías personales y escuche a otra gente, más pronto llegará a la madurez de pensamiento, estarán mejor 5 equipados para pensar acerca de sus propias identidades, para entablar relaciones adultas y determinar cómo y cuándo encajan en la sociedad. FASES DE LA ADOLESCENCIA Los impulsos correspondientes a los cambios físicos y fisiológicos acelerados irrumpen en la adolescencia, crean las premisas psíquicas para una nueva estructuración de la orientación personal. Los cambios corporales precipitan la ansiedad transicional por la eminencia de un nuevo rol y se comienza a reelaborar la visión de sí mismo y del mundo. En esta fase del desarrollo, los movimientos son de regresión y avance frente a las nuevas posibilidades que se abren. Las regresiones se desatan ante frustraciones sentidas como fracaso, incapacidad y amenaza a la seguridad. Entre los 12 y 14 años la preocupación psicológica gira básicamente alrededor de lo físico y lo emocional. Se produce una reestructuración de la imagen corporal, se vive un ajuste a los cambios corporales emergentes, el ánimo es fluctuante; hay una fuerte autoconciencia de las necesidades y deseos de comprensión y apoyo por parte de los mayores. Aún cuando las figuras parentales dejan de ser la fuente casi exclusiva de fomento de la autoestima, se hace imprescindible tener la posibilidad de compartir los problemas con los padres; las amistades se tornan cruciales. Los grupos tienden a ser del mismo sexo, facilitando el fortalecimiento de identidades y roles antes de entrar a la interacción heterosexual. La perdida del cuerpo infantil implica la necesidad de dejar atrás las modalidades de ajuste de la niñez, abandonar identificaciones infantiles y encontrar nuevas orientaciones de la conducta. Existen duelos por la pérdida de la identidad infantil así como de la imagen de los padres seguros y protectores de la niñez. En la familia afloran ansiedades ante el anuncio de cambios diferenciadores cuyo desenlace se ignora. Tradicionalmente, el comienzo de la pubertad marca la aparición del discurso en que los mayores enfatizan los riesgos y las perspectivas morales. La autonomía de la toma de decisiones no es fomentada. Culturalmente los indicios de desarrollo sexual tienden a ser enfrentada por los adultos de modo opuesto para cada sexo: control y vigilancia para las muchachas, estímulo y libertad para los varones. En las adolescentes la menarquia es un indicio de gran importancia y el anuncio es reinterpretado de acuerdo a las valoraciones atribuidas al destino de la mujer. Para los varones, las poluciones nocturnas son casi un secreto que se puede vivir con preocupación o perplejidad; la discreción es la respuesta que reciben con mayor frecuencia. La construcción de su masculinidad pasa por comprobaciones de virilidad exhibidas ante los pares para llegar a iniciarse en las pautas de la conquista heterosexual que las posiciones tradicionales de género demandan en su rol sexual. Aproximadamente entre los 14 y 16 años las preocupaciones psicológicas giran prioritariamente en torno a la afirmación personal-social y afloran las vivencias del amor. La familia ha dejado de ser el espacio privilegiado para confirmar las habilidades y autoestima adolescente, lo que genera en las figuras parentales el difícil desafío de lograr la capacidad de mantener y expresar, en las nuevas condiciones, la aceptación que es siempre fundamental para sus hijos 6 adolescentes. En la elaboración de patrones morales y conductuales entran a jugar un papel importante la historia previa vivida, las condiciones del entorno, las regulaciones sociales y culturales.En el desarrollo intelectual pasa de la posición infantil de estar "en" el mundo a una perspectiva "frente a él y a sí mismo". Este logro junto con la necesidad de diferenciación conduce al característico cuestionamiento de aspectos comportamentales y posiciones que se habían aceptado durante la socialización previa. La confrontación que se desencadena, amenaza las necesidades de control y autoestima de los mayores involucrados (padres, maestros, etc). Los adolescentes construyen espacios extrafamiliares donde tienen prestigio, las amistades aportan a la elaboración de la identidad y el rol: amplían las modalidades de relación interpersonal, son valoradas para el reconocimiento de destrezas y opciones y pueden contribuir a desarrollar la participación social. Las relaciones intrageneracionales permiten afirmar la identidad y refuerzan los procesos de independización y diferenciación. Son el respeto y la escucha mutua los que facilitan el desarrollo de destrezas de negociación y la interlocución constructiva con los adultos, necesarios para la incorporación social moderna. El poder es uno de los elementos constitutivos de esa identidad. En esta etapa de la adolescencia los grupos de pares están constituidos por ambos sexos y abren la posibilidad de un aprendizaje de convivencia. En los casos en que existen fracturas en el desarrollo y en el reconocimiento social, los grupos de adolescentes enfatizan el poder frente al entorno que los margina. La mayor parte de los efectos de dichas estrategias son transitorios, resuelven cosas simbólicamente, no transforman la sociedad, fallan en restablecer realmente su autoimagen y bienestar, pero logran ampliar sus experiencias y afirmar transitoriamente su presencia. Hacia el término del período los adolescentes no atribuyen lo que les ocurre fundamentalmente a circunstancias externas, sino que pueden reconocer y expresar sus capacidades de iniciativa, anticipación de resultados y manejo de consecuencias, negociación en la toma de decisiones y puesta en práctica de la solución de problemas. De esta forma procuran que sus sentimientos de adecuación y seguridad provengan de sus propias realizaciones. Un factor que opaca con frecuencia el empuje por explorar las perspectivas más afines de realización personal y participación social, es la desesperanza objetiva o aprendida de que no existen las opciones que permitan el desarrollo anhelado. En adolescentes deprivados, emocional o económicamente, la vulnerabilidad será mayor debido a que se establecen convicciones que llevan a rehuir las tensiones propias de su desarrollo y de las condiciones del ambiente, lo que favorece salidas sustitutivas, gratificaciones efímeras que dan sensaciones pasajeras de logro, reconocimiento y gratificaciones que buscan satisfacer la deprivación a cualquier costo, reacciones depresivas, etcétera. Si la situación en que los adolescentes se encuentran no brinda una perspectiva de oportunidades positivas, los adolescentes revierten hacia sí mismos la insatisfacción o desahogan su enojo contra el medio lo que les provee de sensación de poder. En muchos casos las conductas de riesgo son producto de la desorientación, de búsqueda de gratificaciones en un contexto de insatisfacción y profunda desesperanza. 7 Identidad versus confusión de identidad En la teoría de Erikson, la quinta crisis del desarrollo psicosocial, en la cual el adolescente, varón o mujer, deben determinar su propio sentido del sí (identidad), incluyendo el papel que van a jugar en la sociedad. Para formar una identidad, el yo organiza las habilidades, las necesidades y los deseos de la persona y ayuda a adaptarlos a las demandas de la sociedad. El crecimiento físico rápido y la maduración genital alertan al adolescente para su inminente vida adulta, y comienzan a preguntarse acerca de su papel en la sociedad. Erikson ve el peligro en esta etapa como una confusión de identidad que puede expresarse así mismo por tomar un tiempo demasiado largo para alcanzar la edad adulta. También pueden expresar confusión de identidad regresando a la niñez para evitar resolver conflictos o comprometiéndose ellos mismos impulsivamente en rumbos de acción malos e irreflexivos. Durante la moratoria psicosocial mucha gente joven busca compromisos a los cuales pueda ser fiel. Estos compromisos son aun tiempo ideológicos y personales y, en la medida en que la gente joven puede ser fiel a ellos, determina su habilidad para resolver crisis de esta etapa. La virtud fundamental que surge de esta crisis es la virtud de la fidelidad. TRASTORNO DE LA CONDUCTA Un patrón conductual repetitivo y persistente en el que son violados los derechos básicos de los demás, así como las normas y/o reglas sociales y etáreas establecidas por los mayores. Niños que han sido particularmente difíciles durante sus años escolares, tienden a mostrar severas dificultades conductuales, incluso delictuales durante la adolescencia. En los grupos socioeconómicos más pobres, estos jóvenes tienden a la vagancia, abandonan el colegio y corren el riesgo de caer rápidamente en actividades delictuales. En los sectores acomodados hay frecuentes cambios de colegios, uso de drogas y alcohol, generando también malos resultados a nivel escolar. El abordaje de los trastornos de conducta en el primer nivel de atención debe tener presente las circunstancias del niño, su nivel de escolaridad y la dinámica familiar vigente. Se manifiesta por la presencia de tres (o más) de los criterios diagnósticos que siguen, en los doce meses pasados y con por lo menos uno de ellos presente en los últimos seis meses: AGRESIÓN A LA GENTE Y A LOS ANIMALES Fastidia, amenaza o intimida frecuentemente a los demás. Provoca peleas frecuentemente. Ha usado un arma que podría causar serio daño físico a los demás (por ejemplo: un palo, ladrillo, botella rota, navaja o arma de fuego). Ha utilizado la crueldad física con los demás, Ha utilizado la crueldad física con los animales. Ha confrontado a su víctima mientras le robaba. Ha forzado a una persona a tener relaciones sexuales. 8 DESTRUCCIÓN DE LA PROPIEDAD Ha prendido fuego en forma deliberada, con la intención de causar grave daño. Ha destruido deliberadamente la propiedad ajena (por medios distintos a prender fuego). ENGAÑO O ROBO Ha irrumpido en casa ajena, un edificio o se ha apropiado de un automóvil. Con frecuencia miente para obtener cosas o ciertos favores de los demás, a fin de evadir sus propias obligaciones (embroma a los demás). Ha robado cosas de cierto valor, sin confrontar a sus víctimas. GRAVE VIOLACION DE LAS NORMAS Permanece fuera de casa por las noches, pese a la prohibición parental, empezando a hacerlo antes de los trece años. Se ha fugado de la casa por una noche por lo menos dos veces mientras vivía en el hogar paterno o sustituto (o una sola vez sin retornar por un período prolongado). Truhanería en la escuela, empezando antes de los trece años. El trastorno de la conducta causa perturbación clínica significativa en el funcionamiento social, académico u ocupacional del sujeto. ESPECIFICAR LA SEVERIDAD Leve: Pocos si los hubiere, problemas conductuales, además de aquellos requeridos para establecer el diagnóstico. Estos problemas no causan mayor daño a los demás. Moderado: El número y el efecto en los demás de los problemas conductuales es intermedio entre "leve" y "grave". Grave: Muchos problemas conductuales, además de los requeridos para establecer el diagnóstico, o éstos causan considerable daño a los demás. 9 TRASTORNO OPOSICIONISTA DESAFIANTE Se define como un patrón de conductas negativistas, hostiles y desafiantes que duran por lo menos seis meses, durante los cuales cuatro (o más) de los síntomas siguientes están presentes: Se descontrola con frecuencia. Discute con los adultos frecuentemente. Desafía abiertamente o rechaza cumplir las normas establecidas por los adultos, en forma frecuente. Irrita frecuente y deliberadamente a los demás. Acusa a los demás de ocasionar sus errores o mala conducta, con frecuencia. Frecuentemente muy sensible e irritable por la actitud de los demás. Frecuentemente colérico y resentido. Frecuentemente despectivo o vengativo. Se considera que reúne el criterio cuando la conducta ocurre más frecuentemente que lo que se observa típicamente en sujetos de edad y nivel de desarrollo comparable. TRASTORNOS DISOCIALES DEFINICIÓN El prefijo dis denota que el comportamiento se aparta de lo que se considera normal o funcional a un propósito. El no-acatamiento de las normas establecidas por los adultos, en el supuesto de que estas fuesen adecuadas, puede ser disfuncional a una convivencia armónica y devenir presumiblemente anormal, pero no necesariamente patológico. Anti entraña una oposición que resulta violadora de las normas sociales (los derechos de los demás). Los trastornos disociales se caracterizan por una forma persistente y reiterada de comportamiento disocial, agresivo o retador. En sus grados más extremos puede llegar a violaciones de las normas mayores de las que serían aceptables para el carácter y la edad del individuo afectado y las características de la sociedad donde vive. Se trata por tanto de desviaciones más graves que la simple "maldad" infantil o rebeldía adolescente. Los actos antisociales o criminales aislados no son, por sí mismos, base para el diagnóstico que implica una forma duradera de comportamiento. Los rasgos del trastorno disocial pueden también ser secundarios a otros trastornos psiquiátricos. Los trastornos disociales pueden evolucionar en algunos casos hacia un trastorno disocial de la personalidad. Los trastornos disociales suelen estar relacionados con un ambiente psicosocial desfavorable, entre ellos relaciones familiares no satisfactorias y fracaso escolar, y se presenta con más frecuencia en varones. La distinción entre los trastornos disociales y los trastornos de las emociones es bien definida, mientras que su diferenciación del trastorno hipercinético es menos clara y es frecuente un solapamiento entre ambos. Lo que importa es el contexto social y cultural en el que vive el niño, su dotación genética y el tipo de experiencia a la que está sujeto. En ese sentido es 10 congruente hacer alusión a la sociedad en la que se desenvuelve y los factores psicosociales a normales que pudieran perturbar el despliegue de sus potencialidades constitucionales (factores genéticos, temperamento y no-carácter, y desarrollo neurointegrativo) o trastornar sus interacciones (vinculaciones, desarrollo del self, cohesión y adaptabilidad familiares, escolaridad, resilencia frente a situaciones carenciales). Las formas de comportamiento en las que se basa el diagnóstico pueden ser del tipo de las siguientes: grados excesivos de peleas o intimidaciones, crueldad hacia otras personas o animales, destrucción grave de pertenencias ajenas, robo mentiras reiteradas, faltas a la escuela y fugas del hogar provocaciones, desafíos y desobediencia grave y persistente. No es sorprendente que niños que se involucran en problemas a una edad temprana tengan mayor probabilidad de meterse en problemas más serios, posteriormente. Robar decir mentiras, holgazanear y logros educativos pobres son, a menudo, predecesores de futura delincuencia. Un reciente estudio hecho en Estados Unidos concluyó que la delincuencia no es un fenómeno de clase sino, más bien el resultado de tormenta emocional que afecta a la gente joven de todos los niveles de la sociedad. En algunos casos la delincuencia ha sido relacionada con antecedentes de abuso físico y sexual y con problemas neurológicos y psiquiátricos. La familia del delincuente Algunas características familiares están asociadas con la delincuencia juvenil. Investigaciones han encontrado que la conducta antisocial en los adolescentes está relacionadas con la incapacidad de los padres para seguir la huella de las actividades de sus hijos y de disciplinarlos. Fue especialmente interesante el descubrimiento de que el predictor más deficiente es el del nivel socioeconómico (Loeber y Dishion, 1983) FACTORES BIOLOGICOS Los rasgos temperamentales del "niño difícil", de acuerdo a los criterios de Chess y Thomas, son característicos en la historia de vida de estos niños. El riesgo de trastornos de la conducta es mayor entre los hijos de padres con trastornos de conducta, trastorno de la personalidad antisocial y trastornos por consumo de sustancias psicotropas. Dada la prevalencia de estos trastornos en varones, se ha propuesto a la testosterona como un factor etiológico importante. Desde esta perspectiva se ha podido demostrar una correlación positiva entre los niveles plasmáticos de testosterona y agresividad en adolescentes varones, pero no en chicos prepuberales. FACTORES PSICOLOGICOS Eysenck puntualiza que lo que caracteriza al niño antisocial es un fracaso en el aprendizaje social, resultado de pobre capacidad de condicionamiento, lo que se asocia con extraversión y neuroticismo altos. 11 Las teorías conductuales del aprendizaje social y el desarrollo infantil (Bandura, Bijou), señalan que la carencia de reglas claras y consistentes en el hogar, así como una disciplina coherente con estas normas; normas parentales (y fraternales) antisociales o agresivos; la violencia percibida, sufrida o perpetrada; y el modelaje a partir de los medios de comunicación masiva (exaltación de conductas violentas y /o disruptivas en la televisión y en la prensa escrita), actúan como factores patogénicos de los trastornos de conducta. La interacción con un grupo de pares está estrechamente ligada a los estilos de vida de los pares, los que entrañan riesgo de trastorno de conducta acrecentado cuando los factores socioeconómicos son negativos. Determinados tipos de conducta pueden ser adaptativos a las circunstancias difíciles - en la terminología de la UNICEF- en que viven vastos sectores de la infancia en Latinoamérica, tales como los niños de la calle o los trabajadores informales (ambulantes). Estos procesos adaptativos entrañan una ruptura epistemológica con las nociones de juicio moral tributarias de Piaget y Kholberg, en tanto que las necesidades primarias de supervivencia, esquematizadas por los seguidores de Max Neef, se anteponen a principios posconvencionales. Así el robo a pequeña escala o la mendicidad adquieren -desde la perspectiva de estos niños- patente de viabilidad social. Desde otra perspectiva la mayor o menor obediencia a las normas establecidas por los adultos, dependerá del grado de aceptación por los niños de los patrones de normalidad establecidos por aquellos. De acuerdo a Winnicott, para que emerja un self auténtico es necesario que el niño sea suficientemente obediente, pero no que lo sea en extremo, como muchos padres quisieran. En el otro extremo se abre paso el control coercitivo (Patterson), que apela a una petición con efecto perverso; el niño desobediente responde con un comportamiento aversivo y disuasivo, mediante el cual intimida a quienes están en su entorno y perpetua una escala de agresión, que se hace patente en los trastornos oposicionistas y desafiantes. FACTORES SOCIALES Rutter afirma que determinadas circunstancias, requieren ser tratados con cautela: por ejemplo, los estilos de vinculación del niño con su madre, la mayor impronta de las disputas previas en comparación con la separación de los padres, como tal, o la vigencia del nivel socioeconómico como agentes determinantes de trastornos de conducta. Una y otra vez, estudios sobre conducta violenta, consumo de sustancias psicotrópicas y suicidio apuntan a una pluricausalidad que es ajena a la individualización de factores de riesgo por sí mismos. A las variables personales como ser varón, tener un determinado temperamento y una relativa dotación intelectual, se suman -como predictores tradicionales de mayor prevalencia de trastornos de conducta- un bajo status socioeconómico y una familia disfuncional, en las que las prácticas parentales son cruciales. A todo ello se agregan la actitud del niño/a frente al colegio y la influencia que sobre él (ella) ejerzan sus pares. 12 Un estudio sobre factores psicosociales de riesgo suicida en niños y adolescentes, publicado en 1997 por Gold et al, resalta que "las pérdidas interpersonales y las crisis disciplinarias fueron más frecuentes en las víctimas con trastornos disgregantes"; en otro acápite advierte que los antecedentes familiares de conducta suicida aumentaron mucho el riesgo de suicidio, pero ello " puede reflejar un factor genético y no un índice general de caos y psicopatologías familiares...". SITUACIONES PSICOSOCIALES ANORMALES 00. No hay distorsión significativa o inadecuación en el ambiente psicosocial. 1. Relaciones intrafamiliares anormales. 1.0 Falta de calidez en la relación parentofilial. 1.1 Desacuerdo intrafamiliar entre los adultos. 1.2 Hostilidad hacia el niño o utilización de este como "chivo expiatorio". 1.3 Maltrato físico del niño. 1.4 Abuso sexual (en el contexto familiar). 1.5 Otros. 2 Trastorno, desviación o minusvalía mental familiar. 2.1 Trastorno o desviación mental parental. 2.2 Minusvalía o discapacidad parental. 2.3 Discapacidad en los hermanos. 2.4 Otros 3 Comunicación intrafamiliar inadecuada o distorsionada. 4 Anormalidades cualitativas en la crianza. 4.0 Sobreprotección parental. 4.1 Supervisión o control, parentales inadecuados. 4.2Privación de estímulos adecuados para la crianza. 4.3 Presiones parentales que se apartan de lo normal. 4.4 Otros. 5 Entorno inmediato anormal. 5.0 Crianza institucionalizada. 5.1 Situación parental anómala. 5.2 Familia aislada. 5.3 Condiciones de vida que crean situaciones psicosociales potencialmente peligrosas. 5.4 Otros. 6 Acontecimientos vitales negativos inmediatos. 6.0 Pérdida de una relación de amor 6.1 Cambios en el ambiente hogareño con una connotación amenazante significativa. 6.2 Patrón de relaciones familiares alterado. 6.3 Eventos que generan pérdida de la autoestima. 6.4 Abuso sexual (extrafamiliar). 6.5 Experiencia personal aterrorizante. 13 6.6 Otros. 7 Estresores sociales. 7.0 Persecución o discriminación adversa. 7.1 Migración o transplante social. 7.2 Otros. 8 Estrés crónico asociado con el colegio/trabajo. 8.0 Relaciones discordantes con los pares. 8.1 Interacciones negativas con los profesores/supervisores. 8.2 Conflictos generalizados en el colegio/trabajo. 8.3 Otros. 9 Eventos o situaciones estresantes como consecuencia de un trastorno o discapacidad en la niñez. 9.0 Crianza institucionalizada. 9.1 Cambios en el ambiente hogareño con una connotación amenazante significativa. 9.2 Eventos que generan pérdida de autoestima. 9.3 Otros. No se pueden asumir modelos de comportamiento normal-anormal-patológicos universalmente válidos, sin tomar en cuenta condicionamientos culturales y sociales que modifican fenotípicamente los determinantes genéticos. El uso de modelos cognitivo-conductuales es la forma de terapia más utilizada y validada en los trastornos de conducta. CONSUMO DE DROGAS Y ALCOHOL En algunos países el consumo de drogas ilegales, como la marihuana y de alcohol se ha generalizado tanto, que según algunos autores esto plantea la cuestión de hasta donde se puede clasificar de patológico o de "normativo" el uso de estas sustancias por parte de adolescentes. El hecho de que el uso de esas sustancias sea ilegal las convierte en un fenómeno de abuso, y en consecuencia, desadaptativo en relación a la sociedad. Además de los costos relacionados con la salud, existe un malestar y un costo relacionado con las violencias asociadas con el abuso y la dependencia de las drogas y el alcohol que no es fácil de estimar, pero que es muy alto en todas las sociedades. Ya no existen dudas en la actualidad acerca de que el componente genético marque la severidad de la dependencia y en consecuencia estemos, de antemano, ante dos poblaciones diferentes, o con distinto nivel de vulnerabilidad en función de la distinta capacidad de metabolización de las sustancias. Esto significa que está comprobado que influyen factores de vulnerabilidad o predisposición biológica además de los psicosociales y comunitarios. Se puede indicar entonces que en el origen de los trastornos de adicción a sustancias psicoactivas intervienen: Factores biológicos Factores psicológicos Comunitarios: el barrio en que se vive es el indicador más claro acerca del tipo de qué tipo de drogas se pueden consumir y el probable patrón de consumo ; 14 Sociales: en el sentido de la influencia de la sociedad más amplia que actúa sobre la comunidad en que vive el sujeto. En función de la evidencia acumulada, algunos autores proponen también en la actualidad diferenciar los factores de riesgo para el abuso del alcohol, y posiblemente, de otras drogas de aquellos que conducirán a la dependencia y que estarían marcados, en este último grupo, por una carga genética imprescindible que, sin embargo, debe interaccionar con los factores ambientales para activarse o mantenerse inactiva. 15 CONCLUSION Después de realizar el trabajo hemos concluido que el desajuste social, es una etapa normal en la adolescencia y que se produce debido a la presión social que sufre el adolescente debido a que la sociedad espera que se ajuste a una función social, lo ve como un relevo generacional y un ente productivo que ha de ajustarse lo más posible a esa función. Sin embargo el adolescente que ha crecido en un medio familiar respetuoso, afectivo y confiado va a pasar esta etapa sin mayores crisis, pero si las bases sociales y afectivas son deficitarias y el adolescente carece de perspectivas de desarrollo, la vulnerabilidad es mayor, se ven aumentadas las formas de satisfacción sustitutivas inmediatas (alcohol, drogas) y acaban desahogándose contra sí mismos o contra el medio, porque les da sensación de poder. Esta actitud de rebeldía se ha repetido a lo largo de la historia y da cuenta de que los jóvenes adolescentes acaban sumergidos en el sistema del cual renegaron, cabe destacar algo positivo de esta actitud y es que este espíritu crítico le confiere una forma de intentar mejorar la sociedad, la cual ha de respetar las diferencias existentes en las personas y no discriminar mediante los estereotipos, ya sean sociales, sexuales o raciales, que muchas veces etiqueta y enjuicia sin evidencia que lo avalen. Y aunque nos parezca injusta la situación, la sociedad la formamos todos. Y el cambio empieza por uno. 16 ADOLESCENCIA Etapa de maduración entre la niñez y la condición de adulto. Distintos tipos de desarrollo: Desarrollo físico: con el comienzo de la pubertad ocurren cambios drásticos en la estatura y rasgos físicos. Desarrollo intelectual: Capacidad para comprender problemas complejos (Piaget) Desarrollo sexual: Como consecuencia de que la actividad sexual en los adolescentes aumenta, implica un mayor número de embarazos y de enfermedades de transmisión sexual. Desarrollo emocional: Existen varias teorías; entre ellas que es un período de crisis y stress emocional producido por los importantes y rápidos cambios psicológicos en la pubertad. Stanley Hall. Erick Erikson. Margaret Mead. 17 Son deficitarias DESAJUSTE SOCIAL EN LA ADOLESCENCIA ADOLESCENCIA Proceso preparatorio para la incorporación al rol adulto en la Sociedad Futuro de la sociedad y relevo generacional Meta = adultez como etapa de inserción social Elaboración de la Identidad Sentimiento de reconocimiento, pertenencia y diferenciación DESAJUSTE SOCIAL Transgresión de las normas que impone la sociedad Espera que un grupo determinado de sus miembros adquieran un modelo, en tanto a su conducta, vestimenta, alimentación, vivienda, etc en aspectos particulares considerados conducentes para el mantenimiento de los valores sociales. FACTORES DE DESAJUSTE SOCIAL 18 FACTORES BIOLOGICOS Hijos de padres con trastorno de la conducta, personalidad antisocial, consumo de sustancias psicotrópicas. FACTORES PSICOLOGICOS Carencia de reglas claras y consistentes en el hogar. Modelos parentales antisociales y agresivos. Violencia sufrida o perpetrada. Medios de comunicación. FACTORES SOCIALES Vinculación con su madre. Separación de los padres. Nivel económico. Actitud del niño frente al colegio. 19