ADOLESCENCIA Y DESAJUSTE SOCIAL

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ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES
UNIVERSIDAD DE VALPARAISO
ADOLESCENCIA
Y
DESAJUSTE SOCIAL
PAOLA ARRIAGADA
BUNSTER
PAULINA CABEZAS GARCIA
MARISEL HERNANDEZ GOMEZ
DANIELA MENA
SERRANO
ALEJANDRA MESIAS COLARTE
INTRODUCCIÓN
En el presente trabajo hemos querido explicar, basados en las teorías que existen
con respecto al desajuste social en esta etapa tan crucial como lo es la
adolescencia.
Se especifican los cambios más importantes que se producen, ya sea tanto a nivel
psicológico, como biológico y social, para una mejor comprensión de los cambios
que ocurren. Estos factores están relacionados entre sí y la conducta del
adolescente es el resultado de un proceso vivido con anterioridad, mediante las
vivencias que ha experimentado desde incluso antes de nacer, es por eso que
destacamos la relación afectiva, de comunicación, aceptación y tolerancia mutua
de los padres a los hijos, y de estos con sus padres en este importante paso de
construcción de identidad.
En la adolescencia tiene lugar también una gradual maduración emocional, y es
por ello que se logran características y capacidades tanto psíquicas como
intelectuales en virtud de las cuales el adolescente se adapta y se ajusta a la
convivencia y trato con los adultos.
A grandes rasgos la evolución psicológica del adolescente pasa por tres aspectos
fundamentales a) descubre su yo interno b)también descubre los valores
estéticos, morales y religiosos c)siente una profunda necesidad de salir de sí
mismo. La maduración psicológica termina en una transformación de su vida
afectiva e intelectual a medida que se va adaptando a su vida en sociedad.
Durante este proceso de adaptación pueden surgir accidentes que le confieran a
la personalidad una estructura anormal o patológica, los que pueden ser leves o
más graves.
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ADOLESCENCIA
Etapa de maduración entre la niñez y la condición de adulto. El término denota el
período desde el inicio de la pubertad hasta la madurez y suele empezar entorno a
la edad de 14 años en los varones y de 12 en las mujeres. Aunque esta etapa de
transición varia entre las diferentes culturas, en general se define como el período
de tiempo
que los individuos necesitan para considerarse autónomos e
independientes socialmente.
DESARROLLO FISICO
El comienzo de la pubertad está asociado con cambios drásticos en la estatura y
en los rasgos físicos. En este momento la actividad de la hipófisis supone un
incremento en la secreción de determinadas hormonas con un efecto fisiológico
general. La hormona del crecimiento produce una aceleración del crecimiento que
lleva al cuerpo hasta casi su altura y peso adulto en unos dos años. Este rápido
crecimiento se produce antes en las mujeres que en los varones, indicando
también que las primeras maduran sexualmente antes que los segundos. La
madurez sexual en las mujeres viene marcada por el comienzo de la menstruación
y en los varones por la producción de semen. Las principales hormonas que
dirigen este cambio son los andrógenos masculinos y los estrógenos femeninos.
Estas sustancias están también asociadas con la aparición de las características
sexuales secundarias. En los varones aparece el vello facial, corporal y púbico, y
la voz se hace más profunda. En las mujeres aparece el vello corporal y púbico,
los senos aumentan y las caderas se ensanchan. Estos cambios físicos pueden
estar relacionados con las modificaciones psicológicas; de hecho, algunos
estudios sugieren que los individuos que maduran antes están mejor adaptados
que sus contemporáneos que maduran más tarde. Igualmente estos cambios
físicos en la adolescencia afectan al autoconcepto y la personalidad.
DESARROLLO INTELECTUAL
Durante la adolescencia no se producen cambios radicales en las funciones
intelectuales, sino que la capacidad de entender problemas complejos se
desarrolla gradualmente. El psicólogo francés Jean Piaget determinó que la
adolescencia es el inicio de la etapa del pensamiento de las operaciones
formales, que puede definirse como el pensamiento que implica una lógica
deductiva. Piaget asumió que esta etapa ocurría en todos los individuos sin tener
en cuenta las experiencias educacionales o ambientales de cada uno. Sin
embargo, los datos de las investigaciones posteriores no apoyan esta hipótesis y
muestran que la capacidad de los adolescentes para resolver problemas
complejos está en función del aprendizaje acumulado y de la educación recibida.
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DESARROLLO SEXUAL
Los cambios físicos que ocurren en la pubertad son los responsables de la
aparición del instinto sexual. En esta etapa su satisfacción es complicada, debida
a los numerosos tabúes sociales, como a la ausencia de los conocimientos
adecuados acerca de la sexualidad. Sin embargo, a partir de la década de los ´60,
la actividad sexual entre los adolescentes se ha incrementado, por otro lado,
algunos adolescente no están interesados o no tienen información acerca de los
métodos de control de natalidad o los síntomas de las enfermedades de
transmisión sexual. Como consecuencia de esto, el número de muchachas que
tienen hijos a esta edad y la incidencia de las enfermedades venéreas está
aumentando.
DESARROLLO EMOCIONAL
El psicólogo estadounidense G. Stanley Hall afirmó que la adolescencia es un
período de estrés emocional producido por los cambios psicológicos importantes y
rápidos que se producen en la pubertad. Sin embargo, los estudios de la
antropóloga estadounidense Margaret Mead mostraron que el estrés emocional
es evitable, aunque está determinado por motivos culturales. Sus conclusiones se
basan en la variación existente en distintas culturas respecto a las dificultades en
la etapa de transición desde la niñez hasta la condición de adulto. El psicólogo
estadounidense de origen alemán EriK Erikson entiende el desarrollo como un
proceso psicosocial que continúa a lo largo de toda la vida.
El objetivo psicosocial del adolescente es la evolución desde una persona
dependiente hasta otra independiente, cuya identidad le permita desarrollarse con
otros de un modo autónomo. La aparición de problemas emocionales es muy
frecuente entre los adolescentes.
REACCIONES DE ADAPTACION
CRISIS DE ADOLESCENCIA
Las condiciones de estrés de los adolescentes en la sociedad occidental se
relacionan con:
 Metamorfosis física y psíquica.
 Necesidad de encontrar un rol en la sociedad
 Conflictos familiares
Las manifestaciones más comunes de las reacciones de adaptación al estrés son:
 Conducta agresiva antisocial
 Ansiedad, inestabilidad emocional y repliegue social
 Fracaso académico, laboral o social
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La mayoría de los episodios son benignos, se resuelven cuando la presión afloja o
el adolescente madura lo suficiente para encarar y resolver algunas de las áreas
que colorean la vida del adolescente en familia y en el grupo.
CRITICA A LAS FIGURAS DE LA AUTORIDAD
Los jóvenes tienen una capacidad nueva para imaginar su mundo ideal. Se dan
cuenta de que la gente a la que veneraban se cayó de su pedestal, y se sienten
obligados a decirlo con frecuencia. Si los padres no toman estas críticas como
alusiones personales,
respetando el desarrollo cognoscitivo y social del
adolescente, serán capaces de responder a estos comentarios con realismo,
haciendo ver que nada, ni nadie es perfecto.
TENDENCIA A DISCUTIR
Los Adolescentes quieren practicar su nueva capacidad para ver los más leves
matices de un hecho y con frecuencia lo hacen discutiendo.
AUTOCONCIENCIA
La exagerada autoconciencia de los adolescentes tiene mucho que ver con la
audiencia imaginaria, un observador que existe sólo en su mente quién está tan
preocupado como ellos de su conducta y de sus pensamientos. Los adolescentes
pueden ponerse ellos mismos en la mente de otra persona, pueden pensar acerca
de los pensamientos de otras personas. Puesto que tienen problemas para
distinguir lo que es interesante para ellos de lo que es para otras personas, sin
embargo suponen que cualquiera está pensando acerca de lo mismo que ellos
están pensando. A causa de que esta clase de autoconciencia es especialmente
angustiosa durante la adolescencia, Elkind recomienda que los adultos eviten
criticar o ridiculizar en público a los jóvenes adolescentes.
CONCENTRACION EN SÍ MISMOS
Elkind usa el término mitopersonal para referirse a la convicción de que somos
especiales, que nuestra experiencia es única y que nosotros estamos sujetos a las
reglas naturales que gobiernan al resto del mundo. Este es un aspecto importante
del egocentrismo del adolescente, que es particularmente evidente en la
adolescencia temprana, responsable de una gran cantidad de conductas
autodestructivas de los adolescentes que piensan que están mágicamente
protegidos de cualquier daño.
IRRESOLUCION
Los adolescentes tienen problema en decidirse acerca de las cosas más simples,
porque de repente se dan cuenta de las muchas posibilidades que hay en la vida.
HIPOCRESIA APARENTE
Los adolescentes generalmente no reconocen la diferencia entre formular un ideal
y trabajar realmente en su persecución.
Mientras más hable el adolescente acerca de sus teorías personales y escuche a
otra gente, más pronto llegará a la madurez de pensamiento, estarán mejor
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equipados para pensar acerca de sus propias identidades, para entablar
relaciones adultas y determinar cómo y cuándo encajan en la sociedad.
FASES DE LA ADOLESCENCIA
Los impulsos correspondientes a los cambios físicos y fisiológicos acelerados
irrumpen en la adolescencia, crean las premisas psíquicas para una nueva
estructuración de la orientación personal. Los cambios corporales precipitan la
ansiedad transicional por la eminencia de un nuevo rol y se comienza a reelaborar
la visión de sí mismo y del mundo. En esta fase del desarrollo, los movimientos
son de regresión y avance frente a las nuevas posibilidades que se abren. Las
regresiones se desatan ante frustraciones sentidas como fracaso, incapacidad y
amenaza a la seguridad.
Entre los 12 y 14 años la preocupación psicológica gira básicamente alrededor de
lo físico y lo emocional. Se produce una reestructuración de la imagen corporal, se
vive un ajuste a los cambios corporales emergentes, el ánimo es fluctuante; hay
una fuerte autoconciencia de las necesidades y deseos de comprensión y apoyo
por parte de los mayores. Aún cuando las figuras parentales dejan de ser la fuente
casi exclusiva de fomento de la autoestima, se hace imprescindible tener la
posibilidad de compartir los problemas con los padres; las amistades se tornan
cruciales. Los grupos tienden a ser del mismo sexo, facilitando el fortalecimiento
de identidades y roles antes de entrar a la interacción heterosexual.
La perdida del cuerpo infantil implica la necesidad de dejar atrás las modalidades
de ajuste de la niñez, abandonar identificaciones infantiles y encontrar nuevas
orientaciones de la conducta. Existen duelos por la pérdida de la identidad infantil
así como de la imagen de los padres seguros y protectores de la niñez. En la
familia afloran ansiedades ante el anuncio de cambios diferenciadores cuyo
desenlace se ignora.
Tradicionalmente, el comienzo de la pubertad marca la aparición del discurso en
que los mayores enfatizan los riesgos y las perspectivas morales. La autonomía
de la toma de decisiones no es fomentada. Culturalmente los indicios de desarrollo
sexual tienden a ser enfrentada por los adultos de modo opuesto para cada sexo:
control y vigilancia para las muchachas, estímulo y libertad para los varones.
En las adolescentes la menarquia es un indicio de gran importancia y el anuncio
es reinterpretado de acuerdo a las valoraciones atribuidas al destino de la mujer.
Para los varones, las poluciones nocturnas son casi un secreto que se puede vivir
con preocupación o perplejidad; la discreción es la respuesta que reciben con
mayor frecuencia. La construcción de su masculinidad pasa por comprobaciones
de virilidad exhibidas ante los pares para llegar a iniciarse en las pautas de la
conquista heterosexual que las posiciones tradicionales de género demandan en
su rol sexual.
Aproximadamente entre los 14 y 16 años las preocupaciones psicológicas giran
prioritariamente en torno a la afirmación personal-social y afloran las vivencias del
amor. La familia ha dejado de ser el espacio privilegiado para confirmar las
habilidades y autoestima adolescente, lo que genera en las figuras parentales el
difícil desafío de lograr la capacidad de mantener y expresar, en las nuevas
condiciones, la aceptación que es siempre fundamental para sus hijos
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adolescentes. En la elaboración de patrones morales y conductuales entran a
jugar un papel importante la historia previa vivida, las condiciones del entorno, las
regulaciones sociales y culturales.En el desarrollo intelectual pasa de la posición
infantil de estar "en" el mundo a una perspectiva "frente a él y a sí mismo". Este
logro junto con la necesidad de diferenciación conduce
al característico
cuestionamiento de aspectos comportamentales y posiciones que se habían
aceptado durante la socialización previa. La confrontación que se desencadena,
amenaza las necesidades de control y autoestima de los mayores involucrados
(padres, maestros, etc).
Los adolescentes construyen espacios extrafamiliares donde tienen prestigio, las
amistades aportan a la elaboración de la identidad y el rol: amplían las
modalidades de relación interpersonal, son valoradas para el reconocimiento de
destrezas y opciones y pueden contribuir a desarrollar la participación social. Las
relaciones intrageneracionales permiten afirmar la identidad y refuerzan los
procesos de independización y diferenciación. Son el respeto y la escucha mutua
los que facilitan el desarrollo de destrezas de negociación y la interlocución
constructiva con los adultos, necesarios para la incorporación social moderna. El
poder es uno de los elementos constitutivos de esa identidad. En esta etapa de la
adolescencia los grupos de pares están constituidos por ambos sexos y abren la
posibilidad de un aprendizaje de convivencia.
En los casos en que existen fracturas en el desarrollo y en el reconocimiento
social, los grupos de adolescentes enfatizan el poder frente al entorno que los
margina. La mayor parte de los efectos de dichas estrategias son transitorios,
resuelven cosas simbólicamente, no transforman la sociedad, fallan en restablecer
realmente su autoimagen y bienestar, pero logran ampliar sus experiencias y
afirmar transitoriamente su presencia.
Hacia el término del período los adolescentes no atribuyen lo que les ocurre
fundamentalmente a circunstancias externas, sino que pueden reconocer y
expresar sus capacidades de iniciativa, anticipación de resultados y manejo de
consecuencias, negociación en la toma de decisiones y puesta en práctica de la
solución de problemas. De esta forma procuran que sus sentimientos de
adecuación y seguridad provengan de sus propias realizaciones. Un factor que
opaca con frecuencia el empuje por explorar las perspectivas más afines de
realización personal y participación social, es la desesperanza objetiva o
aprendida de que no existen las opciones que permitan el desarrollo anhelado. En
adolescentes deprivados, emocional o económicamente, la vulnerabilidad será
mayor debido a que se establecen convicciones que llevan a rehuir las tensiones
propias de su desarrollo y de las condiciones del ambiente, lo que favorece salidas
sustitutivas, gratificaciones efímeras que dan sensaciones pasajeras de logro,
reconocimiento y gratificaciones que buscan satisfacer la deprivación a cualquier
costo, reacciones depresivas, etcétera. Si la situación en que los adolescentes se
encuentran no brinda una perspectiva de oportunidades positivas, los
adolescentes revierten hacia sí mismos la insatisfacción o desahogan su enojo
contra el medio lo que les provee de sensación de poder.
En muchos casos las conductas de riesgo son producto de la desorientación, de
búsqueda de gratificaciones en un contexto de insatisfacción y profunda
desesperanza.
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Identidad versus confusión de identidad En la teoría de Erikson, la quinta crisis
del desarrollo psicosocial, en la cual el adolescente, varón o mujer, deben
determinar su propio sentido del sí (identidad), incluyendo el papel que van a jugar
en la sociedad. Para formar una identidad, el yo organiza las habilidades, las
necesidades y los deseos de la persona y ayuda a adaptarlos a las demandas de
la sociedad. El crecimiento físico rápido y la maduración genital alertan al
adolescente para su inminente vida adulta, y comienzan a preguntarse acerca de
su papel en la sociedad. Erikson ve el peligro en esta etapa como una confusión
de identidad que puede expresarse así mismo por tomar un tiempo demasiado
largo para alcanzar la edad adulta. También pueden expresar confusión de
identidad regresando a la niñez para evitar resolver conflictos o
comprometiéndose ellos mismos impulsivamente en rumbos de acción malos e
irreflexivos. Durante la moratoria psicosocial mucha gente joven busca
compromisos a los cuales pueda ser fiel. Estos compromisos son aun tiempo
ideológicos y personales y, en la medida en que la gente joven puede ser fiel a
ellos, determina su habilidad para resolver crisis de esta etapa. La virtud
fundamental que surge de esta crisis es la virtud de la fidelidad.
TRASTORNO DE LA CONDUCTA
Un patrón conductual repetitivo y persistente en el que son violados los derechos
básicos de los demás, así como las normas y/o reglas sociales y etáreas
establecidas por los mayores. Niños que han sido particularmente difíciles durante
sus años escolares, tienden a mostrar severas dificultades conductuales, incluso
delictuales durante la adolescencia.
En los grupos socioeconómicos más pobres, estos jóvenes tienden a la vagancia,
abandonan el colegio y corren el riesgo de caer rápidamente en actividades
delictuales. En los sectores acomodados hay frecuentes cambios de colegios, uso
de drogas y alcohol, generando también malos resultados a nivel escolar.
El abordaje de los trastornos de conducta en el primer nivel de atención debe
tener presente las circunstancias del niño, su nivel de escolaridad y la dinámica
familiar vigente.
Se manifiesta por la presencia de tres (o más) de los criterios diagnósticos que
siguen, en los doce meses pasados y con por lo menos uno de ellos presente en
los últimos seis meses:
AGRESIÓN A LA GENTE Y A LOS ANIMALES
 Fastidia, amenaza o intimida frecuentemente a los demás.
 Provoca peleas frecuentemente.
 Ha usado un arma que podría causar serio daño físico a los demás (por
ejemplo: un palo, ladrillo, botella rota, navaja o arma de fuego).
 Ha utilizado la crueldad física con los demás,
 Ha utilizado la crueldad física con los animales.
 Ha confrontado a su víctima mientras le robaba.
 Ha forzado a una persona a tener relaciones sexuales.
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DESTRUCCIÓN DE LA PROPIEDAD
 Ha prendido fuego en forma deliberada, con la intención de causar grave daño.
 Ha destruido deliberadamente la propiedad ajena (por medios distintos a
prender fuego).
ENGAÑO O ROBO
 Ha irrumpido en casa ajena, un edificio o se ha apropiado de un automóvil.
 Con frecuencia miente para obtener cosas o ciertos favores de los demás, a
fin de evadir sus propias obligaciones (embroma a los demás).
 Ha robado cosas de cierto valor, sin confrontar a sus víctimas.
GRAVE VIOLACION DE LAS NORMAS
 Permanece fuera de casa por las noches, pese a la prohibición parental,
empezando a hacerlo antes de los trece años.
 Se ha fugado de la casa por una noche por lo menos dos veces mientras vivía
en el hogar paterno o sustituto (o una sola vez sin retornar por un período
prolongado).
 Truhanería en la escuela, empezando antes de los trece años.
El trastorno de la conducta causa perturbación clínica significativa en el
funcionamiento social, académico u ocupacional del sujeto.
ESPECIFICAR LA SEVERIDAD
Leve: Pocos si los hubiere, problemas conductuales, además de aquellos
requeridos para establecer el diagnóstico. Estos problemas no causan mayor
daño a los demás.
Moderado: El número y el efecto en los demás de los problemas conductuales
es intermedio entre "leve" y "grave".
Grave: Muchos problemas conductuales, además de los requeridos para
establecer el diagnóstico, o éstos causan considerable daño a los demás.
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TRASTORNO OPOSICIONISTA DESAFIANTE
Se define como un patrón de conductas negativistas, hostiles y desafiantes que
duran por lo menos seis meses, durante los cuales cuatro (o más) de los síntomas
siguientes están presentes:
 Se descontrola con frecuencia.
 Discute con los adultos frecuentemente.
 Desafía abiertamente o rechaza cumplir las normas establecidas por los
adultos, en forma frecuente.
 Irrita frecuente y deliberadamente a los demás.
 Acusa a los demás de ocasionar sus errores o mala conducta, con frecuencia.
 Frecuentemente muy sensible e irritable por la actitud de los demás.
 Frecuentemente colérico y resentido.
 Frecuentemente despectivo o vengativo.
Se considera que reúne el criterio cuando la conducta ocurre más frecuentemente
que lo que se observa típicamente en sujetos de edad y nivel de desarrollo
comparable.
TRASTORNOS DISOCIALES
DEFINICIÓN
El prefijo dis denota que el comportamiento se aparta de lo que se considera
normal o funcional a un propósito. El no-acatamiento de las normas establecidas
por los adultos, en el supuesto de que estas fuesen adecuadas, puede ser
disfuncional a una convivencia armónica y devenir presumiblemente anormal, pero
no necesariamente patológico. Anti entraña una oposición que resulta violadora
de las normas sociales (los derechos de los demás).
Los trastornos disociales se caracterizan por una forma persistente y reiterada de
comportamiento disocial, agresivo o retador. En sus grados más extremos puede
llegar a violaciones de las normas mayores de las que serían aceptables para el
carácter y la edad del individuo afectado y las características de la sociedad donde
vive. Se trata por tanto de desviaciones más graves que la simple "maldad" infantil
o rebeldía adolescente. Los actos antisociales o criminales aislados no son, por sí
mismos, base para el diagnóstico que implica una forma duradera de
comportamiento.
Los rasgos del trastorno disocial pueden también ser secundarios a otros
trastornos psiquiátricos. Los trastornos disociales pueden evolucionar en algunos
casos hacia un trastorno disocial de la personalidad. Los trastornos disociales
suelen estar relacionados con un ambiente psicosocial desfavorable, entre ellos
relaciones familiares no satisfactorias y fracaso escolar, y se presenta con más
frecuencia en varones. La distinción entre los trastornos disociales y los trastornos
de las emociones es bien definida, mientras que su diferenciación del trastorno
hipercinético es menos clara y es frecuente un solapamiento entre ambos.
Lo que importa es el contexto social y cultural en el que vive el niño, su dotación
genética y el tipo de experiencia a la que está sujeto. En ese sentido es
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congruente hacer alusión a la sociedad en la que se desenvuelve y los factores
psicosociales a normales que pudieran perturbar el despliegue de sus
potencialidades constitucionales (factores genéticos, temperamento y no-carácter,
y desarrollo neurointegrativo) o trastornar sus interacciones (vinculaciones,
desarrollo del self, cohesión y adaptabilidad familiares, escolaridad, resilencia
frente a situaciones carenciales).
Las formas de comportamiento en las que se basa el diagnóstico pueden ser del
tipo de las siguientes: grados excesivos de peleas o intimidaciones, crueldad hacia
otras personas o animales, destrucción grave de pertenencias ajenas, robo
mentiras reiteradas, faltas a la escuela y fugas del hogar provocaciones, desafíos
y desobediencia grave y persistente.
No es sorprendente que niños que se involucran en problemas a una edad
temprana tengan mayor probabilidad de meterse en problemas más serios,
posteriormente. Robar decir mentiras, holgazanear y logros educativos pobres
son, a menudo, predecesores de futura delincuencia. Un reciente estudio hecho
en Estados Unidos concluyó que la delincuencia no es un fenómeno de clase
sino, más bien el resultado de tormenta emocional que afecta a la gente joven de
todos los niveles de la sociedad. En algunos casos la delincuencia ha sido
relacionada con antecedentes de abuso físico y sexual y con problemas
neurológicos y psiquiátricos.
La familia del delincuente
Algunas características familiares están asociadas con la delincuencia juvenil.
Investigaciones han encontrado que la conducta antisocial en los adolescentes
está relacionadas con la incapacidad de los padres para seguir la huella de las
actividades de sus hijos y de disciplinarlos. Fue especialmente interesante el
descubrimiento de que el predictor más deficiente es el del nivel socioeconómico
(Loeber y Dishion, 1983)
FACTORES BIOLOGICOS
Los rasgos temperamentales del "niño difícil", de acuerdo a los criterios de Chess
y Thomas, son característicos en la historia de vida de estos niños.
El riesgo de trastornos de la conducta es mayor entre los hijos de padres con
trastornos de conducta, trastorno de la personalidad antisocial y trastornos por
consumo de sustancias psicotropas. Dada la prevalencia de estos trastornos en
varones, se ha propuesto a la testosterona como un factor etiológico importante.
Desde esta perspectiva se ha podido demostrar una correlación positiva entre los
niveles plasmáticos de testosterona y agresividad en adolescentes varones, pero
no en chicos prepuberales.
FACTORES PSICOLOGICOS
Eysenck puntualiza que lo que caracteriza al niño antisocial es un fracaso en el
aprendizaje social, resultado de pobre capacidad de condicionamiento, lo que se
asocia con extraversión y neuroticismo altos.
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Las teorías conductuales del aprendizaje social y el desarrollo infantil (Bandura,
Bijou), señalan que la carencia de reglas claras y consistentes en el hogar, así
como una disciplina coherente con estas normas; normas parentales (y
fraternales) antisociales o agresivos; la violencia percibida, sufrida o perpetrada; y
el modelaje a partir de los medios de comunicación masiva (exaltación de
conductas violentas y /o disruptivas en la televisión y en la prensa escrita), actúan
como factores patogénicos de los trastornos de conducta.
La interacción con un grupo de pares está estrechamente ligada a los estilos de
vida de los pares, los que entrañan riesgo de trastorno de conducta acrecentado
cuando los factores socioeconómicos son negativos.
Determinados tipos de conducta pueden ser adaptativos a las circunstancias
difíciles - en la terminología de la UNICEF- en que viven vastos sectores de la
infancia en Latinoamérica, tales como los niños de la calle o los trabajadores
informales (ambulantes). Estos procesos adaptativos entrañan una ruptura
epistemológica con las nociones de juicio moral tributarias de Piaget y Kholberg,
en tanto que las necesidades primarias de supervivencia, esquematizadas por los
seguidores de Max Neef, se anteponen a principios posconvencionales. Así el
robo a pequeña escala o la mendicidad adquieren -desde la perspectiva de estos
niños- patente de viabilidad social.
Desde otra perspectiva la mayor o menor obediencia a las normas establecidas
por los adultos, dependerá del grado de aceptación por los niños de los patrones
de normalidad establecidos por aquellos. De acuerdo a Winnicott, para que emerja
un self auténtico es necesario que el niño sea suficientemente obediente, pero no
que lo sea en extremo, como muchos padres quisieran. En el otro extremo se
abre paso el control coercitivo (Patterson), que apela a una petición con efecto
perverso; el niño desobediente responde con un comportamiento aversivo y
disuasivo, mediante el cual intimida a quienes están en su entorno y perpetua una
escala de agresión, que se hace patente en los trastornos oposicionistas y
desafiantes.
FACTORES SOCIALES
Rutter afirma que determinadas circunstancias, requieren ser tratados con cautela:
por ejemplo, los estilos de vinculación del niño con su madre, la mayor impronta
de las disputas previas en comparación con la separación de los padres, como
tal, o la vigencia del nivel socioeconómico como agentes determinantes de
trastornos de conducta. Una y otra vez, estudios sobre conducta violenta,
consumo de sustancias psicotrópicas y suicidio apuntan a una pluricausalidad que
es ajena a la individualización de factores de riesgo por sí mismos.
A las variables personales como ser varón, tener un determinado temperamento y
una relativa dotación intelectual, se suman -como predictores tradicionales de
mayor prevalencia de trastornos de conducta- un bajo status socioeconómico y
una familia disfuncional, en las que las prácticas parentales son cruciales. A todo
ello se agregan la actitud del niño/a frente al colegio y la influencia que sobre él
(ella) ejerzan sus pares.
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Un estudio sobre factores psicosociales de riesgo suicida en niños y adolescentes,
publicado en 1997 por Gold et al, resalta que "las pérdidas interpersonales y las
crisis disciplinarias fueron más frecuentes en las víctimas con trastornos
disgregantes"; en otro acápite advierte que los antecedentes familiares de
conducta suicida aumentaron mucho el riesgo de suicidio, pero ello " puede
reflejar un factor genético y no un índice general de caos y psicopatologías
familiares...".
SITUACIONES PSICOSOCIALES ANORMALES
00. No hay distorsión significativa o inadecuación en el ambiente psicosocial.
1. Relaciones intrafamiliares anormales.
1.0 Falta de calidez en la relación parentofilial.
1.1 Desacuerdo intrafamiliar entre los adultos.
1.2 Hostilidad hacia el niño o utilización de este como "chivo expiatorio".
1.3 Maltrato físico del niño.
1.4 Abuso sexual (en el contexto familiar).
1.5 Otros.
2 Trastorno, desviación o minusvalía mental familiar.
2.1 Trastorno o desviación mental parental.
2.2 Minusvalía o discapacidad parental.
2.3 Discapacidad en los hermanos.
2.4 Otros
3 Comunicación intrafamiliar inadecuada o distorsionada.
4 Anormalidades cualitativas en la crianza.
4.0 Sobreprotección parental.
4.1 Supervisión o control, parentales inadecuados.
4.2Privación de estímulos adecuados para la crianza.
4.3 Presiones parentales que se apartan de lo normal.
4.4 Otros.
5 Entorno inmediato anormal.
5.0 Crianza institucionalizada.
5.1 Situación parental anómala.
5.2 Familia aislada.
5.3 Condiciones de vida que crean situaciones psicosociales potencialmente
peligrosas.
5.4 Otros.
6 Acontecimientos vitales negativos inmediatos.
6.0 Pérdida de una relación de amor
6.1 Cambios en el ambiente hogareño con una connotación amenazante
significativa.
6.2 Patrón de relaciones familiares alterado.
6.3 Eventos que generan pérdida de la autoestima.
6.4 Abuso sexual (extrafamiliar).
6.5 Experiencia personal aterrorizante.
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6.6 Otros.
7 Estresores sociales.
7.0 Persecución o discriminación adversa.
7.1 Migración o transplante social.
7.2 Otros.
8 Estrés crónico asociado con el colegio/trabajo.
8.0 Relaciones discordantes con los pares.
8.1 Interacciones negativas con los profesores/supervisores.
8.2 Conflictos generalizados en el colegio/trabajo.
8.3 Otros.
9 Eventos o situaciones estresantes como consecuencia de un trastorno o
discapacidad en la niñez.
9.0 Crianza institucionalizada.
9.1 Cambios en el ambiente hogareño con una connotación amenazante
significativa.
9.2 Eventos que generan pérdida de autoestima.
9.3 Otros.
No se pueden asumir modelos de comportamiento normal-anormal-patológicos
universalmente válidos, sin tomar en cuenta condicionamientos culturales y
sociales que modifican fenotípicamente los determinantes genéticos.
El uso de modelos cognitivo-conductuales es la forma de terapia más utilizada y
validada en los trastornos de conducta.
CONSUMO DE DROGAS Y ALCOHOL
En algunos países el consumo de drogas ilegales, como la marihuana y de alcohol
se ha generalizado tanto, que según algunos autores esto plantea la cuestión de
hasta donde se puede clasificar de patológico o de "normativo" el uso de estas
sustancias por parte de adolescentes. El hecho de que el uso de esas sustancias
sea ilegal las convierte en un fenómeno de abuso, y en consecuencia,
desadaptativo en relación a la sociedad. Además de los costos relacionados con la
salud, existe un malestar y un costo relacionado con las violencias asociadas con
el abuso y la dependencia de las drogas y el alcohol que no es fácil de estimar,
pero que es muy alto en todas las sociedades.
Ya no existen dudas en la actualidad acerca de que el componente genético
marque la severidad de la dependencia y en consecuencia estemos, de antemano,
ante dos poblaciones diferentes, o con distinto nivel de vulnerabilidad en función
de la distinta capacidad de metabolización de las sustancias. Esto significa que
está comprobado que influyen factores de vulnerabilidad o predisposición biológica
además de los psicosociales y comunitarios. Se puede indicar entonces que en el
origen de los trastornos de adicción a sustancias psicoactivas intervienen:
 Factores biológicos
 Factores psicológicos
 Comunitarios: el barrio en que se vive es el indicador más claro acerca del tipo
de qué tipo de drogas se pueden consumir y el probable patrón de consumo ;
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 Sociales: en el sentido de la influencia de la sociedad más amplia que actúa
sobre la comunidad en que vive el sujeto.
En función de la evidencia acumulada, algunos autores proponen también en la
actualidad diferenciar los factores de riesgo para el abuso del alcohol, y
posiblemente, de otras drogas de aquellos que conducirán a la dependencia y
que estarían marcados, en este último grupo, por una carga genética
imprescindible que, sin embargo, debe interaccionar con los factores ambientales
para activarse o mantenerse inactiva.
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CONCLUSION
Después de realizar el trabajo hemos concluido que el desajuste social, es una
etapa normal en la adolescencia y que se produce debido a la presión social que
sufre el adolescente debido a que la sociedad espera que se ajuste a una función
social, lo ve como un relevo generacional y un ente productivo que ha de
ajustarse lo más posible a esa función. Sin embargo el adolescente que ha crecido
en un medio familiar respetuoso, afectivo y confiado va a pasar esta etapa sin
mayores crisis, pero si las bases sociales y afectivas son deficitarias y el
adolescente carece de perspectivas de desarrollo, la vulnerabilidad es mayor, se
ven aumentadas las formas de satisfacción sustitutivas inmediatas (alcohol,
drogas) y acaban desahogándose contra sí mismos o contra el medio, porque les
da sensación de poder.
Esta actitud de rebeldía se ha repetido a lo largo de la historia y da cuenta de que
los jóvenes adolescentes acaban sumergidos en el sistema del cual renegaron,
cabe destacar algo positivo de esta actitud y es que este espíritu crítico le confiere
una forma de intentar mejorar la sociedad, la cual ha de respetar las diferencias
existentes en las personas y no discriminar mediante los estereotipos, ya sean
sociales, sexuales o raciales, que muchas veces etiqueta y enjuicia sin evidencia
que lo avalen.
Y aunque nos parezca injusta la situación, la sociedad la formamos todos.
Y el cambio empieza por uno.
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ADOLESCENCIA
Etapa de maduración entre la niñez y la condición de adulto.
Distintos tipos de desarrollo:
Desarrollo físico: con el comienzo de la pubertad ocurren cambios drásticos en
la estatura y rasgos físicos.
Desarrollo intelectual: Capacidad para comprender problemas complejos
(Piaget)
Desarrollo sexual: Como consecuencia de que la actividad sexual en los
adolescentes aumenta, implica un mayor número de embarazos y de
enfermedades de transmisión sexual.
Desarrollo emocional: Existen varias teorías; entre ellas que es un período de
crisis y stress emocional producido por los importantes y rápidos cambios
psicológicos en la pubertad.
Stanley Hall. Erick Erikson. Margaret Mead.
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Son deficitarias
DESAJUSTE SOCIAL EN LA ADOLESCENCIA
ADOLESCENCIA
Proceso preparatorio para la incorporación al rol adulto en la
Sociedad
Futuro de la sociedad y relevo generacional
Meta = adultez como etapa de inserción social
Elaboración de la
Identidad
Sentimiento de reconocimiento, pertenencia y
diferenciación
DESAJUSTE SOCIAL
Transgresión de las normas que impone la sociedad
Espera que un grupo determinado de sus miembros adquieran un modelo, en
tanto a su conducta, vestimenta, alimentación, vivienda, etc en aspectos
particulares considerados conducentes para el mantenimiento de los valores
sociales.
FACTORES DE DESAJUSTE SOCIAL
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FACTORES BIOLOGICOS Hijos de padres con trastorno de la conducta,
personalidad antisocial, consumo de sustancias psicotrópicas.
FACTORES PSICOLOGICOS Carencia de reglas claras y consistentes en el
hogar. Modelos parentales antisociales y agresivos. Violencia sufrida o perpetrada.
Medios de comunicación.
FACTORES SOCIALES Vinculación con su madre. Separación de los padres.
Nivel económico. Actitud del niño frente al colegio.
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