TRASTORNO PARANOIDE DE LA PERSONALIDAD Realizado por

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TRASTORNO PARANOIDE
DE LA PERSONALIDAD
Realizado por:
Elena Sanz Andrés
Sonia Pablos Hernández
&
María Trejo Frías
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TRASTORNO PARANOIDE DE LA PERSONALIDAD
A) Para comenzar, haremos una pequeña introducción para situarnos
correctamente en los trastornos de la personalidad:
Los trastornos de la personalidad están recogidos en el eje II del DSM-IV junto
al retraso mental.
Según el DSM-IV las características comunes de los trastornos de personalidad son los
siguientes:
- Son patrones constantes de percibir, relacionarse y pensar, estables y de larga
duración.
- Los rasgos de personalidad son inflexibles y desadaptativos.
- El funcionamiento laboral y/o social está comprometido y existe malestar
subjetivo.
- Su inicio se remonta generalmente a la adolescencia o al principio de la edad
adulta.
- Si los criterios diágnosticos están presentes durante un año, excepcionalmente
se podría hablar de un trastorno de personalidad en individual menores de 18 años
(salvo en el caso del trastorno disocial que se da en la infancia).
De acuerdo con el DSM-IV los trastornos de personalidad se agrupan en tres
grupos que se basan en la similitud de las características. De esta manera los grupos
serían:
Grupo A: trastorno paranoide, esquizoide y esquizotípico de la personalidad.
Estos se caracterizan por tener una conducta extravagante o extraña, por presentar
dificultades en sus relaciones personales con mucha introversión de por medio, asumen
vulnerabilidad a patologías tales como la esquizofrenia, trastornos afectivos y abuso de
sustancias. También presentan elevadas puntuaciones en psicoticismo y apenas sufren
modificación a lo largo de la vida (en cambio los grupos B y C se agudizan en la
juventud y vejez pero declinan en la edad madura).
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Grupo B: Trastorno histriónico, narcisista, antisocial y fronterizo de la
personalidad. Se caracterizan por dramatismo, emotividad e inmadurez, pero de el no
hablaremos más en esta ocasión.
Grupo C: Trastornos de evitación, dependiente y compulsivo. Son los trastornos
de la ansiedad y el temor.
B) Trastorno paranoide de la personalidad
Nuestro trastorno surge por primera vez cuando ya en 1984 Freud describió el
mecanismo defensivo de la proyección. Adolf Meyer introdujo el diagnóstico de
carácter paranoide, si bien en la psiquiatría del sigo XIX se encuentran casos similares
aunque con diferentes nombres.
La definición que hace el DSM del trastorno paranoide de la personalidad es:
“Desconfianza y suspicacia en general desde el comienzo de la vida adulta, de forma
que las intenciones de los demás son interpretadas como maliciosas, que aparecen en
diferentes contextos.”
Es evidente la desconfianza, la hipersensibilidad y la tendencia a dar significado
a los detalles. Las relaciones personales tienen tinte autoreferencial y se basan en la
subordinación, lo que explica el autoritarismo y la celotipia.
Las personas que sufren este trastorno presentan un alto sentido de autonomía,
aceptan difícilmente las críticas y culpan a los demás de sus errores frecuentemente.
Pueden mostrar fantasías de grandeza no realistas y también estereotipos negativos de
aquellos que no pertenecen a su mismo grupo.
En algunas ocasiones pueden presentar episodios psicóticos breves (de horas o
incluso minutos) como respuesta al estrés. Puede pasar también que el trastorno
paranoide de la personalidad aparezca como pródromo de un trastorno delirante o de
una esquizofrenia.
Es frecuente que aparezca ligado a un trastorno depresivo mayor y tenga riesgo
de desarrollar agorafobia y TOC. Con frecuencia se puede observar abuso de alcohol y
sustancias.
Es importante señalar que existen dos tipos de personalidad paranoide:
1) Afirmativa y litigante
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2) Sensitiva y sufriente: hipersensibilidad, rencor y sentimiento de ser
tratado desconsideradamente. Hablamos de este último tipo ya que
puede ser antecedente de episodios depresivos que pueden ir
acompañados de ideación delirante y que es remisible parcial o
totalmente con tratamiento farmacológico y psicoterapéutico.
PERSPECTIVAS TEÓRICAS:

Teorías somato psíquicas:
Estas teorías consideran que el cuerpo humano esta compuesto por una serie de
elementos, lo que determinan la personalidad es el predominio de un elemento u otro.
o Teoría humoral: en el ser humano se reflejan 4 elementos de la
naturaleza:

Agua.

Aire.

Tierra

Fuego.

o Teoría de Kretschmer: asocia la constitución física a una predisposición
de generar una enfermedad psicológica que sería una exageración de lo
normal para esa constitución.
o Teoría de Sheldon: la proporción corporal de cada uno determina su
temperamento básico.

Teorías psicodinámicas: equilibrio- desajuste- conflicto.
o Teoría de Freud: la vida psíquica es dinámica, son energías que fluyen y
se enfrentan.
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o Teoría de Jung: el individuo debe mantener un equilibrio interno entre
sus proporciones antagónicas.
o Teoría de Horney: el hombre se somete a un ambiente hostil que produce
ansiedad y desamparo, por lo tanto, la neurosis surge de este conflicto
(para solucionarlo, las personas se enajenan y comienzan a hacer cosas
que agradan a los demás).

Teorías conductuales:
o Teoría de Skinner: la conducta es aquella parte del funcionamiento de un
organismo que consiste en actuar o relacionarse con el mundo exterior.
Las contingencias aún más simples tienen 3 términos: estímulo,
respuesta y reforzador.

Definición de personalidad: es un producto ficticio que sólo
existe en los ojos de quién la observa. Los rasgos de personalidad
son etiquetas que ponemos a las personas en función de la
conducta que expresan. Las diferencias de conducta dependen de
variables del ambiente y la frecuencia con que ocurren los
cambios de conducta.
o Teoría de Bandura: determina lo que es observado por el individuo de
forma selectiva. Las conductas destacadas producirían aprendizaje
independiente de los resultados posteriores.
o Teoría de Ellis: el hombre es tanto irracional, logrando bienestar
psicológico a medida en que logra darle más racionalidad a su vida. Las
emociones irracionalizan. (A-B-C)

A: acontecimiento desencadenante.

B: creencias para este acontecimiento.

C: respuestas emocionales y comportamientos producidos por las
creencias.
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o Teoría de Rotter: explica considerando factores cognitivos, el que una
persona reaccione de una determinada manera frente a EE del ambiente,
los que determinan una probabilidad de ejercer una conducta específica.

Teorías factoriales:
o Teoría de Eysenck: define la personalidad como el resultante total de los
patrones reales o potenciales del organismo, determinados por herencia y
ambiente.
o Teoría de Cattell: define la personalidad como una estructura de rasgos
que explican la regularidad y la consistencia de la conducta.
o Teoría de Allport: presenta la personalidad como un segmento dinámico
del individuo que interactúa entre sí para motivar la acción o algún
pensamiento específico dando así directriz a nuestras vidas.

Teorías fenomenológicas: la palabra clave es la autorrealización.
o Teoría de Rogers: las personas nacen con tendencias constructivas que
necesitan ser expresadas, pero se deben dar las condiciones para ello. La
base del desarrollo de la personalidad es el sí mismo, que se basa en las
experiencias.
o Teoría de Maslow: considera a la persona como un todo integrado que
funciona en base a motivos o necesidades que debe satisfacer para llegar
como meta a la autorrealización.
o Teoría de Perls: habla de la persona y de cómo esta se relaciona con el
ambiente.
Modelo cognitivo de Freeman
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Según Freeman, la personalidad y los trastornos de personalidad se
conceptualizan como organizaciones de esquemas cognitivos ligados a determinados
patrones de conducta. Estos esquemas cognitivos son organizaciones individuales e
idiosincrásicas de reglas sobre la vida, las relaciones con otros y el autoconcepto, que se
han formado a lo largo del desarrollo de la vida de uno.
Los esquemas permanecen inactivos hasta que ciertos eventos lo activan, como
por ejemplo: situaciones estresantes, nuevas fases y cambios en el desarrollo
psicoevolutivo, ciertas condiciones vitales… todo esto, hace que se presenten en el
individuo ciertos patrones de conducta.
Las experiencias tempranas infantiles conformarían el contexto de formación de
estos esquemas, sobre todo los mensajes y refuerzos provenientes de otros
significativos; además, según Piaget, estos esquemas tendrían una alta capacidad de
asimilación y una baja capacidad de acomodación.
Teoría de Millon sobre trastornos de personalidad
Millon propone once alteraciones de la personalidad que comparten una serie de
características:
-
Inflexibilidad que limita las oportunidades de aprendizaje de nuevas conductas.
-
Existencia de acciones que fomentan círculos viciosos.
-
Fragilidad emocional ante situaciones de estrés.
Organiza los trastornos de personalidad según la gravedad, la naturaleza del
refuerzo, la fuente del refuerzo y las conductas encaminadas a conseguir refuerzos, así,
el trastorno de personalidad paranoide lo engloba en el conjunto de gravedad alta, junto
con el esquizotípico y el límite.
El trastorno paranoide de la personalidad consiste en la desconfianza de los
demás junto con deseos de no tener relaciones personales íntimas en las que se pueda
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poder perder. Hay suspicacia, resentimiento y hostilidad. Se responde con ira a lo que se
asemeje al ridículo, decepción, desprecio o desconsideración.
En su teoría, Millon propone que existen determinantes biogenéticas y
ambientales que interactúan dando lugar a los rasgos de personalidad, señalando que la
influencia de cada uno de estos factores está en función del tiempo y las circunstancias.
También enfatiza el papel que juegan los patrones de crianza en el desarrollo de los
diferentes trastornos de personalidad.
Millon señala tres variantes del trastorno paranoide que son:
-
Paranoide-narcisista:
Sobrevaloración e indulgencia parentales.
Falta de control parental.
Rechazo interpersonal seguido de aislamiento y fantasía.
-
Paranoide antisocial:
Puede tener una base biogenética.
Trato parental desagradable.
Tensiones interpersonales por anticipación de posibles ataques.
El estrés no compensado puede acarrear abandono de contacto social y con la
realidad.
-
Paranoide-compulsivo:
Igual que los compulsivos salvo en el estilo de afrontamiento.
Las alteraciones asociadas al trastorno paranoide son:
-
trastorno de ansiedad
-
trastornos afectivos
-
trastornos paranoides
-
trastornos esquizofrénicos.
Ejemplos de pensamientos paranoides:
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1- “la gente tiene intención de dañarme”
2- “si confío en la gente, tendrán ventaja sobre mi”
3- “la gente intenta fastidiarme o irritarme”
4- “yo no estoy mal, son ellos los que están mal”
5- “si alguien me insulta, debo castigarlo”
6- “hay que estar siempre en guardia, preparado para lo peor”
7- “Transigir es rendirse”
8- “tengo que evitar la intimidad ya que estar cerca de alguien
implica que me encuentren mis puntos débiles y me hagan
daño”
9- “si estoy alerta tendré el poder y ellos no podrán dañarme”
Diagnóstico diferencial
El trastorno paranoide de la personalidad debe diferenciarse del trastorno
delirante tipo persecutorio, de la esquizofrenia tipo paranoide y del trastorno del estado
de ánimo con síntomas psicóticos ya que todos estos trastornos presentan un periodo de
síntomas psicóticos persistentes. Para diagnosticar el trastorno de la personalidad debe
haberse manifestado antes de la iniciación de los síntomas psicóticos, además de
persistir cuando los síntomas psicóticos remitan.
El trastorno paranoide y el trastorno esquizotípico de la personalidad cumplen
algunos criterios comunes, como por ejemplo, el grado de suspicacia, sin embargo, para
diagnosticar de trastorno esquizotípico deben cumplirse además otros criterios, como
son el pensamiento mágico, experiencias perceptivas poco habituales y rarezas del
pensamiento y del lenguaje.
Del trastorno esquizoide se diferencia en que en éste no hay una ideación
paranoide importante.
El trastorno paranoide se diferencia habitualmente del delirante por la ausencia
de ideas delirantes concretas, no sufren alucinaciones ni ideas formales del pensamiento
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como los esquizofrénicos paranoides. Se distingue del límite en que rara vez es capaz de
implicarse en relaciones apasionadas con otras personas.
Tratamiento:
Estas personas casi nunca realizan terapia, ya que no creen que su desconfianza
sea un problema sino que consideran que refleja la realidad y que los demás so “malos”
realmente, pero sin embargo, es posible, que busquen ayuda psicológica por otros
problemas, como dificultades en sus relaciones (debidas a la agresividad que puede
producir su desconfianza), problemas de pareja (celos injustificados), problemas con sus
compañeros, abuso de drogas,..
Otro motivo por el que no suelen acudir a consulta es porque al no confiar en los
demás, tienen la necesidad de ser autosuficientes y autónomos y necesitan tener un alto
grado de control sobre los que le rodean, sienten temor a la situación de consulta por
perder ese “control”.
Es importante señalar la dificultad en tratar un trastorno paranoide ya que las
personas con este tipo de personalidad proyectan sus propios conflictos y hostilidades
hacia los otros. Son generalmente fríos y distantes, son incapaces de ver su propio papel
dentro de un conflicto.
Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, la visión de la vida que tienen estos
sujetos, puede ser la terapia cognitiva la que mejor funcione con ellos, esta terapia se
centra en el estilo paranoide de pensamiento y su modificación. Se suele abordar el caso
teniendo primero en cuenta la intensa vigilancia y defensividad del paciente que deriva
de su creencia de que debe defenderse para preservar su seguridad. Es importante
aumentar el sentimiento de capacidad personal para afrontar sus problemas, de esta
manera la defensividad podría disminuir.
Establecer con ellos una relación de trabajo terapéutico. El terapeuta tiene que
aceptar abiertamente la desconfianza que presenta el paciente, sin presionarle para que
confíe en él de manera inmediata, no realizar interpretaciones.
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Los primeros pasos de la terapia son de tipo más conductual (suelen ser reacios a
comunicar sus pensamientos automáticos en la fase inicial) usando analogías par los
problemas menos sensibles o secundarios (lo que harían otras personas si tienen un
problema para resolverlo) pidiendo el parecer del paciente. Entrenamiento en
asertividad e inoculación al estrés.
Los últimos pasos se dedican a abordar la concepción, a menudo dicotómica, del
paciente respecto a la confianza en otros (o confío totalmente, o no confío nada). El
objetivo es que el paciente distinga entre las personas en las cuales puede confiar en
general, las personas en las que se puede confiar en alguna medida y aquellos que no
merecen ninguna confianza. Para ello se utiliza la “técnica del continuo” frente a la
“polarización” y se enseña al paciente como usarla. Un problema adicional es que estos
sujetos se casan (habitualmente) con personas que también son paranoides y hay que
integrarles en el tratamiento.
FARMACOTERAPIA:
Será útil para tratar la agitación y la ansiedad así como las situaciones casi
delirantes que tendrá el paciente por lo que se recomiendan “benzodiacepinas” y dosis
bajas de neurolépticos atípicos ya que existen estudios que demuestran que son útiles
para reducir la ideación paranoide.
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