UNIVERSIDAD NACIONAL DE CORDOBA FACULTAD DE PSICOLOGIA 1º JORNADAS INTERCATEDRAS DE PSICOPATOLOGIA I Y II: ¿Qué se diagnostica hoy? El síntoma en la actualidad ¿Fenómeno psicosomático o síntoma histérico? Incidencias clínicas. Tipo de ponencia: Trabajo Libre. Eje temático: 2. Diagnóstico. Tema: 2.3. Diagnósticos problemáticos, el DSM-IV y el CIE-10. Cátedra: Psicopatología II. Autores: Bellone Cecchin, Eugenia. Tel: 0351-155737644. [email protected] Diaz, Mayhara. Tel: 0351-157075038. [email protected] Lanzillotto, Brígida Ana. Tel: 0351-158040046. [email protected] Lucero, Lucas Guillermo. Tel: 0351-155600153. [email protected] 2013 1 Introducción El presente trabajo intenta hacer un breve recorrido por los conceptos de psicosomática e histeria como dos formas de manifestación que toman al cuerpo de escenario. A partir de la revisión bibliográfica sobre nosografías vigentes como la CIE-10 y aportes de la teoría psicoanalítica se señalarán puntos de convergencia y divergencia entre ambos, sosteniendo que arrojar luz sobre estos aspectos es fundamental para pensar la clínica actual. Avatares de una era “Post-Clínica”¿Qué dicen los manuales de clasificación? Ya en 1864, Jean-Pierre Falret, señalaba que, cuando se toma la estadística como único método para arribar a una verdad científica se olvida que la misma opera sobre unidades “idénticas” que va sumando para hacer de ellas una totalidad, sacrificando las diferencias individuales. Pero, estas unidades no existen en la naturaleza como unidades concretas y reales, sino que son producto de una abstracción mental. Entonces, la adición de unidades en si misma constituye un proceso matemático, pero la creación de las unidades es producto de un trabajo intelectual que se encuentra sujeto a error (Falret, J.P.; 1864). Ejemplo de ello es la progresiva fragmentación de los desordenes (trouble) mentales a medida que avanzan las revisiones de los manuales de clasificación estadística. Un caso paradigmático es el de la Histeria que, hasta la CIE 9 (1992) se conservaba como diagnostico dentro de los “Trastornos Disociativos, de Conversión y Ficticios”, separándola de otros Síntomas, Síndromes y/o Disfunciones Fisiológicas (tics, asma, urticarias, eczema, alopecia, hipertiroidismo, rectocolitis hemorrágica). Actualmente, tanto la CIE 10 como el DSM 4 abogan a favor de una fragmentación de la nosografía, si se quiere, “freudiana”, quedando la histeria dispersa en “Trastornos Disociativos y Trastornos Somatomorfos” variados1. Ahora bien, es sabido que las instituciones acostumbran tener requerimientos de diagnóstico, clasificaciones y generalizaciones, que suelen poner en aprieto el criterio de singularidad del sujeto. Juan Carlos Indart sostiene que “vale la pena escanear los casos desde cada polo, hacer valer cada detalle y preservar lo singular suspendiendo el diagnóstico cerrado”2, ya que, “todo rótulo supone el riesgo de introducir una zona de sordera en la escucha3”. Entonces, de lo que se trata, es más 1 Por ejemplo, en la CIE 10 aparece: trastorno de somatización, trastorno somatomorfo indiferenciado, trastorno de despersonalización-desrealización, trastorno disociativo de conversión sin especificar, trastorno disociativo de la motilidad, convulsiones disociativas, anestesias y perdidas sensoriales y disociativas, amnesia disociativa, entre otras. 2 INDART, J. et. al. 2009. (pp. 17). 3 MALEVAL, J. 1987. (pp. 12). 2 bien de cuestionar: ¿En qué concepto de hombre, organismo, sujeto, paciente, padeciente, recae esta nosografía? ¿Qué concepciones subyacen a su pretendido a-teoricismo? El síntoma en Freud a partir de las conferencias de Introducción al Psicoanálisis En la conferencia nº 17, Freud plantea que el síntoma tiene un sentido rico y oculto: es como un mensaje que debe ser descifrado y funciona como sustituto de una satisfacción frustrada o, ante un conflicto psíquico de contenido sexual entramado con la historia del enfermo. Siempre conlleva un suceso precedente y desencadenante, por ello, la tarea del analista es poder descubrir la situación del pasado que lo desencadenó. En la conferencia nº 23, los caminos de formación de síntomas serán los que recorrerá la libido. Señala Freud que los síntomas son la esencia de la enfermedad y la curación no equivale a la eliminación de aquellos, ya que lo único aprehensible que resta de la misma es la capacidad de formar nuevos síntomas. Asimismo, dichos síntomas crean un sustituto para la satisfacción frustrada por medio de una regresión de la libido a estadios anteriores del desarrollo, es decir que el síntoma repetiría de algún modo aquella modalidad de satisfacción de la temprana infancia, ahora desfigurada por la censura. Entonces, los síntomas serían la figuración de vivencias reales en donde la fijación de la libido y la figuración de fantasías, cumplen un papel etiológico decisivo, ya que la libido vuelve a las fantasías para hallar desde ellas el camino a cada fijación reprimida, constituyendo aquellas la realidad psíquica por oposición a la realidad material, a lo que Freud (1916) dirá que en el mundo de las neurosis la realidad psíquica es la decisiva. La casuística freudiana en estas conferencias intenta señalar las consecuencias clínicas de la admisión del inconsciente y el sentido de los síntomas. El síntoma histérico: En sus comienzos Freud establece que la formación del síntoma en la histeria está determinada por una vivencia traumática. Apoya esta afirmación en el historial del caso Dora: allí toma como referencia traumática un episodio de seducción por parte del señor K: “En la vivencia de nuestra paciente Dora con el señor K-en el requerimiento amoroso de éste y la consecuente afrentatendríamos entonces el trauma psíquico que en su momento Breuer y yo definimos como la condición previa indispensable para la génesis de un estado patológico histérico” (Freud, S. 1905: 3 25). Freud afirma en este trabajo que toda persona histérica se caracteriza por sentir displacer frente a una ocasión de excitación sexual. En su artículo sobre “La etiología de la histeria” Freud afirma que el trauma se constituye en relación a escenas sexuales infantiles de seducción y abuso por parte de algún adulto hacia el niño. Debemos tener presente que en este momento de su elaboración, Freud aún cree en la realidad material de esos sucesos. Es en “Las fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad” de 1908, donde Freud sostiene que todo síntoma (particularmente el histérico) está fundado por una fantasía inconsciente. Esta afirmación comenzará a abrir el camino hacia los fantasmas fundamentales sobre los que está edificada toda neurosis y la importancia de la diferenciación entre la realidad material y la realidad psíquica. Luego de aclarar que el nexo de las fantasías con los síntomas no es simple, escribe: “El síntoma histérico nace como un compromiso entre dos mociones pulsionales o afectivas opuestas, una de las cuales se empeña en expresar una pulsión parcial o uno de los componentes de la constitución sexual, mientras que la otra se empeña en sofocarlos.” (Freud, S. 1908: 145). Será en “Inhibición, síntoma y angustia” que el síntoma se define como la satisfacción sustitutiva de una pulsión reprimida. La satisfacción oculta del síntoma histérico se presenta como una situación paradojal ya que se trata de un placer obtenido a través del sufrimiento y de impedimentos, algo que Freud describe como la inutilidad del síntoma para la vida cotidiana. Fenómeno psicosomático En 1915, Freud establece la distinción entre psiconeurosis y neurosis actuales, donde entraría el fenómeno psicosomático (FPS), señalando que estas últimas no implican un conflicto vinculado al complejo edípico infantil, ni tienen valor simbólico. Como FPS podemos ubicar los “trastornos orgánicos cuya causalidad o evolución no responden a la lógica de las enfermedades orgánicas y tienen relación con los factores psíquicos, trastornos que no encuadrarán dentro del campo de los síntomas neuróticos.” (Farré, M. 2001, p. 127). Los desarrollos psicoanalíticos en relación al FPS tienen un punto de partida con Groddeck (1866-1934) y su Medicina Psicosomática de Inspiración psicoanalítica. Pero es Lacan quien la plantea como un concepto externo al campo médico en sentido de que, su diagnóstico, sólo puede ser hecho a partir de la enunciación y los dichos del sujeto, no de las enfermedades orgánicas (Peusner, 2007). Para Lacan, el cuerpo no coincide con su organismo, aparece como un esquema mental construido a través del lenguaje, necesitando de un 4 organismo vivo y una imagen, que le dará unidad. Las personas que rodean al niño, por medio de sus palabras -significantes-, le permiten construir esta imagen. Ese cuerpo unificado, surge como efecto de lo simbólico sobre lo real del cuerpo. Pero alguna parte del cuerpo resistiría a la simbolización, quedando no afectado por el lenguaje, fuera de la simbolización: el goce. En relación con él Lacan sitúa el FPS (Farré, M., 2001). De este primer encuentro con el Otro y sus palabras, las marcas que no han pasado por el proceso de la simbolización son marcas de goce (úlceras, eccemas) como memoria de algo que sucedió y que no ha sido simbolizado. La hipótesis planteada es que la marca que porta el sujeto como un "nombre propio" es un Goce Especifico, que lo parasita sin poder interrogar los significantes brindados por el Otro. (Peusner, 2007) Nuevamente la idea remite a un defecto en la afanisis. Lacan (1975) relaciona estas marcas como un “escrito en el cuerpo”, como un marbete4 (rótulo). A diferencia del síntoma, el FPS no condensa un sentido a descifrar a interpretar, no es una formación de compromiso entre un intento de satisfacción y el freno de la represión, no pone en cuestión el deseo del Otro del significante (Miller, 2001). Evoca el lenguaje pero en el orden de la marca. En cierto modo faltaría la discontinuidad S1-S2, no existiría esta articulación entre significantes, pero sí la presencia-ausencia de un significante absoluto y único -no articulado- que puede ser ejemplificado con el jeroglífico (Miller). Allí donde debería responder el sujeto del inconsciente, el FPS responde en carne viva. Hay una inscripción directa, un significante pero en forma de un “imprimatur”, una fijación. Estos pacientes no se interrogan sobre su sufrimiento, lo aíslan de toda causa psíquica. Puede encontrarse en ciertas neurosis, donde consultan por otros síntomas o en psicosis cumpliendo una función estabilizadora (Farré, M., 2010), por esto último, hay peligro de confundirlos debido a su expresión en el cuerpo. [En relación a sus casos clínicos, Szapiro (2011) habla de una modalidad singular de fracaso en la escritura del NP, de un Nombre del padre afirmado, pero que no opera o lo hace muy fallidamente.] Palabras finales Considerando al síntoma histérico y al FPS como disímiles y hasta opuestos, puede observarse lo problemático de diagnosticar en base a manuales estadísticos que no evidencian su diferenciación y podrían orientar equivocadamente un tratamiento resultando en una consecuencia iatrógena para el sujeto, como por ejemplo el caso de una medicalización ineficaz del síntoma histérico o una desestabilización en la psicosis. 4 “Cartouche” (en masculino está relacionado con una palabra egipcia “Shenou” que denomina un tipo de jeroglífico jerarquizado por encerrar en su forma cerrada oval el nombre de un faraón o un nombre real). 5 Bibliografía CIE-9 MC y CIE-10. En ECIE Maps. Gobierno de España. Articulo recuperado el día 20 de Febrero de 2013. Disponible [on-line] en: http://eciemaps.mspsi.es/ecieMaps/browser/index_9_2012.html#search=300&index=&searchId=12 16274880329&historyIndex=1 Diccionario de Psicoanálisis (Sin Año) “Groddeck Walter Georg (1866-1934) Medico alemán”. Artículo recuperado el 10 de Abril de 2013. Disponible [on-line] en http://www.tuanalista.com/Diccionario-Psicoanalisis/5466/Groddeck-Walter-Georg-(1866-1934)Medico-aleman-pag.1.htm. Falret, Jean-Pierre (1864) Las enfermedades mentales y los asilos de alienados. Clínica y Psicopatología. Ed: De la Campana. Farré, M.; Marcet, C.; Rigo, M., (2001) ¿Qué es la psicosomática para el psicoanálisis? Revista Internacional de Dermatología y Dermocosmética. Vol. 4, No 2. Freud, S. (1896) “La etiología de la histeria”. Obras completas, tomo III. Bs. As.:ed. Amorrortu. 1984. --------------(1905). “Análisis fragmentario de una histeria”. Obras completas, tomo VII, Bs. As.:ed. 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