UNVERSIDAD DE PANAMÁ Escuela de Tecnología Médica Laboratorio de Microbiología Arthur Julius Bradley Santamaría TM- II 3-719-560 Desinfectante: Agente físico o químico que mata o inactiva a los microorganismos tales como bacterias, virus y protozoos. Entre los desinfectantes del agua más habituales se encuentran el cloro, las cloraminas, el ozono y la luz ultravioleta. Antiséptico: Agente que Impide la proliferación de microorganismos. Por lo tanto, son capaces de prevenir las infecciones y enfermedades provocadas por los microorganismos. Antibióticos: Sustancias naturales o fabricadas por el ser humano, que mata a ciertos microorganismos o inhibe su crecimiento. El uso de antibióticos como medicamento contra las bacterias que originan enfermedades está muy extendido. Sin embargo, las bacterias, a través de mutaciones, pueden desarrollar una resistencia a un antibiótico concreto. Los antibióticos son ineficaces contra los virus. Antibióticos de amplio espectro o de espectro reducido: Esta clasificación fue la más utilizada hace algún tiempo; hacía referencia a su actividad frente a un número muy amplio, o un número relativamente reducido de bacterias. Estos conceptos resultaron ser muy vagos ante la complejidad de la enfermedad infecciosa, por ello en la actualidad han caído en desuso, y se prefieren conceptos como Selectividad, Concentración Mínima Inhibitoria (CMI), etc. Estos antibióticos espectro: Tetraciclinas, Cloramfenicol, Macrilidos son bacteriostáticos, es decir, inhiben el desarrollo de bacterias Gram + y Gram -, además, inhiben la síntesis proteica bacteriana actuando sobre la subunidad 30 S o 50 S del ribosoma bacteriano. Todos son producidos por Streptomyces, y aunque tienen mecanismo de acción semejante, difieren en su estructura química Actualmente, una forma de clasificarlos es: Antibióticos primariamente bactericidas: Ejercen una acción letal e irreversible sobre el microbio (Fosfomicina Vancomicina. B-Lactámicos Polimixina. Aminoglucósidos Rifampicina. Acido Nalidíxico Quinoleinas. Nitrofurantoinas) Antibióticos primariamente bacteriostáticos: Inhiben el crecimiento pero no matan al microorganismo, permitiendo que las propias defensas del huésped pueden eliminar a las bacterias (Tetraciclina Cloranfenicol. Sulfonamidas Trimetroprim. Lincomicina Clindamicina. Macrólidos) ¿POR QUÉ SE HACE UN ANTIBIOGRAMA? Y ¿QUÉ ES? El primer objetivo del antibiograma es el de medir la sensibilidad de una cepa bacteriana que se sospecha es la responsable de una infección a uno o varios antibióticos. En efecto, la sensibilidad in vitro es uno de los requisitos previos para la eficacia in vivo de un tratamiento antibiótico. El antibiograma sirve, en primer lugar, para orientar las decisiones terapéuticas individuales. El segundo objetivo del antibiograma es el de seguir la evolución de las resistencias bacterianas. Gracias a este seguimiento epidemiológico, a escala de un servicio, un centro de atención médica, una región o un país, es como puede adaptarse la antibioterapia empírica, revisarse regularmente los espectros clínicos de los antibióticos y adoptarse ciertas decisiones sanitarias, como el establecimiento de programas de prevención en los hospitales. Un "ANTIBIOGRAMA" consiste en poner en contacto cultivo con distintos antibióticos para ver cual de ellos es el que mejor va como tratamiento. Se cultivan en discos, los cuales son unos receptáculos circulares con sustancias que favorecen el crecimiento de los microorganismos. Al mismo tiempo, contienen cada uno de ellos, un antibiótico conocido. Luego de unas horas, y a veces días, observaremos que ha sucedido. En los cubetas que apreciemos que la cepa ha seguido creciendo normalmente nos indicará que esos antibióticos no son activos contra ese microorganismo. Sin embargo, en aquellos en que las bacterias no han crecido, nos indicará que los antibióticos que contienen son eficaces contra ellos. Hemos de escoger aquel que permita un menor crecimiento del microorganismo. Cuándo realizar un antibiograma? Siempre que una toma bacteriológica de finalidad dìagnóstica haya permitido el aislamiento de una bacteria considerada responsable de la infección. Sensibilidad bacteriana a los antibióticos La determinación de la Concentración Inhibidora Mínima (CIM) es la base de la medida de la sensibìlidad de una bacteria a un determinado antibiótico. La CIM se define como la menor concentración de una gama de diluciones de antibiótico que provoca una inhibición de cualquier crecimiento bacteriano visible. Es el valor fundamental de referencia que permite establecer una escala de actividad del antibiótico frente a diferentes especies bacterianas. Hay diferentes técnicas de laboratorio que permiten medir o calcular de rutina, y de manera semicuantitativa, las CIM (métodos manuales y métodos automatizados o semiautomatizados). Estos diferentes métodos de rutina permiten categorizar una cierta cepa bacteriana en función de su sensibilidad frente al antibiótico probado. Esta cepa se denomina Sensible (S), Intermedia (I) o Resistente (R) al antibiótìco. Para un determinado antibiótico, una cepa bacteriana es, según la NCCLS (National Commmittee for Clinical Laboratory Standards ) o CLSI (Clinical and Laboratory Standards Institute): Sensible, si existe una buena probabilidad de éxito terapéutico en el caso de un tratamiento a la dosìs habitual. Resistente, si la probabilidad de éxito terapéutico es nula o muy reducida. No es de esperar ningún efecto terapéutico sea cual fuere el tipo de tratamiento. Intermedia, cuando el éxito terapéutico es imprevisible. Se puede conseguir efecto terapéutico en ciertas condiciones (fuertes concentraciones locales o aumento de la posología). Interpretación de un Antibiograma Cìertos mecanismos de resistencia se expresan débilmente in vitro, cuando se inscriben en el DNA bacteriano. Su expresión en el organìsmo, en donde las condicìones en cuanto a medios son diferentes, expondría al riesgo de fracaso terapéutico. Para evitar esto, el antibiograma debe ser interpretado de manera global a fin de descubrir, a través de la comparación de las respuestas para cada antibiótico, un mecanismo de resistencia incluso débilmente expresado. Así, gracias a la interpretación, una cepa que aparece como falsamente sensible será categorizada como I o R (Ejemplo: Una cepa de Klebsiella pneumoniae productora de BLSE puede aparecer sensible in vitro a las cefalosporìnas de 3" generación. El resultado de Sensible debe ser corregido a Intermedio o Resistente, ya que la utilización de estos antibióticos correría el riesgo de provocar un fracaso terapéutico). En esta fotografía se muestra un ejemplo de antibiograma realizado por el método de difusión en agar por medio de discos. En la imagen de la izquierda se muestra una vista general de una placa con crecimiento bacteriano y con seis discos de antibióticos. La zona de color claro que ocupa la mayor parte de la placa es el crecimiento bacteriano en las zonas no inhibidas. Los círculos negros que rodean a cinco de los seis discos marcan las zonas en que los respectivos antibióticos han inhibido, con mayor o menor eficacia, el crecimiento del microorganismo a estudio. El sexto disco (AM-10) no tiene a su alrededor halo de inhibición lo que indica la resistencia del microorganismo a ese antibiótico. La foto de la derecha, un plano más cercano de la mitad superior de la placa, permite observar con más detalle lo señalado en el párrafo anterior. Puede verse además, con gran claridad, la especial disminución de la intensidad de crecimiento del microorganismo en la zona interior del halo de inhibición del disco de CTX-30, debido probablemente a la aparición de mutantes resistentes de dicho microorganismo capaces de soportar en mayor medida que el resto el efecto inhibitorio del antibiótico. Método más recomendado para hacer antibiograma: Durante muchos años, y a pesar de ser una técnica puramente cualitativa, el método de difusión por disco (o método KirbyBauer, el cual es una prueba de sensibilidad bacteriana in vitro), en función sobre todo de su comodidad, economía y fiabilidad, ha sido, y aun es, uno de los más utilizados en los laboratorios de todo el mundo. El microorganismo a investigar se inocula en una o varias placas de agar y sobre su superficie se disponen los discos correspondientes a varios antibióticos. Se incuban las placas durante 16-24 horas a 35ºC y al cabo de este tiempo se estudia el crecimiento en ellas. Se valora el diámetro de la zona de inhibición que se forma alrededor de cada disco y se compara con las referencias oportunas publicadas por el NCCLS. Con esta referencia podemos informar si el microorganismo es Sensible, Intermedio o Resistente (S, I, R) a cada uno de los antibióticos ensayados en las placas.