Temas Públicos Nº 1.007 1 de abril de 2011 www.lyd.org ISSN 0717-1528 Asociaciones Gremiales y Libre Competencia La Fiscalía Nacional Económica (FNE) inició el pasado 26 de enero un proceso de consulta pública en relación al documento "Asociaciones Gremiales y Libre Competencia: Guía para la Acción" (en adelante, la Guía). Esta Guía constituye un esfuerzo por parte de la FNE de entregar lineamientos para que las Asociaciones Gremiales (A.G.) resguarden en su actuar la libre competencia. Es positivo contar con información respecto de las conductas que la FNE considera que podrían atentar contra la libre competencia. La Guía, por tanto, podría ser de gran utilidad para crear conciencia y cumplir un rol educativo en materia de libre competencia al interior de cada A.G. No obstante, hay La FNE reconoce en la Guía que las A.G. juegan un rol importante en el desarrollo de sus sectores, lo que se traduce en el fomento de actividades que le son comunes, la defensa colectiva de intereses, el aporte de información relevante para los asociados y, en algunos casos, fijación de estándares para la industria. una serie de aspectos del documento que son cuestionables. Los reparos están en la forma en que la FNE aborda la actividad gremial y con la atribución que se toma a la hora de calificar actividades que son propias de la gestión interna de gremio. Sin embargo, la FNE también señala que las A.G., por su naturaleza y las funciones que cumplen, representan un riesgo latente para la libre competencia. Tomando como referencia tanto la experiencia internacional como la jurisprudencia chilena en relación a las A.G., dicho servicio elaboró esta Guía que, en su versión preliminar, entrega una serie de recomendaciones que buscan orientar a las A.G. en el cumplimento de las normas de competencia. La FNE detalla una serie de actuaciones y prácticas que llevan a cabo las A.G., señalando los lineamientos que permitan apoyar el cumplimiento y protección de la libre competencia, en el marco del D.L. Nº 211. La FNE señala expresamente que las conductas de las A.G. se considerarán de manera amplia, vale decir, incluyendo “todas aquellas decisiones y acciones que sean vinculantes para los asociados así como también 7 Temas Públicos www.lyd.org Nº 1.007 1 de abril de 2011 aquellas que, sin ser vinculantes, son observadas por éstos y constituyen una expresión razonable de la voluntad de la asociación que puede afectar la conducta o posición de sus miembros sobre temas que afecten el desempeño del o los mercados en los que participan”. Lo anterior incluye también las recomendaciones que puede hacer la A.G. a sus asociados. La Guía da información respecto de las actuaciones y prácticas más comunes de las A.G., analizando en cada caso las conductas consideradas reprochables desde el punto de vista de la libre competencia, con la consiguiente recomendación para evitar incurrir en tal ilícito. Incluyen lo siguiente: (a) colaboración entre competidores asociados; (b) intercambio de información; (c) recomendaciones; (d) participación en reuniones; (e) registro de reuniones y conservación de documentación; (f) boicot; (g) criterios y condiciones de afiliación; (h) prestación de servicios a no afiliados; (i) autorregulación y códigos de conducta; (j) fijación de estándares técnicos; (k) publicidad; y (l) contratos tipo. Comentarios Generales a la Guía En términos generales, la Guía representa un esfuerzo por explicitar con claridad los criterios a utilizar en el desarrollo de su función fiscalizadora y que dicen relación con el ámbito de acción de las asociaciones gremiales. En este sentido, la Guía plantea una serie de situaciones que considera obstáculos para la libre competencia y establece, en consecuencia, recomendaciones para evitarlas. Lo anterior es relevante porque en materia de libre competencia no todas las conductas están tipificadas; la Ley sólo establece que ciertos hechos, actos o convenciones se considerarán ilícitos cuando impiden, restringen o entorpecen la libre competencia o que tienden a producir dichos efectos. Siendo esta una definición amplia, es factible que algún agente económico, entre ellos los gremios, pueda incurrir en ilícitos por desconocimiento, sobre todo cuando se trata en muchos casos, de agrupaciones pequeñas y sin mayores conocimientos de libre competencia. Ahora bien, en la jurisprudencia chilena se verifica la existencia de causas que han involucrado a una A.G., pero éstas no han sido muy abundantes. En efecto, desde el año 2004 a la fecha, la FNE revisó 10 casos donde estaba involucrada alguna A.G., de los cuales el 60% fue acogido por el Tribunal de la Libre Comeptencia, lo que acota el número de casos donde se ha fallado en contra de una A.G. a no más de uno por año. Este dato es relevante, considerando que en Chile existen casi 4.000 asociaciones gremiales vigentes, lo cual revela que las conductas reñidas con la libre competencia donde han participados A.G. han sido bastante reducidas. 8 Temas Públicos www.lyd.org Nº 1.007 1 de abril de 2011 Resulta positivo contar con información respecto de las conductas que la FNE considera que podrían atentar contra la libre competencia y los criterios bajo los cuales podrían ser reprochables. La Guía, por tanto, podría ser de gran utilidad para crear conciencia y cumplir un rol educativo en materia de libre competencia al interior de cada A.G., muchas de las cuales no cuentan con los recursos necesarios para financiar asesorías externas en esta materia. Esto se enmarca, además, en un proceso de modernización y mejora de estándares de las normas anticompetitivas que el país ha ido introduciendo en el transcurso de los últimos años. No obstante los beneficios mencionados, hay una serie de aspectos del documento que son cuestionables. Los principales reparos dicen relación con la forma en que la FNE aborda la actividad gremial y con la atribución que se toma a la hora de calificar actividades que son propias de la gestión interna de cada entidad gremial. A ello se suman errores conceptuales en algunos planteamientos de la Guía. En particular, da la impresión que la FNE presume que las A.G. son instancias de coordinación entre competidores. En efecto, si bien la FNE reconoce el aporte de las asociaciones gremiales en la Guía, la percepción que emana de su lectura es que las A.G. tienden a realizar actividades sospechosas y por tanto son cuestionables per se, presunción que crea dudas respecto de una actividad que no sólo es perfectamente legítima, sino habitualmente muy beneficiosa para el desarrollo productivo del país. En cuanto al contenido y recomendaciones, hay dos aspectos relevantes. El primero son las recomendaciones que involucran alzas de costos importantes para las A.G., recursos que en muchos casos no están disponibles para asociaciones más pequeñas, como contar con asesoría de expertos legales, tener sistemas de grabación de las sesiones y/o externalizar la recolección y procesamiento de información estadística. Hay que recordar que los gremios son en general chicos y no ostentan poder de mercado, lo que hace innecesario sugerir tales exigencias. En segundo lugar, la FNE señala algunas conductas –como los acuerdos de precios, la limitación de volúmenes de producción, la asignación de zonas o cuotas de mercado y la exclusión de competidores– que son claramente contrarios a la libre competencia. Sin embargo, también se refiere a una serie de aspectos específicos que son de potestad de las asociaciones gremiales. Recomendaciones en materia, por ejemplo, de los criterios de afiliación que deben tener las asociaciones gremiales o respecto de los servicios que deben ofrecen los gremios a quienes no son sus afiliados resulta un ejercicio que va más allá de lo razonable. Es cierto que la Guía representa básicamente una recomendación de conductas y no una imposición de acciones. Sin embargo, son éstos los 9 Temas Públicos www.lyd.org Nº 1.007 1 de abril de 2011 criterios que van a primar a la hora de investigar casos que involucren a las A.G. y el no seguir las recomendaciones planteadas podría eventualmente considerarse después como contrario a la libre competencia. Por último, la Guía fundamenta parte de sus recomendaciones sobre la base de criterios conceptuales equivocados. Particularmente, la FNE señala en relación al intercambio de información que ésta es una práctica que no es habitual entre agentes económicos que compiten en un mercado. Argumenta que “el intercambio puede aumentar la transparencia del mercado hasta el punto que, aún sin una coordinación entre los competidores, la incertidumbre disminuye y el proceso de toma de decisiones independientes de los agentes económicos se ve afectado, deteriorando de este modo el nivel de competencia en el mercado". Postula que la disponibilidad de mucha información en ciertas circunstancias sería peligrosa para el buen funcionamiento del mercado, algo contradictorio con la teoría económica que señala que la competencia es perfecta cuando hay información completa. Crear mayor transparencia no puede ser nocivo para la competencia, sino todo lo contrario. Comentarios Particulares a la Guía La FNE señala, en relación a la colaboración entre competidores, que analizará en detalle las circunstancias particulares y los efectos generados en el mercado producto de dicha coordinación. Menciona entre las variables a considerar en su análisis la participación de mercado, la concentración, la naturaleza del producto, las razones tras el acuerdo y los efectos producidos en el mercado. Resulta importante considerar, sin embargo, que más que la participación de mercado de las empresas involucradas y de la concentración que presente el mercado en que opera la A.G. respectiva, interesa evaluar las posibles barreras de entrada existentes, que son las que finalmente determinan la desafiabilidad del mercado y, en consecuencia, la presión competitiva que impera en éste. Además, la FNE define lo que considera información comercial sensible1, recomendando a las A.G. y sus asociados evitar el intercambio de la misma por constituir un eventual ilícito anticompetitivo. Esto parece excesivo porque la información de precios de los competidores y/o la participación relativa de mercado, entre otros, es adquirible en distintas agencias de investigación de mercado. Esta información suele ser de alto costo, lo que refuerza la necesidad de contar con información general otorgada por las A.G. que permita que empresas de menor tamaño y recursos más reducidos puedan competir en igualdad de condiciones. En materia de recomendaciones a los asociados, la FNE recomienda que la adscripción sea voluntaria. Más aún, expresa, que “cualquier sugerencia 10 Temas Públicos www.lyd.org Nº 1.007 1 de abril de 2011 o recomendación de manera más o menos obligatoria” podría ser entendida como contraria a los principios de la competencia. El problema es que resulta difícil imaginar cómo se interpretará que una recomendación es más o menos obligatoria, sobre todo si la Constitución asegura la libertad contractual para todos. La FNE cuestiona las recomendaciones de precios, asimilándola a la fijación de un precio mínimo, lo que sería por tanto contrario a los principios de la libre competencia. La teoría económica ha demostrado, sin embargo, que la fijación de precios mínimos no necesariamente responde a la existencia de acuerdos anticompetitivos, pues eventualmente constituye una solución deseable para evitar una guerra de descuentos que termina por degradar los servicios asociados. Por último, la FNE recomienda seguir cuidadosamente una política de registro de reuniones y conservación de documentación, para poder consultarla en el curso de una investigación que afecte directamente o indirectamente a una A.G. Parece legítimo preguntarse si esta constituye una mera recomendación o si, en la práctica, se está obligando a las A.G. a mantener todos y cada uno de los antecedentes relativos a sus actividades propias para cuando la FNE lo estime necesario. Conclusión La Guía “Asociaciones Gremiales y Libre Competencia” que presentó a consulta pública la FNE contribuye a la difusión e información respecto de las conductas que, al alero de las A.G., pudieran estar reñidas con la libre competencia. Es, en este sentido, un instrumento importante de difusión y educación que permite a las A.G. evitar incurrir en ilícitos por desconocimiento o falta de antecedentes en la materia. No obstante, el exceso de detalle y especificidad, sumado a las recomendaciones efectuadas, excede lo conveniente, cual sería la entrega de señales claras que permitan a las entidades decidir en función de su propio juicio lo que transgrede o no la Ley. Las instancias para denunciar conductas contrarias a la libre competencia existen y funcionan en Chile, de modo que no se requiere que la FNE se tome atribuciones de establecer prohibiciones y obligaciones que resultan excesivas ya que se corre el riesgo de que un órgano administrativo termine regulando la actividad económica de sociedades que tienen garantizados sus derechos en la Constitución. 1 La FNE define como información comercial sensible toda aquella relativa a políticas de precios (actuales o futuros), estructuras de costos, volúmenes de producción, planes de expansión e inversiones, políticas de importaciones, participaciones de mercado de los miembros de una industria o sector, listas de clientes, políticas de descuentos, términos y condiciones de pago, estrategias comerciales y técnicas para el diseño y contenido de las ofertas o propuestas para licitaciones futuras, entre otras. 11