Nuestros gobernantes hablan con grandilocuencia del potencial de los ... generación sobradamente preparada y que sin embargo no encuentra...

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En la calle y en las urnas
Nuestros gobernantes hablan con grandilocuencia del potencial de los jóvenes, de una
generación sobradamente preparada y que sin embargo no encuentra trabajo. Pero son
precisamente los dos grandes partidos con responsabilidades de gobierno, en el Gobierno
central y en los autonómicos, quienes han sido corresponsables de la grave situación en la
que nos encontramos, al fomentar primero la burbuja inmobiliaria, después los recortes
sociales y laborales, y siempre los bajísimos impuestos a los ricos, la banca y las grandes
empresas. Por eso, España es ahora el país con más desigualdades de la UE, y nuestra
región la Comunidad con más desigualdades de España.
Según la última Encuesta de Población Activa, tenemos la tasa de desempleo más alta de
todos los países industrializados. Casi la mitad de nuestros jóvenes están en paro y, lo que es
peor, en la más terrible incertidumbre con respecto a su futuro: sin perspectivas de conseguir
un empleo, una vivienda, una familia propia, un proyecto personal de vida. El paro juvenil
sigue en aumento, sobre todo en las comunidades que alentaron la quimera del ladrillo. En
España, casi millón y medio de hogares tienen a todos sus miembros sin trabajo y con
dificultades para sobrevivir. En nuestra región, la pobreza y la exclusión social han alcanzado
el índice más alto del Estado: el 30%.
Los puestos de trabajo los acaparamos las personas mayores, y aun así nuestros políticos
tuvieron la insensata idea de retrasar la edad de jubilación. Muchos mayores seguimos
trabajando y luchando por nuestros derechos, cada vez más recortados; nuestras fuerzas no
son tantas como las de los jóvenes, pero eso no disminuye nuestra indignación. Por eso,
jóvenes y mayores hemos de unirnos para conseguir rescatar nuestra democracia,
secuestrada por los mercados. Tienen razón los indignados: «Nosotros no somos anti-sistema,
el sistema es anti-nosotros». Pero no basta con indignarse: hay que construir una democracia
al servicio de la ciudadanía y eso exige transformar las instituciones. Es preciso que entre
todos defendamos con uñas y dientes unos derechos que ha costado mucho tiempo y
esfuerzo conseguir.
No queremos vivir en un mundo dominado por el poder del dinero y sometido a la consigna
individualista del sálvese quién pueda. Hay que cambiar un sistema que deja fuera a la
mayoría de la gente y cuyos políticos sólo piensan en el quítate tú para que me ponga yo.
No basta con resistir, hay que crear algo nuevo. Por eso me presento como candidata de la
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Asamblea para el Senado. Tenemos que ser los ciudadanos y ciudadanas quienes demos un
paso adelante y asumamos la responsabilidad de nuestro destino. No dejemos la política en
manos de los grandes partidos, que con sus poderosos aparatos terminan olvidando a la
ciudadanía y el compromiso de transparencia que les debe unir con sus representados. Con la
Asamblea para el Senado queremos cambiar la manera de hacer política y plantar una nueva
semilla para el futuro. Queremos recoger las voces de los que claman por una democracia
real. Los políticos corruptos y los aparatos clientelares deben dejar paso a una democracia
más transparente y participativa.
Si no ponemos remedio a este estado de cosas, vamos a perder irremisiblemente la
enseñanza pública y de calidad, la sanidad universal y gratuita, la atención y protección de
nuestros mayores, el derecho a un trabajo digno y a un techo bajo el que cobijarse. Todo ello
está en peligro.
Necesitamos introducirnos en esos organismos ciegos y sordos a nuestras demandas, como
hacen los virus (los biológicos y los informáticos), para reprogramarlos y obligarlos a responder
ante el clamor de las voces que exigen en la calle una vida más libre y más digna, una
sociedad más justa y más poética.
Necesitamos rescatar la democracia de las manos del capital financiero, y eso no lo
conseguiremos solo en las calles, sino también en las urnas. Por eso ha nacido Asamblea
para el Senado, por eso estoy comprometida e ilusionada con este proyecto, y por eso animo
a toda la ciudadanía murciana a que nos dé su voto, para poner luz y taquígrafos donde ahora
reinan oscuras componendas de políticos y banqueros.
Alicia Poza es profesora de Enseñanza Secundaria, miembro del Foro Ciudadano y candidata
de la Asamblea para el Senado.
http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2011/11/05/calle-urnas/362248.html
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