El Reino Dios - VidaNueva-com

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El Reino Dios
Domingo 2006-08-27
Mary Ann Toledo
¿Qué es el Reino de Dios? Es la esfera del gobierno de Dios. No es de este mundo sino
que es un Reino espiritual. Dios llama a todos los hombres para que se sometan
voluntariamente a Su señorío. Cuando Jesús predicaba, decía que el Reino se había acercado
(Mat. 10:17) y esta entre vosotros refiriéndose a Su presencia en la tierra. El día de
Pentecostés se establece el Reino entre los hombres oficialmente con la venida del Espíritu
Santo, y esta coexiste y se expande conforme los hombres se someten por la fe a Cristo y
viven para el, y se habla del Reino en futuro cuando se consuman todas las cosas y entramos
en la eternidad.
Donde comienza el Reino entre los hombres?
En el jardín del Edén comenzó el Reino entre los hombres, pero el hombre rechazo el Reino
de Dios sobre su vida, y entrego al enemigo señorío sobre la tierra. Vino Cristo, el postrer
Adán y lo recupero para entregarlo a su iglesia, al cuerpo de Cristo. El reino de Dios se
encuentra hoy en el corazón del creyente y esta entre la congregación de los santos. Te
conviertes en un súbdito del reino de Dios cuando naces de nuevo. También entras en
conflicto con todo lo que rechaza su señorío, pero gozamos de sus cuidados, su presencia, su
gloria, su llamado, y de Su victoria. El nos ha librado de la potestad de las tinieblas y nos ha
trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre y el perdón
de pecados. (Col. 1:13) Cristo esta sentado a la Diestra del Padre en lugares celestiales, y el
Padre nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo porque
juntamente con el nos resucito, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con el,
para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para
con nosotros en Cristo Jesús. (Efesios 1 2).
Como es el Reino?
Es justicia, gozo y paz en el Espíritu Santo (Rom. 14:17) Dios nos invita a entrar en Su Reino
(1 Tes. 2:12) y Es un Reino eterno (Heb. 12:28). La iglesia tiene hoy las llaves del Reino,
(Mat. 16:18-19) Buscarlo. Explica la autoridad delegada.
Las altas demandas del Reino (Mat. 5)
Ser sal de la tierra, luminares en el mundo, no maltratar al hermano, conjugue, vecino,
reconciliarte con el que te tenga algo en contra antes de traer tu ofrenda al altar, que tu si
sea si y tu no sea no, amar a tu prójimo y a tus enemigos, perdonar setenta veces siete,
bendecir a los que te maldicen, no buscar el favor de los hombres sino el de Dios, y mucho
mas, y así te fundamentas en la Roca, y aunque vengan pruebas, inundaciones y
tempestades, estas sobre la Roca, y tu casa no se cae.
Un Reino dividido
(Mat. 12:28) Jesús dijo que si por el Espíritu de Dios El echa fuera a satanás, ciertamente ha
llegado a nosotros el Reino de Dios. Hoy, Jesús es el Reino de Dios entre nosotros por el
Espíritu que nos fue dado al creer. Cristo bajo al infierno, despojo al diablo, lo exhibió ante el
universo, le quito las llaves del Reino y le entrego las llaves del Reino a la iglesia, encargada
de expandir Su Reino sobre la tierra.
(Luc.11:21) Describe lo que Cristo hizo con satanas. El ato y venció al hombre fuerte, le
despojo y repartió dones entre los hombres.
Los Principios de la ética del Reino
Claramente, Jesús dijo que un Reino dividido no puede prevalecer. Es indispensable
mantener y proteger la unidad del Reino, su paz y armonía. (Salmo 133) leerlo. 1 Cor.
11:29 nos advierte que no participemos del la cena indignamente. Ellos se empujaban y no
se consideraban como miembros el uno del otro, no discernían el Cuerpo de Cristo, o sea
ellos mismos a un nivel espiritual, que se pertenecían el uno al otro. Tenían pleitos, y aun
iban a los tribunales, en vez de resolver los asuntos entre ellos mismos.
Sant. 4:12 Que no seamos ligeros en juzgar al hermano y pelarlo de casa en casa, buscando
respaldo para tus pleitos y no buscando el bien del Cuerpo de Cristo, la Iglesia. Rom. 14:4
nos advierte que quien somos para juzgar al criado ajeno, pues si estamos en pie es para
Dios. Somos un cuerpo en El. Estamos en El. Leer 1 Cor. 11:27-12:27
Si herimos a alguien, nos herimos a nosotros mismos, y le damos lugar al diablo. Lleve tu
agravio o duda a la persona concernida, y luego no vayas de casa en casa divulgando el
asunto sino ora, y mas bien lleve el agravio hasta que Dios te haga justicia. No te pongas
primero que el Reino. Si llegan a tu casa con comentarios o murmuraciones, diles que en tu
hogar se protege la unidad, la paz y la armonía del Reino de Dios, y que vas a orar con el,
pero que no te traigan cuentos de otros hermanos.
Se detiene el fluir de la unción en una reunión donde hay pleitos y enojos. No arriesguemos
el bien de todos por un asunto personal de dos o tres. Tener consciencia del Cuerpo es orar
por todos. Si sufres enfermedad, oras por todos los del cuerpo que tengan esa enfermedad,
no solo por ti mismo. Si padeces necesidad, ora por todos los que necesitan. Ora como parte
de un cuerpo. No seas tú el centro de tu universo, sino que lo sea Cristo, Su Reino, el
Cuerpo, la iglesia. Si tu hijo esta perdido, ora por todos los hijos de tus hermanos que están
perdidos, y veras la gloria de Dios, porque estas discerniendo el Cuerpo.
Busca el Reino de Dios y su Justicia y lo demás será añadido (Mat. 6:33). Puestos los ojos en
Jesús. Las parábolas del Reino (semilla de mostaza, etc…) enfatizan la manera en que este
se expande y crece y conquista las almas y las arrebata del enemigo. Se logra solo si
permanecemos en la unidad, la armonía y la paz en el vínculo del amor en el Reino local, que
es la iglesia.
Que tu vida se concentre en el engrandecimiento del Reino, las almas perdidas, en paz y
unidad en los hogares, en la congregación, en el trabajo, en la escuela y veremos como la
mano de Dios obra maravillas y milagros entre nosotros, para Su gloria, y se logran los
objetivos del Reino de Dios.
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