creo en jesucristo, hijo único de dios, nuestro señor

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Escuela Diocesana de Oración: Orar el Credo
ORAMOS NUESTRO CREDO
Relato: Cómo disponernos para acoger a Dios (PPS)
El hombre de fe, recorría los caminos conversando con las gentes. Un día se
encontró con un viejo amigo, que utilizaba a Dios a su antojo. En la conversación
sobre cómo actúa Dios en la vida… Su amigo respondía una y otra vez: “Yo, no
veo a Dios, no lo veo” Ingeniosamente, el hombre de fe escribió en un papel la
palabra “Dios” y colocó sobre él una moneda. Le preguntó: – ¿Qué ves? – Una
moneda, respondió. ¿Nada más? Nada. El hombre de fe quitó la moneda, y le
preguntó de nuevo: – Y ahora, ¿qué ves? – Veo a Dios. Entonces, ¿qué es lo que
te impide ver a Dios? Se quedó mudo…
¿Qué te impide confesar a Jesús?
Momento de silencio
¿Quién es Jesús?
-
El Padre: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco;
escuchadle” (Mt 17,5).
Jesús: “Yo y el Padre somos uno” (Jn 10,30).
Pedro: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16)
Pablo: “El Hijo de Dios" (Hch 9, 20).
Un pagano (Centurión): "Verdaderamente este hombre era
Hijo de Dios" (Mc 15, 39).
Un incrédulo: (Tomás) "Señor mío y Dios mío" (Jn 20, 28).
El creyente: "¡Es el Señor!" (Jn 21, 7);
La comunidad cristiana: Marana tha "¡Ven, Señor!" (1 Co 16,
22): "¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!" (Ap 22, 20).
¿Quién es Jesús para ti? Música suave
Expresiones orantes en voz alta
Canto: JESÚS ESTOY AQUÍ. JESÚS QUE QUIERES DE MI
http://www.youtube.com/watch?v=JoVLhB1SDZA
F3
CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO
DE DIOS, NUESTRO SEÑOR
Esplendor brotado del seno de Dios,
luz nacida de la luz,
antes de que naciera el universo,
tú brillas en las tinieblas.
Te adoramos, Hijo amado,
Revelador del rostro de Dios;
el Padre que te ha enviado
sobre ti hace descansar su gracia.
Tú vienes al fondo de nuestra noche
para todos los hombres y mujeres de este mundo;
tú eres la fuente de la vida
y la luz verdadera.
A ti la gloria, Padre santo;
a ti la gloria, Hijo único;
con el Espíritu consolador,
desde ahora y por los siglos.
Jesús no está solamente en medio de nuestro credo. Es su
centro. Porque es el centro del mundo y de la historia.
«Es el punto en el que convergen los deseos de la historia y de
la civilización, el centro del género humano, el gozo de todos los
corazones y la plenitud de sus aspiraciones»
(Vaticano II, GS 45, 2).
LA 2ª PARTE DEL CREDO EXPRESA NUESTRA FE EN JESUCRISTO (CIC 422-455)
“La transmisión de la fe cristiana es ante todo el anuncio de Jesucristo
para conducir a la fe en Él. Desde el principio, los primeros discípulos
ardieron en deseos de anunciar a Cristo: "No podemos nosotros dejar
de hablar de lo que hemos visto y oído" (Hch 4, 20). Y ellos mismos
invitan a los hombres de todos los tiempos a entrar en la alegría de su
comunión con Cristo” (CIC 425).
“La Resurrección de Jesús glorifica el Nombre de Dios "Salvador"
porque de ahora en adelante, el Nombre de Jesús es el que
manifiesta en plenitud el poder soberano del "Nombre que está sobre
todo nombre". Los espíritus malignos temen su Nombre y en su
nombre los discípulos de Jesús hacen milagros porque todo lo que
piden al Padre en su Nombre, Él se lo concede” (CIC 434).
“El Nombre de Jesús está en el corazón de la plegaria cristiana. Todas
las oraciones litúrgicas se acaban con la fórmula “Por nuestro Señor
Jesucristo...". (CIC 435).
En el centro de la catequesis: Cristo
CRISTO ES SEÑOR
Creéis en Dios, creed también en mí, dice Jesús (Jn 14, 1).
"En el centro de la catequesis encontramos una persona, la de Jesús
de Nazaret, Unigénito del Padre [...]; que ha sufrido y ha muerto por
nosotros y que ahora, resucitado, vive para siempre con nosotros [...]
Catequizar es [...] descubrir en la Persona de Cristo el designio eterno
de Dios [...]. Se trata de procurar comprender el significado de los
gestos y de las palabras de Cristo, los signos realizados por Él mismo".
(CIC 426). “De este conocimiento amoroso de Cristo es de donde brota
el deseo de anunciarlo, de "evangelizar", y de llevar a otros al "sí" de
la fe en Jesucristo.
EL NOMBRE DE JESÚS, EL CRISTO
“Jesús quiere decir en hebreo: "Dios salva". En el momento de la
anunciación, el ángel Gabriel le dio como nombre propio el nombre
de Jesús que expresa a la vez su identidad y su misión” (CIC 430).
“El nombre de Jesús significa que el Nombre mismo de Dios está
presente en la Persona de su Hijo hecho hombre… Él es el Nombre
divino, el único que trae la salvación y de ahora en adelante puede ser
invocado por todos porque se ha unido a todos los hombres por la
Encarnación de tal forma que "no hay bajo el cielo otro nombre dado
a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos" (CIC 432).
Jesús es el Cristo porque "Dios le ungió con el Espíritu Santo y con
poder" (Hch 10, 38). Era "el que ha de venir" (Lc 7, 19), el objeto de
"la esperanza de Israel"(Hch 28, 20). (CIC 453).
“Jesús acogió la confesión de fe de Pedro que le reconocía como
el Mesías anunciándole la próxima pasión del Hijo del Hombre.
Reveló el auténtico contenido de su realeza mesiánica en la
identidad transcendente del Hijo del Hombre "que ha bajado del
cielo", a la vez que en su misión redentora como Siervo sufriente.
El verdadero sentido de su realeza se ha manifestado en lo alto de
la Cruz. Solamente después de su resurrección su realeza
mesiánica podrá ser proclamada por Pedro ante el pueblo de
Dios: "Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha
constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis
crucificado"(CIC 440)
Nosotros somos cristianos por la gracia de Dios; hemos recibido
el Espíritu Santo y confesamos con nuestra boca y nuestra vida
que Jesús es el Cristo, el Mesías, el Señor. Él, que es el Hijo, se hizo
uno de nosotros para hacernos hijos de Dios.
“El nombre de Señor significa la soberanía divina. Confesar o
invocar a Jesús como Señor es creer en su divinidad "Nadie puede
decir: "¡Jesús es Señor!" sino por influjo del Espíritu Santo"(1 Co
12, 3) (CIC 455).
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