El plan de Dios para la salvación

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El plan de Dios para la salvación
Jay Wilson, evangelista
1233 N. 8th
Bozeman, MT 59715
406-586-8061, 406-581-2930
www.newcreationstudies.org
www.christschurchonline.com
Email: [email protected], [email protected]
Querido lector,
Este estudio es el segundo en una seria diseñada a enseñarle los básicos del Nuevo
Testamento. Es nuestra súplica que consiga su propósito.
Las conclusiones básicas que se resuelven en este estudio son:
1. Nuestro problema es que nuestros propios pecados nos condenan al infierno.
2. Las buenas noticias—el evangelio—son que Jesús murió para salvarnos de
nuestros pecados.
3. Contestamos la pregunta “¿Qué tengo que hacer?” y encontramos que tenemos
que:
a. Creer que Jesús es el Cristo, y que se resucitó de entre los muertos.
b. Arrepentirnos.
c. Confesar con nuestras bocas que Jesús es el Señor.
d. Ser sumergidos (en agua) en Cristo para recibir el perdón de nuestros
pecados.
4. Arrepentirse incluye un cambio de acciones.
5. El bautismo es sumersión en agua, y es esencial para salvación. Solo hay una
sumersión aceptable—es la sumersión en Cristo, con agua como medio, como
resultado del deseo de obedecer el evangelio.
6. ¡Si alguien rechaza seguir la voluntad de Dios, arderá para siempre; si sigue la
voluntad de Dios, vivirá para siempre!
7. El cristiano tiene que ser fiel hasta la muerte.
Queremos poner énfasis en este punto: el individuo tiene que conocer a Dios
según Sus términos—no según los nuestros—y sus términos se revelan plenamente y
claramente en el Nuevo Testamento.
Recordamos al lector que el autor de este librito es un ser humano y es sujeto a
errores, ignorancia, y confusión. Usted tiene que verificar para sí mismo “si estas cosas
son así.”
Se usa La Biblia de las Américas en este estudio y se cita por el librito.
Su siervo,
Jay Wilson
2
“Sólo la Biblia… produce verdaderos cristianos…”
Propiedad literaria 2003
11th Hour Press
1233 N. 8th
Bozeman, MT 59715
Litografía en los EE.UU.
El plan de Dios para la salvación
Introducción:
a)
b)
“Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre
sino por mí” (San Juan 14:6).
Ahora Dios requiere que todo hombre obedezca al evangelio (II
Tesalonicenses 1:7-10); la ignorancia no es suficiente como
excusa (Hechos 17:30, 31).
El plan general:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
El problema
El evangelio
¿Qué debo hacer?
La enseñanza de Dios sobre el arrepentimiento
La enseñanza de Dios sobre el bautismo
Escoger
La necesidad de ser vencedores
I. El problema
A. El pecado es desobedecer los mandamientos de Dios
- Génesis 2:17—El mandamiento de Dios “del árbol del conocimiento
del bien y del mal no comerás.”
- Génesis 3:10—La desobediencia de Adán y Eva
B. El pecado separa al hombre de Dios
- Isaías 59:1,2—Nuestros pecados nos han separado de Dios
- Santiago 1:13-16—La separación de Dios es la muerte espiritual
C. Todos pecaron
- Romanos 3:23—Todos han pecado
- Galatas 3:22—Dios encerró a cada persona bajo el pecado
D. Los niños son inocentes y no condenados
3
-
Ezequiel 18:20—Nadie hereda el pecado de otra persona; entonces los
niños no heredan el pecado de Adán
- Romanos 7:9—Había un periodo en la vida de Pablo cuando no le
aplicaba la Ley; cuando empezó a aplicarle, el pecado nació y Pablo
murió de una forma espiritual
E. La penalidad para el pecado es la condenación eterna
- Romanos 6:23—La paga del pecado es muerte
- San Mateo 25:46—Los buenos van a la vida eterna; los malos al
castigo eterno
- Hechos 8:24—Los apóstoles predicaron sobre el infierno y la
condenación
Cada persona confronta el mismo problema—sus pecados, aunque pueden
aparecerse pequeños, le separan de Dios y le condenan al infierno
II. El evangelio
-
El evangelio—buena historia, buenas noticias
I Corintios 15:1-5—Cristo se murió para nuestros pecados, fue
enterrado, se resucitó el tercer día y apareció a algunos testigos
I Corintios 5:7—Cristo es nuestro cordero de la Pascua
San Juan 19:31-17—Cristo es el sacrificio perfecto; derramó de Su
sangre para salvarnos de nuestros pecados
Hebreos 9:22—No hay perdón del pecados sin derramar de sangre
Galatas 3:13—Cristo se hizo maldición por nosotros para romper la
maldición de la Ley que nos gobernaba (Hebreos 9:11-14).
San Juan 3:16—El propósito de Dios no es condenarnos. Nos ama y
nos envió a Su Hijo unigénito a morir para salvarnos
El evangelio es que Cristo murió para nuestros pecados justo como predijo el
Antiguo Testamento. Como el cordero de la Pascua de esa edad, Cristo demarró de
Su sangre para el perdón de nuestros pecados y de esta forma, rompió la maldición
de la Ley que nos gobernaba. Dios envió a Su Hijo unigénito a morir por nosotros, y
después lo resucitó de entre los muertos.
III. ¿Qué debo hacer?
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La inscripción sobre la cruz—San Marcos 15:26; San Lucas 23:38;
San Mateo 27:37; San Juan 19:19,20—Ningún versículo de la escritura
da toda la información sobre las palabras escritas en la inscripción; es
necesario compilar la información de todas las versiones
San Marcos 2:1-12—Jesús tenía la autoridad en la tierra para perdonar
pecados
Hebreos 9:16,17—El Nuevo Pacto empezó con la muerte de Cristo
San Lucas 23:29-43—Jesús perdonó al ladrón en la cruz antes de
morirse y antes de empezar el nuevo pacto
4
-
Hechos 16:16-34—El carcelero creyó y fue bautizado
Hechos 2:36-38—Arrepentirse y ser bautizados para el perdón de sus
pecados el día de Pentecostés
Hechos 8:26-40—La confesión con la boca que Jesús es Señor es
necesario para la salvación (vea Romanos 10:9,10)
Hechos 22:16—El apóstol Pablo fue bautizado para lavar sus pecados
El nuevo testamento de Cristo empezó con Su muerte en la cruz. El perdón de los
pecados bajo el nuevo pacto es disponible bajo las siguientes condiciones:
1. Creer que Cristo murió para salvarle de sus pecados, y que Dios lo
resucitó de entre los muertos.
2. Arrepentirse.
3. Confesar con la boca que Jesús es Señor.
4. Ser bautizados para lavarle los pecados.
IV. La enseñanza de Dios sobre el arrepentimiento
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Jonás 3:1-10—Cuando Dios vio el cambio de acciones de la gente de
Nínive, decidió no destruirla.
San Mateo 12:41—Jesús dijo que este cambio de acciones de la gente
de Nínive fue el arrepentimiento
II Corintios 7:9-10—La tristeza que es conforme a la voluntad de Dios
produce el arrepentimiento
El arrepentimiento es un cambio de actitud que debe resultar en un cambio de
acciones. Si no hay ningún cambio, no hay arrepentimiento.
V. La enseñanza de Dios sobre el bautismo
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“baptizo”—quiere decir sumergir o zambullirse
Hechos 2:38; Hechos 10:47,48—La sumersión en el nombre de Jesús
es en agua. Es para el perdón de pecados.
Romanos 6:1-11—Somos sumergidos en Cristo. Somos sumergidos
en la muerte de Cristo, donde nos ponemos en contacto con la sangre
de Cristo. Somos enterrados con Cristo en esta sumersión . La
sumersión es la semejanza de la muerte, el entierro y la resurrección de
Cristo. En esta semejanza, nos unimos con Cristo, crucificamos el
viejo hombre, y salimos del agua en la semejanza de Su resurrección,
liberados del pecado.
Galatas 3:26,27—Somos hijos de Dios a través de la fe en Jesús. Un
detalle de esta fe es que, cuando fuimos sumergidos en Cristo, nos
vestimos con Cristo. Entonces, el Padre no nos ve a nosotros, sino ve
a Jesús después de nuestra sumersión en Él.
I Corintios 12:13—Somos sumergidos en el cuerpo de Cristo.
Colosenses 2:12—Somos enterrados con Cristo en la sumersión y
somos resucitados con Él por fe en la acción del poder de Dios.
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Romanos 6:17,18—La sumersión es la semejanza, o el molde, la
forma de las enseñanzas básicas (doctrinas) de Cristo—Su muerte,
entierro y resurrección. Uno tiene que obedecer la forma de la
enseñanza, la sumersión , completamente y esto del corazón y no por
la voluntad de ningún otro.
I San Pedro 3:21—La sumersión nos salva a través de la resurrección
de Cristo. Es una petición a Dios pidiéndole una buena conciencia.
San Juan 3:3-5—Uno tiene que nacer de agua y de Espíritu para entrar
el reino de Dios. El agua y el Espíritu están presentes en la sumersión
(Hechos 2:38).
Tito 3:5—La sumersión es el lavamiento de la regeneración. Se recibe
el Espíritu Santo en la sumersión , y Él continúa renovando al
cristiano.
Efesios 5:25-27—La iglesia, el cuerpo de Cristo, se ha limpiado por el
lavamiento del agua. Este lavamiento limpia a la prometida y la
prepara para su casamiento con el Cordero (El Apocalipsis 19:7-9).
Este lavamiento se cumple en conexión con la palabra (I San Pedro
1:22,23).
Efesios 4:4-6—Hay un Señor, una fe, una sumersión ; no hay un
Señor, múltiplas fes ni muchos bautismos.
Cuando uno es sumergido, Dios lo mete en Cristo. De esta forma, la sumersión salva
a una persona a través de la resurrección de Cristo—nace de nuevo mientras se
entierra con Cristo en la sumersión y se resucita con Cristo a andar en novedad de
vida. Uno se regenera mientras recibe el Espíritu Santo en el lavamiento. Sólo hay
una sumersión según Dios—la sumersión en Cristo. Dios no va a reconocer ninguna
otra sumersión .
VI. Escoger
-
II Tesalonicenses 1:8-10—Cada persona que no conoce a Cristo o que
no obedece el evangelio será castigado cuando Jesús regrese.
El Apocalipsis 20:15—Cada persona cuyo nombre no está en el libro
de la vida será tirado en el lago de fuego al juicio.
Romanos 8:9—Cada persona que no tiene el Espíritu de Cristo no
pertenece a Cristo.
San Juan 3:17-21—Los que detestan la luz no vendrán a Cristo bajo
Sus términos; los que practican la verdad lo harán.
San Mateo 7:21—Es necesario cumplir la voluntad de Dios para entrar
en el reino del cielo.
Cada persona tiene que escoger—o obedecer al evangelio o desobedecerlo. La
obediencia resuelta en la vida eterna; la desobediencia resuelta en el castigo eterno.
VII. La necesidad de ser vencedores
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-
El Apocalipsis 21:1-8—tenemos que ser vencedores para heredar el
cielo.
Hebreos 6:4-8—Hay un punto cuando uno no puede volverse.
II San Pedro 2:20-22—La condición de un cristiano que regresa al
mundo es peor que su condición antes de ser cristiano.
Galatas 5:4—Uno puede caer de la gracia
El Apocalipsis 2:10—El cristiano tiene que ser fiel hasta la muerte
para recibir la corona de la vida.
Un cristiano tiene que ser fiel hasta la muerte. Tiene que superar los obstáculos que
se presentan.
El plan de Dios para la salvación
INTRODUCCIÓN
Jesucristo dijo, “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino
por mí” (San Juan 14:6).
La clara enseñanza de la Biblia Santa es que nadie va a entrar el reino de Dios a
través de su propio poder, sea lo que sea su raza, creencia, color o trasfondo étnico. Uno
sólo va a pasar por las puertas del cielo si tiene un Abogado con el Padre, Jesucristo el
justo.
En el pasado, Dios disculpaba la falta de entendimiento que la gente Le tenía.
Pero, después de la muerte de Cristo en la cruz, ya la ignorancia no se acepta como
excusa. Hablando a la gente de Atenas, Pablo dijo: “Por tanto, habiendo pasado por alto
los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se
arrepientan, porque El ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia, por
medio de un Hombre a quien ha designado, habiendo presentado pruebas a todos los
hombres al resucitarle de entre los muertos” (Hechos 17:30,31).
No hará misericordia para los que no conocen a Jesús ni para los que no le
obedecen. “…cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con sus poderosos
ángeles en llama de fuego, dando retribución a los que no conocen a Dios, y a los que no
obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús” (II Tesalonicenses 1:7,8).
A causa de que la eternidad esté en juego, vale la pena examinar las enseñanzas
de Dios con respecto a la salvación—no las enseñanzas de ningún hombre, ni las de
ninguna denominación ni las de ninguna iglesia—sino las enseñanzas reveladas en Su
palabra, la Biblia. En este estudio dejamos que Dios defina su propia terminología y pase
Su juicio sobre estas cosas. No queremos añadir ni sacar nada de Sus enseñanzas,
sabiendo que esto resulta en condenación por Dios.
EL PLAN GENERAL
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Nuestro estudio se divide en siete tópicos:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
El problema
El evangelio
¿Qué debo hacer?
Las enseñanzas de Dios sobre el arrepentimiento
Las enseñanzas de Dios sobre el bautismo
Escoger
La necesidad de ser un vencedor
I. EL PROBLEMA
Pecar es desobedecer a Dios
El problema del hombre empezó en el Jardín de Edén. Dios le dijo a Adán que
podía comer de la fruta de cualquier árbol en el jardín excepto uno—el árbol del
conocimiento del bien y del mal. Dios le dijo a Adán que si comiera de ese árbol,
ciertamente moriría (Génesis 2:17).
La desobediencia de Adán y de Eva se registra en Génesis 3:1-12. Notamos que
desde el principio, el propósito de la serpiente fue convencer a la gente que Dios no habla
en serio cuando habla. “Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis” (Génesis
3:4).
Entonces el diablo engaño a Eva (I Timoteo 2:14) y Adán y Eva comieron. En
comer la fruta prohibida, pecaron. Igual como infringir una ley o un mandamiento es un
crimen, infringir un mandamiento de Dios es pecar.
El pecado separa al hombre de Dios
Dios le dijo a Adán, “el día que de él comas, ciertamente morirás” (Génesis 2:17).
¿Adán se murió el día que comió la fruta prohibida? La Biblia dice: “El total de los días
que Adán vivió fue de novecientos treinta años, y murió” (Génesis 5:5).
Posiblemente Dios le mintió. Quizás le estaba engañando para que no comiera de
esta fruta.
¡No! Adán sí se murió el día en que comió la fruta! Murió la muerte peor de
todas—¡la muerte espiritual!
La palabra muerte quiere decir “la separación.” Cuado uno se muere físicamente,
se separa el espíritu del cuerpo (Santiago 2:26). La muerte espiritual es la separación del
hombre y el espíritu de Dios y no la vida del cuerpo.
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¿Qué puede ser la causa de esta separación? ¿Cuál enfermedad puede separar un
hombre del Padre de espíritus?
Isaías, hablando por la parte del Señor, nos dice: “He aquí, no se ha acortado la
mano del Señor para salvar; ni se ha endurecido su oído para oír. Pero vuestras
iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados le
han hecho esconder su rostro de vosotros para no escucharos” (Isaías 59:1,2).
Eso es el problema. ¡Los pecados de alguien—P-E-C-A-D-O-S—le separan de
Dios! Como dijo Santiago, “…cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su
propia pasión. Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el
pecado es consumado engendra la muerte. Amados hermanos míos, no os engañéis”
(Santiago 1:14-16).
Todos pecaron
“Bueno,” uno puede decir, “es cierto para los demás. Pero yo no soy ningún
asesino, violador ni vendedor de drogas (o lo que sea).”
No importa la excusa que uno trata de usar, es que no quiere que se clasifique con
los “pecadores.” Deje que Dios le instruya: “por cuanto todos pecaron y no alcanzan la
gloria de Dios” (Romanos 3:23); y “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a Él
mentiroso y su palabra no está en nosotros” (I San Juan 1:10).
No podemos negar la verdad de Dios. Entonces, tenemos que decir que nosotros,
como los efesios de siglos pasados, estamos “muertos en nuestros delitos y pecados”
(Efesios 2:1), y que estamos separados de Dios.
¿Por qué? ¿Por qué diseñó Dios la naturaleza del hombre así, dejando a todos
pecadores y con la herencia de condenación que merece el pecador? Responde en
Galatas 3:22: “Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es
por la fe en Jesucristo fuera dada a todos los que creen.”
Dios preparó una cárcel, llamado “pecado,” y usó la Escritura para ponernos todos
adentro. ¿Qué quiere cada prisionero más que todo? ¡Salir! Quiere escuchar las llaves
abriendo la puerta y quiere escuchar que está libre. Dios nos ha puesto en Su cárcel.
Sabe que cuando nos de cuenta de que estamos en la cárcel, querremos salir. ¡Para salir
de esta cárcel, solo hay UN CAMINO! ¡JESÚS!
Niños
¿Y qué de los niños? ¿Son también pecadores que han sido condenados? ¿Se
incluyan cuando dice “todos pecaron?” ¿Heredan el pecado de Adán?
En Ezequiel 18:20, dice: “El alma que peque, ésa morirá. El hijo no cargará con
la iniquidad del padre, ni el padre cargará con la iniquidad del hijo; la justicia del justo
será sobre él y la maldad del impío será sobre él.” Nadia hereda la culpa del pecado de
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otra persona. A causa del pecado de Adán, la muerte entró en el mundo (Romanos 5:1214), pero el recompenso eterno se basa en las acciones del individuo propio. Nadie se
condena a causa de heredar el pecado de Adán.
En Romanos 7, Pablo se usa como ejemplo. A causa de que no haya excepción
de personas con Dios (Romanos 2:11), lo que aplica a Pablo aplica a todos. Dice, “Y en
un tiempo y vivía sin la ley, pero al venir el mandamiento, el pecado revivió, y yo morí”
(Romanos 7:9). La Ley existía antes de nacerse Pablo, pero había un punto en su vida en
que no le aplicaba la Ley, y estaba vivo en compañerismo con Dios—aunque
probablemente robaba los juguetes de sus hermanos (si los tenía) y les tiraba barro a los
niñitos del pueblo. Pero llegó el día en que la Ley sí empezó a aplicarle, y a este punto
fue responsable por su pecado y perdió su compañerismo con Dios.
Los niños hoy en día son como el niño Pablo. La Ley que encierra a los hombres
bajo el pecado no aplica a los niños; son inocentes y no condenados. Pero va a llegar el
día en que la Ley sí les aplicará (sabrán y Dios sabrá cuando llegue este día), y después
serán responsables por sus pecados y morirán, perdiendo su compañerismo con Dios. De
esto habla Santiago cuando dice, “…cada uno es tentado cuando es llevado y seducido
por su propia pasión. Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y
cuando el pecado es consumado engendra la muerte” (Santiago 1:14,15).
Hablando de niñitos, Jesús dice, “…sus ángeles en los cielos contemplan siempre
el rostro de mi Padre…” (San Mateo 18:10). A los demás dice, “…si no os convertís y os
hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (San Mateo 18:3).
Los niños no necesitan la redención, como la necesitamos los demás, porque
todavía no habían perdido su compañerismo con Dios. Las palabras de Dios en la Biblia
se dirigen a los que son capaces de ser responsables por sus propias acciones.
El castigo por el pecado es la condenación eterna
Entonces, si uno tiene bastantes años para ser responsable por su pecado, y la
Escritura lo mete en la cárcel del pecado ¿qué pasa si se queda allá? Pablo responde,
“Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).
Hay que notar que la muerte aquí se contrasta con la vida. La muerte de que
habla Pablo es la muerte eterna—la separación eterna de Dios. Más, habla de la paga del
pecado. “La paga” es lo que uno recibo por trabajo hecho, algo merecido, algo ganado.
Todos nosotros merecemos—a causa de nuestras acciones—el derecho de arder para
siempre. Si alguien se queda en la cárcel del pecado hasta su muerte física, recibirá lo
que merece.
Jesús, hablando de los impíos, dijo: “Y éstos irán al castigo eterno, pero los justos
a la vida eterna” (San Mateo 25:56). ¡El castigo eterno es el opuesto de la vida eterna y
dura tanto tiempo!
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El castigo por el pecado es la condenación eterna. Dios usa la fuerza para
persuadir a la naturaleza del ser humano que necesita una nueva naturaleza. Como dijo el
Señor, hablando de sí mismo como la piedra: “Y el que caiga sobre esta piedra será hecho
pedazos; pero sobre quien ella caiga, lo esparcirá como polvo” (San Mateo 21:44).
Debemos caernos sobre la Piedra Jesús con gusto, y conformar nuestras voluntades a
hacer Su voluntad. Lo podemos confesar como Señor aquí en la tierra de voluntad o lo
haremos más tarde por fuerza: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le
confirió el nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda
rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua
confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11).
Muchos rechazan a Dios
Muchos rechazan a este Dios que condena a la gente a los huecos ardientes del
infierno para siempre a causa del pecado. Prefieren un dios de su imaginación que, como
dios amoroso, no podría castigar a ningún de Sus hijos. Hoy en día, supuestamente
debemos “acentuar lo positivo y eliminar lo negativo.” La ideología moderna enseña que
debemos evitar mencionar el pecado y el infierno y sólo enfocarnos en las buenas cosas
de Dios. Según ella, no debemos nunca indicar que uno podría estar fuera del oído de
Dios, sino decir que todos somos igualmente Sus niños.
Me acuerdo de un periodo en que distribuía volantes con el título “¿Quieres ir al
cielo?” Al abrir el volante, se leía “No vas allá en el estado en que estás.” Después,
explicaba cómo Dios les metió a todos en la cárcel del pecado para poder dar
misericordia a todos.
Una vez, toqué en la puerta de un apartamento dentro de un edificio viejísimo.
Un pelirrojo con una barba bien larga me abrió la puerta. Le di el volante y le pedí que lo
leyera. Después de abrirlo, me gritó, “Ustedes todos son iguales. ¡Negativos!”
Aparentemente, el apóstol Pedro fue “negativo.” En Hechos 8, él con el apóstol
Juan su fueron a Samaria para visitar los lugares en cuales Felipe el evangelista había
estado predicando. Al llegar, un hechicero llamado Simón se dio cuenta de que ellos
podían pasar poderes especiales a través de la imposición de sus manos.
Les dijo a ellos, ofreciéndoles dinero, “Dadme también a mí esta autoridad…”
“Entonces Pedro le dijo: Que tu plata perezca contigo…tu corazón no es recto
delante de Dios. Por tanto, arrepiéntete de esta tu maldad, y ruega al Señor que si es
posible se te perdone el intento de tu corazón”
“Pero Simón respondió y dijo: Rogad vosotros al Señor por mí, para que no me
sobrevenga nada de lo que habéis dicho” (Hechos 8:19-24).
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¿Qué le dijo Pedro a Simón? Solo podemos imaginar los detalles, pero sabes que
fue algo “negativo” que le aterrorizó a Simón el hechicero.
La ideología moderna puede argüir que el miedo no es buena forma de motivar,
pero Dios usa tanto el miedo como el amor para motivar. Como Él dijo hace mucho
tiempo por medio de la boca de Salomón: “El principio de la sabiduría es el temor del
Señor” (Proverbios 9:10).
Conclusión
Evitar los problemas no los resuelve. Y cada persona tiene el problema de que
sus pecados, aunque parezcan pequeños, lo separan de Dios y lo condenan al infierno.
II. EL EVANGELIO
I Corintios 15:1-5
Pablo escribió a la iglesia en Corinto: “Ahora os hago saber, hermanos, el
evangelio que os prediqué, el cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes,
por el cual también sois salvos, si retenéis la palabra que os prediqué, a no ser que hayáis
creído en vano. Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo
murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó
al tercer día, conforme a las Escrituras…” (I Corintios 15:1-5).
Pablo dijo que el evangelio los salva a los cristianos. ¿Qué es el evangelio? La
palabra en inglés es gospel y viene de las palabras antiguas god y spel que significan
“buena historia”. El evangelio es la buena historia. La palabra en griego—en que fue
escrito el Nuevo Testamento—es evangel, que significa “buenas noticias.”
El evangelio nos trae buenas noticias porque nos dice cómo resolver nuestro
problema del pecado. Pablo dijo que de primera importancia, Cristo murió por nuestros
pecados, que fue enterrado, y que se resucitó el tercer día.
¡Buenas noticias!
¡Cristo murió por nuestros pecados!
La Biblia opera como una historia de dos partes—las buenas noticias y las malas
noticias. Primero, nos presenta las malas noticias—sus pecados le condenan al infierno.
Después vienen las buenas noticias—¡Cristo murió por sus pecados!
El cordero de la Pascua
Nuestra historia empieza en el Antiguo Testamento. Mientras Dios se preparaba a
sacar los israelitas de Egipto, les dijo que matara un cordero, y que rociara la sangre sobre
las puertas y en los lados de las puertas de sus casas. Dios iba a matar al primogénito de
los humanos y de los animales por todo Egipto en la última de los diez pestes y les dijo a
los hijos de Israel: “Y la sangre os será por señal en las casas donde estéis; y cuando yo
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vea la sangre pasaré sobre vosotros, y ninguna plaga vendrá sobre vosotros para
destruiros cuando yo hiera la tierra de Egipto” (Éxodo 12:13).
A causa de que Dios pasó sobre las casas donde estaba la sangre rociada, heredó
el nombre la Pascua. Jesucristo es nuestro cordero de la Pascua según I Corintios 5:7.
Igual como la muerte no entró en las casas en Egipto donde estaba la sangre de un
cordero, la muerte no entrará la vida de la persona sobre quien la sangre de Jesús ha sido
rociada (Hebreos 10:22). Esto es lo que quería decir Juan el Bautista cuando dijo, “He
aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (San Juan 1:29).
¡Buenas noticias! ¡Cristo fue sacrificado como el
cordero de la Pascua para salvarnos de nuestros pecados!
El sacrificio perfecto
Después de la primera Pascua, Dios, operando a través de Moisés, los guió a los
israelitas y ellos salieron de Egipto, cruzaron la Mar Roja y entraron el desierto donde
Dios les dio La Ley (incluyendo los Diez Mandamientos) y el sacerdocio.
Una parte del ritual en el Antiguo Testamento fue ofrecer un macho cabrío por los
pecados de la gente el Día de Expiación (Levitico 16:1-34).
Los sacrificios del Antiguo Testamento sólo señalaron el sacrificio del Cordero de
Dios que venía. La sangre de toros y de machos cabríos no puede quitar los pecados
(Hebreos 10:4), entonces Dios envió a Su Hijo primogénito, sin imperfecciones, como el
sacrificio perfecto para quitar los pecados de la gente de todas las edades—del pasado,
del presente, y del futuro.
Juan describe el ofrecimiento del sacrificio perfecto de esta forma: “Los judíos
entonces, como era el día de preparación para la pascua, a fin de que los cuerpos no se
quedaran en la cruz el día de reposo (porque ese día de reposo era muy solemne),
pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y se los llevaran. Fueron, pues, los
soldados y quebraron las piernas del primero, y también las del otro que había sido
crucificado con Jesús; pero cuando llegaron a Jesús, como vieron que ya estaba muerto,
no le quebraron las piernas; pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza,
y al momento salió sangre y agua. Y el que lo ha visto ha dado testimonio, y su
testimonio es verdadero; y él sabe que dice la verdad, para que vosotros también creáis”
(San Juan 19:31-35).
¡Buenas noticias! ¡Cristo es el sacrificio perfecto y
se derramó de Su sangre para salvarnos de nuestros pecados!
El significado de la sangre derramada
Según Dios, hay que haber sangre derramada en conexión con el perdón de
pecados. Fue así en los días de Abel, en los días de Abraham y en los días de Moisés.
Como dice el autor de Hebreos, “Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin
derramamiento de sangre no hay perdón” (Hebreos 9:22).
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Ahora, habiéndose derramado de Su sangre en la cruz, “Cristo apareció como
sumo sacerdote de los bienes futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo,
no hecho con manos, es decir, no de esta creación, y no por medio de la sangre de
machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar
Santísimo una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna” (Hebreos 9:11,12).
La cruz es el centro de redención de Dios, donde se intercambian nuestros
pecados, que no tienen nada de valor, con la valerosa vida eterna. “Cristo nos redimió de
la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está:
Maldito todo el que cuelga de un madero), a fin de que en Cristo Jesús la bendición de
Abraham viniera a los gentiles para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la
fe” (Galatas 3:13,14). Y la sangre de la cruz, la sangre de nuestra redención, fue figurada
anteriormente en los sacrificios del Antiguo Testamento, y Su sangre es la sangre que sí
produce en nosotros conciencias purificadas. “Porque si la sangre de los machos cabríos
y de los toros, y la ceniza de la becerra rociada sobre los que se han contaminado,
santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el
Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, purificará vuestra conciencia de
obras muertas para servir al Dios vivo?” (Hebreos 9:13,14).
¡Buenas noticias! ¡Cristo se derramó de Su sangre para
que podamos tener conciencias purificadas!
Resumen
Dios encerró a todos en la cárcel del pecado. Pero, como Padre adorante, no nos
dejó sin esperanza. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna” (San
Juan 3:16).
Las buenas noticias son que Cristo murió para nuestros pecados justo como
predijo el Antiguo Testamento. Como el cordero de la Pascua de tiempos pasados, Cristo
se derramó de Su sangre para perdonarnos nuestros pecados y en esto, rompió la
maldición de la Ley. Después de cumplir estas cosas en Su muerte, resucitó de entre los
muertos a vivir para siempre.
III. ¿QUÉ DEBO HACER?
La inscripción en la cruz
Ahora que hemos escuchado que el evangelio es la muerte de Cristo por nuestros
pecados, Su entierro, y Su resurrección, ¿qué debemos hacer?
Pedro y Pablo dijeron que uno debe obedecer al evangelio (II Tesalonicenses 1:8;
I San Pedro 4:17). Para averiguar cómo la gente ha obedecido el en el pasado, vamos a
investigar cuatro conversiones del Nuevo Testamento. Así vamos a encontrar la
respuesta a nuestra pregunta, “¿Qué tengo que hacer?”
14
Primero, una introducción. A veces, puede parecer que haya contradicciones
entre versículos o partes de la Escritura. Por ejemplo, consideremos las cuatro versiones
que tratan sobre la inscripción sobre Jesús en la cruz.
“Y pusieron sobre su cabeza la acusación contra El, que decía: ESTE ES JESÚS,
EL REY DE LOS JUDÍOS ” (San Mateo 27:37).
“Y la inscripción de la acusación contra El decía: EL REY DE LOS JUDÍOS”
(San Marcos 15:26).
“Había también una inscripción sobre El, que decía: ESTE ES EL REY DE LOS
JUDÍOS” (San Lucas 23:38).
“Pilato también escribió un letrero y lo puso sobre la cruz. Y estaba escrito:
JESÚS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDÍOS. Entonces muchos judíos leyeron
esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad;
y esta escrita en hebreo, en latín y en griego” (San Juan 19:19,20).
¿Cuál de las cuatro versiones es correcta? Las cuatro varían.
Algunas personas tratan de responder a esta pregunta, diciendo que cada versión
es según la perspectiva del autor, como la vio o cómo se informó sobre lo que decía.
Implicado en el hecho de que La Biblia sea la Palabra de Dios es: ¡no sólo tiene que ser
cada versión escrita desde la perspectiva del autor, sino que también esta versión tiene
que ser precisa a solas!
Repasemos y notemos cómo las cuatro versiones son precisas; son diferentes pero
a la vez se concuerdan.
Empezamos con la versión de San Marcos, y notamos los cambios en las
siguientes versiones en cursiva:
EL REY DE LOS JUDÍOS—Marcos.
ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS—Lucas.
ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS—Mateo.
JESÚS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDÍOS (en hebreo, en latín y en
griego)—Juan.
Entonces, la inscripción dijo:
ESTE ES JESÚS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDÍOS (en hebreo, en
latín y en griego).
Hay que notar que ninguna de las versiones contenga el mensaje total de la
inscripción. Todas las cuatro versiones son correctas, pero hay que juntar todas las
cuatro para tener la información completa sobre lo que decía la inscripción.
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Este ejemplo ilustra un principio muy importante sobre interpretar la Biblia.
Todos los versículos de la escritura son precisos, y ninguno se puede poner en
yuxtaposición con otro.
Por ejemplo, tirar la versión de Mateo de la inscripción, por ejemplo, porque es
diferente que la de Juan es una negación sutil de la Biblia como Palabra de Dios. “Toda
Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena
obra” (II Timoteo 3:16,17). Decir que un versículo de la escritura no es correcto “a causa
de que otra escritura diga algo diferente” es poner la escritura en oposición a sí misma.
Las escrituras se encajan bien—algún problema que se encuentra está en la mente del
intérprete, no en la Biblia.
Al tratar con la pregunta, “¿Qué tengo que hacer?”, tenemos que mantener este
principio en la mente. Tirar el testimonio del libre de los Hechos “a causa de que sea
inconsistente con Juan y Efesios” es una negación sutil de la Biblia como Palabra de
Dios, y es una característica de una mente terca y rebelde.
El nuevo pacto
Mientras Jesús andaba en la tierra, perdonaba los pecados de la gente como
quería. En Marcos 2, por ejemplo, Jesús perdonó a un paralítico, explicando que “el Hijo
del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados” (San Marcos 2:10).
Pero, después de Su muerte en la cruz, sólo se puede obtener el perdón de pecados
en concordancia con los términos de su testamento. El autor de Hebreos nos dice,
“Porque donde hay un testamento, necesario es que ocurra la muerte del testador. Pues
un testamento es válido sólo en caso de muerte, puesto que no se pone en vigor mientras
vive el testador” (Hebreos 9:16,17).
Es decir, es exactamente como el testamento de un hombre rico. Mientras el
hombre vive, puede regalar dinero como quiera. Pero cuando muera, cierran su
propiedad y no se distribuye nada fuera de lo que delinea el testamento. Cuando el
testamento va al corte, se lee “el último testamento” del Señor X. Las palabras
testamento, pacto y convenio en este contexto quieren decir lo mismo. Nuestro Nuevo
Testamento es exactamente esto—el Nuevo Testamento de Cristo.
Entonces, Jesús tenía la autoridad de perdonar los pecados como quería mientras
vivía. Pero, después de morir, el perdón de los pecados se distribuye por los términos de
Su testamento (o pacto), revelado a nosotros en las escrituras de los apóstoles, a quienes
les guió el Espíritu Santo “a toda la verdad” (San Juan 16:13).
Pero para encontrar el perdón de los pecados, tendremos que buscar unos
ejemplos en la Biblia que tomaron lugar después de la muerte de Cristo en la cruz.
Tendremos que buscar estos ejemplos en el libro de los Hechos para encontrar la
16
respuesta a la pregunta, “¿Qué tengo que hacer?” Y vamos a encontrar que tendremos
que estudiar las escrituras de los otros apóstoles y otros hombres inspirados en las
epístolas para encontrar lo que quiere el Señor de nosotros.
En Dios no hay acepción de personas (Romanos 2:11). Lo que requería de los
hombres al principio de la iglesia es lo que nos va a requerir ahora.
El carcelero en Filipos
Nuestro primer ejemplo tiene que ver con la conversión del carcelero en Filipos,
registrado en Hechos 16:16-34. El apóstol Pablo y un hombre llamado Silas, que
trabajaba con Pablo, predicaban el evangelio en esta ciudad. Había una muchacha que
tenía un espíritu malo que les seguía y decía, “Estos hombres son siervos del Dios
Altísimo, quienes os proclaman el camino de salvación.” Esto le desagradó a Pablo,
entonces un día, exorcizó al espíritu.
Así empezaron sus dificultades. Algunos hombres usaban los poderes de
adivinación que tenía la muchacha para ganar dinero. Cuando se fue el espíritu, también
se fue su negocio. Entonces estos hombres llevaron a Pablo y a Silas al juez, inventaron
cargos contra ellos y los metieron en la cárcel.
Los echaron en el calabozo interior, que probablemente fue oscuro, mojado,
lúgubre y lleno de bichos insoportables. Pero a medianoche, Pablo y Silas cantaron
himnos y oraron. Tenían lo que llamo yo una AO—una Actitud Optimista.
De repente, un terremotos sacudió el edificio, se abrieron las puertas, y las
cadenas se cayeron de las manos y las piernas de los prisioneros. Si fueran circunstancias
normales, los prisioneros habrían huido de la cárcel como avispas de una colmena
agitada. Pero no—se quedaron allá.
Sin embargo, el carcelero no sabía esto. Al despertarse, vio las puertas abiertas de
la cárcel. En estos días, el castigo por dejarle escapar a un prisionero fue la muerte.
Entonces nuestro carcelero pensó en acabar con su castigo lo más pronto posible y sacó
su espada para suicidarse.
“Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos
estamos aquí. Entonces él pidió luz y se precipitó adentro, y temblando, se postró ante
Pablo y Silas, y después de sacarlos, dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?”
Este hombre preguntó lo mismo que nosotros: “¿qué debo hacer para ser salvo?”
Vamos a ver lo que le dijeron Pablo y Silas.
“Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa.”
Le dijeron que tuviera que creer en el Señor Jesús. El carcelero probablemente no
conocía a Jesús. Probablemente fue la primera vez que el evangelio llegó a estas partes
17
del mundo y se supone que este hombre fue pagano. Entonces, Pablo y Silas le hablaron
de Jesús.
“Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.”
La Biblia dice que “la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo”
(Romanos 10:17). Uno sólo puede creer en el Señor Jesús si haya escuchado predicada la
palabra de Dios. ¡Este hombre de Filipos no fue ninguna excepción, y tampoco fue
ninguna otra persona en el Nuevo Testamento!
“Y él los tomó en aquella misma hora de la noche, y les lavó las heridas;
enseguida fue bautizado, él y todos los suyos.”
Nuestro punto de énfasis en este primer ejemplo es: la respuesta a la pregunta
¿qué debo hacer? es creer en el Señor Jesús. Tenemos que creer que Él murió para
salvarnos de nuestros pecados, que fue enterrado, y que resucitó el tercer día. Nuestra
creencia no puede ser ninguna creencia superficial, sino debe ser una convicción
profunda. Debemos creer desde el corazón, creer con nuestro ser entero.
El día de Pentecostés
Nuestro segundo ejemplo toma lugar 15 años antes de los eventos en Filipos y se
recuerde en Hechos 2. Fue la primera vez que se predicó el evangelio en su forma
completa. Fue un día de fiesta de los judíos, el día de Pentecostés 50 días después de la
resurrección de Jesús de entre los muertos, y 10 días después de Su Ascensión al cielo.
Este día, todos los hombres judíos dispersados por todo el mundo estarían en Jerusalén si
fuera posible, para cumplir lo que se llamaba “la fiesta de las semanas” en siglos
anteriores, conmemorando el principio de la cosecha y ofreciendo los primeros frutos al
Señor.
Este día, Pedro y los demás apóstoles se llenaron con el Espíritu Santo, se
levantaron y predicaron la muerte, el entierro y la resurrección de Cristo. Pedro probó a
los que le escuchaban, por las escrituras del Antiguo Testamento, que Jesús fue el Mesías
y que había cumplido perfectamente las profecías.
Dijo a los miles que le escuchaban, “Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel,
que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo” (Hechos
2:36).
“Al oír esto, compungidos de corazón, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles:
Hermanos, ¿qué haremos?” (Hechos 2:37).
Pedro, inspirado por el Espíritu Santo, nos da los términos revelados en el Nuevo
Testamento de Cristo: “Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre
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de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo”
(Hechos 2:38).
Ellos (y también nosotros) recibieron el perdón de pecados bajo dos condiciones:
(1) el arrepentimiento y (2) el bautismo en el nombre de Jesucristo. Sin el
arrepentimiento, no hay perdón de pecados. Y sin el bautismo en el nombre de Jesús, no
hay perdón de pecados.
La ecuación de la salvación según Dios
Escuchar + Creer + Arrepentirse + Confesar + Ser sumergido = la salvación, un nuevo
ciudadano del cielo
Jesús dijo, “…si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente (San Lucas 13:5).
Pedro dijo que Dios no quiere “que nadie perezca, sino que todos vengan al
arrepentimiento” (II San Pedro 3:9).
Nuestra énfasis en el segundo ejemplo es: la respuesta a nuestra pregunta ¿qué
debo hacer? incluye no solo la creencia en Jesucristo, sino también debemos
arrepentirnos.
El eunuco etíope
Nuestro tercer ejemplo de conversión se encuentra en Hechos 8:26-40. En
este ejemplo, Dios envió un predicador llamado Felipe para encontrarse con un hombre
de Etiopia que regresaba después de adorar en Jerusalén.
El hombre estaba en su carruaje, leyendo al profeta Isaías. No comprendía
lo que leía, pero Felipe sí lo comprendía, y empezando con esta escritura, le enseñó sobre
Jesús. Mientras Felipe le explicaba las cosas, llegaron a un lugar donde había agua y el
hombre quería ser sumergido.
“Y Felipe dijo: Si crees con todo tu corazón, puedes. Respondió él y dijo: Creo
que Jesucristo es el Hijo de Dios” (Hechos 8:37). Este versículo se pone en los márgenes
en la mayoría de las versiones modernas del Nuevo Testamento, indicando que su
autoridad es dudable. Sin embargo, una investigación de la autenticidad de este versículo
mostrará que se incluye en la mayoría de los ancianos textos confiables, y ciertamente es
la palabra de Dios. (Para una presentación excelente sobre la confiabilidad del texto de la
mayoría, vea el libro Counterfeit Or Genuine, escrito por David O. Fuller, Grand Rapids
International Publications.)
Antes de sumergirle, Felipe le pidió que confesara su creencia en Jesús. Otra
escritura concuerda: “si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón
que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para
justicia, y con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:9,10).
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Nuestro enfoque en este ejemplo es: No solamente son necesarios la creencia y el
arrepentimiento para la salvación, sino también la confesión con la boca que Jesús es
Señor.
El apóstol Pablo
Nuestro ejemplo final es el de Saulo de Tarso, quien más tarde se volvió en el
apóstol Pablo. Saulo fue uno de los perseguidores más violentos de los cristianos que
hemos conocido de la historia. Fue responsable de hacer salir los cristianos de Jerusalén
poco después del establecimiento de la iglesia por Cristo, y fue muy entremetido en la
muerte de Esteban, el primer mártir cristiano.
Un día, Saulo conoció el Señor del universículo y cambió su actitud. Viajaba a
Damasco en lo que hoy en día es Siria, para encontrar cristianos y llevarlos a Jerusalén
para llevarlos al juicio. De repente, le cegó una luz fuerte y se cayó al suelo. Jesús le
trataba como uno tiene que tratar a un mulo—primero tuvo que obtener su atención.
Cuando el Señor obtuvo su atención, le preguntó, “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”
(Hechos 22:7).
Pablo quería saber con quien hablaba, entonces preguntó “¿Quién eres, Señor?”
(Este “Señor” es una expresión de respeto; Saulo todavía no sabía que estaba hablando
con el Señor de señores.) La voz le respondió, “Yo soy Jesús el Nazareno, a quien tú
persigues” (Hechos 22:8).
Saulo no fue ignorante de la persona de Jesús el Nazareno. Había escuchado
mientras Esteban predicaba sobre Él. Sabía que los cristianos afirmaron que se resucitó
de entre los muertos, y que esto probó que fue el Hijo de Dios. Hasta este punto, no
pensaba que fuera nada serio, pero lo pensó mejor cuando dijo, “¿Qué debo hacer,
Señor?” (Hechos 22:10).
Saulo hubiera hecho lo que el Señor lo mandara a este punto. Hubiera montado el
monte Hermon o corrido una milla en cuatro minutos. Pero el Señor solamente le dijo:
“Levántate y entra a Damasco; y allí se te dirá todo lo que se ha ordenado que hagas”
(Hechos 22:10).
Entonces, llevaron a Pablo por la mano y lo trajeron a Damasco porque todavía
estaba ciego. Estuvo tres días sin ver y ni comió ni bebió (Hechos 9:8,9).
A la vez, a un hombre llamado Ananías, hombre piadoso y de quien daban buen
testimonio todos los judíos, Dios le mandó que visitara a Saulo. Y entrando, poniéndose
al lado de Saulo le dijo, “Hermano Saulo, recibe la vista…Y ahora, ¿por qué te detienes?
Levántate y bautízate, y lava tus pecados invocando Su nombre” (Hechos 22:16).
Aquí tenemos a un hombre quien, al conocer a Jesús en el camino a Damasco, Lo
creyó. Tenemos a un hombre arrepentido como muestran su oración y su ayuno mientras
esperaba que alguien le dijera qué hacer. Aquí es un hombre que confesó con su boca
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que Jesús es Señor (Hechos 22:10). Pero a este punto, había recibido el perdón de sus
pecados? ¡La respuesta es definitivamente NO!
¡El hombre que más tarde se volvió en el gran apóstol Pablo tuvo que ser
bautizado para recibir el perdón de sus pecados! En Dios no hay acepción de personas
(Romanos 2:11). Lo que Dios requirió de Pablo, lo requiere de todos—no importa si son
ricos, pobres, negros, blancos, hombres o mujeres.
A este punto en el estudio, algo pasa al pensamiento de muchas personas.
Empiezan a preguntar cosas como, “¿No podría Dios salvar a alguien sin el bautismo?” o
“¿Y si había una persona en el desierto del Sahara que quería ser cristiano, pero se murió
antes de poder llegar al agua para ser bautizado? ¿Iría al infierno?”
Dios requiere el bautismo para lavar los pecados. Y si alguien está en el desierto
del Sahara y no puede llegar al agua para ser bautizado, sus pecados le van a condenar al
infierno.
De todas formas, este no es el asunto. La Biblia dice que Dios no quiere que
nadie perezca (II San Pedro 3:9). Si alguien está en el desierto del Sahara y quiere ser
bautizado, Dios, quien envió a Su Hijo unigénito a morir en la cruz para el pobre en el
desierto del Sahara, ciertamente daría un oasis en que el hombre podría ser bautizado
antes de morir.
Es mi responsabilidad creer, obedecer, y predicar—sin cuestionar—lo que Dios
dice que es necesario para la salvación. Si hago esto, Dios se preocupará del africano
negro que nunca ha escuchado, y el hombre muriendo en el desierto del Sahara. “Así
será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que
deseo, y logrado el propósito para el cual la envié” (Isaías 55:11).
Resumen
Respondiendo a la pregunta, ¿Qué debo hacer?, hemos descubierto la respuesta de
Dios según los términos del Nuevo Testamento. Debemos:
1. Creer que Jesús murió para salvarnos de nuestros pecados y
que Dios lo resucitó de entre los muertos.
2. Arrepentirnos.
3. Confesar con la boca que Jesús es Señor.
4. Ser bautizados para lavarnos los pecados.
IV. LA ENSEÑANZA DE DIOS SOBRE EL ARREPENTIMIENTO
Algunas ideas diferentes
Si uno pregunta a cinco personas diferentes sobre lo que significa arrepentirse,
probablemente recibirá cinco respuestas diferentes. Por ejemplo, he escuchado de una
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iglesia en cual arrepentirse significa que cada año durante la Semana Santa, los miembros
de la iglesia montan una escalera de 2000 pasos de concreto para arrepentirse de los
pecados del año pasado.
En contraste, conozco a unas personas que se emborrachan los sábados y después
lloran los domingos, diciendo, “lo siento, Dios.” Pero el próximo sábado, lo hacen otra
vez; y esta es su definición de arrepentirse.
Jonás 3:1-10
¿Cuál es la definición de Dios del arrepentimiento? Jesús dijo, “Si no os
arrepentís, todos pereceréis igualmente” (San Lucas 13:3). Si el arrepentimiento es tan
importante, debemos saber lo que quiere decir Dios cuando habla del arrepentimiento.
Dios nos da un ejemplo excelente del arrepentimiento en la cuidad de Nínive. El
Señor le dijo a Jonás el profeta, “Levántate, ve a Nínive, la gran cuidad, y proclama
contra ella, porque su maldad ha subido hasta mí” (Jonás 1:2). Pero Jonás se metió en un
barco para viajar en la dirección opuesta y eventualmente lo echaron por la borda y un
pez grandísimo lo tragó.
Cuando el pez le escupió a Jonás en la tierra, se fue rápido a Nínive. “Vino
palabra del Señor por segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate, ve a Nínive, la gran
cuidad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré. Y Jonás se levantó y fue a Nínive
conforme a la palabra del Señor” (Jonás 3:1-3).
“Jonás comenzó a recorrer la cuidad camino de un día, y proclamaba, diciendo:
Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada” (Jonás 3:4).
Como resultado del mensaje de Jonás, la gente de Nínive le creyó a Dios y tomó
en serio su advertimiento. El rey proclamó que: “…clamen a Dios con fuerza, vuélvase
cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos. ¡Quién sabe! Quizá
Dios se vuelva, se arrepienta y aparte el ardor de su ira, y no perezcamos” (Jonás 3:8,9).
“Y vio Dios sus acciones, que se habían apartado de su mal camino; entonces se
arrepintió Dios del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo” (Jonás 3:10).
¡Hay que notar que Dios no se volvió hasta ver sus acciones!
San Mateo 12:41
Hablando de la gente de Nínive, Jesús dijo: “Los hombres de Nínive se levantarán
con esta generación en el juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la
predicación de Jonás; y mirad, algo más grande que Jonás está aquí” (San Mateo 12:41).
Esta es la definición de Jesús del arrepentimiento—un cambio de acciones.
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Muchos tienen la idea de que el arrepentimiento es una tristeza por los errores del
pasado. Pablo dice claramente que no es así: “Porque la tristeza que es conforme a la
voluntad de Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar;
pero la tristeza del mundo produce muerte” (II Corintios 7:10).
Judas Iscariote sentía remordimiento por lo que había hecho, pero no se
arrepintió—se fue y se ahorcó (San Mateo 27:3-5). San Pedro también rechazó al Señor,
pero se arrepintió y vivió.
La tristeza produce el arrepentimiento. La tristeza a solas no es el
arrepentimiento.
De La Biblia, concluimos que el arrepentimiento es un cambio de actitud que
resuelta en un cambio de acciones. Si no hay ningún cambio de acciones, no hay
arrepentimiento.
V. LA ENSEÑANZA DE DIOS SOBRE EL BAUTISMO
La controversia
Si hay algún tema en La Biblia en cual concentre la controversia y la confusión,
es el de bautismo. Cada denominación en el mundo relacionada con el cristianismo, aun
remotamente, practica una variación de bautismo. Pero todos tienen formas diferentes y
razones diferentes.
¿Por qué hay tanta controversia? Creo que la respuesta queda en el estanque
cerca de la casa de mis padres. En el fondo de este estanque—que fue un subproducto de
sacar grava para un camino hecho en los años 30—fue una acumulación de barro de seis
pulgadas. Uno podía jugar en este barro—juegos como “esconder el centavo.” Si
alguien casi logró encontrar el centavo, uno solo tenía que agitar el barro para que no lo
encontrara. Formaría una nube tan densa que nadie podía encontrar nada, y todos
dejaban de buscar el centavo.
Lo mismo ha pasado con el asunto del bautismo. En el bautismo, se lavan los
pecados de un individuo—en el bautismo la persona se une con Cristo. Por eso, el diablo
hace lo que pueda para confundir a la gente para que no encuentre la verdad y para que se
desanime.
He visto volantes con el título, “Lo que la Iglesia X enseña sobre el bautismo.”
La verdad es que realmente no importa lo que cualquier grupo enseña sobre el bautismo.
Lo que sí importa es lo que Dios enseña sobre el bautismo.
Baptizo
Se escribió el Nuevo Testamento en griego, porque fue la lengua común durante
este tiempo, como hoy en día se usa el inglés como lengua común para comunicar. Hay
23
tres palabras griegas que debemos discutir en conexión con el bautismo: baptizo, rantizo,
y cheo.
Baptizo quiere decir sumergir o zambullirse.
Rantizo quiere decir rociar.
Cheo quiere decir verter.
Hoy en día, la palabra “bautizar” ha tomado el significado de estos tres
significados—sumergir, rociar o verter. Esto es el resultado de las tradiciones del
hombre, no de la revelación de Dios. Cuando Dios escribió el Nuevo Testamento,
siempre usó baptizo para describir lo que llamamos “bautismo” y nunca usó ni rantizo ni
cheo.
No fue hasta el año 1311 después de Cristo—casi 1300 años después del
establecimiento de la iglesia de Cristo—que la iglesia católica romana, al Consejo de
Ravenna, Italia, declaró que rociar y verter eran los equivalentes de sumergir para
traducir la palabra baptizo. Muchas iglesias protestantes, como la iglesia luterana,
episcopaliana y presbiteriana, adoptaron la práctica de rociar como los católicos sin
investigar más las escrituras.
Después de esto, los traductores de La Biblia han evitado la pregunta de lo que
realmente significa baptizo y en vez de traducirla, la transliteran—baptizo en griego es
bautizar en español y uno tiene que verificar por sí mismo lo que significa.
Dios dijo sumergir lo más claro posible en la lengua griega. Dijo baptizo.
Otra forma de saber que quiere decir una palabra es ver cómo se usa en contexto.
Por ejemplo, si estoy comiendo y digo que algo “es rico,” sabes que quiero decir que algo
es delicioso, no que la comida tiene mucho dinero. Aunque la palabra “rico” es
exactamente igual, el contexto concluye el significado.
Es lo mismo en la Biblia con el significado de la palabra “bautismo”—el contexto
nos va a dejar saber su significado. Juan el Bautista bautizaba en Enón cerca de Salim
“porque allí había mucha agua” (San Juan 3:23). No se necesita mucha agua para rociar
ni para verter agua, pero para sumergir se necesita mucho agua—al menos dos o tres pies.
Después de ser bautizado Jesús, “salió del agua inmediatamente” (San Mateo
3:16). No se necesita salir del agua si uno no estaba adentro del agua, como en la
sumersión. En Hechos 8:38, Felipe y el etíope los dos descendieron al agua y salieron del
agua—para rociar y para verter, nadie tiene que entrar en el agua, sino estar al lado del
agua. El contexto de la escritura también implica la sumersión.
Es claro de La Biblia que Dios quiere decir “sumersión” con la palabra
“bautismo.” Desde este punto en este estudio, queremos decir sumersión cuando usamos
la palabra bautismo.
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REQUISITOS DEL BAUTISMO BAJO EL NUEVO TESTAMENTO
El bautismo del Nuevo
Testamento requiere
Rociar requiere
Agua, Hechos 10:47
X
Mucha agua, San Juan 3:23
Ir al agua, San Mateo 3:13
Admininistrado en agua, San Marcos 1:9
Descender al agua, Hechos 8:38
Salir del agua, San Mateo 3:16
Un entierro, Romanos 6:4
Una resurrección, Colosenses 2:12
Cuerpos lavados, Hebreos 10:22
Verter requiere
La sumersión
requiere
X
X(?)
X
X
X
X
X
X
X
X
X
(Tomado del comentario de Gareth Reese sobre el libro de los Hechos)
Hechos 2:38
Hechos 2:38 es un versículo de la escritura que queremos estudiar en detalle. Es
lo que dijo Pedro respondiendo a la pregunta “¿Qué haremos?” de unos miles de judíos.
Su repuesta es, “Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
La respuesta de Pedro es simple y contiene dos requisitos: (1) Arrepentirse; y (2)
Ser sumergidos en el nombre de Jesús para el perdón de los pecados.
Normalmente no hay nadie que tenga dificultades con la necesidad de arrepentirse
como requisito de la salvación. Pero hay muchos que tienen dificultades con la necesidad
de ser sumergidos en el nombre de Jesús (por Su autoridad), para el perdón de los
pecados.
Muchas denominaciones llamadas “evangélicos fundamentalistas” (baptistas,
pentecostalistas, etc.) enseñan que uno se salva por medio de su “fe sola.” “Porque por
gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de
Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8,9). Estos grupos,
arbitrariamente clasificando la sumersión como una obra y excluyéndola de la fe,
automáticamente concluyen que la sumersión no puede tener nada que ver con la
salvación. Según ellos, la sumersión tiene que ser una obra que sigue la salvación.
Entonces, la sumersión no puede ser para el perdón de pecados—el perdón de pecados
pasa simultáneamente con la salvación. Entonces, los grupos que creen así tratan de
cambiar el significado de Hechos 2:38 en vez de dejar que Dios dé su propia definición
de la fe.
Un argumento que se usa es: la palabra que se traduce como para (“for” en
inglés) se puede traducir como a causa de. Uno se juzga por (también “for” en inglés) un
crimen—se juzga a causa de haberlo cometido. Dicen que es igual en Hechos 2:38; uno
es sumergido para (“for”) la remisión (el perdón) de sus pecados—uno es sumergido a
causa de que sus pecados hayan sido perdonados.
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Desafortunadamente, este argumento no es válido. La palabra para es la palabra
griega eis, que rara vez significa a causa de, y ciertamente no en este contexto.
Considere San Mateo 26:28. En este versículo, Jesús inicia la Cena del Señor y describe
Su sangre como “derramada por muchos para el perdón de los pecados.” Nadie que cree
que la Biblia es la Palabra de Dios diría que Jesús derramó de Su sangre a causa de que
los pecados ya se perdonaron. ¡Jesús derramó de Su sangra con el propósito de perdonar
los pecados y este mismo propósito en el mismo lenguaje (en griego, inglés y español) se
atribuye a la sumersión!
Otros que tratan de negar el significado obvio de Hechos 2:38 usan otro
argumento. Dicen, “Vale, la sumersión en el nombre de Jesús es para el perdón de los
pecados. La palabra baptizo solo quiere decir sumergir. ¿Cómo se sabe que se refiere a
la sumersión en agua? ¿No podría ser la sumersión en el Espíritu, que ocurre cuando uno
invita a Jesús a vivir en su corazón—que debe ser seguido con la sumersión en agua más
tarde?”
Puede ser. Entonces investiguemos un poco más la sumersión en el nombre de
Jesús. En Hechos 8:36, mientras Felipe predicaba Jesús al etíope, el eunuco dijo, “Mira,
agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?” La sumersión en agua evidentemente tiene
que ver con la predicación sobre Jesús.
En Hechos 10:44, toda la casa de un soldado gentil (no judío) llamado Cornelio
recibió lo que la Biblia llama “la sumersión en el Espíritu Santo.” Este señal del cielo
consistió de un ruido como una ráfaga de viento, lenguas como de fuego que se posaron
sobre ellos, y la capacidad de hablar en lenguas extranjeras. La señal fue para convencer
a los cristianos judíos que los gentiles eran aceptables a Dios y podrían ser salvos. (Para
un estudio más profundo de este asunto, vea la sección sobre la sumersión en el Espíritu
Santo en el estudio llamado El Espíritu Santo.) Como resultado de esta señal, Pedro y los
hombres que estaban con él se quedaron asombrados y Pedro dijo, “Puede acaso alguien
negar el agua para que sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo lo mismo
como nosotros? Y mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo” (Hechos
10:47,48).
Hechos 10:47,48 prueban sin duda que la sumersión en el nombre de Jesús toma
lugar en agua.
Hechos 2:38 dice plenamente que el arrepentimiento y la sumersión en agua son
necesarios para la salvación y que la sumersión en agua en el nombre de Jesús es para el
perdón de los pecados.
Romanos 6:1-11
Romanos 6:1-11 es la parte la más larga del Nuevo Testamento que habla de la
sumersión. En capítulo cinco, Pablo escribe de la grandeza de la gracia de Dios. El
cristiano podría tener la tendencia de aprovechar de la buena voluntad de Dios, porque él
es fiel en disculparnos los errores.
26
La pregunta es: “¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde?” Y la
respuesta: “¡De ninguna forma!” seguida por una discusión de cómo los cristianos son
muertos al pecado.
1. “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos
sido bautizados en su muerte?” Es importante notar que solo en Jesús no hay
condenación (Romanos 8:1). Todas las bendiciones de Dios se reservan para
los que están en Jesús (Efesios 1:3). La pregunta la más práctica para cada
persona es: “¿Cómo entro en Cristo?” Este versículo de la escritura nos da la
respuesta de Dios—¡todos deben SER SUMERGIDOS EN CRISTO!
Nadie entra en Cristo “invitándolo a vivir en su corazón.” Esto es una
perversión del evangelio hecha de humanos—odiosa al Señor y entonces a
nosotros también (Galatas 1:6-10).
¡El único camino por la puerta de la salvación es la sumersión en Jesús!
Alguien que trata de entrar por otro camino es ladrón y salteador (San Juan
10:1).
Cuando alguien es sumergido en Cristo, es sumergido en Su muerte. Fue en
Su muerte que se derramó de Su sangre para el perdón de nuestros pecados
(San Juan 19:31-37). Cuando somos sumergidos en Su muerte, nos
encontramos con la sangre que lava nuestros pecados. Esto es completamente
de acuerdo con lo que enseña Hechos 2:38: “Sed bautizados…para perdón de
vuestros pecados;” y Hechos 22:16: “Bautízate, y lava tus pecados.”
2. “Por tanto, hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte,
a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre,
así también nosotros andemos en novedad de vida” (Romanos 6:4).
Esta es una descripción bien clara de “nacer de nuevo.” (Vea San Juan 3:3).
Hemos sido enterrados con El en la sumersión y hemos sido resucitados para
andar en novedad de vida. Enterramos al viejo hombre y se resucita un nuevo
hombre que anda en una vida diferente. Esto es lo que significa “nacer de
nuevo.” El Espíritu Santo nunca implica que la sumersión sea ningún
“símbolo de la conversión ya hecha.” Insiste que en la sumersión se cumple el
proceso de nacer de nuevo, en cual El hace el trabajo.
3. “Porque si hemos sido unido a El en la semejanza de su muerte, ciertamente lo
seremos también en la semejanza de su resurrección” (Romanos 6:5).
Sólo hay una cosa en La Biblia que es la semejanza de Su muerte, entierro y
resurrección—la sumersión en agua. Verter no es esta semejanza, ni es rociar.
¡A causa de que toda esta sección trata de la sumersión en Cristo, esta
descripción de la sumersión en Cristo como la semejanza de Su muerte,
27
entierro y resurrección muestra claramente que la sumersión en Cristo ocurre
en agua!
¡Nuestra unión con Cristo ocurre en la semejanza de Su muerte—ni antes ni
después—EN!
Si decimos que hemos sido unidos con Cristo en la semejanza de Su muerte,
Pablo dice que ciertamente lo seremos también en la semejanza de su
resurrección. Al examinar más profundamente este versículo, uno piensa que
este texto dice que seremos resucitados cuando Él regrese. ¡Sin embargo, en
este contexto el Espíritu Santo habla de una resurrección como la de Cristo
para nosotros en este tiempo actual! Hemos enterrado al viejo hombre; ¡el
nuevo hombre ciertamente es como Cristo en su resurrección!
4. “…sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que
nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos
del pecado; porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado” (Romanos
6:6,7).
El problema más grande que se enfrenta el cristiano es el deseo de la carne de
pecar. El cristiano realmente necesita ser consciente del hecho de que su
cuerpo de pecado ha sido crucificado en la sumersión; está muerto. Entonces,
el cristiano no es un esclavo al pecado—el pecado no le puede controlar. El
cristiano puede superar el pecado; está libre del poder del pecado.
5. “Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con El,
sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a
morir; ya la muerte no tiene dominio sobre El” (Romanos 6:8,9).
Cuando Cristo se resucitó, el diablo no le podía hacerle nada más. Cristo le
había destruido a él que tenía el poder de la muerte (Hebreos 2:14). Y
creemos que vivimos con Él—“En verdad, en verdad os digo: el que oye mi
palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación,
sino que ha pasado de muerte a vida” (San Juan 5:24).
6. “Porque en cuanto El murió, murió al pecado de una vez para siempre; pero
en cuanto vive, vive para Dios. Así también vosotros, consideraos muertos
para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús” (Romanos 6:10,11).
Cuando Jesús salió del sepulcro, Satanás no le podía tentar nada más. El
diablo no le podía encontrar en el desierto y tentar Su carne, atrayendo la
pasión de la carne, la pasión de los ojos ni la arrogancia de la vida. El pecado
no Le podía tocar ni tentar nada más.
¡Nosotros, como resultado de compartir en la muerte, el entierro, y la
resurrección de Cristo en la sumersión , debemos considerarnos como
28
removidos del poder del pecado como fue Jesús al salir del sepulcro! Si no
nos pensamos así, es seguro que no vamos a comportarnos así.
7. Los puntos más importantes en esta sección son:
1) La sumersión pone a uno en Cristo
2) Uno entierra su viejo hombre en la sumersión y se resucita
para andar en una nueva vida—¡se nace de nuevo!
3) La unión con Cristo toma lugar en la semejanza de Su
muerte—la sumersión en agua.
4) Después de ser sumergido en Cristo, un cristiano debe
considerarse como removido del poder del pecado, como fue
Jesús al salir del sepulcro.
Galatas 3:26,27
En Galatas 3:26,27 dice que los cristianos son los hijos de Dios mediante la fe en
Cristo Jesús porque todos los que han sido sumergidos en Cristo se han vestido de Cristo.
“Pues todos sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús. Porque todos los que
fuisteis bautizados en Cristo, de Cristo os habéis revestido.”
Otra vez se usa la expresión sumergidos “en Cristo.” Como notamos en nuestro
comentario sobre Romanos 6:3, el único camino a Cristo es: ser sumergido en Él. No hay
ninguna conspiración hecha de humanos que pueda meter en Cristo a un alma perdida y
pecadora condenada al infierno.
Muchos grupos religiosos tienen dificultades reconciliando la idea que los
cristianos son hijos de Dios mediante la fe, y que esta adopción toma lugar en la
sumersión en Cristo.
Efesios 2:8,9 dice: “Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y
esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”
Estos grupos que creen que uno se salva por “la fe a solas” definen la fe como un
estado mental que tiene que ver con creer que Jesús es el Hijo de Dios y tener la
confianza total en Él para la salvación. Según esta definición de la fe, la sumersión es
una obra que sigue esta confianza en Dios que la persona debe hacer; entonces no puede
ser conectada con la salvación, porque la salvación no es “por obras.”
Pero, ¿por qué no dejemos que Dios defina lo que quiere decir con la palabra
“fe”?
En Galatas 3:26, el Espíritu Santo nos dice que somos hijos de Dios por la fe en
Cristo Jesús. Sigue explicando cómo ocurrió esta transición maravillosa: cuando fuimos
sumergidos en Cristo, nos vestimos con Cristo.
29
Por ejemplo, supongamos que vamos a ir a una fiesta de disfraces. Antes de salir,
uno se pone un disfraz del Pato Donald. Cuando la gente lo mira, no le ve a él—sólo
pueden ver el disfraz.
Así es con la sumersión en Cristo. Cuando uno es sumergido en Cristo, se viste
con Cristo—se pone un disfraz que parece exactamente a Cristo. Cuando Dios le mira,
Él ve a Jesús—por eso le acepta como hijo de Dios; nos transformamos en hijos de Dios
por la fe, porque hemos sido vestidos con Cristo en nuestras sumersiones en El.
Entonces, según la definición de Dios, la fe incluye más que una “creencia
sencilla.” Incluye el arrepentimiento, la confesión con la boca que Jesús es Señor y la
sumersión en Cristo que toma lugar en agua.
I Corintios 12:13
“Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos
o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu” (I
Corintios 12:13). Es posible interpretar este versículo de dos formas. Una interpretación
es: por la actuación del Espíritu Santo, hemos entrado al cuerpo de Cristo (que es la
iglesia de Dios—Efesios 1:22,23) siendo sumergidos en Él. La segunda es: La palabra
traducida Espíritu es la palabra griega pnuema. En los manuscritos originales, todas las
letras son mayúsculas—no hay manera de saber si pnuema se debe traducir como
Espíritu o espíritu—solo el contexto nos deja saber. La palabra espíritu se refiere al
hombre interior o a una actitud. Es decir, podemos traducir I Corintios 12:13: “Pues en
una actitud todos fuimos bautizados en un solo cuerpo…” Esta traducción alternativa
parece ser más compatible con lo que enseña la escritura sobre el pecador arrepentido que
hace su petición a Dios en su sumersión. (Hay unos que retuercen este pasaje, diciendo
que se trata de la sumersión con el Espíritu Santo. El bautismo con el Espíritu Santo sólo
ocurrió dos veces—una vez para establecer la iglesia el día de Pentecostés y una vez para
extender la salvación a los gentiles. Para más información, vea el estudio llamado El
Espíritu Santo).
Realmente no hay ninguna pregunta sobre el hecho de que la sumersión del
cuerpo toma lugar en agua, porque nadie puede estar en el cuerpo de Cristo sin ser
sumergido—en agua—en Cristo.
Colosenses 2:12
En este versículo, hace el punto otra vez que hemos sido enterrados con Cristo en
la sumersión. Pablo aumenta nuestro conocimiento, diciendo que en salir del agua en la
sumersión, hemos “resucitado con El por la fe en la acción del poder de Dios, que le
resucitó de entre los muertos” (Colosenses 2:12). ¡Cualquier obra conectada con la
sumersión es de la parte de Dios—somos salvados por la fe en la acción de Su poder!
Romanos 6:17,18
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Romanos 6:17,18 son versículos interesantes. Aunque no hablan directamente de
la sumersión , añaden a nuestro conocimiento del tema.
“Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, os hicisteis
obedientes de corazón a aquella forma de enseñaza a la que fuisteis entregados; y
habiendo sido libertados del pecado, os habéis hechos siervos de la justicia” (Romanos
6:17,18).
“Habiendo sido libertados del pecado” nos deja saber que Pablo todavía habla de
la sumersión, como anteriormente en el capitulo (Romanos 6:1-11). Esto nos hace hacer
unas preguntas.
El hecho de que fuéramos obedientes de corazón a la forma de enseñanza (o
doctrina) a la que fuimos entregados, y que de esta manera fuéramos libertados del
pecado, nos mueve a preguntar, “¿Qué es la forma de doctrina a la que fuimos
entregados?” La palabra forma quiere decir “molde” o “semejanza.” Por ejemplo,
cuando se construyen los cimientos de un edificio, primero se construye una forma en la
que se vierte el concreto. Cuando el concreto se endurezca, se puede quitar las formas o
los moldes. Hay que notar que las formas no constituyen los cimientos—son una forma o
una semejanza de los cimientos.
Los cristianos han obedecido de corazón algo que es una forma de la doctrina.
¿Qué es la doctrina básica sobre Cristo? Pablo dice que él entregó a los Corintios en
primer lugar “que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue
sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (I Corintios 15:3,4). La
doctrina básica es la muerte, el entierro y la resurrección de Cristo. ¿Hay algo que sea la
forma de la doctrina? ¿Hay algo que sea la semejanza de la muerte, el entierro y la
resurrección de Cristo? ¡Claro que sí—la sumersión en Cristo! Y concuerda con lo dice
el resto de La Biblia, que cuando obedecemos la forma de la doctrina, somos libertados
del pecado.
Otra cosa—hay que notar que “la forma de enseñanza a la que fuimos entregados”
tiene que ver con obedecer del corazón. Si alguien ha sido sumergido por otras razones
en vez de por su propio deseo de obedecer, su sumersión no cumple los requisitos de la
Biblia. Es fácil ver, por ejemplo, que rociar a un bebé no es válido—ningún bebé puede
obedecer del corazón.
I San Pedro 3:21
I San Pedro 3:21 dice que, como el agua sirvió para destruir al viejo mundo en la
edad de Noé (II San Pedro 3:5,6) al sumergirlo en agua, y para salvarles a Noé y a su
familia, ahora la sumersión nos salva. “Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora nos
salva (no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición a Dios de* una buena
conciencia) mediante la resurrección de Jesucristo” (I San Pedro 3:21).
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*al investigar el griego original y varios comentarios, la traductora piensa que sea
necesario decir que esta traducción “de una buena conciencia” en español implica algo
diferente de lo que implica el texto original. Sería mejor decir “una súplica a Dios
pidiéndole una buena conciencia” o como dice la versión Reina Valdera:
A la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando
las inmundicias de la carne, sino como demanda de una buena conciencia delante
de Dios,) por la resurrección de Jesucristo
“…la sumersión ahora os salva…” Parece ser un dicho bastante claro. Los que
niegan la conexión entre la salvación y la sumersión tienen dificultades con este
versículo. Doctor Kenneth Taylor, un baptista, en su rendición de la Biblia (la Living
Bible) nos da su opinión: “Este es lo que el bautismo nos representa; en el bautismo
mostramos que hemos sido salvados…” (I San Pedro 3:21). ¡Esto es pura doctrina
baptista! Los baptistas enseñan que uno se salva a través de “invitarle a Jesús a vivir en
su corazón” y que la sumersión muestra que “uno ya ha sido salvado.”
En contraste, La Biblia enseña que “el bautismo que ahora corresponde
nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como demanda de una buena
conciencia delante de Dios,) por la resurrección de Jesucristo.”
Hay muchas cosas que salvan a una persona: la gracia, la fe, la sangre de Jesús,
Dios, la obediencia. Si Dios quiere que todas estas cosas operen mientras uno se sumerge
en Cristo, ¿quién puede discutir su forma de hacerlo?
Es importante notar que la sumersión es una demanda de una “buena conciencia”
delante de Dios. Una buena conciencia, o una conciencia tranquila, sólo ha sido
disponible después de la muerte de Cristo en la cruz. A causa de que sea “imposible que
la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados” (Hebreos 10:4), incluso los
hombres rectos del Antiguo Testamento nunca tenían el sentido de perdón completo que
ya está disponible con el sacrificio de Cristo. Vivían en una edad en la que “se
present[aban] ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto en su conciencia al que
practica ese culto, puesto que tienen que ver sólo con comidas y bebida, y diversas
abluciones…” (Hebreos 9:9,10).
La sumersión es una demanda a Dios pidiéndole una conciencia tranquila, y a
través de la sumersión, uno se salva porque entra en la resurrección de Cristo.
San Juan 3:3,5
En San Juan 3:3, Jesús le dijo a Nicodemo, un fariseo muy importante, “En
verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios.”
Entonces, Nicodemo le preguntó como uno se puede nacer de nuevo siendo viejo. Jesús
le dijo: “El que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Cristo” (San
Juan 3:5).
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Nacer de nuevo consiste en nacer de agua y de Espíritu. Aunque se puede
retorcer el pasaje y interpretarlo de varias formas, parece claro que Jesús hablaba de la
sumersión en Su nombre, que claramente incluye agua y Espíritu (Hechos 2:38). El reino
de Dios no llegó hasta el día de Pentecostés—después de la resurrección de Jesús (vea el
estudio sobre el reino de Dios en la lección llamada La iglesia de Cristo)—igual como el
Espíritu de Dios (San Juan 7:37-39) y la sumersión en el nombre de Cristo. Jesús le
enseñaba a Nicodemo sobre cosas que todavía no habían llegado; todas estas cosas
llegaron el día de Pentecostés más o menos dos años y medio más tarde.
Tito 3:5
El mismo punto se hace en Tito 3:5: “El nos salvó, no por obras de justicia que
nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento
de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo.” Pablo dice que Dios nos salva
por medio del baño de la regeneración. Esta traducción más literal de le lengua griega
concuerda con las ideas expresadas en I San Pedro 3:21 y San Juan 3:5. Tito 3:5
claramente habla de nacer de nuevo por la suííímersión en agua—nacer de agua y
Espíritu. El baño de la regeneración elimina todos los pecados del pasado; la renovación
continua del Espíritu continúa salvando al cristiano fiel.
Efesios 5:26
En Efesios 5:26, Pablo dice que la iglesia ha sido “purificada por el lavamiento
del agua con la palabra.” Literalmente, la iglesia ha sido purificada con el baño del agua
con la palabra. La palabra de Dios purifica a la iglesia, individuo por individuo, en la
sumersión. Sin mencionar ni el agua ni el Espíritu, Pedro dice, “…habéis nacido de
nuevo…mediante la palabra de Dios que vive y permanece” (I San Pedro 1:23).
Efesios 4:4-6
Nuestros versículos de la Escritura finales que tienen que ver con la sumersión
enseñada en la palabra de Dios, son Efesios 4:4-6. Pidiendo a la iglesia en Efesio que
preserve la unidad del Espíritu, Pablo dice, “Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así
como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está
sobre todos, por todos y en todos.”
Tal como hay un solo Espíritu, un solo Señor y un solo Padre, también hay un
solo cuerpo, y una sola fe y una sola sumersión.
He visitado a varios pacientes en el hospital y frecuentemente me han preguntado,
“¿De cuál fe eres tú?” Cuando digo, “cristiano,” dicen, “Ya sé. ¿Pero de cuál fe?”
¡SÓLO HAY UNA FE—LA FE CRISTIANA!
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También sólo hay una sumersión. Las denominaciones practican sus formas
distintas del “bautismo,” cada una para sus propios propósitos. Según Dios, solo hay una
sumersión—¡la sumersión en Cristo! Los que han sido “bautizados” con otro “bautismo”
han perdido su tiempo. Todavía están perdidos y condenados al infierno a causa de sus
propios pecados.
Unas cosas adicionales
Me acuerdo de una vez cuando llamé a un hombre por teléfono para ver si podía
pasar por su casa y visitarle un rato. Una de sus hijas contestó y me dijo que sí. Al
llegar, vi que más la familia, estaban dos predicadores baptistas que compartían sus ideas
sobre “el plan para la salvación” con la familia.
Entonces, escuchaba en silencio mientras explicaban lo mucho que Dios les
amaba, pero que sus pecados les habían separados de Dios, y que por eso Jesús tuvo que
morir en la cruz. Después de explicarles estas cosas, los predicadores les preguntaron si
“querían invitarle a Jesús a vivir en sus corazones como su Salvador personal.” A este
punto, interrumpí y les pregunté, “¿Y qué del bautismo?” Uno de los predicadores citó I
Corintios 1:14: “Doy gracias a Dios que no bauticé a ninguno de vosotros, excepto a
Crispo y a Gayo.” Saltó al versículo 17: “Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a
predicar el evangelio.” Continuó explicándome que la sumersión no tiene nada que ver
con la salvación—que había mucha gente salva en Corinto, pero que sólo Crispo y Gayo
y la casa de Estéfanas habían sido sumergidos.
Con el conocimiento de la sumersión que tenía en esta época, sabía que
equivocaba, pero a la vez, no sabía cómo responderle. (“Que vuestra conversación sea
siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a
cada persona”—Colosenses 4:6). Entonces regresé a casa y estudié La Biblia.
¿Por qué dijo Pablo que estaba feliz de no haber sumergido a muchos en Corinto?
Nos da la respuesta sí mismo “…para que nadie diga que fuisteis bautizados en mi
nombre” (I Corintios 1:15). No es que los Corintios no se bautizaron, porque Pablo dijo
más tarde en la misma carta, “todos fuimos bautizados en un solo cuerpo” (I Corintios
12:13). ¡En Corinto, Pablo predicaba el evangelio y dejó que otros bautizaran a la gente!
Había otra vez en que yo hablaba con un caballero sobre la sumersión en Cristo.
Mencionó que hay más que cien Escrituras que hablan de cómo uno se salva por la fe,
pero que hay sólo unas pocas que mencionan la sumersión en conexión con la salvación.
De hecho, la sumersión no debe ser muy importante a causa de no mencionarla tantas
veces. Si su lógica es correcta, tampoco es muy importante nacer de nuevo porque sólo
se menciona cuatro veces (San Juan 3:3,7; I San Pedro 1:3,23).
Hay un…cuerpo, Espíritu, Señor, Dios y Padre y una… esperanza, fe y sumersión
Resumen de la enseñanza de Dios sobre la sumersión
34
Cuando uno es sumergido, Dios lo mete en Cristo. De esta forma, la sumersión lo
salva mediante la resurrección de Cristo—en la sumersión nace de nuevo mientras es
enterrado con Cristo y resucitado a andar en la vida nueva. Es regenerado por el Espíritu
Santo que recibe en su lavamiento. Según Dios, hay una sola sumersión—la sumersión
en Cristo. Dios no aceptará ninguna otra.
VI. ESCOGER
Mucha gente no escoge servirle a Dios como Él quiere que le sierva porque no
sabe los requisitos que tiene Dios sobre servirle o no entiende claramente las
consecuencias. Espero que lo que quiere Dios esté completamente claro después de leer
la sección previa. En la sección siguiente, espero mostrar claramente cuáles son las
consecuencias que resultan si uno no sirve a Dios.
II Tesalonicenses 1:8-10
En II Tesalonicenses 1:8-10, Pablo dice que cuando Jesús regrese, va a dar
“retribución a los que no conocen a Dios, y a los que no obedecen al evangelio de nuestro
Señor Jesús. Estos sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluidos de la presencia del
Señor y de la gloria de su poder, cuando El venga para ser glorificado en sus santos en
aquel día…”
Es claro que unos van a recibir el castigo de la destrucción eterna (angustia
extrema) fuera de la presencia del Señor. Este castigo se va a dar a dos grupos:
1. Los que no conocen a Dios
2. Los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
Los nativos de las junglas de África, los chinos detrás de la cortina bambú y la
gente que vive en el barrio en los centros urbanos en los Estados Unidos son todos
destinados a arder para siempre si no conozcan a Dios. Y toda la gente que llena los
bancos de las iglesias católicas y protestantes y las sinagogas de los judíos es destinada a
arder en el infierno para siempre si no obedezca el evangelio, se arrepienta y sea
sumergida en Cristo. Dios requiere que lo conozcamos y que obedezcamos Su evangelio.
El Apocalipsis 20:15
El Apocalipsis 20:15 dice, “Y el que no se encontraba inscrito en el libro de la
vida fue arrojado al lago de fuego.” ¿Cómo se hace que uno esté inscrito en el libro de la
vida del Cordero? La Biblia no explica explícitamente, pero podemos concluir que se
inscribe en el libro de la vida cuando uno nace de nuevo. Si uno niega nacer del agua y
del Espíritu, su futuro es el lago de fuego.
Romanos 8:9
“Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El.” Si uno no se ha
arrepentido y no ha sido sumergido en el nombre de Jesús, no tiene el Espíritu Santo
35
(Hechos 2:38. Para más información, vea el estudio llamado El Espíritu Santo). No
importa lo sincero que uno sea en sus creencias, lo moral y piadoso que sea, lo tanto que
ame a sus niños, ni ninguna otra consideración; la verdad es: si uno no ha recibido el
Espíritu Santo al ser sumergido en el nombre de Cristo, Cristo no le reconoce.
San Juan 3:17-21
Uno puede preguntar por qué hay tantas personas buenas, morales y religiosas que
niegan someterse al plan de Dios para la salvación. La respuesta se da en San Juan 3:20:
“Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no
sean expuestas.” La Biblia es diseñada a hacer la distinción entre la persona que rechaza
ver las cosas como las ve Dios y el cristiano (vea Hebreos 4:12,13).
¿Estoy diciendo que cualquier persona que niega arrepentirse y ser sumergido
para el perdón de sus pecados es mala? Eso no digo yo. ¡Eso lo dijo Jesús!
Tenemos que tomar en cuenta que el hombre sólo mira las apariencias externas—
Dios mira el corazón (I Samuel 16:7).
En contraste, “el que practica la verdad viene a la luz, para que sus acciones sean
manifestadas que han sido hechas en Dios” (San Juan 3:21). Personas sinceras de todos
trasfondos, todas culturas y todas edades vendrán a Jesús cuando se les presenta la verdad
del evangelio y no rebelarán contra los términos de Su plan de la salvación. Ni
endurecerán sus cuellos a las exigencias que Él les hace después de entrar en Cristo.
San Mateo 7:21
Finalmente, pregunto yo: ¿Uno tiene que hacer exactamente lo que Dios dice para
entrar en el reino de los cielos (el cuerpo de Cristo y su habitación eterna)? Otra forma
de hacer la misma pregunta: ¿Y si uno sinceramente hace lo mejor que sabe, pero sólo ha
sido rociado o vertido? ¿Será salvo? Dejemos que Jesús responda: “No todo el que me
dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi
Padre que está en los cielos” (San Mateo 7:21). Para entrar en el reino de los cielos, uno
tiene que hacer la voluntad de Dios. Hacer lo bueno según el individuo no es bastante;
uno tiene que hacer lo que Dios clasifica bueno.
Resumen
La decisión es suya (y mía)—obedecer o desobedecer al evangelio. La
obediencia resuelta en la vida eterna; la desobediencia resuelta en la muerte eterna.
VII. LA NECESIDAD DE SER VENCEDORES
Se ha discutido mucho el asunto de si un cristiano puede perder su salvación.
Aquí como en las otras secciones, dejemos que Dios responda a través de su palabra
suficiente—La Biblia.
36
El Apocalipsis 21:1-8
Después de pintarnos una imagen reconfortante del amor y compañerismo en el
cielo después de que la novia de Cristo, nosotros, se haya puesta ataviada, Juan nos da un
advertimiento que viene de Él que está sentado en el trono: “Al que tiene sed, yo le daré
gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El vencedor heredará estas cosas, y yo
seré su Dios y él será mi hijo. Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos,
inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que
arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (El Apocalipsis 21:6-8).
La prueba que muestra que uno confía en Dios se ve al obedecerlo. Si uno confía
en Jesús para su salvación, se dejarán estas cualidades abominables que condenarían a
alguien al infierno. Pero si el cristiano continúa practicando estas cosas después de su
sumersión en Cristo, o si resbala y las empieza practicando más tarde, tendrá su herencia
en el lago de fuego.
Hebreos 6:4-8
El autor de Hebreos nos advierte: “Porque en el caso de los que fueron una vez
iluminados, que probaron del don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,
que gustaron la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, pero después
cayeron, es imposible renovarlos otra vez para arrepentimiento, puesto que de nuevo
crucifican para sí mismos al Hijo de Dios y le exponen a la ignominia pública” (Hebreos
6:4-6).
Es un advertimiento a los cristianos—los que realmente se hicieron partícipes del
Espíritu Santo. Los cristianos pueden caer, y a cierto punto, es imposible renovarlos a
arrepentirse y regresar a Dios, habiendo sido endurecidos por el engaño del pecado
(Hebreos 3:13). Dios ha creado los cristianos para hacer buenas obras (Efesios 2:10),
pero si solo producimos zarzas y espinas en vez del fruto apacible de justicia, seremos
quemados.
II San Pedro 2:20-22
Pedro advierta a los cristianos sobre los peligros de este mundo: “Porque si
después de haber escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo, de nuevo son enredados en ellas y vencidos, su
condición postrera viene a ser peor que la primera. Pues hubiera sido mejor para ellos no
haber conocido el camino de la justicia, que habiéndolo conocido, apartarse del santo
mandamiento que les fue dado” (II San Pedro 2:20,21).
Este mundo tiene muchas formas de atrapar al peregrino cristiano incauto.
Cuando uno de los santos de Dios sucumbe a uno de estas trampas, la Escritura es muy
claro—hubiera sido mejor no haber conocido el camino de la justicia. Los perros que
37
regresan a su propio vómito, los marranos limpios que regresan a la barrizal—qué lástima
es el cristiano que regresa a su previa manera de vivir.
Galatas 5:4
“De Cristo os habéis separado, vosotros que procuráis ser justificados por la ley;
de la gracia habéis caído” (Galatas 5:4).
Hoy en día, hay gente que dice que cuando una persona entra en la gracia de Dios,
no puede caer. Galatas 5:4 debe ser bastante claro para probar a cualquier persona, que
acepta La Biblia como palabra final de Dios, que uno puede ser parte de Cristo y después
corta esta relación. Esta ruptura se llama “la caída de la gracia.”
Resumen
Un cristiano tiene que ser fiel hasta la muerte. Debe confrontar y superar los
obstáculos en su camino. “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (El
Apocalipsis 2:10).
RESUMEN DE LA LECCIÓN ENTERA
En nuestro estudio del plan de Dios para la salvación, hemos estudiado estos
puntos mayores:
1. Nuestro problema es que nuestros pecados nos condenan al infierno.
2. Las buenas noticias—el evangelio—es que Jesús murió por nuestros pecados.
3. Respondimos a la pregunta ¿Qué debo hacer? y concluimos que debemos:
a. Creer que Jesús es el Cristo, y que resucitó de entre los muertos.
b. Arrepentirnos.
c. Confesar con la boca que Jesús es Señor.
d. Ser sumergidos (en agua) en Cristo para el perdón de nuestros
pecados.
4. El arrepentimiento incluye un verdadero cambio de acciones.
5. El bautismo es la sumersión en agua y es esencial a la salvación. Solo hay
una sumersión aceptable—es la sumersión en Cristo por medio del agua como
resultado del deseo del individuo de obedecer al evangelio.
6. Si uno niega hacer la voluntad de Dios, arderá para siempre; ¡si hace la
voluntad de Dios, vivirá para siempre!
7. El cristiano tiene que ser fiel hasta la muerte.
Preguntas sobre
El plan de Dios para la salvación
Instrucciones: Estas preguntas se dividen en dos secciones—Preguntas específicas y
Preguntas generales. Las preguntas específicas se enfocan en muchos detalles en el
38
estudio, y le ayudan a comprender muchos de los puntos importantes, tal como dónde se
puede encontrar en las escrituras las respuestas a muchas preguntas comunes. Las
preguntas generales le ayudan a poder ver las ideas principales y conceptos en el
estudio. Puede usar su Biblia y su librito de estudio para las preguntas específicas, pero
trate de responder a las preguntas generales de memoria.
Cada sección se divide en secciones secundarias, y cada una tiene su propio tipo de
preguntas y sus propias instrucciones.
Preguntas específicas
¿Cierto o falso?
1.
Jesús dijo, “Yo soy el camino y la verdad y la vida: sin embargo, uno
puede venir al Padre sin mí.”
2.
Pablo proclamó que ya habían pasados los tiempos de ignorancia.
3.
Dios, habiendo resucitado a Jesús de entre los muertos, ha probado que
juzgará al mundo en justicia.
4.
Cuando Jesús se revele del cielo, dará retribución a los que no obedecen al
evangelio, pero tendrá misericordia sobre los que no conocen a Dios.
5.
Cada uno de nosotros necesita tener un Abogado con el Padre, Jesucristo
el justo.
Preguntas optativas. Más que una respuesta puede ser correcta; muestre cada respuesta
correcta.
1.
El problema que tiene cada persona es que:
a) Todos pecaron.
b) El diablo me esforzó hacerlo.
c) Los pecados de uno lo separan de Dios.
d) El fuego eterno es el castigo por los pecados.
2.
El pecado:
a) Es divertido
b) Es rebelión contra Dios
c) Es desobediencia a Dios
d) No importa, si es chiquito
3.
Adán y Eva:
a) A ellos les engañó la serpiente
b) Comieron la fruta prohibida
c) Pecaron, le desobedecieron a Dios
d) Se escondieron de Dios después de pecar
4.
La muerte:
a) En La Biblia típicamente significa la separación espiritual de
Dios
39
b) Significa la separación
c) Vino a Adán inmediatamente después de comer la fruta prohibida,
aunque vivió 930 años en el cuerpo
d) Vino al mundo de una forma física como resultado del pecado de Adán.
5.
El pecado que separa el ser humano de Dios se expresa claramente en:
a) Ezequías 12:1
b) Isaías 59:1,2
c) Santiago 1:13-16
d) San Juan 9:31
6.
Las Escrituras que muestran claramente que todos son culpables de sus
pecados son:
a) Romanos 3:23
b) Galatas 3:22
c) Salmos 51:5
d) Romanos 8:1
7.
Los niñitos:
a) No heredan los pecados de sus padres (Ezequiel 18:20)
b) Heredan el pecado original de Adán
c) Siguen el ejemplo de Pablo: Había una época en cual fue sin pecado; al
venir la Ley, se murió espiritualmente
d) Deben convertirse y ser como niños
8.
El castigo por el pecado es:
a) Una bofetada en la mano
b) La muerte eterna, que dura tanto tiempo que la vida eterna.
c) Algo que merecemos
d) El infierno
9.
La amenaza del castigo eterno:
a) No funciona
b) Un Dios amoroso nunca la usaría
c) Fuerza el hombre hasta la fe en Jesús
d) Nos hace quebrantar nuestras voluntades a servir al Rey Jesús
10.
Hablar del pecado y de sus consecuencias:
a) Es negativo
b) Es al estilo de La Biblia
c) Es un mito puritanito
d) Es contra-cristiano
Parejas.
1.
Todos pecaron y no alcanzan
a) Romanos 7:9
40
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
la gloria de Dios
Encerrados en una cárcel
El día que de él comas,
ciertamente morirás
Vuestras iniquidades han hecho
separación entre vosotros y
vuestro Dios
Los niñitos son inocentes
del pecado
El castigo eterno
La voluntad quebrantada a la
del Salvador
El pecado engendra la muerte
No se hereda el pecado
El camino al Padre
b) San Mateo 21:44
c) Ezequiel 18:20
d) San Juan 14:6
e) Génesis 2:16,17
f) Santiago 1:13-16
g) San Mateo 25;46
h) Isaías 59:1,2
i) Romanos 3:23
j) Galatas 3:22
Explique cómo Romanos 7:9 muestra que los niñitos son inocentes del pecado.
Complete lo que falta.
1. La palabra evangelio significa ___________ _________________ o
______________ __________________. Su equivalente en Griego es
_________________________.
2. Pablo dijo que los elementos básicos del evangelio son que ________________
________________ ______ ________________ __________________,
conforme a las Escrituras; que _______________ __________________ y que
________________ ______ _______________ ________, conforme a las
Escrituras.
3. Las instrucciones para la Pascua de los judíos se dan primero en capítulo 12 de
________________. Jesucristo es nuestro Cordero de la Pascua según
____________________ 5:7. La Pascua representa cómo Dios pasó
________________ las casas dónde la sangre de _____ ______________ había
sido rociada, cuando Dios destruyó el ________________________ de los
hombres y de las bestias en Egipto.
4. El día de _______________________ fue un día de fiesta importante a los judíos.
Este día el ______________ sacerdote rocía la sangre de _____ _____________
por sus pecados y después la sangre de _____ ______________ _____________
por los pecados de la gente. Esto hacía en el cuarto de atrás del tabernáculo
(llamado el Lugar Santísimo). Después, confesaba los pecados de la gente
41
mientras ponía sus manos sobre la cabeza del otr__ ____________ __________.
Este animal se tomó al desierto y se soltó y fue llamado ____ _____________
_______________ __________________. Esto se recuerda en Levítico 16:1-34.
5. _________________ 10:4 muestra claramente que la sangre de toros y de machos
cabríos no alcanzan perdonar pecados. Por eso fue necesario que Jesús derramara
de Su sangre en la cruz como descrito en ________________________________.
6. Según la Ley, casi todo _____________ _____________ con sangre y ______
___________________ _____ ____________ ____ _________ ____________.
Por tanto, fue necesario que las ______________________ de las cosas en los
cielos (el tabernáculo de los judíos y los instrumentos del servicio) fueran
purificadas con la sangre de animales sacrificados, pero las cosas celestiales
mismas (toda cosa conectada con la iglesia) con _____________ _____________
que éstos. La sangre de _____________________ es el ofrecimiento de
sacrificios mejores que los sacrificios del Antiguo Testamento.
7. Cristo apareció como __________ ____________________ de los bienes
___________, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, _____ ________
______ ____________, es decir, no de esta creación (la iglesia, en otras palabras,
que es un edificio espiritual, no física—Efesios 2:19-22). No por ____________
de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por ___________ ______
______ ____________ ________________, entró al Lugar Santísimo _______
______ __________ ______________.
8. La sangre de Cristo puede ___________________ ______________
_____________ de obras muertas para servir al Dios vivo.
9. Cristo se hizo _______________________ por nosotros para redimirnos de la
maldición de la ley. La maldición de la Ley es ____ ___________
_______________. _________________ siguió los mandamientos de la Ley,
excepto Jesús. Él nos ________________ de la maldición de la ley,
____________________ por nosotros en la cruz.
10. “
.” (San Juan 3:16).
¿Cierto o falso?
1.
La palabra evangel es una palabra del latín que quiere decir “buenas
noticias” y se traduce como “evangelio” en la mayoría de las versiones
españoles de La Biblia.
2.
Todos los sacrificios del Antiguo Testamento presagiaron el sacrificio
perfecto del Hijo de Dios.
3.
Cristo es el Cordero de la Pascua de los cristianos.
4.
Las buenas noticias son que Cristo se murió por nuestros pecados, que
fue enterrado y que se resucitó el tercer día.
5.
La celebración de los judíos de la Pascua viene de los 12 tribus cruzando
la Mar Roja.
6.
Cristo se derramó de Su sangre para resolver nuestro problema (que
nuestros propios pecados nos condenan al infierno).
42
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
Cristo es el Sumo Sacerdote del cristiano.
El sumo sacerdocio del Antiguo Testamento y sus sacrificios presagiaron
el sumo sacerdocio de Cristo y Su sacrificio.
El sumo sacerdote del Antiguo Testamento ofrecía la sangre de un macho
cabrío por los pecados de la gente en el cuarto de atrás del tabernáculo (la
tienda de reunión).
Jesús, el Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento, ofreció Su sangre en el
verdadero Lugar Santísimo—en el cielo.
La sangre de toros y de machos cabríos no puede perdonar pecados.
Las buenas noticias del evangelio son: por medio de la sangre de Cristo,
Dios le prometa dar al cristiano una conciencia tranquila, algo que no se
podía conseguir en el Antiguo Testamento.
“Redimir” significa “liberar.”
Jesús nos redimió de la maldición de la Ley.
Jesús colgó en madero (la cruz) para liberarnos después de que fracasamos
al no seguir los mandamientos de la Ley.
Solamente tenemos buenas noticias gracias al hecho de que Dios nos
amaba bastante y envió a Su Hijo para morir por nosotros.
Parejas.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
Las buenas noticias
La Pascua
El día de la expiación
El Sumo Sacerdote
La sangre de toros y de machos cabríos
El tabernáculo
La maldición de la Ley
El Lugar Santísimo
Sin derramar de sangre
La cruz
a) La iglesia
b) No hay perdón
c) I Corintios 15:3,4
d) El cielo
e) La sangre de Cristo
f) He aquí el Cordero de Dios
g) el cabrío
h) Cristo
i) El centro de la redención
j) Colgó de un madero
Haga una comparación del Nuevo Testamento con el testamento de un hombre rico,
particularmente explicando el momento en que se pone en vigor.
Preguntas optativas. Más que una respuesta puede ser correcta; muestre cada respuesta
correcta.
1.
El nuevo pacto:
a) Empezó con la muerte de Cristo
b) Es la voluntad de Cristo para nosotros hoy en día
c) Se puso en vigor después de que Jesús perdonó el ladrón en la cruz
43
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
d) Hebreos 9:16,17 se refiere al nuevo pacto
Jesús:
a) Dijo que la Escritura no se puede violar
b) Se hizo un sacrificio tan perfecto que todos irán al cielo
c) Tenía autoridad mientras estaba en la tierra y podía perdonar pecados
d) Perdonó al ladrón en la cruz como Su primer acto bajo el Nuevo
Testamento
Bajo el Nuevo Pacto, los siguientes son necesarios para la salvación:
a) La creencia en Jesús
b) El arrepentimiento
c) La confesión que Jesús es Señor
d) La sumersión en agua
El evangelio:
a) Se limita a la muerte de Cristo
b) Contiene mandamientos que uno tiene que obedecer
c) Uno tiene que obedecerlo; si no, irá al infierno
d) Garantiza que nadie perecerá
El carcelero de Filipos:
a) Fue descendiente de Felipe de Macedón
b) Su historia está en Hechos 16
c) Creyó en Jesús como el Hijo de Dios inmediatamente cuando Pablo lo
mandó
d) Creyó y fue sumergido al escuchar el evangelio predicado
Los 3000 el día de Pentecostés:
a) Les mandaron que se arrepintieran y que aceptaran que Jesús viviera en
sus corazones
b) Les mandaron que se arrepintieran y que fueran sumergidos para el
perdón de sus pecados
c) Obedecieron al evangelio
d) Les mandaron que se salvaran de su generación mala
El eunuco etíope
a) Fue judío
b) Leía del profeta Isaías
c) Quiso ser sumergido como resultado de lo que le contó Felipe de Jesús
d) Fue al agua y fue sumergido después de confesar con su boca que Jesús
es Cristo
El hombre llamado Saulo:
a) Fue salvado en el camino a Damasco
b) Más tarde se conocía como el apóstol Pablo
c) Se lavó de sus pecados tres días después de conocer a Jesús en el
camino a Damasco
d) Tuvo que ser sumergido porque fue un perseguidor horrible de la
iglesia. Hoy en día, no necesitamos ser sumergidos.
Nadie puede ser salvado si no:
a) Cree
b) Se arrepiente
44
10.
c) Confiesa con la boca que Jesús es Señor
d) Es sumergido para recibir el perdón de sus pecados
Los caminos de Dios son:
a) Ridículos
b) Sin parcialidad
c) Más altos que los del hombre
d) Incomprensibles
¿Cierto o falso?
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
Él que cree y es sumergido será salvo; él que no cree será condenado.
Debemos todos arrepentirnos o perecer.
Dios no quiere que nadie perezca, sino que todos nosotros nos
arrepintamos.
Cuando invitamos a Jesús a vivir en nuestros corazones, inmediatamente
somos salvos.
El carcelero de Filipos y su casa fueron sumergidos inmediatamente al
creer el evangelio.
Jesús dará retribución a los que no conocen a Dios y a los que no
obedecen al evangelio.
Todos debemos arrepentirnos y ser sumergidos en el nombre de Jesús
para recibir el perdón de nuestros pecados y el don del Espíritu Santo.
En Dios no hay acepción de personas.
Tenemos que ser sumergidos para lavarnos de los pecados.
Hechos 8:37 realmente no debe estar en La Biblia.
Romanos 10:9,10 muestra claramente que confesar con la boca precede la
salvación.
El ejemplo de los apóstoles es nuestra guía hoy en día de los
requisitos de Dios bajo el Nuevo Pacto.
Escuchar viene antes de la fe: uno tiene que escuchar la palabra predicada
para poder creerla.
Según San Juan 10:35, Dios no se desvía de lo que ha escrito en La Biblia.
Aun si alguien está en el desierto del Sahara, Dios requiere que sea
sumergido para recibir el perdón de sus pecados y para poder ir al cielo.
Parejas.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
El Nuevo Testamento
Los caminos de Dios
El carcelero de Filipos
Los 3000 el día de Pentecostés
El eunuco etíope
Saulo de Tarso
Obedecer al evangelio
El ladrón en la cruz
El paralítico
a) Hechos 16:16-34
b) San Lucas 23:39-43
c) Hebreos 9:16,17
d) San Marcos 2:1-12
e) Hechos 22:1-16
f) Isaías 55:8-11
g) II Tesalonicenses 1:8
h) Hechos 2:36-42
i) Hechos 8:26-40
45
10.
Con Dios no hay acepción de personas
j) Romanos 2:11
Complete lo que falta.
1. Muchas personas tienen sus propias _______________ del arrepentimiento.
Queremos encontrar la definición que tiene _______________ del
arrepentimiento.
2. Jesús dijo, “Si no os __________________, todos ____________________
igualmente.”
3. Un ejemplo excelente del arrepentimiento se encuentra en el Antiguo Testamento
en el libro de ________________. Dios envió al profeta a la cuidad de
____________.
4. Según Dios, la gente de Nínive era ______________________. Jonás les dijo,
“Dentro de ________ días ________________ será arrasada.”
5. El ______________ les dijo a los asirios que _________________ de su mal
camino. Tenía la esperanza que Dios apartaría ____ _________ ______ _____
_______.
6. Al ver su ___________________, Dios se arrepintió del mal que había dicho que
___________ haría.
7. Jesús dijo que la gente de Nínive _____________________ con la predicación de
Jonás.
8. La definición que tiene Jesús del arrepentimiento es
__________________________________________________________________
___________________________.
9. La tristeza según la voluntad de Dios produce __________________________.
10. La tristeza del mundo produce _____________________________.
11. San Pedro es un ejemplo de la tristeza que produce________________________.
Judas Iscariote es un ejemplo de la tristeza que produce ____________________.
12. Pura tristeza _______ es el arrepentimiento.
13. El arrepentimiento es _____________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________.
46
14. Si no hay ningún cambio, no hay ___________________________.
¿Cierto o falso?
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
El bautismo no es un tema controversial.
No es un tema controversial porque no es importante.
Si algo es confuso, la mayoría de la gente no trata de entenderlo.
Lo que cualquier denominación enseña sobre el bautismo no es
importante. Lo que sí es importante es lo que Dios enseña sobre el
bautismo.
La palabra griega rantizo, que quiere decir “rociar,” se traduce como
“bautizar” en la mayoría de las versiones de La Biblia en español.
La palabra griega baptizo, que quiere decir “sumergir,” es la palabra
transliterada “bautizar” en la mayoría de las versiones de La Biblia en
español.
El Antiguo Testamento se escribió en griego y fue traducido del griego.
Dios dijo sumergir con la mejor claridad posible en la lengua griega. Dijo
baptizo.
Podemos aprender lo que Dios quiere decir con una palabra en particular
al mirar cómo la usa en contexto.
La palabra “rico” con sus dos sentidos es un ejemplo de usar el contexto
para determinar el significado de una palabra.
Juan el Bautista bautizaba en Enón cerca de Salim porque allá había
mucha agua.
Después de ser sumergido, Jesús salió del agua.
Cuando el eunuco etíope fue bautizado, él y Felipe se fueron al agua,
exactamente como lo tendría que hacer si el Felipe iba a sumergir al
etíope.
No fue hasta 1311 después de Cristo, en el Consejo de Ravenna, que la
iglesia católica romana declaró que rociar y verter tienen la misma validez
que sumergir.
Estudie con cuidado la gráfica llamada REQUISITOS DEL BAUTISMO SEGUN EL
NUEVO TESTAMENTO. Después, reprodúzcala de memoria.
47
¿Cierto o falso?
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
En Hechos 2:38, respondiendo a la pregunta de la gente ¿Qué haremos?,
Pedro dijo, “Arrepentíos y tengáis confianza en Jesús para salvaros de
vuestros pecados.”
En Hechos 2:38, respondiendo a la pregunta de la gente ¿Qué haremos?,
Pedro dijo, “Arrepentíos y aceptéis que Jesús entre en vuestros corazones
y serráis salvos.”
En Hechos 2:38, respondiendo a la pregunta de la gente ¿Qué haremos?,
Pedro dijo, “No hay nada que podéis hacer para ser salvos.
Simplemente debéis confiar que Jesús os salvará y lo hará.”
En Hechos 2:38, respondiendo a la pregunta de la gente ¿Qué haremos?,
Pedro dijo, “Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el
nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don
del Espíritu Santo.”
“En el nombre de Jesús” significa “por la autoridad de Jesús.”
En Santiago 2:24, el Espíritu Santo muestra claramente que uno se puede
justificar por “la fe sola.”
En Efesios 2:8,9, el apóstol Pablo muestra claramente que somos salvos
por fe, y que nuestras buenas obras solas no nos justifican ante Dios.
Muchos grupos religiosos hoy en día enseñan que la sumersión en agua es
una obra que sigue la salvación.
La Biblia muestra claramente que la sumersión en agua es para perdón de
pecados.
San Mateo 26:28 muestra que las palabras “perdón de pecados” son un
resultado de hacer algo. Jesús derramó de Su sangre para que podamos
recibir perdón de pecados; somos sumergidos para que podamos recibir
perdón de pecados.
En Hechos 8:35, Felipe “le anunció el evangelio de Jesús” al etíope. La
sumersión en agua es parte de este evangelio.
En Hechos 10:47,48, podemos ver claramente que la sumersión en el
nombre de Cristo toma lugar en agua.
El arrepentimiento y la sumersión en el nombre de Jesús—los dos— son
requisitos para recibir el perdón de pecados.
Preguntas optativas. Más que una respuesta puede ser correcta; muestre cada respuesta
correcta.
1.
En Romanos 6, Pablo habla del asunto: “Nosotros, que hemos muerto al
pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” En conexión con esto, muestra:
48
a) Al ser sumergido en Cristo, fuimos sumergidos en Su muerte.
b) Fuimos enterrados con Cristo al aceptarle a vivir en nuestros corazones,
después, fuimos sumergidos como señal visible de la gracia interna que ya
hemos conseguido.
c) Fuimos enterrados con Cristo en la sumersión.
d) Nos resucitamos de la sumersión a andar en novedad de vida.
2.
No hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús (Romanos
8:1). ¿Cuáles dos versículos de la Escritura nos dicen cómo entrar en
Cristo?
a) San Juan 1:12
b) Galatas 3:27
c) Romanos 6:3
d) Colosenses 2:6
3.
La perversión del evangelio por hombre es:
a) Execrable
b) Anatema
c) Fantástico
d) Okay
4.
El único camino por la puerta de salvación es:
a) Rociar
b) Cantar aleluya
c) Bendecir a Dios
d) Ser sumergido en Cristo
5.
Nos ponemos en contacto con la sangre de Cristo, el agente limpiador de
Dios:
a) En la sumersión en Cristo
b) En el arrepentimiento y la sumersión en el nombre de Cristo
c) En la escuela dominical
d) Siendo buena gente
6.
Se describe nacer de nuevo:
a) En San Juan 3:3-5
b) En Romanos 6:4
c) Como ser enterrado con Cristo y ser resucitado a andar en novedad de
vida
d) Entrar de nuevo en la matriz de la madre
7.
La unión con Cristo ocurre:
a) En la semejanza de la muerte de Jesús
b) Como describe Romanos 6:5
c) En la sumersión en agua
d) Con la imposición de las manos de un sacerdote
49
8.
Ser resucitado con Cristo:
a) Quiere decir que en algún momento futuro, seremos resucitados de
entre los muertos
b) Quiere decir que el nuevo hombre debe ser ahora como fue Cristo
después de resucitarse de entre los muertos
c) Quiere decir que saldremos en el arrebatamiento
d) Sólo es algo figurativo sin significado verdadero para esta generación
iluminada
9.
En la sumersión:
a) Se da una señal a los que no creen que la persona que está siendo
sumergido ya es salvo
b) El viejo hombre se crucifica
c) Se resucita el cuerpo del pecado
d) Se entierra la naturaleza de pecado
10.
Cuando Cristo se resucitó de entre los muertos;
a) El diablo ya no tenía ni para tentar a Cristo, porque Él había destruido
el poder del diablo en resucitarse de entre los muertos
b) La muerte ya no era su maestra
c) Viviría desde este punto para Dios
d) Fue sujeto a la muerte en el próximo mundo
11.
Debemos tener esta imagen de nosotros mismos después de la sumersión:
a) Seres extremadamente pecadores
b) Seres humanos e imperfectos
c) Esencialmente iguales antes y después de nuestras inmersiones
d) Fue Cristo al resucitarle de entre los muertos
Complete lo que falta.
1.
2.
3.
4.
5.
Los cristianos son los hijos de Dios ________ ________ en Cristo Jesús. Uno
se vuelve hijo siendo __________________ ____ Cristo. En este es
_________________ con Cristo.
Muchos grupos religiosos que creen que alguien se salva por ____ _____
________ tienen dificultades en reconciliar Efesios 2:8,9 con
_____________________________.
Para mucha gente, la sumersión es una ____________que sigue la salvación.
La Biblia enseña claramente que _______________________ es una parte de
la fe.
Alguien que se va a una fiesta de disfraces se puede vestir con el Pato Donald
si se pone un disfraz del Pato Donald. Alguien se viste con ____________
____________ al ser ________________ en Cristo.
50
6.
En un Espíritu fuimos todos sumergidos __________ __________
___________. Otro nombre para el cuerpo es la __________________. La
sumersión en el cuerpo de Cristo ocurre en la ___________________.
Colosenses 2:12 menciona que fuimos __________________ con Cristo
_____ _____ _____________________. Más, fuimos _________________
con Él.
La sumersión en Cristo no es una obra que uno puede hacer para salvarse. En
la sumersión, _________hace el trabajo y tenemos que tener ______ en su
obra.
7.
8.
¿Cierto o falso?
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
En Romanos 6:17,18, la expresión “habiendo sido libertados del pecado”
nos deja saber que Pablo habla de la sumersión.
Habiendo sido “obedientes de corazón a aquella forma de enseñanza”
quiere decir que hay muchas enseñanzas distintas que uno puede escuchar
de las denominaciones diferentes y que Pablo es contento que
obedezcamos cualquier que escuchamos por casualidad.
La palabra “forma” quiere decir “molde” o “semejanza.”
La enseñanza básica, o doctrina, de Cristo es Su muerte, Su enterramiento
y Su resurrección.
La sumersión en Cristo mediante el agua es la semejanza de la muerte, el
enterramiento y la resurrección de Cristo.
Debemos ser obedientes a la semejanza de Su muerte, enterramiento y
resurrección de corazón.
Los infantes pueden obedecer la forma de la doctrina básica de Cristo, y
siendo obedientes según sus propias voluntades, son libertados del pecado
original.
De primera importancia en el evangelio, Cristo se murió por nuestros
pecados, fue sepultado y fue resucitado de entre los muertos el tercer día.
Según I San Pedro 3:21, ahora la sumersión nos salva.
Justo como las aguas del Diluvio Universal sirvieron para destruir el
mundo y salvar a Noé, las aguas de sumersión sirven para destruir el viejo
hombre y salvar al nuevo hombre.
La sumersión nos salva por la resurrección de Cristo
Sólo la gracia de Dios salva a uno; no hay nada que pueda ni deba hacer
de su parte.
La sumersión es una petición a Dios para una conciencia tranquila.
Los sacrificios y rituales del Antiguo Testamento pudieron hacer tranquila
la conciencia de la gente.
Nacer de nuevo quiere decir “nacer de agua y de Espíritu.”
La sumersión en el nombre de Jesús incluye los dos—agua y Espíritu
según Hechos 2:38.
Uno entra en el reino de Dios cuando nace de agua y de Espíritu.
El reino de Dios es la iglesia.
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19.
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21.
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30.
31.
Cuando Jesús dijo “El que cree en mí, de los más profundo de su ser
brotarán ríos de agua viva,” se refería al Espíritu Santo, que no fue dado
hasta después de la muerte de Jesús.
Se puede traducir el lavamiento de regeneración en Tito 3:5 como el baño
de regeneración.
Uno se regenera en la sumersión; después de su sumersión, el Espíritu
Santo lo renueva continuamente.
La iglesia es limpiada, individuo por individuo, por el baño del agua y de
la palabra.
Pedro dice que uno nace de nuevo mediante la palabra de Dios que vive y
permanece.
Uno no puede nacer de nuevo mediante el agua y la palabra.
Sólo hay un Señor—Jesús.
Sólo hay una fe legítima—la fe cristiana.
Sólo hay un bautismo legítimo—la sumersión en Cristo mediante el agua.
Según Pablo, la sumersión no es parte de predicar el evangelio de Jesús.
Algunos pocos de los corintios fueron sumergidos.
La fe es más importante que la sumersión, porque hay más versículos en
La Biblia sobre la fe que sobre la sumersión.
Nacer de nuevo tampoco es muy importante porque no hay muchos
versículos en La Biblia que hablan de esto.
Preguntas optativas. Más que una respuesta puede ser correcta; muestre cada respuesta
correcta.
1.
2.
3.
4.
Cuando regrese el Señor Jesús:
a) Dará retribución a los que no conocen a Dios
b) Vendrá con Sus ángeles
c) Dará retribución a los que no obedecen al evangelio
d) Como un Salvador amoroso, aceptará a todos en Su hogar eterno
Si no se encuentra a alguien en el libro de la vida, según El Apocalipsis
20:15:
a) Este no se resucita; termina de existir para siempre
b) Este se va a otro mundo para segunda oportunidad
c) Este reencarna en su esfuerza a conseguir nirvana
d) Este es arrojado al lago de fuego
Si uno no tiene el Espíritu de Cristo:
a) No le pertenece a Cristo
b) Necesita arrepentirse y ser sumergido en el nombre de Cristo
c) Y si este es cristiano, realmente necesita cambiar su actitud
d) Necesita invitar a Jesús a vivir en su corazón
Según San Juan 3:17-21:
a) Jesús vino para salvar al mundo, no para condenarlo
b) Los que rechazan al Jesús de La Biblia lo hacen porque son malos
c) Los que rechazan al Jesús de La Biblia lo hacen porque son ignorantes
d) Los que practican la verdad siempre vienen a Jesús según Sus términos
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5.
En San Mateo 7:21:
a) Jesús dijo que todo el que le llama “Señor” será salvado
b) Jesús dijo que sólo los que hacen la voluntad de Dios entrarán en el
reino del cielo
c) Dice que si uno simplemente es sincero y hace lo mejor que pueda, aun
si sea incorrecto, Dios le tendrá misericordia
d) Jesús dijo que no todo el que le llama “Señor” entrará en el reino del
cielo
1.
Los cobardes, incrédulos, abominables,
asesinos y todos los mentirosos
irán al lago de fuego
Después de haber caído, es imposible
renovarlos otra vez después
de haber probado del don celestial y haber
sido hecho partícipe del Espíritu Santo
Si uno es enredado en las contaminaciones
del mundo y es vencido, su condición
postrera es peor que la primera
Uno puede caer de la gracia
Parejas.
2.
3.
4.
a) Hebreos 6:4-6
b) Galatas 5:4
c) II San Pedro 2:20-22
d) El Apocalipsis 21:1-8
Preguntas generales
1.
Haga una lista de las siete secciones mayores de este estudio:
a)
b)
c)
d)
e)
f)
g)
2.
¿Cuál es el problema que tiene cada persona que es responsable ante Dios de sus
propias acciones?
3.
¿Qué significa la palabra evangelio?
¿Qué es el evangelio?
4.
Haga una lista de los cuatro requisitos iniciales que debemos cumplir después de
escuchar el evangelio para ser salvos:
a)
b)
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c)
d)
¿Vivimos bajo cuál testamento? _____________________ ¿Cuándo se puso en
5.
vigor?
6.
¿Cuál ejemplo del Antiguo Testamento ilustra claramente la definición de Dios
del arrepentimiento?
7.
¿Cuál es el significado de la palabra griega baptizo?
8.
¿Cuál versículo de la Escritura muestra que el bautismo es para perdón de
pecados?
9.
¿Cuáles dos versículos de la Escritura muestran que uno entra en Jesús mediante
la sumersión?
10.
La sumersión nos salva mediante la ____________de Cristo. Es una petición a
Dios para una conciencia ____________________ (I San Pedro __________).
11.
Hay ______ Señor, ________ fe, _______ sumersión.
12.
Cada persona tiene que escoger—____________ o _______________al
evangelio.
13.
Negarse obedecer al evangelio resulta en ____ ___________ _____________; la
obediencia al evangelio resuelta en ____ __________ _________________.
14.
¿Cuáles versículos de la Escritura muestran claramente que uno puede llegar al
“punto de no retorno” y estar perdido eternamente?
15.
¿Cuál versículo de la Escritura dice plenamente que un cristiano puede caer de la
gracia?
¿Cierto o falso?
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
Dios dará castigo a los que no le conocen y a los que no obedecen al
evangelio de Jesucristo.
Los tiempos de la ignorancia ya han pasado. Ahora Dios requiere que
todos vengan al arrepentimiento.
Dios ha encarcelado a todos en la cárcel del pecado.
Había un tiempo en la vida de Pablo en que la Ley no le aplicaba. Esto
muestra que los niñitos no son responsables por sus acciones.
La muerte de Adán al comer la fruta prohibida fue su separación de Dios.
La muerte física fue resultado de su separación del árbol de la vida.
Las buenas noticias de la cristiandad se centran en la muerte, el entierro y
la resurrección de Jesús.
La sumersión en agua es la forma de la enseñanza, la cual tenemos que
obedecer para ser liberados del pecado.
El Nuevo Testamento se puso en vigor cuando Jesús nació.
El ladrón en la cruz fue una de las primeras personas salvas bajo los
términos del Nuevo Testamento.
El carcelero de Filipos creyó y fue sumergido inmediatamente al creer
después de escuchar la predicación de la palabra de Dios.
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11.
12.
13.
14.
La confesión con la boca que Jesús es Señor es esencial a la salvación.
El arrepentimiento es un cambio verdadero de acciones.
La palabra griega rantizo quiere decir “sumergir.”
Uno se arrepiente y es sumergido en el nombre de Jesús para perdón de
sus pecados y para recibir el don del Espíritu Santo.
Los que detestan la luz no vendrán a Jesús bajo Sus términos.
15.
Jay Wilson estableció La Iglesia de Cristo en Bozeman, MT, EE.UU. en junio del año
1972. Trabajando con la gente uno a uno para cumplir la gran comisión, el predicador ha
reconocido la importancia de una persona, y ha acentuado la importancia del evangelismo
personal desde entonces. Dice el evangelista, “Jesús murió por los individuos. Considera
importante cada oveja individual, dejando a las 99 seguras y va tras la una oveja perdida.
Si no trabajamos con la gente uno a uno, nuestra religión es, de hecho, el opio de los
pueblos.” Para ayudar a los cristianos a cumplir la gran comisión—a ir, hacer sus propios
discípulos, y continuar enseñándoles—ha escrito y publicado estos libritos de estudio.
En adición, el evangelista Wilson es el editor de la publicación The 11th Hour Times, que
propone un regreso al orden anciano y el desarrollo individual de la nueva creación.
Dice, “Deseo predicar a Cristo, y éste crucificado. Quiero hablar y escribir en una
manera sencilla e entendible, para que la gente sepa y haga la voluntad de Dios.”
11th Hour Press, un de los ministerios íntegros de La Iglesia de Cristo en Bozeman
proporciona los siguientes libritos de estudio:
-
La prueba de la Biblia como palabra de Dios
El plan de Dios para la salvación
El Espíritu Santo
La nueva creación
La iglesia de Cristo—“la iglesia descrita en el Nuevo Testamento”
La segunda venida del Señor
Limpiando el interior del vaso
En adición, 11th Hour Press ha publicado las monografías poderosas de Alexander
Cambell, “Remission of Sins,” y “The Breaking of the Loaf” reimpresas de The Millenial
Harbinger.
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