1 CUANDO DIOS CREÓ AL MUNDO Manuel Alberto Zamudio Cuando Dios ideó al mundo, lo hizo con la concepción que había en su corazón. Él había ideado a un Mundo Perfecto y con Seguridad. El ser humano se encargó de destruir todo lo que estaba en el gran corazón de Dios. Por esto es que apostó nuevamente al Ser Humano. Dejar lo pasado y construir un Nuevo Principio. Dios no se contentó con las nuevas respuestas que daba el Ser Humano, llenas y cargadas de delito, desolación y faltas de amor. Hoy, nuestros tiempos no tienen mucha diferencia con los relatados. Hay delitos, malas intenciones, mentiras, hipocresías, y le podemos agregar, el crimen organizado, que es el mal de todos los tiempos. Nos cuesta creer que habiendo pasado tantos siglos, todavía sigamos padeciendo ese mal que destruye las vidas. Es el propio Mal, que tiene un propietario, Satanás. Como contrapartida está el Bien, cuyo propietario es Dios, y todo lo que hagamos en ese sentido, tendrá su valor y propiciaremos una nueva construcción del mundo, que por supuesto es posible, desde nuestro rincón de creer que hay una Esperanza sobre las cosas buenas. El hoy de la destrucción, del crimen, del robo, del asesinato, del aborto, es posible porque hay seguidores del Mal y tienen su contentamiento con la desgracia, la ruina, el despojo humano, sobre los seres humanos que son captados para esto. La Inseguridad, que es una Patología Combinada, surge de todo lo citado, del Mal y de las personas que hacen mal. Quienes no permiten el paso del Bien, directamente están en contra, o lo que es peor trabajan para destruir el Bien. ¿Un Estado de derecho, puede estar contra el Bien? Diríamos que no. Entonces, ¿por qué ha avanzado tanto el delito y sus consecuencias? Que al analizarlas vemos que cada día son más violentas y crueles y cuestan muchas vidas por día. ¿Cómo medimos los factores de la criminalidad? ¿Son de orden patológicos, sociales, culturales, económicos, políticos? Es un conjunto de todos. El primer elemento para asociar, para quitar este estado de cosas del medio nuestro, es el Orden. Sin Orden nada es sustentable para sanar esta Patología Combinada, que no es fácil de curar, porque es de orden social. Una enfermedad en el ser humano, se la encuadra y existe medicina o terapias o cirugía que tratará de sanar a un paciente. Una patología social, no es fácil de sanar, porque quienes la integran, piensan distinto, hacen de diversas formas, tienen signos políticos de diferentes colores, y a veces los criterios son diametralmente opuestos. Poner todo esto en la práctica y en la realidad, nos aleja de las soluciones. El delito desatado, con violencia y crueldad, y que prosigue su camino a pasos agigantados, es que no ha encontrado ningún freno para neutralizarlo. El freno es la Ley y una metodología humana y operativa para destituir al delito de nuestra sociedad. ¿Se puede? SI! Hay menosprecio por la vida de los ciudadanos, de mano de quienes deben dirigir la Prevención de la Sociedad, posiblemente por razones políticas únicamente. ¿Como se mide la Inseguridad? ¡A través de los Indicadores Sociales! ¿Quiénes son? Los medios periodísticos. El periodista relata la realidad y la verdad de los hechos que ocurren, cada día. Está el lugar de los hechos, el periodista que nos relata lo acontecido o lo que está ocurriendo y Nosotros que recibimos la información. Nos puede gustar más un periodista que otro, pero si cambiamos de canal, seguramente con alguna pequeña diferencia en más o en menos, nos relatan la Verdad. Alguien dijo que la única verdad es la realidad. ¿Existe un 2 Indicador Oficial?, que nos diga cuántos muertos hay por día? NO. Porque no conviene políticamente. El no hacer, es equivalente y tan punible como hacer el mal, o cometer un delito. ¿El cometer desaprensivamente delitos, todo el tiempo se lo debemos adjudicar a Satanás y a sus seguidores? Solo Dios puede poner Paz en esta tierra y sólo Él puede vencer, sin ninguna duda al Mal. Pero desde nuestras posiciones debemos procurar ejercer el Bien, que es la llave para que se modifique esta Verdad, que es la Realidad.