Concepto y elementos de comunicación

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Tema 1
El concepto de comunicación
Se llama comunicación a la transmisión de información entre dos o más seres. Para comunicares el ser
humano utiliza diversos sistemas de signos: auditivos, visuales, táctiles, olfativos y lingüísticos.
Se llama sistema al conjunto de elementos que se relacionan entre sí y dependen unos de otros. Los signos
que constituyen una lengua forman un sistema y son interdependientes, por ejemplo, las vocales
Los elementos de la comunicación
Los elementos que intervienen en un acto comunicativo son los que aparecen a continuación:
Emisor
Receptor
Mensaje
Código
Canal
Contexto situacional
Sujeto del que parte la información
Destinatario de la información emitida por el emisor
Información trasmitida
Conjunto o sistema de signos (palabras, colores sonidos, etc.) que se
combinan entre si, mediante reglas, para poder formular el mensaje.
Emisor y receptor deben conocer el código para poder interpretarlo
Medio físico a través del cual se transmite el mensaje.
Conjunto de circunstancias (lugar, momento, etc.) que rodean al acto
comunicativo y lo condicionan
El ruido y las redundancias
A veces, el mensaje llega adulterado al receptor porque se producen interferencias, o ni siquiera llega. Este
fenómeno se denomina ruido. Para evitar estas dificultades en la transmisión del mensaje y asegurar ña
llegada correcta de la información, se usan las redundancias, o repeticiones innecesarias que actúan como
refuerzos. Así en: Te quiero, amor mío, la expresión amor mío, contiene la misma información que el primer
tramo del mensaje.
Las funciones del lenguaje
Función del lenguaje es cada una de las distintas finalidades para las que se usa. Así, cuando el interlocutor
habla con otro, siempre lo hace con alguna intención comunicativa. Las funciones son: referencial,
expresiva, apelativa estética fática y metalinguistica
Función
Referencial
Expresiva
Apelativa
Concepto
El emisor, busca únicamente, transmitir una
información sobre las una realidad. Se suele
reconocer por el uso de la tercera forma verbal y el
modo indicativo.
El emisor transmite un estado de ánimo, una
emoción, un sentimiento, una opinión personal, etc.
Se usa en primera persona.
El emisor pretende influir en el receptor para que
actúe de una determinada manera. Se usa en
Ejemplo
En verano hace mucho calor
durante las horas centrales del
día
Me encuentro francamente
agotado por el exceso de trabajo
Vete inmediatamente al médico:
estás enfermo.
1
Estética
Fática
Metalingüística
segunda persona y en el modo imperativo del verbo
El emisor persigue la belleza de la forma del
mensaje. Se emplean metáforas y otras figuras
retóricas.
El emisor utiliza el lenguaje para asegurar que la
comunicación no se ha interrumpido.
El emisor utiliza el lenguaje para hablar sobre el
propio lenguaje.
Ave dulce muere y en las aguas
mora
Sí... si, vale... vale, bien, ya... ya,
claro.
Hoja se escribe con h
Orígenes de las lenguas peninsulares
Cuando los romanos desembarcaron en Ampurias, en el año 218 a.C. en la península Ibérica convivían
distintos pueblos (vascos, tartesos, fenicios, iberos, celtas, etc.) que hablan lenguas muy diferentes. De ellas
tan solo persisten algunos restos en las lenguas peninsulares actuales, con la única excepción del vasco o
euskera, que es la única lengua prerromana que se conserva en España.
La romanización (difusión de la lengua y culturas romanas) provocó la desaparición de todas las lenguas
peninsulares preexistentes excepto el vasco. La lengua de los romanos se fue imponiendo sobre las lenguas
primitivas era el latín vulgar, usado por los soldados, comerciantes, colonos que se establecieron en la
Península.
Las sucesivas invasiones que se produjeron en la península durante la Edad Media (entre las que destacan las
de los germanos en 409 y, sobre todo, la de los árabes en el año 711) junto a la propia evolución del latín
vulgar, que sé aprendía y transmitía de forma oral, favorecieron la progresiva fragmentación de esa unidad
lingüística en diferentes dialectos: el galaico−portugués, el asturleones, el castellano, el navarroaragones,
el catalán y e mozárabe. Tan solo algunas de estas variantes (el gallego y el portugués −cuyo origen común
las mantuvo unidas asta el siglo VI−, el catalán y el castellano) llegaron a convertirse en lenguas.
El mozárabe, hablado pro los habitantes del sur que se quedaron en territorio árabe, desapareció pronto. La
principal fuente de conocimientos de este dialecto latino ha sido las jarchas, primeras composiciones líricas
de la Península Ibérica.
Bebido a la influencia del castellano, el astur−leones, y el navarro−aragonés no llegaron a desarrollares como
lenguas, por lo que son considerados dialectos del latín. Actualmente, se manifiestan en hablas diversas: el
navarro−aragonés se habla en algunos valles pirenaicos del norte de Huesca, el astur−leones se extiende por
León, Zamora, Salamanca, Asturias y parte de Cantabria. Las variedades del astur−leones que se conservan en
Asturias reciben el nombre de bable, y las del aragonés fabla.
Orígenes del castellano
El castellano nació en la zona de Cantabria, en una serie de condados dependientes del reino de León. Los
castellanos buscaron pronto la independencia de León, y, así, el legendario conde Fernán González logró
reunir, en el siglo X los condados de Castilla, Asturias y otros en el nuevo gran condado de Castilla, todavía
dependiente de León.
Con la Reconquista, iniciada en las montañas asturianas de Covadonga por don Pelayo, el castellano se fue
extendiendo hacia el sur en forma de cuña invertida, entre el leonés al oeste y el aragonés este, difundiéndose
también por León, La Rioja, Navarra y Aragón.
En los siglos XVI y CVII, el castellano se convirtió en la lengua de prestigio, con una floreciente literatura.
Empezó a utilizarse como lengua de cultura, tanto en la publicación de obras como en las universidades,
donde sustituyó al latín, que se había utilizado durante siglos.
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Reglas generales de acentuación
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