La CNMV: Control del Mercado y protección al inversor

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Comisión Nacional del Mercado de Valores
Dirección General de Inversores
La protección del inversor
Intervención de Beatriz Migoya
La principal función que tiene la Comisión Nacional del Mercado de Valores
(CNMV) es la protección del inversor, junto a la regulación de los mercados.
En la Ley del Mercado de Valores, en su artículo 13º, se encomienda a la
CNMV lo siguiente:
“Velar por la transparencia del mercado de valores, la correcta formación de
los precios y la protección de los inversores, promoviendo cuanta información sea
necesaria para la consecución de esos fines”.
La CNMV realiza la protección del inversor en multitud de aspectos, por
ejemplo, cuando una sociedad cotizada quiere hacer una ampliación de capital o
emitir renta fija para su financiación tiene que registrar un folleto, la CNMV
revisará que ese folleto se adapta a lo que marca la legislación, donde se regula,
estableciendo que debe tener unos capítulos determinados con una información
relevante.
Además, la CNMV hace un seguimiento de esas sociedades, tanto de la parte
de auditoria, como de la parte corporativa.
En las salidas de Fondos de nueva creación exige el registro de otro folleto
con la descripción de todas las características de esos fondos.
La CNMV actúa a través de los intermediarios financieros: bancos, cajas de
ahorros, agencias y sociedades de valores.
Las sociedades y agencias de valores están reguladas desde la CNMV,
correspondiendo el control de los bancos y cajas de ahorros al Banco de España.
Toda esta información al ser pública se puede consultar en los registros de la
CNMV, estando mucha de esta información en la página web de la Comisión
(www.cnmv.es).
Desde la CNMV se busca la protección de los intereses de los inversores e
intenta dar satisfacción a los mismos. El inversor se encuentra ante un gran reto:
la búsqueda de información, que resulta muy importante por la globalización de
los mercados financieros, de los productos y de los intermediarios financieros.
Ante esta nueva realidad, los inversores pueden alcanzar mejores inversiones,
pero también puede producir al inversor una sensación de mayor incertidumbre.
Asimismo, nos encontramos en la realidad europea, donde se está
produciendo una armonización normativa, siendo 2003 un año de grandes
novedades legislativas, con aprobación de varias directivas, de obligado
cumplimiento.
Por otro lado, el aumento de las transacciones a través de Internet, supone el
acceso a cualquier producto y a cualquier mercado, con lo que conlleva una serie
de aspectos positivos y negativos.
Por consiguiente, el inversor tiene un gran abanico de posibilidades, pero al
mismo tiempo tiene un exceso de información y a su vez no sabe dónde buscarla.
Además se encuentra una cantidad de productos financieros cada vez más
sofisticados y que el inversor no entiende bien el funcionamiento de esos
productos. Es el caso de los productos estructurados, basados en derivados, siendo
difíciles de entender por los inversores, que los compra sin saber adecuadamente
su funcionamiento.
El ejemplo más claro es el de depósitos referenciados a la evolución de una
acción, donde al cabo de un periodo de tiempo te devuelven los intereses, más el
principal en su misma cuantía si la acción ha subido; en cambio, si la acción ha
bajado te devuelven en acciones adquiridas a un precio de mercado superior al
existente en ese momento.
Otro ejemplo sería el de bonos o fondos referenciados a la evolución de una
cesta de acciones, donde te devuelven el principal, pero los intereses pueden ser
nulos, si la evolución ha sido negativa.
El inversor tiene que entender muy bien en que va a invertir su dinero, no hay
ni productos malos, ni buenos, desde el mismo momento en que se aprueba un
folleto y el regulador lo deja salir adelante.
Ante estos productos surge la dificultad por parte de los inversores para
entender las rentabilidades de esos productos y los riesgos asociados.
“Cuanta mayor rentabilidad te ofrecen, lógicamente mayor riesgo estás
asumiendo”.
Detrás de los productos están las sociedades emisoras o las sociedades
cotizadas. No es lo mismo comprar una acción de una empresa o de otra, el riesgo
es diferente de una sociedad totalmente consolidada, con una cuenta de resultados
que todos los años va a aumentando, que una empresa de nueva creación con
proyectos de futuro. Por tanto, dependiendo del riesgo que queramos asumir se
puede comprar acciones de una u otra.
“Es importante informarse acerca de las sociedades emisoras”.
Ya, por último es importante la información sobre los intermediarios.
Debemos conocer quiénes son esos intermediarios, debe ser una sociedad
registrada, en España o en otro regulador, siempre que la empresa de servicios de
inversión (ESI) tenga pasaporte comunitario.
Se puede concluir que la información es el activo clave para los inversores.
Los inversores necesitan mayor calidad de información. El exceso de información
puede ser contraproducente, la información debe ser clara y concisa, de manera
que entendamos el producto.
La información debe transmitirse de forma equitativa y todos a la vez, es
decir: no puede ser que haya inversores con información que otros no tienen,
siendo fundamentales los hechos relevantes y la transparencia de las sociedades.
El mercado al completo debe estar enterado, evitando la información privilegiada
en manos de unos inversores que sacaran provecho de otros inversores.
Además los intermediarios están obligados a dar información sobre
ampliaciones de capital, OPAs, fusiones, etc., en tiempo y plazos oportunos.
Los grandes retos de los reguladores, con relación a la información, es la
protección del inversor, obligando a que la información, que dan tanto las
sociedades emisoras como los intermediarios, sea en los términos expuestos.
“El regulador debe encontrar las formas y establecer los mecanismos para que
esto suceda. Vamos hacia una mayor flexibilidad, pero elevando el nivel de
transparencia”.
Los mercados más desarrollados son aquellos que ofrecen una mayor
transparencia informativa, ya que de esta manera genera confianza y, por tanto,
mayor inversión.
Entre las novedades legislativas, se encuentra la Ley de transparencia de Julio
de 2003, donde obliga a que las sociedades publiquen su informe de gobierno
corporativo y que tengan una web con un apartado específico llamado
“información para accionistas e inversores”.
A su vez se modifica la Ley de Sociedades Anónimas introduciendo que si los
estatutos de las sociedades lo permiten, se establezca la posibilidad de ejercer el
voto por medios telemáticos. Se pretende facilitar a los inversores a ejercer sus
derechos políticos asociados a las acciones.
Intervención de Violeta Rodríguez
La Dirección de Inversores de la CNMV tiene la labor de formar e informar
al inversor particular, siendo un punto importante el contestar y asesorar a los
inversores particulares que realizan preguntas a través del correo electrónico,
número de teléfono de atención al inversor (902.149.200).
Las preguntas que responde la Dirección de Inversores se enmarcan en el
ámbito de los temas tratados por la CNMV, siendo el mayor grueso de consultas
a los registros públicos: registro de empresas, folletos, conductas de
intermediarios financieros, adecuación de comisiones, etc.
De esta manera se logra detectar las deficiencias existentes y las necesidades
que a raíz de las consultas se intentan satisfacer. Son muy importantes las
informaciones sobre “chiringuitos financieros”, por lo que se ha optado por
realizar unas advertencias en la página web de la CNMV (rincón del inversor)
sobre determinadas empresas que existen indicios de que pudieran estar prestando
servicios de inversión sin estar habilitadas por ellos.
Para solventar todas estas consultas más habituales, la CNMV ha elaborado
unas guías informativas y divulgativas, de textos fáciles y accesibles, con las que
se pretende evitar conductas que puedan llevar a los tribunales de justicia.
También se ha detectado una falta de formación del inversor, con lo que
conlleva deficiencias en la información sobre lo que son determinados productos.
Esta información al inversor se ha intentado divulgar a través del rincón del
inversor de la CNMV, colocándose en esta sección las guías informativas,
advertencias de los chiringuitos financieros, un diccionario bilingüe de 250
términos aproximadamente. Las guías de divulgación existentes son sobre
productos de renta fija, chiringuitos financieros, opciones y futuros, empresas de
servicio de inversión, derechos y responsabilidades y accionistas y sobre órdenes
de valores.
Desde la Dirección de Inversores se supervisa la publicidad de las emisiones
y fondos de inversión, ya que puede ser muy importante, porque puede sustituir a
la entrega de los documentos oficiales como son los trípticos y los folletos, por lo
que se requiere que la publicidad destaque, además de sus aspectos positivos, los
aspectos negativos.
Desde la Dirección de Inversores se aconseja que el responsable último de las
inversiones es el inversor, no existiendo un regulador o sistema legal que pueda
garantizar que no se comentan fraudes o comportamientos ilegales o faltos de
ética.
A la hora de invertir se ha de tener siempre presente la situación personal, que
la entidad está registrada, que se conozca el producto adecuado a nuestras
necesidades.
Es muy importante que se pregunte por las comisiones, ya que puede no
haber comisiones en el momento en que compro el producto, pero posteriormente
existen comisiones de administración, de mantenimiento, por el traspaso de los
valores, por el cobro de los dividendos, etc.
Se debe desconfiar de las promesas de rentabilidad.
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