I. INTRODUCCION Los negocios familiares soportan el tejido empresarial español. Cuando hablamos de empresas familiares no sólo pensamos en PYMES, sino también en las grandes constructoras, bancos y sociedades de logística, por poner algunos ejemplos. Crean el 85% del empleo en España y están viviendo un proceso de expansión, internacionalización y profesionalización que no son ajenos al mundo del derecho. Las instituciones Europeas se preocupan porque continuamente se produce un gran crecimiento de pequeñas y medianas empresas; la mayoría son de carácter familiar y son uno de los motores de la Economía Europea. Hay al respecto muchas recomendaciones de la comisión Europea donde se reconocen los derechos Sustantivos y Fiscales que dificultan como siempre la transmisión de las empresas, sobre todo cuando es “mortis causa”, y también aconsejan reformas que se dirijan a simplificar el derecho y facilitar la continuidad y supervivencia de las pequeñas y medianas empresas. La CE, entre otras cosas, en el DOUE el 31 de diciembre de 1994, dice en su articulo 1 que los Estados miembros deberían adoptar las medidas más adecuadas a fin de completar su marco jurídico, fiscal y administrativo, con objeto de garantizar el éxito de la transmisión familiar, y evitar así los impuestos que gravan la sucesión y la donación que ponen en peligro la supervivencia de la empresa, así como alentar con medidas fiscales al empresario a transmitir su empresa mediante venta o a través de su compra por los asalariados, principalmente cuando no haya sucesor en la familia. El Gobierno español dicto el Real Decreto–Ley 7/1996 de 7 de junio, de medidas urgentes de carácter fiscal y de fomento y liberalización económica, que establecido por primera vez en nuestro país una reducción del 95% en la base imponible del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones con el fin de minimizar el elevado coste fiscal que tenían que soportar los herederos en el momento de la transmisión de la empresa. En la actualidad adquiere una importancia excepcional la planificación fiscal para la sucesión de empresas y en dicha planificación resulta clave el ahorro fiscal que proporciona esta reducción al contribuyente al que se transmite “ínter vivos” o “mortis causa” una empresa individual, un negocio profesional o las participaciones en la entidad o entidades de que se trate. Esta Tesina se redactó para analizar de forma practica los requisitos que se exigen, además de que también se plantea problemas prácticos y soluciones que son ofrecidas por la doctrina de la Dirección General de tributos o los Tribunales Económicos-Administrativos, tanto Regionales como Centrales y Jurisprudencia de los tribunales de justicia. Los estudiosos del Derecho Tributario tienen la necesidad de atender, desde el punto de vista normativo, a las peculiaridades de los distintos sectores, tanto de población como económicos, problema que se debe enmarcar dentro del más amplio sentido de igualdad antes las leyes. La constitución señala que es obligación de todos atender al sostenimiento de los gastos públicos mediante un sistema tributario inspirado, entre otros principios, en la igualdad, como pone de relieve el Tribunal Constitucional. Esa igualdad puede comportar la necesidad de dictar normas peculiares para atender las diferencias y debe ser aplicada de consuno con los demás principios que son recogidos en nuestra Carta Magna, en particular con el de la capacidad económica. Además, se ha intentado hacer un estudio de lo que pasa dentro de la Unión Europea tomando en cuenta lo que es especifico en cada uno de los países Europeos. Se han tomado como base países como Francia, Alemania, Italia y Gran Bretaña. -2- II. LA EMPRESA PROTOCOLO FAMILIAR: CONCEPTO, CARACTERÍSTICAS Y A. CONCEPTO DE EMPRESA FAMILIAR Empezaremos describiendo que se entiende por empresa familiar, tanto en el sentido vulgar, como en el ámbito jurídico general y en el ámbito jurídico tributario. De la simple enunciación del concepto podemos empezar a pensar que se trata de empresas que pertenecen a una sola persona o a varias de ellas, que pueden estar formadas por un grupo familiar o de parentesco y, en ambos casos, que tienen una intervención principal en la dirección de las mismas. Se puede denominar “empresa familiar” la que pertenece a un grupo familiar o de parentesco y en cuya gestión interviene activamente alguno de sus miembros. B. DEFINICIONES DE CONCEPTO DE EMPRESA FAMILIAR. “Una empresa familiar es aquella en la cual la propiedad y las decisiones están denominadas por los miembros de un “grupo de afinidad afectiva”, Carsud, 1996. “Una empresa familiar es aquella que, en la practica, esta controlada por una única familia” Barry, 1989. “Una empresa en la que los miembros de la familia tienen control legal sobre la propiedad” Landsberg, Perrow y Rogolsky, 1988. “Una empresa en la que una sola familia posee la mayoría del capital y tiene control total. Los miembros de la familia forman parte de la dirección y toman las decisiones mas importantes” Gallo y Sven, 1991. “Una empresa en que son propietarios y directores los miembros de una o dos familias “Stern, 1996. “La empresa que será transferida a la siguiente generación de la familia para que la dirija o la controle” Ward, 1989. “Organización en la que las principales decisiones operativas y los planes de sucesión en la dirección están influidos por los miembros de la familia que forman parte de la dirección o del consejo de administración” Handler, 1989. “Una empresa familiar es la que ha sido fundada por un miembro de la familia y se ha transmitido, o se espera que se transmita, a sus descendientes. Los descendientes del fundador o fundadores originales tendrán la propiedad y el control de la empresa. Además, trabajan y participan en la empresa y se -3- benefician de ella miembros de la familia” Bjork, 1996. Fuente: Neubauer y Lank, 1999. C. CONCEPTO DE EMPRESA FAMILIAR EN EL ORDENAMIENTO JURIDICO ESPAÑOL En el ordenamiento Español existe ausencia del concepto exacto y definitorio de Empresa Familiar. La empresa familiar, según algunos estudiosos, es un “fantasma del derecho” ya que se escribe y se legisla sobre ella de modo fragmentario pero no existe una definición legal de la misma sobre la que poder delimitar estas reflexiones. Proporcionar un concepto de empresa familiar no es una tarea fácil. No existe una Definición generalmente aceptada con perfiles jurídicos nítidos pese a ser un término utilizado frecuentemente, tanto en el ámbito político como en el económico y en la esfera jurídica; extremo éste además que, como señala CHECA GONZÁLEZ, enturbia sobremanera poder precisar con nitidez y rotundidad cuál sea el régimen tributario aplicable a la misma al desconocerse, cuando se utiliza el término, a qué tipo de entidad se esta refiriendo. Para elaborar un concepto de empresa familiar debemos partir en primer lugar de la delimitación del término empresa. Esta delimitación, por su parte, no es nada sencilla ya que se trata de un término sobre el cual, y en los distintos ámbitos en que ha sido utilizado, no ha sido posible llegar a soluciones satisfactorias. Algunos juristas, parten de la noción económica de empresa, considerándola como una unidad de producción en la que se combinan los precios del capital y del trabajo con la finalidad de suministrar al mercado bienes o servicios a un determinado precio, a fin de obtener una renta monetaria igual a la diferencia de unos precios y otros, de tal forma que existirá ganancia si los precios de venta o distribución son superiores a los de coste y una pérdida en caso contrario. Ello no obstante, el Derecho no puede asumir directamente el concepto económico de empresa y transformarlo en un concepto jurídico, sino que debe proceder a examinar los diferentes aspectos de su régimen jurídico. Estos aspectos de la noción de empresa serían: El subjetivo, esto es el empresario como persona física o jurídica titular de la empresa; el funcional, es decir la actividad organizativa del empresario; el objetivo o dinámico, en tanto que conjunto organizado de bienes dirigidos a una finalidad económica y el aspecto laboral, por cuanto que la empresa no es sólo una organización de bienes, sino también de personas. GONZÁLEZ SÁNCHEZ advierte que es una constante en la doctrina destacar en el concepto de empresa el ejercicio de una actividad económica, y respecto a la empresa como concepto jurídico señala que es "una actividad económica organizada con el fin de la producción o del cambio de bienes y servicios". Ello no obstante, este autor añade también que el "concepto de empresa es muy -4- vasto y para su determinación hay que tener en cuenta la forma de ejercicio, la titularidad, la dimensión y su objetivo o fin". En cualquier caso, lo importante es que la empresa es una organización que se sitúa entre el mercado de los factores de producción y el de los bienes y servicios producidos, y en la que es trascendental su dimensión subjetiva, esto es la titularidad de la empresa que, frente a todos, asume las consecuencias de su propia actividad, sean derechos, obligaciones o responsabilidades, tanto en su proyección económica como en sus vicisitudes jurídicas. Nuestra Ley General Tributaria no hace una mención directa a la noción de empresa a efectos fiscales, aunque en algunas ocasiones utiliza conceptos jurídicos que podrían comprenderla. Deberán ser las leyes reguladoras de diferentes tributos las que nos den, en todo caso, la pauta para poder situarnos ante un concepto, aunque sólo sea aproximado, de empresa. Podemos decir que el concepto legal tributario de empresa, que se deduce de las leyes reguladoras de diferentes impuestos, sería aquel que suponga "la ordenación por cuenta propia de medios de producción y de recursos humanos, o de uno de ellos, con la finalidad de intervenir en la producción o distribución de bienes o servicios". Se deduce de ello, por tanto, que a pesar de tratarse de impuestos de distinta naturaleza, se adopta en el ordenamiento tributario un concepto unitario de empresa que, por otra parte, como señala ALBIÑANA GARCÍA-QUINTANA, coincide con el que figura en la bibliografía de la teoría económica generalmente seguida. A pesar de las dificultades que conlleva definir jurídicamente a la empresa en nuestro ordenamiento, nuestro mayor problema, sin embargo, se centra el delimitar qué debemos entender por empresa familiar y si este concepto hemos de equipararlo con el de las Pequeñas y Medianas Empresas con las que parece identificarse en el ámbito europeo. Para el primero de los cometidos, siempre tomando como punto de partida la noción general de empresa a la que acabamos de referirnos, nos proponemos identificar algunos rasgos del empresario y algunos otros de la empresa misma porque seguramente puedan llevarnos a establecer algún criterio de identificación de la empresa familiar. Por lo que se refiere al empresario en la empresa familiar puede adoptar la forma de persona física, esto es, como empresario individual, o puede hacerlo como persona jurídica. Puede decirse que el empresario individual es la primera modalidad de empresa familiar siempre, claro está, que existan algunos miembros del grupo familiar que compartan la titularidad de la misma o que trabajen en ella. Cuando hablamos de persona jurídica, el titular de la empresa necesariamente debe ser propietario de Acciones o participaciones sociales. Dicho propietario puede ser una persona individual o un grupo familiar. -5- Los principales problemas que se plantean en este punto estarían referidos, por un lado, a la detentación de la participación mínima exigible para que una persona o grupo familiar le otorgue ese carácter a la empresa y, por otro, en la delimitación legal de parentesco que debe existir entre los miembros del grupo familiar para que sus participaciones individuales puedan considerarse unitariamente. Por lo que se refiere a la empresa, es preciso señalar que para su calificación como familiar deben tenerse en cuenta varios elementos: el objeto o actividad de la empresa, esto es, que se trate de empresas que realicen una verdadera actividad empresarial; la multiplicidad de relaciones entre un grupo familiar y la empresa; la intencionalidad entendida como deseo de continuidad tanto de la empresa y su actividad como de mantenimiento de la gestión y propiedad dentro de la familia; la existencia de un protocolo familiar en cuanto síntoma y acreditación de que nos encontramos ante una empresa familiar; y finalmente, el tamaño. Estos rasgos nos llevan a definir, según ALBI IBAÑEZ, la empresa familiar como "una unidad económica de producción formada por un conjunto de factores productivos cuya función es la creación de riqueza mediante la producción de bienes o de servicios bajo la dirección, responsabilidad y control de un empresario que ostenta, asimismo, la propiedad de la misma, en su nombre o en representación de un colectivo familiar". A partir de esta definición se pueden destacar las siguientes características, presentes, por otra parte, en la mayor parte de las empresas: "En una empresa familiar, la mayoría, cuando no la totalidad, de la propiedad es poseída por un colectivo de socios o partícipes unidos, en algunos casos a través de más de una generación, por vínculos familiares. Esto es, los miembros de una familia poseen el control legal de la propiedad. Los intereses de la familia propietaria influyen de una manera decisiva en la toma de decisiones y en la forma de dirigir la empresa. Como garantía de esta influencia, algunos miembros del grupo familiar suelen estar involucrados, al nivel de gestores, en la dirección de la empresa”. LEJEUNE VALCARCEL señala que "Suele, en general, sostenerse que la empresa familiar se caracteriza por tres notas básicas: a) Control familiar del capital o de la propiedad por una o más familias en porcentaje no inferior al 15 por 100 por persona o al 20 por 100 por rama familiar; b) Ejercicio efectivo de la gestión por parte de los propietarios o, al menos, de un miembro de la rama o ramas familiares propietarias; c) Vocación de sucesión familiar en el capital y la gestión y (en orden a algunos beneficios fiscales) sucesión efectiva en ambos conceptos". Estas aportaciones nos acercan sin ninguna duda al concepto de empresa familiar que estamos buscando; sin embargo, lo cierto es que este concepto, al igual que ocurre en otros ordenamientos, resulta insuficiente y desacertado en algunos puntos, impidiendo en consecuencia una total delimitación y, lo que es -6- peor, el conseguir llegar a una definición oficial o legal de la misma que sea adecuada. Por ultimo podemos llegar a definir la empresa familiar como “Aquella unidad de negocio en la que la propiedad de los medios de producción y/o la dirección se encuentran en poder de un conjunto de personas que mantienen entre sí un lazo familiar. El hecho de que el capital de estas empresas esté en manos de personas unidas entre si por lazos familiares lleva consigo el que este tipo de empresas tengan una problemática y unos objetivos distintos de los de otras empresas. D. LA NECESARIA PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL DE LA EMPRESA Y DE LA FAMILIA La definición de empresa familiar ha de fundamentarse en la coincidencia de dos valores esenciales como son los de empresa y familia. Se considera que una empresa es empresa familiar cuando existe un importante nexo de unión entre la misma y una familia. Tanto la institución de la empresa como de la familia se hallan recogidas en el Titulo I de la Constitución de 1978 bajo la rubrica de los “Derechos y Deberes fundamentales”; el constituyente reconoce su presencia y su carácter básico dentro de la sociedad pero no ofrece un concepto de ambas instituciones. El articulo 38 de la Norma Fundamental dice “la libertad de empresa en el marco de la economía del mercado”, garantizándose el ejercicio en función de las condiciones económicas generales; se reconoce la libertad de empresa como uno de los elementos básicos del citado modelo económico, no existiendo remisión expresa al carácter de la empresa como institución jurídica, sin perjudicar su consideración como parte integrante de los derechos de los ciudadanos. El articulo 39 de la Carta Magna en su capitulo III del Titulo I bajo la rubrica de los principios rectores de la política social y económica, garantiza “la protección social, económica y jurídica de la familia”. Ante la ausencia de un concepto constitucional , se ha interpretado que la familia que el constituyente tuvo presente debe ser aquella que la sociedad española admita; la composición de la familia no tiene carácter unívoco; será la norma jurídica que discipline cada situación la que establezca el grado de parentesco dentro del cual se entienda que se pertenece o no una determinada agrupación familiar. Este artículo encierra una obligación para el conjunto de los poderes públicos consistente en otorgar protección y esto imposibilita cualquier discriminación frente a situaciones no familiares. Sin embargo la norma Constitucional no nos permite avanzar para resolver la problemática de la empresa familiar ya que ni define lo que se entiende por familia ni la vincula a la idea de empresa. Siguiendo a Muñoz del Castillo, en relación con los beneficios fiscales de la ley del Impuesto sobre el Patrimonio, nos hallamos ante una exención que no -7- responde a unos criterios de justicia tributaria sino que, al contrario, persigue diversos fines de política económica. “Trata de incentivar la inversión empresarial y, a través de ella, la creación de empleo”. E. ELEMENTOS DE LA EMPRESA FAMILIAR Dos elementos conforman el concepto que tratamos: 1. Familia. 2. Empresa. La familia es el elemento clave diferenciador de la empresa familiar que le otorga unas especiales características ya que el componente afectivo que existe en la misma es importante. Ello viene dado por el hecho de que normalmente el fundador de la empresa pasa la mayor parte de su vida dedicado a su negocio con la finalidad de buscar una mejor calidad de vida para su familia. El hecho de pasar tantos momentos de su vida en un negocio que lleva, en muchos casos, su propio nombre hace que se produzca una comunión entre familia y empresa. La empresa será en muchas ocasiones el tema principal de debate en la familia y los descendientes del fundador tienen muchas probabilidades de tener unido su futuro profesional a la misma aunque, en ocasiones, ésta no sea una buena opción. Ello dará lugar a que, con el paso de los años, se vaya produciendo una incorporación de los familiares a la empresa ya que la voluntad del fundador es que el negocio continúe dentro del ámbito familiar. Lo más habitual es que se produzca un traspaso de poder a favor de sus descendientes al cabo de 30 ó 35 años al frente de la empresa, lo cual implica la necesidad de planificar de una forma detallada la sucesión al frente de la misma. Todo ello, sin perjuicio de que pueda optarse por la venta o transmisión de la empresa a terceros. Cualquiera que sea la opción es conveniente siempre acudir a los consejos de un profesional para que realice un examen detallado de la situación de la sociedad y se pueda planificar adecuadamente el futuro de la misma. Empresa: Es aquella unidad económica sometida al mercado cuyo éxito se mide en términos de beneficio y crecimiento y no en función de lazos emocionales aunque, en el caso de empresas familiares, los objetivos económicos vienen, en muchos casos, supeditados a factores emocionales. -8- F. CARACTERÍSTICAS Las características de la Empresa familiar que debemos destacar son las siguientes: 1. En la empresa familiar no existe una estructura u organización muy estricta. Normalmente el propietario de la misma será quien se encargue de la dirección lo cual permite que la toma de decisiones se haga de una forma flexible y más humana. 2. Una gran dedicación y compromiso de los familiares ya que la empresa familiar se configura como un proyecto común que alcanza a todos de forma directa o indirecta. Consecuencia de todo ello es que los miembros de la familia acostumbran a tener un conocimiento de las actividades de la sociedad. 3. La sociedad familiar debe luchar frente a sus competidores de mayor tamaño con otras armas. La principal de ellas es la calidad; una mayor calidad que pueda compensar un menor volumen de producción implicará la generación de un clima de confianza por parte de los consumidores respecto a sus productos o servicios. 4. El capital en este tipo de empresas se encuentra en manos de la familia (Ya hemos mencionado que coincide propiedad y dirección), cosa que implica una cierta libertad a la hora de tomar decisiones ya que no existen terceras personas que tengan intereses directos en la empresa. El hecho de que sea la familia la encargada de tomar las decisiones implica que puedan tomarse de forma rápida. Y más aún si tenemos en cuenta que las responsabilidades de cada uno de los miembros suelen estar perfectamente determinadas (Aunque en muchos casos la responsabilidad o última palabra la tenga el fundador de la empresa). 5. El estrecho vínculo entre empresa y familia produce una humanización en su funcionamiento que también repercute en las relaciones con sus empleados no familiares. Ello permite que se produzca un mayor grado de entendimiento entre directivos y trabajadores. La permanencia durante largo tiempo en la empresa es una de las reglas generales que implicará una reducción en los costes laborales. 6. La conexión familia-empresa implica que el patrimonio familiar permita responder ante situaciones de crisis de la misma. Todo ello influido por el hecho de que ha existido tradicionalmente una aversión en las empresas familiares españolas hacia el endeudamiento. Ello supone que a la hora de poder encarar proyectos de mayor envergadura la sociedad se vea limitada; cuestión que se agrava por el miedo a que pueda disminuir ese patrimonio familiar. -9- G. TIPOS a) La empresa de trabajo familiar. Los propietarios de la misma tienen voluntad de continuar unidos en la propiedad y existe la intención de que los miembros de la familia trabajen en ella. Ello no significa que no se contraten personas ajenas a la familia, sino que la intención es animar a los miembros de la familia para que se preparen para trabajar en la empresa familiar. b) Empresa de dirección familiar. En este tipo de empresa familiar los propietarios también tienen voluntad de continuar unidos en la propiedad, pero se distingue del anterior tipo porque la intención es que sólo algunos miembros de la familia, los más capacitados para la dirección, trabajen en la empresa familiar ocupando cargos en los órganos de dirección o de gobierno. c) Empresa familiar de inversión. Los miembros de una o varias familias están unidos para hacer inversiones en actividades de negocio, consistiendo su trabajo esencialmente en la adopción de las decisiones de inversión y en el control de las inversiones realizadas. En esta modalidad no hay una clara intencionalidad de participar en la gestión y dirección. d) Empresa familiar coyuntural. Los miembros de la familia están unidos como propietarios más por circunstancias de herencia que por una elección voluntaria de continuar unidos. Por ello, cuando hay oportunidad de vender su parte o de asociarse con terceros no se rechazan tales opciones. Los cuatro tipos o modalidades de empresa familiar descritos no son estáticos, ya que en muchas ocasiones la empresa familiar evoluciona de un tipo a otro; así, por ejemplo, un gran número nacen como empresas de trabajo familiar y evolucionan hacia empresas de dirección familiar o llegan a ser empresas familiares de inversión. Resaltar que en otras ocasiones nos encontramos con empresas familiares que tienen algunas características de dos o más tipos. Algunos de los problemas más habituales en las empresas familiares se fundamentan en factores emocionales. Como hemos señalado anteriormente al definir la empresa familiar, en ella se conjugan dos elementos muy importantes: por un lado, la familia, dotada inevitablemente de lazos afectivos y emocionales y, por otro, la empresa misma como conjunto de medios económicos sujetos a las leyes y al funcionamiento del mercado. Muchos de los problemas a los que debe enfrentarse una sociedad familiar tienen su origen en dichas relaciones. El primer problema puede tener su - 10 - origen en el propio fundador de la empresa. Una persona que ha dedicado toda su vida y esfuerzo a hacer crecer una empresa (A costa, incluso, de las propias relaciones familiares) suele tener dificultades a la hora de poner fin a su andadura personal al frente de la sociedad. Ello implica que se retarde la sucesión al frente de la empresa, lo cual puede generar problemas de falta de adaptación a las nuevas necesidades del mercado. El punto de vista diferente del sucesor puede dar lugar a conflictos, ya que en este caso se produce muchas veces un choque entre la tradición empresarial representada por el fundador y el deseo de modernización del sucesor, interesado también en dar su toque personal a la forma de actuar de la empresa. Y estos problemas entre sucesores y sucedidos se agravan más en los casos en que no existe una persona adecuada o capacitada suficientemente para liderar el nuevo proyecto. Uno de los errores que suele cometerse es ceder el poder a personas no capacitadas que tienen como único mérito el hecho de haber nacido en el seno de la familia. Debemos tener claro si están capacitadas para emprender este proyecto ya que, de no ser así, no debe existir ningún reparo en buscar profesionales cualificados ajenos a los vínculos familiares. El hecho de promocionar a los miembros de la familia por encima de otros trabajadores, con independencia de su valía es algo realmente peligroso ya que ello puede generar recelos, desánimos e incluso bajo rendimiento que en ningún caso benefician al buen funcionamiento de la sociedad. Estos conflictos tienen su origen en el hecho de que la empresa familiar está formada por un elemento de carácter emocional como es la familia y otro de carácter más objetivo como es la empresa, basada en criterios de rendimiento y resultado, que a veces son difíciles de conjugar. También pueden originarse problemas en relación al incremento del capital de la empresa. En España existe poca cultura de endeudamiento o de búsqueda de fuentes de financiación externas a la empresa de modo que en aquellos casos en que sea necesario plantearse un cambio de rumbo más ambicioso en los objetivos empresariales existirá gran dificultad ya que los recursos de la empresa familiar suelen ser insuficientes para ello. El motivo de estos recelos es el temor a la pérdida del control de la empresa. H. EMPRESA FAMILIAR Y PYME La dificultad de disponer de un concepto de empresa familiar, ha llevado a equiparla con la PYME. Los caracteres que definen a uno y otro tipo de empresas son distintos, son dos clasificaciones diferentes. Los autores preocupados por la empresa familiar acaban disertando sobre las pequeñas y medianas empresas y acerca de la microempresa. - 11 - No se debe confundir el concepto de PYME con el concepto de empresa familiar, ni toda PYME es una empresa familiar, ni toda empresa familiar es una PYME. Ya que entre una y otra hay una gran diferenciación: la PYME incorpora unas limitaciones cuantitativas, en cuanto al número de trabajadores que no existen en las empresas familiares. Una empresa familiar puede ir desde unos pequeños ultramarinos de pueblo hasta la gran empresa de gran producción y miles de empleados. Solo tenemos que constatar la existencia de grandes compañías como El Corte ingles, Codorniu, Freixenet o Editorial planeta, en el ámbito nacional, o Siemens, Bosch, Ford, Microsoft, en el ámbito internacional, para confirmar que no toda empresa familiar es una PYME. Si para la PYME lo más importante es el número de trabajadores con que cuenta la empresa, para las empresas familiares el elemento esencial es la familia empresaria que ejerce el control de la actividad empresarial, poseyendo una parte significativa del capital y con una vocación de permanencia. En la realidad económica de nuestro país, hay sin duda un gran número de empresas familiares que superan con creces el volumen de trabajadores y facturación que se atribuyen a las PYMES y ello no debe justificar en modo alguno que deban ser excluidas del tratamiento beneficioso que se le da a las empresas de este carácter en nuestro país. Además el problema que preocupa a las PYMES hace referencia fundamentalmente a los inconvenientes asociados a la menor dimensión mientras que a las empresas familiares lo que más preocupa son las relaciones de la familia con la empresa. El legislador español ha cometido un error, siendo un claro ejemplo de ello el derogado Real Decreto 2481/1994, de 23 de diciembre, por el que se determinaban los requisitos y condiciones de las actividades empresariales y participaciones en entidades para la aplicación de la exención establecida en el art. 4.8 de la Ley del Impuesto sobre el Patrimonio. Este Real Decreto en su exposición de motivos hacía clara referencia a las PYMES como sujeto al que se dirigen los incentivos fiscales aprobados. Ello no obstante, de la lectura pausada de los requisitos de aplicación que establece el Real Decreto se extrae la conclusión de que estas medidas tienen como objeto las empresas individuales o familiares, independientemente de su condición o no de PYMES. Por consiguiente, ambos conceptos pueden no coincidir ya que, como hemos señalado, no son idénticos. Esta conclusión está avalada también por el hecho de que el Real Decreto 1704/ 1999, de 5 noviembre, que sustituye al anteriormente citado de 1994, no incluya referencia alguna a las PYMES y se deduzca, en cambio, de su articulado que las medidas y requisitos que establece tienen como objeto las empresas individuales o familiares. - 12 - Además de ello, debemos tener en cuenta que en el Decreto Legislativo 7/1996, de 7 de junio, el legislador aludía a las "empresas familiares" como sujetos beneficiados de la exención en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Lo que acabamos de señalar nos lleva a determinar que según se desprende de nuestra legislación, lo que verdaderamente determinará la aplicación o no de los incentivos fiscales serán no los criterios delimitadores de las PYMES sino el tener la consideración de empresa familiar con independencia del tamaño de la misma. Esta ultima apreciación, es decir, que la empresa es familiar si cumple una serie de requisitos independientemente de su tamaño, nos conduce a una reflexión final que cuestiona en cierto modo el tratamiento unitario que se da a todas las empresas de carácter familiar: Ha de tenerse muy en cuenta que los problemas que pueda tener una empresa familiar de gran tamaño y una pequeña empresa familiar pueden llegar a ser tan diferentes que, desde el punto de vista de justicia y equidad, no parece oportuno darles a todas el mismo tratamiento tributario. I. EMPRESA INDIVIDUAL FRENTE A LA FORMA SOCIETARIA a) Empresa Individual La empresa familiar puede tener forma individual y personal o por el contrario instrumentarse a través de una forma societaria. Las empresas individuales desarrolladas por una persona física también pueden conceptuarse como familiares y es normal que el conyugue comparta la titularidad de los bienes, una veces por que los bienes son comunes a ambos miembros del matrimonio, otras por que son del conyugue que no realiza la actividad empresarial. La creación de una empresa individual no necesita en el ámbito mercantil de ningún tipo de obligaciones o formalidades, permitiendo el Código de Comercio una especie de fundación de la empresa individual de facto cuando califica como comerciante a todas las personas que ejerzan habitualmente el comercio, siendo el único requisito que se tenga capacidad legal para ello. La capacidad legal, según el C.C., se otorga a todos los mayores de edad que tengan la libre disposición de sus bienes y permite que incluso sigan con la misma actividad los menores de dieciocho años y los incapacitados a través de sus guardadores. La empresa individual debe estar desarrollada por el propio empresario sin que existan órganos ni sistemas para tomar decisiones que no sean la voluntad de aquel, quien por otra parte responderá con sus bienes y derechos presentes y futuros de la gestión realizada, o sea que todo su patrimonio queda afectado por la responsabilidad derivada de su actividad empresarial . Esta ultima característica, unida a las dificultades de transmisión de la empresa como un bloque, es la que induce a los comerciantes a adoptar formas - 13 - societarias que permitan eludir su responsabilidad persona circunscribiéndola a los elementos aportados a la empresa. ilimitada b) Empresas colectivas societarias La fundación de una sociedad o de otra entidad social lleva consigo unas obligaciones y formalidades y éstas dependerán del tipo de institución que se quiera crear. La tipología de entidades y sociedades, puede servir de instrumento de la empresa familiar y ésta puede ir desde la comunidad de bienes hasta la sociedad anónima o las sociedades “holding”, siendo distintos los procedimientos de creación de desarrollo y de extinción según la entidad de que se trate. La comunidad de bienes que está regulada en el C.C. no tiene validez para desarrollar una empresa; se trata de una situación de copropiedad no prevista para el desarrollo de una actividad mercantil sino para la tenencia de lo “Pro indiviso” de una cosa. Las comunidades de bienes que se utilizan como vehiculo de desarrollo de empresas son sociedades mercantiles irregulares al no haber cumplido con los requisitos y obligaciones inherentes a la creación de autenticas sociedades mercantiles pues no cumplen las características formales que permiten dar conocimiento publico a las autenticas sociedades mercantiles, tales como la existencia de escrituras publicas, la adecuación de las normas sobre las sociedades y, sobre todo, su inscripción en el Registro Mercantil. Para crearse no necesitan ninguna formalidad aunque, en la práctica, los elementos puestos en común sean inmuebles que necesitan documentarse de forma pública de un modo que permita su inscripción a favor de los comuneros. Su funcionamiento debe estar a lo acordado por los comuneros y en caso de no haberse previsto reglas de funcionamiento es necesario recordar lo que prevé el C.C. sobre todo en lo que respecta a las decisiones a tomar, en las que deben participar la mayoría de sus miembros, y en la libre disponibilidad de su participación por cada uno de ellos. Las comunidades de bienes suelen nacer de un contrato social o colectivo por el que los que participan se obligan a poner en común una serie de bienes para destinarlos a determinadas empresa y regular las participaciones de los condueños, los derechos y obligaciones de los mismos, la forma de realizar la empresa y su dirección y otros aspectos que son idénticos a los que deben recogerse en las escrituras de la sociedades mercantiles. Las empresas familiares pueden adoptar cualquiera de las formas que están previstas en el C.C. y en el C. de C., así pues, pueden ser Sociedades Civiles o Sociedades Mercantiles. No obstante, si se crea una Sociedad Civil como instrumento de una empresa se incurre en una contradicción jurídica ya que - 14 - las Sociedades Civiles no están previstas para realizar actividades mercantiles que, en cierto modo, equivalen a actividades empresariales. Las formas idóneas para la empresa familiar colectiva o societaria son las Sociedades Mercantiles que son las que se dedican a una actividad empresarial. Las sociedades mercantiles son asociaciones voluntarias de personas físicas o jurídicas que desarrollan una actividad económica mediante la aportación de un capital social y cuya responsabilidad, salvo excepciones, está asumida por la sociedad. Dentro de las sociedades mercantiles, como consecuencia del fin especifico al que van orientadas y dejando al margen las que por sus características se sitúan fuera del ámbito familiar, pueden diferenciarse los siguientes tipos: Sociedad Colectiva. Sociedad Comandita simple o por acciones. Sociedad Limitada. Sociedad Limitada Nueva Empresa. Sociedad Anónima. c) Las denominadas sociedades “holding” Las denominadas sociedades “holding”, se conocen también como sociedades de valores, sociedades de sociedades, sociedades matrices, sociedades de cartera, etc.; no son un tipo diferente de sociedad que, desde el ámbito jurídico, haga necesario estudiar su tipología y estructura separadamente de los modelos. Puede ser utilizada como sociedad holding e incluso puede utilizarse como tal y dársele tal nombre a otras instituciones tales como Fundaciones, Asociaciones, etc. Lo que distingue una sociedad holding de las demás sociedades es la estructura de su activo y su objeto social: el primero debe estar configurado por las acciones o participaciones en otras sociedades o entidades y en cuanto al segundo debe tener como finalidad la gestión y dirección de las entidades participadas. No existe en el Derecho español un concepto de sociedad holding. En su acepción usual el término hace referencia a una entidad que es titular mayoritaria en el capital de otras entidades. El término se corresponde a la sociedad dominante de varias sociedades, citada en el artículo 42 del C. de C., que posee la mayoría de los derechos de voto y tiene la facultad de nombrar o destituir a la mayoría de los miembros de sus respectivos órganos de administración. En el ámbito general, las sociedades holding se utilizan con fines de racionalización de tenencia de varias empresas o negocios, de su coordinación económica, centralización de determinados servicios, mejor asignación de los - 15 - recursos del grupo, aumento de las eficiencia, etc.; cuando se trata de un holding familiar, a las finalidades anteriores se une la de facilitar la tenencia de diversas empresas, industrias, negocios, etc., por el grupo o grupos familiares, facilitando la formación de mayorías y situando a cada miembro familiar en donde le corresponda, separar los patrimonios personales de los empresariales y, sobre todo, mejorar la situación y el tratamiento fiscal de todas las sociedades pertenecientes a las familias. d) El tratamiento fiscal de la sociedad holding y sus ventajas: Evitan la doble imposición y la retención sobre los dividendos intra-grupo. La deducción por doble imposición de dividendos se aplica también a la venta de acciones de sociedades del grupo. Facilita el cumplimiento del requisito sobre el porcentaje de tenencia de acciones, tanto individualmente como cuando las acciones son poseídas por un grupo familiar. Puede dar opción a tributar por el régimen especial de los grupos de sociedades. Si un grupo familiar es titular de varias empresas, actividades, negocios, etc., le es mas útil, tanto en el plano económico como en el jurídico, plantearse la realización de estas actividades a través de una sociedad holding que participe y dirija a las empresas que efectivamente se ocupen de realizar las actividades en vez de hacerlo creando una sociedad para cada actividad. J. EL PROTOCOLO FAMILIAR El Protocolo familiar también llamado pacto, carta u otras denominaciones es un acuerdo documentado entre los propietarios de una empresa familiar cuyo objeto es regular el marco de desarrollo, las reglas de actuación, la organización y las relaciones profesionales y económicas entre la Empresa Familiar y la Propiedad pero siempre teniendo en cuenta que debe estar hecho a la medida de la propia realidad de la familia y la empresa concreta. Tiene carácter privado, personal y atípico, por lo que no tiene un contenido predefinido y la naturaleza de las normas de dicho contenido no se basan en la rigidez sino que deben ser susceptibles de posibles cambios en función del contexto familiar y empresarial. Se trata de un documento abierto y flexible en el que se puede regular todo lo que, en relación a la sucesión y gobierno de la Empresa familiar, los propios miembros de la familia convengan y estén dispuestos a asumir. Los elementos que lo conforman deberían incluir a los miembros de la familia firmantes, generaciones y posibles ramificaciones, la historia empresarial y los valores propios; así como los hechos relevantes y la situación actual; principales órganos de gobierno y configuración de los mismos; normas básicas de incorporación a la empresa familiar; política de remuneración, dividendos, participaciones y propiedad; política testamentaria, separación, - 16 - divorcio, usufructo, etc.; comportamiento empresarial y social, responsabilidad social, correlación imagen comercial-imagen familiar, directivos y ejecutivos no familiares y operaciones arriesgadas. Uno de los temas centrales en los protocolos familiares, además del establecimiento de otros órganos que se añaden a los previstos en la legislación societaria como son el Consejo de Familia y la Junta de Familia, son los referidos a las políticas de transmisión de la propiedad. Las limitaciones al acceso a la propiedad de la empresa a extraños es una preocupación constante en toda empresa familiar. Uno de los puntos básicos que se suscita es el de la sucesión en la empresa referida a varios aspectos: cómo se garantiza la seguridad financiera del que cede la empresa, a qué tareas se va a dedicar y quiénes se quedan en la empresa y qué puestos van a ocupar. Por ello, los miembros de la Familia se deben comprometer a seguir una Política de Transmisión de las Participaciones de la Empresa Familiar, ya sea "inter vivos" o en el supuesto de “mortis causa”, basada en la idea de consanguinidad y regulándose las posibles transmisiones a favor de cónyuges y afines. En el Protocolo Familiar se analiza que familiares entran y qué requisitos son exigibles e inclusive que cargos de responsabilidad ocuparían. El proceso de preparación de las futuras generaciones es un aspecto relevante a tener en cuenta. Es fundamental establecer un plan de actuación. Por último, en relación a la transmisión, la elaboración del protocolo familiar debe incluir un plan de evaluación de posibles contingencias que contenga modos de actuación ante situaciones imprevistas tales como la muerte del Presidente de la compañía o de su sucesor potencial. Estos acuerdos nacen y se establecen por primera vez en Estados Unidos; su contenido estaba relacionado fundamentalmente con la familia. Luego se extiende por Europa y aquí se hace hincapié en los asuntos de la empresa. En nuestro país es una corriente muy seguida en Cataluña aunque solamente una décima parte de las empresas familiares cuentan con dicho instrumento. a) Eficacia jurídica Cuestión distinta es la eficacia jurídica de las cláusulas incluidas en el protocolo. Aunque el protocolo debe nutrirse más de criterios y principios que puedan orientar las decisiones presentes y futuras que de cláusulas a modo de contrato, no es menos cierto que algunas cuestiones sí son susceptibles de cláusulas y acuerdos específicos. Algunas pueden incluirse en los estatutos de la sociedad, cobrando entonces plena eficacia jurídica, incluso frente a terceros. Otras, por el contrario, tendrán una débil eficacia jurídica y serán de difícil exigencia en caso de incumplimiento - 17 - pero su valor reside más en el convencimiento entre las partes que en su exigencia por vía judicial. En suma, desde un punto de vista jurídico, es posible diferenciar entre un simple pacto entre las partes, un contrato vinculante entre las partes y un documento institucional con fuerza legal ante terceros, bien por la inclusión de alguna de sus cláusulas en los estatutos de la sociedad, bien por la inscripción registral. No obstante, está previsto que en un futuro próximo el protocolo familiar, como tal documento, pueda protocolizarse ante fedatario público e inscribirse en el Registro Mercantil con la consiguiente fuerza vinculante del mismo. Así, el Gobierno tiene previsto aprobar próximamente un Real Decreto por el que regulará la publicidad de los protocolos familiares. Esta nueva norma va a tener como finalidad el facilitar, siempre con carácter voluntario, que las sociedades puedan publicitar en el Registro Mercantil los acuerdos o protocolos que los socios alcancen entre sí o con terceros si así conviene a sus intereses. El acceso al registro podrá hacerse a través de distintas vías que dotan al protocolo de una mayor eficacia: mera mención, deposito del mismo (total o parcialmente) o inscripción de la escritura pública que ejecute dicho protocolo. El futuro es prometedor ya que de un estudio realizado entre 100 empresas familiares un 10% tiene protocolo y un 20% tiene previsto completarlo en un plazo de dos años. b) Sujetos En el ámbito subjetivo se define a quien afecta el protocolo. En su elaboración participan los miembros actuales pero su eficacia se proyecta sobre los futuros, por lo que es necesario buscar la adhesión de los futuros miembros de la familia a dicho contrato. En el ámbito objetivo se comprende el conjunto de sociedades, bienes y propiedades a los que se refiere el protocolo. c) Naturaleza jurídica En cuanto a su naturaleza jurídica, es un acuerdo privado que no tiene carácter de obligación entre las partes aunque tiene fuerza moral y, como se ha mencionado anteriormente, se prevé para el futuro la posibilidad de que adquiera fuerza jurídica. d) Estructura Su estructura puede ser desde muy sencilla, recogiendo simplemente criterios de incorporación de familiares, hasta muy amplia, abordando una gran variedad de temas. Su amplitud dependerá de la problemática de la empresa, del tamaño de la familia y de la empresa y de la etapa generacional en que se encuentre. - 18 - e) Contenido El protocolo familiar debe redactarse para cada empresa en particular atendiendo a sus características y a las prioridades familiares. Sin embargo hay una serie de cuestiones generales que son importantes para prácticamente la totalidad de las empresas familiares, entre ellas podríamos destacar: 1. Misión, valores y estrategia de la empresa familiar. Esta sociedad, al igual que cualquier otra, debe tener perfectamente definidos sus objetivos futuros, así como los medios que van a utilizarse para conseguirlos. 2. Órganos de gobierno y dirección. Concreción en cuanto a composición en número, representación por ramas, capacidades o requisitos de sus componentes, incompatibilidades, funcionamiento interno y relaciones entre órganos. 3. Implicación de los familiares en la dirección de la empresa. En este apartado se planifica la política de remuneración de cargos, condiciones de acceso y abandono de la empresa por los miembros de la familia y planes de ayuda económica a los mismos. 4. Formación. Es necesario que se establezca el grado de formación que recibirán las persona integradas en la empresa, sean familiares o no. 5. Sucesión. La transmisión de la empresa familiar es una de las cuestiones más importantes que se produce aproximadamente cada 30 años. Decidir qué persona se colocará al frente de la misma no es una cuestión trivial. Hay que tenerlo todo perfectamente estructurado para el caso que dicha sucesión deba hacerse de forma repentina. 6. Régimen económico. Se abordan, entre otras cosas, la política de reparto de dividendos, política de financiación, transmisión de acciones, régimen económico matrimonial y otros. Otros puntos a concretar podrán basarse en: El Establecimiento de las políticas de inversión empresarial. El Establecimiento de reglas de adquisición/pérdida de la condición de socio. El Establecimiento de reglas de acceso a la empresa de la familia como trabajador El Establecimiento de normas para la representación de la familia en la empresa. El Establecimiento de bolsines de inversión y formación. Determinación de reglas de solución de conflictos en la familia (siendo de especial interés de especial interés la sumisión a arbitraje). El protocolo, por tanto, es un elemento que debe existir en la empresa familiar, para cuya elaboración será conveniente contar con los profesionales más cualificados en cada uno de los aspectos que quieran tratarse en el mismo ya que una planificación adecuada del funcionamiento de la sociedad, así como de los criterios de actuación futuros, puede evitar situaciones conflictivas. - 19 - Instrumentos complementarios o de desarrollo del protocolo familiar: Testamento y regulación del régimen económico matrimonial de las partes en el Protocolo Familiar: Si bien ambas figuras permiten anticipar en vida del empresario su voluntad de continuidad de la empresa y pueden ser herramientas válidas y útiles a dicho efecto, considerar no obstante que, a la presente fecha, su regulación es insuficiente para la materia que nos ocupa, existiendo propuestas de modificación legislativa en este sentido. No obstante, reglas como asignación de la empresa a personas determinadas, pactos de indivisión de la empresa en el tiempo o sometimiento de actos de disposición/adquisición de titularidad a condición, entre otras, son útiles conforme al fin pretendido, cual es la continuidad y no disgregación del patrimonio empresarial familiar. f) Los Estatutos Sociales: Otro instrumento que se torna idóneo para plasmar gran parte de los acuerdos tomados en el protocolo familiar, si bien a veces insuficiente dado su carácter impersonal y que solamente resulta aplicable a sociedades y no a empresarios individuales, son los Estatutos Sociales. En ellos se suelen plasmar las reglas de funcionamiento de la empresa familiar, siendo algunas de las cláusulas más frecuentes las que hacen referencia a la limitación de la libre transmisibilidad de las acciones o participaciones de la compañía, la determinación de los derechos de los socios, la composición del órgano de administración y los requisitos para formar parte del mismo, así como el acuerdo de que el desempeño del cargo de Administrador es gratuito o retribuido. La ventaja de plasmar dichos acuerdos en los Estatutos consiste en su publicidad a través del Registro Mercantil con la consiguiente posibilidad de su oponibilidad frente a terceros o la exigencia de su cumplimiento por la propia sociedad. g) Eficacia del protocolo familiar Con independencia del contenido concreto de cada protocolo familiar, hay que plantearse la naturaleza de éste y su eficacia. El protocolo familiar contiene unas estipulaciones vinculantes entre las partes firmantes y como tal origina derechos y obligaciones. Su contenido es esencialmente de carácter contractual y por lo tanto tiene una eficacia “Inter partes”. - 20 - Una primera cuestión que se plantea es que la eficacia “Inter partes” no sólo produce efectos entre las partes que otorgan un contrato sino también se extiende a sus herederos pero no afecta a terceros. La eficacia del protocolo familiar hay que buscarla mediante su ratificación o adhesión por parte de las siguientes generaciones a fin de que su contenido contractual les vincule. Cuestión distinta es que, a través de cláusulas testamentarias, se establezca que la donación de acciones o participaciones sociales conlleve la aceptación del protocolo familiar. Ahora bien, en relación a la conexión entre el protocolo familiar y los pactos estatutarios de la sociedad familiar hay que tener presente el principio de la inoponibilidad a terceros de los acuerdos parasociales no incluidos en los estatutos de la sociedad familiar. En este sentido, el protocolo familiar constituye sin duda un pacto parasocial con respecto a los estatutos societarios de la sociedad familiar. Por ello, es aconsejable que todos los elementos del protocolo familiar que estén directamente relacionados con los estatutos sociales sean incorporados a estos últimos e inscritos en el Registro Mercantil a los efectos de que sean oponibles frente a la sociedad y frente a terceros. h) Pactos con eficacia frente a terceros. Utilidad de los estatutos sociales Estos pactos son aquellos que pueden incluirse en los Estatutos Sociales de la empresa y su eficacia frente a terceros se establece en el artículo 9 del Reglamento del Registro Mercantil, que establece lo siguiente: Los actos sujetos a inscripción sólo serán oponibles a terceros de buena fe desde su publicación en el Boletín oficial del Registro Mercantil. El contenido mínimo que deben recoger los Estatutos Sociales se establece tanto en la Ley de Sociedades Anónimas como en la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada, por ceñirnos a las dos formas societarias más utilizadas en la práctica. No obstante, los socios pueden establecer los pactos que estimen convenientes siempre que éstos no sean contrarios a la ley o a los principios inspiradores del tipo social elegido (Es lo que se conoce como principio de autonomía de la voluntad). Partiendo de estas premisas, los Estatutos Sociales pueden recoger la mayoría de los pactos a los que antes nos hemos referido con el objetivo de garantizar los fines perseguidos por el Protocolo Familiar. Podríamos señalar, entre otros, los siguientes: a) Los que regulan el régimen jurídico de las acciones o participaciones sociales: Cláusulas de autorización previa por parte de la sociedad para la - 21 - admisión de nuevos socios. Es indispensable que los Estatutos Sociales especifiquen las causas por las cuales se puede denegar esta autorización, tal y como se establece en el artículo 63 de la Ley de Sociedades Anónimas. Cláusulas que establezcan un derecho de adquisición preferente a favor de los socios, o de la sociedad que evitarían la entrada de socios no deseados. Cláusulas que limiten la transmisión voluntaria inter vivos de las participaciones sociales, conforme al artículo 30 de la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada. Cláusulas que modulen el régimen legal del usufructo de acciones o participaciones sociales. De conformidad con la ley, el usufructuario sólo tiene atribuidos los derechos económicos pero mediante acuerdo estatutario también se le pueden atribuir derechos políticos, como por ejemplo el derecho de voto. Cláusulas que permitan emitir acciones o participaciones sin voto siempre que su valor nominal no supere la mitad del capital social desembolsado. Así se salvaguarda, para determinados socios, el derecho al dividendo anual mínimo fijado en los Estatutos Sociales pero excluyéndoles del derecho al voto y, en consecuencia, del poder de decisión. b) Los que establecen el régimen de funcionamiento de los órganos sociales: Cláusulas que regulen el acceso tanto al Consejo de Administración como a los cargos de Presidente, Vicepresidente, Consejero Delegado o, en su caso, a la Comisión Ejecutiva. En estas cláusulas pueden establecerse requisitos tales como la posesión de porcentajes mínimos de capital, determinada antigüedad como socio u otras características personales y/o profesionales referidas a la edad, la experiencia profesional, la titulación académica, etc. Cláusulas que refuercen las mayorías legales exigidas para la adopción de determinados acuerdos de la sociedad. Cláusulas que establezcan un órgano específico, distinto de la Junta y del órgano de administración, bajo la denominación de Consejo de Familia o similar, con funciones de supervisión o consulta. - 22 - III. EL RÉGIMEN TRIBUTARIO DE LA EMPRESA FAMILIAR A. LA EMPRESA FAMILIAR Y EL IMPUESTO SOBRE LA RENTA DE LAS PERSONAS FISICAS La Empresa familiar en relación al Impuesto sobre la renta de las Personas Físicas constituye un régimen peculiar. La renta que es susceptible de ser gravada por este impuesto es la derivada de una actividad económica que es llevada a cabo por un empresario individual o por un ente sin personalidad jurídica; se tributará por el régimen de atribución de rentas establecido en el artículo 8.3 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre. La calificación legal de la renta obtenida por la empresa familiar como rendimiento de actividad económica determina las peculiaridades que caracterizan la obtención de este tipo de ingresos en el IRPF; se relaciona de forma directa con los métodos de determinación de la base imponible y la existencia de relaciones de parentesco hace surgir la posibilidad de aplicar ciertos gastos deducibles y además nos determina el modo en que se computa el modulo de personal asalariado en un régimen de estimación objetiva. Otros aspectos que pueden llegar a plantear cuestiones interpretativas a la hora de aplicar el sistema de tributación del IRPF a las rentas obtenidas por la empresa familiar son: la cesión de bienes y derechos entre miembros del grupo familiar, la retribución de los directivos y trabajadores de las empresas familiares, las especialidades derivadas de los ingresos y gastos en la determinación del rendimiento neto de la actividad económica, las operaciones vinculadas o el régimen de individualización de las rentas en caso de matrimonio. En el impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas nos detendremos en dos aspectos que son fundamentales: a) El gravamen de la tributación de los rendimientos obtenidos en el desarrollo de la actividad económica por el empresario individual familiar. b) El régimen tributario aplicable a la transmisión de elementos patrimoniales afectos al ejercicio de la actividad. La actividad económica obtenida por el empresario familiar puede ser gravada a los efectos del Impuesto sobre la Renta de las Personas físicas de dos formas: 1.- Si es una actividad económica individual se gravará aplicando la normativa que regula la obtención de rendimientos de actividades económicas. Aquello que afecte a los ingresos obtenidos por el empresario familiar individual. 2.- Si es un ente sin personalidad jurídica tributará por el régimen previsto para la atribución de rentas, regulado en los artículos 86 a 90 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las personas Físicas. - 23 - 1. Cálculo de los rendimientos del ejercicio procedentes de un negocio familiar de empresario individual: Régimen de Estimación Directa, Régimen de Estimación Directa Simplificada y Régimen de Estimación Objetiva. El gravamen sobre la Renta de las Personas Físicas y el Impuesto sobre Sociedades son impuestos que gravan la totalidad de la renta obtenida por el sujeto pasivo sometido por obligación personal de contribuir. La obtención de renta por el sujeto pasivo se erige en hecho imponible de ambos impuestos; dependerá de la forma jurídica que adopte la empresa para quedar bajo el ámbito de uno u otro. Esto determinara la sujeción al impuesto. En el impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas son contribuyentes, de acuerdo al artículo 8 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre del IRPF: a) Las personas físicas que tengan su residencia habitual en el territorio español. b) Las personas físicas que tuviesen su residencia habitual en el extranjero por alguna de las circunstancias previstas en el artículo 10 de esta ley. No pierden la condición de contribuyentes por este impuesto las personas físicas de nacionalidad española que acrediten residencia fiscal en un país o territorio considerado como paraíso fiscal. Esta regla se aplica en el periodo impositivo en que se efectúe el cambio de residencia y durante los cuatro periodos impositivos siguientes. No se consideran contribuyentes las sociedades civiles, tengan o no personalidad jurídica, herencias yacentes, comunidades de bienes y demás entidades del articulo 35.4 de la Ley 58/2003 de 17 de diciembre, General Tributaria. Las rentas que correspondan a las mismas se atribuirán a cada socio, heredero, comunero o participes respectivamente, de acuerdo a lo establecido en Titulo X de esta Ley. La LIRPF regula el cálculo de los rendimientos de actividades económicas. La elección del régimen para el cálculo de los rendimientos imputables al contribuyente es decisiva a efectos de determinar la carga fiscal que sufrirá el empresario. El empresario de un negocio familiar puede determinar el rendimiento por alguna de las dos posibilidades previstas: el régimen de estimación directa o por cumplir los requisitos establecidos en la normativa el régimen de estimación objetiva. a) Normas para determinar el rendimiento neto en estimación directa El rendimiento de una actividad económica se calcula mediante estimación directa y se determina por la diferencia entre los ingresos computables obtenidos y los gastos deducibles Las normas fundamentales son los artículos 27 a 30 de la LIRPF. - 24 - Los rendimientos que provienen del ejercicio de actividades económicas por parte del empresario familiar se calculan de la siguiente forma: Las condiciones que cumplirán los rendimientos para ser considerados procedentes del ejercicio de actividades económicas son que procedan del trabajo personal y del capital conjuntamente, o de uno solo de estos factores, y supongan para el contribuyente la ordenación por cuenta propia de medios de producción y de recursos humanos, o de uno de ambos, con la finalidad de intervenir en la producción o distribución de bienes o servicios. Se deben considerar rendimientos los obtenidos de actividades extractivas, de fabricación, comercio o prestación de servicios, incluidas las de artesanía, agrícolas, forestales, ganaderas, pesqueras, de construcción, mineras y el ejercicio de profesiones liberales, artísticas, deportivas. Hay una norma "Supra", para el cálculo de los arrendamientos de inmuebles. El arrendamiento de inmuebles se realiza como actividad económica, únicamente cuando concurran las siguientes circunstancias: a) Que en el desarrollo de la actividad se cuente, al menos, con un local exclusivamente destinado a llevar a cabo la gestión de la actividad. b) Que para la ordenación de aquella se utilice, al menos, una persona empleada con contrato laboral y a jornada completa. A efectos del IVA, la persona que arriende un local o un inmueble será en cualquier caso considerado empresario o profesional, aunque no lo sea a efectos del IRPF. Para calcular el rendimiento neto de las actividades económicas, se aplicarán las normas del Impuesto sobre Sociedades, sin perjuicio de las reglas especiales contenidas en el artículo 28 de la LIRPF, en artículo 30 de la misma ley para la estimación directa, y en el artículo 31 para la estimación objetiva. Para la determinación del rendimiento neto de las actividades económicas no se incluirán las ganancias o perdidas patrimoniales derivadas de los elementos patrimoniales afectos a las mismas que se cuantificaran conforme a los previstos en la normativa que al efecto se establece en la LIRPF sobre ganancias y perdidas patrimoniales, teniendo en cuenta que la afectación de elementos patrimoniales o la desafectación de activos fijos por el contribuyente no constituirá alteración patrimonial siempre que los bienes o derechos continúen formando parte de su patrimonio. El artículo 30 de la LIRPF contiene las normas para la determinación del rendimiento neto en estimación directa. Se establece como norma general que la determinación de los rendimientos de actividades económicas se efectuará, por el método de estimación directa admitiendo dos modalidades, la normal y la simplificada. La modalidad simplificada se aplicará para determinadas actividades económicas cuyo importe neto de cifra de negocios, para el conjunto de - 25 - actividades desarrolladas por el contribuyente, no supere los 600.000 euros en el año inmediato anterior salvo que renuncie a su aplicación en los términos que reglamentariamente se establezcan. En la renuncia o exclusión de la modalidad simplificada del método de estimación directa, el contribuyente determinara el rendimiento neto de todas sus actividades económicas por la modalidad normal de este método durante los tres años siguientes en las condiciones que reglamentariamente se establezcan. Junto a las reglas generales del artículo 28 de la esta Ley se tendrán en cuenta las siguientes especiales: 1.- no se considerarán gastos deducibles los conceptos del artículo 14.3 del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades ni aportaciones a mutualidades de previsión social del empresario o profesional. Tendrán consideración de gastos deducibles las cantidades abonadas en virtud de contratos de seguros, concertados con mutualidades de previsión social por profesionales no integrados en el régimen especial de la Seguridad Social de los trabajadores por cuenta propia o autónomos, a efectos de dar cumplimiento a la obligación prevista en la disposición adicional decimoquinta de la Ley 30/1995, de 8 de noviembre, de ordenación y supervisión de los seguros privados que actúen como alternativa al régimen especial de la Seguridad Social y que tengan por objeto la cobertura de contingencias atendidas por la Seguridad Social con el limite de 4.500 euros anuales. 2.- Si resulta acreditado, con el oportuno contrato laboral y la afiliación al régimen correspondiente de la Seguridad Social, el conyugue o los hijos menores del contribuyente que convivan con él y trabajen habitualmente y con continuidad en las actividades económicas desarrolladas por el mismo se deducirán, para la determinación de los rendimientos, las retribuciones estipuladas con cada uno de ellos siempre que no sean superiores a las de mercado que correspondan a su cualificación profesional y al trabajo desempeñado. Estas cantidades se consideran obtenidas por el conyugue o los hijos menores en concepto de rendimientos de trabajo a todos los efectos tributarios. 3.- Si el conyugue o los hijos menores del contribuyente que convivan con él realizaran cesiones de bienes o derechos que sirvan al objeto de la actividad económica de que se trate, se deducirá, para la determinación de los rendimientos del titular de la actividad, la contraprestación que no debe exceder del valor de mercado y si falta aquella podrá deducirse la correspondiente a este ultimo. La contraprestación o el valor de mercado se consideran rendimientos del capital del conyugue o los hijos menores a todos los efectos tributarios. No se aplica esta regla cuando se trate de bienes y derechos que sean comunes a ambos conyugues. - 26 - 4.- Se establecen reglas especiales para cuantificar determinados gastos deducibles en el caso de empresarios y profesionales en estimación directa simplificada, incluidos los de difícil justificación. 5.- Se consideran gasto deducible para la determinación del rendimiento neto en estimación directa, las primas de seguro de enfermedad satisfechas por el contribuyente en la parte correspondiente a su propia cobertura y la de su conyugue e hijos menores de veinticinco años que convivan con él. El límite de deducción será de 500 Euros por cada una de las personas señaladas anteriormente. La STS de justicia de Aragón (sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 2), de 17 de enero de 2003 ( JT 2003, 1335), concreta en su Fundamento Jurídico Tercero el sentido del régimen de estimación directa cuando precisa: “ lo que caracteriza al régimen de estimación directa es que el mismo se basa en las declaraciones de los propios contribuyentes y en los datos consignados por estos en libros y registros y del expediente administrativo y que, en el caso enjuiciado, la determinación de la base imponible se ha llevado a cabo no en base a la declaración del recurrente o a los datos consignados por el mismo en libros y registro sino atendiendo a los pronunciamientos de una resolución judicial, sentencia dictada en el orden social sobre despido y a la declaración del trabajador que instó la demanda de despido. De lo anteriormente expuesto se desprende que falta el primer presupuesto determinante del régimen de estimación directa como señala la resolución del TEAC de 23 de octubre de 1998. Esta estimación constituye el único procedimiento para determinar la base imponible en aquellos sujetos pasivos que hayan incumplido sus obligaciones fiscales en términos tales que no permitan comprobar, en función del soporte registral contable y de archivo, los rendimientos objeto de imposición. b) Normas para la determinación del rendimiento neto en estimación directa simplificada El RIRPF establece el artículo 28 en el ámbito de aplicación del método de estimación directa simplificada: 1.- Los contribuyentes que ejerzan actividades económicas determinarán el rendimiento neto de todas sus actividades por la modalidad simplificada del método de estimación directa siempre que: a) No determinen el rendimiento neto de estas actividades por el método de estimación objetiva. b) El importe neto de la cifra de negocios del conjunto de estas actividades, definido de acuerdo al artículo 191 del Texto Refundido de la Ley de Sociedades Anónimas, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1564/1989 de 22 de diciembre, no supere los 600.000 euros anuales en el año anterior inmediato anterior. c) No renuncien a esta modalidad - 27 - 2.- El importe neto de la cifra de negocios que se establece como límite para la aplicación de la modalidad simplificada del método de estimación directa tendrá como referencia el año inmediato anterior a aquel en que deba aplicarse esta modalidad. Si en el año inmediato anterior no se ejerce actividad alguna se determinará el rendimiento neto por esta modalidad, salvo se renuncie a la misma según se establece en el articulo siguiente. Si el año inmediato anterior se ha iniciado una actividad, el importe neto de la cifra de negocios se elevara al año. 3.- Los contribuyentes que determinen el rendimiento neto de alguna de sus actividades económicas por la modalidad normal del método de estimación directa, determinarán el rendimiento neto de sus actividades por la modalidad normal. Durante el año si se inicia alguna actividad económica por la que se renuncie a esta modalidad, la incompatibilidad a que se refiere el párrafo anterior no surtirá efectos para ese año respecto a las actividades que se venían realizando con anterioridad. El artículo 29 dice que se puede renunciar y excluir al método de estimación directa simplificada, en los siguientes términos: a) La renuncia deberá efectuarse durante el mes de diciembre anterior al inicio del año natural en que deba surtir efecto. La renuncia surtirá efectos para un periodo mínimo de tres años. Transcurridos este plazo, se entenderá prorrogada tácitamente para cada uno de los años siguientes en que pudiera resultar aplicable la modalidad salvo que en el plazo previsto en el párrafo anterior se revoque aquella. b) La renuncia y su revocación se efectuarán de conformidad con lo previsto en el Real Decreto 1041/2003, de 1 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento por el que se regulan determinados censos tributarios y se modifican otras normas relacionadas con la gestión del Impuesto sobre Actividades Económicas. Si se inicia la actividad, la renuncia se efectuará según lo previsto en el párrafo anterior. Se podrá excluir la modalidad simplificada del método de estimación directa por haber rebasado el límite establecido en el artículo anterior. La exclusión surtirá efectos desde el inicio del año inmediato posterior a aquel en que se produzca dicha circunstancia. c) La renuncia o la exclusión de la modalidad simplificada del método de estimación directa supone que el contribuyente determine durante los tres - 28 - años siguientes el rendimiento neto de todas sus actividades económicas por la modalidad normal de este método. Se establecen las normas para la determinación del rendimiento neto en el método de estimación directa simplificada: Cuando al rendimiento neto de las actividades económicas se le aplique la modalidad simplificada del método de estimación directa, se determinará según las normas contenidas en los artículos 28 y 30 de la Ley del Impuesto, con las especialidades siguientes: a) Las amortizaciones del inmovilizado material se practicarán de forma lineal, en función de la tabla de amortizaciones simplificada que se apruebe por el Ministro de Economía y Hacienda. A las cuantías de amortización que resulten de estas tablas les serán de aplicación las normas del régimen especial de empresas de reducida dimensión previstas en el Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades que afecten a este concepto. b) Las provisiones deducibles y los gastos de difícil justificación se cuantificarán aplicando el porcentaje del 5 por 100 sobre el rendimiento neto, excluido este concepto. Se aplicara dicho porcentaje de deducción prevista en el artículo 26 de este Reglamento. La DGT en numerosas consultas ha interpretado estos preceptos determinando los gastos deducibles a efectos de la determinación de la base imponible mediante este sistema. Estas son, entre otras muchas, las siguientes: resoluciones: num. 2521/2003, de 29 de diciembre (JT 2004, 326); num. 2517/2003, de 23 diciembre (JT 2004,207); núm. 57/2003, de 21 enero (JUR 2003, 59028); núm. 1825/2001, de 9 octubre (JUR 2002, 105657); núm. 1336/2001, de 26 junio ( JUR 2002, 76357). c) Normas para la determinación del rendimiento neto en estimación objetiva La estimación objetiva de rendimientos para determinadas actividades económicas, se aplicara, en los términos que reglamentariamente se establezcan, con arreglo a las siguientes normas: 1. Los contribuyentes que reúnan las circunstancias previstas en las normas reguladoras de este método determinarán sus rendimientos conforme al mismo, salvo que renuncien a su aplicación, en los términos que reglamentariamente se establezcan. 2. El método de estimación objetiva se aplicará conjuntamente con los regímenes especiales establecidos en el Impuesto sobre el Valor Añadido o en el Impuesto General Indirecto Canario, cuando así se determine reglamentariamente. - 29 - 3. Este método no podrá aplicarse por los contribuyentes cuando concurra cualquiera de las siguientes circunstancias, en las condiciones que se establezcan reglamentariamente: a) Que determinen el rendimiento neto de alguna actividad económica por el método de estimación directa. b) Que el volumen de rendimientos íntegros en el año inmediato anterior supere cualquiera de los siguientes importes: Para el conjunto de sus actividades económicas, 450.000 euros anuales; para el conjunto de sus actividades agrícolas y ganaderas, 300.000 euros anuales. Solo se computan las operaciones que deban anotarse en el Libro registro de ventas o ingresos o en el libro registro de ingresos y las operaciones por las que estén obligados a emitir y conservar facturas. Se regulan las obligaciones de facturación. Se deben computar no solo las operaciones que correspondan a las actividades económicas desarrolladas por el contribuyente, sino también las correspondientes a las desarrolladas por el conyugue, descendientes y ascendientes y también las entidades en régimen de atribución de rentas en las que participen cualquiera de los anteriores en las que concurran las siguientes circunstancias: - Que las actividades económicas desarrolladas sean idénticas o similares. Se entenderán que son idénticas o similares las actividades económicas clasificadas en el mismo grupo en el Impuesto sobre Actividades Económicas. - Que exista una dirección común de tales actividades., compartiéndose medios personales o materiales. Cuando en el año inmediato anterior se hubiese iniciado una actividad, el volumen de ingresos se elevara al año. c) Que el volumen de las compras en bienes y servicios, excluidas las adquisiciones de inmovilizado, en el ejercicio anterior supere la cantidad de 300.000 euros anuales. En el supuesto de obras o servicios subcontratados, el importe de los mismos se tendrá en cuenta para el cálculo de este límite. Deberá computarse no solo el volumen de compras correspondientes a las actividades económicas desarrolladas por el contribuyente, sino también las correspondientes a las desarrolladas por el conyugue, descendientes y ascendientes, así como por entidades en régimen de atribución de rentas en las que participen cualquiera de los anteriores y en las que concurran las circunstancias señaladas en la letra b) anterior. Si en el año inmediato anterior se ha iniciado una actividad, el volumen de compras se elevara al año. - 30 - d) Que las actividades económicas sean desarrolladas, total o parcialmente, fuera del ámbito de aplicación del Impuesto al que se refiere el artículo 4 de esta ley. 4. El ámbito de aplicación del método de estimación objetiva , será por la naturaleza de las actividades y cultivos, bien por módulos objetivos como el volumen de operaciones, el número de trabajadores, el importe de las compras, la superficie de las explotaciones o los activos fijos utilizados , con los limites que se determinen reglamentariamente para el conjunto de actividades desarrolladas por el contribuyente y, en su caso, por el conyugue, descendientes y ascendientes, así como por entidades en régimen de atribución de rentas en las que participen cualquiera de los anteriores. 5. En supuestos de renuncia o exclusión de la estimación objetiva, el contribuyente determinara el rendimiento neto de todas sus actividades económicas por el método de estimación directa durante los tres años siguientes, en las condiciones que reglamentariamente se establezcan. 6. El cálculo del rendimiento neto en la estimación objetiva se regulará por lo establecido en el mencionado artículo 4 y las disposiciones que lo desarrollen. Las disposiciones reglamentarias se ajustarán a las siguientes reglas: 1.- En el calculo del rendimiento neto de las actividades económicas en estimación objetiva, se utilizarán los signos, índices o módulos generales o referidos a determinados sectores de actividad que determine el Ministro de Economía y Hacienda, habida cuenta de las inversiones realizadas que sean necesarias para el desarrollo de la actividad. 2.- La aplicación del método de estimación objetiva nunca podrá dar lugar al gravamen de las ganancias patrimoniales que, en su caso, pudieran producirse por las diferencias entre los rendimientos reales de la actividad y los derivados de la correcta aplicación de estos métodos. En el supuesto de los rendimientos de actividades económicas generadas en el seno del ejercicio de un negocio familiar, si éstos son generados en un periodo superior a dos años o son calificados de irregulares se aplicaran las siguientes reducciones: 1.- Los rendimientos con periodo de generación superior a dos años, así como los obtenidos de forma notoriamente irregular en el tiempo, se reducirán en un 40 por 100. Para el cómputo del periodo de generación, cuando se cobren de forma fraccionada, deberá tener en cuenta el número de años de fraccionamiento, en los términos que reglamentariamente se establezcan. No se aplicara la reducción a aquellos rendimientos que, aun cuando individualmente pudieran derivar de actuaciones desarrolladas a lo largo de un periodo que cumpliera los requisitos anteriormente indicados, procedan - 31 - del ejercicio de una actividad económica que de forma regular o habitual obtenga este tipo de rendimientos. Cuando se cumplan los requisitos previstos en el número 2 de este apartado, el rendimiento neto de las actividades económicas se minorarán en las cuantías siguientes: a) Contribuyentes con rendimientos netos de actividades económicas de hasta 9.000 euros : 4.000 euros anuales b) Contribuyentes con rendimientos netos de actividades económicas comprendidos entre 9.000,01 y 13.000 euros: 4.000 euros menos el resultado de multiplicar por 0,35 la diferencia entre el rendimiento neto de actividades económicas y 9.000 euros anuales. c) Contribuyentes con rendimientos netos de actividades económicas superiores a 13.000 euros o con rentas, excluidas las exentas, distintas de las actividades económicas superiores a 6.500 euros: 2600 euros anuales. Las personas con discapacidad que obtengan rendimientos netos derivados del ejercicio efectivo de actividades económicas podrán minorar el rendimiento neto de las mismas en 3.200 euros anuales. 2.- Además se exigirá que cumplan los requisitos que se establezcan reglamentariamente, y en particular los siguientes: a) El rendimiento neto de la actividad económica se determina con la estimación directa. Si en todo caso se determina con arreglo a la modalidad simplificada del método de estimación directa, la reducción será incompatible con lo previsto en la regla 4 del artículo 30.2 de esta ley. b) La totalidad de entregas de bienes o prestaciones de servicios se efectuarán a una persona física o jurídica, no vinculada en los términos del artículo 16 del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades. c) El gasto deducible que corresponda a las actividades económicas no puede del 30 por 100 de sus rendimientos íntegros declarados. d) Se deben cumplir durante el periodo impositivo todas las obligaciones formales y de información, control y verificación, que se determine reglamentariamente. e) Que no perciban rendimientos del trabajo en el periodo impositivo. f) El 70 por 100 de los ingresos deben estar sujetos a retención o ingreso a cuenta 3.- La consecuencia de aplicar esta reducción debe ser que el saldo resultante no podrá ser negativo. Las novedades en la regulación general de la estimación objetiva se encuentran insertadas, básicamente, en las letras b) y c) del núm. 1 del art. 31 de la Ley. - 32 - Tratan de evitar que en otros países se apliquen regimenes simplificados a las pequeñas empresas, singularmente en Brasil. Esto se conoce con el nombre de enanismo fiscal. Ejemplo: un empresario acogido al régimen simplificado o de estimación objetiva considera conveniente, ante el crecimiento de su empresa, no traspasar los limites que la conducirán al régimen general y crea otra pequeña empresa poniendo a su frente a un familiar. Se evitara esta práctica si se ordena acumular, los rendimientos íntegros de la primera y de la segunda empresa, a efectos de determinar si se traspasa el límite de tales rendimientos fijados por la ley para la aplicación si se traspasa el límite de tales rendimientos fijados por la ley para la aplicación del régimen de estimación objetiva. Se deben computar no solo las operaciones que correspondan a las actividades económicas desarrolladas por el contribuyente, sino también las que correspondan a las desarrolladas por el conyugue, descendientes y ascendientes, así como actividades en régimen de atribución de rentas en las que participen cualquiera de los anteriores y que concurran las siguientes circunstancias: Las actividades económicas deben ser idénticas o similares; se entienden como idénticas y similares las actividades económicas clasificadas en el mismo grupo en el Impuesto sobre Actividades económicas. Debe existir una dirección común de tales actividades, compartiéndose medios personales o materiales. Se aplicará la misma norma para fijar el volumen de compras bienes y servicios. 2. Reglas especiales contenidas en la Ley reguladora del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas cuando se trate de operaciones entre familiares: a) Régimen fiscal de las cesiones de bienes y servicios por familiares al empresario individual. En los supuestos donde los parientes y familiares del empresario individual ceden bienes patrimoniales o prestan servicios al mismo: Art. 6.5 de la LIRPF se presumirán retribuidas, salvo prueba en contrario, las prestaciones de bienes, derechos o servicios susceptibles de generar rendimientos del trabajo o del capital. b) Rendimientos del capital inmobiliario para el supuesto de parentesco entre las partes. - 33 - Art. 24 de la LIRPF, cuando el adquirente cesionario, arrendatario o subarrendatario del bien inmueble o del derecho real que recaiga sobre el mismo sea conyugue o un pariente, incluidos los afines, hasta el tercer grado inclusive, del contribuyente, el rendimiento neto total no podrá ser inferior al que resulte de las reglas del art. 85 de esta ley. Se cita también el art. 24 de la LIRPF que regulará las imputaciones de rentas inmobiliarias para bienes urbanos no cedidos, cuya valoración ha de efectuarse mediante la aplicación de un porcentaje sobre el valor catastral del inmueble urbano, mientras el art. 24 LIRPF no hace distinción entre inmuebles susceptibles de cesión. La cesión de la renta obtenida por la cesión entre familiares tributa, como rendimiento de capital inmobiliario; para el cesionario constituye un gasto deducible de su actividad para el cálculo del rendimiento neto de la actividad. La DGT en Resolución a Consulta núm. 640/2003, de 13 de mayo de 2003, ha establecido: “la DGT dicta, con carácter no vinculante, Resolución contestando a la consulta formulada sobre repercusiones fiscales de la realización de una actividad económica en un local propiedad del padre del empresario, cedido a precio inferior al del mercado o gratuitamente. Descripción: la consultante va a ejercer una actividad económica en un local comercial propiedad de su padre, quien no ejerce actividad económica alguna, pero tiene otros locales arrendados a terceros. Cuestión: Ante la imposibilidad de que se pacte un precio de alquiler inferior al de mercado o se ceda gratuitamente, se pregunta sobre su incidencia en el IRPF, IVA e Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Autoconsumo y prestación de servicios a terceros por parte del empresario: El artículo 28.4 del LIRPF dice que se valorará el valor normal en el mercado de bienes o servicios objeto de la actividad, que el contribuyente ceda o preste a terceros de forma gratuita o destine al uso o consumo propio. Si hay una contraprestación y es inferior al valor normal en el mercado de bienes y servicios se debe atender a este último. c) Régimen de atribución de rentas. Art. 86-90 de la LIRPF regulará las atribuciones en los siguientes términos: Las rentas que sean de entidades en régimen de atribución de rentas se atribuirán a los socios, herederos, comuneros o participes. Se considerarán entidades en régimen de atribución de rentas aquellas a las que se refiere el artículos 8.3 de la LIRPF y en particular, las entidades que se constituyan en el extranjero y su naturaleza sea idéntica o análoga a las entidades en atribución de rentas constituidas conforme a las leyes españolas. - 34 - Esto no se aplica a las sociedades agrarias de transformación que tributan por el Impuesto sobre Sociedades. Las entidades en régimen de atribución de rentas no están sujetas al Impuesto sobre Sociedades. Las rentas de las entidades en régimen de atribución de rentas atribuidas a los socios, herederos, comuneros o participes tendrán la naturaleza derivada de la actividad o fuente de donde procedan para cada uno de ellos. Para calcular las rentas a socios, herederos, comuneros o participes, se aplican las siguientes reglas: 1.- Las rentas se deben dar con arreglo a las normas de este Impuesto, artículos 23.2, 23.3, 26.2 y 32 de la LIRPF: a) La renta se determina de acuerdo con la normativa del Impuesto sobre Sociedades si los miembros de la entidad en régimen de atribución de rentas son sujetos pasivos de dicho impuesto o contribuyentes del Impuesto de no Residentes con establecimiento permanente. b) Para determinar la renta a los contribuyentes del Impuesto sobre la Renta de no residentes se hará de acuerdo a lo previsto en el capitulo IV del Texto Refundido de la Ley de Impuesto sobre la Renta de no Residentes. c) Para calcular la renta que se atribuye a los miembros de la entidad que sean sujetos pasivos del impuesto sobre la renta de no Residentes con establecimiento permanente o sin establecimiento permanente que no sean personas físicas no se aplica lo establecido en la disposición transitoria novena de esta ley. 2.- La atribución de la renta de los socios, herederos, comuneros o participes que contribuyan por este impuesto o por el Impuesto sobre Sociedades, se determina de acuerdo con los establecido en la regla 1 anterior. 3.- Si la entidad obtiene rentas de fuentes extranjeras que procedan de un país con el que España no tiene ningún convenio para evitar la doble imposición con cláusula de intercambio de información, no se computan las rentas negativas que excedan de las positivas obtenidas en el mismo país y procedan de la misma fuente. Están sujetas a retención o ingreso a cuenta, las rentas que se satisfagan o abonen a la entidades en régimen de atribución de rentas, con independencia de que todos o alguno de sus miembros sea contribuyentes por este Impuesto, sujeto pasivo del Impuesto sobre Sociedades o contribuyentes por el Impuesto sobre la Renta de no Residentes. La retención o ingreso a cuenta se deduce de la imposición personal del socio, heredero, comunero o participe, en la misma proporción que las atribuidas a las rentas. - 35 - Las rentas se distribuirán entre socios, herederos, comuneros o participes, según normas o pactos que se apliquen en cada caso y si no las hubiera, se atribuyen por parte iguales. La DGT en Resolución núm. 1481/2007, de 4 de julio (JUR 2007, 283229) con carácter vinculante a consulta planteada sobre Tratamiento en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas de los rendimientos percibidos por el comunero que trabaja en la actividad, ha contestado lo siguiente: Las comunidades de bienes y sociedades civiles no constituyen contribuyentes del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas sino que se configuran como un agrupación de los mismos que se atribuyen las rentas generadas en la entidad, añadiendo el articulo 88 que las rentas atribuidas tendrán la naturaleza derivada de la actividad o fuente de donde procedan, para cada uno de los socios o comuneros. Si una comunidad de bienes desarrolla actividad económica, los rendimientos que se atribuyen mantendrán el carácter de rendimientos de actividades económicas. Para que esto sea operativo, esta actividad económica de debe desarrollar como tal por la comunidad de bienes, es decir que la ordenación por cuenta propia de medios de producción y de recursos humanos con la finalidad de intervenir en la producción o distribución de bienes o servicios, elementos definitorios de una actividad económica corresponda a las comunidad. Todos los comuneros deben asumir el riesgo del ejercicio empresarial. Los rendimientos que un comunero percibe por su trabajo en la comunidad de bienes no se integran en el IRPF como rendimientos de trabajo; su integración se realiza vía régimen de atribución de rentas. Las cantidades percibidas por el comunero por su trabajo no constituyen para la entidad gasto deducible para la determinación del rendimiento neto. El comunero que trabaja en la actividad percibirá retribución, determinada contractualmente, por la aportación de su trabajo. Los sujetos pasivos del Impuesto sobre Sociedades y los contribuyentes por el Impuesto sobre la Renta de no Residente con establecimiento permanente que sean miembros de una entidad en régimen de atribución de rentas que adquiera acciones o participaciones en instituciones de inversión colectiva integrarán en su base imponible el importe de las rentas contabilizadas o que deban contabilizarse procedentes de las citadas acciones o participaciones. También se integran en su base imponible el importe de los rendimientos del capital mobiliario derivados de la cesión a terceros de capitales propios que se hubieran devengado a favor de la entidad en régimen de atribución de rentas. Obligaciones de información de las entidades en régimen de atribución de rentas: - 36 - 1.- Deberán presentar la declaración informativa, que reglamentariamente se establezca, relativa a las rentas a atribuir a sus socios, herederos, comuneros o participes, residentes o no en territorio español. 2.- La obligación de información debe ser cumplida por quien tenga la consideración de representante de la entidad en régimen de atribución de rentas, General Tributaria, o por sus miembros contribuyentes por este Impuesto o sujetos pasivos por el Impuesto sobre Sociedades en el caso de las entidades constituidas en el extranjero. 3.- Deben notificar a sus socios, herederos, comuneros o participes, la renta total de la entidad y la renta atribuible a cada uno de ellos en los términos que reglamentariamente se establezcan. 4.- El ministro de Economía y Hacienda establece modelos, así como plazo, lugar y forma de presentación de la declaración informativa. 5.- No están obligadas a presentar la declaración informativa, las entidades en régimen de atribución de rentas, que no ejerzan actividades económicas y cuyas rentas no excedan de 3.000 euros anuales. El art. 31 del RIRPF completa la normativa anterior sobre este tipo de entidades: La modalidad simplificada en la estimación directa será aplicable para determinar el rendimiento neto de las actividades económicas. Todos sus socios, herederos, comuneros o participes serán personas físicas contribuyentes por este impuesto. La entidad debe cumplir los requisitos definidos en el artículo 28 de este Reglamento La renuncia debe efectuarse por todos los socios, herederos, comuneros o participes La aplicación de esta modalidad se efectuara con independencia de las circunstancias que concurran individualmente en los socios, herederos, comuneros o participes. El rendimiento neto se atribuirá a los socios, herederos, comuneros o participes y si estos no constaran en la administración de forma fehaciente se atribuirá por partes iguales. d) Transmisión de la totalidad de la empresa “Inter vivos”. La transmisión de la totalidad de la empresa “Inter vivos” puede realizarse a título oneroso o a título lucrativo; el gravamen según sea el tipo de transmisión será diferente. En las transmisiones a titulo lucrativo se produce una no sujeción al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas por estimarse que - 37 - no existe una ganancia o perdida patrimonial; se exige que los elementos patrimoniales que afecten al contribuyente, con posterioridad a su adquisición, deberán haber estado afectos a la actividad económica ininterrumpidamente durante, al menos, los cinco años anteriores a la fecha de la transmisión. Si se transmite la totalidad de la empresa a titulo oneroso, el transmitente, es decir el empresario individual que ejerce la actividad económica tendrá que computar a efectos del IRPF una ganancia de patrimonio calculada conforme al artículo 35 de la LIRPF. e) Transmisión de fincas rusticas o explotaciones agrarias. Los incrementos de patrimonio, que se pongan de manifiesto durante los cinco años siguientes a la entrada en vigor de esta Ley, que se deriven de la transmisión de fincas rusticas o explotaciones agrarias quedan incluidos en el rendimiento neto resultante de la aplicación de la modalidad de signos, índices o módulos del método de estimación objetiva del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Se exigirá que las fincas rusticas o explotaciones agrarias transmitidas se destinen por el adquirente a la constitución o consolidación de explotaciones agrarias prioritarias o sean adquiridas por las Administraciones Publicas para su integración en Bancos de Tierras u órganos similares o por razones de protección del medio natural. Ahora se aplica la normativa relativa al cálculo de las ganancias y pérdidas patrimoniales contenidas en la LIRPF. f) Individualización de rentas empresariales. Art. 14 de la LIRPF establece que: Los rendimientos de las actividades económicas se considerarán obtenidos por quienes realicen de forma habitual, personal y directa la ordenación por cuenta propia de los medios de producción y los recursos humanos afectos a las actividades. Se presumirá, salvo prueba en contrario, que dichos requisitos concurren en quienes figuren como titulares de las actividades económicas. Es decir, se imputan los rendimientos obtenidos a quien ejerza la actividad de forma habitual, personal y directa; lo importante en los supuestos de conflictos es demostrar sobre quien recae esta situación. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Islas Baleares, de 29 de octubre 2002 (JUR 285635), resuelve un supuesto en el cual los ingresos derivados del ejercicio de una actividad profesional fueron declarados por mitad en la declaración de IRPF de cada uno de los conyugues. El asunto es el siguiente, como se puede leer en su Fundamento Jurídico Tercero: Entrando ya en el fondo de la cuestión suscitada la misma consistente en determinar a quien se deben imputar, a efectos de la determinación de la base del IRPF los rendimientos derivados de la actividad profesional que se ejerce en la clínica dental, si al actor en exclusiva, como entiende la administración aquí demandada, o a este y su conyugue, como por el contrario, estima el recurrente. - 38 - El Articulo 43 de la Ley 18/1991 de 6 de junio , del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, aplicable al caso, dispone, en relación con la individualización de los rendimientos de las actividades empresariales o profesionales, que: los rendimientos de las actividades empresariales o profesionales se consideran obtenidos por quienes realicen de forma habitual, personal y directa la ordenación por cuenta propia de los medios de producción y los recursos humanos afectos a las actividades. Se presumirá, salvo prueba en contrario, que dichos requisitos concurren en quienes figuren como titulares de las actividades empresariales o profesionales. Se debe tener en cuenta que quien figura como titular de la actividad es la sociedad civil Anselmo C, SC; la ley presume que quien realiza de forma personal, habitual y directa la ordenación por cuenta propia de la actividad profesional que nos ocupa es la mencionada sociedad civil; por eso se aplicará el régimen de atribución de rentas. Dicha conclusión admite prueba en contrario de que la ordenación de los medios de producción y de los recursos humanos la ejerce uno solo de los conyugues; es a éste al que deberán ser imputados los rendimientos derivados de la actividad debiéndose tomar en cuenta que las diferentes áreas del derecho no tienen por que seguir las mismas pautas; en atención a su finalidad no están obligadas a acomodarse estrechamente la legislación civil y la legislación tributaria, que tampoco puede ser ignorada. (Sentencia TC 20-2-1989 RTC 1989,45). De este modo y como dice la resolución recurrida, el que los socios de una sociedad civil realicen o no la ordenación por cuenta propia es una cuestión de hecho susceptible de ser comprobada por los órganos de la Administración Tributaria. Sin dudar de la realidad de la colaboración de la esposa en la actividad de la clínica dental, de los datos obrantes en el expediente se deduce que quien ejerce la actividad de forma personal, habitual y directa es el actor y no su esposa, como se puede demostrar: 1.- El hecho de que la esposa no está dada de alta en el régimen de autónomos de la Seguridad Social y que solo el marido, hoy actor, ostenta el titulo académico que le permite ejercer la actividad profesional. 2.- También se debe tomar en cuenta que para ejercer la actividad de la profesión de autos se requiere una titulación que la esposa del actor no tiene, por lo que difícilmente puede ser ella quien de manera personal, habitual y directa la ejerza. Sentado lo anterior, el resto de las manifestaciones y pruebas aportadas por el actor, como cuenta bancaria de titularidad de ambos conyugues, manifestaciones de los testigos y formalización por los mismo del contrato de arrendamiento financiero, son insuficientes para desvirtuar el tipo de actividad que se realiza, la odontología y estomatología, que requiere una titulación académica sin la cual no puede ejercerse la profesión, como se alega, de clínica de odontología y estomatología, La Dirección General de tributos en diversas contestaciones a consultas planteadas dice: Si bien el numero 3 de la regla 3 de la Instrucción del IAE - 39 - ordena la tributación y matriculación de acuerdo con la Sección Primera de las Tarifas a las personas jurídicas o entidades del articulo 33 de la LGT ( RCL 1963, 2490), entre las que se encuentran las sociedades civiles cuando realicen actividades profesionales clasificadas en la Sección Segunda, la misma regla 3 de la instrucción confirma la naturaleza profesional de las citadas actividades para a continuación configurar su tributación a los solos efectos del impuesto municipal, distinguiendo dos situaciones diferentes según se realicen las actividades profesionales directamente por las personas físicas ( Sección Segunda del IAE) o bien se desarrollen por estas a través de determinados entes sin personalidad jurídica (Sección Primera del IAE). Conforme a todo lo anterior, los rendimientos obtenidos por la sociedad civil en el ejercicio de una actividad profesional se entienden derivados de una actividad profesional y no empresarial. Al respecto, la consulta de la Dirección General de Tributos, de 31 de enero de 1996, dice que la constitución de una sociedad civil que tenga por finalidad repartir al 50% los rendimientos de las actividades profesionales de los cónyuges (agentes de seguros) no repercute en sus liquidaciones del IRPF. Los rendimientos profesionales corresponderán al conyugue que los haya obtenido y, por otra parte, la posterior puesta en común de aquellos rendimientos con los del otro conyugue no tiene ninguna incidencia fiscal. Procediendo por tanto la desestimación del recurso planteado. En el mismo sentido se pronuncia el TSJ de Navarra en Sentencia 1057/2000, de 15 de junio (JT 2000, 1612), donde se resuelve un asunto similar con los siguientes Fundamentos Jurídicos: SEGUNDO: La única cuestión que se plantea en estos autos, y sobre la que sala se ha de pronunciar, consiste en determinar a quien se deben imputar, a efectos de la determinación de la base del IRPF , los rendimientos derivados de la actividad profesional que se ejerce en el despacho de abogado-graduado social: si al actor en exclusiva, como entiende la Administración aquí demandada, o a éste y su conyugue (en la proporción que en su caso corresponda) como, por el contrario, estima el recurrente. En este sentido la parte actora fundamenta su pretensión en los siguientes motivos: 1.- El despacho, que es bien ganancial, se dedica fundamentalmente a la confección de nóminas y seguros sociales. En tal actividad participan el recurrente, que como abogado y graduado social realiza una función técnica y su esposa, que realiza funciones administrativas y de captación y mantenimiento de la clientela. 2.- Tanto el actor como su esposa figuran dados de alta en el régimen especial de trabajadores autónomos de la seguridad social. 3.- El día 1-2-1990 el actor y su esposa firmaron, como cotitulares del despacho, un contrato de colaboración profesional con dos de sus hijos. Dicho contrato fue presentado ante la Hacienda Foral (Sección gestora del ITP y AJD). - 40 - 4.- En la declaración-liquidación correspondiente al año 1986 el actor distribuyo los rendimientos derivados del ejercicio de la actividad profesionales entre él y su esposa. Dicha autoliquidación fue revisada y modificada por la Administración tributaria pero por un motivo distinto, de forma que en todo el proceso revisor se dejo intacta la citada distribución de rendimientos. Al modificarse en las liquidaciones ahora impugnadas la referida distribución, la administración esta actuando, en opinión del actor, en contra de sus propios actos. 5.- Por otra parte, el actor estima, con apoyo en una sentencia de la Sala de este orden jurisdiccional del TSJ de Valencia, que los órganos de gestión tributaria no son competentes para modificar la autoliquidación por él presentada en lo que se refiere a la imputación o distribución de los rendimientos de la actividad profesional entre los conyugues, ya que, en su opinión, para proceder a dicha modificación hubiera sido necesaria una labor de comprobación e investigación mas exhaustiva que necesariamente hubiera implicado la intervención de la Inspección de tributos. 6.- Ausencia de motivación de las liquidaciones impugnadas. 7.- Vulneración de lo dispuesto en el art. 24.1. bis del DF Leg 212/1986 (RCL 1986, 3957; RN 1986, 287 y LNA 1986, 2989) y del art. 38 de la LF 6/1992 ( Rcl 1992, 1449 y LNA 1992,137). 8.- Finalmente señala que, en el supuesto de que ninguno de los fundamentos impugnatorios fueran acogidos, de algún modo se tendría que tener en cuenta o valorar, a efectos de la liquidación del IRPF, el trabajo prestado por su esposa en el despacho. Y en este sentido apunta, a modo de sugerencia, que tal valoración podría basarse en las tablas de salarios del convenio colectivo de oficinas y despachos aplicables durante los años a que se refieren las liquidaciones impugnadas. TERCERO.- Examinado el expediente se observa, en primer lugar, que como acertadamente sostiene el actor las liquidaciones administrativas aquí impugnadas carecen de motivación alguna. Este hecho provoca indudable indefinición en el contribuyente y, por tanto, debe acarrear su anulación retrotrayendo las actuaciones al momento anterior a la comisión de tan palmaria y manifiesta infracción de lo dispuesto en el art. 121.2 de la Ley General Tributaria (RCL 1963, 2490; ndl 15243). Dada la instancia en que nos encontramos y los elementos de juicio de que dispone, carecería del mas mínimo sentido en este momento la retroacción del expediente para subsanar el defecto y llegar de nuevo a la misma conclusión, por lo que un elemental principio de economía procesal aconseja entrar en el fondo del asunto y resolver el conflicto que mantienen las partes. CUARTO.- En lo que se refiere a los ejercicios de 1990 y 1991, el art. 24.1 bis.b) 3 del TRIRPF de 3 de octubre de 1986 establecía, en la redacción dada al mismo por el art. 1 Cinco de la LF 14/ 1989, de 2 de agosto (RCL 1989, 2224; RN 1989, 192 y LNA 1989, 192), que: los rendimientos de actividades - 41 - empresariales, profesionales o artísticas se considerarán obtenidos por quien efectivamente ejerza la actividad. Se presumirá que ejerce la actividad el miembro de la unidad familiar que figure como titular de la misma en un registro de carácter fiscal u otros de carácter publico, salvo prueba en contrario. A su vez, y en lo que atañe a la declaración-liquidación correspondiente a 1992, el art. 38 de la LF 6/1992, de 14 de mayo, dispone, en relación con la individualización de los rendimientos de las actividades empresariales o profesionales que se consideran obtenidos por quienes realicen de forma habitual, personal y directa la ordenación por cuenta propia de los medios de producción y los recursos humanos afectos a las actividades. Se presumirá, salvo prueba en contrario, que dichos requisitos concurren en quienes figuren como titulares de las actividades empresariales o profesionales. A la luz de estos preceptos y de la autonomía de que gozan las normas tributarias respecto de las que se integran en otros sectores o ramas del ordenamiento (en especial, y en lo que ahora interesa, de las civiles y de las reguladoras de los diversos regímenes del sistema de la seguridad social), ninguna duda cabe de que el hecho de que el inmueble en el que se ejerce la actividad de abogado-graduado social tenga carácter ganancial carece de relevancia alguna en orden a la individualización de los rendimientos que de la misma se derivan. Y los mismo ocurre con el hecho de que fueran los dos conyugues quienes firmasen el contrato de colaboración profesional con dos de sus hijos. O de que la esposa figure dada de alta en el RETA, lo cual no es sino consecuencia de los dispuesto en el articulo 3.b) del D. 2530/1970, de 20 de agosto (RCL 1970, 1501, 1608; NDL 27459), que establece la obligatoria inclusión en dicho régimen del conyugue y los parientes de los trabajadores determinados en el número anterior que de forma habitual colaboren con ellos mediante la realización de trabajo en la actividad y siempre que no tengan la condición de asalariados respecto de aquellos. Ningún significado especial cabe atribuir tampoco, en orden a la resolución de la cuestión de fondo que aquí se plantea, al hecho de que en la declaración correspondiente al periodo impositivo de 1986 la Administración tributaria no modificase la distribución de los rendimientos efectuada por el actor, pues, evidentemente, una ilegalidad (por despiste o inadvertencia del funcionario que reviso aquella autoliquidación) no puede justificar otra, y el hecho de que no se modificara en modo alguno significa que se diera por buena. De hecho, desde el año 1988 la Administración ha corregido sin excepción todas las individualizaciones de los rendimientos de la actividad realizadas por el actor en sus autoliquidaciones, por lo que difícilmente cabe apreciar en su proceder la existencia de un criterio cambiante o vacilante. No vamos a dudar de la colaboración de su esposa en la actividad de abogadograduado social pero lo cierto es que de los datos obrantes en el expediente se deduce indubitadamente que quien efectivamente, de forma personal, habitual y directa, ejerce tal actividad es el actor y no su esposa, como lo demuestra: 1) el hecho de que en todos los recibos de honorarios girados a los diversos clientes (con la correspondiente retención a cuenta del IRPF) aparezca solo el nombre del actor como el prestador del servicio. 2) El hecho de que, de - 42 - acuerdo con el ordenamiento vigente, para el ejercicio profesional de la actividad de abogado y de graduado social se requiere una titulación que la esposa del actor no tiene (o al menos no ha acreditado tener), por lo que difícilmente puede ser ella quien de manera personal, habitual y directa la ejerza. Y todo ello, insistimos, sin poner para nada en tela de juicio la realidad de la colaboración prestada por la esposa en la actividad, mediante la realización de tareas de tipo administrativo y de la relación con los clientes. En consecuencia, de ningún modo se puede admitir que la liquidaciones que aquí se impugnan, en las que se imputa la totalidad de los rendimientos derivados de la actividad profesional al esposo, vulneren lo dispuesto en el art. 24.1 bis del TRIRPF/1986 y en el art. 38 de la LF 6/1992, pues antes al contrario, lo que en ellas se hace no es sino aplicar tales preceptos. Las tareas realizadas por su esposa en el despacho se hubieran podido valorar a efectos de la liquidación del IRPF, pero para ello hubiera sido necesario que la hubiere contratado laboralmente, de acuerdo con lo que a tal efecto disponía el art. 37.2 b) de la LF 6/1992, a tenor del cual se consideran gastos deducible para la determinación del rendimiento neto de las actividades empresariales y profesionales “las retribuciones estipuladas con el conyugue o los hijos menores de edad del sujeto pasivo, que trabajen habitualmente y con continuidad en las actividades empresariales o profesionales desarrolladas por aquel siempre que no sean superiores a las de mercado correspondientes a su cualificación profesional y al trabajo que desempeñen y resulte debidamente acreditada la existencia del oportuno contrato laboral y la afiliación de las mismas al régimen correspondientes de la Seguridad Social”. Dichas cantidades se considerarán obtenidas por el conyugue o los hijos menores de edad, en concepto de rendimientos de trabajo, a todos los efectos tributarios. Al no ser este el caso que ahora nos ocupa, resulta totalmente imposible que la Sala pueda hacerse eco de la sugerencia hecha por el actor en el fundamento 9 de su escrito de demanda. B. LA EMPRESA FAMILIAR EN EL IMPUESTO SOBRE EL PATRIMONIO 1. Diferenciación entre Patrimonio de la empresa familiar y Patrimonio personal del individuo. Primero empezaremos por diferenciar el patrimonio de las empresas familiares del patrimonio personal de los individuos. El art 1 de la Ley 19/1991, de 6 junio, reguladora del IP dice que, a efectos de dicho tributo, constituye el patrimonio neto de la persona física el conjunto de bienes y derechos de contenido económico del que sea titular con deducción de las cargas y gravámenes que disminuyan su valor así como de las deudas y obligaciones personales de las que deba responder. La definición que da el legislador incluye únicamente los bienes de las personas físicas, es decir, el total de bienes y derechos menos las obligaciones, cargas o deudas de la persona física. Son parte integrante del - 43 - patrimonio los bienes afectos y las participaciones en aquellas actividades económicas que se desempeñen y que pasan a formar parte del patrimonio del sujeto pasivo, siendo en consecuencia objeto de imposición. Para comprobar cuales son los bienes de una actividad económica individual se tendrá en cuenta su utilización, es decir, los inmuebles afectos en los que se desarrolla la actividad, así como los bienes destinados a los servicios económicos y socio-culturales del personal y cualesquiera otro elementos patrimoniales que resulten necesarios para la obtención de los respectivos rendimientos. Estos bienes quedan afectos con independencia de que su titularidad, en caso de matrimonio, resulte común a ambos conyugues. Si un conyugue lleva una actividad económica empleando bienes de ambos, la afectación se presume independientemente de que alguno de ellos no ejerza la actividad de forma efectiva. Se habilita la cesión de parte del patrimonio de un conyugue para que el otro pueda desarrollar su labor empresarial o profesional. Cada conyugue liquidará de forma individual el impuesto sobre el patrimonio, sin perjuicio de los elementos patrimoniales de carácter privativo de un conyugue que se cedan para la realización de la actividad económica del otro, los cuales no entran en la esfera que caracteriza esta previsión normativa al no ser comunes a ambos conyugues. También se pueden ceder elementos patrimoniales (inmuebles, maquinaria, equipos informáticos, vehículos etc.) por parte de miembros de una familia para el desarrollo de una actividad. Se deben contabilizar dichos bienes para que puedan considerarse afectos y tenerse presentes los requisitos necesarios para que se produzca una afectación parcial así como las prohibiciones del art. 21 del Real Decreto 1775/2004, de 30 de julio por el que se aprueba el Reglamento del IRPF. El art. 26.3, párrafo 2 del TRLIRPF dice que se entenderá que no ha existido afectación si se llevase a cabo la enajenación de los bienes o derechos antes de transcurridos tres años de aquella. 2. Hecho imponible del Impuesto sobre el Patrimonio. Supuestos de exención. Iter Normativo de las Exenciones: El art. 3 de la Ley 22/1993 de diciembre, de medidas Fiscales, de Reforma del Régimen Jurídico de la Función Publica y de la Protección por desempleo, introdujo, a partir del 1 de enero de 1994, una nueva exención que habría de añadirse a las ya existentes en el art 4 de la ley 19/1991. La exención va a entenderse en un doble ámbito: de una parte, los bienes y derechos afectos a actividades empresariales y de otra, determinadas participaciones en entidades. - 44 - Entre los fines asignados al Impuesto se debe distinguir entre bienes de consumo y de producción, en aras a otorgarles un tratamiento diferenciado, el cual puede consistir en no someter a gravamen exclusivamente a los primeros, en gravar a los primeros a partir de determinadas cuantías con objeto de favorecer a la pequeña y mediana empresa de carácter individual, o bien en someter a gravamen a ambos tipos de bienes, aunque aplicando criterios de valoración diferentes. Lo que se pretende con el IP es gravar la capacidad económica complementaria que representa la titularidad de un patrimonio neto. El objetivo básico de la exención es favorecer la inversión empresarial, fundamentalmente en el ámbito de la pequeña y mediana empresa (PYMES), de cara a lograr, mediante la aplicación del conjunto de medidas tributarias establecidas en la Ley, un fortalecimiento de la economía española. Los beneficios fiscales estaban pensados para las pequeñas y medianas empresas y no de forma directa para la empresa familiar. El reglamento tuvo lugar mediante el Real Decreto 2481/1994 de 23 de diciembre; En él se determinan los requisitos y condiciones de las actividades empresariales y participaciones en entidades para la aplicación de la exención en el Impuesto sobre el Patrimonio. 3. Elementos afectos a Actividades Económicas. Bienes y Derechos afectos a Actividades Empresariales o Profesionales. Originariamente se declaraban exentos los bienes y derechos necesarios para el desarrollo de las actividades empresariales ejercidas por personas físicas, excluyendo de la exención a los bienes y derechos afectos a las actividades profesionales. Con posterioridad se amplio la exención a los bienes y derechos afectos a actividades profesionales, otorgando, con efectos desde el 1 de enero de 1998, una nueva redacción al articulo de la Ley del IP que establece la exención con carácter general, esto es, el consabido art. 4 octavo de la Ley 19/1991. En la actualidad se ha de estar a lo dispuesto en los artículos 25 y 27 del texto refundido de la Ley del IRPF. En ellos se extiende la calificación de actividad económica a la dedicada al arrendamiento o compraventa de inmuebles, siempre que concurran en ello las circunstancias establecidas en el art. 25.2 del TRLIRPF, consistentes en la afectación de un local a la actividad y en la contratación de una persona a jornada completa. Se excluye de la consideración de bienes afectos a los destinados exclusivamente al uso personal del sujeto pasivo o de cualquiera de los integrantes del grupo de parentesco a que se refiere el articulo 5 del presente Real Decreto o a aquellos que estén cedidos, por precio inferior al mercado, a personas o entidades vinculadas de acuerdo con lo establecido en el articulo 16 de la Ley de impuestos sobre Sociedades. - 45 - El legislador sale al paso de situaciones de utilización particular de elementos patrimoniales que pretendan afectar a una actividad económica e impide esta posibilidad tanto si es para su utilización a favor de familiares como para entidades vinculadas a la empresa. No todo elemento afecto a una actividad empresarial o profesional va a resultar exento. Existen dos requisitos necesariamente: de carácter subjetivo que han de concurrir 1.- La actividad empresarial o profesional se ejerza de forma habitual, personal y directa por el sujeto pasivo. El IP constituye un tributo de carácter estrictamente individual y el ejercicio de la actividad es para cada sujeto independiente de la situación en la que se encontrase su conyugue o los restantes miembros de la unidad familiar El art. 3 de la Ley de Medida 66/ 1997 de 30 de diciembre otorgo una nueva redacción al apartado octavo del art. 4 de la Ley 19/ 1991, extendiendo la exención a los bienes y derechos comunes a ambos conyugues siempre que se utilicen en el desarrollo de la actividad empresarial o profesional de cualquiera de ambos y se cumplan los restantes requisitos exigidos para poder disfrutar de la misma. El RD 1704/1999 desarrolla la cuestión en sus art. 2.1 y 3.1: En caso de que no coincidan el conyugue que desarrolla la actividad y el conyugue titular de los bienes afectos a la misma, la exención alcanza tanto a los bienes privativos del conyugue empresario o profesional como a los bienes comunes del matrimonio. La exención se aplicará tanto en la declaración del conyugue titular de la actividad económica como en la del conyugue no ejerciente. En ningún caso los bienes privativos del conyugue que no desarrolla actividad económica alguna quedan amparados por la exención. El empresario individual puede actuar a través de un gerente del negocio familiar contratado al efecto sin que por ello disminuya su efectivo control sobre el mismo. El art. 11.4 del TRLIRPF contiene los requisitos citados que concurren en quienes figuren como titulares de las actividades económicas. Ejemplo: El caso de las personas incapacitadas, ya sea por tratarse de menores de edad o por hallarse judicialmente incapacitados. Estas personas no podrán desarrollar la actividad de forma habitual, personal y directa pero si podrán actuar a través de sus representantes legales, produciéndose los efectos en la persona del representante. Se da en ocasiones la presencia de circunstancia factible, al poder coincidir la figura del representante legal con la de los padres del menor o incapaz. El art. 7 del RD 1704/1999 dice que en el supuesto de menores de edad o incapacitados que sean titulares de los elementos patrimoniales o de las participaciones en entidades, los requisitos exigidos en el párrafo primero del apartado 1 del articulo 3 y la condición de que el sujeto pasivo ejerza efectivamente funciones de dirección en una entidad, establecida en el párrafo - 46 - d) del apartado 1 del articulo 5, se consideran cumplidos cuando se ajusten a los mismos sus representantes legales. Se puede extender la exención a los titulados siempre que los tutores cumplan estas exigencias. En las personas que están jubiladas, salvo que perciban pensiones que posibiliten desarrollar otro tipo de trabajo, se excluye cualquier posible actuación remunerada, ya sea autónoma o dependiente. O sea la imposibilidad de exención. Para Banacloche Pérez, la exención solo queda establecida para los elementos comunes a ambos conyugues y no se extiende al supuesto en que la comunidad tenga lugar con un tercero. Cuando la actividad económica se desarrolle bajo la forma jurídica de comunidades de bienes, sociedades civiles y demás entes carentes de personalidad jurídica debe estimarse que tendrán derecho a la exención aquellos comuneros en los que concurran los requisitos necesarios al efecto en la parte que corresponda su cuota de participación. La resolución de la DGT 2/1999 23 de marzo dice que cuando la actividad sea desarrollada por medio de una comunidad de bienes, sociedades sin personalidad jurídica o sociedad civil debe entenderse que son cada uno de los comuneros , participes o socios quienes desarrollan la citada actividad, sin que pueda considerarse que se trata de participaciones de una entidad a efectos del IP, siendo necesarios para poder disfrutar de la exención de los elementos afectos a la actividad el que cada comunero realice la misma de forma habitual personal y directa, de acuerdo con la normativa del IRPF y que cumplan los demás requisitos establecidos. 2.- La actividad empresarial o profesional constituya la principal fuente de renta del sujeto pasivo. Esta pensado para beneficiar a quien emplea la mayor parte de su equipo de trabajo en una actividad económica. Los negocios con pérdidas quedan al margen de la exención; el art. 15.1 del TRLIRPF dice que hay que entender por base imponible el importe de la renta disponible del contribuyente, expresión de su capacidad económica, para cuya determinación dispone el punto 2 del mismo artículo. Será el resultado de deducir de la suma de las denominadas parte general y parte especial de dicha base el mínimo exento personal y familiar, que reduce en primer lugar la parte general y en su caso la parte especial, sin que ninguna de ellas pueda resultar negativa. El momento del devengo a tener en cuenta a efectos del cómputo de la base imponible no plantea problema alguno ya que, a priori, coincide en ambos impuestos, produciéndose el 31 de diciembre. En caso de devengo anticipado por fallecimiento del contribuyente antes de dicho día, la exención correspondería a los herederos del difunto que hubiesen adquirido los bienes afectos a la actividad económica y que serian sus titulares a 31 de diciembre. El art 4.1 de la Ley del IP, en el sentido de que la actividad empresarial o profesional se ejerza por el sujeto pasivo y constituya su principal fuente de - 47 - renta, parece tomar en consideración únicamente la renta del sujeto pasivo, que es siempre la persona física individual y no la unidad familiar al poder esta ultima optar por la tributación conjunta. En los supuestos de tributación conjunta, habrá que atender a la porción de base imponible que le corresponda al sujeto que ejerce la actividad; esto impedirá acudir a las circunstancias familiares del resto de integrantes de la unidad familiar excepto en lo relativo a su parte del mínimo personal y familiar. Cuando el sujeto pasivo desarrolle más de una actividad, deberán ser computadas conjuntamente la totalidad de sus actividades en aras de poder calcular el rendimiento neto común a todas ellas. Se admite la exención de forma conjunta para todas las actividades económicas que lleve a cabo aquel siempre y cuando ejerza de forma habitual, personal y directa, debiendo calcular el importe de la renta sumando toda la obtenida de las diversas actividades desempeñadas. Si el contribuyente dispusiera de participaciones en entidades que reúnan las condiciones necesarias para estar exentas, las remuneraciones recibidas de dichas entidades tampoco van a ser computadas a efectos de la comparación. Bajo la normativa anterior, a pesar de que quedaban excluidas las remuneraciones derivadas de las participaciones exentas, se establecía un reenvío entre las dos exenciones mencionadas que, en la práctica, imposibilitaba de facto el cálculo de la principal fuente de renta en ambos casos. Actualmente, dada la interrelación existente entre ambas exenciones, siempre que se presente la posibilidad de gozar de exención por las participaciones y por la actividad individual desarrollada, lo primero que deberá determinarse es si respecto de las participaciones en entidades se dan o no los requisitos de porcentaje y de tipo de actividad. Si así fuera, deberá ponderarse la posible exención de la empresa individual pero sin considerar como uno de los elementos integrantes de la base imponible, a efectos de la comparación, las rentas percibidas por cualquier concepto de aquellas entidades en las que se participa con posibilidad de gozar de la exención. Permanecen inalteradas en cualquier caso, de conformidad con lo dispuesto por el apartado segundo del art. 2 RD 1704/1999, las reglas de valoración de los elementos afectos a la exención por lo que, en consecuencia, las deudas derivadas de la actividad se encontrarán igualmente exentas, no pudiendo practicarse su deducción como tales deudas del total del patrimonio bruto sujeto al IP. - 48 - 4. Participaciones en Entidades como bienes y derechos exentos del Impuesto. a) Participaciones en Entidades. El segundo gran bloque de la exención es el referente a las participaciones en entidades que reúnan determinadas condiciones. Una exención cuya delimitación resulta en ocasiones problemática; en torno a la misma se generan diversas dudas de carácter interpretativo. Su trascendencia dentro de nuestro sistema tributario es hoy incontestable, erigiéndose en punto de referencia para determinar los beneficios que respecto de las transmisiones lucrativas que quedan recogidas en el art 20 de la Ley 29/1987 reguladora del ISD. El art. 4, octavo, se limita a aludir a participaciones en entidades con o sin cotización en mercados organizados. Por lo que respecta a la normativa de desarrollo, dispone el apartado 1, párrafo segundo, del art. 4 que a los efectos se entenderá por participación la titularidad en el capital o patrimonio de una entidad. La exención se otorga a cualquiera que sea el formato que las mismas adopten, pudiendo abarcar aquella no ya solo a las empresas con forma societaria sino también a cualquier otra entidad que cumpla los requisitos exigidos y que no sea de las que no son consideradas como sujetos pasivos del IS. Tomar en consideración cualquier medio en base al cual pueda afirmarse que un sujeto persona física alcanza la titularidad en el capital o patrimonio de una determinada entidad. Desde el 1 de enero de 2004 la exención no solo corresponde a la plena propiedad o la nuda propiedad en caso de dominio escindido, sino también al usufructo vitalicio. Ello es consecuencia de la nueva redacción otorgada al apartado octavo del artículo 4 Ley 62/2003; el art. 4.2 del RD 1704/1999 será, en consecuencia, inaplicable cuando el usufructo tenga carácter vitalicio. El usufructo ha de ser vitalicio. El carácter vitalicio de un derecho es menos susceptible de ser objeto de operaciones de planificación fiscal de lo que puedan serlo los derechos temporales. Debe ser vitalicia la necesidad de aproximar el beneficio en IP al régimen del ISD en el que el usufructo sobre participaciones goza de una reducción de la base imponible del 95%. De acuerdo con la legislación mercantil, el usufructuario que no fuese socio parece claro que no participaría en el capital de la entidad; se derivaría, por tanto, la imposibilidad de aplicar la exención en tanto en cuanto el usufructuario carece de participación alguna en el capital de la entidad. El usufructo proporciona, en todo caso, el mismo porcentaje de participación que la nuda propiedad. En la mayoría de supuestos, el carácter vitalicio del usufructo llevará implícito el parentesco. En caso de parentesco entre el usufructuario y el nudo propietario, por coherencia con el contexto del que - 49 - procede la norma, el porcentaje de usufructo que debería cumplir en todo caso el usufructuario sería del 20%, impidiéndose que individualmente pudiera ser suficiente con el 5%. No hay posibilidad alguna de vincular la norma del IP con la del ISD al tratarse de un derecho que nunca va a ser hecho imponible de los dos impuestos; si nos hallamos ante un usufructo vitalicio, con el fallecimiento de su titular el derecho se extinguirá y no integrará el hecho imponible ni la base imponible del ISD correspondiente a esa herencia. También en las transmisiones “Inter vivos” deben buscarse efectos de la modificación del IP: Posibilidad de aplicar a la donación de un usufructo vitalicio el beneficio del que hasta el momento gozaba la donación de la plena o la nuda propiedad sobre participaciones exentas en el IP. La posibilidad de aplicar la reducción en la donación de un usufructo sobre participaciones exige determinar si resulta subsumible este supuesto en el caso de transmisión de participaciones “Inter vivos”. Al ser un requisito objetivo del beneficio, al donarse una participación lo que se esta exigiendo es que sobre la misma se proyecte un derecho de propiedad, ya sea esta de carácter pleno o nuda propiedad. Precisamente, por el hecho de que en el IP se encuentre exento, el usufructo vitalicio no aporta ampliación alguna del beneficio para la donación de participaciones. La transmisión “Inter vivos” de este tipo de derechos no produce la incidencia de la modificación en el requisito de mantenimiento de los bienes durante diez años gozando de exención. La DGT descarta esta opción a consulta de 3 de diciembre, en el supuesto consultado: Al no tener el no residente una totalidad de rendimientos empresariales, profesionales y de trabajo personal, no puede considerarse cumplida la condición establecida en la letra d) del artículo 4, por lo que no puede aplicársele la exención en el impuesto sobre el patrimonio. La norma no impide que dicho sujeto pueda disfrutar de la exención. El sujeto podrá cumplir sin problema alguno las funciones de dirección en las mismas entidades y al ser un contribuyente residente en nuestro país, resultaría perfectamente posible comprobar la totalidad de los rendimientos obtenidos de otras fuentes. El hecho de que el art. 4 octavo no distinga al respecto entre las entidades residentes y no residentes contribuye además a reforzar esta consideración. b) Requisitos relativos a la Entidad Participada. Los requisitos que ha de reunir la entidad participada pueden ser reducidos a tres: a) La entidad no puede tener como actividad principal la gestión de un patrimonio mobiliario o inmobiliario. - 50 - Se ha de entender por actividad principal aquella que proporcione una mayor renta a la entidad, aunque no llegue a representar el 50% de la renta total de la misma. Se estableció que las sociedades Holding se encontraban amparadas por la exención considerando que dichas entidades holding desarrollan una actividad económica y no una actividad de gestión de un patrimonio mobiliario siempre que concurran varias circunstancias: La ley de medidas 13/1996 ya establece que se considera que una entidad no gestiona un patrimonio mobiliario o inmobiliario cuando, de conformidad con lo dispuesto por el art. 75 de la antigua Ley 43/1995 de 27 de diciembre reguladora del impuesto de sociedades, la referida entidad no tenga la consideración de sociedad de mera tenencia de bienes o de sociedad tenedora de valores. La DGT dice que lo que la ley pretende para que resulte de aplicación la exención es que la entidad, cuyas participaciones puedan resultar exentas, realice de manera efectiva una actividad empresarial y no de gestión de un patrimonio mobiliario o inmobiliario. No existe un concepto en la ley de lo que por tal gestión se entiende pero su delimitación se desprende de la equiparación que expresamente hace la norma con la actividad de las entidades en que mas de la mitad de su activo este constituido por valores o que sea susceptible de calificarse como de mera tenencia de valores. b) Si la entidad reviste forma societaria no deben concurrir las condiciones establecidas en el art. 75 de la antigua ley 43/1995 Quedan excluidas de la exención las participaciones de entidades susceptibles de pertenecer al régimen de transparencia fiscal, tanto si son sociedades de mera tenencia de bienes como si son sociedades de cartera, de profesionales o aquellas que obtengan la mayoría de ingresos de actividades artísticas y deportivas. Tras la reforma operada por la reiterada Ley de Medidas 66/1997, se excluyo la exigencia de este requisito para las sociedades de profesionales. Desde el 1 de enero 2003, la ley 51/ 2002 permitía la exención en los supuestos de transparencia fiscal de las sociedades de profesionales. Por lo que respecta a la materia objeto de nuestro análisis, la modificación introducida carece de toda relevancia; las sociedades de profesionales no constituyen un supuesto de sociedad patrimonial. El art 61.1 del TRLIS atribuye el carácter de sociedad patrimonial a aquella en la que se cumpla una de las dos circunstancias siguientes: que más del 50% del capital social pertenezca a un grupo familiar o que más del 50% pertenezca a diez o menos socios. Tienen la consideración de sociedades patrimoniales aquellas en las que más de la mitad de su activo no esté afecto a la realización de actividades empresariales o profesionales en el sentido en que ambas se definen en el IRPF. Art. 61.1 TRLIS en su letra b) dice que por grupo familiar debe entenderse a estos efectos el que esta constituido por personas unidas por vínculos de - 51 - parentesco en línea directa o colateral, consanguínea o por afinidad, hasta el cuarto grado inclusive. El concepto de grupo familiar que establece el TRLIS no coincide con el elenco de familiares a los que alude el art. 915 y ss del C.C., de carácter mucho mas reducido al establecerse la vinculación únicamente hasta el segundo grado en lugar de hasta el cuarto como efectúa el art. 61.1. Siempre que estemos ante una entidad que pueda ser catalogada como patrimonial, no desempeñando efectivamente una actividad económica de producción de bienes o de prestación de servicios en el mercado como es el caso de la gestión de un patrimonio, no podrá disfrutar de la exención contenida en el citado artículo. c) La entidad participada no puede ser una institución de Inversión Colectiva. Tienen por objeto la gestión de un patrimonio mobiliario. De sobra es conocido que las instituciones de inversión colectiva presentan un régimen fiscal especial muy favorable, configurándose como los vehículos idóneos para la inversión colectiva. Es incompatible con el concepto de empresa familiar y con el de inversión en participaciones con intención de ejercer una actividad económica a través de participaciones significativas en acciones de otras empresas. La imposibilidad de acceder a la exención de las Instituciones de inversión Colectiva no tiene por que suponer que sus participaciones no puedan, en determinados supuestos, considerarse afectas a la actividad desarrollada por otra entidad a través de la cual se posean dichas participaciones. Amparándose en la exclusión de la exención de aquellas entidades que no realicen de manera efectiva una actividad económica y que tengan por actividad principal la gestión de un patrimonio mobiliario o inmobiliario, la DGT tiene admitido el beneficio fiscal para las participaciones en una sociedad de inversión mobiliaria de capital variable en dos supuestos: si su precio de adquisición no supera el importe de los beneficios no distribuidos obtenidos por la entidad y siempre y cuando provengan del ejercicio de actividades empresariales y profesionales, en concordancia con la regulación establecida para las entidades en régimen de sociedades patrimoniales, reguladas en los arts. 61 a 63 del TRLIS. Situación distinta a la hasta ahora analizada sería aquella en la que, no obstante formar parte del activo de la sociedad matriz una participación en una SIMCAV, ésta representase en el activo de la tenedora menos de la mitad del mismo, de forma que se entendiera que no realiza una actividad de gestión patrimonial y que, por lo tanto, se entendiese que lleva a cabo una actividad económica. La cuestión se plantearía entonces no respecto del acceso a la exención que procedería en cuanto se cumplieren los restantes requisitos legales sino de su ámbito objetivo o extensión o, aun mejor, de la determinación de su importe. - 52 - Pueden devenir exentas las participaciones en Instituciones de inversión colectiva en aquellos casos en los que una entidad posea como cartera de inversión temporal valores de este tipo de instituciones, sin que signifique que los títulos no están afectos a la actividad. Será necesario precisar su adecuación y proporcionalidad al resto de los activos de la entidad así como al tipo de actividad a que se dedica, a su volumen y a los restantes parámetros. c) Requisitos que se refieren al titular de las participaciones. Que el sujeto pasivo titular de las participaciones se encuentre directamente relacionado con la correspondiente entidad participada, tanto desde una perspectiva de carácter patrimonial como desde la referente a la gestión de dicha entidad. El porcentaje mínimo de participación en la entidad exigido para el cálculo de la exención puede obtenerse de dos formas distintas, siendo suficiente la concurrencia de una sola de ellas para la aplicación de aquella. Con carácter individual el porcentaje mínimo de participación continúa situado en el 15%. Y por lo que respecta al grupo familiar, el porcentaje mínimo de participación quedó cifrado en el 20%. Por grupo familiar definido deberemos considerar el formado por el propio sujeto pasivo, su conyugue, ascendientes, descendientes o colaterales de segundo grado, ya lo sean por consaguinidad, afinidad o adopción. Tras la modificación introducida por la Ley 51/ 2002 en el art. 4, el porcentaje de participación necesario para obtener la exención cuando el computo se haga de forma individual se cifró en un 5%. Por otra parte, esta reducción del porcentaje de participación individual del sujeto en la entidad del 15% al 5% contribuye a una ampliación del ámbito de aplicación de este beneficio fiscal al permitirse que no sea únicamente un sujeto individual el que pueda disfrutar del beneficio fiscal, sino un grupo familiar o grupo de parentesco. Con la reducción del porcentaje al 5%, y a diferencia de o que sucedía con anterioridad a esta ultima reforma, ya no será necesario tener que interponer una concreta entidad entre el sujeto que desea gozar de la exención y la sociedad participada para poder ganar la misma. Para el computo del porcentaje en cada sociedad, si hubiese varias, se deberá estar a los vínculos familiares y a los límites indicados de firma separada para cada una de ellas, por lo que podrá suceder en ocasiones que no se alcance el mínimo legal exigido, ya que algunos sujetos pueden formar parte de unas u otras. Nótese por tanto que lo relevante no es acudir al mismo sujeto en todas las situaciones, sino a distintos individuos al objeto de poder computar correctamente el volumen en el capital del grupo. Para poder beneficiarse de la exención cada sujeto pasivo debe tener al menos una participación. En caso contrario no existiría bien alguno respecto al que se pudiese declarar dicha exención. - 53 - En cuanto a las participaciones en el capital social, es necesario que se trate de participaciones directas en el capital de la entidad ya que lo que se pretende es beneficiar a aquellas pequeñas y medianas empresas en las que existe un compromiso personal y firme del propietario con su gestión con una aportación importante en el capital de la entidad por parte de éste. El reglamento, en sus arts. 4.1 y 5.2, se refiere a la necesidad de una titularidad directa por parte del sujeto pasivo sobre la participación pero solo a efectos de poder identificar las participaciones exentas y no de cara a regular el cálculo del porcentaje que el contribuyente debe tener en la entidad. La ley exige simplemente la tenencia de una participación, sin distinguir si la misma ha de ser directa o indirecta; podría considerarse la posibilidad de tener en cuenta esta últimas posibilidad en el calculo porcentaje. Si la norma exige una titularidad directa sobre la participación, el cálculo del porcentaje tendrá que referirse exclusivamente a esas participaciones. Se deben ejercer funciones directivas en el seno de la entidad: Las funciones de dirección en el seno de la entidad, las puede cumplir cualquier persona integrante del grupo familiar, beneficiándose de este modo al resto del grupo, directores de departamento, consejeros y miembros del consejo de administración u órgano de administración equivalente. Se ha de acreditar, por cualquier medio admitido en derecho, la vinculación al cargo de directivo que efectivamente corresponda. El Art 5.1 d) del reglamento determina que cargos integran estas funciones de dirección. Son los de presidente, director general, gerente, administrador, directores de departamentos, consejos y miembros del consejo de administración u órgano de administración equivalente. Se ha de acreditar, por cualquier medio admitido en derecho, la vinculación al cargo directivo que efectivamente corresponda. El sujeto debe tener una actuación que implique una efectiva intervención en las decisiones, lo que no obsta, sin embargo, a que se tenga que comprobar en cada caso concreto el correcto cumplimiento de este requisito, evitando así conductas defraudatorias. Como consecuencia de que no existe ninguna presunción de ejercicio efectivo por el simple hecho de acreditar como prueba el correspondiente contrato o nombramiento, el sentido teológico del precepto impide que se pueda identificar el simple nombramiento con un efectivo ejercicio de las funciones directivas. En pago a las funciones de dirección ejercidas en la entidad, el sujeto pasivo debe percibir una remuneración que represente más del 50% de la totalidad de sus rendimientos empresariales, profesionales y de trabajo personal. - 54 - Si un mismo sujeto pasivo participa directa y simultáneamente en varias entidades, reuniendo cada una de dichas participaciones el conjunto de requisitos anteriormente señalado para obtener la exención, deberá realizarse de forma separada para cada una de las entidades participadas. No se computarán para el cálculo del porcentaje que representa la remuneración por las funciones de dirección ejercidas en cada una de las entidades participadas, respecto de la totalidad de los rendimientos empresariales, profesionales y del trabajo personal, los rendimientos derivados de las funciones en las otras entidades. El total de rentas obtenidas es individual en relación con cada sociedad, simulándose que se tiene parte de capital en una nada más y procediéndose de igual modo con las restantes. Si las sociedades en cuestión están vinculadas entre si, pudiéndose incluso dar lugar a la formación de un grupo de sociedades, no puede tenerse por actividad principal la gestión de un patrimonio mobiliario o inmobiliario si no se reúnen las condiciones necesarias para que la entidad pueda ser considerada como aquella en la que más de la mitad de su activo esta constituido por valores o si constituye una sociedad patrimonial. La interposición de entidades no puede comportar una extensión de la exención del IP para bienes o derechos no afectos al ejercicio de actividad económica alguna. Si la entidad fuese considerada en régimen de sociedades patrimoniales, los sujetos pasivos no podrían acudir a la exención. Si existe un grupo de sociedades, la exención podrá alcanzar a la participación de los titulares en la entidad matriz, siempre y cuando se cumplan el conjunto de condicionantes a los que hemos hecho referencia. La remuneración percibida por ejercicio de funciones directivas no debe ser comparada con la totalidad de la base imponible del contribuyente. Se debe proceder a realizar una suma algebraica de la totalidad de los rendimientos en cuestión, ya sean estos positivos o negativos. Quedan excluidos los rendimientos del capital mobiliario. La finalidad de la exclusión de los dividendos no es otra que potenciar el acceso a la exención. Entre los rendimientos percibidos por el desarrollo de labores de dirección no deben incluirse las retribuciones del trabajo percibidas por el sujeto pasivo en base a tareas distintas a las directivas, ni tampoco las percibidas en atención a su condición socio, accionista o asociado, las cuales constituyen rendimientos del capital mobiliario, tal como establece la ley. Tampoco deben computarse aquellos rendimientos derivados de actividades cuyos bienes y derechos afectos gocen de exención. El ámbito de aplicación de la exención de participaciones en entidades que se logra con esta medida resulta considerable si el contribuyente no ejerce labores reales de dirección pero percibe una determinada remuneración derivada del simple hecho del nombramiento, de unos servicios prestados en - 55 - representatividad de su cargo o de la responsabilidad que de este ultimo pueda llegar a derivarse. d. Determinación del importe objeto de la exención. El cálculo del porcentaje de exoneración deberá realizarse multiplicando por 100 el cociente resultante de dividir el conjunto de activos afectos menos las deudas inherentes a la actividad entre el valor total del patrimonio neto de la entidad, por tanto tenemos que: Activo afectos- deudas de la actividad % de exoneración = --------------------------------------------------- por 100 valor total patrimonio neto de la entidad Se cuantifican las participaciones que pueden llegar a beneficiarse de esta medida; Se determinan los activos necesarios para la actividad y se deduce de dichos activos las deudas de la misma; se procederá a valorar la totalidad del patrimonio neto de la entidad, a hallar la proporción existente entre los activos necesarios menos las deudas y el patrimonio neto y a aplicar el coeficiente de la proporción indicada sobre el valor de las participaciones, de cara a poder conocer la cuantía concreta de la exención. Se garantiza que la exención se proyecte justamente sobre los elementos patrimoniales afectos a la actividad económica que cumplan las exigencias legales a través de un mecanismo que permita precisar la parte del patrimonio de la entidad necesaria para el ejercicio de la actividad. El valor de los activos y de las deudas será el derivado de la contabilidad, la cual debe reflejar fielmente la verdadera situación patrimonial de la entidad. En defecto de contabilidad, la determinación de dichos valores ha de efectuarse de acuerdo con los criterios establecidos en el propio impuesto sobre el patrimonio Los elementos cedidos a personas o entidades vinculadas directa o indirectamente con la entidad participada no podrán, en ningún caso, considerarse como afectos a la actividad económica. Sucede con los destinados de modo exclusivo al uso particular del contribuyente titular de la participación. Para determinar si un elemento patrimonial se halla o no afecto a una concreta actividad económica se ha de acudir a la normativa del IRPF. 5. Normas comunes a la aplicación de ambas exenciones. Son tres las normas de carácter común que deben ser tenidas en cuenta para poder articular la aplicación, tanto de la exención relativa a los bienes y derechos afectos a actividades empresariales o profesionales como la referente a las participaciones en entidades: - 56 - 1.- Debe tenerse presente que los requisitos y condiciones necesarios para la aplicación de ambas exenciones han de tener lugar en el momento del devengo del impuesto . 2.- Cabe la posibilidad de que, bien el titular de la actividad económica o bien el titular de las participaciones en entidades, resulte ser menor de edad o se halle incapacitado. Ejemplo: Un supuesto de adquisición “mortis causa”, por parte de estas personas, de las participaciones o del conjunto de los bienes y derechos afectos que integran la actividad. En estos casos cuando sean sus representantes lo que realicen el ejercicio de la actividad económica habitual, personal y directamente o quienes lleven a cabo las funciones de dirección, se entenderán cumplidos los requisitos necesarios para la exención relativos a los elementos patrimoniales afectos a actividades económicas y a la tenencia de las participaciones en entidades respectivamente. 3.- La función de control desempeñada por el Impuesto sobre el patrimonio exige que, con independencia de la exención por los bienes , derechos y deudas afectas a las actividades económicas o por las participaciones en entidades , tanto dichos bienes , derechos y deudas, correspondientes a las actividades económicas exentas como las referidas participaciones en entidades o la parte del valor de las mismas igualmente exentas, deban hacerse constar expresamente en la declaración del sujeto pasivo del IP . 6. Valoración de Elementos Patrimoniales. La ley 19/1991 opta por el establecimiento de un repertorio de valoraciones administrativas, configurando el legislador unos criterios diferenciados en función de la naturaleza y categoría de los distintos bienes y derechos de los que resulte titular el sujeto pasivo. La finalidad no es otra que la de potenciar la facilidad en la gestión del impuesto así como su finalidad censal en el sistema tributario; no se ha optado por un criterio de valoración, sino por diferentes valoraciones administrativas según la categoría de bienes y derechos, al igual que ocurría con el impuesto extraordinario sobre el patrimonio de las personas físicas, al suponer un mejor control y facilitar la gestión del impuesto por parte de la administración. No existe un criterio básico y unitario de valoración, introduciéndose en cambio una extensa gamas de criterios fijados en función de la naturaleza y categoría de cada elemento patrimonial. Con carácter subsidiario y residual, cuando no esta prevista norma concreta de valoración, podrá acudirse al mercado de valores. - 57 - C. LA EMPRESA FAMILIAR Y EL IMPUESTO SOBRE SUCESIONES Y DONACIONES: REDUCCION EN LA BASE IMPONIBLE DEL IMPUESTO SOBRE SUCESIONES Y DONACIONES EN LA TRANSMISION DE LA EMPRESA FAMILIAR 1. Reducción en la base imponible del IS y D Articulo 20 de la Ley 29/1987, de 18 de diciembre, del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, en los apartados 1, 2, 4, 5 y 6, dice que se debe reducir a practicar en ciertos casos las transmisiones de empresas familiares. Los apartados 2.c) y 6 establecen el núcleo básico de la regulación de estas reducciones. Los beneficios fiscales que pueden afectar a la empresa familiar podemos encontrarlos en la Ley 29/1987, de 18 de diciembre, que regula el impuesto (normativa estatal) y que son las reducciones de la base imponible del Impuesto sobre Sucesiones, en la Ley 19/1995, de 4 de julio de Modernización de las Explotaciones Agrarias y en la normativa que, en materia de reducciones, hayan establecido las Comunidades Autónomas. El artículo 20.2.c) LIS y D delimita también la reducción a la empresa individual, negocio profesional o participaciones en entidades siempre que se aplique la exención del articulo 4.8 de la Ley del Impuesto sobre el Patrimonio. La normativa del IS y D se remite a la normativa del Impuesto sobre el Patrimonio; el requisito previo para gozar de las bonificaciones en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones es que los elementos sobre lo que se aplica la bonificación están exentos en el Impuesto sobre el Patrimonio del causante o donante. Solo son susceptibles de reducción los bienes que al fallecimiento del causante, resulten exentos en el Impuesto sobre el Patrimonio de dicho causante. Deben concurrir los requisitos del art. 4.8 de la LIP desarrollados por el Real Decreto 1704/1999. Solo son susceptibles de reducción en la medida que puedan gozar de la exención en el Impuesto sobre el Patrimonio. En Sentencia del tribunal Superior de Justicia de Madrid de 16 de enero de 2004 (JUR 2004, 231745) se desestima la aplicación de la reducción prevista en el articulo 20.2.c de la Ley del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones por no cumplirse el requisito de la exención en el Impuesto sobre el Patrimonio, en su Fundamento Jurídico Cuarto se puede leer: “Por ultimo y respecto de la reducción que pretende obtenerse en la base liquidable de acuerdo con lo previsto en el articulo 20.2.c) de la Ley de Impuesto (RCL 1987,2636) que nos ocupa en relación con el art. 4 de la Ley 19/1991, de 6 de junio ( RCL 1991,1453,2389), RESPECTO DE LA SOCIEDAD Alfa novara Uno, SL , cabe señalar que para que pueda ser tenida en cuenta es preciso que sea de aplicación la exención prevista en el citado apartado 8 en el sentido de que los bienes y derechos están exentos del Impuesto sobre el Patrimonio si son necesarios para el desarrollo del modo habitual, personal y - 58 - directo de actividad por el sujeto pasivo y constituyan su fuente principal de renta, lo cual ni se ha acreditado ni consta de forma alguna en las presentes actuaciones, no habiéndose aplicado tal exención por la causante en su declaración del Impuesto sobre el Patrimonio en los años anteriores a su fallecimiento”. Esto nos conduce a la desestimación del recurso también en este punto. El Impuesto sobre el Patrimonio es excesivo, conecta dos impuestos que no tienen rasgos de similitud. Articulo 20.2.c) de la Ley de Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, nos remite a cumplir las condiciones del articulo 4.8 de la Ley del IP y así aplicar la exención de la transmisión global de una actividad económica; no emplea un criterio uniforme para definir el grado de parentesco que permite acumular las participaciones en una entidad por parte de los familiares. La Ley del Impuesto sobre el Patrimonio hace alusión a los familiares hasta el segundo grado. La exención “mortis causa” del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones permite hasta el tercer grado, en ausencia de descendientes o adoptados. En las transmisiones “ínter vivos” se incluye al cónyuge y a los descendientes o adoptados. La Resolución 2/1999 de la DGT concreta la cuestión al considerar que las transmisiones "mortis causa" determinan la concurrencia de la exención en el IP a efectos de la aplicación de la reducción y atiende a la fecha de fallecimiento del causante. Estas reducciones se deben aplicar en los supuestos de transmisión de una empresa familiar y cumplir los requisitos que se requieran para la aplicación de las exenciones que, según se prevé en el Impuesto sobre el Patrimonio, pueden disfrutar las empresas familiares. El fin de reducir es beneficiar la transmisión “mortis causa” de una empresa individual, sea un negocio profesional o de participaciones en entidades, que sea realizada por familiares; la titularidad debe ostentarse durante el plazo de diez años. Esto es determinante para aplicar la reducción, tanto la transmisión de la empresa individual como el negocio profesional y participaciones en entidades y cumplir con lo establecido en la exención que corresponda al Impuesto sobre el Patrimonio prevista en el articulo 4.8 de la Ley reguladora de este Impuesto. El hecho imponible del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, establecido en el artículo 3 de la Ley 29/1987, de 18 de diciembre, del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones esta constituido por alguna de las siguientes situaciones: a) La adquisición de bienes y derechos por herencia, legado o cualquier otro titulo sucesorio. b) La adquisición de bienes y derechos por donación o cualquier otro negocio jurídico a titulo gratuito e “ínter vivos”. - 59 - c) La percepción de cantidades por los beneficiarios de seguro sobre la vida cuando el contratante sea persona distinta al beneficiario, salvo en los supuestos expresamente regulados en la normativa del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Si se producen incrementos de patrimonio por ser obtenidos por personas jurídicas, deben estar sujetos al Impuesto sobre Sociedades. Cualquier otro titulo sucesorio, comprende una serie de figuras de distintos contenido: a) Donaciones mortis causa. Contratos sucesorios: Cantidades asignadas por los testadores a los albaceas, que excedan de lo establecido por uso o costumbre o del 10% del valor del caudal hereditario. La percepción de cantidades que las entidades entreguen a los familiares de los empleados fallecidos. Se consideran como donación o cualquier otro negocio jurídico a titulo gratuito “ínter vivos” algunas otras situaciones entre las que se encuentran incluidas: Renuncia de derechos a favor de persona determinada. Supuestos de condonación de deuda, asunción de deuda, transacción, desistimiento y allanamiento, siempre que se realicen por puro animo de liberalidad. Cantidades percibidas por beneficios de seguro de vida distintos del contratante en el caso de seguro sobre la vida para caso de supervivientes del asegurado. Contrato individual de seguro para caso de fallecimiento del asegurado, cuando sea persona distinta del contratante. El beneficio fiscal esta contenido en el articulo 20.2.c) de la Ley del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, que establece una exención del 95% del ISD cuando se transmita “mortis causa” la empresa familiar a los familiares con el grado de parentesco establecido en la norma. Esta vinculación no significa que la norma defina el término; establece que la transmisión de una empresa a personas con el grado de parentesco que establece el precepto está exenta de gravamen. Mediante el establecimiento de esta exención se pretende un fortalecimiento de la economía española, y concede ventajas fiscales a la pequeña y mediana empresa española; esta norma no pensó en la empresa familiar como destinatario directo de la misma, aunque sean - 60 - muchas empresas familiares las que se hayan beneficiado de esta medida al cumplir los requisitos de una pequeña y mediana empresa. El artículo 20.2.c) LIS y D establece: En los casos en los que en la base imponible de una adquisición mortis causa que corresponde a los conyugues, descendientes o adoptados de la persona fallecida, estuviese incluido el valor de una empresa individual, de un negocio profesional o participaciones en entidades, a los que sea de aplicación la exención regulada en el apartado octavo del articulo 4 de la Ley 19/1991 , de 6 de junio (RCL 1991, 1453), del Impuesto sobre el patrimonio , o el valor de derechos de usufructo sobre los mismos o de derechos económicos derivados de la extinción de dicho usufructo, siempre que con motivo del fallecimiento se consolidara el pleno dominio en el conyugue, descendientes o adoptados o percibieran estos los derechos debidos a la finalización del usufructo en forma de participaciones en la empresa, negocio o entidad afectada, para obtener la base liquidable se aplicara en la imponible, con independencia de las reducciones que procedan de acuerdo con los apartados anteriores, otra del 95 por 100 del mencionado valor, siempre que la adquisición se mantenga durante los diez años siguientes al fallecimiento del causante, salvo que falleciera el adquirente dentro de ese plazo. Si no existen descendientes o adoptados, la reducción será aplicada a las adquisiciones por ascendientes, adoptantes y colaterales, hasta el tercer grado y con los mismos requisitos que los anteriores. Cuando en la base imponible le corresponde por una adquisición “mortis causa”, sea del conyugue, descendiente o adoptados de la persona fallecida, también incluir bienes comprendidos en apartados uno, dos o tres del articulo 4 de la Ley 19/1991 del Impuesto sobre el Patrimonio, en cuanto integrantes del Patrimonio Histórico Español o del Patrimonio Histórico o Cultural de las Comunidades Autónomas, se aplicara, una reducción del 95 por 100 de su valor. Si no se cumple el requisito de permanencia, se debe pagar la parte del impuesto que se ha dejado de ingresar como consecuencia de la reducción que se practica y los intereses de demora. Con esta medida se quiere beneficiar a la empresa individual, negocio familiar o participaciones en entidades, y estas medidas contenidas en los dos preceptos señalados se interpretan según el artículo 4.8.1 de la Ley del Impuesto sobre el Patrimonio donde se prevé un exención a favor de los bienes y derechos de las personas físicas en su actividad empresarial o profesional, así como participaciones en entidades, con o sin cotización oficial. - 61 - 1) Requisitos para la reducción en transmisiones lucrativas “mortis causa”. Las reducciones, que se aplican a la base imponible del impuesto y cuya resultante es la base liquidable del impuesto, son las que se prevé en la normativa del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, en la Ley 19/1995 de 4 de julio de Modernización de las Explotaciones Agrarias de carácter estatal y las que se prevean en la normativa de las Comunidades Autónomas, así como también las reducciones propias que dicten en virtud de sus competencias normativas. El articulo 20.2.c) de la Ley del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones establece su ámbito subjetivo y objetivo. En el ámbito subjetivo de aplicación de esta norma son los grupos familiares que integran empresas a las que dan el calificativo de familiares. Debe haber un nexo de unión familiar entre el sujeto pasivo y el causante de la transmisión. En cuanto a la relación entre causante y heredero se da una Resolución de la DGT de 8 de julio de 2005, 206232, que, en contestación a una consulta, señalo la referencia a si, a efectos de una transmisión, las nueras, son descendientes en primer grado por afinidad y, en consecuencia, posibles beneficiarios de la reducción en la base imponible del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones prevista en el articulo 20.5 de su ley reguladora, 29/1987, de 18 de diciembre, mientras se mantenga el vinculo de parentesco. La aplicación de la reducción exigirá el cumplimiento de los requisitos que detalla dicho articulo y apartado: En los casos de transmisión de participaciones “ínter vivos”, en favor del cónyuge, descendientes o adoptados, de una empresa individual, un negocio profesional o de participaciones en entidades del donante a los que sea de aplicación la exención regulada en el apartado octavo del artículo 4 de la Ley 19/1991, de 6 de junio, del Impuesto sobre el Patrimonio, se aplicará una reducción en la base imponible para determinar la liquidable del 95 % del valor de adquisición, siempre que concurran las condiciones siguientes: a. Que el donante tuviese sesenta y cinco o más años o se encontrase en situación de incapacidad permanente, en grado de absoluta o gran invalidez. b. Que, si el donante viniere ejerciendo funciones de dirección, dejara de ejercer y de percibir remuneraciones por el ejercicio de dichas funciones desde el momento de la transmisión. A estos efectos, no se entenderá comprendida entre las funciones de dirección la mera pertenencia al Consejo de Administración de la sociedad. c. En cuanto al donatario, deberá mantener lo adquirido y tener derecho a la exención en el Impuesto sobre el Patrimonio durante los diez años siguientes a la fecha de la escritura pública de donación, salvo que falleciera dentro de este plazo. Distinto es el supuesto que se resuelve en Resolución de la DGT de 9 de septiembre de 2004 (JUR 2004, 284840) donde el consultante se refiere a - 62 - vínculos familiares y supuestos en los cuales no se admite la bonificación por la transmisión de empresas en el ISD. La reducción se aplicara en dos supuestos: cuando se trate de la transmisión de una empresa individual o negocio profesional y cuando se transmitan participaciones en entidades. En la trasmisión de la empresa individual o negocio profesional, establece que la reducción en la base imponible se aplicará cuando en la base imponible del impuesto se incluya el valor de una empresa individual o de un negocio profesional o el derecho de usufructo sobre los mismos. La empresa se considera en este precepto como un conjunto unitario, a diferencia del Impuesto sobre el Patrimonio donde la exención prevista se aplica a los bienes y derechos de las personas físicas necesarios para el desarrollo de su actividad. Banacloche Palao ha precisado que la opción del legislador estatal por la conceptuación de la empresa como unidad dinámica no carece de importancia ya que tendrá consecuencias a la hora de interpretar los problemas relacionados con la valoración del patrimonio empresarial o profesional que integre el caudal relicto. Varios son los requisitos exigidos para poder aplicar la reducción: 1.- Que se trate de la transmisión de una actividad considerada actividad económica y que sea ejercida de forma habitual, personal y directa por el sujeto pasivo, que es el transmitente en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Son rendimientos íntegros de actividades económicas los que proceden del trabajo personal y del capital conjuntamente o de uno solo de estos factores y supongan por parte del contribuyente la ordenación por cuenta propia de medios de producción y de recursos humanos o de uno de ambos y cuyo fin sea intervenir en la producción o distribución de bienes o servicios. Estarán incluidos en dicho concepto los rendimientos de actividades extractivas, de fabricación, comercio o prestación de servicios, incluidas las de artesanías, agrícolas, forestales, ganaderas, pesqueras de construcción mineras y el ejercicio de profesiones liberales, artísticas y deportivas. Se entiende que el arrendamiento de un inmueble se realiza como actividad económica, únicamente cuando concurran las siguientes circunstancias: a) Que en el desarrollo de la actividad se cuente, al menos, con un local exclusivamente destinado a llevar a cabo la gestión de dicha actividad. b) Que para la ordenación de aquella se utilice, al menos, una persona empleada con contrato laboral y a jornada completa. Esta actividad económica debe ser llevada a cabo de forma habitual personal y directa por el sujeto pasivo que es el transmitente en el impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. - 63 - La Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de 13 de mayo de 2005 JT 2005. 1151, declara improcedente la bonificación del 95% prevista en el artículo 20.2.c de la LISD por no acreditarse la concurrencia de los requisitos previstos en el articulo 40 de la LIRPF/1991, que son los que se deben cumplir para poder estar ante una actividad empresarial y establece: “Este camino normativo sitúa el problema planteado al Tribunal en el camino correcto para su solución. Se debe determinar si la sociedad, cuyas participaciones forman parte del haber hereditario del recurrente, realizaba o no una actividad empresarial en los términos recogidos en el ultimo de los preceptos citados del articulo 40 de la Ley 18/1991 del impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, vigente en el momento del fallecimiento del causante. El Tribunal considera que no existe prueba alguna de que se realizara la actividad empresarial de arrendamiento de inmueble alegada por la parte recurrente. Se apoya esta conclusión en los siguientes hechos: la propia causante declaro estas participaciones en la declaración del impuesto sobre el patrimonio del ejercicio de 1995 (hecho no controvertido); no consta el objeto social de la referida sociedad; el hecho del alta y pago en el impuesto de actividades económicas, con inicio declarado de 1 de julio 1995, sin que acredite la efectividad del ejercicio de la actividad empresarial en cuestión; los contratos de arrendamientos nada acreditan”. Lo mas importante para el Tribunal es que no se ha acreditado ninguno de los requisitos del articulo 40 de la Ley 18/1991, de 6 de junio del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Este precepto exige que cuente al menos con un local exclusivamente destinado a llevar a cabo la gestión de la actividad de arrendamiento y que para ellos se tenga, al menos, una persona empleada con contrato laboral. La actividad económica debe constituir la principal fuente de renta del sujeto pasivo. Este requisito es exigido por la normativa del Impuesto sobre el Patrimonio, y lograr la exención de las empresas individuales o los negocios profesionales. 2) Sucesor de la empresa y parentesco con el causante. La LISD cuando se refiere a las adquisiciones “mortis causa”, dice que pueden ser beneficiarios de la reducción tanto los herederos como los legatarios y los sucesores testamentarios y legales, sin que cada una de estas formas de suceder supongan diferencias en cuanto a la práctica de la reducción y establece limites para acceder al beneficio de la reducción, según el parentesco del causante. Se puede disfrutar de la reducción según el orden de llamamiento a la condición de sucesor: descendientes o adoptados y si no existen estos, será para los ascendientes, adoptantes y colaterales hasta el tercer grado, y pueden beneficiarse de la exención aun cuando concurran con conyugue supérstite. - 64 - El carácter subsidiario de estos dos grupos de posibles sucesores, conyugues, descendientes y adoptados por un lado y, por otro, subsidiariamente, ascendientes, adoptantes y colaterales hasta el tercer grado, puede llegar a ser, como señala Navarro Egea, un obstáculo para la continuidad de la empresa porque puede darse el supuesto de un empresario cuyos hijos no desean continuar con el negocio familiar al fallecimiento del padre y decide cubrir las legitimas con otros bienes y adjudicar el negocio a un sobrino que conoce su funcionamiento. En el momento del fallecimiento y pese a la relación de parentesco, el adquirente del negocio no podrá beneficiarse de la reducción. Los colaterales únicamente tienen derecho a la reducción en el caso de que no sean llamados los descendientes o adoptados. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de 6 de mayo de 2005 se pronuncia sobre los requisitos subjetivos que deben cumplirse para ser posible la aplicación de la bonificación del 95% previstos en la norma: La adquisición por hijo adoptivo del causante es una adopción plena por tanto la aplicación de la bonificación es procedente; aplicación de la bonificación sobre el valor total de la empresa heredada, y no únicamente sobre el porcentaje que en el total de la herencia le corresponde al adquirente: las participaciones y adjudicaciones que los interesados hagan con estricta igualdad y con arreglo a las normas reguladoras de la sucesión. En el fundamento jurídico segundo establece: “Que la cuestión litigiosa es estrictamente jurídica, no existiendo controversia tampoco sobre la valoración de los bienes. Se determinará si la reducción cuestionada debe operar sobre el valor de los bienes integrantes de la empresa agrícola individual, que han sido adjudicados con ese carácter a la recurrente en la partición de la herencia, o bien solo sobre la parte que en el total de la herencia se dispuso en su favor en testamento otorgado por la causante, es decir, sobre los dos tercios de ese valor, por haber sido instituida heredera en los 2/3 de la herencia. Aplicado a los hechos que se han relatado el articulo 20.2.c) de la Ley 29/1987, del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones se concluye que concurren en esos hechos todas las notas que se establecen para aplicar el beneficio en cuestión. En efecto, la recurrente es hija adoptiva, en adopción plena, de la causante, por lo que concurre el presupuesto subjetivo que el precepto exige. En base imponible de su adquisición hereditaria esta incluido el valor de una empresa individual, por lo que también se da el presupuesto objetivo. El resto de presupuestos, en la medida que se refiere a acontecimientos futuros es suficiente en este momento con la manifestación expresada ante la Administración por la recurrente de mantener los bienes durante los plazos legales y que por ello, solicita la oportuna bonificación. Concurren por tanto todos los requisitos para conceder la bonificación en los términos que se sostiene en la demanda, sobre el valor total y no solo sobre los 2/3. Se sostiene en la resolución recurrida que el conocido principio de neutralidad fiscal obliga a proyectar la reducción sobre los 2 /3 de la - 65 - empresa, por ser esta la parte que en el total de la herencia le corresponde a la recurrente”. 3) Bien objeto de transmisión al que es aplicable la reducción. El bien o derecho objeto del beneficio fiscal tiene que ser uno de los previstos en la norma y ser incorporado o atribuido al caudal hereditario, en caso de herencia, o ser objeto de legado. Colao Marin dice que se ha de suceder en una empresa, o en participaciones de ella, sin que legitimen para la reducción las adquisiciones de otros bienes y derechos, por mas que puedan ser medio de adquisición de éstas. En el caso de que el causante, hubiere adquirido el derecho a la percepción de un seguro por circunstancias ocurridas en la empresa familiar, o lo hubiera percibido, el requisito de identidad se cumple, porque tales cantidades forman parte del activo de la empresa aunque, momentáneamente, no se hayan convertido en activos afectos a la producción por puras razones de tiempo o circunstancia. 4) Valoración de los bienes sobre la que ha de aplicarse la reducción. La reducción ha de aplicarse sobre un porcentaje del valor del bien objeto de la reducción , sea dicho bien la vivienda habitual, la empresa individual, el negocio profesional, o las participaciones en entidades, determinados estos tres últimos de acuerdo con las normas del Impuesto sobre el Patrimonio. La reducción se aplica sobre el valor real del bien que se integra en la base imponible, sin más deducciones que las procedentes de las cargas directamente constituidas sobre el mismo, que minoran de manera efectiva el valor de dicho bien. La DGT estima en Resolución 2/1999 que el porcentaje de reducción opera sobre el valor del bien en cuestión incluido en la base imponible y minorado por las cargas o gravámenes que figuren directamente establecidos sobre el mismo, así como la proporción correspondiente al bien en las deudas y gastos deducibles. En el artículo 9 de la LISD se considera base imponible el valor neto individual de cada causahabiente; conforme a este precepto, se computa el valor real de los bienes y derechos minorado en el importe de las cargas y deudas que fueran deducibles. 5) Gestión del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. La transmisión debe realizarse a través de titulo sucesorio adecuado: testamento, declaración notarial o judicial de heredero o institución contractual de heredero en escritura pública. El impuesto se liquidará en la oficina correspondiente donde tenga el causante su residencia habitual, mediante la presentación de los documentos a que se refiere el art. 70 del Reglamento del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. - 66 - La autoliquidación se realiza según el art. 86 del reglamento que exige la constancia del valor total de los bienes y derechos transmitidos y que los adquirentes interesados en la herencia estén incluidos en el mismo documento o exista la conformidad de todos. Sobre la gestión del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, la Resolución del Teac de 15 de junio de 2005 ha establecido lo siguiente en sus fundamentos jurídicos: SEGUNDO: Respecto del procedimiento seguido hasta practicar las liquidaciones se incurre en un grave error al pensar que la presentación de la documentación ante la Administración Tributaria para liquidar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, con posibilidad de comprobación de algunos aspectos y la petición de datos para determinar la deuda tributaria, supone o bien iniciar el procedimiento inspector o la obligación de iniciarlo. La propia normativa del Impuesto de Sucesiones y Donaciones en su Reglamento regula todo el procedimiento de gestión a seguir, indicando la obligación del contribuyente de presentar la documentación necesaria para la liquidación, el lugar de presentación de las autoliquidaciones o declaraciones, la posibilidad de la Administración de comprobar el valor de los bienes, el carácter provisional de las liquidaciones si se giran sobre valores declarados, su carácter complementario si se giran sobre valores comprobados, o en su caso, si son definitivas, el procedimiento de adición de bienes a la herencia, etc. Como se ve, actuaciones administrativas a realizar por las Dependencias Gestoras y que nada tienen que ver con el procedimiento inspector que se rige por sus propias normas de iniciación, tramitación y terminación y que en una primera fase culmina con las actas incoadas por el inspector actuario, sin posibilidad de equívocos entre un procedimiento y otro por la identidad de los actos y el órgano que lo asume. En consecuencia y sin lugar a dudas, en el presente caso, nos encontramos con que se ha seguido un procedimiento en vía de gestión, en el que la Dependencia Gestora está legitimada para pedir los datos necesarios para la determinación de la deuda tributaria, entre otros lo que sean precisos para poder determinar si se tiene derecho a las bonificación previstas en el articulo 20 de la Ley del Impuesto (RCL 1987, 2636) con amparo además en la propia normativa del Impuesto, de acuerdo con el articulo 123.2 de Ley General Tributaria de 1963 (RCL 1963,2490), vigente al tiempo de los hechos, que permite en vía de gestión hacer una comprobación abreviada y en el caso que nos ocupa la Dependencia Gestora se ha limitado a pedir la documentación necesaria que permitiera constatar que se cumplían los requisitos para poder gozar de las reducciones en la base imponible que los sujetos pasivos se han aplicado en las autoliquidaciones presentadas, sin que pueda entenderse que se ha extralimitado el alcance del precitado articulo, por lo que las alegaciones vertidas en torno a las irregularidades del procedimiento seguido deben rechazarse. TERCERO: En referencia a que se ha rebasado el plazo previsto en el articulo 23 de la Ley 1/1998 (RCL 1998, 545) de Derechos y Garantías del Contribuyente, hay que decir que los efectos del incumplimiento del plazo - 67 - establecido hay que buscarlos en la Ley General Tributaria de 1963 (RCL 1963,2490) vigente al tiempo de los hechos, en la cual, los efectos del transcurso del tiempo solo tienen incidencia en cuanto a la prescripción de derechos y acciones, sin que pueda producirse la caducidad de los expedientes, al establecer el articulo 105.2 de la citada Ley que la inobservancia de plazos por la Administración no implicará la caducidad de la acción administrativa, pero autorizará a los sujetos pasivos para reclamar en queja. Criterio que vino a ser ratificado por la nueva redacción que la Ley 4/1999 de 13 de enero ( RCL 1999, 114,329) dio a la Disposición Adicional Quinta de la Ley 30/1992 (RCL 1992, 2512,2775 y RCL 1993, 246) , en cuyo apartado 1 párrafo segundo se dice que en todo caso, en los procedimientos tributarios, los plazos máximos para dictar resoluciones, los efectos de su incumplimientos, así como, en su caso, los efectos de la falta de resolución serán previstos en la normativa tributaria. CUARTO: Por lo que respecta a la prescripción alegada si bien el articulo 64 de la Ley General Tributaria de 1963 (RCL 1963,2490) establece un plazo de cuatro años para que la administración pueda determinar y exigir la deuda tributaria, dicho plazo puede quedar interrumpido por alguna de las acciones previstas en el articulo 66 de la misma Ley, esto es: a) por cualquier acción administrativa, realizada con conocimiento formal del sujeto pasivo, conducente al reconocimiento, regulación, inspección, aseguramiento, comprobación, liquidaciones y recaudación del impuesto devengado por cada hecho imponible. b) Por la interposición de reclamaciones o recursos de cualquier clase. c) Por cualquier actuación del sujeto pasivo conducente al pago o liquidación de la deuda. La controversia estriba en dilucidar si las actuaciones realizadas con el presentador de la documentación, en este caso el padre de los interesados, ha interrumpido la prescripción, pues a juicio de los recurrentes no ostentaba ninguna representación para actuar en su nombre. Sin embargo, el articulo 36.2 de la Ley del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones de 1987 8RCL 1987, 2636), establece que el presentador del documento tendrá, por el solo hecho de la presentación, el carácter de mandatario de los obligados al pago del Impuesto y todas las notificaciones que se hagan en relación con el documento que haya presentado, ya por lo que afecte a la comprobación de valores, ya a las liquidaciones que se practiquen, así como las diligencias que suscriba, tendrán el mismo valor y producirán iguales efectos que si se hubieren entendido con los mismos interesados. Para evitar esta consecuencia es necesario poner expresamente en conocimiento de la Administración de quién se ha recibido el mandato, conforme al articulo 65 del reglamento del Impuesto que establece que en el caso de que el presentador no hubiese recibido el encargo de todos los interesados en el documento o declaración deberá hacerlo constar expresamente designando a sus mandantes. Se da además la particularidad - 68 - que en los motivos del procedimiento seguido, éste declara actuar en propio nombre y en representación de sus hijos. En consecuencia, presentada la documentación, se liquidará el impuesto a cargo de cada uno de los herederos, salvo que expresamente se exponga que solo se pretende la liquidación a cargo del solicitante. Este criterio además ha sido mantenido por el Tribunal Supremo en su sentencia de 22 de noviembre de 1996 y reiterado en la de 30 de abril de 1997, que si bien se refieren al Impuesto Municipal de Incremento del Valor de los terrenos, tienen perfecta aplicación en el impuesto que ahora nos ocupa. El alto tribunal se pronuncia así: basta para generar la interrupción de la prescripción, la intervención unilateral de cualquiera de los sujetos pasivos, pues, obligados normativamente a hacer lo necesario para que la Administración lleve a la practica la actividad exaccionadora, es indiferente que sean unos u otros de ellos, con conocimiento o no de los no actuantes, quienes realicen la declaración liquidatoria. Este criterio ya ha sido mantenido por este Tribunal Central en anteriores resoluciones como la de 24 de noviembre y 4 de diciembre de 1997, 12 de febrero de 2000, 6 de noviembre de 2002 y 27 de septiembre de 2004. En consecuencia, cuando se notificó la liquidación provisional que ahora se impugna, no había transcurrido el plazo prescriptivo, por lo que debe declararse subsidente el derecho de la Administración para exigir el Impuesto Sucesorio. QUINTO: Se alega también que se ha incurrido en una “reformateo in Prius” porque en la primera propuesta de liquidación, practicada en noviembre de 2003 se admitía la reducción del 95% respecto de las acciones de la entidad Y, S.A. y sin embargo la bonificación es finalmente rechazada, por lo que las liquidaciones notificadas en noviembre de 2004 presentan una deuda tributaria superior. Sin embargo, la replica a dicha alegación es que la propuesta de liquidación inicialmente notificada es una acto de tramite y por tanto puede modificarse a lo largo del procedimiento siempre y cuando se motive el cambio operado y esto es lo que ha ocurrido en el presente caso, en el que, una vez solventado el tramite de puesta de manifiesto y valorados nuevamente los datos aportados al expediente, la liquidación finalmente practicada no se ajusta a la primera propuesta, si bien la misma va acompañada de las conclusiones alcanzadas por la Dependencia gestora en las cuales la justificación del resultado alcanzado queda plenamente explicitado. 6) Continuidad en el ejercicio de la actividad por el adquirente. El art. 20.2.c) de la Ley del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones exige que el adquirente ha de conservar lo adquirido en su patrimonio durante 10 años a contar desde el fallecimiento del causante, salvo que falleciese el adquirente dentro de ese plazo. Alfonso Galán matiza las posibles cuestiones que pueden realizarse a esta norma, a falta de especificación en la ley; lo que se quiere pretender es mantener el valor de lo adquirido y no el mantenimiento de los mismos - 69 - bienes y derechos adquiridos en la sucesión. No se verá afectado por el desarrollo posterior de una actividad económica. Se alude al alcance del condicionante de la norma en relación a la no realización de actos de disposición u operaciones societarias, que directa o indirectamente supongan una minoración sustancial del valor de adquisición. La Dirección General de Tributos, en Resolución de 23 de marzo de 1999, se pronuncia sobre la imposibilidad de ofrecer un criterio general que permita conocer cuando se ha producido una minoración sustancial del valor de la adquisición, remitiendo a una valoración individualizada caso por caso en orden a determinar cuando estamos ante una disminución sustancial del valor de la adquisición, con lo cual, en la practica, se pueden producir importante problemas de interpretación y quizás la negativa consecuencia de que el empresario pierda los beneficios fiscales previamente obtenidos. Y determina si es necesario que los causahabientes continúen con el ejercicio de la misma actividad; al respecto la Dirección General de Tributos se ha pronunciado en sentido negativo, señalando lo siguiente: la ley establece, únicamente, la obligación de mantener la adquisición, pero no exige la continuidad en el ejercicio de la misma actividad que viniera desarrollando el causante; por tanto, simplemente debe mantenerse la titularidad y no se exige al adquirente que siga con la anterior actividad. Solamente cuando se trate de una adquisición “ínter vivos”, es necesario que el donatario tenga derecho a la exención por el Impuesto sobre el Patrimonio, es decir que ejerza una actividad empresarial o profesional a la que sea de aplicación la citada exoneración o que ostente las participaciones con derecho, asimismo, a la exención en el Impuesto sobre el Patrimonio. Por lo tanto debe mantenerse el valor de la adquisición así como una actividad, aunque no sea la misma desarrollada por el donante, pero si la titularidad de todos los bienes. b) Transmisión “ínter vivos” de participaciones en entidades. Articulo 20.6 de la Ley del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. El articulo 20.6 de la Ley del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, establece la reducción en supuestos de transmisiones “ínter vivos” de participaciones a favor del cónyuge, descendientes o adoptados, de una empresa individual, un negocio profesional o participaciones en entidades, siempre que a los bienes transmitidos les fuese de aplicación la exención establecida en el impuesto sobre el patrimonio para las empresas familiares y las participaciones en ellas. En casos de transmisiones de participaciones “ínter vivos”, a favor del cónyuge, descendientes o adoptados, de una empresa individual, un negocio profesional o de participaciones en entidades del donante a los que sea de aplicación la exención regulada en el apartado octavo del articulo 4 de la Ley 19/1991 de 6 de junio, del Impuesto sobre el Patrimonio, se aplicará una reducción en la base imponible, para determinar la liquidable, del 95 por 100 del valor adquisición, siempre que concurran las condiciones siguientes: - 70 - a) Que el donante tuviese sesenta y cinco o más años o se encontrase en situación de incapacidad permanente, en grado de absoluta o gran invalidez. b) Que si el donante viniere ejerciendo funciones de dirección, dejara de ejercer y de percibir remuneraciones por el ejercicio de dichas funciones desde el momento de la transmisión. No se entiende comprendida entre las funciones de dirección la mera pertenencia al Consejo de Administración de la sociedad. c) En cuanto al donatario, deberá mantener lo adquirido y tener derecho a la exención en el Impuesto sobre el Patrimonio durante los diez años siguientes a la fecha de la escritura publica de donación, salvo que falleciera dentro de este plazo. El donatario no podrá realizar actos de disposición y operaciones societarias que, directa o indirectamente, pueden dar lugar a una minoración sustancial del valor de la adquisición. Esta obligación resulta de aplicación también en los casos de adquisiciones “mortis causa” a que se refiere la letra c) del apartado 2 de dicho artículo. Si no se cumplen los requisitos a que se refiere el presente apartado, deberá pagarse la parte del impuesto que se hubiere dejado ingresar como consecuencia de la reducción practicada y los intereses de demora correspondientes. La ley se refiere a participaciones en sentido genérico y abarca conceptos de los representados por la participación en entidades pero no están definidos en el texto legal. La transmisión de la totalidad de la empresa, que está en el origen del beneficio fiscal, esta incluida en la reducción, porque lo más justifica mejor el beneficio tributario que lo menos. Cabe la reducción en el supuesto de donación de participación en una comunidad de bienes, siempre que el resto de los requisitos se cumpla (Contestación 2109/2003 de 9 de diciembre). La Dirección general de tributos ha opinado que en los supuestos de donación de parte de una empresa, de forma que se constituya una comunidad de bienes entre donante y donatario, no cabe la aplicación de la reducción, sino que la donación ha de ser global, de la totalidad de la actividad económica unitariamente considerada, porque lo que se pretende con el beneficio fiscal es la transmisión generacional de las unidades productivas, interpretación esta que parece que coincide con el espíritu de la ley, pero que contradice su letra, que se refiere, como se ha puesto de manifiesto a la transmisión de participaciones, no de la totalidad (contestación a consulta 293/2003 de 27 de febrero). Con esto se pretende beneficiar las adquisiciones realizadas por algunos familiares cercanos a un sujeto que dona una empresa individual o un negocio profesional, constituyendo una protección directa e inmediata del legislador a la empresa familiar. Se persigue transmitir una empresa individual o un negocio profesional en los que se halla presente un fuerte componente familiar que queda reforzado a través de una rebaja en la carga - 71 - tributaria derivada de la adquisición por parte de dichos familiares. Todo ello sujeto al cumplimiento de una serie de requisitos que resulta en parte excesivo. Se establece la reducción en los supuestos de transmisión “ínter vivos” de participaciones a favor de los conyugues, descendientes o adoptados, de una empresa individual, un negocio profesional o participaciones en entidades, siempre que a los bienes objeto de la transmisión les fuese de aplicación la exención establecida en el Impuesto sobre el Patrimonio para las empresas familiares y las participaciones en ellas. La Resolución de DGT de 22 de enero de 2004 (Jur 2004, 85773) señaló sobre los requisitos de las participaciones: “Un sujeto pasivo titular de diversas participaciones en varias entidades que pretende aportar a una nueva sociedad, de forma que sus ingresos por rendimientos del trabajo procederían únicamente de la nueva sociedad, cuyo objeto social seria la prestación de servicios de dirección a las entidades de las que se aportan las participaciones, cuestiona si, para una eventual transmisión “mortis causa” o “ínter vivos” de las participaciones en la nueva entidad, serían de aplicación, respectivamente, las reducciones previstas en los artículos 20.2.c) y 20.6 de la Ley del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. LA CONTESTACION es la siguiente: En relación con la cuestión planteada, este Centro Directivo en el ámbito de sus competencias, informa lo siguiente: El supuesto de hecho planteado en el escrito de consulta puede describirse en los siguientes términos: El consultante es titular de participaciones en cuatro entidades A, B, C y D, ejerciendo en las dos primeras funciones directivas y obteniendo de la primera mas del 50% del total de sus rendimientos por el trabajo personal, sin que perciba, por otro lado, rendimientos de naturaleza empresarial o profesional. Se proyecta aportar todas las acciones y participaciones a una nueva sociedad H, cuya actividad principal sería la dirección y gestión de las antes citadas y respecto de la cual el consultante desempeñaría funciones y obtendría remuneraciones de forma análoga a la ahora existente para la entidad A. La titularidad del capital social de H correspondería en un mínimo del 50% al sujeto pasivo consultante y el resto a socios en numero inferior a diez, todos ellos con vínculos familiares con el mismo. Se plantea en el escrito de consulta si, a la vista de la estructura societaria antedicha, serían aplicables para la transmisión de las participaciones o acciones de la nueva sociedad H, las reducciones en la base imponible sobre Sucesiones y Donaciones que para una eventual transmisión “mortis causa” o “ínter vivos” contemplan, respectivamente, los apartados 2.c) y 6 del articulo 20 de la Ley 29/1987, de 18 de diciembre, reguladora de dicho impuesto. En ambos casos y con independencia de los requisitos específicos que prevén ambos apartados, se exige la previa exención del elemento o elementos patrimoniales de que se trate en el Impuesto sobre el Patrimonio de acuerdo con el apartado 4. Octavo de su Ley 19/1991, de 6 de junio, lo que obliga a analizar si la participación del consultante en la mencionada entidad H cumple los requisitos que detalla dicho articulo y apartado. Habida cuenta que del escrito se desprende ese cumplimiento respecto a las exigencias en materia - 72 - de participación en el capital de la entidad, ejercicio de funciones directivas y percepción de un determinado nivel de remuneraciones por su desempeño la cuestión se centra en la letra b) del artículo 4. Octavo. Dos, letra que para los casos de entidades con forma societaria, como es el caso, impone que no concurran los supuestos establecidos en el articulo 75 de la ley 42/1995 de 17 de diciembre, del Impuesto sobre Sociedades, en definitiva de que no se trate de una sociedad patrimonial. La calificación como sociedad patrimonial que, según lo expuesto, llevaría consigo la imposibilidad de exención en el impuesto patrimonial, exige, a su vez, la concurrencia de una doble circunstancia: a) que mas de la mitad del activo esté constituido por valores o no esté afecto a actividades económicas y b) que mas del 50% del capital social pertenezca, directa o indirectamente, a diez o menos socios o a un grupo familiar. Se reconoce expresamente en el escrito de consulta que se produce la circunstancia b) Respecto de la a) ha de señalarse que el articulo 75 excluye del computo de los valores o elementos patrimoniales no afectos, entre otros, a aquellos valores que otorguen, al menos , el 5% de los derechos de voto y se posean con la finalidad de dirigir y gestionar la participación siempre que se disponga de la correspondiente organización de medios materiales y personales y la entidad participada no sea, a su vez, entidad de valores o de mera tenencia. En el bien entendido de que las entidades A, B, C y D realicen una actividad económica circunstancia a la que no se refiere el escrito de consulta, es obvio que las respectivas participaciones que tiene H , superan el porcentaje legal por lo que no computaran ni como valores, ni como elementos patrimoniales no afectos. Ahora bien, dado que la letra a) exige que más de la mitad del activo esté constituido por valores y el activo de H está constituido por las participaciones en las entidades, el sujeto pasivo participaría en el capital de la nueva entidad en un porcentaje igual o superior al 50%, de lo que se desprende, en definitiva y siempre que ese porcentaje no sea exactamente igual sino superior al 50% siendo sociedad patrimonial, que las participaciones del sujeto pasivo consultante sobre el capital de la nueva entidad lo exigido por la Ley del Impuesto sobre el Patrimonio conforme al articulo 4.Octavo. Dos de su Ley 19/1991, de 6 de junio. Llegados a este punto y cumpliéndose las restantes condiciones que detallan los apartados 2.c) y 6 del articulo 20 de la Ley 29/1987 de 18 de diciembre, no existiría obstáculo a la paliación de las reducciones en la base imponible del impuesto por razón de transmisión “mortis causa” e “ínter vivos”. Por ultimo, ha de reiterarse que el criterio expuesto parte de la hipótesis de que las entidades participadas no tienen el carácter de sociedades patrimoniales , ya de lo contrario no se produciría, en cuanto a esa concreta entidad, la exclusión del computo de la participación de H, con lo que la mitad del activo de esta ultima podría llegar a estar integrado mayoritariamente por valores o bienes no afectos, de lo que derivaría su consideración como sociedad patrimonial y, según se ha expuesto, tanto a la perdida del derecho a la exención en el impuesto patrimonial como, consiguientemente , a las reducciones en el impuesto sucesorio”. - 73 - La DGT en Resolución de 9 de diciembre de 2003 (JUR 2003, 65519) establece en referencia a la transmisión de una sociedad agraria de transformación: “Se trata de sujetos pasivos, ambos con edad superior a los 70 años, titulares del 50% de las participaciones en una Sociedad Agraria de Transformación en la que ambos ejercen funciones directivas. Se cuestiona si ambos socios pueden beneficiarse de la reducción del 95% de la base imponible del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones para el caso de la donación de las participaciones a sus descendientes. Respuesta: En relación con la cuestión planteada, este Centro Directivo, en el ámbito de sus competencias, informa lo siguiente: De acuerdo con lo previsto en el articulo 20.6 de la Ley 29/1987 , de 18 de diciembre, del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, la aplicación de la reducción de un 95% en la base imponible por transmisión de participaciones “ínter vivos” a favor del cónyuge, descendientes o ascendientes, requiere, además de las condiciones a que luego se hará referencia, la previa exención de tales participaciones en el Impuesto sobre el Patrimonio del donante, en los términos del articulo 4.Octavo de la Ley 19/1991, de 6 de junio reguladora de dicho impuesto. Ahora bien, las Sociedades Agrarias de Transformación (SAT) son sociedades civiles constituidas para el cumplimiento de los fines recogidos en el Real Decreto 1776/1981 e inscritas en el Registro General pertinente del Ministerio de Agricultura, Pesca o Alimentación o, en su caso, de las Comunidades Autónomas. Pese a tratarse de sociedades civiles, por lo que en principio tendrían que tributar en régimen de atribución de rentas, lo hacen por Impuesto sobre Sociedades, como expresamente ratifican los artículos 6.2 de la Ley 43/1995, de 27 de diciembre, del Impuesto sobre Sociedades y el articulo 10.3 de la Ley 40/1998 de 9 de diciembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y otras normas tributarias. Desde la perspectiva del Impuesto sobre el Patrimonio, se trata de entidades respecto de las que la exención en dicho impuesto habrá de ajustarse a las condiciones que determina el articulo 4.Octavo.Dos de la Ley 19/1991 de 6 de junio, reguladora del impuesto, en su redacción por la disposición adicional undécima de la Ley 51/2002 de 27 de diciembre, de reforma de la Ley 39/1988 de 28 de diciembre, reguladora de las Haciendas Locales. Del texto del escrito de consulta no puede deducirse si procede la exención en el impuesto patrimonial por parte de los sujetos pasivos ya que, aun afirmándose que ambos ejercen funciones directivas, se señala que el porcentaje conjunto de participación en la SAT es del 50% sin que conste parentesco alguno entre uno y otro. Es de señalar, al respecto, que el artículo 4.Octavo.Dos de la Ley 19/1991 exige una participación individual minima del 5% en el capital de la entidad. En la hipótesis de que se diera tal circunstancia y que asimismo, considerados individualmente, las remuneraciones percibidas por el ejercicio de funciones directivas representase mas del 50% del total de sus ingresos empresariales, - 74 - profesionales y del trabajo personal, nada obstaría a que la donación de las participaciones gozase de las reducción del 95% en la base imponible del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, siempre que el donante dejase de ejercer tales funciones directivas como de percibir remuneraciones por su desempeño y que, por su parte, el donatario o donatarios mantengan lo adquirido y tengan derecho a la exención en el Impuesto sobre el Patrimonio durante los diez años siguientes a la fecha de la escritura publica de donación, salvo que fallecieran dentro de ese plazo, absteniéndose de realizar actos de disposición u operaciones societarias que, directa o indirectamente, pudieran dar lugar a una minoración sustancial del valor de adquisición. El incumplimiento de tales requisitos implicaría la obligación de pagar la parte del impuesto que se hubiere dejado de ingresar como consecuencia de la reducción practicada, además de los intereses de demora”. Requisitos exigidos para la aplicación de la reducción La aplicación de la reducción queda limitada a las donaciones de empresas o negocios que el día de la realización de la donación tengan derecho a la exención en el Impuesto sobre el Patrimonio. Los requisitos que se exigen a efectos del Impuesto sobre el Patrimonio son que el sujeto desarrolle la actividad de forma personal y directa y que esta sea su principal fuente de renta y en el caso de participaciones en entidades, que se trate de actividades productivas, que la participación del sujeto alcance unos límites y que éste, salvo que forme parte de un grupo de parentesco, ejerza efectivamente funciones de dirección en la entidad que le supongan su principal fuente de renta. El articulo 20.2.c de la Ley del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones , condiciona la aplicación de la reducción a que la adquisición se mantenga durante los diez años siguientes al fallecimiento del causante, salvo que falleciera el adquirente dentro de ese plazo. El articulo 20.6 LISD en el seno de la regulación de las donaciones, exige, que durante el plazo anteriormente mencionado no se lleven a efecto actos de disposición u operaciones societarias que, directa o indirectamente, puedan suponer una minoración sustancial del valor de adquisición. La interpretación de la ley ha de partir de la base de que el plazo de diez años se cuenta desdel fallecimiento del sujeto, de fecha a fecha. Cuando un sujeto adquiere, en la adjudicación ha de sumar, para el cómputo del tiempo de permanencia, el tiempo que la adquisición se ha mantenido mientras el bien no se ha adjudicado, y si ese plazo supera los diez años, ha de entenderse cumplida la obligación de mantenimiento por el adquirente. La Resolución 2/1999 (RCL 1999, 905) en el caso de las adquisiciones “mortis causa” dice que la ley solo exige el mantenimiento de la adquisición, no la continuación en el ejercicio de actividad alguna, ni mucho menos la exención posterior en el impuesto sobre el patrimonio. Lo que exige la ley es - 75 - el mantenimiento de un valor absoluto, no de una relación o de una proporción determinada con respecto a otros valores. La Dirección General de tributos en la resolución 2/1999, dice que no se puede hacer una lista de actuaciones prohibidas por la ley, sino que el mantenimiento o no del derecho a reducción se debe decidir a la luz de cada caso concreto. La realidad de que no puede hacer tal listado con facilidad, junto con la letra de la ley, ha determinado la producción de una serie de contestaciones en las que el círculo de la aplicación del beneficio fiscal se ha venido ensanchando, seguramente sobre la base de consideraciones de carácter económico. En efecto: la ley establece que para el mantenimiento del derecho a la reducción es necesaria la conservación de la adquisición, es decir, del objeto cualitativo adquirido, no de la mera cantidad o valor que este representa en el momento del devengo del impuesto. Ahora bien, el mantenimiento a ultranza de un bien en manos improductivas, o de unos valores de forma poco racional, va en contra de la filosofía que mueve el establecimiento de la reducción en la ley, es decir, la continuidad de la empresa. Esto ha hecho que las contestaciones ensanchen el ámbito de la reducción de una forma extraordinariamente amplia que supera, con mucho, la interpretación literal de la norma. En el ámbito de los valores, la resolución 2/1999 ha admitido el cambio de titularidad en los supuestos en los que los órganos de decisión de las sociedades acuerdan operaciones acogidas al régimen de fusiones, escisiones, aportaciones de activos y canje de valores, y la evolución ha sido ensanchando el circulo, admitiendo la conservación del beneficio en el caso de aportación a una sociedad unipersonal de valores heredados, o en el de enajenación de acciones y, por compra con el dinero recibido, o por permuta, adquisición de otras de otra sociedad. También ha admitido el mantenimiento de la reducción en los supuestos en los que el cambio de bien viene acompañado de una aportación empresarial, por ejemplo, a una sociedad mercantil preexistente, o la constitución de una sociedad. La interpretación de la Dirección general de tributos se ha hecho todavía mas laxa en los restantes supuestos; ha admitido el mantenimiento de la reducción en los casos de venta de la empresa y posterior adquisición de bienes inmuebles, o en el de permuta de un terreno por otro urbanizado, y ha manifestado con claridad que a los efectos de la reducción es irrelevante que los bienes adquiridos sean o no afectos a una actividad. Por fin la interpretación más flexible de la norma se da en los supuestos en los que se exime de la reinversión y solo se requiere que se mantenga el valor de lo adquirido con la enajenación, aunque sea mediante la colocación del importe de la contraprestación en una entidad financiera. Así pues y por razones de política económica, se ha ensanchando el ámbito de la reducción por la vía de la aceptación de los hechos y se ha venido a exigir, simplemente, el ahorro o la ausencia de gasto de la cantidad que equivale al valor recibido en la sucesión. El incumplimiento produce como consecuencia la perdida del beneficio, sin distinguir, en los supuestos de grupo de herederos, en función de quien incumple. La resolución 1157/2001 de 11 de junio, ha abierto un camino en el sentido de la racionalización de las consecuencias del incumplimiento; en este mismo sentido de racionalización, cabe pensar en la posibilidad de que - 76 - dichas consecuencias sean proporcionales al grado de incumplimiento de forma que una perdida de valor de un porcentaje determinado dé lugar a una perdida de reducción proporcional y no de la totalidad de la reducción del incumplidor. El plazo de mantenimiento es de diez años, lo que excede en mucho al plazo de prescripción establecido por la Ley General Tributaria. Se han planteado dudas acerca de cómo se puede controlar el incumplimiento de una condición una vez prescritos los derechos de liquidación y exigencia del tributo. Se puede opinar que el plazo de prescripción comienza a computarse desde el día siguiente al de declaración del impuesto, o que lo hace desde el siguiente al de cumplimiento del plazo de mantenimiento. La administración, para exigir el pago de la cantidad no ingresada en el momento de la liquidación originaria del tributo, tiene que regularizar la situación llevando a cabo una nueva liquidación, y el plazo de prescripción, en este caso, comienza a computarse desde el día siguiente al ultimo de declaración o autoliquidación, según establece el articulo 67.1. La aparente contradicción normativa se puede salvar sobre la base del siguiente razonamiento: los plazos de prescripción están regulados con carácter general; cumplen una importante función desde el punto de vista de la seguridad jurídica y transcurridos estos, se produce la prescripción de los supuestos mencionados en el articulo 66 de la Ley General Tributaria (RCL 2003, 2945) a todos los efectos. Ahora bien: existe una norma general, en virtud del principio de especialidad, que establece, no una derogación de la general, sino una facultad concreta de comprobación de una cuestión y liquidación en consecuencia. No es que se establezca un plazo de prescripción distinto, sino que se faculta para una comprobación, con independencia de la prescripción ya ganada, y la liquidación correspondiente en su caso. De acuerdo con esta interpretación, el plazo de mantenimiento de la inversión no es susceptible de ser interrumpido fuera de los casos en los que el computo general de la prescripción lo sea y la comprobación de la situación se tiene que dar antes de que transcurra el plazo; por otra parte, la única facultad de la administración consiste en girar los elementos estructurales y cuantías ya consolidadas por la prescripción. Esta interpretación pretende salvar la aparente contradicción entre las normas en juego, pero dados los problemas que puede plantear su aplicación, seria deseable que el legislador estableciese una regulación para los casos que se analizan. - 77 - IV. COMPARACION CON EL REGIMEN FISCAL DE OTROS PAISES A. FRANCIA Es el modelo que ha seguido España para establecer el tratamiento de estas empresas, sobre todo en cuanto a la exención de lo que se denominó “útil o herramienta de trabajo” en el "impost annuel de solidarite sur la fortune” que fue el referente para conceder en nuestro país la exención en el Impuesto sobre el Patrimonio de los bienes afectos a las actividades empresariales y profesionales. Actualmente en Francia existe el denominado “Impost annuel de Solidarite sur la fortune”, conocido como Impuesto sobre las grandes fortunas, que es un impuesto equiparable al Impuesto sobre el Patrimonio español y que en lo que respecta a la empresa familiar establece que no están sujetos a dicho impuesto los bienes dedicados a una actividad empresarial, artesanal, agrícola o profesional, realizada por su propietario, bien directamente o a través de una sociedad. Para tener derecho a la exención el contribuyente debe realizar gestiones o dirigir la actividad o la sociedad y obtener por dichas labores una retribución normal que se fija en más de la mitad de las rentas del trabajo y, en caso de participaciones a través de sociedades, que se posea como mínimo el 25 por 100 del capital de las sociedades de que se trate, bien directamente o conjuntamente con su conyugue, ascendientes, descendientes o con sus hermanos, a no ser que la participación siendo inferior a dicho 25 por 100, represente mas del 75 por 100 de los bienes sujetos al impuesto. En Francia se gravan las transmisiones gratuitas de bienes, tanto “mortis causa” como “ínter vivos”. Se regulan las bonificaciones fiscales, para la que pudiera denominarse en dicho país “empresa familiar”, en la transmisión gratuita de participaciones de sociedades que tengan una actividad industrial, agrícola, comercial, artesanal o profesional. La exoneración será del 50 por 100 de los derechos correspondientes a la transmisión mortis causa, cuando se cumplan las siguientes condiciones: a) Las participaciones de la sociedad deben ser objeto de un acuerdo colectivo de conservación de una duración minima de 10 años vigentes en la fecha del fallecimiento del causante, suscrito por el causante para si y para sucesivos causahabientes con otros socios; es lo que se denomina “pacte de actionnaires”, que es una figura creada en el Francia para fomentar el mantenimiento de estas empresas. b) El citado acuerdo debe comprender al menos el 25 por 100 de los derechos financieros y de voto de las acciones emitidas en el caso de sociedades cotizadas y del 34 por 100 en las no cotizadas. c) Cada uno de los adquirentes deberá adoptar el acuerdo de mantenimiento por un plazo adicional de 6 años, desde que termine el plazo de 10 años del - 78 - "pacte de actionnaires", que obligará al propio adquirente y a sus causahabientes a titulo gratuito. d) Uno de los asociados al “pacte de actionnaires” o uno de los adquirentes debe, durante los cincos años siguientes a la muerte del causante, ejercer una función de dirección en la empresa cuando la misma esté sujeta al Impuesto sobre Sociedades o debe constituir su actividad principal si se tratara de una sociedad unipersonal. Se concede el beneficio de considerar solamente la mitad del valor a los efectos del impuesto sucesorio en el supuesto de elementos afectos a una actividad económica, cuando se cumplan las siguientes condiciones: a) La empresa debe haber sido propiedad del causante durante al menos 10 años antes de su fallecimiento, si la adquirió a titulo oneroso. b) Cada adquirente debe tomar el acuerdo, obligándose ellos mismos y sus causahabientes a titulo gratuito, de conservar el conjunto de bienes afectados a la explotación durante 6 años desde la muerte del transmitente. c) Uno de los adquirentes debe proseguir efectivamente la explotación durante cinco años, desde la fecha de la adquisición. Además de las reducciones anteriores, existen un gran número de exoneraciones de otros bienes y derechos, entre los que cabe destacar las aplicables a explotaciones agrarias forestales y las personales en función de la citada relación familiar de parentesco con el causante. Las tarifas del Impuesto sobre las Sucesiones y Donaciones en Francia se estructuran en función de la citada relación familiar o de parentesco del adquirente con el causante. Conviene comparar con los tipos del Impuesto sobre Sociedades existentes en España para las entidades de reducida dimensión del 30 por 100 y general del 35 por 100; en Francia el tipo de este impuesto es el 35 por 100. B. GRAN BRETAÑA En el Reino Unido de la Gran Bretaña no existe un impuesto sobre el patrimonio equiparable al de España; no se gravan los elementos integrantes de la empresa familiar por esta vía. En el impuesto que grava las sucesiones y donaciones, se establece una deducción de la base imponible del 100 por 100 del valor de los bienes de las empresas individuales, de las sociedades no capitalizadas y de aquellas participaciones en sociedades, cuando la participación en ellas sea superior al 25 por 100 del capital en el caso de sociedades no cotizadas o se asegure su control en el caso de la cotizadas, lo que, en la práctica generalmente, quiere decir que se posea mas del 50 por 100 de su capital. - 79 - Se exige que, si son participaciones en sociedades, estas no se dediquen al comercio de valores, terrenos o inmuebles y que no se trate de sociedades de empresas o “HOLDING”. Cuando no se llegue al mínimo del 25 por 100 en sociedades no cotizadas se concede una deducción de la base del 50 por 100 del valor de las participaciones adquiridas. Se excluyen de las bonificaciones los bienes que no hayan sido utilizados de forma principal a los fines de la actividad económica durante los dos años anteriores a la defunción. Las donaciones están, como regla general, exoneradas de tributar en este impuesto y solamente se gravan si, a la fecha de la muerte del donante, no han transcurrido 7 años desde la donación, en cuyo caso se gravan como transmisiones “mortis causa” y tienen derecho a los beneficios fiscales antes expuestos si cumplen los requisitos establecidos. El tipo del impuesto sobre Sociedades en gran Bretaña del 30 por 100, frente al 35 por 100 que se aplica en España, aunque como se ha dicho, las entidades de reducida dimensión en nuestro país gocen del 30 por 100. C. ITALIA Italia no tiene establecido un Impuesto sobre el Patrimonio o sobre la fortuna y acaba de suprimir el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, por lo que las transmisiones gratuitas de cualquier tipo de bien o derecho no están gravadas. Únicamente quedan sometidas a un tributo de carácter registral, que no se puede equiparar a los impuestos transmisorios vistos en otros países de la Unión Europea o en España. El tipo del Impuesto sobre Sociedades en este país es el 37,3 por 100, superior a nuestros tipos, tanto al reducido del 30 por 100 como al general del 35 por 100. D. ALEMANIA En Alemania no existe actualmente en la practica un Impuesto sobre el Patrimonio puesto que el Tribunal Constitucional Federal en su decisión de 22 de junio de 1995, lo declaro inconstitucional por la desproporción de las valoraciones de los distintos elementos patrimoniales, tanto en este impuesto, como en el de Sucesiones, además el TFC obligaba al legislador a probar una nueva normativa para lo que estableció como fecha limite a del 31 de diciembre de 1996, llegado dicho plazo sin que el Parlamento alemán derogara la ley de impuesto sobre el patrimonio, ni promulgara una nueva ley de este impuesto, la norma ha quedado formalmente en vigor, pese haber sido declarada - 80 - inconstitucional, pero sin aplicación, por lo que no se gravan los bienes de este tipo de empresas por un impuesto patrimonial. En relación al impuesto sobre sucesiones y donaciones, la decisión del TFC de 22 de junio de 1995, también obligaba al legislador alemán a reformar dicho impuesto antes del 31 de diciembre de 1996. Se reformo la ley de este impuesto con efectos del 1 de enero de 1996 aunque es dudoso que se cumpliera con el mandato de conseguir el objetivo de igualar las valoraciones, puesto que las empresas se valoran, salvo determinados elementos patrimoniales de las mismas, por el valor de balance que no es equiparable al valor de mercado que se utiliza para otros bienes o derechos. La ley de impuesto sobre sucesiones y donaciones sigue manteniéndose tras la mencionad reforma porque, además, así lo exige el propio TFC en su decisión sobre los beneficios fiscales para el patrimonio empresarial y, en concreto, para la empresa mediana, concepto que puede equipararse al de la empresa familiar utilizado en este trabajo. Se concede exención fiscal en las adquisiciones mortis causa a los capitales invertidos en explotaciones agrarias, forestales, industriales, comerciales y artesanales, así como para las acciones, cuando representen al menos el 25 por 100 del capital de las sociedades capitalistas con el limite de 256.000 euros, límite global para todos los herederos que, para el caso de concurrencia de varios de ellos, deben ser repartido entre los mismos. Para el importe que supere dicho límite la reducción es únicamente del 40 por 100, por lo que se tributa sobre el 60 por 100 restante. El beneficio anterior se aplica con los mismos límites a las empresas personalistas. Se aplica la tarifa I del impuesto que es a más favorable, cualquiera que sea el parentesco del adquirente con el causante pero se exige el mantenimiento de las acciones durante 5 años. No se aplican bonificaciones en las donaciones y demás transmisiones “ínter vivos” a titulo gratuito. Si el pago del impuesto pudiera suponer peligro para la continuidad de la empresa puede solicitarse el aplazamiento del pago hasta un máximo de diez años. Dicho aplazamiento no genera intereses en el caso de sucesiones y un interés reducido en el de donaciones. - 81 - V. CONCLUSIONES En esta época de crisis se esta produciendo un gran cambio en lo que se refiere a las comunidades. Algunas de ellas han experimentado un “crecimiento espectacular”, muy por encima de la media española. Muchas otras, en cambio, están sufriendo “en sus propias carnes” los devastadores efectos de la citada crisis. Algunos empresarios familiares han tenido problemas y las medidas tomadas hasta se han evidenciado insuficientes para paliar el cierre de empresas y, especialmente, el goteo en la pérdida de empleos. Las asociaciones de empresas familiares están elaborando nuevas propuestas con un marcado cariz estructural “sin el cual entendemos imposible que la verdadera economía productiva salga de la crisis” (Según afirman sus propios portavoces). En las empresas familiares, como elementos claves del tejido productivo, “el dinamismo, la innovación, el carácter emprendedor, la constancia y la visión a largo plazo” constituyen factores que debe primar sobre otros que, aun siendo importantes, no gozarán, a buen seguro de la trascendencia de aquellos. La mayoría de las empresas familiares, a través de las asociaciones a las que se hallan adscritas, ya están pidiendo a la administración la adopción de medidas cuyo objetivo final resida en el desarrollo eficaz y sostenible de los factores antes mencionados. A título de ejemplo, una de las medidas respaldadas por “Empresa Familiar de Castilla y León” es que los protocolos familiares que regulan el relevo generacional en las empresas sean tenidos en cuenta como una garantía más para avalar la financiación de proyectos empresariales, ya que “la apuesta por el largo plazo, la planificación de la sucesión y el compromiso familiar son circunstancias que las entidades financieras deben valorar”. Ésta es una de las iniciativas incluidas en el documento de propuestas estructurales presentado hoy por “Empresa Familiar de Castilla y León”, en el que los empresarios familiares hacen mucho hincapié en el problema de la falta de financiación actual e insisten en la necesidad de aplicar la normativa contra la morosidad. Con respecto a la fiscalidad, se reconoce que la Comunidades Autónomas tienen escasas competencias en la materia y se aboga por el mantenimiento de las importantes bonificaciones fiscales conseguidas en los últimos años que, por otra parte, son esenciales para la continuidad de las empresas familiares, especialmente en lo concerniente al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Es imprescindible en estos momentos, teniendo en cuenta la situación económica y financiera y el incremento del IVA previsto para 2010, extender la reducción del tipo del Impuesto sobre Sociedades en cinco puntos a todas las empresas, tal como ya ha pedido el Instituto de la Empresa Familiar, y aprobar la exención fiscal de la reinversión de beneficios. - 82 - También se deben reducir los costos laborales. En el mercado laboral, los empresarios familiares deberían obtener una reforma que tenga como objetivo reducir los costes que conlleva el mantenimiento del empleo, costes que en España ascienden al 24% frente al 18% de media en Europa-. Entre otras medidas, se deben reducir los puntos de las cotizaciones que pagan las empresas a la Seguridad Social por sus trabajadores, ligar salarios a productividad, promover una nueva legislación en materia de absentismo laboral, diseñar un nuevo calendario laboral que permita trasladar las fiestas a los lunes o los viernes y que tenga una mayor coordinación con el calendario escolar. Estas líneas son para mejorar la gestión de los servicios públicos de búsqueda de empleo y permitir que las empresas tengan más facilidad para adaptar sus horarios y turnos laborales a sus necesidades de producción y demanda comercial. Los empresarios familiares deben instar a todas las administraciones a acelerar al máximo las obras pendientes para su mejora, al tiempo que hacen un llamamiento a la austeridad en las cuentas públicas, “para evitar que el déficit se convierta en un problema estructural”. En este sentido, se debe matizar que no se trata de hacer un simple recorte en los presupuestos, sino de llevar a cabo una verdadera reforma de la estructura y de la forma de funcionar de la Administración que permita reducir notablemente los costes administrativos e incrementar la productividad de los funcionarios para que su tendencia sea su equiparación a la del sector privado. Es conveniente reducir urgentemente las trabas administrativas e implementar una normativa coordinada entre las distintas Comunidades Autónomas que favorezca una unidad de mercado. Los empresarios familiares se muestran partidarios, en su documento, de un cambio hacia un modelo económico sostenible, que, a su juicio, debe hacerse mediante incentivos a un menor consumo y desarrollo de tecnologías más eficientes y energías renovables, a través de una reforma del sistema energético basado en la seguridad, sostenibilidad y eficiencia. Igualmente, para incrementar la capacidad innovadora consideran imprescindible mejorar el marco fiscal de la I+D+i, ampliando los conceptos y la naturaleza de los proyectos a los que puede ser aplicado, y dar un fuerte impulso al sistema de patentes estableciendo “que patentar en Castilla y León tenga coste cero”. - 83 - INDICE BIBLIOGRAFICO “Régimen Fiscal de la Empresa Familiar en España”, Juan Calvo Verges, Editorial Arazandi - 2006. “Libro la Gestión de la Empresa”, José Carlos Casillas, Carmen Díaz, Adolfo Vásquez, Editorial Thomson, 2006. “La Empresa Familiar. Fiscalidad, Organización y Protocolo Familiar”, J. Javier Pérez Fadón Martínez, Editorial CISS, 2005. “Régimen Tributario de la Empresa Familiar”, Antonio Vaquera García, Colección Fiscalidad Dykinson, Madrid 2004. “Fiscalidad de la Transmisión de Empresas en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones”, Francisco D. Adame Martínez, Editorial Comares, Granada 2008. “La Fiscalidad de la Empresa Familiar”, Asociación Española de Asesores Fiscales, Monografías n 15, Madrid Marzo 2000. “Cuestiones Tributarias de la Empresa Familiar”, Ana María Pita Grandal, Editorial Marcial Pons, Manuales Profesionales Tributario, Barcelona 2006. “Fiscalidad de la Empresa Familiar “, Gracia María Luchena Mozo, Editorial Atelier, Barcelona 2007. “El Régimen Jurídico Fiscal y Laboral de la Empresa Familiar “Rosa Galapero Flores, Ángel Arias Domínguez, Editorial Thomson y Aranzadi 2008. - 84 - INDICE Pág. I. INTRODUCCIÓN 2 II. LA EMPRESA FAMILIAR: CONCEPTO, CARACTERÍSTICAS Y PROTOCOLO 4 A. CONCEPTO DE EMPRESA FAMILIAR 4 B. DEFINICIONES DE CONCEPTO DE EMPRESA FAMILIAR 4 C. CONCEPTO DE EMPRESA FAMILIAR EN EL ORDENAMIENTO JURIDICO ESPAÑOL 5 D. LA NECESARIA PROTECCION CONSTITUCIONAL DE LA EMPRESA Y DE LA FAMILIA 8 E. ELEMENTOS DE LA EMPRESA FAMILIAR 9 F. CARACTERISTICAS 10 G. TIPOS 11 a) La empresa de trabajo familiar b) Empresa de dirección familiar c) Empresa familiar de inversión d) Empresa familiar coyuntural 11 11 11 11 H. EMPRESA FAMILIAR Y PYME 12 I. EMPRESA INDIVIDUAL FRENTE A LA FORMA SOCIETARIA 14 a) Empresa Individual b) Empresas colectivas societarias c) Las denominadas sociedades “holding” d) El tratamiento fiscal de la sociedad holding y sus ventajas J. EL PROTOCOLO FAMILIAR 14 15 16 17 17 a) Eficacia jurídica b) Sujetos c) Naturaleza jurídica d) Estructura e) Contenido 18 19 19 19 20 - 85 - Pág. f) Los Estatutos Sociales g) Eficacia del protocolo familiar h) Pactos con eficacia frente a terceros. Utilidad de los estatutos sociales III. EL RÉGIMEN TRIBUTARIO DE LA EMPRESA FAMILIAR 21 21 22 24 A. LA EMPRESA FAMILIAR Y EL IMPUESTO SOBRE LA RENTA DE LAS PERSONAS FISICAS 24 1. Cálculo de los rendimientos del ejercicio procedentes de un negocio familiar de empresario individual: Régimen de Estimación Directa, Régimen de Estimación Directa Simplificada y Régimen de Estimación Objetiva 25 a) Normas para determinar el rendimiento neto en estimación directa b) Normas para la determinación del rendimiento neto en estimación directa simplificada c) Normas para la determinación del rendimiento neto en estimación objetiva 2. Reglas especiales contenidas en la Ley reguladora del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas cuando se trate de operaciones entre familiares a) Régimen fiscal de las cesiones de bienes y servicios por familiares al empresario individual b) Rendimientos del capital inmobiliario para el supuesto de parentesco entre las partes c) Régimen de atribución de rentas d) Transmisión de la totalidad de la empresa Inter vivos e) Transmisión de fincas rusticas o explotaciones agrarias f) Individualización de rentas empresariales B. LA EMPRESA FAMILIAR EN EL IMPUESTO SOBRE EL PATRIMONIO 25 28 30 34 34 34 35 38 39 39 44 1. Diferenciación entre Patrimonio de la empresa familiar y Patrimonio personal del individuo 44 2. Hecho imponible del Impuesto sobre el Patrimonio. Supuestos de exención 45 3. Elementos afectos a Actividades Económicas. Bienes y Derechos afectos a Actividades Empresariales o Profesionales 46 - 86 - Pág. 4. Participaciones en Entidades como bienes y derechos exentos del Impuesto 50 a) Participaciones en Entidades b) Requisitos relativos a la Entidad Participada c) Requisitos que se refieren al titular de las participaciones d) Determinación del importe objeto de la exención 5. Normas comunes a la aplicación de ambas exenciones 6. Valoración de Elementos Patrimoniales 50 51 54 57 57 58 C. LA EMPRESA FAMILIAR Y EL IMPUESTO SOBRE SUCESIONES Y DONACIONES: REDUCCION EN LA BASE IMPONIBLE DEL IMPUESTO SOBRE SUCESIONES Y DONACIONES EN LA TRANSMISION DE LA EMPRESA FAMILIAR 59 1. Reducción en la Base Imponible del IS y D a) Donaciones mortis causa 1. Requisitos de la reducción en transmisiones lucrativas mortis causa 2. Sucesor de la empresa y parentesco con el causante 3. Bien objeto de transmisión al que es aplicable la reducción 4. Valoración de los bienes sobre la que ha de aplicarse la reducción 5. Gestión del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones 6. Continuidad en el ejercicio de la actividad por el Adquirente b) Transmisión ínter vivos de participaciones en entidades. Articulo 20.6 de la Ley del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones 59 61 63 65 67 67 67 70 71 IV. COMPARACION CON EL REGIMEN FISCAL DE OTROS PAISES 79 A. Francia 79 B. Gran Bretaña 80 C. Italia 81 D. Alemania 81 - 87 - Pág. V. CONCLUSIONES 83 ÍNDICE BIBLIOGRÁFICO 85 ***** - 88 -
Puede agregar este documento a su colección de estudio (s)
Iniciar sesión Disponible sólo para usuarios autorizadosPuede agregar este documento a su lista guardada
Iniciar sesión Disponible sólo para usuarios autorizados(Para quejas, use otra forma )