La Mejor Solución Laboral para el Retiro Por Act. Salvador Milanés, socio de Bufete Matemático Actuarial, S.C. Cuando un trabajador en México alcanza la edad de jubilación ante el IMSS (a los 65 años de edad), la empresa tendrá que adoptar alguna de las siguientes posturas: Dejar que continúe trabajando indefinidamente Implica seguir cubriendo su salario y sus prestaciones paralelas (aproximadamente 40% adicional a su salario) sobre una base anualmente creciente y un rendimiento generalmente decreciente, lo que equivaldría a “jubilarlo en la nómina”, al costo más alto posible. Representa una carga económica para la empresa sin beneficio para sus trabajadores y un daño social para los jóvenes que estén en posibilidad de ocupar nuevos puestos de trabajo. Separarlo mediante indemnización legal una El pago que haga la Empresa será deducible hasta el momento de efectuarlo. No podría ir haciendo deducible la creación previa de una reserva para tal efecto. Se deduce el “gasto” en vez del “costo”, contraviniendo el principio contable de registrar los pasivos cuando se causen, y no cuando se cubran. Al recibir una importante cantidad de dinero en una sola exhibición, el que lo recibe estaría tentado a gastarlo, toda vez que los 65 años no es la mejor edad para comenzar a aprender a administrar dinero, sobre todo si el empleado nunca se tuvo que preocupar por ello, ya que recibía quincenalmente su salario. Además, el gravamen fiscal es muy alto. Adoptando esta postura, la empresa de hecho estaría despidiendo a sus empleados, lo cual no es bien visto por éstos, ni por futuros empleados, ni por otras empresas del medio. La Mejor Alternativa para su Empresa Jubilar a los trabajadores a través de un plan de pensiones complementario a los beneficios del Seguro Social Esta forma es la única que permite ir creando en forma deducible para efectos fiscales una reserva gradual y paulatina que calculada actuarialmente sea suficiente para afrontar en su oportunidad los pagos que proceda ir cubriendo a los trabajadores que se retiren. Se deduciría fiscalmente el “costo” en vez del “gasto”. No representaría un nuevo costo para la Empresa, ya que individualmente sería equivalente, en su valor presente, a la cantidad que le correspondería al trabajador en caso de ser indemnizado conforme a la ley. Están exentos del pago del ISR los rendimientos generados por la inversión de dicha reserva, siempre y cuando se capitalicen en el mismo fondo. Al recibir una pensión mensual vitalicia, el trabajador no tendrá que preocuparse en cómo administrar su dinero, ya que éste será administrado por un experto, ya sea un fiduciario o una aseguradora. El gravamen fiscal en la mayoría de los casos es cero, y en salarios mayores es mucho menor que si lo recibiera como liquidación. El trabajador podrá optar, si así lo desea, por escoger una pensión mancomunada con su cónyuge, para que en caso de fallecimiento, éste continúe recibiendo la pensión. En caso de no tener cónyuge pero tener hijos o nietos que dependan económicamente de él, podría escoger una pensión con garantía de 10, 15 o 20 años, e.g. para asegurar su educación. La empresa mantendría una buena imagen y proyectaría solidez y confianza a sus empleados actuales, y seguridad a los futuros al saber que cuentan con un Plan de Pensiones bien estructurado, y por lo tanto no serán despedidos cuando por su edad ya no se consideren útiles a la empresa. Objeciones que podría tener la empresa (el patrón): No querer deshacerse de un empleado en particular por ser un elemento clave o para aprovechar su experiencia. La empresa podría contratar como asesor externo a aquel trabajador que, ya jubilado, le pueda seguir ofreciendo su experiencia, lo que le permitirá al jubilado percibir un ingreso por honorarios, adicional al monto de su pensión con un costo menor para la empresa. Cabe señalar la importancia de que se maneje con cuidado el aspecto laboral de este arreglo. Separar al trabajador sin indemnizarlo y estar dispuesto a ir a juicio si es necesario. A la larga esta solución es la más cara, ya que invariablemente terminarán pagando la indemnización legal, además de los honorarios a abogados durante un periodo que puede durar años. Además, la imagen de la empresa se deteriora y puede causar inseguridad y conflicto entre los empleados recordando que quienes le dedicaron los mejores años de su vida, en lugar de haberse hecho acreedores a una pensión por jubilación bien merecida, fueron despedidos sin llevarse nada. En el caso remoto de que el juicio se gane, además de que el empleado no tendrá con qué ¿Qué dicen las leyes al respecto? Ley Federal del Trabajo.- No establece la obligación de jubilar al trabajador. Esto es responsabilidad del Seguro Social. Sí establece la obligación de cubrir una Prima de Antigüedad a todos los trabajadores que se retiren involuntariamente y a los que lo hagan voluntariamente después de 15 años de servicio (Art. 162). Impone al Patrón la obligación de indemnizar a los trabajadores que separe sin causa justificada, con un pago igual a 3 meses de salario, más 20 días de salario por cada año de servicios prestados (Art. 50), además de la Prima de antigüedad que le corresponda, siendo altamente improbable que un trabajador que alcance la edad de retiro renuncie espontáneamente a la empresa sin recibir una liquidación por retiro o una pensión de jubilación de la empresa complementaria de la del IMSS. Ley del IMSS (Afores).- Establece una pensión por vejez, la cual comienza a pagar a los trabajadores que cumplan 65 años de edad, siempre que hayan cotizado durante por lo menos 10 años (bajo la Ley anterior, o 25 bajo la nueva Ley). Esta pensión, bajo la Ley anterior, es un monto conocido (beneficio definido) proporcional a los años cotizados y al sueldo promedio de los últimos 5 años de servicios prestados. Bajo la Nueva Ley, el beneficio no se conoce de antemano, éste dependerá de los rendimientos que obtenga la Afore elegida. Esta pensión no es suficiente (ni en la Ley anterior, ni en la nueva según estimaciones que hemos hecho) para mantener el nivel de vida al que el trabajador y su familia están acostumbrados, salvo en niveles cercanos al salario mínimo y con amplia antigüedad. Ley del ISR.- Las aportaciones que anualmente haga la empresa a un fondo de pensiones o de retiro de carácter general, estarán exentas del pago del ISPT, siempre y cuando sean avaladas por un cálculo actuarial firmado por un actuario con cédula profesional y se hagan en cualquiera de los 3 instrumentos que esta Ley señala: Un fideicomiso, un Contrato de Depósito con una Aseguradora o un Contrato de Depósito en Administración con una Casa de Bolsa o Administradora de Fondos de Inversión. Los rendimientos que obtenga el fondo también serán exentos del pago de impuestos, siempre y cuando se reinviertan en el mismo fondo. Exceptúa del pago de impuestos, a los ingresos provenientes de pensiones mientras no excedan de 9 veces el salario mínimo. Boletín D-3.- (aunque no es una ley, sí es un requisito contable) A partir de enero de 1993, las empresas en México tienen la obligación de reflejar sus pasivos laborales de acuerdo con los principios señalados en el Boletín D-3 emitido por el Instituto Mexicano de Contadores Públicos. En enero de 1997 aparece la Circular 50, que obliga a reconocer y revelar las remuneraciones al retiro, sean formales o informales, entrando aquí las pensiones por jubilación sustitutas de una indemnización, legal o no, pagadera al retiro. En enero de 1999 aparece el Nuevo Boletín D-3, que es básicamente el anterior pero con las adecuaciones de la Circular 50. En enero de 2004, se publica un nuevo D-3, que obliga a las empresas a partir del 1 de enero de 2005 a realizar una valuación actuarial para estimar el pasivo que representan los pagos por terminación de la relación laboral por causas distintas de reestructuración. subsistir, lo único que estaría logrando la empresa es el rencor por parte del trabajador retirado y la expectativa de los demás trabajadores de verse en el mismo caso. Conclusiones.A raíz de la emisión del Boletín D3 por el IMCP, las empresas que no lo habían hecho antes, están empezando a reflejar su pasivo laboral correspondiente al pago de la Prima de Antigüedad. Con esto lo único que están resolviendo es que sus auditores no les pongan una nota de salvedad, es decir, están cumpliendo con un requisito contable, pero no están resolviendo realmente su problema laboral, ya que un trabajador que llegue a los 65 años de edad, no se irá de la empresa sólo con el pago de su Prima de Antigüedad, que siendo una cantidad limitada al doble del salario mínimo representa la mínima parte de una indemnización. La edad no es causal de rescisión de trabajo para ningún empleado, y para retirar a alguien que llegue a los 65 años de edad habrá que darle, además de su prima de antigüedad, 3 meses más 20 días por cada año de servicios, por lo que las empresas deben reflejar no sólo el pasivo correspondiente a la Prima de Antigüedad, sino también el pasivo que representaría una futura indemnización. Además, al no reconocer este pasivo, se estaría descapitalizando a la empresa, ya que se estarían pagando impuestos, participación de utilidades a los trabajadores y tal vez dividendos a los accionistas, sobre una utilidad mayor a la real, por no descontarle a ésta el costo que cada año se debería registrar para cubrir en su oportunidad dicho pasivo. Cada empresa debe analizar este pasivo según sus circunstancias particulares, ya que se pueden tener distintas obligaciones dependiendo de Contratos Colectivos de Trabajo o de políticas que se hayan convenido para el retiro de su personal. Constituya un Fondo Para el Pago de Pensiones. Ahora bien, la creación de una reserva para pago de indemnizaciones no sería deducible, y en cambio la creación de un fondo para pago de pensiones sí lo sería. Cuando una empresa tiene establecido un Plan de Pensiones, ya no se tiene que preocupar por decidir a quién sí o a quién no le va a pagar su indemnización legal, ya que será el resultado de un mecanismo (como debe ser) generalizado, y por lo mismo, justo. Es la solución óptima económica y social. Se debe ver a la jubilación, no como una conquista laboral irreversible por parte de los trabajadores (posición de extrema izquierda), ni como una dádiva graciosa y unilateral que por conmiseración dé el patrón (posición de extrema derecha), sino como un salario diferido que la empresa tiene que ir acumulando en un fondo durante la carrera laboral de sus empleados, de la misma forma que tiene que ir acumulando su aguinaldo durante todo el año, de manera que al alcanzar éstos la edad de jubilación, siguiendo un proceso natural, comiencen a percibir su pensión, como lo tienen establecido la mayor parte de las empresas en países como Estados Unidos y Canadá. Y no sólo las empresas medianas y grandes, también las pequeñas y sobre todo las llamadas familiares, que ante la globalización tendrán que volverse competitivas no sólo en costos, sino también en prestaciones; y mientras más tarde comiencen a constituir sus fondos, más les habrá de costar, por la mayor antigüedad acumulada y el menor tiempo que falte para la jubilación de cada quien. *************** Acerca del autor: El actuario Salvador Milanés es socio de Bufete Matemático Actuarial, S.C., Firma que cuenta con más de 40 años de experiencia en el campo de la consultoría actuarial en México. Entre sus clientes se encuentran empresas de primer orden como: Grupo Modelo, Grupo Bimbo, Grupo Femsa, Unilever, Peñoles, Grupo Televisa, Teléfonos de México, Casa Cuervo, Grupo Alpura, Conservas La Costeña, Nacional Financiera, entre otras. 6 Falsas creencias sobre los Planes de Pensiones 1. Los Planes de Pensiones son sólo para empresas grandes. Quizá sea incluso más necesario para una empresa pequeña establecer un Plan de Pensiones que para una grande, debido a que si en una empresa grande, llega por ejemplo un director a una edad de retiro y la empresa no tuviera establecido un Plan de Pensiones y le tuvieran que dar como indemnización legal una cantidad fuerte de dinero, digamos 2 millones de pesos, para una empresa grande probablemente esto no sea un golpe muy fuerte, y en cambio una pequeña se puede quedar incluso sin utilidades ese año. 2. Es muy caro establecer un Plan de Pensiones La solución más cara, como ya vimos, sería no establecerlo y tener en nómina a empleados de más de 65 años de edad, ya que si un empleado gana 100 nominales, a la empresa por lo menos le cuesta 140, y él se lleva a su casa 70 netos en promedio, o sea, por cada 2 pesos que le cuesta a la empresa, el empleado realmente recibe uno. Si lo jubilaran, el IMSS le daría en promedio 50, por lo que con que la empresa le diera 20, el empleado se jubilaría con 50 del IMSS más 20 del Plan, o sea, con los mismos 70 que gana hoy; esto quiere decir que jubilado le costaría a la empresa 20, mientras que activo le está costando 140 mensuales, o sea, 7 veces más, en promedio. La discusión no es si un Plan de Pensiones es caro o barato, ya que éste es simplemente una manera de hacer frente a las obligaciones que tiene la empresa ante el personal que llegue a una edad de retiro. Será caro, si su personal está ya muy envejecido; o barato, si es aún joven. 3. El personal que labora en mi empresa es muy joven, por lo que no considero necesario establecer un Plan de Pensiones Entre más joven sea el personal de una empresa, más barato será establecer un Plan de Pensiones, pero eso no significa que no va a haber empleados que lleguen a una edad de retiro. En cualquier empresa en México existe una puerta de entrada y 5 puertas de salida: separación voluntaria, despido, muerte, invalidez y jubilación. Es decir, si yo entro a trabajar a una empresa, y nunca renuncio, nunca me corren, nunca me muero y nunca me invalido, pues forzosamente voy a llegar a una edad en la que la empresa tendrá que tomar una decisión: dejarme en nómina indefinidamente, liquidarme, o establecer un Plan de Pensiones y jubilarme. 6. Los Planes de Pensiones no sirven 4. Establecer Pensiones prioritario La realidad es que cuando en lugar de establecerse como condición para jubilarse el alcanzar cierta edad comprendida entre los 60 y los 65 años de edad (que es lo normal en un Plan complementario del IMSS), se establece por ejemplo que con 28 años de servicios un trabajador pueda jubilarse, sucede que si entró a trabajar a los 18, a los 46 ya alcanza ese derecho, lo cual resulta impagable a largo plazo. un Plan no de es Habría que analizar relamente cuáles debieran ser las prioridades de una empresa, y seguramente lo primero es sobrevivir; pero recuerde que en caso de quiebra, fusión, etc., los pasivos laborales son prioritarios incluso antes que los fiscales. 5. Establecer un Plan de Pensiones es muy complicado Probablemente los cálculos actuariales sean complejos, pero para eso estamos nosotros; ustedes no tienen por qué preocuparse, nosotros de hecho nos convertiríamos en el departamento actuarial de su empresa. Haríamos el diseño, la valuación y hasta la comunicación del Plan al personal si ustedes así lo quisieran. Ustedes sólo nos tendrán que dar algunos datos de su personal de planta una vez al año, y nosotros a partir de esa información actualizaríamos cada año el estudio, entregándoles un reporte muy completo en el que les indicaremos a cuánto ascienden sus obligaciones laborales tanto por jubilación como por primas de antigüedad, y cuánto es lo que tienen que aportar al fondo cada año. Ustedes tendrían todo el año para hacer esa aportación como más les convenga: al principio del año, al final del año, o en mensualidades. Desgraciadamente al enterarnos de que empresas como el mismo IMSS o PEMEX tienen por contrato colectivo de trabajo planes de pensiones carísimos, es muy fácil satanizar todos los planes de pensiones. Nosotros nunca recomendaríamos establecer una jubilación por antigüedad. Creemos que lo más importante al establecerse un Plan de Pensiones es encontrar el equilibrio entre costo y beneficios, a largo plazo. El caso opuesto que también escuchamos muchas veces es el de jubilados a los que ya no les alcanza para nada su pensión, y esto se debe a que hay empresas que no establecen políticas de revaluación de pensiones para que éstas no pierdan su poder adquisitivo por la inflación, lo cual también es injusto. Nosotros recomendamos mecanismos para revalorizar las pensiones de los jubilados, sin que esto represente un costo adicional para la empresa. *************** En fin, sobre este tema podríamos profundizar mucho más, pero para no extendernos más en este espacio, lo invitamos a ponerse en contacto con nosotros, y con gusto lo vamos a ver. Tel. 11 01 06 00 Fax. 55 80 13 05 [email protected]