Primer premio: Un sueño biónico

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UN SUEÑO BIÓNICO
Soy Javier Martin, tengo 16 años y soy originario de un pueblo cercano a Zaragoza. Estoy
estudiando 4º de la ESO y llevo idea de seguir con bachillerato, sólo por decisión de mis padres
que desean lo mejor para mi futuro; la verdad es que no me gusta mucho estudiar, como todo
adolescente de esta edad no le veo sentido práctico el estudiar historia, matemáticas, inglés…
Mi sueño es ser DJ profesional, bueno… era mi sueño. Hace un año, perdí la mano derecha en
un accidente de coche, resulta que volvía de una fiesta de un pueblo cercano, eran las dos de
la mañana cuando dos amigos y yo decidimos regresar a casa. Habíamos bebido un poco, pero
aun así mi amigo de dieciocho años, que recientemente se había sacado el permiso de
conducir, no le dio importancia y nos trajo de vuelta. Durante el trayecto seguíamos
escuchando música a tope, siguiendo con la fiesta; hasta que de pronto nos dimos cuenta de
que venía un coche enfrente de nosotros. El alcohol había alterado la acción de los
neurotransmisores, lo que implicaba que sufriese una disminución de la alerta, un retardo de
los reflejos y una disminución de la concentración. Mi amigo estaba circulando por el carril
izquierdo, era de noche y la probabilidad de accidente era muy alta. Mi amigo que conducía en
aquel momento, Juan, dio un giro brusco con el volante provocando que el coche se saliese de
la carretera sin control y cayendo barranco abajo unos 10 metros. El coche dio varias vueltas
de campana y terminó de lado, yo tenía la ventanilla abierta durante la caída y me agarré al
techo exterior del coche para no salir disparado. Con mala suerte mi mano quedó entre el
suelo y la carrocería del coche. Cuando llegaron los bomberos y los equipos sanitarios dieron la
vuelta al coche y nos sacaron a los tres. Corriendo me subieron a la carretera por la que nos
habíamos salido y me llevaron en ambulancia al hospital Miguel Servet de Zaragoza, a partir de
aquí ya no me acuerdo de nada más hasta tres días después, que me despierto en una
habitación individual con televisión, una camilla, y un sofá grande. De lo primero que me di
cuenta es de la presencia de mis padres, que siempre me acompañan, de lo segundo fue de
que… ¡Me faltaba la mano derecha! Solo tenía un muñón. Mis padres entonces al ver mi
reacción me dijeron de forma delicada que me habían tenido que amputar la mano.
Un año después.
Todavía sigo intentando acostumbrarme a mi nueva vida, sin mano derecha; me cuesta mucho
escribir con la mano izquierda por lo que la mayoría de veces escribo a ordenador. Mis padres
y yo tenemos un sueño en común, ya no es ser DJ profesional, ahora nuestro deseo es
conseguir una prótesis biónica para poder tener una mano. Tras un largo periodo de
investigación por nuestra parte hemos planeado un viaje a Estados Unidos, este viaje no es
turístico, sino que el objetivo es instalarme una de las más novedosas manos biónicas del
mercado, totalmente eléctrica, sensor de señales nerviosas más sensible, estética mejorada,
mayor precisión y lo más novedoso, sentido del tacto. La colocación se realizará en un hospital
privado, hemos contactado con uno de los mejores médicos estadounidense, el único
problema ha sido que ni yo ni mis padres sabemos inglés, ahora ya entiendo por qué es
importante estudiar, así que tuvimos que pedir la colaboración de mi tía, que es profesora de
inglés.
Un mes después.
Ha sido un largo viaje, ya estamos en Washington, concretamente en el Hospital Central de
Washington. Estoy en la sala de espera para hacer los moldes para la prótesis, aunque solo me
tengan que colocar la mano, es necesario hacer un molde de todo el antebrazo, pues es donde
se encuentran los nervios, concretamente el radial, el mediano y el cubital.
Ya me han hecho el molde y la información ha sido enviada a una fábrica del sur de EEUU,
tardarán dos días solamente en incorporar el antebrazo de acrílico con los sensores a la mano
ya fabricada anteriormente.
Durante que en la fábrica se ensambla la prótesis, me hacen una prueba mioeléctrica, para
ello me ponen unos electrodos en el muñón para saber la cantidad de señal emiten los nervios
y también necesitan conocer si tengo capacidad para separar las contracciones, es decir, si soy
capaz de contraer o flexionar un músculo y relajar el opuesto. Si la prueba da negativo, todo el
dinero de los moldes y del viaje lo habremos perdido, menos mal que da positivo. El total del
implante con gastos de estancia incluidos es de 30.000 €, hemos pedido un préstamo al banco,
que pienso ayudar a mis padres a devolverlo haciendo un show como DJ con todo lo que he
aprendido hasta la tragedia, eso si ya podré lucir mi nueva mano.
Ya tengo colocada la prótesis, es impresionante, lo manejo con el cerebro, eso se debe a que el
cerebro manda la orden nerviosa a los nervios, los sensores captan la señal y la interpretan con
un sistema informático que está programado.
Ya estoy en mi pueblo, justo he terminado de pinchar para prepararme la sesión de mañana.
Sé que va a venir mucha gente y recaudaré junto a mis padres muchos fondos, para no
endeudarnos.
El concierto ha salido genial, mi nueva mano me permite realizar movimientos de precisión,
hemos recaudado 5.000€, nos ayudará a pagar. Estoy pretendiendo sacar buena nota para
selectividad y poder hacer una carrera de ingeniería de sonido. Mi sueño se ha cumplido, tener
una mano nueva.
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