El engendro de Wert Con la gestación de la LOMCE, nuestro ilustrado sociólogo ha alumbrado además un modelo de negociación inédito, que consiste en plantear una postura inicial e ir radicalizando ésta, en vez de suavizándola, con cada nuevo borrador o enmienda. Sirva de ejemplo el tratamiento de la materia de Religión: primero se elimina la Educación para la Ciudadanía (que se imparte en todos los países civilizados de nuestro entorno y es objeto de evaluación internacional en el informe ICSS, un examen tipo PISA sobre Educación Cívica). A continuación se establece una 'alternativa dura' a la Religión. Después se conviene que la nota en Religión puntúe en el expediente como la Física o la Lengua, y finalmente se abre la puerta a su oferta obligatoria también en Bachillerato. Esto contrasta con la opinión de los católicos practicantes españoles, conocida hace unos días a través de un sondeo de Metroscopia, que apuestan mayoritariamente por la eliminación de los privilegios estatales a la Iglesia. Podemos aún así consolarnos: si esto dura otro mes, nos nombran secretario de Estado a monseñor Martínez Camino , que ahora anda desocupado. Fijo. Es de justicia reconocer, no obstante, que no todo ha sido rodillo e imposición con la LOMCE: los legisladores populares han aceptado alguna que otra enmienda, como una de UPN para que los centros privados que separan a los machos de las hembras puedan pedir concertación (dinero público) al Estado este mismo año sin necesidad de «justificar de forma objetiva y razonada» su modelo educativo. Si el Supremo dictamina que no puedes financiar a colegios segregadores, cambia la ley. Fácil. No quiero acabar sin tener un recordatorio especial para Montserrat Gomendio, secretaria de Estado de Educación, mamporrera de Wert e ideóloga de toda esta retahíla de barbaridades que es la LOMCE, así como para Tomás Fraile Santos , su jefe de Gabinete y brazo ejecutor. Montserrat tiene un patrimonio declarado que supera los 14,5 millones de euros, por lo que no extraña que declare sin sonrojo que birlarles cien euros más al mes a los pobres Erasmus tampoco es para tanto. Sin vosotros todo esto no hubiera sido posible. Con la LOMCE aprobada, es posible que Rajoy, responsable último, que a nadie se le olvide, de la criatura, dé por amortizados a Wert y compañía. Probablemente el primero será acomodado en las listas de las europeas o bien volverá a sus trabajos con Pedro Arriola o a sus tertulias radiofónicas, de las que nunca debió salir. Peor lo tendrá Gomendio para volver al CSIC, o lo que queda de él tras las sucesivas podas, aunque, por fortuna, a ésta no le aprieta el cinturón. En cualquier caso, el daño está hecho y el engendro se queda aquí. Su vida será a buen seguro corta, muy corta, pero todo el tiempo que repte entre nosotros será aún así demasiado. Y mientras discutimos de LOMCE, de catalanes y de reválidas, nuestro flamante consejero de Educación y delfín valcarceliano, Pedro Antonio Sánchez, anda estos días dándole vueltas a la privatización (perdón, externalización) las clases de refuerzo que nuestros institutos públicos 1/2 El engendro de Wert venían ofreciendo por las tardes a los alumnos más necesitados (Plan PROA), para entregarlas ahora al mejor postor. Pero de ésta y otras cuestiones hablaremos en la próxima columna. (Artículo publicado en diario La Opinión de Murcia el 23/11/2013: http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2013/11/23/engendro-wert/515723.html) 2/2