ACIDO FORMICO

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ACIDO FORMICO
Una nueva forma de aplicación del producto en las colmenas.
E. RADEMACHER, B. POLACZEK y B. SCHRICKER
Instituto de Zoología. Universidad Libre de Berlín
El trabajo muestra los ensayos realizados con ácido fórmico al 60% utilizado en colmenas de
alzas con ayuda de un aplicador para permitir una evaporación uniforme. El producto se aplicó
en julio y septiembre, a una dosis de 85 g por colonia; en verano la eficacia obtenida fue del
85%, mientras que en el otoño alcanzó el 96%, con una variación mínima. En la cría operculada
el efecto acaricida fue del 90% aproximadamente. Los autores no constataron una mortalidad de
abejas anormalmente elevada ni daños en las reinas.
El ácido fórmico no es nuevo como medio para la lucha contra la varroasis. Desde 1979 se
experimenta con él en Alemania, con mayor o menor éxito.
El tratamiento con ácido fórmico ha planteado siempre dos problemas: por una parte, una fuerte
variación en el índice de mortalidad de los ácaros, por lo que el resultado del tratamiento siempre
era inseguro; por otra, las crías a punto de nacer, las abejas jóvenes o las reinas sufrían algún tipo
de daño. El ácido fórmico, que tiene a su favor el hecho de que los residuos en la miel son
mínimos, requiere que se optimice su forma de aplicación para avanzar hacia la obtención de un
medicamento contra la varroasis de amplia utilización.
Hemos probado el ácido fórmico en diferentes formas de aplicación en las colonias, habiendo
valorado la efectividad contra Varroa jacobsoni, así como la inocuidad para las abejas.
La forma de aplicación que se mostró más favorable fue la introducción del ácido fórmico con la
ayuda de un aplicador (según Becker) que permite la emisión de la sustancia activa
uniformemente. De esta forma conseguimos una mortandad de los ácaros superior al 90%.
Las desventajas de un tratamiento con ácido fórmico producidas con otros tipos de aplicación,
como la pérdida de reinas y abejas jóvenes o las grandes variaciones en la efectividad, no
aparecieron en este caso.
Material y métodos.
El aplicador consta de un tubo lleno con ácido fórmico en el que se introduce por la boca de
salida una superficie de evaporación de papel de fieltro, que según la densidad de la colonia
puede tener un tamaño diferente (figura 1). El aplicador se cuelga en un pequeño cuadro vacío
junto al nido de cría.
El efecto del ácido fórmico en las abejas y en los ácaros con esta forma de aplicación se probó en
6 colonias experimentales durante el mes de julio, directamente después de la cosecha, y en otras
10 colonias en septiembre. El grupo de control fue de 3 colonias, respectivamente, con abejas
Apis mellifera cárnica. Para comprobar la efectividad e inocuidad para las abejas en las mismas
condiciones, las colonias se colocaron en el mismo tipo de colmena y con una densidad de
población y situación de cría uniformes.
Las abejas se instalaron en colmenas de alzas (Styropor) con un volumen de 40,5 dm3 y con 9
cuadros, lo que significaba unos 17.000 individuos.
Había cuadros de cría en todas las etapas de desarrollo, siempre exclusivamente de obreras, y se
buscó que en cada colonia hubiera como mínimo un panal de cría operculada. En éstos se
comprobó la influencia del ácido fórmico sobre la cría operculada.
Durante el tratamiento se mantuvo a la reina enjaulada para evitar una nueva puesta.
Cada colonia recibió 85 g de ácido fórmico al 60%, la cantidad de evaporación pudo valorarse
diariamente mediante el pesado.
Los ácaros muertos se recogieron diariamente en los fondos de las colmenas preparados para
ello.
Es necesario conocer el porcentaje total de invasión de ácaros para poder determinar la
proporción de Varroas muertas. Para realizar el conteo se actúa a varios niveles:
Sobre las abejas adultas se hace el recuento de ácaros que quedan mediante un tratamiento con
Folbex VA en el enjambre artificial.
Los panales de cría operculada se extraen y se introducen en unas bolsas especiales que se
colocan en una incubadora a 32° C y con una humedad del 70%.
Los ácaros que salieron de las celdillas junto con las abejas jóvenes se contaron también con un
tratamiento con Folbex VA; los que quedaron en el interior de las celdillas, tanto los vivos como
los muertos, se contaron con la estereolupa. Además las Varroas que cayeron al salir las abejas
de las celdas quedaron atrapadas en los fondos.
Gracias a estos conteos se pudo determinar los ácaros que quedaban en la cría, la invasión total
de ésta y, por tanto, el grado de eficacia del ácido fórmico en las celdas de cría.
En las colonias de control se utilizó un aplicador vacío y se manipularon del mismo modo que
las colonias experimentales, por lo tanto, se abrieron con frecuencia, se introdujo algún panal y
se cambiaron los fondos.
El efecto del ácido fórmico en las abejas se valoró a través de los individuos muertos (abejas
adultas y a punto de salir) existentes en la colmena antes y después del tratamiento. No
comprobamos el efecto sobre la cría más joven, ya que según se conoce reacciona con poca
sensibilidad al ácido fórmico. Las reinas se mantuvieron en observación de 2 a 9 meses después
del tratamiento.
La temperatura exterior (valor máximo diario) osciló durante el período del tratamiento en julio
entre 20,2° y 24,7° C, y en septiembre entre 17,5° y 25,9° C.
Resultados y discusión.
En la figura 2 (a,b) se representan por separado las cantidades de evaporación diarias para las
series de ensayos de julio y septiembre.
En julio la dosis total de ácido fórmico (85 g) se evaporó en 4,7 días, a razón de una evaporación
media diaria de 18,3 g, con valores entre 20 g y 30 g en los tres primeros días. En septiembre
fueron necesarios hasta 13,0 días, a razón de un valor medio diario de 7,8 g.
La mortalidad de ácaros alcanzó en las abejas adultas el 89,0% en julio (mínimo 53,3%, máximo
97,4%) y el 95,9% en septiembre (mínimo 84,6%, máximo 99,6%), véase la figura 3.
De los ácaros que parasitaron durante el tratamiento en las celdas de cría operculada, murieron
en el verano el 8,6% (mínimo 61,5%, máximo 94,1%), y en otoño el 91,5% (mínimo 86,4%,
máximo 100%, figura 3). Si se considera conjuntamente el efecto acaricida sobre las abejas
adultas y la cría operculada, se alcanza una mortandad media del 88,95% en julio y del 95,7% en
septiembre. El resultado del tratamiento es por lo tanto mejor en septiembre, y también más
uniforme, que en julio.
La cantidad de evaporación no indica en los valores diarios individuales, como tampoco en los
valores medios, ninguna relación estrecha con los datos de mortalidad de los ácaros (figura
4,tabla 1). Por lo tanto, una gran cantidad de ácido fórmico evaporado no supone una gran
mortalidad de ácaros. Más bien, debe mantenerse una dosis regular durante un período
determinado para obtener buenos resultados.
Para el lector interesado en datos matemáticos cabría decir que los valores de r = 0,4, para los
análisis de regresión de la evaporación media diaria y la eliminación de ácaros, por ejemplo en
julio, indicaron que el 40% de variación total podía imputarse a la regresión, el 60% es casual.
Se probaron diferentes dosis, y de entre ellas una dosis mayor de 15 gramos / día en verano y una
dosis mayor de 6 gramos / día en otoño mostraron un elevado porcentaje de eficacia en la
mortandad de Varroas.
Dentro de ambos grupos experimentales, no se produjeron entre las colonias diferencias
significativas en la efectividad. Sólo la colonia 6 de la serie de ensayos del verano (tabla 1)
muestra un índice de eficacia bajo con una evaporación evidentemente inferior, pero por lo que
puede verificarse en los datos, no se debe a una aplicación de una dosis inferior a la mínima. La
determinación de la dosis mínima a aplicar se efectuará en otras series de ensayos.
Resulta sorprendente la diferencia en las reacciones producidas en verano y en otoño. En otoño
se consigue un alto grado de eficacia, con una mínima variación, durante un período de tiempo
prolongado, con índices de evaporación bajos, así como con una amplitud de variación mínima.
Las causas biológicas tendrían aquí un significado decisivo. La colonia está sometida de julio a
septiembre a intensas modificaciones; se prepara para invernar, las abejas de verano son
sustituidas por abejas de invierno. El comportamiento de las abejas, la reducción del nido de cría
y de la temperatura de la colmena influyen fundamentalmente en la presión de vapor del ácido
fórmico en el paso entre dos panales y con ello, en el efecto acaricida. Esto está totalmente de
acuerdo con nuestros resultados, que excluyen la cantidad de evaporación absoluta como
parámetro directamente relacionado con la eficacia.
No se observaron daños en las abejas ni las reinas. Las 16 reinas del ensayo sobrevivieron al
tratamiento y no mostraron ningún efecto negativo durante el período de observación.
Las abejas solamente se mostraron un poco intranquilas al comienzo del tratamiento; la
compatibilidad entre las abejas y el sistema empleado se demostró al comprobar que habían
construido panales alrededor del aplicador.
Sólo se hallaron abejas muertas esporádicamente; un máximo de 5 en una colonia durante todo el
periodo de tratamiento. Esto supone un 0,03% del número total de abejas, valor absolutamente
despreciable.
No se pudieron apreciar diferencias con las colonias de control.
Con esta forma de aplicación se evita el aumento súbito de la concentración de ácido fórmico al
comienzo del tratamiento, que según Charriere et al. (1992) sería el responsable de la pérdida de
abejas y reinas. La liberación continua de ácido fórmico durante un período de tiempo
prolongado mostró buenos resultados tanto en la eliminación de ácaros como en la inocuidad
para las abejas.
En la actualidad se están realizando nuevos ensayos en distintas condiciones prácticas y con
diferentes colonias con el fin de corroborar los resultados.
-------------------------Bibliografía.
Adelt. B. (1990). El tratamiento con ácido fórmico de los panales de Apis mellifera atacados por
Varroa. Tesina de Licenciatura. Universidad de Hohenheim, Instituto Estatal de Apidología.
------------------------© VIDA APICOLA. Nº 70. Marzo-Abril 1995.
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