LEPTOSPIROSIS BOVINA DIAGNOSTICO, TRATAMIENTO Y CONTROL Prof. Dr. Antonio Rodríguez Sánchez CEDIVEP S.R.L [email protected] La Leptospirosis bovina es una enfermedad infecciosa con alta morbilidad y baja mortalidad en el rebaño. Es producida por uno o varios serovares de Leptospira interrogans y se caracteriza en los bovinos por producir septicemia, abortos, mastitis, mortinatos y nacimiento de crías débiles que mueren al poco tiempo de nacidos. Las infecciones por leptospiras en los bovinos provocan pérdidas económicas significativas a la industria ganadera y representa un importante riesgo como fuente de infección para el hombre a través del agua y alimentos contaminados; la leptospirosis es considerada una enfermedad antropozoonótica. El objetivo principal de ésta publicación es explicar en qué se basa el diagnóstico de la leptospirosis, cómo interpretar los resultados de laboratorio de diagnóstico y cómo tratar y controlar la enfermedad. Diferencias entre serogrupo, serovar y genotipo. Taxonómicamente, las leptospiras son espiroquetas que actualmente se encuentran agrupadas en 7 ESPECIES diferentes, entre las cuales destacan Leptospira interrogans y Leptospira borgpettersenii en las que están incluidas la mayor parte de los serovares patógenos que afectan a los animales domésticos. Dentro de cada especie, las leptospiras que comparten los aglutinógenos mayores se reúnen en SEROGRUPOS diferentes de acuerdo a su comportamiento antigénico, es decir, según las características de superficie de las bacterias que les permiten ser reconocidas por el sistema inmune del hospedero. A su vez, todas las leptospiras que se encuentran en un serogrupo dado, presentan diferencias en esos antígenos de superficie que sirven para clasificarlas en SEROVARES y aún más, dentro de un serovar, existen diferencias genéticas que se han utilizado para clasificar un serovar en tipos o GENOTIPOS. Las técnicas de diagnóstico mas comúnmente utilizadas identifican a los serovares, sin especificar a que serogrupo o especie de Leptospira pertenecen. En nuestro país, la leptospirosis en los bovinos es causada por los diversos serovares – cuadro 1. Muchos autores han coincidido en la importancia que representa el serovar de leptospira involucrado y el hospedero afectado para la manifestación de la patogenicidad, considerándose que el serovar con mayor actividad patogénica en bovinos es hardjo, el cual crece en el útero grávido y la glándula mamaria produciendo aborto, mastitis e infertilidad. Este serovar es el principal agente causal de la leptospirosis bovina y es el mas frecuentemente detectado por pruebas serológicas en esta especie animal. Sin embargo, es frecuente que en las pruebas de diagnóstico que se efectúan normalmente se incluyan en la batería otros serovares, los cuales a pesar de no haber sido aislados en bovinos en Paraguay, pueden presentar reacción cruzada con los serovares presentes en los mismos. Métodos de Diagnóstico más utilizados en Paraguay El diagnóstico de la leptospirosis es complicado ya que presenta variaciones que dificultan la interpretación de los resultados si no se conoce la epidemiología, patogenia y clínica de la enfermedad. Por ello, el diagnóstico se debe basar en la combinación de una buena historia clínica y las pruebas de laboratorio. Para realizar un diagnóstico confirmativo se debe demostrar la presencia de leptospiras (cultivos, PCR) y/o la determinación de anticuerpos contra leptospiras (serología). En Paraguay las pruebas de diagnóstico que normalmente se utilizan son las pruebas serológicas (determinación de anticuerpos) ya que el aislamiento requiere de técnicas bacteriológicas complejas para aplicarlas como diagnóstico común. Existen varias técnicas serológicas de diagnóstico de leptospiras, pero de todas, los laboratorios aplican Aglutinación Microscópica (MAT, PAM ó AM), como diagnóstico de rutina. MAT es la prueba mas utilizada y es la recomendada por la Organización Mundial de la Salud por su especificidad y por ser serovar-específica. Detecta anticuerpos leptospirales en suero sanguíneo y también sirve para identificar aislados y clasificar cepas de leptospiras. Su especificidad es alta, pero su sensibilidad declina a medida que pasa el tiempo entre la infección y la toma de la muestra. Esta prueba no permite diferenciar anticuerpos vacunales de infecciosos aún cuando éstos tengan títulos similares; sin embargo, los títulos post-infección son mayores y duran mas tiempo que los postvacunales. Por esto, es importante destacar en este punto, que para lograr un diagnóstico serológico acertado es necesario hacer dos muestreos con intervalo de 1 mes para comparar los resultados y poder así interpretar correctamente las variaciones de títulos en el tiempo. Interpretación de resultados de MAT. Para lograr una interpretación adecuada de títulos de anticuerpos, independientemente del método de diagnóstico utilizado, es necesario conocer cómo responden los anticuerpos del bovino ante una infección por leptospira o ante una vacuna (bacterina). Los antígenos de superficie de las leptospiras estimulan la respuesta inmune humoral (anticuerpos) y no la celular. Luego de la infección (10 a 14 días) se forman anticuerpos (primero IgM y luego IgG) que pueden reaccionar con antígenos comunes a todas las leptospiras (anticuerpos aglutinantes inespecíficos) y con antígenos específicos de serovares (anticuerpos aglutinantes específicos). En algunos casos, durante la fase inicial de la infección, los anticuerpos no reaccionan específicamente contra el serovar que la está originando, sino que se produce una reacción cruzada con otros serovares. Esto indica que en el diagnóstico podemos obtener títulos contra un serovar que no necesariamente es el que está produciendo la infección. En el esquema Nº 1, se observan las reacciones cruzadas que pueden existir entre los diferentes serogrupos. Al analizar esta situación nos podemos dar cuenta de lo complicado que es identificar el serovar que tenemos en rebaño. A continuación, se colocan varios ejemplos de resultados de laboratorio obtenidos por MAT y su posible interpretación: Ejemplo 1: Rebaño con ola de abortos y nacimiento de crías débiles. Sin programa de vacunación contra leptospirosis. Se envían 4 muestras de sangre de las vacas abortadas (1 muestra por vaca). Resultados: Para el serovar hardjo: vaca 1 (1/3200); vaca 2 (1/1600); vaca 3 (1/400); vaca 4 (1/800). Para el serovar pomona: vaca 1 (1/100); vaca 3 (1/200). El resto de los serovares no reaccionó. Interpretación: A nivel de diagnóstico un animal se considera positivo cuando presenta títulos mayores a 1/100, por lo que podemos decir que éstas vacas están positivas a los serovares hardjo y pomona. En éste caso, el diagnóstico se facilita pues se ve respaldado por los signos clínicos de abortos y crías débiles y la ausencia de anticuerpos vacunales pues según la información previa no existe vacunación contra leptospirosis. Para el caso que se plantea, no sería necesario enviar otra muestra al mes. Ejemplo 2: Rebaño sin signos clínicos y sin programa de vacunación contra leptospirosis. En un diagnóstico de rutina se obtuvieron los siguientes resultados: Resultados: Para el serovar hardjo: vaca 1 (1/200); vaca 2 (1/200); vaca 3 (1/100). Para el serovar pomona: vaca 2 (1/200); vaca 3 (1/100). Para el serovar canicola: vaca 3 (1/100). El resto de los serovares no reaccionó. Interpretación: Este caso es el mas común que se puede presentar y la pregunta es siempre la misma: Tengo leptospirosis en mi rebaño? Debo aplicar tratamiento?. Evidentemente, los animales si están positivos, pues se tiene la referencia de que no hay vacunación, es decir, no hay títulos vacunales. Sin embargo, los títulos no son tan alarmantes como en el ejemplo 1 y aunque nos indican positividad, sería necesario un segundo muestreo de los mismos animales en un mes, para verificar si existe aumento o disminución de los títulos antes de confirmar el diagnóstico. En este ejemplo, no se amerita tratamiento; sólo se recomienda vacunación preventiva del rebaño. Este caso también puede darse cuando el rebaño es vacunado; de ser así, los títulos de anticuerpos pueden ser protectivos por la vacuna, siendo necesario igualmente un segundo muestreo confirmativo. Ejemplo 3: Rebaño con ola de abortos y programa de vacunación contra leptospirosis. Se envían 3 muestras de sangre de las vacas abortadas (1 muestra por vaca). Resultados: Para el serovar hardjo: vaca 1 (1/200); vaca 2 (1/200); vaca 3 (1/400). Para el serovar pomona: vaca 2 (1/100). Para el serovar canicola, grippotyphosa e icterohaemorragiae, vacas 1 y 2 (1/100). Interpretación: En este ejemplo, definir infección o anticuerpos vacunales es mas complicado. Por el nivel de los títulos se pudiera interpretar que los animales están en presencia de una infección activa, pues respondieron en su mayoría con títulos de 1/100 o mas. Sin embargo, es probable que la protección de la vacuna no haya permitido que los títulos sean mayores. En este caso es completamente necesario comparar estos resultados con otro muestreo al mes para asegurar un diagnóstico acertado. Por otra parte, los títulos contra hardjo (serovar abortivo en bovinos) no son tan altos como para asegurar que los abortos se estén provocando por leptospirosis; es posible que exista otra enfermedad abortiva involucrada (brucelosis, IBR, BVD, etc), por lo que se recomienda efectuar diagnósticos contra esas enfermedades. Tratamiento: El objetivo primario de la terapéutica en todas las infecciones por leptospirosis consiste en controlar la infección antes de que ocurran los daños irreparables al hígado y riñones; esto puede lograrse aplicando el tratamiento cuando aparecen los primeros signos, pero en la práctica, los primeros signos de la enfermedad generalmente pasan desapercibidos y los animales se someten a tratamiento cuando ha desaparecido la septicemia. El objetivo secundario de la terapéutica es controlar la leptospiruria (excreción de leptospiras por la orina) de los animales “portadores” y hacer mas segura su permanencia en el rebaño. En éste caso se puede controlar la liberación de leptospiras por la orina, pero no se afecta el título de la aglutinación microscópica (diagnóstico por MAT), y tampoco se garantiza que el animal se reinfecte, si las leptospiras se encuentran en su medio ambiente (lagunas, aguas servidas, etc). Las leptospiras son sensibles a ciertos antibióticos, siendo algunos serovares mas sensibles que otros a un antibiótico en especial. Así tenemos que pomona es sensible a estreptomicina, oxitetraciclina o tetraciclinas; hardjo es susceptible a penicilina G, ampicilina, tetraciclinas, eritromicina, dihidroestreptomicina y estreptomicina. Las leptospiras también son altamente sensibles a eritromicina, tiamulina y tilosina, pero estos antibióticos no eliminan el estado de portador renal. En sí, los antibióticos de elección son dihidroestreptomicina, tetraciclina LA y clortetraciclina. Una dosis única de 25mg/Kg de peso vivo de estreptomicina remueve parcialmente las leptospiras de los riñones del animal portador, aunque quedan remanentes de bacterias en el animal. La estreptomicina es mas efectiva en el tratamiento de animales con leptospirosis aguda, sin embargo, una dosis de 25 mg/Kg de sulfato de dihidroestreptomicina detiene su eliminación por la orina. Las infecciones crónicas por hardjo pueden ser resistentes a estas dosis. Una aplicación de 20 mg/Kg de oxitetraciclina LA (o dos dosis con 10 días de intervalo) o bien dos dosis de amoxicilina LA (15 mg/Kg a intervalos de 48 horas) pueden sustituir el tratamiento con estreptomicina para tratar infecciones crónicas. La clortetraciclina puede ser administrada por vía parenteral a la dosis de 20 mg/Kg por un solo día de tratamiento, o mejor aún en el alimento o la mezcla mineral a razón de 200 gramos por tonelada durante un período. En casos crónicos o endémicos es mas indicado recurrir a la vacunación del rebaño y tratar a los animales susceptibles. Sin embargo, el uso de antibióticos y vacunación siempre debe recomendarse luego del diagnóstico serológico. El tratamiento de la leptospirosis depende de la forma clínica que se presente en el rebaño: 1. Forma aguda: se recomienda sulfato de dihidroestreptomicina a la dosis de 25 mg/Kg de peso corporal una vez al día por 3 a 4 días. Para combatir la anemia y otras alteraciones causadas por la enfermedad se recomienda el uso de soluciones electrolíticas balanceadas, vitaminas del complejo B y protectores hepáticos por 3 a 5 días. Puede pensarse en realizar una transfusión sanguínea si la vida del animal se encuentra comprometida. 2. Forma subaguda: se basa en el uso de sulfato de dihidroestreptomicina a la dosis de 25 mg/Kg de peso corporal un solo tratamiento por vía intramuscular. 3. En vacas con problemas de abortos, toros afectados y nacimiento de becerros débiles: se recomienda el uso de sulfato de dihidroestreptomicina a la dosis de 25 a 30 mg/Kg de peso corporal una o dos veces al día por 3 días y vacunar con el primer tratamiento. 4. En becerros neonatos débiles, bajos de peso o prematuros: se aconseja el mismo tratamiento que en el punto 3 además de cuidados soportivos como soluciones electrolíticas, vitaminas del complejo B y atención del alojamiento y alimentación. La vacunación de estos grupos de animales queda a criterio del Médico Veterinario; los títulos alcanzados por la vacunación pueden interferir con los resultados serológicos cuando se quieren muestrear tempranamente. Control: El control está basado en la prevención, vacunación y tratamiento y deben tomarse en cuenta los siguientes puntos: Tratamiento de todos los casos clínicos de leptospirosis y vacunación simultánea. Vacunación sistemática de todo el rebaño, principalmente animales en etapa reproductiva si los problemas radican en el aparato genital. Realizar exámenes rutinarios a los toros usados en los programas de monta natural o inseminación artificial. Usar toros de comprobada calidad (certificados sanitarios). Tener el mayor cuidado posible en el manejo de los productos biológicos (bacterinas) para garantizar la buena inmunización del rebaño. Evitar en lo posible la contaminación del agua de bebida y alimento. Esto se logra con la construcción de bebederos altos, eliminar el acceso a beber en lagunas, evitar corrales con agua, controlar los roedores, animales silvestres y domésticos (perros, gatos, etc) en los bebederos y almacenes de alimentos. Desinfectar las áreas donde hayan permanecido animales enfermos. Existen dos estrategias básicas para el control de la leptospirosis y la elección de una u otra dependerá de la correcta interpretación del diagnóstico y del estado epidemiológico de la finca: 1. Erradicación de la enfermedad combinando la identificación de los portadores con un tratamiento sistemático de los mismos. La desventaja de éste método radica en que los animales, una vez “limpios” quedan expuestos a nuevas infecciones por la presencia de la leptospira en el medio ambiente (agua, animales silvestres, roedores y animales domésticos portadores). Además, es un sistema costoso por la cantidad de antibiótico que hay que emplear. 2. Control por vacunación del rebaño y tratamiento estratégico de los animales con forma clínica. La vacunación contra la leptospirosis es la práctica mas utilizada para el control de la enfermedad. Las vacunas disponibles actualmente en el país son bacterinas inactivadas químicamente adicionadas de un adyuvante y que contienen varios serovares. La inmunidad a la leptospirosis es principalmente de tipo humoral y los anticuerpos producidos se consideran protectores. El uso de las bacterinas contra leptospirosis produce protección contra un serovar específico por un período que varía entre 2 a 5 meses. Es necesario destacar que los animales vacunados rechazan la infección sin modificar su perfil serológico, es decir, puede estar protegidos por la vacuna pero en las pruebas diagnósticas siempre aparecerán como positivos. En rebaños cerrados, la vacunación debería realizarse anualmente, mientras que en rebaños abiertos debe hacerse cada 6 meses. Los animales de nuevo ingreso a la finca deben vacunarse y tratarse simultáneamente con los antibióticos recomendados. Las vacunas para prevenir la infección por el serovar hardjo en el ganado bovino, parecen ser poco efectivas ya que estimulan la inmunidad de corta duración (menor a dos meses); esto sugiere que la vacunación del ganado en áreas de alta incidencia de este serovar, debe practicarse la vacunación 3 a 4 veces por año y en áreas de menor incidencia la vacunación semestral o anual parece ser suficiente. La variación en la efectividad de las vacunas contra hardjo puede ser resultado de la composición de la vacuna, las condiciones de manejo de la finca y la patogenicidad de la cepa presente en el rebaño.