Al Trote 11 final

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Editorial
Acción, cámara, luz…
Una vez más encaramos la temática central
enfocando al deporte en clave artística. En esta
ocasión, las narrativas cinematográficas servirán como excusa para analizar nuestro objeto
de estudio desde miradas diversas. Lejos de posicionarnos como “críticos de cine”, e intentando estimular las subjetividades, nos lanzamos al
mundo de la pantalla grande con la intención de
continuar interpretando algunas líneas discursivas que abordan al deporte.
Desde nuestro lugar, entendemos que desde hace un buen tiempo (podríamos decir que
desde su invención), el lenguaje audiovisual ha
atravesado (e incluso moldeado) la cosmovisión
y la vida cultural de nuestras sociedades. En
esa lógica, el universo deportivo no ha quedado ajeno, y las producciones fílmicas tuvieron (y
tienen) un rol preponderante como elementos
productores y legitimadores de sentidos. Y, en
ocasiones, algunos productos se convirtieron en
verdaderas marcas de época.
Ignorar la importancia y la potencia de la industria cultural cinematográfica sería algo tan
ingenuo y absurdo como desconocer la creciente
producción y circulación de material audiovisual
por fuera del circuito comercial. El ámbito alternativo y el académico, sumados a la “omnipotencia” de internet, son una fiel muestra de nuevas
formas de producción, muchas veces de alta calidad, con masivas y heterogéneas audiencias.
Quizás (aunque sea en el fondo del inconsciente colectivo) el siguiente informe no sea
otra cosa que el deseo de compartir el poder de
la imaginación. Quizás la mayoría de los que
alguna vez tuvimos un mínimo contacto con el
universo de las cámaras, los planos, la musicalización, los fundidos y la edición, nos hayamos
entusiasmado en profundidad. Quizás algún
trabajo práctico para la facultad, un video minuto, un corto, un esbozo documental, nos hayan
despertado la llamita de jugar a ser directores,
guionistas, camarógrafos, cineastas, en alguna
oportunidad.
Y como en el cine y en la vida la cinta pasa, a
veces con saltos en el tiempo, a veces con explicaciones que se encuentran en el pasado, cree-
mos necesario volver a recordar los cuatro años
transcurridos desde la sanción (con amplia mayoría en ambas cámaras) de la Ley de Servicios
de Comunicación Audiovisual, que reemplaza a
la Ley de Radiodifusión N°22.285 decretada en
1980, durante la dictadura cívico-militar.
En un mismo sentido, orientado a la consolidación y profundización democrática (y a la
diversidad y multilplicidad de voces), anhelamos su inminente aplicación integral y acompañamos la lucha contra los monopolios que
pretenden solapar sus intereses corporativos y
empresariales, detrás de una falaz preocupación
por lo que malentienden como “libertad de expresión”.
Con idéntico énfasis, aprovechamos la ocasión
para continuar apoyando el pedido de tratamiento y sanción del Proyecto de Ley de Fomento a las
Revistas Culturales Autogestivas, presentado en
el Parlamento en mayo de este año.
Para De buena fuente, contamos con la presencia de Viviana Vila. Comentarista en radio
Continental y docente en nuestra facultad, nos
habla de periodismo y de su incursión en Fútbol
Para Todos. Una charla imperdible para seguir
indagando y aprendiendo sobre la formación y
el rol de los cumincadores/as.
Desde el CENARD, Eduardo “Dady” Gallardo nos cuenta cómo es estar al frente de la Selección Masculina de Handball. El entrenador de
Los Gladiadores, quien paralelamente conduce
al elenco de River Plate, recuerda cómo fue la
inédita experiencia olímpica en Londres, y nos
ayuda a vislumbrar el futuro cercano del balonmano nacional.
Volvemos a saludar y agradecer respetuosamente a lectores, colegas y compañeros/as.
Seguimos soñando con trabajar conjuntamente
con las extensiones. Los invitamos a acompañarnos en esta película que alguna vez bautizamos como Al Trote. Estamos abiertos al debate, la crítica, la reflexión y el aprendizaje colectivo. Con humildad y mucho esfuerzo, seguimos
intentando aportar un granito de arena para un
periodismo deportivo diferente al que predomina. Caminamos detrás de esa utopía. Salud.
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Narrativas cinematográficas
Sumario
6 / Cinefilia deportiva
8 / “Quería hacer una película de River para la gente de River”
Entrevista con Federico Peretti, director del documental sobre la bandera
más larga del mundo.
11 / Los ojos de Darín
Todo el romanticismo que generan los clubes de barrio encarnado en la mirada del actor.
12 / Rocky IV: El KO al comunismo
Cómo el cine estadounidense quiso, a través del entrañable boxeador, convencernos
de las bondades del capitalismo.
14 / El rugby, blanco sobre negro
Recordamos Invictus, la película que narra el acompañamiento del deporte para darle
fin al Apartheid en Sudáfrica.
15 / De cintas y raquetas
Ya sea por su génesis elitista o por alguna casualidad histórica, el tenis se ha encontrado
poco y nada con el cine.
El aporte del deporte
16 / El padre de la criatura
Recordamos la faceta actoral de Bruce Lee.
El polifuncional
18/ Me verán volver…
Isinbayeva había anunciado su retiro. Llegó la fecha y quedaron algunos
interrogantes.
El trotador
19/ “El handball tiene que ser profesional y tener una buena
liga nacional”
Fuimos hasta el CENARD para charlar con Eduardo Gallardo, el padre de
“Los Gladiadores”.
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4
10
14
19
19
La rompió
23/ A toda velocidad hacia la F1
Así forma
Facundo Regalía viene a fondo buscando su lugar en la máxima
categoría de los fierros.
Número 11 - Octubre 2013
Editor responsable:
Facultad de Periodismo
y Comunicación Social, Universidad
Nacional de La Plata
De buena fuente
24/ “La primicia ya no existe más”
Jefes de redacción:
Lucas Mateo / David D´Agostino
Periodismo con perfume de mujer. Viviana Vila nos habla de su actividad
dentro del medio.
Corrector:
Francisco Trapaglia
Paramos la bocha
Redactores:
Joel Gentil / Víctor Olivera /
Fernando Labal / José Álvarez /
Lucas Mateo / David D´Agostino /
Héctor Escobar / Jimena Maggi / Leo
Gabino / Josefina Mas / Leo Timossi/
Juan Pablo Gatti / José Castro / Santiago Sturla / Leo Benaglia / Hugo De
Angelis / Mariano Quadrana / Fernando Aranda / Matías Rueda / Rodrigo
Márquez / Julián Haramboure
Colaboración especial:
Juan Manuel Aranda
28/ Al ritmo de la noche, al compás del sol
A rodar la guitarra
30/ “El fútbol es lo que más me acerca a lo social”
Mezclamos fútbol y música con Hernán Saravia, líder de Pampa Yakuza.
Foto de tapa:
AG La PLata
Fotógrafos:
Javier Aimetta / Maxi Gamboa
La pelota en el medio
32/ Se presume culpable
Ilustrador:
Martín Mateo
Diversos casos de doping que enturbian la escena deportiva.
Arte y Diseño:
Paula Romero
Ellos también juegan
Agradecimientos:
Gastón Luppi
Leonardo Ale
Aníbal Díaz
Maximiliano Friggieri
Luis Dell´Acqua
34/ “Estar en un Juego Olímpico es una experiencia
indescriptible”
Alejandro Chiti se decidió por ser árbitro antes que jugador de básquet.
Hoy, no se arrepiente.
Contacto: [email protected]
Seguinos en:
http://www.facebook.com/Revisaltrote
https://twitter.com/revistaaltrote
Pluma y pelota
Publicación de la Facultad de Periodismo
y Comunicación Social de la Universidad
Nacional de La Plata. Área de Contenidos
en Periodismo Deportivo.
Diag. 113 Nº 291, La Plata, Buenos Aires,
Argentina. Tel: 0221 4250133.
www.perio.unlp.edu.ar
Registro de la Propiedad Intelectual en
trámite. Prohibida su reproducción total o
parcial sin citar la fuente. Año 2 - Nº 11 Octubre de 2013. Distribución gratuita.
36/ El fulbo es pa´ vivos, nene
El polifuncional (bis)
38/ Dirigentes, decencia y wines
Invocamos al libro de Matías Bauso para recordar al gran Dante Panzeri.
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Narrativas cinematográficas
Cinefilia
deportiva
No sabemos si sucedió realmente, o resultó una buena excusa
para entrar en tema. La cuestión
es que un día cualquiera, en una de
las tantas calles de la ciudad, dos
viejos conocidos se vuelven a ver
después de algunos años. Nunca
fueron cómplices, ni amigos íntimos, pero siempre existió una buena relación. El paso del tiempo, las
cuestiones laborales, las nuevas familias y otros asuntos, hicieron que
cada uno de estos viejos conocidos
se dejara de ver. Sólo la casualidad
los volvió a reunir. A continuación
la breve charla que sucedió al inesperado encuentro:
El cine nació ligado
al deporte.
Encontró cobijo en
él y, más allá de que
hayan circulado por
diferentes caminos,
siempre se vuelven
a ver. La historia
de dos pasiones que
se encuentran
y se distancian…
para volver
a encontrarse.
6
–¿Qué hacés Rodolfo? Tanto tiempo sin verte ¿Qué es de tu vida?
–Bien, acá andamos. Tranquilo
¿Lo tuyo?
–Bárbaro ¿Querés que vayamos a
tomar un cafecito y charlamos un
poco?
–Te agradezco, pero me voy a mirar el partido.
–Siempre igual vos. No cambiás
más. Esa cabeza de pelota no te
deja ver que es todo negocio.
–No empecés con eso.
–Está todo arreglado el fútbol, Rodolfo. Y vos, como un boludo, seguís calentándote si la pelota pega
en el palo o se va por un costado.
–¿Vos me venís a decir eso? Te gastas el sueldo yendo a mirar boludeces al cine ¿O me vas a decir que lo
que ves en el cine es verdad?
–No hables pavadas. No compares,
que no tienen nada que ver.
–Por supuesto que no tienen nada
que ver. El fútbol es nuestro. El
cine es de los yanquis.
Un silencio mínimo, casi un
instante, los detuvo a ambos de
continuar la discusión. Se miraron
como siempre lo habían hecho, sin
entenderse el uno al otro. Jorge le
tocó el hombro a Rodolfo y continuó su camino. Dos rumbos que se
encontraron para, inmediatamente, bifurcarse. Como la vida de un
cinéfilo y un futbolero. Como la
historia del cine y el deporte. Visiblemente alejados e incompatibles.
Interna y eternamente ligados.
El nacimiento deportivo
del cine
En los últimos resquicios del
siglo XIX, dos hermanos franceses
lograron un pequeño -pero inmenso a la vez- avance que dio el inicio
a la cinematografía. Los Lumiére
pudieron, un Día de los inocentes
de 1895, proyectar públicamente la salida de los obreros de una
fábrica en la ciudad de Lyon. Este
hecho, único y sorprendente para
los incrédulos que veían a las fotografías ponerse en movimiento,
fue el inicio de un arte que se posicionó como punta de lanza durante el siglo posterior.
En la misma época en que los
británicos llevaban sus avances
por todo el mundo, colonizando
y formando nuevas sociedades, el
cine daba sus primeros pasos. Tratando, a su modo, de hacerse un lugar entre la incertidumbre del qué
vendrá. Midiendo posibilidades y
asumiendo riesgos ante la inminente factibilidad de los fallidos.
Tan alejados en sus intenciones, objetivos y métodos, ambos
utilizaron una herramienta común. Los ingleses, para transmitir valores durante el período de
formación de los jóvenes. El cine,
como uno de los sitios donde más
notorio se hacía el movimiento. El
deporte fue su compañero en esos
inicios.
El periodista y docente de la
Universidad de Sevilla, Joaquín
Marín Montín, menciona que “…
antes incluso del cinematógrafo,
las primeras imágenes deportivas
están asociadas a los experimentos
fotográficos de carácter científico
realizados en 1873 por el británico Eadweard Muybridge, que
analizando objetos en movimiento mediante la descomposición
en imágenes sucesivas fotografió
movimientos que nunca habían
sido visto hasta entonces. Entre
ellos destacó la serie de fotografías
de un caballo al galope. Posteriormente aplicaría esta técnica al movimiento humano tomando como
referente a gimnastas”.
Muchos de los primeros trabajos realizados por estos personajes
que soñaban con darle dinámica a
lo estático, de darle movimiento
a las fotografías, estuvieron vinculadas con hechos deportivos.
Según dista en los archivos, los
primeros trabajos con cámara se
realizaron en Inglaterra y Australia. Las imágenes británicas, tomadas con un animatógrafo (versión mejorada del kinetoscopio de
Edison) por Robert William Paul,
en la Escuela de Brighton, retrataban las prácticas de hipismo
y remo de los alumnos de la institución. En tierras oceánicas la
primera cámara fue utilizada por
el fotógrafo retratista australiano
Walter Barnett para registrar en
1896 dos competiciones hípicas
en Melbourne.
Otra vez el deporte
¿Por qué?
A pesar de su origen europeo,
el cine tendrá sus ramificaciones
expandiéndose hacia otras tierras
con fines diferentes a los que se supieron mantener en el Viejo Continente. Más ajeno a la estética y al
arte, sufrirá una explosión como
producto mercantil en Estados
Unidos.
La industria de Hollywood se
apropió del cine haciendo de él no
sólo un fin comercial, sino un canal válido de reproducción de discursos, propagandas, lineamientos
políticos, como así también, para
estigmatizar y convertir en enemigos a países o personajes contrarios a las necesidades de crecimiento y progreso propias.
Porque se cuenta sólo. Porque
un mínimo episodio, un instante,
una simple jugada, pueden ser portadoras de un motivo digno de ser
contado. Por el carácter épico que
adquieren determinados triunfos,
equipos o deportistas. Porque su
semejanza con las historias de héroes tienen los tiempos necesarios
de cada relato, donde existe un
pasado poco claro, de miserias e
incertidumbres, seguido por un
presente de éxito, fama y logros,
para un posterior descenso a las
ruinas, la muerte o la simple -pero
no por eso menos dolorosa- marginación e indiferencia de la consideración popular.
Por todo esto y más, ya que la
cantera de ejemplos es inagotable
e inabarcable, se explica la relación que existe entre el cine y el
deporte. Porque no hay manifestación más explícita de lo que puede
suceder en la vida que la que se
plasma, simbólicamente, dentro
de una cancha, un campo, un ring.
El cine ha evolucionado y revolucionado las formas de contar. El
discurso narrativo de esta manifestación artística ha sido uno de los
más fuertes a la hora de decir. Llegando a constituirse de modo tal
de ser considerado el séptimo arte.
Con sus diversos géneros y formatos, ha tenido al deporte como un
modo de emitir sus discursos.
Desde Chaplin interpretando,
en 1915, a Charlot boxeador, pasando por El ídolo de barro, a me-
diados de siglo, donde Mark Robson ofreció una cruda visión sobre
la vinculación del mundo pugilístico con la fama y el poder, el deporte ha sido narrado por el cine.
En todas sus manifestaciones. Muchas veces, de modo documental,
registrando episodios deportivos
históricos. Otras, mediante construcciones épicas de personajes
que trascendieron sus disciplinas
para transformarse en referentes
globales.
Están los que se interesaron por
la gloria que brindan los triunfos.
También, pudimos ver a los que se
metieron con la parte negativa del
asunto, y prefirieron mostrar las
sombras detrás de los flashes y de
las luces de la victoria.
O los que ven al deporte con
cierta desconfianza y conocen que
detrás de un simple juego se esconde la violencia reprimida. Tal como
lo planteaban Erick y Dunning en
sus estudios sobre los orígenes de
los deportes en Inglaterra, el deporte sirvió como método de socializar y contener la violencia que
el hombre poseía. Ahí, encontramos el film Rollerball, de Norman
Jewinson, quien quiso mostrar, a
través de un juego inventado, el
nivel de violencia al que estaba llegando la sociedad.
Y ni hablar del mundo, cuando
el capitalismo se instaló como el
método válido. Un ejemplo esclarecedor de esto lo dio Oliver Stone
en Un domingo cualquiera, para
demostrar que el negocio televisivo cambió los modos de entender
(y der ver) al deporte. Todo retratado a través del fútbol americano,
que junto al béisbol y al boxeo han
sido útiles a la construcción de la
narrativa épica de la sociedad estadounidense.
Cientos de títulos, historias ficticias y reales, tomadas por el cine
para narrar los avances y estancamientos de una sociedad. Una
herramienta que, por donde se la
mire, resulta ser una de las más
aptas para captar la atención de
propios y extraños.
7
Narrativas cinematográficas
“Quería hacer una película
de River para la gente
de River”
Por Joel Gentil / Fotos: Ayelén Lobito
El “Millonario”
merecía su
propia película.
Y la excusa
perfecta fue la
confección
de la bandera
más grande del
mundo a nivel
clubes.
Federico Peretti, director de Esos
colores que llevás, una pasión hecha bandera, reconoce que el proyecto nació por casualidad cuando
un grupo de hinchas le pidió, teniendo en cuenta sus antecedentes
como fotógrafo y hombre relacionado al cine, que los ayudara a
difundir le idea de confeccionar el
“trapo” y entrar así a los Guinnes.
El mismo día que la bandera recorrió las calles de Capital Federal, el
autor de El otro fútbol -su primera
película- decidió encarar el proyecto. Le llevó diez meses de trabajo,
más aún teniendo en cuenta que
fue todo a pulmón. Una película de
un hincha para otro hincha.
- ¿Cómo te gusta más que te
llamen? ¿Fotógrafo o director?
- Es un dilema, porque las dos cosas me gustan mucho. Creo que no
podría sólo sacar fotos y olvidarme
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del cine pero tampoco podría solamente filmar y no pensar en las fotos. Traté de pensarlo a la inversa,
cuál no haría de las dos, y la verdad que no sería feliz si tuviera que
elegir una. En algunos momentos,
como en el tiempo de la película,
me olvido un poco de las fotos.
Lo que tiene el cine independiente es que si no te metés de lleno o
te hacés cargo de eso, terminás no
sólo siendo director sino haciendo
todo. En la última película fui el
director, el editor, el que redactaba
y mandaba las gacetillas de prensa. En Argentina ser director no
es como en otros lugares que solamente dirigís. Ser director es un
poco más global.
- ¿Siempre fútbol?
- Tengo 32 años, trabajo en cine
desde los 20 y nunca había laburado en documentales; sí en ficciones.
He trabajado en muchos comercia-
les pero nunca con fútbol. Justo se
dio que los dos proyectos de película que encaré fueron de fútbol.
Hace poco tiempo atrás el fútbol y
el cine no iban de la mano. Héroes,
o alguna que otra película, pero no
había películas como La Pasión,
de Gimnasia, es decir, películas
que no fueran resúmenes de goles.
Entonces, me quedó latente lo del
fútbol, algo que tenía adentro.
mas solo. Después de ver todas las
imágenes que tenía, me faltaba entender qué carajo se estaba viendo.
Entonces, fui a entrevistar al chico
que la coció; al que se le ocurrió la
idea; al que la tiró en twitter. Estaba bueno que la gente supiera
también cómo lo vivió Ortega, el
“Beto” Alonso, Francescoli. Hice
70 entrevistas que fueron pensadas
y coordinadas.
- ¿Cómo surgió la idea de Esos
colores que llevás?
- Los organizadores de la movida
de la bandera más larga del mundo, de la filial Ángel Labruna, como
sabían que a mí me gustaba filmar,
y que había hecho una película,
me pidieron si les daba una mano
para hacer un video para internet
y los noticieros promocionando la
bandera para incentivar a la gente
que vaya a la caravana el 8 de octubre pasado. Me comentaron el
proyecto, me interesó mucho eso
que la gente done tela y no plata,
me sumé, filmé un par de cosas y
se hizo el video.
- ¿Lograste lo que buscabas?
- Logré bastante más de lo que
buscaba. Yo pensaba hacer una
película, subirla a youtube y listo.
Hacer dos Luna Park con doce mil
personas, varias funciones en el
Gaumont, el cine más grande que
tiene el INCAA, y que la entrada
haya sido un alimento no perecedero para la Red Solidaria; hacer
una función para juntar quinientos kilos de alimento, en Puerto
Madryn, Comodoro Rivadavia, en
Málaga, España; es decir, se generó
algo lindo que va más allá del cine.
Son cosas que nunca me había imaginado ni me habían pasado con El
otro fútbol, que salió en los cines, se
difundió en Brasil, pero era una película donde la gente iba a verla. En
este caso, la gente se vuelve loca, en
el Luna Park muchos lloraban por
la emoción que le producía la película, no me lo imaginaba.
- Que la idea de la “peli” haya
surgido el mismo día que se
presentó la bandera ¿Te perjudicó en algo teniendo en
cuenta que ya tenías mucho
material filmado?
- Hasta ese día tenía todas las tomas de cómo se coció la bandera y
demás. Pero por mi forma de trabajar, cada vez que filmo algo, lo hago
pensando en que lo puedo usar
para algo. Lo grabo en HD, con una
buena cámara, buena iluminación.
Ese día, antes de que arranque la
caravana, y cuando vi que no era
un tema de barras sino que había
familias, dije que me gustaría que
quede registrado algo más que lo
que salía en la televisión. Por eso
filmé todo pensando en la película.
Antes iba a ir más como hincha, a
sacar un par de fotos y demás. Pero
ese mismo día hice millones de to-
- ¿Pudiste manejar el tema
del profesionalismo siendo
hincha de River?
- Me jugó a favor en ciertos puntos. Si no hubiera sido una película
de River no hubiera dejado de tener plata para pagar las expensas
por ejemplo. Se empezó a conocer la película y ya no podía dejar
de hacerla. En contra no, porque
cuando laburo soy profesional. De
hecho en la película anterior se ve
el descenso de River. Estoy parado
al lado de los jugadores de Belgrano festejando y yo estaba llorando
grabando las imágenes para des-
pués ponerlas en la película. Si
no hubiera sido profesional no lo
hubiese puesto. Estaba haciendo
una película de la “B” y el cimbronazo más grande fue el descenso
de River y lo tenía que poner, y
yo estaba filmando las imágenes
a medio metro de los jugadores de
Belgrano, llorando y buscando los
mejores planos.
- De todos los elogios que recibiste de tus películas ¿Cuál
fue el que más te impactó?
- Me sorprendieron dos cosas. Una
que cuando hice algunas funciones de prensa y la vio gente relacionada al cine, que sabe de cine,
me decían que se habían sorprendido por lo sincera que era. Todos
se imaginaban que se trataba de
una cuestión política. Aquellos que
tampoco eran de River resaltaron
que era una película de un hincha,
que quería demostrar el amor a su
club sin buscar cuestiones políticas. Que dijeran eso me gustó. Era
lo que yo quería, hacer una película de River para la gente de River
que quede para siempre. Lo otro
que me sorprendió es que gente
por fuera del club, de no ser hincha de River, no le haya resultado
un bodrio. Saber que se valora lo
cinematográfico, que cumple con
los parámetros de una película de
cine, en cuanto a los encuadres,
las entrevistas, la historia a contar,
es gratificante. Tiene un laburo de
guión, de estructura, narración, y
así se labura en cine.
“Cuando laburo soy
profesional. En la película
anterior se ve el descenso
de River. Estoy parado al
lado de los jugadores de
Belgrano festejando y yo
estaba llorando grabando
las imágenes”.
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- De todo tu recorrido por Argentina ¿Qué te sorprendió
de las distintas provincias?
- El fútbol. Ves que en La Quiaca
juegan en una cancha que es de
tierra, piedras, que la pelota pica
para cualquier lado. Los jugadores dicen que si le dan un pase tienen que poner la pierna un metro
más arriba porque saben que pica
mal. Eso no se ve en Capital, sí en
las ligas del interior. Pero en televisión no se muestra. O ir al sur
y ver que juegan 10 grados bajo
cero, y se las ingenian para jugar
igual, eso me sorprendió. Acá vas
a una cancha que tiene un poco el
pasto largo y ya se quejan y allá,
juegan sin quejarse. Vale más la
pena mostrar eso.
- Crees entonces que es importante mostrar El otro
fútbol para mostrar nuestra
identidad.
- Cada año, hay 3500 equipos federados que juegan torneos oficiales para jugar en primera, que si
ganan cinco campeonatos llegan
a la “A”. Cualquier equipo de una
ciudad chiquita de cinco mil habitantes de Jujuy, por ejemplo, lo po-
“Se generó algo lindo que
va más allá del cine. En el
Luna Park muchos lloraban
por la emoción que
le producía la película”.
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dría lograr. La mayoría de los que
juegan al fútbol lo hacen en equipos que no son conocidos. Esa es
la base del fútbol del país y no te lo
muestra nadie. Habiendo ido a cubrir el ascenso, con Fernando Prieto teníamos ganas de hacer algo
de eso. Nos enojábamos porque
en los canales de deportes siempre te muestran lo mismo. Pasan
partidos de los dos últimos de la
Premier League y no te transmiten
el clásico de Tucumán o del Chaco
que llevan 20000 personas y revolucionan la ciudad. Chaco For Ever
jugó en 1991 en Primera y ahora
nadie sabe si existe. Entonces dijimos de hacer algo para mostrarlo y
no quejarnos. Nos decían que a nadie les iba a interesar, pero cuando
salió la película y nos invitaron a
Pura Química, Fútbol para Todos,
Despertate, nos dimos cuenta que
lo habíamos logrado.
- Con respecto al INCAA
¿Cómo se maneja con las películas independientes?
- Existe un presupuesto que no es el
mismo que le otorgan a las películas
de Adrián Suar o Campanella. A mí
me dieron un subsidio para largometrajes, documentales en formato
digital, que ni te alcanza para hacer
una película porque te obligan a
pagar los sindicatos y todo aquello
que necesitás para reglamentar la
película para poder estrenarla. Termina siendo nada la plata pero a
nosotros nos permitió poder hacer
los viajes. Queríamos hacer una película documental, más de sesenta
minutos, y presentamos la carpeta.
Hay un comité que selecciona al jurado que decide si el proyecto es interesante y a los dos meses nos llamaron para comunicarnos que nos
daban el subsidio. Tenés que ir filmando un poco, entregarlo, aunque
sea sin editar, entregar los tickets
para demostrar en qué vas gastando el dinero. Y así te van liberando
las cuotas. Generalmente uno ter-
mina poniendo la plata porque te
liberan todo mucho más tarde por
la burocracia. Pero si no nos hubieran dado esa ayuda, no sólo nunca
lo hubiéramos filmado sino que no
hubiéramos llegado al cine. Para alguien independiente que no lo hace
para hacer plata, sino para filmar tu
proyecto, fue re importante.
- ¿Tenés pensado en el futuro
hacer otro documental?
- En este momento tengo un proyecto que ya está en camino. En
principio es para televisión pero
probablemente también vaya a
cine. Me gustaría hacer otro documental sobre la historia de River,
pero desde adentro del club. Con
El otro fútbol tengo mil historias
pendientes y seguramente seguiré
filmando. También estamos por
hacer la serie en televisión de eso
mismo, con todo lo que quedó pendiente. En cuanto a película, tengo
intenciones de poder terminar Zapiola, que no es de fútbol. También
tengo que terminar un largometraje que filmé cuando Excursionistas
jugó contra Boca en el Chaco, que
viajé con los jugadores de “Excurcio” en el avión y grabé tres días con
ellos, con chicos que quizás nunca
se habían subido a un avión y que,
además, enfrentaban a Boca. Tengo
todo ese material para editar. Son
muchas cosas pendientes que por
el tema de la película tuve que postergar. Por lo pronto, este año otra
película no voy a hacer.
- ¿Qué tiene de vos Esos colores que llevás?
- Todo. A todos los que entrevisté
para la película, desde Alonso, Ortega, el pibe que coció la bandera,
terminan respondiendo qué significa River para sus vidas. Si me preguntás a mí qué significa, te digo no
sé. La película es eso, el significado
de lo que es River para mi vida. No
te lo puedo explicar con palabras
pero sí filmándolo.
Narrativas cinematográficas
Los ojos de Darín
Nuestro cronista contrapone dos episodios cinematográficos disímiles,
intemporales, para demostrar cómo el deporte incide a la hora de querer
narrar historias. Como en todos lados, hay de las buenas y de las malas.
Por Leo Timossi
Finalmente se oscurece la
pantalla y un único par de manos
aplaude entusiasta el final de la
película. El film se llama Luna de
Avellaneda y es protagonizado por
un genial Ricardo Darín haciendo
las veces de Ricardo Darín (que en
la película se llama Román Maldonado, pero no importa), Eduardo
Blanco y Mercedes Morán. Narra
la historia de un club de barrio,
que supo canalizar la gloria en sus
años mozos y que en ese momento,
inmerso en la crisis, corre peligro
real de transformarse en un casino. Pero mejor centrarse en el protagonista.
En su extensa y rica carrera
como actor, Darín ha interpretado
diversos y logrados papeles que logran confraternizar con el público
sin terminar de ser diferentes el uno
del otro y sin alejarse demasiado
tampoco de la propia realidad del
actor. Habitualmente interpreta
personajes astutos, irónicos, apasionados, soñadores y algo melancólicos, acompañados por la picardía tan argenta que el propio Ricardo sabe expresar. Naturalmente, la
descripción le hace el juego a la imagen que tiene el mundo sobre los argentinos, y el cine nacional mucho
tiene que ver en la construcción de
esta identidad for export.
Tan arraigado está el deporte
en la identidad cultural de los argentinos, que ya el segundo largometraje sonoro producido en el
país y el primero en narrar una historia se llamó Los Tres Berretines
en alusión a las tres pasiones que
desvivían a los criollos por aquel
entonces: El tango, el fútbol y el
cine. El film, que consagró a Luis
Sandrini como una estrella del
cine local, fue el primero de muchos (casi todos relacionados con
el balompié) donde se desarrollaría el prototipo de camino que más
tarde se convertiría en paradigma
del héroe argentino: El joven que
crece en la pobreza y que, superando adversidades a base de talento,
se consagra en la gloria. Cualquier
similitud entre la realidad y la ficción es mera coincidencia.
Claro está que, en la prolífica
vida del séptimo arte rioplatense,
no siempre hubo largometrajes
que reprodujesen de forma fiel la
identidad del ciudadano argentino. La prueba más cabal de esta
afirmación tiene nombre y varios
apellidos responsables: La fiesta
de todos fue el nombre que Sergio
Renán o quién sabe qué cráneo
brillante le dio a la película que
hizo las veces de publicidad oficial
favorable sobre la organización y
el transcurrir del Mundial 1978.
El film, que intentaba darle más
entidad al eslogan que rezaba que
los argentinos eran “Derechos y
Humanos” reflejó como nadie la
cara más feliz del torneo, donde
los patriotas pudieron celebrar la
consagración de la Selección de
Menotti con el mismísimo Jorge
Rafael Videla en las tribunas. La
producción tenía como fin borrar
de un plumazo aquellos rumores
que circulaban en Europa de que
en Argentina no había libertad, razón por la cual una de las principales figuras mundiales de aquel entonces, el holandés Johan Cruyff,
desistió de participar de la cita.
La escena de la Final del Mundial que disputaron Argentina y
Holanda resulta paradigmática
para resumir por qué la película
no termina de ser identificativa:
Mientras llovían papelitos en el
Monumental de Nuñez, a unos
pocos metros del lugar un grupo
de personas secuestradas sufría
torturas en la ESMA, detalle que
los realizadores de la película obviaron mencionar y que sin duda
tiene mucho para decir sobre la
identidad de los habitantes de
esta patria. Un detalle tan argento
como aquella picardía en los ojos
de Darín.
11
Narrativas cinematográficas
Rocky IV:
El KO al comunismo
Mientras Balboa e Iván Drago se sacaban chispas, Hollywood nos mostraba
los últimos vestigios del “fracaso” del comunismo a nivel mundial.
Por Juan Pablo Gatti
La Guerra Fría fue una etapa
muy importante del siglo pasado. Un conflicto que tuvo en vilo
a toda la humanidad en el que se
vivió constantemente con el miedo a una guerra que pudo haberlo devastado todo. Y esa batalla
entre los bloques liderados por
las mega potencias Estados Unidos y la Unión Soviética no sólo
estuvo presente en Washington
y Moscú, en las charlas de café
de los políticos o por intermedio de “guerras de liberación” o
“contra el terrorismo” (aunque
no las llamaran así en ese tiempo), como las de Vietnam o Afganistán, sino que tanto EE.UU.
como la URSS combatieron cara
a cara…en el cine.
Así aparecieron grandes películas como las de 007 (de Rusia con
amor) y La caza del Octubre Rojo,
entre tantos otros títulos. Pero particularmente la que siempre queda
en el recuerdo y sale a la luz de los
comentarios es la cinta creada por
Silvestre Stallone, Rocky IV.
Aficionado del boxeo, aunque no
vea todas las peleas, la pasión no llegó desde los guantes de “Maravilla”
Martínez. Me la inculcó mi abuelo,
gran fanático desde siempre, escuchador de este deporte desde la
primera hora y hombre que se sigue
emocionando cada vez que le muestro un combate de Nicolino Locche
por YouTube. Por eso cada película
sobre el género me encanta, aunque
12
las de Rocky son mis favoritas por
predilección.
Ahora bien, ese fanatismo por el
“semental italiano” hizo que en un
primer momento cada película que
viera, y sobre todo su cuarta edición,
lo hiciera solamente observando las
batallas, viendo al “buenudo” de
Rocky Balboa fajarse con Apollo
Creed (Carl Welthers), Clubber
Lang (Mister T) o Iván Drago (Dolph Lundgren) sin el menor depuro
de lo que significaba cada golpe.
Ahora sé que detrás de lo que sucedía arriba del ring, el italoamericano
quiso decirnos algo en las obras de
su autoría. Vayamos por partes.
El Ángel de la Muerte
La película (del año 1985)
muestra a un Rocky en una gran
mansión, viviendo una vida de lujos (su mayordomo es un robot),
lejana a la de la pobreza en la que
estuvo instalado siempre. Ya es
un luchador reconocido mundialmente, y es en ese momento el
“campeón del pueblo”. Su esposa,
Adrian (Talia Shire), y su joven
hijo ahora pueden darse los lujos
que nunca en su vida imaginaron.
Es lo que los norteamericanos, en
su mundo capitalista, llaman “vivir
el sueño americano”, esto es, ser
felices gracias al consumo.
Esa felicidad estaba destinada
a pasar a un segundo plano cuando aparece Iván Drago, un boxeador soviético rubio, muy alto, con
grandes músculos y con la mirada
perdida. Llega a los Estados Unidos a retar a los pugilistas de aquel
país porque ya en el amateurismo
no había nadie que le hiciera frente
–era el campeón olímpico de Moscú 1980 y tenía un record de 100
victorias y ninguna derrota–. Aquí
podemos ver la mirada capitalista sobre el mundo comunista: los
deportistas son máquinas sin alma
ni sentimientos, apoyados de lleno
por el Politburó soviético.
Esa extrema musculatura no
es obra de un duro entrenamiento, sino de experimentos y muchas drogas. En la conferencia de
prensa donde se presenta el record
el que acepta esta “pelea de exhibición” es Apollo Creed, ex campeón, pero que llevaba cinco años
sin actividad.
Desde el primer momento, Rocky le dice a su amigo que no acepte
esa pelea, que no lo veía para luchar,
pero el orgulloso Creed hace caso
omiso, y arma una parafernalia impresionante en Las Vegas para ver
este gran duelo entre el americano
y el ruso. Apolo, vestido como un
norteamericano pedante, sería golpeado hasta morir por un inmutable Drago, que mira a su bella mujer
y acota: “Si se muere... se muere”.
Si, los rusos son seres sin alma, capaces de matar a sangre fría (aunque el boxeo pueda llevar a ello) sin
preocuparse por los demás. El golpe
letal del ruso al estadounidense es
una clara apología a los primeros
grandes logros comunistas: el satélite Sputnik, el primer hombre en el
espacio (Yuri Gagarin), los campeones mundiales de ajedrez, los misiles cubanos y demás.
Rocky, con sed de venganza,
expresa que se medirá con Iván en
su casa, en sus reglas y en navidad.
¿Por qué el 25 de diciembre? Según los rusos porque era una época
especial para sus rivales, pero me
pregunto ¿No será que Rocky, muy
en el fondo y a pesar de su miedo,
acepta porque, siendo sinceros,
qué mejor regalo para su país que
la derrota de un ruso?
“Si yo puedo cambiar, ustedes
pueden cambiar”
Aquí es cuando la película pasa
a tener una trama netamente propagandística. Rocky viajará sólo
con su entrenador y su cuñado a la
gélida Siberia. Adrian lo hará luego
para darle nuevas fuerzas al italoamericano, donde tendrán un entrenamiento al estilo de esta saga:
correr sobre la nieve, cortar troncos, subir rocas y hasta trepar una
montaña. Todo, desde la sencillez
y el trabajo duro, para derrotar a la
máquina rusa, que se entrena en un
lugar secreto lleno de máquinas e
inyecciones.
Y luego si, después de tanta espera, llega el momento que todos
los espectadores aguardan, y es
nada menos que el frente a frente
de estos dos titanes. Esta vez la
grandeza y el nacionalismo parten
de los locales, que hacen sonar el
himno en medio de una gran multitud (la mayoría humildes campesinos), donde aparecen fuegos
de artificio, el rostro de Lenin, una
larga bandera soviética que baja y
hasta se muestra el palco donde se
sientan los políticos rusos. Entre
ellos hay uno que se sienta en el
medio, con gran parecido a Mijail
Gorbachov.
En el primer round “la máquina
rusa” comienza a dominar a Balboa, que termina por caer al suelo y
ve imágenes de su pasado, las cua-
les en medio del dolor lo animan a
seguir, y hasta logra, en el segundo
asalto, cortar a Drago, que al ver su
propia sangre se asusta (habría que
preguntarse contra quienes peleó
antes para que se sorprenda ahora)
y el entrenador de Rocky le dice “no
es una máquina, míralo, está sangrando, es como tú”. Esa frase motiva al campeón, que a partir de allí
repartirá un “golpe a golpe”, como
ocurrió, para llevarlo a un plano
más global, con la propia Guerra
Fría, donde cuando un bando realizaba algo el otro contraatacaba con
algo mejor.
Finalmente, y con los dos hombres masacrados, Balboa logra atestar los golpes finales al gigante ruso,
quien cae desplomado fuera del
ring. Esto sin lugar a dudas podría
tomarse con una premonición de
lo que veríamos algunos años más
adelante. Los golpes norteamericanos (la llegada a la luna, la cultura
musical, Hollywood, el triunfo del
ajedrecista Bobby Fisher o las numerosas victorias olímpicas) terminan por derrumbar a su par soviético, que no sólo cae lleno de dolor y
angustia, sino que al hacerlo se desmiembra en mil pedazos. El comunismo, como Drago, son derrotados
aunque parecían invencibles, y es el
capitalismo el que se alzará detrás
de la Cortina de Hierro. Justamente
el subtítulo de la película es “la caída
de la cortina de hierro”, como para
terminar de encontrarle la vuelta
política al asunto.
Al finalizar el
combate
Rocky
(vestido con una
bandera norteamericana) expresa sus
palabras holywoodenses ante el público: “Vine aquí
esta noche sin saber
qué ocurriría. He
visto a mucha gente
que me odiaba. No
sabía qué pensar
sobre eso. Vosotros
tampoco me gustabais. Durante el
combate, he visto muchos cambios.
Lo que sentíais por mí y lo que yo
sentía por vosotros. Aquí había dos
hombres… matándose el uno al otro.
Pero dos es mejor que 20 millones.
Lo que intento decir es que si yo
puedo cambiar y vosotros también…
¡todos pueden cambiar!”.
Impresiona escuchar estas palabras con el paso de los años y la
trascendencia que tendrían, no con
su llamado a la paz (que finalmente ocurre cuando se cae el muro
de las ideas) sino también con la
idea del “todos pueden cambiar”,
en clara alusión al capitalismo que
terminaría por comerse a Rusia en
los años subsiguientes, y que hoy
nos entrega a los grandes magnates del fútbol por caso.
Rocky IV es un ejemplo más de
la lucha dentro de la Guerra Fría
representada en los cines, donde
el boxeo, esta vez, dejaría de ser
lo importante para centrarse en
otras cosas. Porque no todo es lo
que parece.
13
Narrativas cinematográficas
El rugby, blanco sobre negro
Pocas historias cuentan mejor la relación tríadica existente entre el deporte,
la política y la sociedad como lo sucedido con el rugby en Sudáfrica durante
el gobierno de Mandela. La convicción de un héroe político que pudo
terminar con el racismo usando como instrumento un deporte de elite.
Por Víctor Olivera
El deporte se ha ganado un lugar en el cine y varias películas han
dejado huellas en la memoria. Las
muestras documentales son una
de las mejores maneras de atestiguar los sucesos deportivos. Quizá
el fútbol es el que más espacio ocupó en Argentina. Pero en otras latitudes, dijeron presente diferentes
disciplinas.
El film Invictus, de los existentes sobre la “ovalada”, probablemente es uno de lo más verídicos
por el argumento de la obra y el
marco social/político de Sudáfrica.
Para entender la película (2009)
hay que saber, mínimamente, el
contexto histórico.
El país es conocido por sus
distintas culturas, religiones e
idiomas (once reconocidos como
oficiales). Esa diversidad pluricultural ha tenido varios aspectos negativos, como la violación de los
derechos humanos, por conflictos
de etnias y de clases. Nelson
Mandela, tras ser liberado de
su larga reclusión política en
la cárcel, llegó al poder en un
momento difícil. Pero a través
del deporte encontró la forma
de unir un pueblo; la división
social también se veía en el
ámbito deportivo: el rugby
era para blancos y el fútbol,
menos popular, para negros.
Y la película se apoya en esos
tópicos para armar la trama.
A Sudáfrica le tocó ser el anfitrión del Mundial de Rugby
de 1995.
Una de las primeras escenas es la liberación del presi-
14
dente, que marcó la felicidad de
los negros que en un campo de tierra jugaban a la pelota, y del otro
lado, en una cancha de primer nivel, entrenaban los rugbiers blancos. Uno de ellos preguntó quién
era, y el entrenador respondió:
“Es ése terrorista Mandela, que
lo soltaron. Recuerden este día,
como el día en que el país cae en
desgracia”. Esas palabras marcan
el foco del conflicto.
El film describe cómo Mandela
(protagonizado por Morgan Freeman) y Francois Pienaar (capitán
de los Springboks, personificado
por Matt Damon) se unieron para
convertir sus esperanzas individuales en sueños colectivos: la
creencia del mandatario de unificar al país, sin divisiones raciales;
y la del jugador, lograr que su equipo gane el mundial y colaborar
para su popularización. Todo bajo
el lema “Un equipo, un país”.
Las minorías eran de piel blanca, por lo cual otro de los desafíos
era que los negros tengan un sentido de pertenencia, un “nosotros”,
que sólo lo tenían con el fútbol. En
una escena, el Apartheid se vio en
el partido de Sudáfrica vs Inglaterra, al convertir try los ingleses, los
blancos alientan y los negros festejan en la tribunas. A pesar de ese
estigma, lejos del rencor, Mandela
nunca perdió de vista su misión:
ante el reclamo de “viste esas banderas del Apartheid, son una desgracia”, él contestó “pero también
es un derecho constitucional”.
En otro fragmento del film se
muestra una iglesia, lugar donde
se brindaba ropa a los más necesitados. Una señora se encarga de
distribuirla, al llegar un chico le
dice “niño, tuviste suerte, éste (haciendo alusión a la entrega) es un
polerón oficial de los Springboks”.
El niño, temeroso, se quedó paralizado y al ver la prenda salió
corriendo. Se pudo ver la escala de valores que tiene muy
asociado al rugby con la elite,
lo que provoca rechazo en las
clases populares.
El buzo verde, simbólicamente, representaba la escisión de clase. Escenas de ése
tipo hay varias. Esa tendencia
va mutando.
En la película quedó explicitado el buen uso político
y el poder transformador que
tiene el deporte como práctica
cultural capaz de cicatrizar las
diferencias sociales en aras de
la unidad nacional.
Narrativas cinematográficas
De cintas y raquetas
Acusado históricamente de elitista, el tenis ha logrado meterse en la
consideración popular. A pesar de esto, el cine lo ha testimoniado muy poco.
Por Hugo De Angelis
El tenis y el cine no han tenido una relación muy extensa. Hay
pocas películas que se relacionan
con el deporte y sólo en algunas
de ellas, el tenis toma preponderancia como tal. En el resto, sirve como contexto de historias de
amor, dramas y hasta comedias.
Un recorrido por estos filmes, las
historias que relatan y el papel del
deporte en ellos.
Los primeros registros que se
tienen de la aparición del tenis en
la pantalla grande provienen de España. Es un documental que narra
la serie de eliminatorias del equipo
español en la Copa Davis de 1965 y
el último partido entre Santana y
el australiano Emerson. El corto,
que lleva por título el nombre del
torneo y el año, muestra imágenes
de aquella vez en la que España
logró su primera presentación en
la final por la ensaladera de plata.
La realización estuvo en manos del
director Jaime Camino y no es más
que una recopilación de partidos.
En 1977, llegó la segunda aparición del tenis en el cine. Fue de
la mano de otro corto, titulado The
tennis lesson. En esta oportunidad, el director estadounidense
Steve Karp relata la secuencia del
día de una mujer desde que se levanta, toma una ducha, se viste
con su traje de tenis y va hacia la
cancha. Allí, pone un cassette y
una voz en off le dice lo que debe
hacer, mientras una máquina lanza las pelotas hacia la aprendiz. El
corto dura unos ocho minutos y no
muestra más que la lección que recibe la mujer.
La primera comedia que llevó al
tenis al formato de los 35 milímetros
fue Racquet. Este filme estadouni-
dense, estrenado en 1979, se centró
en torno a un campeón de tenis que
oscila entre chicas y jugar partidos
con ricos y famosos, mientras que
busca poseer su propio club de tenis. El protagonista es Bert Convy
y hay una aparición Björn Borg,
jugando un partido contra el actor
principal. La película dista de ser
buena y el mundo real del tenis sólo
se ve representado con la presencia
del ex tenista sueco.
Pero un hecho real del mundo
del tenis profesional, llegaría a la
pantalla grande en 1986. Second
serve cuenta la historia de Renée
Richards, la tenista transexual. El
filme comienza la historia en 1964
con la vida de Richard Raskind,
un exitoso médico de Nueva York
que siente que no encaja como
hombre. Luego de someterse a una
operación de cambio de sexo en
1974, ingresa a disputar torneos en
el cuadro femenino con su nuevo
nombre, jugando destacadamente. A partir de allí, la película relata
todo el conflicto entre la protagonista, la prensa, los jugadores, di-
rectivos y aficionados del tenis. Es
un filme interesante, en el que el
mundo que rodea a este deporte se
muestra tal cual es.
Tres años más tarde, el corto Tenis sucio volvería a ponerle
tono de comedia al tenis. La historia muestra formas de juego sucio
para ganar un partido. La manera
en la que se mueven los personajes,
la técnica para ejecutar los tiros y
las tácticas para distraer al rival se
suceden a lo largo de los 33 minutos que dura el corto. Nuevamente,
el deporte queda sólo como marco
para las bromas de los personajes.
Wimbledon, estrenada en
2004, cuenta una historia de amor
entre un jugador inglés y una tenista norteamericana. La trama es
simple y la película es, al menos,
entretenida. La credibilidad que da
el escenario del All England Club,
se la quitan los personajes durante
las escenas de los partidos. Movimientos desarmados, puntos increíbles y muy poca técnica hacen
que el tenis sea sólo una referencia
de dónde se desarrolla la verdadera historia de esta película, que es
el romance.
La última relación entre el cine
y la raqueta fue en 2005, con la película Tennis, anyone? Allí se mostró con algo de crudeza el mundo
del tenis. Aunque con sentido del
humor, las escenas de acción deportiva fueron representadas de
manera realista y con una buena
trama de fondo, que muestra la
competitividad bajo una apariencia
de deportividad, tanto dentro como
fuera de la cancha. Es una película
que, si bien es de bajo presupuesto,
captó de manera interesante lo que
sucede en este deporte.
15
El aporte del deporte
El padre de la criatura
No podíamos dejar
de mencionar
al eterno Bruce Lee.
El gran exponente
de las artes
marciales generó
una relación
tan fuerte entre
el cine y el Kung Fu
que pasó a ser
distinguido como
actor.
16
Por Héctor Escobar
¿Qué lo habrá apasionado más,
las artes marciales o la actuación?
Tal vez ambos, sin sacarse ventaja,
ni el deporte ni la cinematografía.
La filosofía de vida que acumuló y
supo desenvolver a través de sus
cortos 33 años lo hicieron la estrella máxima en su especialidad.
Pionero y obrador de rodajes indefectiblemente atrayentes para los
públicos de todo tipo. Grandes y
chicos se hipnotizaron con sus movimientos técnicamente perfectos,
y tan rápidos como la luz.
Bruce Lee, el hombre que, con
el Kung Fu, ayudó al cine a romper
con estructuras frías y cerradas;
y deleitó a todo un mundo televidente.
No se trata de una biografía del
karateca, sino, de entender qué significó Bruce Lee-deportista para la
pantalla grande en épocas donde
el cine oriental no tenía espacio en
la célebre alfombra roja de Hollywood. Y vino él. Quebró esa barrera
cultural que existía en los 70 entre
ambos mundos y el cine encontró
un nuevo terreno; un universo fértil hasta ese momento sin explorar.
Y allí estuvo Bruce Lee para dar el
golpe más importante en su carrera. Como deportista agarrándole la
mano al actor. Nunca supo lo que
provocó.
Debe tratarse del hombre que
más encarnó la unión entre el deporte y el cine. Su vida fue atravesada paralelamente por las artes
marciales y la actuación, desde el
vientre. Porque el 27 de Noviembre del 40 en el hospital Jackson
Street de San Francisco (EE.UU)
nació Lee Jun Fan, más tarde Bruce. En el zodíaco chino, el 27 de
Noviembre es el día del dragón:
una criatura mítica con temperamento, rápido, ágil y esquivo,
como lo era Lee.
Para entender el porqué de
“Bruce Lee actor y deportista” hay
que conocer dos momentos claves:
el primero es con su padre, Lee
Hoi-chuen, que era un famoso actor chino de cine y teatro; y cuando
Bruce Lee tenía un año se lo llevó a
Hong Kong, en medio de las consecuencias que dejó la segunda guerra mundial.
La niñez la pasó entre escenarios, luces y algunas interpretaciones habladas. De pequeño mostró
expresiones corporales carismáticas (innatas en él) y el gesto típico en Bruce Lee: tocarse la nariz
cuando se enojaba.
El otro punto de inflexión que
daría real formación a la vida de
luchador de Kung Fu es entrada
la adolescencia: las calles del viejo Hong Kong post guerra fueron
demasiado peligrosas para no saber defenderse. Tras una paliza en
el colegio y con sed de venganza,
surge el entusiasmo por aprender
a pelear, pero con un maestro,
como en las películas. Fue cuando
conoce a Yip Man, quien le enseñó
las artes de la disciplina y el autocontrol. El joven actor empezaría
a mamar el Wing Chun Kung Fu:
arte y práctica filosófica de encontrar la fuerza y utilizarla de manera
muy eficaz.
Las continuas peleas en la escuela y en las calles hicieron que
Bruce Lee con 18 años retornara a
Estados Unidos, el país que lo vio
nacer.
El destino fue tejiendo todo;
ahora, a empezar a escribir la historia del más grande actor que
utilizó el Kung Fu como práctica
corporal y deportiva, donde se hizo
famoso, y donde rompió la barrera entre la cultura occidental y la
oriental.
En el país del norte, tras abrir
por segunda vez su colegio de artes
marciales, perfeccionó su técnica
de pelea y no se conformó con las
enseñanzas de Yip Man. Se obsesionó por mejorar cada día, día y
noche, entrenamiento y prácticas
al amanecer. Participó de torneos
de karate donde impresionó a todo
el público presente. Sin embrago,
Bruce Lee se sentía frustrado. Lo
que nunca se imaginó, es que la
fama lo estaba esperando a la vuelta de la esquina.
En 1965, Ed Parker lo convocó
para una prueba en Hollywood.
Se necesitaba un histrión asiático
que supiera de artes marciales.
Con toda la destreza en el ADN,
el instinto de lucha y las técnicas
del Kung Fu en la espalda, Bruce
Lee vuelve a interpretar el otro
papel en su vida: el de actor. Fue
cuando William Dozier, productor
ejecutivo de la serie Batman, vio la
prueba y quedó boquiabierto por
la demostración del karateca. Lee
no comenzó de buena forma, ya
que la serie se suspendió. Al año
siguiente, fue contratado para realizar el papel de “Kato”, en la serie
El avispón verde.
Pero la incursión más importante la realizó a través de películas como El furor del Dragón, en
1972, grabada en Roma junto a un
joven Chuck Norris. Este filme es
considerado uno de los más importantes de taquilla del circuito
chino. Operación Dragón, de producción repartida entre Estados
Unidos y China, donde Lee es el
actor principal y tuvo el cargo de
Codirector de las escenas de lucha.
Y en 1973, con El juego de la muerte, rodaje que quedó inconcluso
por su muerte y que solo están filmados 40 minutos.
La vida de Bruce Lee marcó el
camino para muchos actores posteriores que también practicaban
artes marciales como Jean Claude Van Damme, el propio Chuck
Norris, o Jackie Chan, entre otros.
Inmediatamente, desde la vida de
Lee, se viene la sinopsis de Karate
Kid y los personajes de Daniel Larusso y el señor Miyagi: las historias son casi un espejo.
No es descabellado pensar
en dibujos animados de
luchas y combates
donde la técnica
y la concentración a
través
d e l
karate son
p a r te
del
show. ¿Y qué
hay de los videos
juegos, desde los
80 para acá? El
Mortal Kombat,
por ejemplo.
Sin omitir
los millones de
dólares que se
facturaron a
través de estas películas y
series de combate en el mercado cinematográfico y que se
merece informe
aparte, todos,
a rendir culto y
homenaje a su
majestad Bruce Lee.
17
El polifuncional
Me verán volver…
Con el tercer título mundial en el bolsillo y la satisfacción de ganar en casa,
Isinbayeva se ¿despidió? del salto con garrocha. Algunas declaraciones abiertas
y una maravillosa actuación ponen en duda el retiro.
Por Jimena Maggi / Foto: Kerim Okten, Agencia EFE
Ganó los torneos más
preciados por cualquier
atleta profesional, marcó
28 récords mundiales,
fue profeta en su tierra y
elevó al salto con garrocha a lo más alto del nivel
internacional. Sin embargo, a los 31 años, Yelena
Isinbayeva dijo adiós. Un
adiós que en apariencia
es definitivo, pero que, a
juzgar por sus recientes
declaraciones, podría ser
un hasta luego.
En el 2012, “La Zarina” confirmó que abandonaría la
actividad una vez terminada su participación en el Mundial de Moscú 2013, para poder cumplir con su deseo de
ser madre. Sin embargo, unos días antes del inicio de la
competencia, que se llevó a cabo entre el 10 y el 18 de
agosto pasado, declaró: “No pienso sobre el final de mi
carrera porque soy de Géminis, y los de Géminis cambian
de opinión muy fácilmente”.
Ahora bien, si ésta fue su última presentación como
atleta profesional, es oportuno remarcar que la concretó
de la mejor manera posible: obtuvo su tercer título mundial, y en esta oportunidad, nada más ni nada menos que
en su propia casa y ante más de 40 mil espectadores en el
estadio Luzhnikí.
Su marca ganadora fue de 4,89 metros que, aunque
no le alcanzó para superar su récord de 5,06 metros, quedará por siempre en la historia por ser la alcanzada en la
despedida de la mejor saltadora con garrocha de la historia.
Si bien Yelena llegó a esta competencia habiendo
sembrado algunas dudas, debido a sus tibios desempeños en los últimos mundiales (sin saltos válidos en la final
de Berlín 2009 y sexta en Daegu 2011), el destino parece
haberle hecho un guiño, y como premio a su brillante carrera, la marca de 4,89 metros de la final le permitió quedarse con el título mundial, que se suma a los logrados en
Helsinki 2005 y Osaka 2007.
La rusa supo erigir una carrera sobresaliente. Durante
más de una década se mantuvo en el máximo nivel competitivo, logrando los más destacados resultados: marcó
18
28 récords mundiales, se
convirtió en la primera
mujer en saltar por encima de los 5 metros y
posee el récord de 5,06
metros al aire libre.
En materia de Juegos Olímpicos, el salto
con garrocha femenino
comenzó a tener reconocimiento olímpico recién
a partir de Sydney 2000,
y Yelena se convirtió en
campeona olímpica en
dos oportunidades, Atenas
2004 y Beijing 2008, además de lograr la medalla de bronce en Londres 2012.
Sin embargo, lo que debería haber sido un retiro a
toda orquesta, se vio empañado por un factor extradeportivo. Luego de que varios atletas demostraran durante
el Mundial su repudio a la ley que prohíbe “la propaganda
gay” en Rusia, “La Zarina” emitió declaraciones públicas,
cuanto menos polémicas: “Si permitimos que los gays
promuevan y hagan todo eso en la calle estaríamos muy
preocupados por nuestro país, porque nos consideramos
gente normal”.
Rápidamente, Ryzhova y Firova, dos compatriotas suyas, subieron al podio a recibir la medalla de oro en 4 X
400 femenino y sellaron el festejo con un beso en la boca,
en respuesta a las declaraciones de la mejor garrochista
del mundo. Yelena salió a aclarar los tantos y, a través de
un comunicado, afirmó: “Fue un malentendido. Lo que
quise decir es que la gente debe respetar las leyes de
otros países, particularmente cuando son invitados”.
Más allá de sus opiniones personales, si hay algo sobre lo que no se admite discusión es sobre su andar deportivo: una excelente carrera que no sólo quedará para
la historia sino que además se verá reflejada en las nuevas
generaciones de atletas que la tienen como referente.
Y aunque aún se desconoce si ésta fue su despedida
definitiva o si volverá a competir luego de ser madre, es
justo despedir, al menos por un rato, a esta Yelena: la que
a los 31 años dijo adiós luego de haber batido todos los
récords y haberse convertido en la mejor garrochista de
todos los tiempos.
El trotador
“El handball tiene que ser
profesional y tener una buena
liga nacional”
Por Por Julián Haramboure / Fotos: Al Trote
Es el estratega de un grupo de “Gladiadores”
que logró que el balonmano argentino sea
olímpico por primera vez. En charla con
Al Trote, Eduardo “Dady” Gallardo se refirió
a diversos temas; desde los desafíos con
la selección hasta la actualidad institucional
de River, el club de sus amores.
19
Tras un exitoso e histórico paso por
entre otros temas del balonmano y el
las selecciones juveniles, el entrenadeporte nacional.
dor Eduardo Gallardo tuvo la oportunidad de hacer historia también en el
- ¿Cuáles son los objetivos actuaseleccionado mayor y la aprovechó.
les de la selección?
Con una correcta combinación de ju- Cuando terminó el mundial empegadores jóvenes y experimentados,
zamos el nuevo ciclo olímpico, y a
llevó a la Argentina no sólo a conseintentar clasificar al segundo Juego
guir la mejor posición en su historia
consecutivo en Río 2016, así que
mundialista (finalizó entre los doce
todo el trabajo que estamos armanmejores en Suecia 2011), sino tamdo es para poder lograr ese objetivo
bién a alcanzar, gracias al compromique es en el 2015 en Canadá. Entre
so de cuerpo técnico y jugadores, el
medio tenemos los Juegos Sudamesueño de todo el balonmano nacioricanos y el Panamericano clasificanal: jugar un Juego Olímpico, hazaña
torio al Mundial de Qatar.
que logró tras una recordada final
ante Brasil en Guadalajara.
- Los Panamericanos de Toronto
A pesar de contar con un presupues2015, la competencia más fuerte
to mucho menor al de las potencias
debido a que entrega un cupo para
de este deporte de raíces europeas,
los Juegos Olímpicos, serán difeel cuerpo técnico nacional realiza un
rentes a lo habitual ya que Brasil
arduo trabajo día a día para que las
ya está clasificado para Río, ¿esto
distancias entre el handball argentiabre una disputa distinta para obno y esos experimentados países se
tener la plaza olímpica?
intenten achicar cada vez más. En
- Sí, sin dudas, de todos modos Chiuna distendida charla en el lugar de
le ha crecido mucho entonces deslos entrenamientos, el Centro Naciocuidarte te puede traer un dolor de
nal de Alto Rendimiento Deportivo
cabeza. En el Panamericano termi(CENARD), “Dady”
namos ganando
“Nuestro grupo es
expresa sus expepor un gol, muy
riencias y cuenta
excelente, con objetivos ajustado. Si bien
los desafíos que
las realidades son
claros, y siempre
se vienen para
diferentes entre
trata de conseguirlos”.
“Los Gladiadores”,
un equipo y otro,
en las dos últimas competencias que
tuvimos con ellos fueron dos partidos complicados, tanto en Guadalajara como en el Panamericano Pre
Mundial de Buenos Aires. Aparentemente también va a competir Brasil
en Toronto así que hay que ver como
quedan las zonas, en dónde te lo podés cruzar, por eso más allá de que
estén clasificados los podés enfrentar en una semifinal, por lo que la
mentalidad va a ser la misma que si
Brasil compitiera por el pase al Juego
Olímpico.
- ¿Qué balance hacen de la participación en el Mundial de España
2013?
- No fue como esperábamos, no logramos pasar de ronda, creo que
pagamos muchísimo las lesiones de
jugadores clave como Juan Pablo
Fernández, Agustín Vidal, Damián
Migueles y Diego Simonet. Los que
llegaron a jugar llegaron con falta de
ritmo, y en ese nivel tenés que estar
al 100 por ciento, entonces es muy
difícil cuando los jugadores clave te
faltan. Fundamentalmente creo que
ese fue el mayor problema en este
mundial, veníamos de un 2011 y
2012 muy bueno y lamentablemente
al no poder contar con cuatro jugadores que son habitualmente titulares (o en algunos casos no tenerlos
en la mejor condición física) creo que
se pagó muy caro y a todas las selecciones les pasa eso cuando le faltan
jugadores clave. Considero que el
equipo sano y completo es diferente
al que jugó en España sin dudas.
- ¿Cómo vivieron la repercusión de
lo realizado en Suecia 2011, donde
algunos medios internacionales
llegaron a comparar a Diego Simonet con Lionel Messi?
- A partir de ese momento llegó el
reconocimiento a nivel internacional.
Antes en Europa nos consideraban
un equipo de tercera línea y hoy ya
saben que, si no están bien, nosotros les podemos ganar. También fue
muy grande la repercusión que tuvo
acá en Argentina y esto se convirtió
en un tema a trabajar en el equipo.
20
Pasar de ser un
con mentalidad
“Si no tenés medios,
deporte
descoprofesional. No
no hay liga nacional, ni me creo el tercero
nocido y gente
sponsors, ni nada.
desconocida
al
del mundo ni muSiempre
es bueno que
reconocimiento,
cho menos, sino
especialmente
que lo tomo como
haya un apoyo pero
con los jugadores
también hay que armar un premio para
más jóvenes, que
un buen producto que le todo mi equipo
quizás se pueden
técnico, que labuinterese a los medios”. ra mucho.
marear un poquito. Fue algo que
hablamos
des- ¿Cómo ven los
pués del último mundial, de cara al
técnicos europeos los resultados
próximo ciclo olímpico.
obtenidos por Argentina, teniendo en cuenta la diferencia que
- ¿Qué es lo mejor que te dejó la
existe en cuanto a presupuesto y
experiencia en Londres 2012?
estructura?
- Creo que un Juego Olímpico es algo
muy grande y, sin dudas, va a servir
como experiencia para el que viene
(Río de Janeiro 2016), y para poder
corregir los errores que cometimos,
porque cuando no tenés experiencia
en algo así no es tan fácil adaptarse.
Nosotros siempre habíamos competido en torneos que eran solamente
de nuestro deporte o en los que no
había tantas megaestrellas de esas
que mirábamos por la tele. Lo que
rescato es que nuestro grupo es excelente, con objetivos claros, y siempre trata de conseguirlos.
- ¿Cómo viviste el hecho de ser reconocido por la Federación Internacional de Handball (IHF) como
uno de los tres mejores entrenadores del mundo en 2011?
- Para mí fue medio raro porque me
enteré por el entrenador de Noruega,
que es un amigo mío, y me dijo en
pleno Juego Olímpico que me iba a
votar. Creo que es un reconocimiento a todo el handball argentino, y a
esa camada de jugadores y de cuerpo técnico que en mi nombre estaba
reflejada. Nosotros empezamos con
las categorías juveniles en el año
2005, en el 2007 jugamos semifinal
del mundial juvenil en Bahrein y en
2009 nos fue muy bien en Egipto,
donde quedamos sextos. Después
el mundial de mayores en Suecia y la
clasificación a los JJOO. Creo que fue
un reconocimiento al trabajo de un
grupo de gente totalmente amateur
- La gente del deporte valora mucho
más nuestro trabajo en el exterior
que acá. En Argentina, más allá de
que haya una beca, el handball es
totalmente amateur y en Europa ven
la evolución y reconocen este crecimiento. Creo que acá el handball
tiene una estructura casi colegial,
quizás el vóley, el rugby o el básquet
están mucho más desarrollados que
nosotros, y es muy difícil competir
de igual a igual con las potencias.
Llegamos a un nivel en el que, si la
estructura no mejora, va a ser muy
difícil seguir subiendo escalones.
Aunque tampoco podemos quejarnos de lo que no tenemos porque
Foto: Télam
Su vínculo con otros deportes
y la anécdota con “Cachito” Vigil
- ¿Te has nutrido del trabajo de entrenadores de otros deportes?
- Me nutrí de muchos deportes, de muchos profesionales y pude estar
en charlas técnicas de equipos de fútbol de primer nivel, de equipos y
selecciones de vóley, de hockey e incorporé mucho de lo que tiene que
ver con el manejo de grupo. Cuando agarré la selección me junté con
gente de la UAR, para ver cómo era la estructura del rugby. Con “Cachito” Vigil soy amigo y lo conozco desde el profesorado de educación
física. Nosotros trabajamos mucho con la motivación del plantel y él
me ha mandado mails y me ha llamado antes y después de competencias importantes.
¿Te llamó en el último Juego Olímpico?
- Antes del partido con Túnez, se hizo una hora de viaje en subte hasta
la cafetería enfrente de la villa olímpica, me tuvo una hora hablando
y me dijo: “Lo que te sirva úsalo con tu equipo, y lo que no descartalo.
Si no te sirve nada, no uses nada. Gracias por escucharme”, y se fue.
Pero la verdad que la charla fue fantástica. Es un fenómeno en la parte
anímica y de motivación. Al estar los dos en River me ha tocado compartir algunos viajes con él y es fantástico.
21
nunca lo habíamos tenido. Hoy con
la aparición del Ente Nacional de Alto
Rendimiento Deportivo (ENARD)
se mejoró mucho la preparación de
los equipos, pero sigue siendo totalmente amateur la infraestructura,
por eso es muy complicado.
Foto: Télam
- ¿Tiene su ventaja el hecho de ser
amateur en cuanto a la presión
que genera?
- No. Acá es lo mismo aunque ganes
dos pesos o un millón, son las mismas
exigencias que en otros deportes. En
Argentina después del Mundial 2011
se pensaban que era normal ir a ganarle a Suecia. Vinimos del mundial
de España y nos preguntaban cómo
podía ser que no le ganemos a Alemania, o cómo habíamos perdido
con Francia. La vara se subió de golpe pero no es real. En 2011 hicimos
un mundial muy bueno en donde
por primera vez en la historia quedamos entre los mejores 12, pero no
se tiene conciencia de la realidad. No
es tan fácil; la presión es realmente
muy grande de todos lados. Yo estoy
acostumbrado porque me formé en
River y aprendí a vivir con eso.
- ¿Qué es lo que te mantiene en el
país y no elegir pasar a algún equipo de afuera?
- He tenido posibilidades de dirigir
tanto en Europa como en Sudamérica, pero por mi país es una pasión que
tengo. Al menos hasta el 2016 seguiré, e intentaremos hacer lo mejor posible para llegar a un segundo Juego
Olímpico y demás. Además tengo una
familia, cuatro hijos, y es casi imposible que me vaya
al exterior. Suma“Llegamos a un nivel
do a que acá está
en el que, si la estructura River, que es mi
no mejora, va a ser muy club, así que priodifícil seguir subiendo
rizo otras cosas,
empezando por
escalones”
mi familia.
- Creo que lo que falta es que sea profesional el deporte, y eso también es
parte de una liga nacional. Hoy se habla de que el interior no tiene jugadores, pero es muy difícil traer un jugador del interior acá, porque no hay
una estructura para poder bancarlo y
que venga. Creo que es fundamental
que sea profesional y que tenga una
buena liga nacional, como tienen el
vóley y el básquet, pero es muy complicado.
- ¿Qué importancia le das a la difusión mediática
del handball?
- Mucha. Si no tenés medios que
te sigan va a ser
imposible lograr un desarrollo mayor al que se llegó. La explosión mediática fue por el partido con Suecia
y por la clasificación a los JJOO. Se
transmiten los eventos importantes
pero si no tenés medios, no hay liga
nacional, ni sponsors, ni nada. Siempre es bueno que haya un apoyo mediático pero también hay que armar
un buen producto que le interese a
los medios.
- ¿Cómo se trabaja en la parte táctica en función de los rivales de
turno, en especial ante las potencias?
- Creo que el único que puede jugar
siempre de la misma forma es Francia. Nosotros si no buscáramos “ensuciar” y trabar un poco los partidos no
habría equilibrio, porque son mucho
mejores que nosotros. Se trabaja en
el estudio del rival y en la preparación
de cada partido en el aspecto táctico:
para los Panamericanos de Guadalajara buscamos los encuentros de los
últimos tres años de Brasil y se los editamos a cada jugador, con todos los
detalles de juego. Hoy se consiguen
los videos hasta de los seleccionados
juveniles. Nosotros armamos nuestra
defensa y nuestro ataque en base a
las características del rival.
- ¿Es necesario que exista una liga
nacional de handball, que quizás
esté faltando?
22
Foto: Télam
- ¿Cómo se vivió el descenso en
River, por fuera del fútbol, en la
institución?
- Para mí es difícil separarlo porque
soy hincha. Pero la parte social del
club, impecable, no se modificó el
presupuesto, al menos en nuestro
deporte se mantuvo igual. Yo estoy
desde el 87 y prácticamente nunca
hubo problemas. Socialmente es un
club muy bueno.
La rompió
A toda velocidad
hacia la Fórmula 1
Va nuestro reconocimiento a un joven que se hace camino rápidamente por
un circuito destinado para pocos. Entre los nóveles triunfos y los deseos
de correr en la máxima categoría, Facundo Regalia la viene rompiendo.
Por Rodrigo Márquez / Foto: facuregalia.com
Notable presente y
mejor futuro es lo que
define a Facundo Regalia, piloto argentino
que está muy cerca de
arribar a la Fórmula 1.
Esta temporada hizo
su debut oficial en GP3,
categoría telonera de la
máxima, y ya consiguió
su primera victoria en
una de las pruebas (se
corren dos por fecha)
del Gran Premio de
Nürburgring, Alemania.
Además, unas semanas
más tarde, en la carrera
de Hungría culminó 6° en la primera competencia y 4°
en la segunda, quedando a tan sólo un punto del líder
del torneo, Tio Ellinas. El oriundo de San Fernando está
creciendo a pasos agigantados y no hay dudas de que se
merece el reconocimiento de esta sección.
Su triunfo fue especial no sólo por ser la primera vez
que cruza la bandera a cuadros antes que todos en esta
divisional, sino también porque lo logró ante los ojos
de los equipos de Fórmula 1, mostrándoles todo su talento y potencial. En la siguiente fecha el piloto del ART
Grand Prix se destacó por su regularidad en el circuito
Hungaroring, cumpliendo con la tarea de sumar puntos
cuando no se tiene el auto ganador. Esto le valió para
quedar a una unidad de la cima de la tabla de posiciones
y para entrar en las consideraciones de las escuadras de
la categoría elite.
Este año también consiguió un 2° lugar en Valencia,
en lo que fue su primer podio en GP3 Series, y un 3° Y
5° puesto en Silverstone. Los desafíos más importantes
que le quedan al argentino en esta temporada son los
Grandes Premios de Bélgica, Italia y Emiratos Árabes, en
los cuales buscará seguir en pleno ascenso para quedarse
con el título.
Más allá de que el 2013 es maravilloso para Regalia, sus años anteriores frente al volante también fueron
muy exitosos y construyó una trayectoria
deportiva en constante
progreso. En 2007 corrió en KF3 en el equipo FA Karts( Fernando
Alonso Karts) gracias a
Ginés Marcó, el mentor
del piloto español, y a
mediados de ese año
pasó a KF2, donde peleó el torneo ante kartistas profesionales.
La temporada siguiente hizo sus primeras armas en coches
en la Fórmula BMW de
Europa, categoría de la que salieron otros talentos como
Sebastian Vettel y Nico Rosberg, y terminó 16° entre 30
competidores, siendo a su vez el tercer mejor debutante. En 2009, con el equipo Josef Kaufmann Racing, luchó
por los primeros puestos en varias carreras y obtuvo la
4° posición en Silverstone, Zandvoort y Nürburgring. Finalizó el torneo 8° con 148 unidades. Un año más tarde
repitió la posición final en el campeonato, pero se subió
por primera vez al podio siendo 2° en Zandvoort y cosechó 172 puntos.
En 2011 el argentino pasó a la Fórmula 3 italiana
y tuvo su momento en Imola, siendo 2°, y en Vallelunga, donde culminó 3°. Todo este ascenso produjo que
Adrián Campos, ex manager de Fernando Alonso, lo
eligiera para representarlo en 2012. Así, bajo el Campos Racing, Regalia corrió en Auto GP, divisional en la
que sumó dos podios, y en European F3 Open, donde
logró tres triunfos más otros tres podios y terminó 4°
en la tabla de posiciones.
Como quedó demostrado, el de San Fernando evoluciona rápido, al igual que pasa rivales en la pista. Su desafío más próximo es terminar bien el 2013 y competir en un
futuro en la Fórmula 1. De ser así, quizás vuelva a tener su
lugar en esta sección, pero por lo producido en la categoría máxima del automovilismo mundial.
23
De buena fuente
“La primicia ya
no existe más”
Por Víctor Olivera / Fotos: Maxi Gamboa
Viviana Vila nos abre las puertas
para contarnos su multifacética
carrera periodística. La pasión por la
docencia y la radio, y un nuevo desafío
en su vida: el cometario televisivo
en Fútbol Para Todos.
24
Fútbol y radio, las pasiones de
su vida, se combinaron en el comentario deportivo. Por primera
vez a manos femeninas. Hace más
de de 20 años lleva adelante una
carrera en ascenso. Lejos de cualquier divismo, producto del lugar
de referencia que ocupa, Viviana
Vila invitó a Al Trote a su casa un
mediodía de agosto.
Hace más de un año y medio
pone el cuerpo para Fútbol Para Todos, comentando torneo y Copa Argentina, más su espacio como docente en la Facultad de Periodismo
y Comunicación Social (UNLP). Pero
su repertorio no queda allí porque
“en La Redonda estoy yendo dos
veces por semana y en Continental hago mucho trabajo telefónico,
con las coberturas y la información
desde La Plata”. Una futbolera que
nos habló de medios, periodismo y
otras yerbas.
- ¿Cómo es una semana laboral
tuya?
- Siempre distinta, porque tiene que
ver si los partidos son de torneo local o Copa Argentina, porque si hay
Copa y me designan, tengo que ir al
interior. Y si es miércoles te vas a un
martes y volvés un jueves. En La Redonda estoy yendo dos veces por semana y en Continental hago mucho
trabajo telefónico, con las coberturas
y la información desde La Plata, además de mi trabajo como docente en
la Facultad de Periodismo.
- De radio y tv, ¿qué soporte te da
mejores herramientas para desempeñar tu labor?
- La radio, porque es mi mundo y
donde trabajé siempre; la tele recién
la estoy conociendo. No me considero mujer de televisión, trabajo ahí
hace un año y medio y estoy aprendiendo un nuevo lenguaje, que es
distinto al que podés aprender en la
facultad. Pero cubrir un partido para
la televisión es un aprendizaje en
cuenta gotas, no es el lugar donde
pueda decir que me siento entendida en la materia. La radio para mí es
“el lugar”, sin dudas.
- ¿Cómo hiciste para volcar los saberes universitarios, más académicos, al lenguaje deportivo, totalmente distinto?
- Se fue dando naturalmente, no hay
un lenguaje diferente. Lo que incorporás son conocimientos; si me
dedicase a hacer economía, incorporaría palabras del mundo económico, teoría y autores. Desde chica
fui aprendiendo de lo que se trata el
juego del fútbol, a meterme en una
transmisión y a manejar el lenguaje. Pero no varía. Entender de política, de economía, de antropología
te enriquece más siendo periodista
deportivo.
- Cuando fue tu debut en FPT, un
colega te dijo despectivamente
que eras la “Víctor Hugo mujer” y
lo tomaste como un elogio.
- No fue un colega, sino un personaje que habla de fútbol por sus
relaciones y amistades. Lo que dijo
es que “era Víctor Hugo con corpiño”, porque era muy poética cuando
hablaba, que usaba palabras “muy
raras”. Él no entendía como una mujer podía hablar de fútbol, porque
decía que era como que él se ponga
hablar de moda. Cuando los mejores modistos son hombres. Y eso fue
el mejor elogio del mundo, porque
no le llego ni a los tobillos a Víctor
Hugo.
- En ese sentido, ¿a quienes tenés
de referentes en tu rubro, el comentario?
- Escucho y charlo mucho con Diego Latorre, Fernando Pacini; con el
“Chavo” Fucks, Alejandro Apo y Oscar
Martínez, un compañero de FPT. Trato de escucharlos a todos, como a mí
nadie me enseñó a hacer esto, siempre lo hice sola, por ensayo y error.
Hablo con compañeros que me merezcan confianza, pero a su vez miro
mucho fútbol. Es estudiar para mí,
porque tomo una jugada, veo qué
diría y escucho qué y cómo lo dice
ése comentarista.
- Y en cuestiones técnicas, ¿con
qué diferencias comentás, según
si es para radio o televisión?
- Nunca imaginé que fuera tan diferente, pensaba que era lo mismo.
La dinámica es todo el tiempo diferente, desde lo básico, que parece
obvio, pero hasta que no te pasa no
te das cuenta. En cabina, cuando es
para radio, tu retorno es la radio en
sí; en la tele, no sólo tenés eso, sino
el retorno del aire (lo que escuchás
desde tu casa) y tenés un millón de
indicaciones que te da el director, el
productor, por el auricular.
“Durante diez años tuve
que comentar lo que
nadie veía, y ahora, en la
tele, tengo que aprender
a contar algo que
agregue a los que estás
mirando”.
porque creía que tenía más tiempo,
no me daba cuenta. Me acuerdo que
terminó un partido y el director me
dio la indicación de “estirá” (había
que ir a una pausa) y ahí comienzo a
analizar un poco más, y después me
grita: “¡Basta!”. Estaba acostumbrada
al tiempo de radio, y con el tiempo
aprendí que en tele por ahí son diez
palabritas.
- De lo que es la radio a la tele, ¿te
hizo cambiar el estilo?
- Lo tengo que adaptar, me cuesta
muchísimo. Trato de hacerlo, en la
radio es otra distención. Durante
diez años tuve que comentar lo que
nadie veía, y ahora, en la tele, tengo
que aprender a contar algo que agregue a los que estás mirando. Es ver
qué elijo contar en ése flash de diez
segundos. Aprender a no ser obvia,
como lo son el 80% que lo hace, lo
que pasa es que a mí no se me perdona porque soy mujer.
- ¿Cómo fue el debut televisivo, a
prueba y error?
- Y cómo manejás tu momento,
porque necesitás cierto tiempo, y
quizá por la vorágine de la transmisión tenés que acortar y no se
termina de redondear la idea.
- Cuando empecé a hacer tele nadie me explicó esto de los tiempos,
todo lo tuve que hacer por sentido
común. Entonces era más “larguera”
25
“La mitad hace
periodismo de
espectáculos, cualquiera
se cree que lo puede
hacer. Viven de la
carroña, de destrozar
mucho. Se transforma
todo en un pan y circo”.
La docencia y vida universitaria
- En tu rol de docente, ¿cómo sos? ¿En qué cuestiones del lenguaje
radial enfatizás más?
-Para empezar soy recontra exigente. Creo que es el único camino para
no hacer mediocres, o intentar por lo menos. Para mí, la radio, es una prolongación de mi cuerpo. Le doy importancia al qué digo y cómo lo digo,
porque en radio no nos vemos, nos escuchamos. Porque si lo que digo
no tiene contenido y lo que transmito no es atractivo, no te voy a seguir
escuchando. No te veo, sos sólo una voz en el éter. Le ofrezco todo, lo que
no puedo enseñarles es a ser curioso, que “tenga ganas de”.
- ¿Cómo ves la salida laboral de los nuevos periodistas? ¿Hay diferencias con tu época?
- Creo que hay muchísimas más chances de hacer de todo que antes. En mi
caso tuve la fortuna de empezar la facultad cuando ya trabajaba en Radio
Universidad. Mi historia es distinta y particular. Pero el que no hace nada
es porque no quiere, porque hay muchos medios; por ahí no es lo que vos
querías de entrada, pero es la forma.
- ¿Qué opinión tenés de la Tecnicatura, desde una Universidad Pública, rompiendo con algo que era privado?
- Estuve en la formación de la carrera y lo que planteé fue la importancia
de jerarquizar permanentemente. Por eso soy tan exigente, porque no me
permitiría que a mi materia se la transite fácilmente. Porque si venís a “robarla”, conmigo no pasarás. Andá a la privada y hacete un curso, una “luca”
por mes y listo, ahí pasás lo que quieras.
- Este año se inauguró una extensión en la ex ESMA.
- Y respecto de eso, uno de los lugares más oscuros del país, tan aberrante,
que hoy es un espacio libre y abierto al conocimiento, me da mucho orgullo que exista. Hasta hace cuatro años no tenías otra alternativa que ir a
las privadas y pagar porque no había (una pública), por eso celebro que la
universidad nuestra sea la primera en el país que dé un título universitario.
26
- ¡Recontra a prueba y error! Solita con
mi alma y soportando, para mi gusto,
demasiado cosas atroces y crueles.
De aquella que empezó a esta que
soy hoy hubo un crecimiento. Yo soy
muy crítica mirándome para atrás,
porque no lo sabía hacer. Sé qué hoy
subí peldaños de una escalera muy
larga, estoy en los de abajo todavía,
pero a lo que aspiro es a aprender. Mi
aspiración es que el partido que comenté hoy sea igual o mejor que el
de la fecha pasada. Dar pasos.
- En su momento dijiste que era
más un riesgo que una oportunidad. ¿Fue variando ése orden?
- No, respeto lo que dije. Cuando FPT
decidió llamar a una mujer, y me llamaron a mí, esto le molestó muchos,
porque yo no pedí el trabajo ni nada.
Y sé cuánto se arrastrarían por cualquier cosa, incluida esta. Y casualmente los que son más arrastrables
y vendibles son los que más me han
destrozado. Por eso, como diría Bielsa: “las diferencias con usted me halagan”. Además la tele es muy cruel: una
palabra te condena, salís en todos los
programas. Una infamia absoluta.
- Tu segundo partido, fue comentar a River en Copa Argentina.
Dada esa masividad, ése fue quizá
el que despertó más críticas…
- El único que fue atroz, pero en la
mitad de las cosas tienen mucha
razón los que me criticaron, porque
me equivoqué mucho ése día, por
motivos que no diré públicamente
porque sonarían a excusas. Me dolió mucho el maltrato porque nadie
supo respetar que era mi segundo
partido en la historia.
- Después de eso, ¿cómo fue la
experiencia de consultar con un
árbitro?
- No fue la única vez. A veces nos tuiteamos con Elizondo, Vigliano. Una
vez a Fernando Rapalini le pedí que
me mande el reglamento y me dijo:
“La primera vez que un periodista
me lo pide”. Pero inclusive con eso
tengo la mirada menos extremista
que muchos compañeros. Hay grises
en el medio, cuestiones de interpretación muy finitas.
- ¿Cómo ves al periodismo deportivo actual?
- Muy mal, porque la mitad hace periodismo de espectáculos, cualquiera se cree que lo puede hacer. Viven
de la carroña, de destrozar mucho.
Hablamos de un porcentaje importante. Tienen que llenar horas y horas de aire, entonces se mezcla todo
el tiempo la vida personal con lo que
quiso hacer dentro de la cancha. Se
transforma todo en un pan y circo.
- También hay una cuestión de dar
fútbol “porque es lo que le gusta a
la gente”, pero hay otros espacios
por abarcar…
- No coincido con eso porque es
subestimar a la gente. En la teoría y
en la práctica el fútbol es el deporte uno de Argentina. Ahora, si estoy
analizando una hora si la fatiga muscular de Riquelme es porque estuvo
de joda, entrenó mucho, el profe es
un desastre, Bianchi no sabe lo que
hace. Cinco programas analizando
su gemelo. ¿Eso es lo que quiere la
gente? Es agotador, superficial; no
construye, no aporta.
entró rengueando”. Y sigue todo el
día con eso. Una cosa insoportable,
ya no tiene estética. No puedo entender cómo se puede estar tanto
tiempo con un tema, cinco cráneos
alrededor de una mesa hablando
de una cosa, juzgando qué podía
haber pasado o cómo podía haber
sido. ¡Es una pelotudez! Se puede
romper con eso, pero a nadie le interesa hacerlo.
- Pablo Llonto, en otra edición, nos
contó que tiene esa lucha en Un
caño, ¡Basta de Boca-River! Pero
cuesta...
- Y es lo que más vende. Lo ideal es
que el periodista no se haga amigo
del jugador y a la gran mayoría que
trabaja en los medios nacionales les
pasa. Muchos reciben sobres a cambio de todo eso u otros favores. Y al
medio le conviene esa relación periodista/jugador porque tiene más
información y más primicia. Cuando
no entienden que la primicia ya no
existe más. ¿Qué se gana por ser el
primero en decirlo, si en twitter lo
dice cualquiera todo el tiempo?
- ¿El periodista debe decir de qué
cuadro es para transparentar su
discurso?
- No. Porque hay mucha crueldad y
todo el mundo te pisotea por todo
“Al medio le conviene
esa relación periodista/
jugador porque tiene más
información y más
primicia. Cuando no
entienden que la
primicia ya no existe.
¿Qué se gana por ser el
primero en decirlo, si en
twitter lo dice cualquiera
todo el tiempo?”.
y te maltrata. En una sociedad más
civilizada no habría problema, pero
el hincha se confunde mucho con
sentencias.
- ¿Estamos lejos de ver una panelista mujer opinando de fútbol, no
leyendo mensajes? Porque pareciera que los medios se apoyan en
ciertos parámetros de belleza para
contratar.
- Ojalá estemos cerca. No sé a cuánto
estamos, pero sé que se está abriendo camino. No tiene que estar por
ser linda o fea, lo ideal es que estén
quienes mejor lo sepan hacer. Eso
pasa porque vende la belleza femenina, más que el contenido.
- ¿Hay medios que marcan agenda?
- Bueno, TyC (Sports) es Clarín, marca agenda. Te levantás y como que
hay que hablar de eso. En Despertate, el programa de la mañana, te
dicen (sigamos con Riquelme): “No
sabemos si hoy va a entrenar porque en el entrenamiento matutino
27
Paramos la bocha
Foto: Botticelli
Al ritmo de la noche,
al compás del sol
Nuestro cronista nos invita a dar una vuelta por el parque y seguir
reflexionando sobre los cuerpos humanos en movimiento. Las visiones
de nosotros mismos y del mundo, envueltos en la misma lógica.
Por Leo Benaglia
Es algo ya sabido, pensé. De todos modos creo necesario señalar
que al mundo lo pensamos desde
nuestra medida. Por lo que la dimensión de nuestro mundo es antropomórfica. O lo que es lo mismo: nuestro mundo es a imagen
y semejanza nuestra. Le damos
nuestra forma. Forma humana. La
relación mundo-cuerpo humano
es inmediata.
Pensaba esto mientras llegaba al Parque San Martín para mi
caminata mañanera. Había sido
resultado del último chequeo físico. Donde me tomaron la presión,
midieron la capacidad pulmonar
28
y los reflejos. Estiré mi brazo, en
la mano sujetaba un sobre que
contenía los análisis del laboratorio. El médico, con rostro adusto
tomó los resultados, se acercó a
una tabla que cuelga de la pared y
los comparó con los valores de los
análisis.
¡Muy bien! – exclamó el “tordo”, y continuó diciendo– decime
tu edad y tu peso. Tata, tata, tata.
Bien. Dice, estás muy bien. ¿Seguís
caminando, Verdad?
- Sí, claro. Con regularidad y
periodicidad. Nos despedimos, me
detuve con la secretaria para tomar un turno y me fui.
Ahora, caminando por el Parque San Martín, tengo incorpo-
rado el ritmo de la caminata y la
respiración en cuatro tiempos.
Inhalación, retención, exhalación,
sostenimiento. Es entonces que
pienso aquello de la dimensión antropomórfica del mundo. Entonces recuerdo la charla reciente con
el médico cuando me examinó en
el control rutinario. Pienso ahora
que rutina y disciplina no son la
misma cosa. Incluso, pensándolo
más, creo que son muy distintas.
En las antípodas, más no antagónicas.
La medida del mundo, está
cambiando. Porque siempre está
cambiando. El lapso promedio de
vida de los seres humanos, las dimensiones y alcances de aquello
que llamamos mundo. Los mismos
límites del rendimiento físico. Y no
me refiero sólo a las marcas alcanzadas por atletas, algo así como los
deportistas por excelencia. Pienso
también en las horas de trabajo de
las personas, en las horas en las
que fuerzan posturas corporales
para realizar su trabajo. Lo que no
implica necesariamente el levantar
grandes pesos.
Someter el cuerpo a exigencias
extraordinarias, no es nada nuevo.
Ya los Antiguos Griegos contaban
que Atlas soportaba en su cabeza y sus hombros al mundo. Aun
cuando inalcanzable, esta hazaña
resultaba el horizonte de expectativas para la fuerza de un hombre
en aquella sociedad.
En estos días existen exhibiciones de fuerza física extraordinaria,
es ¡más! pensé, se siguen rompiendo récords de resistencia física, de
salto en altura, de salto en largo.
Qué se yo, cuántos nuevos umbrales el hombre ha alcanzado sólo
para superarlos y superarse.
Más rápido, corre; más alto,
salta; más peso, levanta; más lejos, llega. Un paso, una pregunta,
un paso, una respuesta. La caminata, prescripta en recetario, se
transforma en reflexión. Pero…
¿cuál es la medida precisa? pensé
¿Hasta dónde podemos llegar? y
¿qué consecuencias y costes acarrea alcanzar estas metas?
La idea da vueltas en la cabeza como yo circunvalo el parque.
Quiero encontrar la relación original que equilibre las tenciones
armónicamente. Le doy vuelta y
vuelta pero es inútil. No encuentro
la medida adecuada.
Las ideas, al igual que la arena
seca, se escurren entre los dedos
cuando cerrás el puño. Así las ideas
se escurren de la mente dejando
sólo algunas de ellas. Mientras estiro los músculos de las piernas, me
asalta un pensamiento. La idea del
mundo es humana, la dimensión es
a nuestra imagen y semejanza.
Sigo recuperando los músculos. Esa idea de mundo cambia,
entonces la idea de cuerpo debe
cambiar. El modo en que relacionamos cuerpo y mundo también es
modificado. Con el cuerpo todavía
caliente pero relajado, pienso en
las exigencias a las que sometemos
al mundo y al cuerpo. Esto también debe influir en la percepción
del otro y de nosotros mismos.
Exigimos al cuerpo a tratamientos dolorosos y tortuosos. Así, los
deportistas de alto rendimiento se
infiltran para disputar un partido
de fútbol, o se inyectan anabólicos
para competir en ciclismo, natación o levantar pesas.
Esos cuerpos terminan casi
como el riachuelo, pienso. Le volcamos tantos químicos y toxinas
al cauce de ese riacho que no hay
ecosistema que aguante. Qué no le
pasa entonces a nuestros cuerpos
cuando le suplementamos a la carga física estimulantes y tonificantes musculares.
Cómo terminan esos deportistas cuando pasan la edad promedio
de rendimiento… ¡Rotos! Claro, no
hay otra. Después de diez años haciendo una mala práctica deportiva los dolores son insoportables y
la movilidad escasa y artrítica.
¿Es posible que no hayan reparado en las consecuencias?; ¿nadie
les advirtió de los riesgos que corren al someter a su cuerpo a tales
vejámenes? Ya regresando a casa
en una caminata distendida caigo
en la cuenta que no son temas que
aborde el periodismo deportivo,
por lo menos no de modo habitual. Pienso también que operan
demasiados intereses económicos
y que las empresas que producen
esteroides y anabólicos compran
grandes espacios de publicidad en
los medios.
No es sorprendente entonces,
que no encontremos artículos en
los diarios deportivos o revistas
y folletines que den cuenta de la
enorme cantidad de trastornos físicos y psicológicos que sufren los
deportistas de alto rendimiento en
su retiro. Futbolistas que, con mucha dificultad, apenas caminan,
cuando no están en sillas de ruedas. O estrellas del básquetbol que
quedan postrados luego de deslumbrarnos con sus habilidades
sobre humanas.
El mundo del deporte está plagado de historias con finales poco
felices, que sólo salen a la luz si se
trata de finales trágicos y agónicos,
como alimentando el morbo. Pero
también creo justo mencionar que
la vanidad, el pecado favorito del
diablo según su abogado, les juega una mala pasada. Embelesados
con el prestigio y la fama. Adornados con lujos y dinero a temprana
edad pactan este acuerdo en el que
hipotecan su cuerpo futuro por la
gloria del presente.
Ya salí de la ducha y como es
martes me preparo para ir a dar
clase. Me voy armando un escenario posible en el cual imbricar esta
situación entre el reglamento del
rugby, los ideales del deporte men
sana in corpore sano y la idea de
preservación del cuerpo del deportista en contraposición a la idea de
ganar a cualquier costo.
Por mi parte me encuentro satisfecho; el chequeo me dio fenómeno y el “finde” entro al picadito
con los muchachos de siempre, los
jóvenes de ayer.
Foto: Bill Wadman
29
A rodar la guitarra
Con el reggae como
semilla, y una
multiplicidad de
sonidos incorporados
en el bolso durante
un largo viaje como
banda, Pampa Yakuza
le abre la puerta de
sus estudios a
Al Trote. Hernán
Saravia, voz y líder,
nos habla de los
orígenes del grupo
y su relación
con el fútbol.
30
“El fútbol es lo que más
me acerca a lo social”
Por Fernando Labal
Fueron dándole forma a un estilo
particular desde el año 1998, cada
uno con su historia musical. Hoy, con
diez años como conjunto, Pampa
Yakuza es uno de los grupos en alza
en nuestra música, con su fórmula
multiestilos. Su cantante, Hernán Saravia, dialogó con Al Trote en la sala
de ensayos, y afirma “saber a lo que
juegan”. Además, hizo mucho hincapié en el fútbol relacionado a nuestra
sociedad.
A partir de la experiencia y más allá
de los cambios de estilo, deciden
priorizar la “prolijidad musical” por
sobre “lo desfachatado”. De todas
formas, no se conforman con el crecimiento que han obtenido hasta hoy,
y van por más para, según Saravia,
“pasar de mitad de tabla, a pelear el
campeonato”.
- ¿Cómo arranca Pampa Yakuza?
- Con Ricardo Jahni, bajista, en el año
97. Nos conocemos en el 95, por dos
novias nuestras que eran primas. El
tocaba en una banda y me dijo que
necesitaban unas “percu”. En un momento, se pelearon, y terminé cantan-
do temas de ellos. Después de 15 o 20
días se disolvió esa banda, y empezamos con Ricardo a armar la nuestra,
que fue la semilla de lo que terminó
siendo Pampa Yakuza, en 1998.
- ¿Y ahí qué pasó?
- Ahí apareció “Lucho” con el charango, que cambió un poco la historia,
porque un charango te cambia musicalmente, y nos permitió plasmar lo
que está en Carnaval para tu desconsuelo o Brillante sol, que son temas
que tienen un aire más folk, y eso
lo trajeron el instrumento y “Lucho”.
Entonces, dijimos: “si nos fuimos al
folklore, nos podemos ir a donde se
nos cante”.
Cuando sabés a dónde querés ir, es
un poco más fácil. Uno se da cuenta
que la gente acompaña, que tus amigos que te hacían el aguante dejaron
de ir porque ya tenés gente que te
sigue. Ahí decís: “es por acá”.
- ¿Sería como jugar en primera?
- Sí, esto es claramente un equipo.
Tenés a los que están obligados a hacer un gol todas las fechas, y los que
necesitás que la revienten cuando es
necesario. El funcionamiento de una
banda como la nuestra es realmente
como un equipo. Necesitás de uno
que la pinche un poco, que la duerma
y la entretenga, y necesitás un tipo
que le ponga otra dinámica. Creo
que lo que nos debemos es dejar de
pelear entre los de abajo y pelear el
campeonato de una buena vez. Pero
uno sabe lo que tiene, sabe el plantel
con el que cuenta y el presupuesto; y
tratamos de maximizarlo.
- Que ya pasó a mayores, esa viveza, en muchos casos.
- Socialmente el fútbol nos representa muy bien, con sus pro y sus contra.
Pinta bastante bien nuestra realidad
como país. Cuando ves un fútbol
violento, es porque la sociedad está
violenta. Fui la última vez con mi hermano a la cancha, tenía 13 años él,
cerca del 2000. Fui a ver a Boca, y nos
tiraron un inodoro que le cayó a tres
metros, revoleado desde veinte metros; entonces dije: “no voy a venir a
la cancha para ver si le llevo a mi vieja
un pibe en coma o muerto”, la verdad
que no da. Yo no quiero tener una situación donde mi salud esté complicada, por ver un partido de fútbol de
90 minutos. Y como me pasa a mí, les
debe pasar a muchos.
- ¿Qué relación tienen con el deporte? Se ve que utilizan, en varias
canciones, metáforas de fútbol,
que las escribís vos.
- La idea de recurrir al recurso futbolero es porque la mayoría de las canciones las hago
yo, y es lo que
- Al momento
“El fútbol nos representa
más me acerca a
de componer,
muy bien como sociedad
lo social. Si nece¿Cómo son tus
continuamente”.
sito algo que me
fórmulas? ¿De
lleve a un lugar
situaciones que
de mucha gente,
te pasan a vos
termina siendo la cancha. Lo masivo
o allegados? ¿De cosas que ves o
e inexplicable de un lugar. Hay poca
vivís?
gente que haya elegido a su club.
- Muy eclécticas. Hay un momento
Podés elegir a tus amigos, y equivoen que decís: “me tomo el laburo de
carte, y luego buscar nuevos; pero
buscar el tiempo justo para la canla familia y el equipo de fútbol uno
ción”. Pero, si está la historia a flor de
no los elige, y vive defendiéndolos a
piel es mucho más fácil porque fluye
muerte.
a la hora de pasarla al papel. En su
momento, a partir de una frase com- ¿Y eso te inspira también?
puse una canción, en el tema A otra
- Puede ser. El fútbol fue marcando
cosa. La frase es “preferimos la derrotendencia en la sociedad, porque
ta compartida, al triunfo en soledad”.
evolucionó más rápido, y eso le hizo
Iba en el auto, y no sé cómo se me
mal. Después, te das cuenta que es
vino a la cabeza eso, porque tenía
tan grande el negocio que hay por
que ver con un divorcio de común
detrás, que no te da ganas de ver.
acuerdo. Y fue como decir preferimos
Es cierto que, en muchas canciotodo de común acuerdo antes que
nes, creo que echo mano al recurso
futbolero para contar algo, porque
el fútbol nos representa muy bien
como sociedad. Primero, en cuanto
a la pasión y lo apasionados que somos, también en el desengaño y esa
promesa que termina rompiéndose.
Además, lo ventajeros que somos
como sociedad, siempre buscando
un metro más para acercarnos, y pasar a la barrera por arriba, en la “viveza criolla”, y esa avivada de potrero
que dicen que tenemos.
más problemas. Ahí te preguntás:
“¿cómo hago para terminar esto?” Y
lo laburás.
- Si fueran un equipo de fútbol,
¿Qué equipo sería Pampa Yakuza?
- Puedo decir quién me gustaría ser.
Preferiría ser, hoy, un Lanús, que ser
un equipo revelación, por ejemplo.
Pampa Yakuza sabe a qué juega.
- ¿Y a qué juega?
- Somos líricos creo, que tiene cosas
a favor y en contra. Tenemos buen
ida y vuelta entre nosotros y con la
gente. Somos una banda que no cuida el empate, que va al frente.
- ¿Qué te inspiró a escribir una
canción que hable de no cuidar el
empate?
- Creo que es una forma de decir que
el que no arriesga, no gana. El espíritu del tema es ese, decir “dale loco,
jugá en primera”. Yo creo que las canciones, muchas veces, triunfan más
por el mensaje que por lo que está
sonando, y en este caso es eso. Me
parece que es una de las letras que
uno rescata, que está buena y mucha
gente la tomó como uno.
- Dijiste que quieren ser un Lanús
¿Quizás se relacione a que priorizan el ensayo, para que suenen las
voces e instrumentos prolijos en
vivo?
- Sí, porque nos gusta ir siempre con
la pelota al piso, con el pie hábil, y
que el pase nunca llegue a la zurda
si sos diestro. No nos queda la idea
del músico desfachatado. Hay que
decir: “yo soy tal tipo de jugador”, no
vamos a forzar otra cosa.
31
La pelota en el medio
Se presume
culpable
El deporte mundial se ve teñido de suspicacias. Los recientes
casos de doping positivo en el atletismo y anteriormente
en el ciclismo, posicionaron este tema en lo más alto del podio
mediático y los logros actuales sólo levantan sospechas.
Por Josefina Mas
Los medios europeos, principalmente los franceses, publican como
veraces, noticias que corren a la velocidad de la luz, suben montañas y
levantan polvo de ladrillo, pero que
rara vez profundizan más allá de la
nube.
Certezas, pruebas y resultados
versus todo lo que se comenta, lo
que se dice en voz baja, lo que circula en los pasillos. Por un lado, los
dopings positivos reconocidos, confirmados y sancionados; por el otro,
las sospechas que se publican sin haber sido constatadas.
Ocho de los diez hombres más rápidos de la historia fueron “cazados”,
en algún momento, con sustancias
prohibidas en su organismo. Entre
ellos, este año se conoció el doping
del atleta estadounidense Tyson Gay
(quien era el mejor velocista de 2013)
y el de otros cinco atletas jamaiquinos, incluido Asafa Powell.
¿Estará limpio Usain Bolt? La pregunta estaba cantada. “Si es verdad
lo que yo creo, entonces él daña a
muchos otros deportistas. No puedo
decir que está dopado sólo puedo
formular conjeturas que curiosamente comparte mucha gente”, insinuó el campeón europeo de salto
de longitud, Christian Reif, al diario
alemán Süddeutsche Zeitung.
32
Comenzaba el Mundial de Atletismo, que se disputó en Moscú del 10
al 18 de agosto, y los ojos del mundo
estaban puestos en el plusmarquista
jamaiquino que podía convertirse en
leyenda.
Ante los constantes rumores, el
mismísimo Presidente de la Federación Internacional de Atletismo,
Lamine Diack, declaró con contundencia: “Usain Bolt está limpio”. Controles sorpresivos lo demostraron y
las tres nuevas medallas doradas (en
100 m., 200m. y relevos) con las que
alcanzó a Carl Lewis, el deportista
más laureado de la historia de estos
mundiales, dejaron perplejos y sin
argumentos a quienes se animaron a
esgrimir alguna conjetura.
Tampoco Chris Froome, el último campeón del Tour de France,
quedó al margen de las sospechas
de la prensa. El ciclista afrontó las
etapas de alta montaña siguiendo
las reglas (a diferencia de la última
experiencia en el Giro de Italia en
2010 del que fue expulsado por engancharse a una moto en el ascenso
al Mortirolo) y con el consentimiento y el apoyo de Sky, su equipo,
que en 2012 le ordenó permanecer
detrás de su compañero y capitán
Bradley Wiggins, campeón en Paris
a los 32 años.
El resultado fue un triunfo contundente, con victorias en la etapa
en Mont Ventoux, Ax 3 Domaines y
Mont Saint-Michel, y una sensación
de dominio inigualable desde los
tiempos del norteamericano Lance
Armstrong, el hombre que precisamente subió siete veces al podio de
los Campos Eliseos y de quien luego
se confirmó el doping.
“Es imposible ganar el Tour de
Francia sin doparse”, arrojó el nacido
en Texas, en una entrevista exclusiva publicada por el diario Le Monde
Diplomatique, días antes al inicio de
este certamen. También uno de sus
principales competidores, el colombiano Nairo Quintana, quien arribó
en segundo lugar, dijo: “Nunca he
visto subir a nadie como a Froome”.
Declaraciones como estas sirvieron
de incentivo a la prensa, que no dejó
de buscar la forma de manchar su
triunfo.
El mismo medio tituló “Froomstrong”, un artículo en el que analizó
etapa a etapa por qué duda de su
triunfo y se escudó en decir que “sacudido por la estafa de Armstrong,
el público y los medios de comunicación se resisten a una dominación
demasiado espectacular”, como la
del inglés nacido hace 28 años en
Nairobi.
Por su parte, L’Equipe publicó en
primera plana “Froome Naturellement”, frase tan ambigua como su
“Extra-Terrestre” cuando Armstrong
remontó una cumbre clave para ganar el Tour en 1999. Esto sin importar
los 20 controles antidoping por los
que pasó el ciclista, datos y resultados que Sky comunicó a este periódico deportivo, en su intento por imprimir transparencia al Tour.
Ante los sucesivos ataques, la
Asociación de Ciclistas Profesionales
difundió un comunicado “contra las
injustificadas acusaciones de dopaje
a Chris Froome”, en el que condenó
“el furor de los medios y de las instituciones de asociar desde hace años
el ciclismo con el dopaje” y los ataques a diario “contra la dignidad de
los corredores”.
Furioso por las sospechas, la
conferencia de prensa posterior a su
gran hazaña, duró sólo diez minutos: “Sentarme aquí después de un
día histórico y ser acusado de hacer
trampas y de mentir, no está bien”,
lanzó antes de abandonar la sala.
Apunten, disparen…
chas sobre supuestas ingestas de
EPO en España existen desde hace
años en el circuito y explicarían las
brutales caídas de tensión y los brotes regulares de fiebre en Ferrero y
Corretja, concretamente”.
Años más tarde, en su columna
de Le Monde, Yannick Noah, el último
tenista francés en ganar un Roland
Garros en tierras parisinas, puso nuevamente bajo la lupa al tenista, esta
vez, haciendo alusión a “la poción
mágica”. Ésa fue la única respuesta
que encontró a su pregunta acerca
de “¿Cómo puede una nación dominar el deporte tanto de la noche a la
mañana?”.
“Hoy en día, el deporte es un
poco como Astérix en los Juegos
Olímpicos: si no tienes la poción mágica, es difícil poder ganar. Y aquí parece, como Obélix, que ellos fueron
los afortunados que cayeron en la
olla”, escribió.
El año pasado, una caricatura
del CanalPlus de la TV francesa escandalizó a la Federación Española
de Tenis tras la emisión de un video
en el programa Les Guignols de l’info,
que mostró una imagen animada de
“Rafa”, deteniéndose a cargar com-
bustible en una estación de servicio.
Nadal tomaba agua y luego orinaba
dentro del tanque de nafta. Subía a
la camioneta, que salía disparada por
la ruta a toda velocidad, antes de ser
detenido por policías de tránsito por
el exceso. El video terminaba con la
frase: “Los deportistas españoles no
ganan por casualidad”.
Esta acusación, sumada a otra
que involucró tanto a Nadal como
al futbolista Iker Casillas, al ciclista
Alberto Contador y al basquetbolista Paul Gasol, quienes firmaban
autógrafos con una jeringa, derivó
en una nueva animación a través de
la cual Pascal Aznar, jefe de comunicación de “Las Marionetas de la información”, se amparó en la libertad
de prensa y en el derecho a la crítica
para justificar el video.
Si bien “uno es inocente hasta
que se demuestre lo contrario”, la
presunción de inocencia está siendo sustituida por la de culpabilidad,
que ya parece parte del espectáculo.
La opinión publicada, escéptica a
verdaderos fenómenos de la naturaleza humana, ya no puede reparar
el daño causado al deporte y a los
deportistas.
Desde hace tiempo, los medios
franceses exploran la posibilidad de
dopaje del tenista español Rafael Nadal, número dos del mundo del ranking ATP, con acusaciones directas,
caricaturas agresivas ó declaraciones
poco felices que nunca pudieron ser
confirmadas.
Justo una jornada antes del
comienzo del Grand Slam de Roland
Garros, en mayo de 2006, el periódico
Le Journal du Dimanche sorprendió
con un artículo en el que se deslizaba la supuesta ingesta de sustancias
prohibidas por parte del mallorquín.
Lo que el medio dijo, a través del
periodista Philip Chassepot, fue: “En
lo tocante a Nadal, algunos estiman
que no se puede tener a la vez un
brazo tan musculado y tan rápido.
Otros ironizan sobre su capacidad
para saltar y hacer smashes como un
loco, tras cinco horas de juego”.
La nota también involucraba a
otros tenistas: “Este tipo de sospe-
33
Ellos también juegan
“Estar en un
Juego Olímpico
es una experiencia
indescriptible”
Hace un trabajo que, desde la pasión que despierta el deporte,
todos critican. Decidió dejar de lado la práctica del básquet,
para ser árbitro. Hoy disfruta haber logrado ser internacional
y participar de los eventos más importantes.
Por José Castro
En el deporte la tradición indica que los comentarios
más analíticos, tanto de la prensa como de los espectadores, se realizan sobre los jugadores, el terreno de acción, los entrenadores y los dirigentes, y es así que rara
vez la mirada recae en el quehacer de un árbitro, y mucho menos de uno de básquet. El conductor del propio
juego es incluso relegado a una figura no querida por
el hincha a la hora del partido, pero sólo con ponerse
en su lugar se logra comprender el desarrollo de los
eventos de una manera más amplia y revisar anécdotas
tan entretenidas como formadoras. Al Trote te muestra cómo es la trastienda del platense Alejandro Chiti,
árbitro internacional desde 1995, director de la filial
de La Plata de la Asociación Argentina de Árbitros de
Básquetbol y uno de los jueces más reconocidos, tanto
en nuestro país como en el mundo.
Sin tela por cortar, y tras participar de la Copa
Stankovic- similar a la Copa de las Confederaciones
en fútbol- en China y prepararse para afrontar el Premundial en Venezuela, el árbitro de la Federación
Internacional de Baloncesto (FIBA) se deja llevar y
34
repasa los momentos más importantes de su notable
carrera, donde por ejemplo se dio el gusto de dirigir
en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y ser contemporáneo de la Generación Dorada.
- ¿Cómo fueron tus primeros pasos en el ambiente del básquet y en qué momento te empezó a atrapar la idea de ser árbitro?
- Como varios chicos en su niñez comencé jugando al
fútbol, pero debido a mi altura me vieron condiciones
para jugar al básquet y probé suerte en Juventud allá
por 1978 con 13 años cumplidos. El buen paso por “El
Verde” y la Selección Juvenil de La Plata, me dio la
chance de incorporarme al Centro de Estudiantes y
Egresados (CEYE) de Berisso, uno de los clubes más
innovadores por aquellos años. Como me quedaba
tiempo, mientras jugaba dirigía las categorías mini y
pre-mini, entre los 16 y 18 años. Me gustaba mucho
y lo disfrutaba, pero en ese momento tuve que interrumpir la actividad porque llamaron para hacer el
Servicio Militar.
- ¿En qué momento te decidiste por el arbitraje en lugar de seguir jugando? ¿Cómo fueron
tus primeros pasos?
- Cuando volví del Servicio Militar tenía que elegir.
Como jugador tenía condiciones, pero la adrenalina
que me ofrecía dirigir me produjo más interés y satisfacción. A los 20 años ya me encontraba dirigiendo
en la primera división platense, y dos años después
arranqué a arbitrar a nivel provincial y en el 91, ya con
el título de Ingeniero en Construcción Civil en mano,
rendí para juez nacional y el ’95 me recibí de árbitro
internacional. Debuté en un partido de inicio de Liga
Nacional entre Ferro y Atenas de Córdoba, que en ese
momento eran los mejores equipos argentinos. Después ya vinieron designaciones para dirigir torneos
internacionales, mundiales juveniles y mayores y me
fui haciendo.
-Todos conocemos, en mayor o menor medida, cómo es el entrenamiento de los jugadores
profesionales, pero poca información tenemos
sobre la preparación de los árbitros. ¿Conlleva
el mismo sacrificio y qué tan importante es?
- En el árbitro la parte física es fundamental, porque
te estás moviendo en una cancha con un montón de
presiones, en décimas de segundos se toman decisiones importantes y si un estado físico es apto tu cabeza
va a responder mejor. Independientemente que para
tomar decisiones hay que tener una buena ubicación
en la cancha y para poderlas tomar tenés que contar
con un buen estado físico. El año pasado cuando volví de Puerto Rico no habían pasado 48 horas de mis
vacaciones que me llamaron para arbitrar el Preolímpico de Venezuela. Me subí al avión, con todo el viaje
y cansancio encima, y llegué a las nueve de la noche.
Descansé, me levanté al otro día y supe que había
que rendir una prueba física. Los árbitros del torneo
tenían entre 30 y 35 años y habían sido notificados
del mismo en enero, mientras que yo tenía 47 años
y venía de todo un viaje y de estar prácticamente de
vacaciones. Si no hubiera estado preparado se habría
terminado todo para mí.
ticia sentí una sensación muy difícil de explicar con
palabras. Me avisaron seis meses antes, y me preparé
con la misma motivación que para cualquier torneo,
pero con un plus extra, propio de la magnitud de lo
que significa un Juego Olímpico. Sin lugar a dudas, es
una experiencia indescriptible.
- ¿Valió la pena dirigir menos partidos por lo
que logró Argentina en esos Juegos?
- Como Argentina fue creciendo en ese torneo, dirigí
en octavos de final Italia-Puerto Rico y después no me
tocó más. En 2004 tuve la suerte de compartir el máximo logro de la Generación Dorada y ver la trastienda
de lo que siente un deportista, que se desvive por una
camiseta al ir prácticamente gratis a jugar, más allá de
tener una gran cuenta bancaria o ser millonario.
- ¿Cómo ves la introducción de las mujeres al
arbitraje? Teniendo en cuenta que en el próximo Premundial va a haber dos representantes,
- El año pasado me invitaron a participar en el CentroBasket femenino de Puerto Rico y me fue muy novedoso poder arbitrar allí, porque sólo había dirigido ese
básquet en un par de partidos en los Juegos Olímpicos
de Atenas 2004. La mayoría eran árbitros mujeres y,
a pesar de que no estaban las dos que arbitrarán en el
Premundial, vi que se estaba trabajando muy fuerte
sobre el arbitraje femenino, como ahora lo demostrará el máximo torneo de FIBA Américas.
- ¿Cómo encontrás el nivel de la Liga Nacional?
- Al nivel de la Liga Nacional lo veo bien y fuerte. Pero
si bien ha crecido en jerarquía por los norteamericanos que están jugando en el país y los que triunfaron
en Europa que vuelven con todavía mucho para dar,
la efusividad decreció un poco. Eso lo noté comparando la final entre Estudiantes de Olavarría y Atenas de
hace más de diez años, de la cual arbitré su séptimo
juego, y de Lanús contra Regatas.
-¿Qué rol cumple tu familia en todo esto?
- El apoyo es fundamental. Es importante tener una
familia que sepa entender las convicciones que uno
tiene. Yo tuve dos convicciones, la de ser Ingeniero y
la de árbitro, y tuve la suerte poder vivir con eso. Gracias a Dios pude llevar de la mano mis profesiones con
mi familia.
- Casi todo el mundo afirma que participar de
un Juego Olímpico es algo único y vos tuviste
la oportunidad, ¿cómo fue esa experiencia?
- Estaba durmiendo la siesta previo a un partido de
Liga Nacional, y cuando desperté y me dieron la no-
35
El fulbo
Pluma y pelota
es pa´vivos,
nene
Por Juan Manuel Aranda / Ilustración: MEM
Llegué al club cabizbajo con el botinero y los “sacachispas” de ocasión, los tradicionales Ocelote, lustrados
en grasa y bajo el brazo derecho, la caprichosa desgajada.
Impaciente aguardé la salida de los chicos de infantiles
que eyectaban entre empujones y bromas, contrastando
con mi humor. Ya adentro, solté un “buenas tardes, Ester”
decoroso y alejado de mi realidad. Yo sabía que no había
entrenamiento porque al día siguiente jugábamos contra
Defensores, pero buscaba otra cosa, necesitaba tenerla
cerca, patear unos tiritos, jugar un 25, unas bases o un
metegol-ataja.
Me dirigí al campo.
Allí estaba don Julio, manager de Alumni de Los Hornos,
canchero y entrenador de varias categorías. Provisto de un
balde de albañil cargado con la cal delimitadora y un antiguo jarro de aluminio con mango, concentrado y realizando
movimientos armoniosos de exagerada precisión se encontraba marcando el área grande. Pensé en saludarlo al finalizar su tarea ya que no quería interrumpir la misma ni ser
atrapado por esa polvareda blanca que teñía la humanidad
de Don Julio y quedaba desparramada detrás de él.
Me acerqué al “profe”.
36
- Marquitos, hoy no entrenamos- me recibe.
-Ya lo sé, Don Julio, vine a patear un rato- respondí bajando la mirada, dejando entrever un atisbo de tristeza.
-¿Te pasa algo, pibe?- me preguntó mientras terminaba el punto penal.
-¿Usted cree que tendré otra oportunidad? Me levanto pensando en ella, es mi primer bocado, vio-contesté al
momento que dejé el cuero sobre el naciente trazo de los
siete pasos, como si inconscientemente buscaba ese tiro,
ese cara o seca contra una verdad.
-¡El “fulbo” siempre te da revancha, “Marquito”!- exclamó.
-No, Don Julio, no me refiero a la pelota. Hablo de otro
amor, de otra pasión, inconclusa o deshecha (como usted
quiera llamarle), parecida a la jugada del Tano el domingo contra Fomento. ¿Recuerda? La agarró posicionado de
wing derecho, descontó al 8 y al 5 de ellos y me la mete
entrecortada a la altura de la medialuna, en medio de los
dos centrales, para que yo encare y defina. Y la desperdicié, por ansioso e inexperto, sabe. Igual que a ella. La
perdí por ansioso e inexperto.
-Tranquilo, nene. No te martirices, de los errores se
aprende-expresó.
En mi mente se dibujó un paralelismo entre el fútbol y
los amoríos y con una cuota de madurez manifesté:
-Sí lo sabré… Aprendí que el amor y las circunstancias
que lo componen, son irrepetibles, con momentos irreversibles, ¿me interpreta? Como en el fútbol.
-Es que cuando uno la tiene, hace lo que quiere con
ella, la acaricia, la mima, la protege, la roza, la traslada, la
halaga, la busca… Usted entiende, Don Julio. Pero a lo que
voy es a lo siguiente, cuando la tenemos a los pies, nos
agrandamos y nos confiamos, y la maltratamos, la descuidamos, la pateamos para adelante, le damos la espalda y
mi viejo dice que cuando le das la espalda o te confías pa-
sas a ser un ignorante, tiene razón, a veces la rebotamos,
la despreciamos, ciegos y que sea lo que Dios quiera.
-¿Hablas de la pelota o de la novia, pibe?- Don Julio
me interrumpió la inspiración, con cara de no entender.
-De ambas -respondí mientras pateé buscando un
guiño del travesaño. -En el amor también hay lamentos, hay lunes amargos y hay tiempo de descuento,
¡Bah como en el fútbol! Esos tres o cuatro minutos
donde uno busca reconquistarla y hace todo lo que no
se hizo o no pudo, o no lo dejaron durante los 90, nos
florece el encanto, nos pelamos para que nos den otra
oportunidad, buscamos una jugada épica, el perdón y
la gloria, el Maradona contra los piratas, una heroica,
una acción salvadora, una hazaña, la epopeya. Y nos
invade la melancolía y renegamos con Dios y nuestros
pecados, con nuestro escaso talento y condiciones,
nos desesperamos y de repente somos nuevamente
apasionados, desvanecidos, en aspavientos y exageraciones, procurando un empate, Don Julio. Pero ella
no va a dispensar nuestros errores y, en el instante que
lo percibimos, nos quedamos sin piernas, sin voz, sin
material, sin ilusión e invadidos por la incertidumbre.
¿Se acuerda lo que usted me gritó cuando me comí el
mano a mano contra el Uno de Fomento?
Don Julio negó con un movimiento de cabeza.
-El fulbo es pa´ vivos, nene- le recordé.
-Y para perseverantes, como en el amor, arriba el ánimo que mañana empezás a escribir tu revancha- agregó.
-Escribir, eso me gustaría hacer, Don Julio. ME GUSTARÍA ESCRIBIR MÁS OLVIDOS.
37
El polifuncional (bis)
Dirigentes, decencia y wines
En tiempos de “vedetización”, donde no sólo el fútbol está contaminado
del gérmen del espectáculo mediático, los periodistas se han hecho
actores del mismo. Matías Bauso trajo un bálsamo con su libro que recopila
la obra periodística de Dante Panzeri.
Por Lucas Mateo
Salí de la librería orgulloso. Tenía
bajo el brazo 544 páginas de docencia, de enseñanzas y de defensas a los
atropellos de la razón que se excusan
con moralidades vacías, inocuas, incontrastables por el solo hecho de saberlas poco convincentes. Y recordé la
frase de Walter, el quiosquero de la esquina de 6 y 63. El que me daba clases
de fútbol cada lunes que iba a buscar
el diario: “Si viviera Panzeri… la panzada
que se haría en estos tiempos”.
Siempre tuve rondando esa frase
en mi mente. Con el tiempo descubrí
a Panzeri. Y ahí, logré comprender a
Walter.
Nacido en Rosario, criado en Córdoba y adoptado por Buenos Aires,
supo hacerse un lugar en el periodismo a costa de una personalidad fuerte y una postura de
enfrentarse a todo lo que veía mal, sin importar las consecuencias. Panzeri era un periodista con todas sus letras gramaticalmente bien ubicadas. En palabras del autor, el personaje que presenta en el libro, no es más que un “bicho”
raro del oficio, un navegador de corrientes a contramano
que no torció nunca su rumbo a pesar de las dificultades de
la marea. Para Bauso “Dante Panzeri era un cabrón. Tenía un
carácter complicado. Era, también, entre otras cosas, testarudo, implacable, rígido, algo dogmático, obsesivo y difícil
de llevar. Desde su salida de El Gráfico duró poco en la mayoría de sus trabajos. Su estilo literario era enrevesado y barroco. Era repetitivo. Sus obsesiones se parecían a manías. A
la mayoría de sus amigos los fue perdiendo en el camino”.
Esa salida de El Gráfico, publicación de la que fue su
director por tres años, significó un quiebre en su carrera.
Después de negarse a publicar, en 1962, “un suelto” de Álvaro Alsogaray, por ese entonces Ministro de Economía de
la Nación, en medio de un comentario de un partido entre
River y Boca, decidió dejar la dirección de la revista. “Consideré violado un tratado de autonomía verbalmente celebrado con la empresa editora de El Gráfico en cuanto a que
el contenido y orientación de la revista solamente respondían a mis decisiones. Y me fui”, dijo Panzeri. En realidad, la
situación fue la excusa perfecta para que los Vigil (dueños
38
de Editorial Atlántida) se sacaran de encima a semejante personaje.
A pesar de no haber sido tanto
el tiempo que pasó por El Gráfico, su
huella fue imborrable. Marcó un antes y un después. Nunca fue la misma
después de Panzeri. Todo esto significó no sólo un cambio periodístico,
sino de estilo. Las grandes coberturas
pasaron a ser mínimos comentarios si
la estética de los partidos no lo ameritaba. Lo mismo hizo en todos los
medios gráficos y radiales por los que
pasó luego de su salida de El Gráfico.
Llegando al extremo de no mencionar ninguna incidencia de un clásico
entre River y Boca por considerarlo un
bodrio tal que no merecía comentarios al respecto. Ese mismo que inició
su trabajo en el medio firmando como Pedro Baldío, fue
quien decidió eliminar los seudónimos por considerarlos
una “aberración profesional”.
Su visión romántica del fútbol bien jugado, su negación a los resultados y una fuerte convicción para denunciar todas las acciones dirigenciales que se desviaban del
camino correcto, lo transformaron en un periodista al que
muchos le tuvieron miedo. Aunque fueron muchos más
los que lo odiaron.
Generó un grupo, no muy grande, de lectores que lo
siguieron por todos los medios que pasó. Otros tantos, hicieron lo mismo pero para provocarlo, aunque siempre les
contestó. Dejó un sello periodístico imborrable.
Se fue pocos meses antes del inicio del Mundial 78.
Quien fuera uno de los principales detractores de ese
evento, no pudo estar presente para combatirlo.
Pocos fueron a su velorio cuando murió. Algún que
otro amigo y un puñado de familiares. Se fue tan solo,
como transitó el periodismo. Seguramente haya disfrutado esa situación porque sabía que en la senda de la verdad no son tantos los que le podían seguir el tranco.
-¡Si lo viera Panzeri! Seguirá diciendo Walter cada mañana que hablemos de fútbol.
Ahora que lo pienso, creo que seguiría opinando lo
mismo que hace 35 años atrás.
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